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SENTENCIA CONSTITUCIONAL PLURINACIONAL 1550/2014

Sucre, 1 de agosto de 2014

SALA SEGUNDA
Magistrado Relator: Dr. Zenón Hugo Bacarreza Morales
Acción de amparo constitucional

Expediente: 05981-2014-12-AAC
Departamento: Santa Cruz

En revisión la Resolución 254 de 11 de noviembre de 2013, cursante de fs. 220 a


223 vta., pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional
interpuesta por Gober López Velasco contra Alain Núñez Rojas, Editha
Pedraza Becerra y Teresa Lourdes Ardaya Pérez, Vocales de la Sala Civil
y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa
Cruz.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la demanda

Por memorial presentado el 6 de noviembre de 2014, cursante de fs. 163 a 177


vta., el accionante expresa los siguientes fundamentos de hecho y de derecho:

I.1.1. Hechos que motivan la acción

Dentro del proceso “ordinario” (sic) por supuesto mejor derecho propietario y
pago de daños y perjuicios seguido por Kinjo Shimabukuro contra su persona, el
Juez Décimo Primero de Instrucción en lo Civil y Comercial del departamento de
Santa Cruz, pronunció sentencia declarando probada la demanda e improbada la
reconvención; apelada la misma fue concedida por Auto de 27 de febrero de 2012,
radicando el caso ante el Juzgado Tercero de Partido en lo Civil y Comercial de la
Capital, cuyo Juez dictó el Auto de Vista 21 de 28 de septiembre del mismo año,
anulando el Auto de concesión de la apelación, ordenando que el Juez a quo
conceda la apelación en el efecto devolutivo y no en el suspensivo; dictándose
luego el Auto complementario que no dio curso a la solicitud de complementación;
ello implica que, en segunda instancia no hubo un pronunciamiento de fondo, sino
solamente de forma; frente a esa decisión del Tribunal de apelación, interpuso
recurso de casación en la forma, pidiendo se corrija procedimiento y se disponga
la nulidad de obrados hasta el Auto de admisión de la demanda, corrido en
traslado dicho recurso, el demandante tampoco solicitó un análisis de fondo, pues
la casación fue planteada en la forma únicamente.

Señala inicialmente que debido a la excusa de todos los miembros de la Sala Civil
y Comercial Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, el caso
radicó en la Sala Civil Segunda, conformada por los Vocales demandados, a
quienes se los recusó por memorial de 15 de febrero de 2013, invocando la causal
prevista en el art. 27.8 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ); en vista de ello, los
Vocales Alain Núñez Rojas y Editha Pedraza Becerra, emitieron el Auto de 14/2013
19 de febrero, por el cual deciden no allanarse a la recusación, en relación a la
Vocal Teresa Lourdes Ardaya, ésta no conoció la recusación ni se pronunció al
respecto; aspecto que lesiona el debido proceso puesto que la recusación no le
fue notificada pese a encontrarse en plena función jurisdiccional; sin embargo,
después del por tanto y del colocado de la cláusula de seguridad, cursa una nota
que señala: “Con relación a la recusación de la Dra. Teresa Lourdes Ardaya Pérez,
estese al Auto que sale a fs. 409” (sic); es decir, que los Vocales suscribientes
fallaron y decidieron por ella sin que exista disposición legal que les faculte para
ejercer decisiones jurisdiccionales y competenciales por otra persona, agrega que
no es posible que los referidos Vocales decidan la recusación de la Dra. Teresa
Lourdes Ardaya Pérez.

Explica que el Auto que cursa a fs. 409, no es otro que una anterior excusa de la
Dra. Teresa Lourdes Ardaya Pérez, que no fue sometida a consulta y que quedó
sin efecto debido a la nulidad de obrados, por lo que la referida Vocal, debió
nuevamente pronunciarse respecto a la recusación pero no lo hizo. Remitidos los
antecedentes de la recusación, la Sala Penal Primera por Auto de 5 de abril de
2013, confirmó el rechazo a la recusación sólo con referencia a los dos Vocales,
Alain Núñez Rojas y Editha Pedraza Becerra; no así respecto de la Vocal Teresa
Lourdes Ardaya Pérez, cuya “supuesta ratificación de excusa (…) no fue elevada
en consulta” (sic), por ello no existe pronunciamiento alguno sobre su supuesto
allanamiento de petición de excusa o recusación debido a que ésta nunca se
excusó.

Por otra parte, denuncia que la Sala Civil y Comercial Segunda como Tribunal de
Casación, al pronunciar el “Auto de Vista” 99/2013 de 17 de mayo de 2013, actuó
ilegalmente, pues ingresaron al fondo de la causa de manera ultrapetita, sin tomar
en cuenta que el recurso de casación fue interpuesto en la forma y no en el fondo;
empero resolvieron casar el Auto de Vista 21 de 28 de septiembre de 2012, y
deliberando en el fondo del litigio confirmaron en todas sus partes la sentencia de
9 de diciembre de 2011, para su cumplimiento en ejecución de sentencia, sin
tomar en cuenta que en el recurso de casación no acusó el incumplimiento de
norma alguna en el fondo, sino que solicitó casación en la forma conforme lo
previsto en los arts. 254 inc.1) y 255 inc.2) del Código de Procedimiento Civil
(CPC); sin embargo, el Auto de Vista mencionado lesionó el debido proceso,
fallando más allá de lo pedido.

Asimismo cuestiona que, los Vocales demandados emitieron el Auto de Vista en


grado de casación sin el número de votos necesarios conforme manda el art. 278
del CPC, que exige tres votos conformes en los casos de casación ante las Cortes
Superiores ahora Tribunales Departamentales de Justicia, cuyas salas estén
constituidas por tres o más Vocales; en este caso, la Sala Civil y Comercial
Segunda mencionada, emitió el fallo impugnado sólo con dos votos, no obstante
que dicha sala está conformada por tres Vocales y en caso de existir algún
impedimento, se debía convocar a un tercer Vocal, conforme la jurisprudencia
contenida en las SSCC 1262/2004-R de 10 de agosto y 0170/2007-R de 21 de
marzo; por tanto el “Auto de Vista” (sic) deviene en ilegal y lesivo a derechos
fundamentales.

Finalmente denuncia que el “Auto de Vista” 99/2013 de 17 de mayo, emitido en


casación, en cuanto a la cuantía se limitó a realizar una cita de la página 365 del
libro de José Decker Morales, sin tomar en cuenta que el Acuerdo de Sala Plena 5
de 6 de abril de 2004, estableció la cuantía para determinar la competencia de los
jueces instructores y de los Jueces de Partido, en sujeción “al art. 27” (sic),
conforme lo disponía el art. 55.33) de la Ley de Organización Judicial (LOJ.1193),
por lo que no se analizó cada uno de los puntos cuestionados como agravios en el
recurso de casación planteado en la forma, como el valor real, el valor catastral,
pago de impuestos que definen la cuantía y la competencia, tampoco se les
solicitó que se pronuncien sobre la sentencia de primera instancia al haberse
interpuesto el recurso de casación en la forma, menos se cuestionó el Auto de
concesión de la alzada; sin embargo, los Vocales demandados se pronunciaron
sobre el fondo de forma ultrapetita y extrapetita, por lo que el fallo carece de
fundamentación y congruencia.

I.1.2. Derechos y garantías supuestamente vulnerados

La accionante alega la lesión de su derecho al debido proceso, en sus vertientes


de fundamentación y motivación, y a obtener resoluciones congruentes, así como
el derecho de acceso a la justicia y el principio de la seguridad jurídica, invocando
al efecto los arts. 115.II y 117.I de la CPE.

I.1.3. Petitorio
Solicita se conceda la tutela y se dejen sin efecto el “Auto de Vista” (sic) 99/2013
de 17 de mayo y su Auto complementario de 7 de junio del mismo año,
ordenándose la emisión de un nuevo “Auto de Vista” que resuelva el recurso de
casación en la forma, sobre los puntos denunciados en el recurso de casación.

I.2. Audiencia y resolución del Tribunal de garantías

Celebrada la audiencia pública el 11 de noviembre de 2013, según consta en el


acta cursante de fs. 204 a 220, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ratificación de la acción

El accionante por intermedio de su abogado ratificó los fundamentos de su


demanda.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Alain Núñez Rojas, Editha Pedraza Becerra y Teresa Lourdes Ardaya Pérez,
Vocales de la Sala Civil y Comercial Segunda del Tribunal Departamental de
Justicia de Santa Cruz, -autoridades demandadas- no se presentaron en
audiencia ni emitieron informe alguno, pese a sus legales citaciones cursantes
de fs. 181 a 183.

