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• el calendario del apicultor • (a miel: caracterís­

ticas de lo s diferentes í í p o s • otros productos:


jalea real, polen, propóleos, cera • enemigos y
enfermedades de las abejas: prevención y defen­
sa • la legislación sobre apicultura, etc.

EDITORIAL DE VECCHI
Gianni Ravazzi

CURSO
DE APICULTURA

EDITORIAL DE VECCHI, S. A.
© Editorial L)e Vecchi, S. A. 1995

Diseño gráfico de la cubierta: Fabio Anselmo, Studio Fans, Milán

Foto de la cubierta: CMA, Casale Monferrato

Editorial D e Vecchi, S. A. B A R C EL O N A
Cada vez que me acerco a una colmena recuerdo con afecto a quienes me
desvelaron por primera vez los misterios de la vida de las abejas.

El autor agradece por la colaboración técnica y las fotografías a la Cos­


truzioni Apistiche Lega snc de Faenza y a la CMA de Casale Monferrato.
Un reconocimiento personal por la colaboración y la ayuda proporcionada
a los señores Giuseppe Lega y Michele Pitarresi. Y, por ultimo, gracias a lo­
dos los amigos que han colaborado en la recopilación de los datos.
Introducción

El conocimiento «zoológico» de las abe­ char al máximo su trabajo. En el pasa­


jas no ha ido paralelo a la práctica apícola. do, las diversas instalaciones para la cría
Se ha tendido siempre a «producir» antes de las abejas se acondicionaban en un
que a conocer. Por ello, la verdadera evo­ tronco hueco, en una ccsta de mimbre o en
lución en una actividad tan antigua no se una vasija de arcilla y paja trenzada. Las
ha dado hasta una época relativamente re­ colmenas, en un sentido moderno, se divi­
ciente. En 1761, el gran naturalista Cari den en tres clases, que corresponden a tres
von Linneo, que estableció la primera cla­ momentos y desarrollos de la apicultura.
sificación orgánica del mundo animal co­ Tenemos la colmena rústica, de «panal
nocido en aquel entonces, denominó a la fijo», caracterizada porque la construyen
abeja Apis mellifica, nombre que toda­ las propias abejas y no puede descompo­
vía hoy distingue a la abeja criada por el nerse. En las colmenas rústicas, la extrac­
hombre. ción de la miel se realiza destruyendo los
En 1901, se publicó la obra La vida de panales, generalmente mediante la elimi­
las abejas de M aeterlinck, primer trata­ nación de la colonia de abejas. Las colme­
do m oderno de apicultura, aunque sea nas semirracionales, por el contrario, se
más rico en imágenes poéticas que en componen de una cámara de cría y de un
observaciones científicas. De suma y alza con panales móviles. Esto permite re­
fundamental im portancia para el conoci­ cuperar la miel sin matar las abejas, aun­
miento de las abejas resultó toda la obra que no permite comprobar la fuerza y el
de Karl von Frisch quien, tras realizar desarrollo de la colonia del nido. Por últi­
atentas observaciones y diversos experi­ mo, tenemos la colmena racional, utiliza­
mentos, «com prendió» y «descifró» el da actualmente, que posee todos los pana­
lenguaje de las abejas. Su gran aporta­ les móviles y permite examinar el nido y
ción le valió el Prem io Nobel en 1973, retirar la miel cómodamente. Con este
comenzando una nueva época en el estu­ modelo, el apicultor puede intervenir en el
dio de las abejas. desarrollo del enjambre y, de este modo,
Además, la evolución y la historia de la alcanzar un mayor aprovechamiento de 1a
apicultura se han visto influidos por la capacidad de la colonia.
aplicación de los primitivos sistemas de En 1851, el abad estadounidense Langs-
cría de las abejas. El hombre moderno ha trot, construyó la primera colmena racio­
aprendido a proporcionar a las abejas una nal con panales móviles, y desde entonces
vivienda, la colmena, para poder aprove­ se ha perfeccionado continuamente el mo-

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8
deio original. Durante cien años, el mer­
cado de la colmena fue copado por dos
modelos muy similares, el Langstroth y el
Dadant-Blatt. Ambas se utilizan en la ac­
tualidad. Las especificaciones en modelos
«fijos» y «móviles», «a 10» o «a 12» pa­
nales, no alteran su esencia.
Lo que distingue actualmente una api­
cultura seria y racional de una apicultura
aproximativa y dubitativa es el modo de
manejar la colmena y de hacer frente a las
emergencias, provocadas por los múltiples
enemigos de las abejas que amenazan con
destruir nuestras colonias, provocando un
grave daño en la polinización de las plañ­
áis. No debemos olvidar que, dé los miles
y miles de especies de flores que reciben
la visita de las abejas, cerca de mil espe­
cies se reproducen exclusivamente gracias
a ellas, pues no poseen otro medio para
realizar la polinización: ni otros insectos
ni los agentes atmosféricos pueden cum­
Colmena artesanal (foto CMA, Cósale Monferrato) plir esta función.

A tu izquierda, colmena fija; a la derecha, colmena móvil (foto Lega, Faenza)

9
La abeja

Clasificación sociales como la abeja doméstica y la


hormiga.
El género Apis, que com prende diversas Observando la tabla inferior podemos
especies de abejas, pertenece al orden de conocer la clasificación científica de las
los hitnenópteros, que incluye insectos abejas, estableciendo una primera división

CLASIFICACIÓN DE IA S AHIiJAS

Orden________ HlMKNÓPTUROS__________Suborden_________ ACULLA 1K)S-A PÓt :K11» >s

Sup e rfu m lití

COLÉPTIDOS ALÍCITIDOS ÀNDRÉNIDOS MEGAQUÍLIDOS ANTOPÓRl'DOS DE API DOS MDÉLIDOS MELÍTIDOS OXEJDOS
SOLITARIOS SEMISOCIALES COMUNITÀ RIOS COMUNITARIOS SUBSOCIALES A EUSOCIALES SOLITARIOS SOLITARIOS SOLITARIOS
Familia EUSOCIALES

Subfam ilias | ATI NA E EUGLOSSINAE BOMBINA.B [

Tribu________ | API NOS | [ M E L I TO N IN O S

Especie TORSADA FLORAL MELÍFICA ÍNDICA

A beja giga rile: A beja enana: A beja oriental.


16-18 inm. 7-8 mm. S im ilar a la melifica.
.Muy agresiva. R ealiza continuos Es extrem adam ente
E n estado natural desplazam ientos. enjam brada.
c onstruye panales C onstruye un único
de m ás d e I in. panal desnudo.
T ropical

Raza MELIFICA CÀRMOL1ANA SÍCULA LIGÙSTICA

AB K l A A L E M A N A ABEJA SICILIANA A B E JA ITÁ LIC A

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entre cuatro especies principales: dorsada,
floral, melifica e índica. En nuestro caso, LA ABEJA ITÁLICA
nos interesa la abeja melifica, la especie EN EL M UNDO
que, en las diversas razas, se cría para la
producción de miel, polen, jalea real, pro­ En los últimos años, hemos asistido
póleos, cera y, en algunos casos, veneno. a la que se conoce como «italianiza­
Entre las diversas razas, la más pro­ ción» del patrimonio apicultor in­
ternacional. Es más, Italia exporta a
ductiva es sin duda la ligústica,* apreciada
todo el mundo reinas y enjambres de
en todo el mundo con el nombre de abeja
ligústica.
itálica. También las demás razas se utili­
zan frecuentemente en apicult ura, siendo a
menudo cruzadas entre ellas. Ninguna de
estas razas presenta características de ro­ vitalidad com o reproductora. Hay que te­
bustez, agresividad, resistencia a las en­ ner en cuenta, además, que es una abeja de
fermedades y a los parásitos superior a la mediana agresividad y bastante resistente.
ligústica. El cruce permite obtener condi­ Veamos ahora cóm o se constituye el
ciones de mansedumbre y de productivi­ cuerpo de un insecto adulto: una coraza
dad propias de la abeja itálica, junto a la quitinosa rígida que cum ple la función del
resistencia de las otras razas. Las diferen­ esqueleto, mientras que en el interior se
cias entre las razas son mínimas: colora­ alojan los diversos órganos vitales.
ción del abdomen más o menos oscura, Desde el punto de vista morfológico, el
muy ligeras variaciones de talla, com por­ cuerpo se divide en tres partes;
tamiento más o menos agresivo. Vamos — cabeza;
ahora a comparar las cuatro razas. Si to­ — tórax;
mamos como base la abeja ligústica, apre­ — abdomen.
ciaremos que:

— la abeja sícula es más oscura, más en­ CABEZA


jambrada, más agresiva y más resis­
tente a los climas tórridos; En la cabeza se alojan la mayor parte de
la abeja carniolana es más grande, más los órganos sensoriales. Bien visibles son
dócil, más enjambrada y más resisten­ los dos ojos, com puestos por varios m illa­
te al frío; res de facetas llamadas omatidios (3.000
- la abeja alemana es más agresiva, más en las obreras y 6.000-7.000 en los zánga­
oscura y resistente. nos). El ojo es sensible al ultravioleta,
pero no al rojo, que percibe como negro.
La abeja ligústica es, de todos modos, la Logra sintetizar casi trescientas imágenes
más apreciada en todo el mundo por sus por segundo. Los ojos compuestos le sir­
características de productividad y su gran ven para ver a distancia; para la visión de
cerca, en cambio, posee tres ojos simples
* N. del H. Este libro se centra básicamente en sobre la cabeza: los ocelos. Tienen una
\aA pis inellifica en la que se incluyen ia abeja ita­ gran importancia las antenas, consistentes
liana amarilla (A. mellifera ligústica I y tam bién la en dos estructuras filam entosas insertadas
ibérica negra (A mellifera ibérica), ambas de .si­
milares características, siendo la primera, (al como entre los ojos y el aparato bucal. Son
se indica, la más difundida y comercializada. orientables y sirven para controlar la tem-

