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Expediente: 2011-24523-50-AAC
Departamento: La Paz
En revisión la Resolución 769/2011 de 3 de octubre, cursante de fs. 129 a 132, pronunciada dentro
de la acción de amparo constitucional interpuesta por Cesar López Saavedra contra Miriam Virginia
Aguilar Rodríguez y Juan Carlos Berrios Albizú, ex y actual Vocal de la Sala Civil Segunda de la Corte
Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de Justicia- de La Paz y Osvaldo Osinaga
Vargas ex Juez Octavo de Partido de Familia del mismo Distrito Judicial -hoy departamento-.
Emergente de una demanda de divorcio instaurada por Carmen Melgar Nogales contra el ahora
accionante, que concluyó con la emisión del fallo que determinó disolver el vínculo matrimonial
entre ambos; la antes referida inició proceso sumario de división y partición de bienes gananciales,
dictándose la Resolución de ganancialidad “22/2007”, complementada por Auto de 15 de febrero de
2007, habiéndose determinado los bienes como gananciales susceptibles de ser divididos.
Finalmente manifiesta, que el Auto interlocutorio de fs. “1487”, embargó sus acreencias sociales,
provocando que se vulnere de manera indubitable el debido proceso, la garantía “seguridad
jurídica”, de lo que representa el efecto de la cosa juzgada, consagrada como inmodificable, pues el
fallo debe responder a principios de legalidad, debido proceso y de seguridad procesal, no resulte
ultra, extra ni infra petita.
I.1.3. Petitorio
Celebrada la audiencia pública, el 1 de octubre de 2011, según consta en el acta cursante de fs. 91 a
94 vta., se produjeron los siguientes actuados:
En audiencia, Cesar López Saavedra, por medio de su abogada, ratificó el tenor íntegro de su
memorial de acción de amparo constitucional.
Osvaldo Osinaga Vargas, mediante informe escrito de 30 de noviembre de 2011, cursante de fs. 88 a
89, indicó que: la Resolución de 12 de noviembre de 2007, cursante a “fs. 1487”, tiene su
fundamento en los arts. 101 y 111 del Código de Familia (CF), donde se calificó el capital de cesantía
como un bien ganancial, asimismo, el art. 102 del CF, señala que la comunidad de gananciales es
regulada por ley, en ese entendido no puede renunciarse ni modificarse por convenios particulares,
bajo pena de nulidad, y lo resuelto en el mencionado fallo, fue conforme a Ley.
Por su parte, Miriam Virginia Aguilar Rodríguez, -actual Vocal de la Sala Social y Administrativa
Primera- y Juan Carlos Berrios Albizú Vocal de la Sala Civil Segunda -ambos demandados-,
presentaron informe escrito el 1 de octubre de 2011, cursante a fs. 90 vta., mencionando que: i) Se
pronunció el Auto de Vista I-156/11 en aplicación del art. 15 de la Ley de Organización Judicial (LOJ
abrog), que faculta al tribunal de alzada revisar los procesos y establecer si los jueces y funcionarios
observaron las leyes y plazos en la tramitación de causas, en cuya labor fiscalizadora se estableció
que una vez emitida la resolución 485/2009 que resolvió el incidente de nulidad de obrados,
suscitado por Cesar López Saavedra, habiéndose notificado con la misma el 3 de diciembre de 2009,
a horas 17:50; posteriormente, ii) El -ahora accionante- presentó recurso de apelación el 8 de
diciembre del mismo año, a horas 14:45, es decir fuera del plazo establecido de tres días previstos
en el art. 216 del Código de Procedimiento Civil (CPC), considerando que el Auto impugnado se
constituía en Auto interlocutorio simple, porque no trataba del derecho discutido en proceso ni
ponía fin al mismo por lo que se aplicó el art. 237.I. del Adjetivo Civil por lo que se anuló el Auto de
concesión de alzada de 15 de mayo de 2010; y, iii) Concluyendo que la Sala Civil Segunda en calidad
de tribunal ad quem, únicamente cumplió con el deber de aplicar la norma, solicitando se deniegue
la acción de amparo constitucional.