I.2.3. Intervención del Tercero interesado

Kinjo Shimabukuro, por intermedio de su abogado en audiencia, informó: a) El


26 de febrero de 2009, presentó una acción de mejor derecho propietario,
“cese de molestias y otros” contra Gober López Velasco, quien durante el
proceso interpuso diez incidentes de nulidad cuestionando la competencia en
razón de la cuantía; b) El Auto de Vista fue favorable al accionante, debido a
que ordenó se conceda debidamente la apelación en el efecto devolutivo,
empero el demandado interpuso recurso de casación en la forma, motivo por el
que hicieron notar que el recurso de casación no era procedente; c) El caso
radicó en la Sala Civil Segunda luego de una excusa de la Sala Civil Primera,
quien dictó el Auto Supremo por el cual se casó la sentencia recurrida y se
deliberó en el fondo; d) Al haber fallado en el fondo las autoridades recurridas
obraron conforme a Ley y no puede extraerse ilegalidad alguna; e)
Demostraron su mejor derecho propietario y el accionante pretende alegar
mejor derecho propietario después que su persona tiene la posesión por más
de dieciséis años, lo que fue negado en más de tres oportunidades; f) El tema
de la competencia está plenamente ejecutoriado y ya no es objeto de discusión
ni debate, por lo que no hay afectación de derechos; y, g) El accionante dedujo
la nulidad de notificación lo que demuestra que no agotó la vía y solicitó
complementación, aclaración y enmienda, tomando en cuenta el principio de
subsidiariedad de la acción de amparo; en consecuencia, pidió rechazar la
tutela impetrada.

I.2.3. Resolución

La Sala Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Santa


Cruz, constituida en Tribunal de garantías, mediante la Resolución 254 de 11 de
noviembre de 2013, cursante de fs. 220 a 223 vta., concedió la tutela
solicitada y dispuso la nulidad del Auto Supremo 99/2013 de 17 de mayo,
ordenando se dicte uno nuevo, de acuerdo a los parámetros expuestos en la
jurisprudencia, con los siguientes argumentos: 1) El tercero interesado refirió
que debía denegarse la tutela por no haberse cumplido con el principio de
subsidiariedad, al respecto no es posible revertir el fallo con un incidente de
nulidad, puesto que en los incidentes sólo se discuten cuestiones incidentales o
accesorias que no pueden modificar lo sustancial de la resolución dictada;
menos por medio de una solicitud de complementación, explicación y
enmienda, que únicamente sirve para corregir algún concepto oscuro, aclarar
alguna expresión dudosa o situación que incida en lo principal; 2) El estado
garantiza el debido proceso y en materia civil rige el principio dispositivo por el
que las partes están facultadas para disponer de sus derechos sustantivos y
procesales y está prohibido a los jueces y tribunales iniciarlas de oficio y
únicamente es posible cuando la ley lo permita conforme dispone el art. 86 del
CPC; por lo que en materia civil los jueces no actúan de modo ultrapetita,
citrapetita, o infrapetita, esas infracciones están sancionadas con nulidad como
lo establece el art. 254 del CPC, que señala que habrá lugar al recurso de
casación en la forma por haberse violado las formas esenciales del proceso,
cuando la sentencia o auto recurridos hubiera sido dictado por un tribunal con
un menor número de votos o con menor número de vocales de los requeridos
por Ley, los jueces y tribunales en materia civil están prohibidos de actuar de
oficio tanto en la iniciación de la demanda cuanto en la sustanciación del
proceso y a través de los recursos ordinarios y extraordinarios que tienen las
partes; 3) El recurso de casación fue interpuesto en la forma y no en el fondo,
la Sala Civil y Comercial Segunda no tomó en cuenta ese extremo y no es
posible invocar el art. 180 de la CPE, que exige dictar sentencia pronta,
oportuna justa y sin dilaciones indebidas y vulnerar las formas esenciales del
proceso; y, 4) La Sala Civil y Comercial Segunda, aplicó el principio de la
reformatio impeius en perjuicio del accionante agravando su situación; ninguna
de las partes solicitó se case el Auto de Vista, por lo que es evidente que se
han vulnerado los arts. 278 y 254 inc.3) del CPC, concordante con el art. 17
parágrafo II de la nueva LOJ, que determina que los tribunales deberán
pronunciarse sólo sobre aquellos aspectos solicitados en los recursos
interpuestos.

II. CONCLUSIONES

Del análisis de la documental adjunta al expediente, se evidencia lo siguiente:

II.1. Dentro del proceso sumario por mejor derecho propietario, acción
negatoria de derechos, cancelación de registros de Derechos Reales
(DD.RR.), cese de molestias, pago de daños y perjuicios seguido por
Kinjo Shimabukuro contra Gober López Velasco, el Juez Décimo Primero
de Instrucción en lo Civil y Comercial, dictó sentencia el 9 de diciembre
de 2011, declarando probada la demanda principal e improbada la
demanda reconvencional (fs. 3 a 6 vta.).

II.2. Apelada dicha sentencia por Gober López Velasco (fs. 10 a 15), el Juez
mencionado mediante Auto de 7 de febrero de 2012, concedió el
recurso de apelación en el efecto devolutivo (fs. 22). A pedido del
accionante, por Auto de 27 del mismo mes y año, complementó el Auto
anterior, concediendo la apelación planteada por éste en efecto
diferido, contra el “Auto de fs. 277 y Vta.” (sic), para que el superior en
grado resuelva en forma conjunta ambos recursos (fs. 24 a 25).

II.3. Por Auto de Vista 21 de 28 de septiembre de 2012, la Jueza Tercero de


Partido en lo Civil y Comercial, anuló el Auto de 27 de febrero de 2012,
disponiendo que el Juez inferior dé cumplimiento a lo previsto en el art.
484.II del CPC; señalando estar indebidamente concedido el recurso de
apelación en relación a la sentencia de primera instancia (fs. 39 y vta.).
Dictándose luego el Auto complementario 449 de 22 de octubre del
mismo año, que declaró no haber lugar a la complementación y
enmienda solicitada (fs. 42).

II.4. Contra este Auto de Vista y su complementario, el accionante interpuso


el recurso de casación en la forma, pidiendo la nulidad de obrados,
hasta la admisión de la demanda inclusive, instruyendo que el
expediente sea remitido al Juzgado Décimo Primero de Partido en lo
Civil y Comercial, señalando que: i) Dicho fallo no advirtió la
incompetencia en razón de cuantía del Juez a quo, y que además existía
una apelación concedida en efecto diferido respecto a ese tipo de
incompetencia, que se encontraba fundamentada en el recurso -de
apelación- y que no fue tomada en cuenta; como tampoco se lo hizo en
relación a la apelación en efecto diferido contra el “Auto de fs. 287”
(sic), concedida paralelamente con la apelación de sentencia; ii) Los
terrenos demandados se encuentran “dentro la jurisdicción de Warnes”,
que cuenta con un Juzgado de Instrucción y Juzgados de Partido,
mismos que cuentan con asiento judicial en Montero, siendo esa su
jurisdicción y competencia territorial y no en la capital; iii) La propiedad
“TEXAS-ARIZONA” (sic), no sólo se encuentra comprendido dentro del
radio urbano de Warnes, sino en el área rural; por consiguiente, la
causa debió ser conocida por los juzgados agrarios y no así por los
juzgados ordinarios; en ese sentido, el Juez inferior actuó sin
jurisdicción ni competencia que emane de la Ley; y, iv) El petitorio de
la demanda principal, refiere el pago de daños y perjuicios, sin
especificar el monto, lo cual era necesario para la determinación de la
competencia; por otro lado, se pide la cancelación del registro del
demandado en DD.RR., sin especificar a cual registro se refiere, ni
tampoco señala matrícula o folio; errores de forma que motivaron una
sentencia extra petita (fs. 44 a 50 vta.) mediante Auto de 20 de
diciembre de 2012, se le concedió el recurso (fs. 54).

II.5. Sorteado el caso, recayó en la Sala Civil Primera del Tribunal


Departamental de Justicia de Santa Cruz, cuyos miembros por Auto de
1 de febrero de 2013, se excusaron del conocimiento del recurso (fs.
58), radicando el caso el 4 de febrero de 2013, en la Sala Civil y
Comercial Segunda del mismo Tribunal (fs. 59 vta.) Por proveído de 7
del mismo mes y año, se tuvo por apersonado al accionante ante la
indica Sala Civil y Comercial Segunda, a cargo de los demandados,
ordenando se le hagan conocer futuras notificaciones y fijando como su
domicilio procesal en secretaría de Sala, en base a lo previsto por el art.
101 del CPC (fs. 63).