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das a libar flores cuyo «néctar» se halla a
LA SENSIBILIDAD OLFATIVA mayor profundidad.
DE LAS ABEJAS Dentro de la cabeza se encuentran órga­
La capacidad olfativa de la abeja se nos vitales como las glándulas, con las
debe a la acción de los sensores pla- que la reina produce la «feromona», sus­
coides, siendo mínima en la reina tancia que «mantiene unida la familia»
(alrededor de 3.000 sensores), media y que indica a las obreras el momento en
en la obrera (alrededor de 6.000) y que produce la jalea real.
excepcional en el zángano (alrede­
dor de 30.000 sensores).
TÓRAX

peratura, los olores y la humedad. Esto se El tórax está unido a la cabeza por un pe­
produpe gracias a los «sensores», glándu­ queño cuello. Está formado por tres ani-
las sensibles a los estímulos, cuyo número
varía según las castas.
La boca está dotada de fuertes mandí­
LA ABEJA
bulas y de una pequeña «trompa». Se trata
ES UNA GRAN VOLADORA
de un órgano compuesto que se forma una
vez que la abeja necesita succionar el néc­ La abeja es una voladora excepcio­
tar. La trompa se compone con la proxi­ nal: esto depende tanto de la robus­
midad de los labios y las mandíbulas, tez de las alas como de Infrecuencia
formando un tubo por el que discurre la de batido, que varía entre los ISO y
lengua llexible, que funciona como una 250 ciclos por segundo. Las alas
auténtica bomba aspiradora, La lengua tie­ son, para el apicultor, un indicador
ne una longitud variable según las razas: importante de la edad del ejemplar:
una abeja joven posee alas bien fo r ­
es 1igeramente más corta en los zánganos
madas sobre el cuerpo, mientras que
y oscila entre los 5,5 mm a los 7 mm, Es
una vieja las tiene abiertas y con Ios-
esencial tanto para la aspiración del néctar bordes irregulares.
como para la producción de la miel y la
cera. Por este motivo, hoy en día se tiende
a seleccionar cepas de abejas acostumbra­
líos soldados entre sí, dotados cada uno de
ellos con un par de patas. En el segundo y
tercer anillo, se aloja además un par de
LA FEROMONA REAL
alas. Sobre las patas anteriores, posee un
pequeño cepillo que utiliza tanto para lim­
La reina produce una sustancia que
regula en la práctica todas las acti­ piar sus antenas como, en el caso de la
vidades de la colmena. Se trata de la obrera, para trabajar. En las palas interme­
feromona real, que las abejas obtie­ dias, posee un pequeño espolón, atrofiado
nen directamente del cuerpo de la tanto en los zánganos como en la reina,
reina, distribuyéndola entre las abe­ que le sirve a la obrera para verter los gra­
ja s del enjambre. nos de polen en el interior de la colmena
tras libarlos de las flores. Las patas poste­
riores son las más fuertes y, en el caso de

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la obrera, están dotadas de una «bolsa» En la parte inferior del abdomen de la
para la recolección del polen. Se trata de obrera se hallan las glándulas ceríferas,
una bolsa muy clástica, transparente y re­ que permiten la producción de la cera.
sistente, en la que las abejas pueden trans­
portar, además del polen, los propóleos.
Por lo que se refiere a las alas, se comprue­
ba fácilmente cómo las del segundo anillo LA GLÁNDULA DE NASONOVV
son más grandes que las del tercero, las
Se trata de una glándula importantí­
cuales están dotadas de una treintena de uñas
sima colocada en la conjunción en­
para poder formar con el otro par de alas una tre el sexto y el séptimo anillo. Emi­
única superficie que facilite el vuelo. te una sustancia olfativa que varía
en función de las colonias, perm i­
tiendo a cada abeja reconocer a sus
ABDOMEN
«hermanas».
El abdomen está com puesto por siete ani­
llos: el primero se estrecha c inserta en el
tórax; el último, está dotado de un aguijón, Siempre en el interior del abdomen, la
por lo que concierne a las obreras, mien­ obrera posee también la bolsa melífera para
tras que los zánganos carecen de él. La rei­ la recolección del néctar, y las dos glándu­
na posee un aguijón, aunque es diferente las veneníferas: aquella segrega un líquido
al de las obreras, como veremos a conti­ alcalino y esta, uno ácido. Las secreciones
nuación. se canalizan después por las dos cerdas per­
En el interior del abdomen se encuentra forantes que constituyen el aguijón.
el aparato circulatorio que transporta he-
molinfa, un líquido nutritivo transparente
e inodoro, falto de glóbulos y que no se El huevo y la larva
coagula. Por ello, la abeja herida pierde
hemolinfa y está condenada a morir en El ciclo vital de las abejas se inicia a partir
poco tiempo. de un pequeño huevo: un basloncito de

Huevos (foto CMA, Casalc Monferrata)

14
CICLO DE DESARROLLO DE LA OBRERA, DEL ZÁNGANO Y DE LA RUINA
(EN DÍAS)

unos 1,5 ruin de longitud y de unos 3 mm queña que el huevo. Durante los tres pri­
de diámetro que la reina ha puesto en un meros días, será alimentada con jalea real;
alveolo paralelo a las paredes del panal. El una vez rompe el huevo la reina, que será
primer día, el huevo está en perpendicular nutrida con esta sustancia durante toda su
ai fondo del alveolo; después, empieza a vida, la larva cambiará su menú por una
inclinarse hasta que, al tercer día, se tien­ mezcla de miel, agua y polen.
de sobre el fondo y se rompe. En el cuadro superior figuran los ciclo
La larva que acaba de nacer es más pe­ de desarrollo de las tres castas.

Huevada en varios estadios (foto Lega, Faenza)

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4

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*

15
Adherida al fondo del alveolo, la larva nistrado por las nodrizas. Los residuos de
crece rápidamente, enroscándose sobre sí la digestión son expulsados al fondo del al­
misma hasta que, al cabo de tres o cuatro veolo únicamente poco antes de la ninfo-
días, sus extremidades se tocan. sis, cuando la larva ha dejado de alimentar­
La larva de obrera realiza cinco mudas: se. De este modo, no hay riesgo de que las
— a los 0,5 días; deyecciones ensucien la comida. Llegados
— a los 1,5 días; a este punto, la larva madura (véase la fi­
— a los 2,5 días; gura inferior) empieza a hilar el capullo.
— a los 3,5 días; Al concluir el crecimiento, la larva ocu­
— al undécimo día (tras la operculación). pa por completo el alveolo, se halla en po­
sición alargada con la cabeza hacia el
La larva está dotada de un gran intesti­ opereulo, que es poroso al estar construido
no que le permite digerir el alimento sum i­ con cera y polen (en la figura de la pá-

16
gina 19, podemos ver los diversos tipos de
TIPOS DE OPÉRCULO
opérculos). Al cabo de unas dos horas
de la operculación, la larva se inmoviliza
y entra en el estadio de ninfa, iniciándose
la metamorfosis que la transformará en in­
secto «perfecto». Este proceso se desen­
vuelve en fases cortas; de hecho, del hue­
vo al adulto transcurren alrededor de 2 1 días
para la obrera, 25 para el zángano y única­
mente 16 para la reina. Estas fases pueden
variar en función de condiciones climáticas
adversas y alargarse entre uno y tres días:
son bastante raros los casos de anticipa­
ción.

Las tres castas


Las abejas melificas viven en el seno de
una familia o colonia permanente cuyo
número varía en base al período estacional
y a la fuerza específica de cada colonia.
Por tanto, digamos que el número mínimo
de una colonia es de unos 15.000 ejempla­
res en la estación fría y puede alcanzar los
100.000 en la estación de la recolección.
Ninguna abeja puede sobrevivir al margen
del grupo durante más de dos o tres días,
lo cual explica el acentuado instinto gre­
gario de estos himenópteros.
1. Alveolo con miel: el opérculo es plano
y hermético En el interior de una colonia, se distinguen
2. Alveolo con polen: no hay opérculo tres castas:
3. Larva de obrera en un alveolo de obrera:
— la reina;
el opérculo es plano o ligeramente
convexo — las obreras;
y poroso — los zánganos.
4. Larva de zángano en un alveolo de
obrera:
el opérculo sobresale, muy convexo y Las figuras de la página 20 nos mues­
poroso
tran las diferencias morfológicas más evi­
5. ¡Mrva de zángano en un alveolo de
zángano: el opérculo es convexo y poroso dentes entre las castas. La reina, que es
6. ¡Mrva de reina: la celda está deformada, única para cada colonia, es indispensable
el opérculo es poroso
puesto que sólo ella puede poner los hue­
vos y, así, ampliar la familia.
Las obreras, cuyo número varía en fun­
ción de la estación, son unas 15,000 en los

17
COMPARACIÓN ENTRE OBRERA, ZÁNGANO Y REINA

DIFERENCIA ENTRE LA CABEZA DE LAS TRES CASTAS

obrera zángano reina

18
meses de invierno, aumentando hasta unas lo que facilita que el apicultor utilice el
40.000 a 50.000 en primavera, hasta al­ «excluidor de reinas» para aislarla e impe­
canzar entre las 75.000 y 90.000 en vera­ dirle que salga de la zona delimitada para
no. Los zánganos mueren prácticamente la cría. La rejilla que cumple esta función
todos durante el invierno, y vuelven a apa­ está formada por barras separadas entre sí
recer en primavera. En el curso de una es­ unos 4 mm, lo que permite la libre circula­
tación, cada enjambre puede producir en­ ción de las abejas e inmoviliza únicamen­
tre 5.000 y 15.000. te a la reina. También puede distinguirse a
la reina de los zánganos y las obreras por
la coloración del cuerpo: existen reinas de
La reina color naranja claro (muy apreciadas por
los apicultores, yaque delata su origen itá­
La reina es fundamental para la vida de la lico), color ladrillo y tonalidades aún más
colonia: una reina sana, joven y fuerte que oscuras, aunque siempre con el abdomen
ponga los huevos a buen ritmo permite un monocolor y no estriado, como es el caso
recambio constante de abejas y un pleno de las otras dos castas. Posee alas cortas y
desarrollo del enjambre. Morfológica­ patas más largas que las de las obreras. El
mente, se trata de un insecto fácilmente aparato bucal es reducido y la lengua es
reconocible entre las obreras y los zánga­ más corta, puesto que no necesita succio­
nos. Mide entre 18 y 22 nim de longitud y nar el néctar al ser alimentada por las
tiene una anchura torácica de unos 4,2 mm, obreras. Existen más de cincuenta diferen-

Reina rodeada de obreras (Joto Lega, Faenza)