I.2.3. Resolución
La Sala Penal Primera de la Corte Superior del Distrito Judicial -ahora Tribunal Departamental de
Justicia- de La Paz, constituida en Tribunal de garantías, pronunció la Resolución 769/2011 de 3 de
octubre, cursante de fs. 129 a 132, por la que concedió en parte la tutela solicitada, disponiendo
que: a) La Sala Civil Segunda de la Respetable Corte Superior de Justicia- ahora Tribunal
Departamental de Justicia- de La Paz, dicte nuevo Auto de Vista, que resuelva el recurso de
apelación, formulado por Cesar López Saavedra contra la Resolución 485/2009 de 25 de noviembre;
y, b) Dejar sin efecto el Auto de Vista I-156/11; bajo el siguiente fundamento: 1) La Resolución
485/2009 de 25 de noviembre, que declaraba improbado el incidente de nulidad, fue notificado al
accionante el 3 de diciembre de 2009 a horas 17:50, por lo que se presentó recurso de apelación del
8 del mismo mes y año, a horas 14:45, habiéndose interpuesto a los cinco días de haberse
notificado; lo que quiere decir que fue presentado dentro de plazo establecido por el art. 220.I inc.
1) del CPC; 2) Los Vocales demandados hicieron una valoración incorrecta de la normativa al
“rechazar el incidente de nulidad” ya mencionado; 3) En ejecución de sentencia, resulta indistinto
para efectos de activar el recurso de apelación si el auto es interlocutorio simple o definitivo; y, 4) El
Auto interlocutorio de 25 de noviembre de 2009, se pudo impugnar dentro del plazo de diez días,
por lo que deberán pronunciarse en el fondo.
Se hizo notar, que el Vocal convocado para conformar el Tribunal de garantías Ramiro López
Guzmán, Vocal de la Sala Penal Tercera expresó su desacuerdo y fue de voto disidente, habiéndose
convocado nuevamente un Vocal dirimidor, recayendo dicha designación en Elías Fernando Ganam
Cortez, Vocal de Sala Penal Segunda.
Por mandato de las normas previstas por el art. 20.I y II de la Ley 212 de 23 de diciembre de 2011, la
Sala Plena del Tribunal Constitucional Plurinacional, conformó la Sala Liquidadora Transitoria,
posesionando a los Magistrados de la misma, el 15 de febrero de 2012, a objeto de la liquidación de
las acciones tutelares ingresadas a los Tribunales de garantías, hasta el 31 de diciembre de 2011,
modificada por la Disposición Transitoria Segunda del Código Procesal Constitucional vigente desde
el 6 de agosto de 2012. Con la referida competencia, se procedió al sorteo de la presente causa,
dictándose Resolución dentro de plazo.
II. CONCLUSIONES
II.1. Auto de 12 de noviembre de 2007, emitido por Osvaldo Osinaga Vargas, Juez Octavo de
Partido de Familia, que dispone, se oficie nuevamente al Gerente de la Corporación del Seguro Social
Militar (COSSMIL), para que proceda a la retención del 50% de los beneficios sociales de cesantía que
corresponde al demandado Cesar López Saavedra a favor de Carmen Melgar Nogales, asimismo se
deposite en el Juzgado la suma de Bs4 371,99.- (cuatro mil trescientos setenta y uno 99/100
bolivianos) a favor de Carmen Melgar Nogales, por concepto del 50% del aporte de vivienda militar,
ya cobrado por el ahora accionante (fs. 40).
II.2. Resolución 79/2008 de 19 de febrero, emitida por René Pabón Ortuño y Aida Luz Maldonado
Bocángel, Vocales de Sala Civil Primera, que en su parte resolutiva, dispone confirmar el Auto de 12
de noviembre 2007 (fs. 36 a 37).
II.3. Auto 485/2009 de 25 de noviembre, pronunciado por Osvaldo Osinaga Vargas Juez Octavo
de Partido de Familia, que declaró improbado el incidente de nulidad de obrados (fs. 25 a 27).
II.4. Auto de 15 de mayo de 2010, emitido por Osvaldo Osinaga Vargas, Juez Octavo de Partido
de Familia, que concedió el recurso de apelación en efecto devolutivo, por ante la Corte Superior del
Distrito Judicial de La Paz (fs. 81 vta.).