II.6. Por memorial de 15 de febrero de 2013, el accionante solicitó la excusa


de los Vocales miembros de la Sala Civil y Comercial Segunda, pidiendo
se haga conocer la misma a cada uno de ellos y se excusen del
conocimiento de la causa (fs. 68 a 69). Ello motivó a la emisión del Auto
14/2013 de 19 de febrero, por el cual Alain Núñez Rojas y Editha
Pedraza Becerra, determinan no allanarse a la “recusación” (sic),
haciendo constar al pie de dicho Auto, una nota que refiere: “Con
relación a la recusación de la Dra. Teresa Lourdes Ardaya Pérez estese
al Auto que sale a fs. 409” (sic) (fs. 70 y vta.). Remitido en consulta el
Auto 14/2013, la Sala Penal Primera del mismo Tribunal, mediante Auto
de Vista 23 de 5 de abril de 2013, confirmó el rechazo de la recusación,
disponiendo que los demandados continúen en el conocimiento de la
causa (fs. 76 a 77).

II.7. A través del Auto Supremo 99/2013 de 17 de mayo, los Vocales


demandados, Editha Pedraza Becerra y Alain Núñez Rojas, casaron en
todas sus partes el Auto de Vista “21” de 28 de septiembre de 2012, y
deliberando en el fondo del litigio confirmaron en todas sus partes la
Sentencia de 9 de diciembre de 2011, para su cumplimiento en
ejecución de sentencia, cursa nota al pie del fallo, en la que se señala
que no participó la Vocal, Teresa Lourdes Ardaya Pérez, “por tener
excusa cursante a fs. 409” (sic), exponiendo en el punto I del
considerando único, los antecedentes del recurso de casación y la
mención de los agravios expuestos por el accionante; en el punto III,
los antecedentes de la anulación de obrados y la consiguiente dictación
de nueva sentencia el 9 de diciembre de “2012”; en el punto IV,
consignan el recurso de apelación planteado por el accionante contra
esa sentencia y la concesión del recurso en efecto devolutivo, más la
concesión de otro Auto de 27 de febrero de 2012, en efecto diferido, y
la determinación del Tribunal de segunda instancia de anular este
último Auto, disponiendo que el Juez a quo de cumplimiento al art.
484.II del CPC; en el punto V, se señala que de acuerdo a la
interpretación realizada por el Tribunal mencionado, se hace inviable
que se tenga que conceder la apelación en efecto suspensivo por
expresa determinación del art. 224 del CPC, pues la resolución apelada
no se encuentra descrita en los casos que esa norma procesal
establece; en el punto VI, realizan la transcripción parcial del Auto
Supremo 238 de 23 de junio de 1992; en el punto VII, luego de la cita
doctrinaria de José Decker Morales, refieren que de su interpretación
establece que al haberse tramitado el presente caso en la vía sumaria,
se actuó de manera correcta, reconociendo el amplio derecho de
defensa del demandado, ahora accionante; asimismo, indica que al
haberse interpretado de manera errónea y restrictiva -por el Tribunal de
segunda instancia- correspondía la consideración y compulsa del Auto
de vista recurrido; y finalmente en el punto VIII, indican que al haber
dictado sentencia el Juez a quo, cumpliendo los principios de
congruencia y exhaustividad, al haberse pronunciado sobre los
extremos demandados en la demanda principal y la reconvencional,
cumpliendo con lo establecido por los arts. 90, 190, 192, 194 del CPC,
advertía que las normas del procedimiento se infringieron -por el
Tribunal de segunda instancia-, razón por la cual correspondía
pronunciarse conforme el “art. 271-I numeral 4)” (sic) del CPC (fs. 82 a
84 vta.).

II.8. Mediante Auto 104/2013 de 7 de junio, los Vocales demandados,


declararon no ha lugar a la complementación, aclaración y enmienda
solicitada por el accionante (fs. 88).

III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO


El accionante sostiene que los Vocales demandados, vulneraron sus derechos al
debido proceso en sus vertientes motivación y congruencia; de acceso a la justicia
y el principio de la seguridad jurídica, debido a que: a) Ante la recusación
planteada contra los miembros de la referida Sala Civil y Comercial Segunda, los
Vocales demandados que conforman esa Sala, no se allanaron a la misma,
quienes tampoco hicieron conocer esa recusación a la Vocal Teresa Lourdes
Ardaya, fallando y decidiendo por ella, habiendo éstos colocado una nota
indicando que: “Con relación a la recusación de la Dra. Teresa Lourdes Ardaya
Pérez, estese al Auto que sale a fs. 409” (sic); b) Las autoridades demandadas a
tiempo de pronunciar el Auto Supremo, no tomaron en cuenta que el recurso de
casación fue únicamente interpuesto en la forma y no en el fondo, como
resolvieron de forma ilegal; c) El Auto Supremo cuestionado fue emitido sólo con
dos votos, pese a que la Sala Civil y Comercial Segunda está conformada por tres
vocales, contraviniendo el art. 278 del CPC, que dispone que en casos de casación
se requieren tres votos conformes; y, d) El Auto Supremo impugnado, no analizó
los agravios expuestos, pronunciándose sobre el fondo, sin haber solicitado se
pronuncien de esa manera, careciendo de fundamentación y congruencia.

En consecuencia, corresponde analizar, en revisión, si los argumentos son


evidentes a fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. Naturaleza jurídica de la acción de amparo constitucional

Dentro de las acciones de defensa instituidos en la Constitución Política


del Estado, se encuentra la acción de amparo constitucional,
establecido como un medio de defensa que se activa en resguardo de
los derechos fundamentales y garantías constitucionales de las
personas; así el art. 128 de la Norma Fundamental, expresa: “La Acción
de Amparo Constitucional tendrá lugar contra actos u omisiones ilegales
o indebidos de los servidores públicos, o de persona individual o
colectiva, que restrinjan, supriman o amenacen restringir o suprimir los
derechos reconocidos por la Constitución y la ley”.

De donde se puede inferir, que esta acción constitucional se configura


como un mecanismo eficaz, rápido e inmediato para el restablecimiento
de derechos y garantías constitucionales dirigido contra aquellos actos u
omisiones ilegales o indebidas provenientes no sólo de servidores
públicos, sino además de personas individuales o colectivas.

Se rige esencialmente por los principios de subsidiariedad e inmediatez,


el primero, entendido como el agotamiento previo o la constatación de
la inexistencia de otras vías o recursos legales para la protección
inmediata de los derechos denunciados como conculcados, por cuanto,
no sustituye o reemplaza a los recursos o instancias ordinarias
preestablecidas en el ordenamiento jurídico. Respecto al segundo, su
interposición debe hacerse en el plazo de seis meses, computable a
partir del conocimiento del hecho o producida la notificación con el acto
ilegal u omisión indebida, siempre que no existan otros recursos o
medios para impugnarlos o, si existieran, a partir del momento en que
se agotó la última instancia.

La jurisprudencia constitucional, a través de la SCP 0002/2012 de 13 de


marzo, señaló lo siguiente: “Del contenido del texto constitucional de
referencia, puede inferirse que la acción de amparo constitucional
es un mecanismo de defensa jurisdiccional, eficaz, rápido e
inmediato de protección de los derechos fundamentales y
garantías constitucionales, cuyo ámbito de protección se
circunscribe respecto de aquellos derechos fundamentales y
garantías, que no se encuentran resguardados por los otros
mecanismos de protección especializada que el mismo orden
constitucional brinda a los bolivianos, como la acción de
libertad, de protección de privacidad, popular, de
cumplimiento, etc. Asimismo, desde el ámbito de los actos contra los
que procede, esta acción se dirige contra aquellos actos y omisiones
ilegales o indebidos provenientes no sólo de los servidores públicos sino
también de las personas individuales o colectivas que restrinjan o
amenacen restringir los derechos y garantías objeto de su protección'.

(…)

Lo señalado implica que la acción de amparo forma parte del control


reforzado de constitucionalidad o control tutelar de los derechos y
garantías, al constituirse en un mecanismo constitucional inmediato de
carácter preventivo y reparador destinado a lograr la vigencia y respeto
de los derechos fundamentales y garantías constitucionales, siempre
que no exista otro medio de protección o cuando las vías idóneas
pertinentes una vez agotadas no han restablecido el derecho lesionado,
lo que significa que de no cumplirse con este requisito, no se puede
analizar el fondo del problema planteado y, por tanto, tampoco otorgar
la tutela” (las negrillas nos corresponden).

Por su parte, el art. 51 del CPCo, señala: “La acción de amparo


constitucional tiene el objeto de garantizar los derechos de toda
persona natural o jurídica, reconocidos por la CPE y la Ley, contra los
actos ilegales o las omisiones indebidas de las y los servidores públicos
o particulares que los restrinjan, supriman o amenacen restringir o
suprimir”.

De todo lo anteriormente anotado, se establece que esta acción tutelar


se constituye en un mecanismo idóneo para la tutela de los derechos
fundamentales no tutelados por otros mecanismos específicos de
defensa, siempre y cuando no existan otras instancias o recursos intra
procesales de defensa, por ello, esta acción no puede suplir la labor de
la jurisdicción ordinaria ni administrativa.