19
eias anatómicas entre la reina y la obrera, resto de su vida, pudiendo poner huevos
por lo que evitarem os una lista com pleta; de los que únicam ente nacerán zánganos
el aspecto más significativo es la ausencia (aploidos). Dos días después del último
del aparato secretor de la cera. Además, el vuelo nupcial (por térm ino medio, realiza
uso del aguijón es también diferente, dado de dos a cuatro), com ienza el período de
que la reina la utiliza únicam ente contra puesta de los huevos: hasta 3.000 al día, lo
ejemplares de la misma casta, que m ata que significa el triple de su peso corporal.
cuando todavía se encuentra en la celda o El aparato reproductor se com pone de
durante los duelos en el período de la en­ dos grandes ovarios, formados por tubitos
jambrazón. H1 aguijón de la reina, llamado ovál icos que oscilan en núm ero entre 160
a menudo espadín real porque puede cla­ y 180. En el interior de estos tubitos nacen
varlo y extraerlo sin que el insecto muera, y maduran los óvulos. Cada ovario desem ­
es más largo y curvado que el de la obrera, boca en un oviducto que, a su vez, condu­
la cual, por el contrario, no puede extraer­ ce ios óvulos hasta la vagina, cerca de la
lo una vez lo ha clavado y m ucre a conti­ cual se encuentra el conducto esperm ático
nuación, puesto que parte de sus visceras en contacto con la esperm ateea. En ella se
quedan adheridas al agui jón. contienen los esperm atozoides que la rei­
El ciclo vital de la reina es bastante di­ na ha recibido durante el vuelo nupcial y
ferente al de las otras castas, sobre todo en que perm anecen vitales durante toda la
cuanto a su longevidad, llegando a alcan­ vida de la reina. Si la reserva de esperm a­
zar los cuatro o cinco años de edad, lo que tozoides se agotara antes de la muerte na­
se debe únicamente a que la reina es ali­ tural de la reina, se correría ei riesgo de
mentada durante toda su vida con jalea que las abejas elim inaran a la reina que no
real. Todo empieza con un huevo fecundo, depone con regularidad. En ia vagina se
diploidc, com o del que nacen las obreras.
Este huevo se deposita en un alveolo que
las abejas modificarán, alargándolo, y que
se convertirá en la «celda real». Veamos,
en síntesis, el ciclo completo: VIDA Y PUESTA DE LA REINA
— puesta del huevo;
Hemos dicho que la reina vive un
— eclosión del huevo al cabo del 3." día; máximo de cinco años; sin embargo,
— larva no operen lada durante 5 días y los prim eros tres años son los más-
medio; propicios.
— operculación de la celda real al 9." día;
— larva operculada y ninfa durante 7 días
y medio;
— nacimiento del insecto perfecto al 16."' Edad Huevos puestos Mortalidad
día.
1 hasta 300.000 10 %
Transcurridos de 5 a 12 días desde el 2 hasta 350.000 25%
nacimiento, se producen los prim eros vue­ 3 hasta 300.000 40%
los de reconocim iento y uno o más vuelos 4 hasta 180.000 85 %
nupciales (en las horas soleadas y sin 5 hasta 30.000 100 %
viento). Si al cabo de 20 días, la hembra
no ha sido fecundada, queda estéril para el

20
produce una dilatación, la bolsa copulado-
ra, en la que se producirá la fecundación de I.A EDAD DE LA REINA
los huevos. El huevo maduro desciende
desde el oviducto hasta la bolsa en la que el Para establecer la edad de cada rei­
conducto espermático retiene entre tres y na del enjambre, los apicultores han
estipulado una convención por la
siete espermatozoides. El huevo fecunda­
que cada reina debe «marcarse» en
do desciende entonces a un orificio que se
el momento en que se produce la pri­
encuentra bajo el aguijón, y es por él por mera puesta. Se trata de una «man-
donde la reina lo depositará en el alveolo, chita» colorada realizada con un
perpendicular al fondo. La Figura inferior barniz adecuado en la cabeza de la
muestra el aparato reproductor de la reina. reina. El color varía cada año:
’93 rojo, ’94 verde, '95 azul, ’96
blanco, ’97 amarillo. Después se
vuelve a empezar con el rojo, y se
reanuda el ciclo de nuevo.

na entre la multitud, existen ciertos indica­


dores de la edad y del estado de forma de
la reina que cabe tener en cuenta:
— una puesta regular y abundante es el
signo de un buen estado de forma y de
una edad no demasiado avanzada;
— dimensiones correctas, coloración cla­
ra y alas plegadas sobre el abdomen y
no estropeadas son señal de un buen
estado de forma y de una edad no
avanzada;
— movimientos lentos y constantes,
acompañados por una puesta regular,
En el curso de su vida, la reina pone nos indican que la reina está sana;
huevos por un peso mil veces superior al — puesta escasa, movimientos bruscos y
suyo. En el caso de una reina fecundada alas estropeadas y desplegadas señalan
artificialmente en el laboratorio, la puesta una baja forma o una edad avanzada;
disminuye un 20 %. Por este motivo, aun­ — coloración oscura y unas dimensiones
que es cierto que la fecundación artificial pequeñas, acompañado de una pues­
permite seleccionar «cepas específicas», ta escasa, son signo de una edad avan­
es preferible recurrir a la fecundación na­ zada.
tural. que permite una mayor fortaleza de
los ejemplares a causa de la propia selec­ La reina se encuentra siempre rodeada
ción natural. por cierto número de abejas jóvenes que
Es importante conocer la edad de la rei­ trabajan como «esclavas»: la alimentan, la
na para poder conocer su potencial. Al sis­ limpian y, en general, le proporcionan to­
tema tradicional de marcado, que nos per­ das las atenciones que hagan más confor­
mite además localizar fácilmente a la rei- table la vida de la «soberana».

21
Reina poniendo huevos (Joto Lena, Faenza)

La obrera que, desde el punto de vista del apicultor, la


obrera es también muy importante: ¡trabaja!
Si es cierto que la reina es indispensable La figura de la pág. 25 nos muestra la
para la vida del enjambre, no lo es menos estructura morfológica del insecto perfecto:

Obreras ventiladoras en plena larea (foto Lega, Faenza)

22
Obreras construyendo un nuevo panal (foto Lefia, Faenza)

23
SISTEM A GLANDULAR DE LA OBRERA

glándula glándula
,. , . labial cefálica de Dufour c*e Koschevmkov
nipofaringea

glándula de
Nassonow

mandibulares

glándula
del aguijón
hipostómalo

— longitud 12-13 mm;


APARATO BUCAL
— tórax 4 mm; DE LA OBRERA
— peso de 10.000 abejas = 1 kg;
— longitud de la lengua 5,5-7 mm;
— patas con cerdas y cesto para el polen;
— ovarios atrofiados (aunque en determi­
nados casos sabemos que algunas
obreras pueden engendrar únicamente
zánganos).

La figura superior nos muestra, entre


otras, las glándulas que producen la cera y
que le permiten construir los panales.
La figura de al lado nos muestra el apa­
rato bucal por medio del cual la abeja suc­
ciona el néctar que después transform ará
en miel.
La figura superior de la página 27 nos
muestra las patas posteriores dotadas de
un cesto para el polen, en el que además
las abejas almacenan los propóleos.

24
La figura inferior de la izquierda repre­
ESQUEMA DE IA TERCERA PATA
DE ¡A OBRERA senta el aparato digestivo de la obrera y el
buche donde el néctar empieza su trans­
formación en miel.
La figura de abajo nos muestra el apara­
to defensivo, dotado de un aguijón lobula­
do, unido a dos glándulas veneníferas que
segregan una sustancia acida y otra alcali­
na que, mezcladas, constituyen el «vene­
no». Es interesante destacar que, durante
los primeros días de vida, el aguijan es in­
servible y que la agresividad de la abeja
aumenta con la edad.

25
La abeja obrera nace de un huevo fe­
EVOLUCIÓN D E LA OBRERA
DEL HUEVO HASTA EL NACIMIENTO cundado, depositado durante unos vein­
tiún días antes en un alveolo femenino. La
huevo acabado
de poner figura de la izquierda nos m uestra las ocho
fases de desarrollo de la abeja:
huevo a las 36 horas — huevo durante 3 días;
larva no operculada durante 6 días;
huevo a las 72 horas — operculada al 9." día;
— larva operculada y ninfa durante 12 días;
larva extendida — nacimiento al 21." día.
Después de nacer, aunque en los meses
larva de invierno puede retrasarse dos o tres
enroscada días, la obrera emprende una vida que será
bastante breve durante la estación de las
larva operculada
grandes recolecciones, unos 40 días (el
trabajo la «consume») y un poco más lar­
ninfa ga durante las estaciones en que las cose­
chas son escasas, hasta alcanzar los seis
eclosión meses en el caso de las abejas que nacen
en otoño, arracimándose para hibernar y
reincorporándose al ciclo vital del enjam ­
bre en primavera.

Una abeja está naciendo (J'oío CMA, Cúsale Monferrato)


Inmediatamente después de nacer, la
abeja reposa durante algunas horas para
recuperarse de la fatiga que le ha causado
«roer» el opérenlo para salir de la celda, se LA OBRERA NODRIZA
alimenta y fortalece las alas. Durante tres
días, se ocupa de tareas internas del en­ Cuela nodriza se encarga de unas !()
jambre. Entre el 4." y el 6." día, se inicia en a 12 larvas jóvenes, o bien de 6 a 8
las labores de limpieza de los panales y adultas que exigen mayor cantidad
de la colmena. Entre el 7." y el 13.“ día, de comida. Para el desarrollo de las
asume las funciones de nodriza y nutre a larvas, se las alimenta con una m ez­
las larvas antes de la operculación de las cla de miel y polen. La dosis es
celdas. Entre el 14/' y el 19.” día, trabaja esencial: se necesitan 12 granos
como vigilante, ventiladora y «cerificado- para cada larva (0 ,1 g). Para el de­
ra». Del 20." al 40.1’ o 45." día, ejerce su la­ sarrollo de la colonia a lo largo del
bor de recolectóla o pecoreadora. Este año, suelen utilizarse unos 25 kg de
calendario es una generalización; en la polen, además de un cantidad va­
práctica, ocurre a menudo que estas activi­ riable de néctar fresco y miel según
dades se alarguen o abrevien según las ne~ el clima.