II.5. Resolución I-156/11 de 5 de abril de 2011, emitida por Miriam Virginia Aguilar Rodríguez y
Juan Carlos Berrios Vocales de Sala Civil Segunda que ANULA el Auto de concesión de alzada de 15
de mayo de 2010, sólo en cuanto se refiere a la primera parte de dicho fallo manteniéndose
inalterable respecto a los otrosíes de dicho Auto declarando asimismo ejecutoriada la Resolución
485/2009, se advierte que Cesar López Saavedra presento su recurso el 8 de diciembre de 2009,
según se establece del cargo de recepción de donde se infiere que dicho recurso fue formulado
cuando el plazo para interponer había vencido el 6 de ese mes y año, es decir fuera del plazo de los
tres días previsto por los arts. 216 en relación al 518 del CPC, teniendo en cuenta que el Auto que
resuelve un incidente de nulidad de obrados, constituye un Auto interlocutorio simple por que no
trata del derecho discutido en el proceso, en ese contexto, éste Tribunal se encuentra impedido de
ingresar a considerar el fondo del recurso planteado por ser extemporáneo correspondiendo en
consecuencia dar aplicación a los dispuesto por el art. 237.I del citado Adjetivo Civil (fs. 14 vta.).
A su vez el art. 129.I de la Norma Suprema, establece que: “La acción de Amparo
Constitucional se interpondrá por la persona que se crea afectada, por otra a su nombre con poder
suficiente o por la autoridad correspondiente de acuerdo con la Constitución, ante cualquier juez o
tribunal competente, siempre que no exista otro medio o recurso legal para la protección inmediata
de los derechos y garantías restringidos, suprimidos o amenazados” (las negrillas nos corresponden).
Conforme lo establecido por estas disposiciones la SC 0002/2012 de 13 de marzo, señala que:“Del
contenido del texto constitucional de referencia, puede inferirse que la acción de amparo
constitucional es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e inmediato de protección
de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se
circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y garantías, que no se encuentran
resguardados por los otros mecanismos de protección especializada que el mismo orden
constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de libertad, de protección de privacidad,
popular, de cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los que procede, esta
acción se dirige contra aquellos actos y omisiones ilegales o indebidos provenientes no sólo de los
servidores públicos sino también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o amenacen
restringir los derechos y garantías objeto de su protección.
(…)
(…)
Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control reforzado de
constitucionalidad o control tutelar de los derechos y garantías, al constituirse en un mecanismo
constitucional inmediato de carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto
de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre que no exista otro medio de
protección o cuando las vías idóneas pertinentes una vez agotadas no han restablecido el derecho
lesionado, lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede analizar el fondo del
problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar la tutela”.
III.2. Del debido proceso
De esa esencia, deriva a su vez la congruencia como principio característico del debido
proceso, entendida en el ámbito procesal como la estricta correspondencia que debe existir entre lo
peticionado y lo resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la coherencia que
debe tener toda resolución, ya sea judicial o administrativa, y que implica también la concordancia
entre la parte considerativa y dispositiva: sino que además, debe mantenerse en todo su contenido,
efectuando un razonamiento integral y armonizado entre los distintos considerandos y
razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de contenido de la resolución y su
estricta correspondencia entre lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita de las
disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que llevó a la determinación que se asume. En
base a esas consideraciones, es que quien administra justicia, emitirá fallos motivados, congruentes
y pertinentes.
Es decir que, en segunda instancia, pueden darse casos de incongruencia 'ultra petita' en los
que el juez o tribunal decide cuestiones que han quedado consentidas y que no fueron objeto de
expresión de agravios (extra petita); y cuando omite decidir cuestiones que son materia de
expresión de agravios por el apelante (citra petita).