III.2. Sobre las excusas y recusaciones en materia civil y la


oportunidad de su planteamiento

Al respecto la Ley 1760 de 28 de febrero de 1997, denominada Ley de


Abreviación Procesal Civil y de Asistencia Familiar, vigente en la
tramitación del proceso sumario civil, estableció en su art. 4, respecto a
la obligación de excusa de las autoridades jurisdiccionales, lo siguiente:
“I. El juez o magistrado comprendido en cualquiera de las causas de
recusación, deberá excusarse de oficio en su primera actuación. La
excusa no procede a pedido de parte” (las negrillas son nuestras).

Por su parte en su art. 8, relativo a la oportunidad de la recusación,


señaló que:

“I. Si el juez o magistrado no se excusare sin embargo de


hallarse comprendido en alguna de las causas del artículo 3,
procederá la recusación.

II. La recusación podrá ser deducida por cualquiera de las


partes, en la primera actuación que realicen en el proceso. Si la
causal fuere sobreviniente, deberá ser deducida dentro de los tres días
de tenerse conocimiento de su existencia y hasta antes de quedar la
causa en estado de sentencia” (el resaltado es nuestro).

Sobre el particular, la SCP 0104/2012 de 23 de abril, indicó que: “ En


materia procesal civil, el régimen de las recusaciones y excusas se
encuentra regulado por la Ley de Abreviación Procesal Civil y de
Asistencia Familiar, cuyo art 2 reforma los Capítulos IV, V y VI del Título
I del Libro Primero del Código de Procedimiento Civil.

En ese orden, la excusa, en general, constituye el medio legal


establecido para que una autoridad jurisdiccional por decisión propia se
separe en la primera actuación del conocimiento de un proceso debido
a distintas causas que pudieran afectar la imparcialidad del juzgador.
(…) así como, por su parte, el art. 4 de la citada Ley, establece la
obligación de excusa, determinando que el juez o magistrado
comprendido en cualquiera de las causas de recusación, deberá
excusarse de oficio en su primera actuación, aclarando que la excusa no
procede a pedido de parte.

En este contexto, la recusación dará lugar a ser presentada


cuando la autoridad jurisdiccional no se excusa a pesar de
hallarse comprendido en alguna de las causas señaladas
expresamente en la ley, por lo que, la recusación procederá a
pedido de cualquiera de las partes, en la primera actuación que
realicen en el proceso.

En consecuencia, para que el titular del cargo pueda eximirse de los


deberes que le son inherentes, deberá concurrir alguna de las causas
de excusa legalmente previstas, y según procedimiento previsto al
efecto. (Diccionario de Derecho Civil de Miguel Ángel del Arco Torres y
Manuel Pons González) (las negrillas nos pertenecen).

Por su parte, la Ley 439 de 19 de noviembre de 2013, denominada


Código Procesal Civil, a través de su Disposición Derogatoria Primera,
derogó los arts. 1 al 15 y del 19 al 59 de la Ley 1760 antes mencionada,
y consiguientemente los artículos arriba transcritos; estableciendo un
nuevo régimen respecto a las recusaciones y excusas, determinando en
el art. 348 de dicha Ley, que: “I. La autoridad judicial comprendida en
cualquiera de las causas de recusación tendrá la obligación de
excusarse en su primera actuación. La excusa no procede a pedido
de parte” (resaltado agregado).

Asimismo, en el art. 351, regula la oportunidad de la recusación


indicando lo siguiente: “I. Si la autoridad judicial, sin embargo de
hallarse comprendida en alguna de las causas del Artículo 347
-causales de recusación- del presente Código, no se excusare,
procederá la recusación.

II. La recusación podrá ser deducida por cualquiera de las


partes, en la primera actuación que realice en el proceso. Si la
causal fuere sobreviniente, se deducirá dentro de los tres días de
tenerse conocimiento de su existencia y hasta antes de quedar la causa
en estado de resolución (las negrillas son nuestras).
III.3. Normativa aplicable al caso

De conformidad a lo previsto en el art. 250 del CPC, el recurso de


casación puede ser de casación en la forma y de casación en el fondo.

Por su parte, el art. 253 del mismo código, señala que procederá el
recurso de casación en el fondo:

“1) Cuando la sentencia recurrida contuviere violación,


interpretación errónea o aplicación indebida de la ley.

2) Cuando contuviere disposiciones contradictorias.

3) Cuando en la apreciación de las pruebas se hubiere incurrido en


error de derecho o error de hecho. Este último deberá evidenciarse
por documentos o actos auténticos que demostraren la
equivocación manifiesta del juzgador” (resaltado agregado).

Asimismo, el art. 254 del dicho Código, señala que procederá el recurso
de casación en la forma, “…por haberse violado las formas esenciales
del proceso, cuando la sentencia o auto recurrido hubiere sido dictado:

1) Por juez o tribunal incompetente, o por tribunal integrado


contraviniendo a lo dispuesto por la ley.

2) Por un juez o con la concurrencia de un vocal legalmente impedido


o cuya excusa o recusación estuviere pendiente o hubiere sido
declarada legal por tribunal competente.

3) Por un tribunal con menor número de votos o con menor número


de vocales que los requeridos por la ley”.

Por su parte el art. 255 del CPC, señala las Resoluciones contra las
cuales procede el recurso de casación, disponiendo que: Habrá lugar al
recurso de casación contra las resoluciones siguientes: “2) Autos de
vista que resolvieren una declinatoria de jurisdicción, decidieren una
excepción de incompetencia o anularen el proceso”.

El art. 271 del CPC, determina las formas de resolución del recurso de
casación, señalando que: “El tribunal o juez de casación resolverá el
recurso en una de las formas siguientes:

1) Declarándolo improcedente.
2) Declarándolo infundado.

3) Anulando obrados, con o sin reposición.

4) Casando el auto de vista” (negrillas agregadas).

En coherencia con el numeral 4) del artículo anterior, el art. 274 del


CPC indica lo siguiente:

“I. El tribunal o juez casará la sentencia o auto recurrido que


infringiere la ley o las leyes acusadas en el recurso, y en este
caso fallará en lo principal del litigio aplicando las leyes conculcadas y
condenando en responsabilidad de multa al juez o tribunal infractor, a
menos que encontrare excusable el error.

II. La casación, puede ser parcial o total” (negrillas agregadas).

En cambio, el art. 275 del CPC, se relaciona con el numeral 3 del


artículo anterior, previniendo que: “Se anulará el proceso reponiéndolo
hasta el vicio más antiguo en los casos 1, 2, 3, 6 y 7 del artículo 254; y
se anulará llanamente en los casos 4 y 5 del mismo artículo. Al
declararse la nulidad se impondrá multa al juez o tribunal infractor,
salvo el caso excepcional de excusa justificada”.

III.4. De la fundamentación y motivación de las resoluciones como


elemento del debido proceso.

La jurisprudencia constitucional, ha establecido que la fundamentación


y motivación que realice un juez o tribunal ordinario a tiempo de emitir
una resolución, debe exponer con claridad los motivos que sustentaron
su decisión; en ese sentido, la SCP 0450/2012 de 29 de junio,
ratificando lo señalado en la SC 0863/2007-R de 12 de diciembre, entre
otras, señaló que: “…la garantía del debido proceso, comprende
entre uno de sus elementos la exigencia de la motivación de las
resoluciones, lo que significa, que toda autoridad que conozca
de un reclamo, solicitud o que dicte una resolución resolviendo
una situación jurídica, debe ineludiblemente exponer los
motivos que sustentan su decisión, para lo cual, también es
necesario que exponga los hechos establecidos, si la
problemática lo exige, de manera que el justiciable al momento
de conocer la decisión del juzgador lea y comprenda la misma,
pues la estructura de una resolución tanto en el fondo como en la
forma, dejará pleno convencimiento a las partes de que se ha actuado
no sólo de acuerdo a las normas sustantivas y procesales aplicables al
caso, sino que también la decisión está regida por los principios y
valores supremos rectores que rigen al juzgador, eliminándose
cualquier interés y parcialidad, dando al administrado el pleno
convencimiento de que no había otra forma de resolver los hechos
juzgados sino de la forma en que se decidió.