Un panal construido en libertad (foto Lega,


Faenza)

27
cesidades de la colonia. Es habitual que una que el de las obreras, dado su m ayor tam a­
recolectara vuelve a asumir funciones de ño. Normalmente, alcanza una longitud de
gueiTera durante los últimos días de su vida. unos 15 mm. Existen también zánganos
más pequeños, nacidos de hem bras defor­
El zángano madas. Tienen una am plitud torácica de
5 mm, lo que permite el uso de «rejilla ex-
La figura de la página 31 nos m uestra el cluidora de zánganos» en caso de una co­
aparato reproductor del zángano. Única­ lonia con una población de zánganos de­
mente la mitad de los zánganos de cada masiado elevada. Consiste en una rejilla
colonia es apto para la reproducción y, de que se instala en la entrada de la colmena,
esta, sólo el 65-70 % alcanza la madurez con pasillos en embudo que les permiten
sexual completa. salir pero no volver a entrar, m ientras que
Aun así, el zángano es bastante útil, pues­ las obreras pueden fácilmente transitar en
to que, además de la fecundación de la rei­ ambos sentidos.
na, desempeña pequeñas tajeas cotidianas: Veamos cuál es el ciclo vital del zángano:
— colaboración en la ventilación; — huevo durante 3 días;
— ayuda a transform ar el néctar en miel; — larva no operculada, durante 6 días y
— su presencia estim ula a las obreras a medio;
trabajar más. — opereulación, con opere ul o saliente y
El zángano nace de un huevo no fecun­ abombado, hasta el 9.“ día y medio;
dado aploide (reproducción partenogené- — larva operculada y ninfa durante 14
tica), depositado en un alveolo más grande días y medio;

Un zángano ingiere miel entre varias obreras (foto I.ega, Faenza)

28
APARA TO REPRODUCTOR
DEL ZÁNGANO

testículos

vesículas seminales

glándulas mucosas

conducto eyaculador

bulbo

endolalo

— eclosión («nacimiento») entre e! 24." y Durante la estación de la enjambrazón


el 2 5 día. natural, en la que la densidad de la colme­
I,a primera salida de la colmena se pro­ na es considerable y hay muchas reinas jó ­
duce a los 9-12 días del nacimiento, y la ma­ venes por fecundar, se forman pequeños
durez sexual la alcanza al cabo de otros 12- enjambres de zánganos, llamados congre­
20 días. La vida media del zángano es de sos, en los cuales llegan a reunirse entre
unos 50 días, vagando de una colmena a otra 10.000 y 15.000 zánganos, recorriendo
si es expulsado por su familia de origen. más de 20 km en busca de la reina con la
que aparearse.
Al final del verano, cuando la colmena
EL APAREAMIENTO
ya no necesita a los zánganos para la fe­
Cada zángano produce más de cundación de la reina, se abre la veda para
10.000.000 de espermatozoides, si la caza del zángano. Dos o tres abejas ata­
bien durante el apareamiento en can a un solo zángano y lo arrastran fuera
vuelo sólo un ¡0 % logra penetrar de la colmena, a la que no podrá regresar.
en la espermateca. Por ello, la reina
se aparea normalmente con más de
un zángano, hasta almacenar unos
4.000.000 de espermatozoides. Tras La vida de la colmena
el apareamiento, el zángano muere
puesto que su órgano reproductor La vida de la colmena depende de múlti­
queda adherido al de la reina. ples factores: fuentes de néctar, situación
geoclimática, evolución de las estaciones,

29
enfermedades, intervención del apicultor.
Una familia «normal» de abejas sería QUÉ NECESITAM OS
como sigue: se compone por un conjunto PARA UN CORRECTO
de obreras, una reina sana y fértil y, en los DESARROLLO
meses de primavera y verano, cierto nú­ I)E LA COLM ENA
mero de zánganos. La tabla inferior mues­
tra cómo, en el transcurso de los 12 meses Para que la colmena pueda desarro­
del año, el desarrollo ideal de la colmena llarse de la mejor manera, se deben
propicia que, durante la estación de las respetar unas indicaciones fu n d a ­
mentales:
grandes recolecciones, el número de abe­
— reina joven y sana;
jas que forman la familia sea superior al
— colmena bien aireada y limpia;
del número de abejas presentes en las esta­ — panales bien construidos que no
ciones de cosecha baja o nula. El desarro­ superen los tres años;
llo considerado nos propone, com o punto — buena provisión de miel y polen;
máximo, el período entre junio y julio, con — controles regulares por parte del
80.000 ejemplares. Esta cifra es muy ge­ apicultor.
nérica, pues el número de los ejemplares
depende tanto de las regiones como de la
intervención del apicultor, y puede au­
mentar hasta 100.000, o bien disminuir Es responsabilidad del apicultor contri­
hasta 60.000. Además, el período en el buir al desarrollo natural de la colonia, de
que la familia alcanza su máximo número manera que la familia alcance el período
varía hasta de dos a cuatro semanas. de cosecha en las mejores condiciones

DESARROLLO IDEAL DE UNA COLONIA


DURANTE EL AÑO

ene feb m ar abr may jun jul ago sep oct nov die

30
para dedicare! mayor número de pecorea- Un apicultor en plena turen (foto Lega, Fuetiza)
doras a la recolección. Para ello, como ve­
remos más adelante, podemos recurrir a la
alimentación artificial, a la fusión de varias canzado su máximo desarrollo, habrá
colonias, a la sustitución de la reina, etc. siempre más abejas adultas que larvas.
Observando la vida de una colonia a Una familia de este tipo, que en invier­
partir del mes de enero, vemos que se ini­ no se arracima formando una «bola de
cia con un número mínimo de abejas, con abejas» alrededor de la reina y la nidada
una ausencia casi total de nidada (en las para mantener una temperatura constante,
zonas cálidas, es posible encontrar cierta ocupa una superficie de la colmena y los
nidada incluso en los meses invernales, panales mayor o menor en función de la
mientras que, en las zonas frías, el período temperatura externa y el número de abejas
de «interrupción natural de la nidada» de la colonia. La figura inferior de la pági­
puede durar un par de meses). na 34 muestra la adaptación ideal del en­
La tabla superior de la página 34 mues­ jam bre a los cambios climáticos. En los
tra cóm o crece una colonia y se desarrolla meses cálidos, el racimo se deshace y ocu­
normalmente en una zona de clima conti­ pa todo el espacio de la colmena.
nental: en el período de máximo creci­ El desarrollo natural de la familia (sin
miento, hay más larvas que abejas adultas, intervención humana) raramente permite
dado que la colonia se está preparando que la colonia supere las 60.000-70.000
para las grandes recolecciones de prima­ abejas. Por regla general, la reina pone los
vera y verano. Cuando la colmena haya al­ huevos en círculos concéntricos partiendo

31
PROPORCIÓN A B E JA S ADULT AS-NIDADA EN E L DESARROLLO DE UNA COLONIA
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g. 10 adultas

nidada

ene feb m ar abr may jun jul ago sep oct

ADAPTACIÓN DEL RACIMO A JA VARIACIÓN DE LA TEM PERATURA EXTERNA


E N UNA SITUACIÓN CLIMÁTICA IDEAL

1. alféizar; A. diafragm a; B. panales

de los panales centrales y dentro de cada malmente, la nidada en el centro, el polen


uno, a partir del centro. Una buena familia en la zona inferior y la reserva de miel en
ocupará siete-ocho panales al principio de la parte superior y, en general, en los bor­
primavera y hasta 11 en su período de má­ des del panal. Si la estación transcurre de
xima expansión. Se suele concentrar, nor­ manera uniforme, sin cambios bruscos de

32
LA IMPORTANCIA DEL RACIMO

El racimo tiene una función esencial para la economía de la colonia. La «bola de


abejas» se form a manteniendo en el centro, que está más caliente, a la reina y las
abejas más jóvenes. Las abejas viejas, que de todos modos no llegarán hasta prim a­
vera, se colocan en el exterior y cubren a las otras. Podrán morir de frío, pero de
este modo salvarán a las jóvenes y la reina, que reemprenderán el ciclo vital en pri­
mavera.

El trabajo de las obreras: la recolección dei polen (foto Lega, Faenza)

temperatura y con la floración subsiguien­ puede incentivar la puesta de manera arti­


te, la puesta de la reina será regular. Si, por ficial, proporcionando alimento «estimu­
el contrario, la estación es agitada, tam ­ lante» a !a colonia. La alimentación esti­
bién la puesta se resentirá, adelantándose mulante debe realizarse con cuidado en
o retrasándose. En este caso, el apicultor primavera, teniendo en cuenta las caracte­

33
El trabajo de las obreras: el almacenamiento de la miel (foto Lega, Faenza)

rísticas de la zona. De otro modo, existe el por sí mismas las fuentes de néctar. Para
riesgo de que la sobrealimentación induz­ solucionar este problema, las abejas han
ca a las abejas al enjambrado, o bien a sa­ desarrollado un lenguaje sofisticado y pre­
turar los panales de reservas de miel que ciso a través de varios tipos de danza.
impedirían la puesta de la reina. El estudio del «lenguaje» de las abejas
es bastante reciente y se lo debemos al
Premio Nobel Von Friseh. Él fue el prim e­
El «lenguaje» de las abejas ro en desvelar el significado de muchas
danzas de las abejas (el interesado en am­
Una colmena consum e en el transcurso de pliar sus conocimientos puede leer su inte­
un año alrededor de 160-180 kg de miel, resante El lenguaje (le las abejas), con las
unos 25 kg de polen y casi 60 1 de agua. cuales estos laboriosos insectos se com u­
Según un cálculo realizado por Zappi Re­ nican con exactitud la ubicación de las
cordad en 1947, para obtener I kg de miel fuentes de néctar. Además de Von Friseh,
las abejas deben realizar 40.000 vuelos y Wilson ha demostrado cómo las danzas de
libar más de 5.000.000 de llores. Estas las abejas varían si la colm ena se halla en
sorprendentes cantidades nos permiten horizontal o en vertical.
comprender que las abejas serían incapa­ La figura superior m uestra la «danza
ces de recolectarlas si tuvieran que pro­ circular», uno de los descubrimientos de
longar su jornada de trabajo obteniendo Von Friseh: el ángulo formado por la dia­

34
gonal de coleadura de la abeja y la orien­
tación de la entrada de la colmena (la abe­
ja y su panal) es igual al ángulo entre la
DANZA CIRCULAR
zona del néctar y el sol, con el vértice en la Y DANZA DEL ABDOMEN
entrada de la colmena. La abeja no com u­
nica la distancia entre esta y la fuente de Vori Frisch ha descrito dos tipos de
néctar, sino la cantidad de energía necesa­ danza: la circular, ejecutada a pasi­
ria para alcanzarla. Para expresar este va­ tos v saltitos en círculos concéntri­
lor, ejecuta la danza a mayor o menor ve­ cas, y la del abdomen, ejecutada en
locidad y con una intensidad de coleo ma­
semicírculos a partir de una rec­
yor o menor. En resumen, la abeja com u­
ta inicial. En un primer momento,
nica a sus compañeras, no sólo la ubica­
se creía que la primera se refería a
ción de la fuente del néctar, sino también
las fuentes de néctar y la segunda
la dificultad que pueden encontrar para al­
a las de poten; después, se ha com­
canzarla. Si la danza se ejecuta de manera
prendido que aquella se refiere a
vivaz, significa que la fuente del néctar es
fuentes cercanas (hasta 100 ni) )>esta,
rica; en caso contrario, la fuente es pobre.
a fuentes lejanas (más de 100 m).
La figura siguiente muestra los diagra­
mas de las danzas circulares, del abdomen
y de algunas formas intermedias.