En virtud al entendimiento antes citado, debe precisarse que la motivación de las decisiones
jurisdiccionales y administrativas, constituye un elemento configurativo del derecho al debido
proceso, al respecto, este Tribunal, mediante la SC 1365/2005-R de 31 de octubre, ha señalado que
«…la garantía del debido proceso, comprende entre uno de sus elementos la exigencia de la
motivación de las resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que conozca de un reclamo,
solicitud o que dicte una resolución resolviendo una situación jurídica, debe ineludiblemente
exponer los motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es necesario que exponga los
hechos establecidos, si la problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento de conocer
la decisión del juzgador lea y comprenda la misma, pues la estructura de una resolución tanto en el
fondo como en la forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado no sólo de
acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al caso, sino que también la decisión está
regida por los principios y valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose cualquier
interés y parcialidad, dando al administrado el pleno convencimiento de que no había otra forma de
resolver los hechos juzgados sino de la forma en que se decidió».
Es imperante además precisar que toda resolución ya sea jurisdiccional o administrativa, con
la finalidad de garantizar el derecho a la motivación como elemento configurativo del debido
proceso debe contener los siguientes aspectos a saber: a) Debe determinar con claridad los hechos
atribuidos a las partes procesales, b) Debe contener una exposición clara de los aspectos fácticos
pertinentes, c) Debe describir de manera expresa los supuestos de hecho contenidos en la norma
jurídica aplicable al caso concreto, d) Debe describir de forma individualizada todos los medios de
prueba aportados por las partes procesales, e) Debe valorar de manera concreta y explícita todos y
cada uno de los medios probatorios producidos, asignándoles un valor probatorio específico a cada
uno de ellos de forma motivada, f) Debe determinar el nexo de causalidad entre las denuncias o
pretensiones de las partes procesales, el supuesto de hecho inserto en la norma aplicable, la
valoración de las pruebas aportadas y la sanción o consecuencia jurídica emergente de la
determinación del nexo de causalidad antes señalado.
De lo expresado precedentemente, se colige que las reglas del debido proceso se tienen
cumplidas en cuanto a su elemento motivación, solamente en la medida en la cual se observen
estrictamente los requisitos antes señalados; entonces, la omisión o incumplimiento de cualquiera
de estos requisitos, constituye una vulneración a este derecho y por tanto, una vez agotados los
mecanismos internos para el cuestionamiento a decisiones jurisdiccionales o administrativas, deben
tutelarse a través del amparo constitucional”.
Los Autos Interlocutorios, por la naturaleza del caso que sea resuelto a través de ellos, se
dividen en dos tipos: los definitivos y los simples, que fueron desarrollados por la SC 0757/2007-R de
24 de septiembre, entre otras, expresando que: 'Los primeros, cortan todo procedimiento ulterior
del juicio, haciendo imposible, de hecho y de derecho, la prosecución del proceso. Así, si fuere el
caso, pronunciados en ocasión de un trámite incidental, aparejan en último término la conclusión
del juicio, en caso de ser declaradas procedentes las excepciones o la oposición'.
De acuerdo a dicho entendimiento, el art. 225.1) del CPC taxativamente, establece que
contra las sentencias pronunciadas en procesos ejecutivos y contra los autos que resuelven las
tercerías presentadas dentro de los procesos ejecutivos, procede el recurso de apelación en el
efecto devolutivo.
En cambio, de acuerdo al art. 189 del CPC, los autos interlocutorios simples pueden revocarse o
sufrir mutaciones de oficio o a instancia de parte, los mismos que pueden ser impugnados a través
del recurso de reposición, según lo previsto por el art. 215 del citado Código, no admitiendo estas
providencias apelación directa.
Ahora bien contra esa determinación el accionante interpuso recurso de apelación la que
fue resuelta por Resolución I-156/11, emitida por la Sala Civil Segunda, con el fundamento de que el
recurso de apelación planteado estaría fuera del plazo de tres días previsto por los arts. 216 en
relación al 518 del CPC, teniendo en cuenta que el fallo que resuelve un incidente de nulidad de
obrados constituye un Auto interlocutorio simple, porque no trata del derecho discutido en el
proceso, señalando que el Tribunal se ve impedido de ingresar al fondo del recurso planteado.
Por lo expuesto, el Tribunal de garantías, al haber concedido en parte la tutela solicitada valoró
correctamente los antecedentes de la presente acción.
POR TANTO