'Al contrario, cuando aquella motivación no existe y se emite


únicamente la conclusión a la que ha arribado el juzgador, son
razonables las dudas del justiciable en sentido de que los
hechos no fueron juzgados conforme a los principios y valores
supremos, vale decir, no se le convence que ha actuado con
apego a la justicia, por lo mismo se le abren los canales que la Ley
Fundamental le otorga para que en búsqueda de la justicia, acuda a
este Tribunal como contralor de la misma, a fin de que dentro del
proceso se observen sus derechos y garantías fundamentales, y así
pueda obtener una resolución que ordene la restitución de
dichos derechos y garantías, entre los cuales, se encuentra la
garantía del debido proceso, que faculta a todo justiciable a
exigir del órgano jurisdiccional a cargo del juzgamiento una
resolución debidamente fundamentada, así se ha entendido en
varios fallos de este Tribunal, entre ellos, la SC 0752/2002-R, de 25 de
junio, que ampliando el entendimiento de la SC 1369/2001-R de 19 de
diciembre señaló lo siguiente: '(…) el derecho al debido proceso, entre
su ámbito de presupuestos exige que toda Resolución sea debidamente
fundamentada. Es decir, que cada autoridad que dicte una
Resolución debe imprescindiblemente exponer los hechos,
realizar la fundamentación legal y citar las normas que
sustenta la parte dispositiva de la misma. Que, consecuentemente
cuando un Juez omite la motivación de una Resolución, no sólo suprime
una parte estructural de la misma, sino también en los hechos toma
una decisión de hecho no de derecho que vulnera de manera flagrante
el citado derecho que permite a las partes conocer cuáles son las
razones para que se declare en tal o cual sentido; o lo que es lo mismo
cuál es la ratio decidendi que llevó al Juez a tomar la decisión'.

'Finalmente, cabe señalar que la motivación no implicará la exposición


ampulosa de consideraciones y citas legales, sino que exige una
estructura de forma y de fondo. En cuanto a esta segunda, la
motivación puede ser concisa pero clara y satisfacer todos los
puntos demandados, debiendo expresar el Juez sus
convicciones determinativas que justifiquen razonablemente
su decisión en cuyo caso las normas del debido proceso se
tendrán por fielmente cumplidas. En sentido contrario, cuando la
resolución aun siendo extensa no traduce las razones o motivos por los
cuales se toma una decisión, dichas normas se tendrán por vulneradas'.

'La jurisprudencia señaló que el debido proceso es de aplicación


inmediata, vincula a todas las autoridades judiciales, jurisdiccionales y
administrativas, y constituye una garantía de legalidad procesal prevista
por el constituyente para proteger la libertad, la seguridad jurídica y la
fundamentación o motivación de las resoluciones judiciales o
administrativas. Abarca un conjunto de derechos y garantías mínimas
que garantizan el diseño de los procedimientos judiciales y
administrativos, entre sus elementos se encuentra la fundamentación
y motivación de las resoluciones, a las que toda autoridad a
cargo de un proceso está obligada a cumplir, no solamente a
efectos de resolver el caso sometido a su conocimiento, sino
exponiendo de manera suficiente, las razones que llevaron a
tomar cierta decisión, así como las disposiciones legales que
sustentan la misma, es decir, debe llevar al convencimiento que se hizo
justicia, tanto a las partes, abogados, acusadores y defensores, así
como a la opinión pública en general; de lo contrario, no sólo se
suprimiría una parte estructural de la resolución sino impediría que las
partes del proceso conozcan los motivos que llevaron a dicha autoridad
a asumir una determinación, lo que no implica que dicha motivación
contenga una exposición ampulosa y sobrecargada de consideraciones
y citas legales, basta con que ésta sea concisa pero clara y satisfaga
todos los aspectos demandados” (las negrillas son nuestras).

III.5. El principio de congruencia como componente sustancial del


debido proceso

Sobre el particular, la SCP 0177/2013 de 22 de febrero, señaló: “ …la


congruencia como principio característico del debido proceso,
entendida en el ámbito procesal como la estricta
correspondencia que debe existir entre lo peticionado y lo
resuelto; ahora bien, esa definición general, no es limitativa de la
coherencia que debe tener toda resolución, ya sea judicial o
administrativa, y que implica también la concordancia entre la
parte considerativa y dispositiva: sino que además, debe
mantenerse en todo su contenido, efectuando un razonamiento
integral y armonizado entre los distintos considerandos y
razonamientos contenidos en la resolución. La concordancia de
contenido de la resolución y su estricta correspondencia entre
lo pedido, lo considerado y lo resuelto, conlleva a su vez la cita
de las disposiciones legales que apoyan ese razonamiento que
llevó a la determinación que se asume. En base a esas
consideraciones, es que quien administra justicia, emitirá fallos
motivados, congruentes y pertinentes.

(…)

El principio de congruencia, responde a la pretensión jurídica o la


expresión de agravios formulada por las partes; la falta de
relación entre lo solicitado y lo resuelto, contradice el principio
procesal de congruencia, la resolución de primera y/o segunda
instancia, debe responder a la petición de las partes y de la
expresión de agravios, constituyendo la pretensión jurídica de
primera y/o segunda instancia” (el resaltado es nuestro).

III.6. Número de votos para casar resoluciones

La SCP 1148/2014 de 10 de junio, realizando una sistematización del


entendimiento jurisprudencial relativo al número de votos para casar
Autos Supremos, dejó establecido lo siguiente: “En una acción de
amparo constitucional planteada contra los Magistrados del Tribunal
Supremo de Justicia, se denunció la vulneración del derecho al debido
proceso, al trabajo, a la petición y a la “seguridad jurídica”, debido a
que al emitir el AS 194/2012 de 28 de junio, que resolvió el recurso de
casación fue realizado, entre otros, sin contar con el número de votos
necesario para su aprobación, situación que fue examinada en la SCP
02537/2012 de 14 de diciembre, que señaló: ”…en lo referente a
los Autos Supremos ahora impugnados hubieran sido emitidos
sin contar con el respectivo número de votos para su
aprobación, es preciso establecer que deberá aplicarse al
efecto lo previsto por la Ley del Órgano Judicial, la cual en su
Título II ´Jurisdicción Ordinaria´, Capítulo II relativo al
Tribunal Supremo de Justicia, Sección III ´De las Salas
Especializadas´ art. 41 determina que ´Las resoluciones que
adopte la Sala Especializada, serán por mayoría absoluta de
votos de sus miembros´; en tal sentido, considerando que la
Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia (…) está integrada
únicamente por dos miembros, los Autos Supremos
impugnados fueron aprobados conforme a ley, es decir por
mayoría absoluta.

En ese contexto, las autoridades demandadas al emitir los Autos


Supremos impugnados, no lesionaron derecho alguno del accionante”
(…). En base a dicho razonamiento, se denegó la tutela solicitada.

De igual forma, en la gestión pasada, también se denunció que las


autoridades ahora demandadas, habrían conculcado el derecho de
petición, a la propiedad privada, a la igualdad y la garantía del debido
proceso, por cuanto pronunciaron el AS 120/2012 de 17 de mayo, sin
convocar a un tercer Magistrado para emitir esta Resolución,
habiéndose pronunciado la SCP 0217/2013 de 6 de marzo, que indicó:
“…en ese entonces, cuando estaba en funcionamiento la denominada
Corte Suprema de Justicia, cada sala cumplía esta exigencia de que,
estuviera constituida por tres o más magistrados o magistradas; en la
actualidad, al haberse producido reformas profundas en la Constitución
Política del Estado, en el órgano Judicial; en los hechos se ha refundado
el nuevo Estado Plurinacional, por tal razón se dio nacimiento al Órgano
Judicial, con el denominativo Tribunal Supremo de Justicia, que está
compuesto por nueve miembros (Magistrados), las mismas se dividieron
en salas especializas, cada sala integrada por dos magistrados titulares,
por lo cual, los votos o las firmas en las Resoluciones y Autos
Supremos deben ser, por el total de sus miembros de la Sala
Especializada, y así, lo ha señalado la Ley del Órgano Judicial
en su art. 41 (…). Por lo tanto, la interpretación de la norma,
debe estar adecuada a las transformaciones que se han
realizado en el Órgano Judicial”. (las negrillas fueron agregadas).
Razonamiento, que condujo a denegar la protección pedida.

En el presente caso, el accionante acusa a las autoridades demandadas


que vulneraron sus derechos al libre y eficaz ejercicio de los derechos, a
que nadie será obligado a hacer lo que la Constitución y las leyes no
manden, a la petición, al debido proceso, a la defensa, a ser juzgado
por una ley anterior al hecho punible y a la irretroactividad de la ley, así
como los principios de legalidad, de reserva legal y de seguridad
jurídica, puesto que al dictar el AS 555/2013, lo hicieron con dos votos
conformes no así con tres tal como establece los arts. 278 del CPC y 62
de la LOJ.1993. Si bien la concurrencia de un tercer magistrado en el
pronunciamiento de los autos supremos constituye, de acuerdo al
Código de Procedimiento Civil, una exigencia formal que afecta a la
existencia del propio acto y la misma aún no fue derogada, expresa o
tácitamente, por el Código Procesal Civil -que entrará en plena vigencia
el 6 de agosto del presente año-; sin embargo, para el momento en que
se pronunció el AS 555/2013, ya estaba en vigencia plena la Ley del
Órgano Judicial, que además de establecer la nueva organización de la
jurisdicción ordinaria fijó la composición de sus Salas especializadas y el
número de votos requerido para dictar resolución. Asimismo, en las
Disposiciones Transitorias y Derogatorias, estableció: “Queda abrogada
la Ley N° 1455, Ley de Organización Judicial de 1993, conforme a las
disposiciones transitorias de la presente ley en forma progresiva.
Quedan abrogadas y derogadas todas las normas contrarias a la
presente Ley conforme las disposiciones transitorias de la misma”.