35
La danza circular sirve para indicar una dirección del sol, la abeja recorre la línea
fuente cercana, hasta 100 m de la colm e­ de conjunción con la cabeza hacia arriba;
na. La danza de la guadaña sirve para indi­ si se halla en dirección opuesta al sol, con
car fuentes a una distancia de entre 10 y la cabeza hacia abajo (sobre el panal). Si
100 m (Tschumi). el botín se encuentra a la derecha o a la iz­
La danza del abdomen sirve para indi­ quierda del sol respecto a la entrada de la
car fuentes a distancias variables. La dis­ colmena, la abeja inclina la dirección de
tancia depende del número de veces que la la danza describiendo un ángulo formado
abeja recorre en 15 segundos la línea que por la dirección de la danza respecto a la
une los dos semicírculos. Si la abeja la re­ conjunción colmena-sol.
corre 10 veces, la fuente se halla a unos Existen además formas intermedias entre
100 m; si la recorre 7 veces, a unos 550 m; la danza circular y la danza del abdomen,
si la recorre 4 veces, a unos 1000 m; si la que se derivan de las diferencias de lengua­
recorre sólo 2 veces, entre 4.500 y 6.000 je entre las diversas especies e incluso de los
m. Si la fuente de néctar se encuentra en la «dialectos» típicos de cada colonia.

LA DANZA DE L AS ABEJAS

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danza circular danza del abdomen

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danza de ía form as interm edias


guadaña (o media entre la danza circular y danza en zigzag
luna) la danza del abdomen (Rücktanz di Hein)

36
Las danzas en zigzag sirven para indi­ — el pisoteo y el balanceo, levantando y
car fuentes de néctar muy próximas, inclu­ bajando el abdomen: expresa el deseo
so a pocos metros. de una abeja de ser limpiada; cuando
una abeja limpiadora se presta a hacer­
lo, la danza se detiene;
— la danza de la felicidad: consiste en vi­
LA DANZA DE ALARMA braciones dorsales-ventrales-abdomi-
nales (DV-AV-Milum) e indica que la
Schneider ha estudiado cómo las colonia es perfecta, que ha nacido una
abejas ejecutan una frenética danza
reina, que se ha operculado una celda
en zigzag cuando se ha recolectado
real, etc.;
alimento contaminado. De este
modo, ponen en guardia a las gue­ — la danza del masaje: una abeja se do­
rreras, que detienen y dan muerte a bla de tal modo que induce a las com­
las abejas que trajeron a la colmena pañeras a pasar por encima y por deba­
el néctar o polen contaminados. jo suyo, recibiendo así una suerte de
masaje.
La figura inferior, asi' como la que apa­
rece en la página 38, nos ofrecen una ima­
Hay otras danzas interesantes: gen de las danzas según Wilson.

- '< / EL LENGUAJE DE LA OBRERA


rr\ V

'y ' «Si la pecoreadora


' ejecuta la “danza del
abdomen ” sobre un
plano horizontal, como
el alféizar de la
j ~/~'l colmena, el trazado
\J L ra \ rectilíneo del
/ “coreograma” indicará
VÍV iT VjL directamente la
*51 f dirección de la
comida.» (Wilson).

37
EL LENGUAJE DE LA OBRERA

EL CANTO DE LAS REINAS

Von Frisch estudia el canto de las reinas (En el inundo de las abejas) y explica que se
desconoce si cantan también las reinas fecundas; ciertamente, las reinas jóvenes can­
tan apenas nacen. La reina joven, antes de emprender el vuelo nupcial y, en su caso,
enjambrar, emite desde la celda real un «tui-tui» en busca de una hermana, quien le
responde con un «cua-cua». La reina joven canta frotando las alas durante unos 3 se­
gundos, moviéndose a continuación durante unos 10 segundos y volviendo a cantar. Se
mueve sobre los panales unos 10 cm entre cada canto, y las abejas guardan silencio.

38
La apicultura y el apicultor

La apicultura fijista — colmena: las móviles están construi­


y movilista das de manera que se puedan trans­
portar y cerrar herméticamente, te­
niendo por regla general nidos de 10 pa­
Hablar de apicultura fijista y movilista im­ nales más ligeros; las fijas son más
plica distinguir entre el apicultor que ins­ macizas, carecen de rejilla de cierre
tala sus colmenas en un enclave estable en la entrada y se componen de 12 pa­
del que lo hace en diversos lugares, en nales que proporcionan a la cámara de
función del período de floración de las cría una mayor disponibilidad de es­
plantas más agradecidas y productivas. pacio;
La técnica de organización de la colm e­ — organización del colmenar: la movilis­
na, los problemas y las enfermedades, son ta debe provocar artificialmente el de­
las mismas en ambos casos; aun así, exis­ sarrollo de las colonias para obtener
ten importantes diferencias entre los dos las diversas cosechas con familias
tipos de apicultura: productivas, por lo que tendrá que rea-

Un colmenar para la polinización de un huerto (foto Lena, Faenza)

39
Iizarse una alimentación estimulante y El colmenar: dónde, cómo
las fusiones oportunas; quien practica y cuándo instalarlo
la apicultura fijista, en cambio, puede
permitirse forzar menos las familias y Para em prender la actividad apicultora,
respetare! desarrollo natural de las co­ debemos partir del lugar en el que vamos a
lonias, con el consiguiente ahorro de instalar el colmenar. Para ello, hay que
trabajo, así como la obvia disminución elegir un enclave adecuado para las abe­
de la recolección del néctar; jas. Teniendo presente que necesitan mu­
producción: el moví lista puede al­ cho «pasto» para la recolección del néctar
canzar las cuatro o seis cosechas y polen, habrá que com probar que en un
anuales por 80-120 kg de producto radio de 4-6 km del colm enar exista una
por colm ena; el apicultor fijista no buena cantidad de vegetación que les
suele alcanzar más de dos o tres co­ ofrezca alimento abundante. Además, es
sechas por 40-70 kg de producto por im portante asegurarles la provisión de
colmena. agua y, si no hay cursos de agua o fuentes
próximas, tendremos que proporcionárse­
La ventaja de la apicultura móvilista la artificialmente. Sin embargo, hay que
consiste en la posibilidad de producir miel tener en cuenta que puede resultar perjudi­
de diversa calidad en función de su acep­ cial una extensión de agua demasiado
tación comercial. grande si la zona es particularm ente hú­

Colmenar de alia montaña (foto Lega, Faenza)

40
meda o las abejas deben sobrevolarla para para el colmenar, nos ocuparemos de obte­
alcanzar la zona de pasto. Por otro lado, el ner las abejas. Para ello, y si no contamos
lugar en el que instalemos el colmenar con la ayuda de algún experto al que diri­
debe estar a cubierto del viento y, en las girnos, podemos adquirirlas (en colonias,
zonas cálidas, del exceso de sol en vera­ enjambres o núcleos, según las necesida­
no. Un enclave ideal sería aquel que per­ des) en un comercio profesional. La com­
mitiera orientar la entrada de las colm e­ pra puede realizarse en cualquier momen­
nas hacia el sudeste y detrás de árboles de to del año, aunque el período más adecuado
tronco largo y de hoja caduca, que en ve­ es en primavera, a partir del final de la es­
rano lo protegen del sol y en invierno le tación fría hasta el inicio de las primeras
proporcionarán refugio del viento frío del recolecciones. En este período, podemos
norte sin quitarle la luz. Por último, es im­ comprar colonias nacidas en invierno, sa­
portante disponer las colmenas de modo nas y fuertes, y proceder directamente a la
que permanezcan a un mínimo de 40- recolección. El coste de las abejas es. sin
50 cm del suelo: nuestro trabajo resultará embargo, más alto en esta época que du­
más cómodo y evitaremos los inconve­ rante el verano, ya que la finalización de
nientes derivados de la humedad, así la recolección hace descender los precios
como de los animales terrestres que pu­ a la mitad. Asimismo, durante este perío­
dieran acceder a la colmena. Según las do podemos comprar familias para prepa­
circunstancias, instalaremos las colonias rarlas para la próxima estación. 1:1 coste
en paralelo, en semicírculo o en «forma­ será más bajo, pero tendremos que afron­
ciones» diversas, teniendo siempre en tar diversos problemas típicos del invier­
no sin haber recolectado antes. De todos
modos, la verdad es que el único período
LOS REQUISITOS en que es preferible no comprar abejas es
ESENCIALES DE LA SEDE el final del otoño y en invierno: en esta
DEL COLMENAR época no es posible organizar las colo­
nias, ni con fusiones ni con alimentación
La seile ideal para instalar un col­
estimulante, sin correr el riesgo de empe­
menar debería cumplir los siguien­
tes requisitos: orar las cosas.
— numerosas fuentes de néctar en
un radio de 3 km;
posibilidad de provisión de La colmena y sus accesorios
agua:
— expuesta en dirección sudeste; Cuando hablamos de una colmena, con in­
— ausencia de humedad; dependencia del modelo y de sus dimen­
— protegida del viento; siones, nos referimos a la vivienda que el
— distancia notable de centros in­ apicultor pone a disposición de las abejas
dustríales. (véase fig. de la pág. 44).
La colmena está compuesta por:

— fondo;
cuenta tanto las necesidades de los insec­ — cámara de cría;
tos como del apicultor. — listón piquera;
Una vez hemos encontrado el sitio ideal — media alza;

41
rejilla de cierre (sólo para las colm e­ Fondo
nas movi listas); Se trata de una superficie plana ligera­
— tablero interior; mente inclinada hacia delante que permite
— techo; retirar fácilmente los residuos de las abe­
— cuadros (de la cámara de cría y de la jas, además de la eliminación de la hum e­
media alza). dad de condensación que se crea en el in-

