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JUDAÍSMO
«RABÍ HILLEL Y RABÍ SHAMMAI: LOS DOS GRANDES SABIOS DEL
JUDAÍSMO»
Rabí Hillel nació en Babilonia en el siglo I a.C. y se trasladó a Jerusalén para estudiar la Torá. Fue el
líder de la escuela de Hillel, una de las dos grandes escuelas rabínicas de la época. Rabí Shammai,
por su parte, también fue un erudito de la Torá que lideró la escuela de Shammai. Aunque las dos
escuelas tenían diferentes enfoques en cuanto a la interpretación de la Torá, eran igualmente
respetadas y admiradas.
A pesar de sus diferencias, Rabí Hillel y Rabí Shammai compartían un profundo amor por la Torá y
por el pueblo judío. Ambos creían que la observancia de la ley era esencial para mantener la
identidad y la integridad del pueblo judío, pero también creían que la ley debía ser interpretada y
aplicada de manera justa y humana. Ambos hombres se esforzaron por encontrar un equilibrio entre
la rigidez de la ley y la compasión hacia los demás.
A LO LARGO DE SUS VIDAS, RABÍ HILLEL Y
RABÍ SHAMMAI DEBATIERON SOBRE
MUCHOS TEMAS TEOLÓGICOS Y ÉTICOS.
Uno de los debates más famosos entre ellos fue el de las luces de Hanukkah. Rabí Shammai
argumentó que se debía encender una vela menos cada noche de Hanukkah, mientras que Rabí Hillel
argumentó que se debía encender una vela más cada noche. Finalmente, la opinión de Rabí Hillel se
impuso y se convirtió en la práctica estándar.
Otro tema sobre el que debatieron fue el del divorcio. Rabí Shammai creía que el divorcio solo
debería ser permitido en casos de infidelidad, mientras que Rabí Hillel creía que se podía permitir el
divorcio por cualquier motivo, incluso si la mujer quemaba la comida. Rabí Hillel argumentaba que si
un hombre estaba infeliz en su matrimonio, debía tener la libertad de divorciarse y buscar la felicidad
en otra parte. Esta opinión, aunque controvertida en su época, se convirtió en la práctica
predominante en el judaísmo posterior.
A PESAR DE SUS DIFERENCIAS, RABÍ HILLEL
Y RABÍ SHAMMAI MANTUVIERON SIEMPRE UN
GRAN RESPETO Y CONSIDERACIÓN EL UNO
POR EL OTRO.
Se dice que cuando Rabí Hillel murió, Rabí Shammai lamentó profundamente la pérdida de su amigo
y rival. En su funeral, Rabí Shammai lloró y dijo: «Ahora que Hillel ha muerto, la luz ha desaparecido
del mundo».
En resumen, Rabí Hillel y Rabí Shammai fueron dos de los grandes sabios del judaísmo, cuyas
enseñanzas y legados han dejado una huella indeleble en la cultura y la religión judías. A pesar de
sus diferencias, compartían un profundo amor por la Torá y el pueblo judío, y se esforzaron por
encontrar un equilibrio entre la rigidez de la ley y la compasión hacia los demás. Su legado sigue
siendo relevante y significativo en la actualidad, y su influencia se extiende mucho más allá de la
comunidad judía.