Por ello no se puede soslayar el efecto abrogatorio dispuesto en la


referida Ley, ya que el art. 278 del CPC, en actual vigencia, prevé: “En
los casos en que la Corte Suprema de Justicia, en cualquiera de sus
salas, casare una resolución por haberse infringido una ley expresa y
terminante, se requerirá tres votos conformes. Igual número de votos
se requerirá en los casos de casación ante las Cortes Superiores cuyas
salas estén constituidas por tres o más vocales”; disposición legal que
guardó concordancia con el art. 62 de la LOJ.1993 -ahora abrogada-,
que señalaba: “Para que haya resolución en cualquier asunto de sala y
cualquiera que sea la composición de aquella, se requiere de dos votos
conformes, excepto cuando se trate de casación, en cuyo caso se
requerirán tres votos conformes. Los Decretos de mero trámite serán
expedidos sólo por el Ministro semanero'.

En ese contexto, se pronunciaron las Sentencias Constitucionales


Plurinacionales 2537/2012 y 0217/2013, que establecieron que la
disposición legal válida es la contenida en el art. 41 de la LOJ,
en consideración a la interpretación realizada a las nuevas
disposiciones legales vigentes que regulan la composición de
las Salas especializadas del Órgano Judicial y el número de
votos exigido para dictar resolución” (las negrillas son nuestras).

III.7. Análisis del caso concreto

En el caso de análisis, el accionante, identificando los actos lesivos a


sus derechos, señala que: 1) los Vocales de la Sala Civil y Comercial
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, ahora
demandados, por Auto de 14/2013 de 19 de febrero, no se allanaron a
la recusación planteada en su contra, ni hicieron conocer la misma a la
Vocal, Teresa Lourdes Ardaya, y sin su participación fallaron y decidieron
por ella, colocando una nota al pie del referido Auto que consignaba que:
“Con relación a la recusación de la Dra. Teresa Lourdes Ardaya Pérez,
estese al Auto que sale a fs. 409” (sic); 2) Indica que las autoridades
demandadas al emitir el Auto Supremo cuestionado, ingresaron a resolver
al fondo de la problemática, sin tomar en cuenta que ninguna de las
partes solicitó el análisis de fondo del proceso, sino que su recurso de
casación fue planteado únicamente en la forma; 3) Sobre éste mismo fallo
denuncia que fue pronunciado sólo con dos votos, vulnerando el art. 278
del CPC, a pesar de que la Sala Civil y Comercial Segunda, se encuentra
conformada por tres Vocales; y, 4) Finalmente acusa que al no analizar las
-autoridades demandadas- los agravios expuestos, emitiendo un
pronunciamiento respecto al fondo del asunto sin que se lo haya
solicitado, el fallo que emitieron carece de fundamentación y congruencia.

De acuerdo a la documentación aparejada por el accionante, se tiene que


dentro del proceso sumario seguido por Kinjo Shimabukuro contra el
accionante, el Juez Décimo Primero de Instrucción Civil y Comercial,
dictó Sentencia que declaró probada la demanda principal e improbada
la demanda reconvencional; apelada la misma por el accionante, el Juez
mencionado por Auto de 7 de febrero de 2012, concedió el recurso en
efecto devolutivo, el cual fue complementado por el Auto de 27 del
mismo mes y año, concediendo además la apelación en efecto diferido
interpuesta por el accionante contra el “Auto de fs. 277”, para que
ambos recursos sean resueltos por el Tribunal de alzada, conforme se
menciona en las Conclusiones II.1 y II.2 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional.

Radicados los antecedentes ante la Jueza Tercero de Partido en lo Civil


y Comercial, ésta, por Auto de Vista “21” de 28 de septiembre de 2012,
anuló el Auto de 27 de febrero de 2012, indicando que el recurso de
apelación en relación a la indicada sentencia, fue concedido de forma
indebida, por lo que dispuso que el Juez del proceso dé cumplimiento al
art. 484.II del CPC; luego ante el pedido del accionante, emitió el Auto
complementario 449 de 22 de octubre de ese año, por el cual denegó la
solicitud de complementación y enmienda peticionada por éste, tal
como consta en la Conclusión II.3 del presente fallo.

Contra el indicado Auto de Vista y su complementario, el accionante


planteó recurso de casación en la forma, solicitando la nulidad de
obrados, inclusive hasta la admisión de la demanda sumaria; remitidos
los antecedentes, y en vista de la excusa presentada por los Vocales de
la Sala Civil y Comercial Primera, los mismos radicaron el 4 de febrero
de 2013, en la Sala Civil y Comercial Segunda, donde se apersonó el
accionante a quien se le fijó como ese domicilio en Secretaría, de
acuerdo al art. 101 del CPC, conforme se hizo constar en las
Conclusiones II.4 y II.5 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional.

Luego de ello, el accionante por memorial de 15 de febrero de 2013,


solicitó la excusa de los tres Vocales que conformaban la indicada Sala
Civil y Comercial Segunda; en vista de lo cual, sólo los Vocales
demandados por Auto 14/2013 de 19 del mismo mes, determinaron por
no allanarse a la “recusación” (sic), consignándose en una nota al pie
de dicho Auto, que: “Con relación a la recusación de la Dra. Teresa
Lourdes Ardaya Pérez estese al Auto que sale a fs. 409” (sic),
determinación que en grado de consulta, fue confirmada por Auto de
Vista 23 de 5 de abril de 2013, pronunciada por los Vocales de la Sala
Penal Primera, quienes dispusieron que las autoridades demandadas
continúen conociendo la causa derivada en grado de casación, como se
menciona en la Conclusión II.6 del presente fallo.

Por Auto Supremo 99/2013 de 17 de mayo, los Vocales demandados,


decidieron casar en todas sus partes el Auto de Vista impugnado y
deliberando en el fondo del litigio, confirmaron la sentencia de primera
instancia para que la misma se cumpla en ejecución de sentencia,
haciendo constar al pie de dicho fallo, una nota que señalaba que no
participó la Vocal, Teresa Lourdes Ardaya Pérez, por tener excusa
cursante a fs. 409; quienes además, a través del Auto 104/2013 de 7
de junio, no dieron curso a la solicitud de complementación, aclaración
y enmienda realizada por el accionante, conforme se menciona en las
Conclusiones II.7 y II.8 del presente fallo.

Previo a ingresar a analizar el fondo de la presente acción tutelar, es


necesario precisar que si bien el Auto de Admisión identifica como
autoridades demandadas, a los Vocales Alaín Núñez Rojas, Editha
Pedraza Becerra y Teresa Lourdes Ardaya Pérez; sin embargo, del
análisis de los argumentos expuestos en el memorial de la presente
acción de defensa, corroborados con la documentación que conforma el
expediente constitucional, no se advierte que la Vocal Teresa Lourdes
Ardaya Pérez, hubiera intervenido en alguno de los actos lesivos
identificados por el accionante; en ese sentido, se concluye que ésta
carece de legitimación pasiva para ser demandada; por consiguiente y
bajo ese contexto, la presente causa identificará como autoridades
demandadas sólo a los Vocales Alaín Núñez Rojas y Editha Pedraza
Becerra; es así que cuando se mencione a los demandados, el análisis
se centrará en ellos excluyendo a la otra Vocal señalada.

Identificados los actos lesivos denunciados en la presente acción


tutelar, tal como se hizo constar al exordio de este acápite, así como
conocidos los antecedentes del presente caso, es necesario referirnos a
esos actos que a decir del accionante conculcan sus derechos, a fin de
resolver la presente problemática, así se tiene:

III.7.1. En relación a la “recusación” planteada y el trámite


dado por los demandados

Tal como se tiene señalado, una vez que radicó el recurso de


casación en la Sala Civil Segunda, el accionante se apersonó a
la misma solicitando la excusa; no así la recusación como
alega en su memorial de demanda constitucional; de los tres
Vocales que conformaban la Sala indicada, y pese a que la
excusa de una autoridad jurisdiccional no procede a pedido de
parte, como se tiene desarrollado en el Fundamento Jurídico
III.2 del presente fallo, donde además se dejó expresamente
sentado de que en caso de que la autoridad judicial no decida
apartarse de forma voluntaria del conocimiento de un caso,
recién procede la recusación; los Vocales Alaín Núñez Rojas y
Editha Pedraza Becerra, le imprimieron a la solicitud realizada
por el accionante el trámite de una recusación, quienes por
Auto 14/2013 de 19 de febrero de 2013, decidieron no
allanarse al pedido de apartamiento del caso que éste solicitó,
haciendo constar además en una nota que indicaba: “Con
relación a la recusación de la Dra. Teresa Lourdes Ardaya Pérez,
estese al Auto que sale a fs. 409” (sic); siendo este último
actuado el que denuncia el accionante como lesivo a sus
derechos, pues considera que los Vocales mencionados al colocar
la nota sin hacer conocer la “recusación” a la Vocal Teresa
Lourdes Ardaya Pérez, fallaron y decidieron por ella.