42
ten o r de la colmena. El fondo puede ser largo y 38,5 cm de ancho). En el lado inte­
fijo o móvil, según si está clavado a la cá­ rior de las paredes frontal y posterior, hay
mara de cría o bien fi jado a este con gan­ unas ranuras para apoyar los cuadros. Para
chos. La colm ena «de última generación» m antener la distancia ideal entre los pana­
posee un fondo de red con un cajoncito les. se instalan separadores de metal ade­
(fondo antivarroa) para recoger los resi­ cuados. En la parte anterior se abre la
duos que se desprenden de los panales. El obertura de salida de la colmena que res­
fondo de red perm ite al apicultor ver lo tringe el acceso por medio del listón pi­
que cae en su interior e interpretar cada quera.
signo como una m ayor o menor presencia
de varroa (véase el capítulo «Los enemi­ Listón p iq u era
gos y las enfermedades de las abejas»), El listón piquera es una barra de madera
polen, cera de los opérculos y todos los que consta en los dos lados de mayor ta­
detritos que, posándose en el fondo, ofre­ maño de dos oberturas, una más grande
cen motivos de reflexión para el apicultor. que la otra, que deben regularse en fun­
La red es robusta, lo que permite que las ción de la temperatura exterior. En los me­
abejas se muevan cóm odam ente y el resto ses cálidos, el listón piquera deberá reti­
resbale hacia el fondo. rarse. Las barras pueden ser también de
hierro y plástico, dentados (que facilita el
C á m a ra de cría continuo trasiego de las abejas) o perfora­
La cámara de cría consiste en una caja sin dos (que dejan correr el aire pero no las abe­
techo ni fondo, de 45 x 45 x 30,8 cm de al­ jas, lo cual nos permite retenerlas en el inte­
tura (en caso de colmenas de 10 panales, rior cuando debemos trasladar la colmena o
las medidas de los lados son de 45 cm de cualquier otra eventualidad, como puede ser

Abejas a la entrada de la colmena (foto CMA, Casale Monferrato)

43
impedir la cosecha de néctar y polen si se a la media alza, en las que se lijará, en
han irrigado pesticidas o herbicidas en las alambres extendidos a tal efecto, la hoja de
zonas cercanas). Así, podremos mantener cera. El lado superior se prolonga en sen­
las abejas encerradas, pero no mucho tiem­ dos soportes que se apoyan sobre los sepa­
po, para impedir que se sofoquen. radores de la cámara de cría sosteniendo el
panal. La distancia entre los cuadros de la
Media alza cámara de cría es m enor a la que hay entre
Es idéntica a la cám ara de cría, aunque los cuadros de la media alza, dado que la
mide la mitad {15,4 cm). En la media al/.a prim era debe permitir una m enor disper­
se depositan las provisiones que satisfarán sión de calor. Por este motivo, las colm e­
las necesidades de la familia, o lo que es lo nas de 12 panales tienen 12 espacios en la
mismo, del apicultor. cámara de cría y sólo 11 en la m edia alza,
mientras que las de 10 tienen 10 espacios
Rejilla de cierre en la primera y sólo 9 en la segunda.
Se instala únicamente en las colm enas Los accesorios indispensables, o sim ­
movilistas, y consiste en una redilla de red plem ente útiles, para una apicultura racio­
o de plástico que deja pasar el aire, pero nal son los siguientes:
no las abejas, lo que perm ite el fácil trans­
porte de la colonia sin riesgo de asfixia. — diafragm a;
— excluidor de reinas;
Tapa cubrepanales — salvaabejas;
Consiste en una superficie plana de m ade­ — al i mentadores;
ra o aglomerado, dividida en varias sec­ — ángulos;
ciones para poder acceder a una sola zona, — tiradores;
del misino tamaño que la cám ara de cría y — tram pa de polen;
e! melario, que sirve para cerrar la parte — rejilla recogepropóléos;
superior de la colmena. Normalmente, tie­ — tram pa separazánganos.
ne en el centro un agujero redondo con un
disco que sirve de cierre y que puede girar Diafragma
para dejar el agujero libre para introducir Se utiliza únicam ente para la cám ara de
el alimento. cría y es intercambiable con un cuadro
que, en lugar de hoja de cera, tiene una ta­
Techo blilla de chapa (la madera se utiliza poco).
Es la protección superior de la colm ena y Sirve para dism inuir el espacio de la cám a­
puede ser de diversas formas: plano, de ra de cría durante el invierno, así como
caja o de vertido. Lo importante es que en­ para ocupar el que deja libre el último mar­
tre el techo y la lapa cubrepanales quede li­ co (puesto que las abejas no construyen pa­
bre una cámara de aire, que cumple una nal sobre el diafragma). Se extrae con faci­
función de aislante térmico y que en invier­ lidad y no daña la colmena, dejando un es­
no puede rellenarse con materiales cálidos. pacio de m aniobra para m anejar cóm oda­
mente los panales propiamente dichos.
C uadros
Como su nombre indica, son marcos de Excluidor de reinas
madera, rectangulares, de diversos tama­ Se trata de una rejilla que aprovecha la di­
ños según se destinen a la cám ara de cría o ferencia de tam año entre el abdom en de la

44
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Panal de cámara de cría con miel (Joto CMA, Casale Monferrato)

Panales de media alza (foto CMA, Casale Monferrato)

45
reina y el de las obreras para permitir el versas que sirven para proporcionar a las
paso únicamente a estas. Se utiliza para abejas un complemento alimentario al que
impedir que la reina pueda pasar de la cá­ ellas mismas obtienen de la naturaleza.
mara de cría a la media al/a c influir, con Existen alimentadorcs en taza (véase pági­
efectos diversos, en la producción de la ja- na 49). redondos o rectangulares, que se
lea real y de las reinas. instalan sobre la tapa cubrepanales y que
están compuestos por un depósito con un
Salvaabejas agujero central, sobre el cual colocaremos
Se trata de una pieza divisoria aplicable un cono abierto que se corresponde con el
entre la cámara de cría y la media alza agujero del tablero por el que pasarán las

Excluidor de reinas con marco y sin marco (foto


CMA, Casale MonJ'errato)

Alimentadores de diversos tipos (foto Lega, Faenza)

para facilitar a las abejas bajar de esta a abejas. A continuación, se coloca sobre el
aquella, e impedir que vuelvan a subir. De cono una tapa, que se apoya sobre el fondo
este modo, podremos manipular las cám a­ del depósito y permite al líquido subir y a
ras de cría sin abejas, ya listas para extraer ias abejas succionarlo apoyándose en el
la miel. Existen varios modelos de salva- borde del cono. Con estos alimentadores,
abejas, aunque todos cumplen este come­ las colonias se nutren sin molestarlas. Ade­
tido de manera satisfactoria si los instala­ más, existen alimentadores de bolsillo, de
mos entre la alza y la cámara de cría 18- cámara de cría y de alza, que poseen las di­
24 horas antes de la extracción. mensiones de los marcos, aunque con dos
paredes separadas de manera que forman
Alimentadores un bolsillo (se fabrican en plástico y en
Son contenedores de forma y capacidad di­ chapa), en la que se vierte la comida.

46
dos de la colmena para transportarla mejor;
son indispensables para el modelo movi lista.

Trampa de polen
Se trata de una rejilla especial que se ins­
tala a la entrada de la colmena y que sepa­
ra las bolitas de polen de las cestitas de las
abejas, recogiéndolas en una cajita.

Rejilla recogopropóleos
Se trata de una rejilla de plástico que se

LA COLMENA
Ángulos DE OBSERVACIÓN
Son barritas metálicas en forma de «L» que
Hay colmenas cuyas paredes están
se aplican con tornillos en las esquinas supe­ compuestas por ventanas: hay un vi­
riores de la cámara de cría y permiten fijar drio y una ventanilla de cierre.
mejor la media alza al propio nido. Se utili­ Cuando se quiere observar el inte­
zan sobre lodo en las colmenas movilistas. rior de la colmena, se abre la venta­
nilla y podemos mirar la actividad
Tiradores de las abejas sin perturbarlas.
Son asas metálicas que se instalan a los la-

Trampa de polen instalada (foto Lega, Faenza)

47
COLMENAS
DE «PANAL CALIENTE»
Y COLMENAS DE «PANAL FRÍO»

Si los panales están dispuestos en


paralelo a la entrada de la colmena,
se dice que la colmena es de panal
a d ien te; si, p o r el contrarío, están
dispuestos' perpendicularmente a la
entrada de la colmena, se dice que
es de panal, frío. En la actualidad, se
utilizan mayorítariamente las col­
menas de panal frío.

coloca entre la cámara de cría y la tapa cu-


brepanales, o entre esta y la media alza,
y que permite la circulación del aire. Dado
que las abejas no pueden soportar las fisu­
ras, se apresurarán a obstruirlas con los Sombrero con protector incluido (foto Lega, /■'lienza)
propóleos. Cuando la rejilla esté com ple­
tamente propolizada, la retirarem os para
recuperar la preciosa resina.

Trampa separazánganos Indumentaria


Hay de dos tipos: el primero permite salir a Muchos apicultores afrontan su trabajo en
los zánganos de la colmena pero no volver el colm enar con pocos escrúpulos, dado
a entrar (se utiliza también como medio que con el tiempo lian desarrollado cierta
para evitar el saqueo, ya que reduce el ac­ hiposensibilización al veneno de las abe­
ceso a la colmena); el segundo les obliga a jas; otros, por el contrario, se ven obliga­
circular por unos pasillos que desembocan dos a protegerse m eticulosam ente porque
en una jaula (de la que las abejas pequeñas han desarrollado una fuerte hipersensibili-
puede salir), y así el apicultor sólo tendrá zación al veneno. Tanto en uno com o en
que retirarla con el insecto dentro. otro supuesto, es preciso equiparse con
una máscara y guantes para poder prote­
gerse en caso de necesidad.
El utillaje necesario Hay varios tipos de protecciones, des­
del apicultor de las más com unes en form a de cam i­
són, con capucha fijada al cuello y que se
Debemos distinguir dos tipos de útiles: los abre con una crem allera, a las que cubren
que necesitamos para trabajaren el colm e­ sólo la cabeza y exigen el uso de un
nar, en contacto con las abejas, y el que m ono para el resto del cuerpo, o las que
utilizaremos para la extracción de la miel, cubren todo el cuerpo desde la cabeza a
la recolección de los demás productos y su los pies. El requisito más im portante es
conservación. que la redecilla que perm ite ver y respirar

48
sea de una malla resistente, de color os­ la colmena, gocen de una mayor protec­
curo y opaco para no reflejar la luz y mo­ ción. La protección ideal la proporcionan
lestar la visión. Hay que tener en cuenta unos guantes especiales de manguito que,
que la agresividad de las abejas aum enta además de proteger las manos, cubren
frente a tonos oscuros; por ello, el mono- todo el brazo hasta el codo, al que se suje­
camisón (o la indum entaria utilizada) tan con una goma.
debe ser de color claro, preferiblem ente Una vez bien equipado, el apicultor ini­
blanco-nata o amarillo. cia el trabajo en el enjambre. Para ello, ne­
La experiencia nos enseña que las abe­ cesita tres herramientas fundamentales:
jas dirigen sus ataques más virulentos
contra cuerpos en movimiento, así que se — ahumador;
recomienda que las manos y los antebra­ — espátula o paleta;
zos, que se introducen continuam ente en — cepillo.