Bajo ese análisis, se tiene que la mención del “Auto de fs.


409”, en todos los antecedentes remitidos a esta jurisdicción
constitucional, tan sólo consta en el Auto 14/2013 ya
mencionado y en la parte final del Auto Supremo 99/2013, que
se cuestiona en la presente acción tutelar, en este último fallo
se deja expresa constancia además, de que la Vocal Teresa
Lourdes Ardaya Pérez, tendría planteada una excusa dentro
del caso principal, “cursante a fs. 409” (sic); por esa situación,
se infiere que al no haber hecho conocer los Vocales
demandados el memorial de “recusación” a dicha Vocal y al no
dejarla participar en el Auto que resolvió esa “recusación”
planteada por el accionante, se debió a esa circunstancia de la
excusa que ésta hubiera planteada con antelación, aspecto
que hicieron constar expresamente los Vocales, Alaín Núñez
Rojas y Editha Pedraza Becerra, en el Auto 14/2013, a través
de una nota; situación que no implica de ninguna manera que
los Vocales mencionados hubieran fallado y decidido por ella
como alega el accionante, sino que tan solo pusieron en
evidencia y en conocimiento ese detalle, a fin de que el
Tribunal consultante de la “recusación” considere ese aspecto
al momento de resolver la misma.

En todo caso es necesario resaltar que la pretensión principal


del accionante al plantear la “recusación”, fue buscar el
alejamiento de los Vocales que conformaban la Sala Civil
Segunda, incluida la Vocal Teresa Lourdes Ardaya Pérez, del
conocimiento del recurso de casación que hubo planteado; por
consiguiente, no se encuentra racional y consecuente con sus
actos, el pedido de que expresamente se le haga conocer la
“recusación” a dicha Vocal, cuando en los hechos él conocía
que la misma contaba con una excusa planteada y que por lo
mismo no pretendía conocer ninguno de los actos de se
desarrollaban en el proceso principal; situación que denota no
ser evidente esta primer denuncia realizada por el accionante,
no advirtiéndose por esa situación elementos que evidencien la
conculcación de los derechos denunciados por el accionante, lo
que amerita la denegatoria de la tutela sobre tal aspecto.

III.7.2. Sobre la forma de resolución del recurso de casación y


la falta de motivación, fundamentación y congruencia

Conforme se tiene mencionado de forma precedente, el


accionante en base a la previsión legal contenida en los arts.
254 inc.1), 255 inc.2) y 271 inc.3) del CPC, interpuso recurso
de casación en la forma en contra del Auto de Vista “21”
emitido por la Jueza Tercero de Partido en lo Civil y Comercial
y su complementario de 22 de octubre de 2012; el primero
que determinó anular el Auto de 27 de febrero de 2012, al
considerar esta autoridad, que dicho fallo concedió
indebidamente el recurso de apelación en relación a la
sentencia de primera instancia; y el segundo que dispuso no
ha lugar a la solicitud de complementación y enmienda
peticionada por el accionante; en dicho recurso de casación,
éste pidió expresamente la nulidad de obrados hasta la
admisión de la demanda inclusive, exponiendo como
argumentos los siguientes: i) El Auto de Vista no tomó en
cuenta la incompetencia del Juez inferior en relación a la
cuantía y la existencia de dos recursos de apelación
concedidos en efecto diferido, los cuales no fueron
considerados; ii) Al encontrarse los terrenos demandados
dentro la jurisdicción de Warnes, no correspondía la
jurisdicción y competencia territorial de un Juez de la capital;
iii) Debido a que la propiedad “TEXAS-ARIZONA” (sic), se
ubicaba dentro del radio urbano de Warnes y el área rural, la
causa debió ser conocida por los juzgados agrarios y no así por
el Juez a quo, que actuó sin jurisdicción ni competencia; y, iv)
En la demanda se pidió el pago de daños y perjuicios, sin
especificar el monto, lo que era necesario para determinar la
competencia; asimismo, no se especificó el registro, matrícula
ni folio de DD.RR., sobre el cual se pedía su cancelación.

Por su parte los Vocales Alaín Núñez Rojas y Editha Pedraza


Becerra ahora demandados, a través del Auto Supremo
99/2013, sin que se le hubiera pedido pronunciamiento sobre
el fondo de la cuestión principal, determinaron por casar en
todas sus partes el Auto de Vista “21” y deliberando en el
fondo del litigio, decidieron confirmar en todas sus partes la
Sentencia de primera instancia, indicando en los puntos I al IV,
los antecedentes del recurso de casación interpuesto por el
accionante y la mención de los agravios; las circunstancias que
rodearon la anulación de obrados, lo que derivó en el
pronunciamiento de una nueva sentencia; los antecedentes del
recurso de apelación planteado contra esa sentencia y la
concesión de los recursos tanto en el efecto devolutivo como
en el diferido, así como una mención sobre la anulación por
parte del Tribunal superior de esa concesión. En el punto V,
señalan que es inviable la concesión de la apelación en efecto
suspensivo, al no encontrarse la resolución apelada descrita
dentro los casos establecidos por el art. 224 del CPC; en los
puntos VI y VII, transcriben parte de un Auto Supremo y una
cita doctrinaria de José Decker Morales, indicando que el caso
fue tramitado correctamente en la vía sumaria; así también
refieren que al haber realizado el Tribunal de segunda
instancia una interpretación errónea y restrictiva correspondía
la consideración y compulsa del Auto de Vista recurrido;
finalmente en el punto VIII, mencionan que al cumplir la
sentencia de primera instancia con la congruencia y
exhaustividad, y al haberse pronunciado sobre los extremos
expuestos en la demanda y la reconvención; advirtieron que el
Tribunal de segunda instancia infringió las normas procesales,
por lo que correspondía pronunciarse conforme el art. 271
inc.4) del CPC.

Bajo ese contexto, realizando una compulsa y contrastación de


los agravios y la petición consignados por el accionante, con lo
resuelto por los Vocales Alaín Núñez Rojas y Editha Pedraza
Becerra, se tiene que la pretensión que buscaba el accionante
al interponer el recurso de casación en la forma, era la de
lograr la nulidad de obrados, buscando extender la misma
inclusive hasta la resolución que admitió la demanda inicial; sin
embargo, los Vocales demandados, en contraposición a lo
expresamente peticionado, ingresaron al análisis de fondo de
la problemática expuesta en la demanda principal, hecho que
se constata por lo siguiente: a) La mención de que las
autoridades demandadas infringieron las normas del
procedimiento; b) El respaldo legal de su decisorio, al
mencionar el art. 271 inc.4) del CPC; c) Cuando decidieron
casar en todas sus partes el Auto de Vista recurrido de
casación; d) Al mencionar que deliberaron en el fondo el
litigio; y, e) Al confirmar en todas sus partes la Sentencia de
primera instancia; determinaciones que en relación a la
normativa desarrollada en el Fundamento Jurídico III.3 de la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, corroboran
que el Auto Supremo cuestionado fue pronunciado en relación
al fondo del asunto principal, cuando ello no correspondía,
puesto que lo expresamente peticionado por el accionante
tendía a la nulidad de obrados, hecho relacionado con el
recurso de casación en la forma; en ese sentido, se advierte
un apartamiento de los Vocales demandados, de los agravios
expuestos por el accionante y de lo expresamente solicitado
por éste en su recurso, así como de la normativa que regulaba
el recurso de casación en la forma, encontrando por tal motivo
ser cierto y evidente el cuestionamiento realizado por el
accionante, respecto a la forma en que resolvieron los Vocales,
Alaín Núñez Rojas y Editha Pedraza Becerra, el recurso de
casación planteado en la forma, situación que amerita la
concesión de la tutela, debiendo por ese motivo corregirse la
anormalidad denunciada por el accionante y advertida por esta
jurisdicción constitucional.