Mono protector (foto Lega, Faenza)

49
Ahumador em pezar la visita, en cuanto se levanta el
Se trata de un instrumento que produce cobertor, m antendrá tranquilas a las abejas
humo a través de un cilindro metálico lla- durante unos segundos. M ientras trabaja­
mado fogón que se alim enta con un fuelle mos, las ahum arem os siempre que se
accionado con una mano. Lil hum o se diri­ muestren amenazantes desde la parte su­
ge, a través de un pico más o menos largo perior del panal, para así empujarlas hacia
según los modelos, hacia donde necesita el fondo de la colmena. Por lo que respec­
el apicultor mientras trabaja con su colo­ ta al com bustible ideal, hay que señalar
nia. lil humo vuelve más dóciles a las abe­ que existen en el m ercado retales o bolitas
jas y las desorienta (siem pre que sea en de yule de gran eficacia. El cartón es otro
cantidades moderadas, pues de otro modo material muy práctico, aunque se consum e
las irrita aún más); durante unos minutos, rápidamente. Algunos viejos apicultores
su actitud será menos agresiva hacia el utilizan trozos de corteza de árboles, hojas
apicultor. Es muy importante elegir el ma­ secas y otros materiales «naturales» consi­
terial que vamos a quem ar en el fogón derados más próximos a la vida de las abe­
para producir el humo. M uchos apiculto­ jas. Aunque respetam os la tradición, no
res tratan de inventar com plicados artiILi­ hay material que, cuando prende, sea del
gios para crear un hum o menos desagra­ gusto de los insectos.
dable para las abejas. Es una tarea com ­
pletamente inútil: para las abejas, todo Espátula o paleta
humo es igual de molesto, puesto que lo Es un utensilio de hierro, de hoja variable
único que cuenta es que la «ración» sea según las marcas, pero que concuerda en
sólo la indispensable. Una ración antes de su aspecto esencial: un extrem o plano y
apilado que sirve para rascar la cera y los
propóleos de la madera de los panales y
El ahumador (foto Lega, Faenza) levantar la tapa cubrepanales; una parte
central que sirve de em puñadura; y un ex­
tremo retorcido que nos perm ite levantar
los cuadros de separación de la colmena, y
además cum ple una oportuna función de
palanca. Este instrumento es indispensa­
ble y su uso será continuo durante toda la
visita.

Cepillo
Se utiliza para alejar a las abejas cuando
se pretende retirar un panal de la colmena.
Suele em plearse humedecido, con objeto
de irritar menos a las abejas y de despren­
der los restos de miel que se le adhieren
durante nuestras operaciones. Durante
cierta época (aunque todavía hay viejos
apicultores que las usan), se utilizaban
plumas de oca, resistentes y a la vez ma­
nejables.

50
Espátulas o paletas (en la foto, con dos «espuelas») (foto Lega, Faenza)

Para la extracción de la miel, así com o La des opere itlac ión de los panales (foto Lega,
para su recolección y conservación, son Fuetiza)
indispensables los siguientes instrum en­
tos:

— banco para desopercular;


— utensilios para desopercular;
— extractor;
— m adurador;
— filtros;
— . piensa de cera.

(tunco para desopercular


Para poder centrifugar los panales y ex­
traer de elios la miel que contienen, debe­
mos retirar antes la cera del opérenlo que
sella la celda. Esta operación se puede rea­
lizar de manera práctica y racional sobre
un banco para desopercular: se trata de un
banco de depósito con un grifo al fondo y
una rejilla filtrante que retiene la cera, d e­
jando resbalar la miel. En el borde del
banco hay un «atril» inclinado y firm e so­
bre el que se apoya el panal que debe ser
desoperculado.

U tensilios para desopercular


Para realizar la operación de desopercular,
nos valdrem os de dos instrum entos: d te­
nedor y el cuchillo. El tenedor es un tene­
dor auténtico, con dientes de acero, que se
utiliza para abrir las celdas con un m ovi­
miento rápido del pulgar. El cuchillo, por
el contrario, puede ser de dos clases: un
cuchillo dentado y muy afilado que se
pasa sobre el panal, rasurando el cuadro
de madera y elim inando los m ateriales so­
brantes, incluida la operculación; o bien
una hoja que opone una resistencia eléctri­
ca y que, de este modo, se calienta y hace
el trabajo más rápido.

Tenedor en plena tarea (foto CMA, Casale Monferrato)

52
Cuchillos (foto l^ga. Faenza)

Extractor
Es mía centrifugadora que permite extraer
la miel de los panales desoperculándolos
sin alterar su estructura y en un tiem po
muy breve. Estas centrifugadoras pueden
ser manuales, con una m anivela que hace
girar los panales, o bien provistas de un
motor, con el obvio ahorro de tiempo y es­
fuerzo. Está formada por un cilindro de
acero con un fondo que, en el centro, tiene
un perno en el que se inserta una rejilla so­
bre la cual se fijarán los panales que va­
mos a desopercular. El núm ero de panales
varía en función del tam año del extractor.

Extractor eléctrico (foto Lega, Faenza)

53
E X TR A C TO R ES TANG ENCIALES Y RAD IALES

Hay dos tipos de extractores: uno, en el que se instalan los panales en la cuerda de la
sección circular del cuerpo, llamado tangencial; y otro, en el que se colocan com o si
fueran los radios de una bicicleta, llamado radial. En el prim er caso, los panales sólo
se vacían p o r una parte, debiendo ser centrifugados dos veces; en el segundo caso,
ambos lados se vacían a la vez (véanse las figuras inferiores).

M aduradores
Una vez extraída la ni iel. el producto se
conserva durante cierto tiem po, que varía
según c! tipo de miel, en los m aduradores.
Se trata de cilindros de acero con un grifo
eti la parte inferior por el que brota la miel.
En el m adurador, se purifica la miel de las
últimas partículas de ccra y de la parte
más húmeda y ligera, que Ilota form ando

Filtrado de la m iel (foto Lega, Faenza)

54
una espum illa blanca que se retira del pro­ Otros utensilios prácticos
ducto final, pero que será reciclada com o H ablando de la colmena, hemos visto uten­
alim ento para las abejas. silios com o el salvaabejas, la trampa de
polen y la rejilla recogepropóleos. Otros
Filtros complementos útiles son las «cajas porta-
En el tránsito del extractor al madurador, panales», o sea, cajas del tamaño de uno o
se filtra la miel. Los filtros son de diversas dos panales melíferos que se utilizan para
clases y de rejillas más o menos espesas. transportarlos y conservarlos. Para apicul­
Cuanto más espesa sea la malla de la reji­ tores con varias colmenas, hay «soplado­
lla, menor es el peligro de producir «espu­ res» (ventiladores de aire comprimido) que
ma» en el madurador. Los filtros más co­ emiten un chorro de aire sobre el panal y
munes son de acero inoxidable, de tela o ahuyenta las abejas. Para usar el soplador
bien tejido en form a de bolsa, de donde le de manera racional se necesitan al menos
viene el nombre de «filtro de bolsa». Estos dos personas (mejor aún si son tres). El so­
son los que suelen utilizar los grandes pro­ plador lo utilizan todos los profesionales.
ductores, ya que elim inan incluso las par­
tículas más pequeñas. Com plem entos particulares
Ciertos com plem entos pueden servir para
Prensa de cera realizar operaciones específicas, como
Es un utensilio útil, aunque no indispensa­ puede ser la producción de jalea real o la
ble. Se em plea para prensar la cera de la cría de reinas:
operculación y extraer toda la miel que — cajones: son colm enas divididas en
perm anece adherida a ella. tres partes, de las que las dos laterales
tienen un tam año normal y la central
contiene un núm ero m enor (la mitad)
/ ‘reusa de cera (foto Lena, l'aenza)
de panales respecto a los otros; las sec­
ciones están com unicadas entre sí por
rejillas excluidoras de reinas;
— varillas portacapullos: son pequeños
cuadros provistos de varillas de made­
ra, sobre las que se insertan las celdas
reales;

Extracción de la larva del alveolo del capu­


llo m ediante el cogelarvas (pickin) (foto Lega,
Faenza)

55
— capullos: sim ulacros de celdas reales sar este desaí ro! lo y, en caso de necesidad,
de plástico o cera en las que el apicul­ modificarlo para favorecer una produc­
tor inserta las larvas que, después, las ción m ayor tanto de miel com o de los de­
abejas criarán con jalea real: más productos.
— pickin: es un hierro curvado con un Hl núm ero y la clase de visitas que se
extrem o en punta y el otro que sirve deben hacer al colm enar varían en función
para retirar las larvas del panal e inser­ de la situación clim ática, las posibilidades
tarlas en el capullo; de recolección, la evolución de las esta­
— colmenillas de fecundación: son pe­ ciones y a la fuerza inicial de la colonia:
queñas colonias de abejas donde se in­ variables que, com binadas entre sí, pue­
troduce la celda real que está a punto de den provocar un elevado núm ero de situa­
opercular, a la espera del nacimiento; ciones diferentes, teniendo en cuenta que
— aspirador de ja lea real: se trata de un en los últim os 10 años se han descrito gra­
pequeño aspirador que succiona la ja­ ves problem as debido a enferm edades y
lea real de las celdas. enem igos de las abejas.
La estación apicullora se inicia con el
Desarrollo y organización final del invierno que, según las zonas,
de las colmenas puede coincidir con el fin del m es de fe­
brero o con el de marzo. Ks muy im por­
Hemos visto que el enjam bre, entendido tante realizar la prim era visita de prim ave­
com o colonia de abejas alojada en una ra lo antes posible, para recoger todas las
colm ena racional, tiene su propio desarro­ indicaciones que los enjam bres pueden
llo natural. Bs tarea del apicultor supervi­ darnos, con objeto de evaluar correcta­

v í primera visita de la primavera (foto Lega, Faenzfí)