La situación descrita evidencia además, una conculcación del


derecho al debido proceso del accionante, en su elemento
congruencia, el cual fue desarrollado en el Fundamento
Jurídico III.5 de la presente Sentencia Constitucional
Plurinacional y que es entendido como la estricta correlación
que debe existir entre lo pedido y lo resuelto; así como la
concordancia en todo el contenido de una resolución judicial;
es decir, entre la parte considerativa y la dispositiva, cuyos
considerandos y razonamientos deben guardar la debida
armonía; principio que además exige una respuesta por parte
de los Tribunales sobre la expresión de agravios y lo
estrictamente peticionado por las partes en los recursos. Estos
requerimientos establecidos por la jurisprudencia
constitucional, fueron inobservados por los Vocales
demandados en el Auto Supremo que emitieron, pues no se
advierte que éstos se hubieran manifestado claramente sobre
los agravios mencionados en el recurso de casación, ni
tampoco la forma de resolución estuvo acorde con lo
expresamente peticionado por el accionante, aspecto que
amerita la concesión de la presente acción tutelar, en relación
al debido proceso en su elemento congruencia.

Así también, de acuerdo al Fundamento Jurídico III.4 de este


fallo, que desarrolla la debida motivación y fundamentación de
las Resoluciones, como un elemento del debido proceso, a
través del cual se exige de las autoridades demandadas, la
exposición precisa de las argumentaciones pertinentes y
razonables que conduzcan a establecer las decisiones
respectivas; se tiene que en el Auto Supremo cuestionado, los
Vocales signatarios no consignaron claramente cuáles fueron
los motivos específicos que los condujeron a asumir la decisión
de casar el Auto de Vista recurrido y a confirmar la Sentencia
de primera instancia; además, no dejaron expresamente
establecido los razonamientos en base a los cuales emitieron
un pronunciamiento distinto al peticionado por el accionante,
pues éstos fallaron en el fondo de la problemática principal,
siendo que ello no fue solicitado por el accionante; tampoco
aclaran el motivo por el cual se prescindió de la petición
expuesta por éste en su recurso de casación; y finalmente, no
especificaron cuál fue su posición, como miembros del Tribunal
de casación, en relación a los puntos impugnados y
consignados como agravios por el accionante, situaciones que
al no estar debidamente señaladas en el Auto Supremo
referido, impiden generar convicción respecto a cuales fueron
las razones determinativas que los condujo a asumir la
decisión plasmada en dicho fallo.

En ese contexto, y en coherencia con lo denunciado por el


accionante, se tiene por demostrada la falta de motivación y
fundamentación del Auto Supremo emitido por las autoridades
demandadas, hecho que lesiona su derecho al debido proceso,
por lo que corresponde conceder la tutela constitucional
peticionada a través de esta acción tutelar.

III.7.3. En relación al número de votos para casar una


Resolución vía Auto Supremo

Al respecto, el accionante denuncia que las autoridades


demandadas emitieron el Auto Supremo cuestionado, sólo con
dos votos, sin tomar en cuenta que la Sala Civil y Comercial
Segunda de la que forman parte, se encuentra conformada por
tres Vocales, quienes debieron suscribir dicho fallo, aspecto que a
su parecer contraviene el art. 278 del CPC, que establece que en
casos de casación se requieren tres votos conformes.

Con carácter previo al análisis de este acto lesivo identificado por


el accionante, se debe considerar que dentro los antecedentes
remitidos a conocimiento de este Tribunal, se advirtió que la
Vocal Teresa Lourdes Ardaya Pérez, habría decidido
voluntariamente apartarse del conocimiento del caso,
interponiendo una excusa a fs. 409 del expediente original,
hecho corroborado con la nota consignada en el Auto 14/2013 de
19 de febrero que resolvió la “recusación” planteada por el
accionante y en el Auto Supremo ahora cuestionado; en esas
circunstancias, se tiene que debido al apartamiento voluntario de
dicha autoridad, la conformación de la Sala Civil y Comercial
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz,
constituida en Tribunal de casación para conocer el recurso
deducido por el accionante, quedó a cargo de los Vocales Alaín
Núñez Rojas y Editha Pedraza Becerra, -ahora demandados-.

En ese contexto, y en relación al Fundamento Jurídico III.6 de


esta Sentencia Constitucional Plurinacional, que desarrolla
precisamente el aspecto cuestionado en ésta acápite, referente
al número de votos necesarios para casar una Resolución a
través de un Auto Supremo, se dejó establecido que para tal
efecto deberá aplicarse lo previsto en el art. 41 de la LOJ, de
acuerdo a la interpretación realizada a las nuevas disposiciones
legales vigentes que regulan la composición de las Salas
especializadas del Órgano Judicial y el número de votos
exigido para dictar resolución; norma que establece que “Las
resoluciones que adopte la Sala Especializada, serán por
mayoría absoluta de votos de sus miembros”, entendimiento
que si bien está referido a las determinaciones asumidas por
los miembros de las Salas especializadas del Tribunal Supremo
de Justicia, ello no es óbice para que el mismo se aplique a los
miembros de las Salas Especializadas de los Tribunales
Departamentales de Justicia, pues la norma contenida en el
art. 53 de la LOJ, que regula su accionar y que guarda estricta
concordancia con la norma del art. 41 de la misma ley,
mantiene esa misma determinación al señalar que: “Las
resoluciones que adopten las Salas Especializadas serán por
mayoría absoluta de votos de sus miembros”; en
consecuencia, y dado que aún se mantiene la estructura
impuesta por el legislador y por lo tanto vigente la posibilidad
de que las Salas de los Tribunales Departamentales de Justicia,
conozcan recursos de casación, es perfectamente aplicable el
entendimiento mencionado de forma precedente al caso de
análisis; en consecuencia, se concluye que para casar una
Resolución en estas Salas, se requerirá la mayoría absoluta de
votos de sus miembros.

En base a ello, y teniendo en cuenta que debido a la excusa


que formuló la Vocal Teresa Lourdes Ardaya Pérez, la Sala Civil
y Comercial Segunda de la que formaba parte, quedó
conformada con los Vocales Alaín Núñez Rojas y Editha
Pedraza Becerra, en tal sentido al emitir y suscribir éstas
autoridades el Auto Supremo 99/2013, cuestionado por el
accionante, se evidencia que dicho fallo cuenta con los votos
de la mayoría absoluta de sus miembros, aspecto que
demuestra que el mismo guarda estricta correspondencia con
las normas legales referidas y la línea jurisprudencial asumida
en el Fundamento Jurídico III.6 de la presente Sentencia
Constitucional Plurinacional; por lo que no se advierte lesión
alguna al derecho al debido proceso del accionante, al no ser
ciertas las alegaciones expuestas por este, en sentido de que
dicho Auto Supremo, devendría en ilegal y lesivo a sus
derechos fundamentales, motivo por el cual corresponde
denegar la tutela solicitada sobre esa afirmación.

En relación al derecho de acceso a la justicia, al no haber precisado el


accionante de qué forma las autoridades demandadas vulneraron ese
derecho, ni establecido un argumento jurídico constitucional a ser
analizado, este tribunal se encuentra impedido de emitir criterio alguno.

Asimismo, al ser la seguridad jurídica un principio de la administración de


justicia ordinaria y no un derecho que merezca ser tutelado a través de
esta acción de defensa, no corresponde su consideración.

En consecuencia, la situación planteada se encuentra dentro de las previsiones


del art. 128 de la CPE, por lo que el Tribunal de garantías, al haber concedido
la tutela solicitada, obró de forma parcial.

POR TANTO

Por lo expuesto, el Tribunal Constitucional Plurinacional en su Sala Segunda, en


virtud de la autoridad que le confiere la Constitución Política del Estado
Plurinacional de Bolivia y el art. 44.1 del Código Procesal Constitucional, en
revisión, resuelve: CONFIRMAR en parte la Resolución 254 de 11 de
noviembre de 2013, cursante de fs. 220 a 223 vta., pronunciada por la Sala
Social y Administrativa del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz; y,
en consecuencia:

1° CONCEDER la tutela solicitada, en relación a los Vocales, Alaín Núñez


Rojas y Editha Pedraza Becerra, y en cuanto al derecho al debido
proceso en sus elementos motivación, fundamentación y congruencia,
dejando sin efecto el Auto Supremo 99/2013 de 17 de mayo, así como
su complementario 104/2013 de 7 de junio, pronunciados por los
Vocales antes mencionados, miembros de la Sala Civil y Comercial
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz.

2° DENEGAR la tutela impetrada respecto a la Vocal, Teresa Lourdes


Ardaya Pérez y en relación al derecho de acceso a la justicia, así como
sobre el principio de la seguridad jurídica.

3° Disponer que las autoridades demandadas, emitan un nuevo Auto


Supremo que guarde coherencia con los agravios y el petitorio
expuestos en el recurso de casación en la forma planteado por el
accionante, en base a los Fundamentos Jurídicos expuestos en la
presente Sentencia Constitucional Plurinacional, siempre y cuando no
hubieran emitido ya dicho fallo, en cumplimiento a lo dispuesto por el
Tribunal de garantías.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional


Plurinacional.

Fdo. Dr. Hugo Zenón Bacarreza Morales


MAGISTRADO

Fdo. Dra. Mirtha Camacho Quiroga


MAGISTRADA

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