56
Un buen panal de nidada (foto Lega, Faenza)

mente el estado de las colonias y sus posi­ Estas tres indicaciones generales nos
bilidades de desarrollo. sugerirán las operaciones que debemos
Durante la primera visita, que debe rea­ emprender, así com o el tiempo que deberá
lizarse en las horas más cálidas del día y demorarse una segunda visita. Para sim­
con una temperatura nunca inferior a los plificar, pondremos algunos ejemplos de
15-16 °C, debemos actuar con rapidez y situaciones clásicas.
conformarnos con efectuar una observa­
ción general para evitar que la colonia su­ SITUACIÓN ÓPTIMA
fra un golpe de frío que podría perjudicar a
la reina, a la nidada y a las propias abejas. Durante la prim era visita, observamos que
Esta «ojeada» puede bastarnos para facili­ la colonia ocupa de 7 a 9 panales y que,
tarnos las indicaciones que buscamos: por ello, cuenta con un buen número de
— fuerza de la colonia, que se deduce del abejas. Los panales ocupados muestran, a
número de panales ocupados por las pesar de todo, características diversas: las
abejas; centrales tienen nidada y reservas de co­
— cantidad de reservas todavía disponi­ mida (véase fig. de la pág. 60), mientras
bles, deducibles de la cantidad de miel que los cuadros laterales sólo tienen comi­
presente en los bordes de los panales; da y los diafragm as ocupan los espacios li­
— eficacia de la reina, en función de la bres de la colmena. La reina pone correc­
observación de al menos un panal de tamente y se observan recoléctoras que re­
la nidada. cogen polen.

57
En estas condiciones, la colonia está en SITUACIÓN DE EM ERGENCIA
situación de plena eficiencia y podemos
decidir, en función de la zona y las posibi­ A primera vista, encontramos una colonia
lidades de recolección, si ampliamos el es­ con un número pequeño de abejas, cuatro
pacio dedicado a las abejas retirando un o cinco panales ocupados, escasez de re­
diafragma e insertando panales ya cons­ servas y, por consiguiente, puesta insufi­
truidos o por construir. ciente, aunque la reina parece estar en
Podemos llegar hasta los 11 panales (en buena forma. Debemos entonces proceder
colmenas de 12), o bien 9 panales (en col­ a una intervención de apoyo: reduciremos
menas de 10); no es aconsejable colocar pa­ el espacio de las abejas, retirando los pa­
nales nuevos entre los ya ocupados, para no nales abandonados para favorecer el au­
alterar el equilibrio de temperatura, reservas mento de temperatura, y dejaremos en la
de comida y número de abejas que se ha for­ colmena seis panales cerrados entre dos dia­
mado de manera natural. Una situación de fragmas. Con esta operación, las abejas se
este tipo nos permite, además, organizar el dedicarán con mayor serenidad a las tareas
trabajo de la colmena por tiempos medios y de organización del nido. A continuación,
que la familia crezca sin verse molestada les proporcionaremos alimentación artifi­
con reiteradas visitas de control. cial: para empezar, con un confitura forma­

58
da por un 70 % de a/úcar y un 30 % de miel, miel en malas condiciones haya diezmado
más digestivo pero que las abejas consumen la colonia, reduciéndola a unos pocos cen­
con dificultad. Si, por el contrario, la esta­ tenares de ejemplares; o que un invierno
ción permite las excursiones cotidianas de muy riguroso las haya obligado a consu­
las abejas, con la consiguiente posibilidad mir mayor cantidad de miel de la prevista
de evacuación de las heces, serviremos un y las abejas se hayan visto obligadas a
jarabe obtenido con la mezcla de agua y ayunar, con las bajas consiguientes por
azúcar, o miel, en igual proporción. Una si­ inanición. En este caso, la solución pasa
tuación de este tipo nos obligará a realizar por la fusión de las familias más débiles,
controles frecuentes (4 a 8 días) para com­ siempre que el apicultor cuente con más
probar si la colonia se recupera y permite am­ de una familia en esta situación. La fusión
pliar el espacio disponible de las abejas con de familias fuertes y débiles conllevaría el
la utilización de nuevos panales. Este aumen­ riesgo de que estas les transmitieran enfer­
to debe efectuarse sin intercalar los panales medades que se ceban en las abejas menos
nuevos entre los viejos, añadiendo un único resistentes. En caso de una familia huérfa­
panal cada vez siempre que el panal anterior na, pero numéricamente importante, com­
ya haya sido ocupado por las abejas. praremos una nueva reina y la introducire­
mos en la colmena. A pesar de todo, es
SITUACIÓ N INTERM EDIA aconsejable som eter a las familias que han
pasado un mal invierno a observación
Es la situación que se observa habitual- constante, puesto que pueden traer proble­
mente en primavera: un número de abejas mas en el curso de la nueva estación. Es
suficiente con un desarrollo correcto, re­ más, suele ocurrir que una familia debili­
servas suficientes y la reina que empieza a tada al em pezar la primavera acabe final­
poner con regularidad. En este caso, la in­ mente pereciendo.
tervención del apicultor se reduce a la ve­
rificación del estado de la colmena, que
puede ser semanal o cada 10 días. En caso QUÉ PODEM OS DEDUCIR
de necesidad, podemos proporcionar a la EN LAS PRIM ERAS VISITAS
colonia un suplemento alimentario. Sin PRIMAVERALES
embargo, hay que tener en cuenta que
cuanta mayor com ida servimos, en espe­ Las primeras visitas primaverales, por
cial jarabe, mayores son las posibilidades todo lo dicho, nos deben informar de las
de enjambrazón de la colonia. condiciones generales de cada colmena,
así como del colm enar en su conjunto.
SITUACIÓN DESESPERADA Nuestra tarca consiste en ayudar a las fa­
milias con dificultades y tratar de que to­
Hay algunos enjambres que acaban el in­ das las colmenas crezcan en número para
vierno en una situación desesperada. Hay llegar al período de recolección en las me­
que advertir que, salvo en caso de acci­ jores condiciones posibles. Desde esta óp­
dentes infrecuentes, esto no debe ocurrir si tica, podem os (y puede ser incluso una
las familias son fuertes y han hibernado buena costumbre) proceder a la «iguala­
junto a una reina eficaz. Aun así, puede ción», es decir, a intercambiar algunos pa­
ser que encontremos en prim avera una fa­ nales entre las colonias (tras comprobar
milia huérfana; o bien que una reserva de que todas gozan de buena salud). Por

59
CÓMO REALIZAR COMO EVALUAR
UNA VISITA PRIMAVERAL LA FUERZA DE UNA COLONIA
AL FINAL DEL INVIERNO
Veamos, en síntesis, cuáles son los
pasos que debemos dar para organi­ Para dar unas pautas de com para­
zar una visita provechosa: ción, podem os esquematizar la situa­
- prepararemos el ahum ador para ción de la población de una colmena
disponer de abundante humo, es­ en una prim era visita prim averal en
peso y blanco; función del número de panales ocu­
nos situaremos detrás de la colm e­ pados:
na (nunca de frente), o de lado si — más de 8 panales = óptimo
el espacio trasero fuera escaso; — 7-8 panales = muy bueno
— trataremos de no dar golpes ni sa­ — 6-7 panales = bueno
cudidas a la colmena, y con la pale­ — 5-6 panales = normal
ta alzaremos la tapa cubrepanales; 4-5 panales = emergencia
con un movimiento rápido, pero — 3-4 panales = emergencia
no brusco, empujaremos a las- grave
abe jas hacia abajo con un poco de menos de 3 panales = situación
humo en el momento en que retire­ desesperada
mos la lapa cubrepanales, apo­
yándola en el suelo contra la col­
mena y procurando que la parle reservas. Con este sistema, obtendremos
con las abejas esté a cubierto de beneficios evidentes para am bas colonias.
las paredes de la colmena;
Durante las primeras visitas de prim a­
— lentamente, pero a buen ritmo,
examinaremos los panales des­ vera, debemos contribuir a fortalecer las
pués de retirar el diafragma; colmenas para afrontar la estación cálida,
- estudiaremos los panales de m a­ la de enjambrazón y recolección, con las
nera que averigüemos lo que nos máximas garantías.
interesa, sin exponerlos dem asia­
do al frío;
sacaremos los panales con ayuda El período de enjambrazón:
de los separadores, pero sin girar­
los y evitando hacerlo de manera
enjambrazón natural
consecutiva; y enjambrazón artificial
- antes de volver a colocar el cubre-
panales, aplicaremos un poco de El tem a de la enjambrazón resulta de gran
humo para no aplastar a las abe­ importancia, no sólo porque este fenóme­
ja s contra el borde. no biológico es la base para la perpetua­
ción de la especie, sino también porque
puede ocasionar graves daños a la apicul­
ejemplo: si la colonia A tiene muchos pa­ tura, al ver descender considerablem ente
nales tic cría y pocas reservas, mientras la capacidad productiva de sus colmenas.
que la colonia B dispone de muchas reser­ Al hablar de la enjam brazón, debem os
vas y poca nidada, extraeremos un panal distinguir entre la enjam brazón natu­
de cría de A y lo introduciremos, ahuyen­ ral. que significa problem as, de la artifi­
tando primero a las abejas, en B; y a la in­ cial. que significa soluciones. Vamos a
versa, la colonia B cederá a A un panal de tratar de aclarar este punto. Una colonia

60
linn enjambrazón naturai (foto Lega, Faenza)

Dos enjambrazones de configuration diferente (foto CMA, Casale Monferrato)

61
Celdas reales (foto Lega, Faenza)

de gran fuerza tiende, de manera natural, a — edad avanzada de la reina (aunque hoy
la enjambrazón cuando alcanza cierto nú­ en día, gracias a los continuos progre­
mero de individuos y, además, las condi­ sos de la apicultura, alcanzan un desa­
ciones climáticas son favorables. Contener rrollo tal que incluso las reinas jóvenes
la tendencia a enjambrar de las abejas de enjambran a menudo);
nuestro colm enar será entonces un impe­ — presencia de capullos reales;
rativo para quien desee una buena cose­ — panales viejos con construcciones irre­
cha de miel. El problem a consiste en evi­ gulares;
tar la escisión que com porta el abandono cepas específicas de abejas enjambra-
de la colmena por parte de la reina adulta, doras (en este caso, el apicultor debe co­
arrastrando consigo al 40 % de las abejas nocer el tipo de abejas con que trabaja).
adultas. Lo primero que hay que hacer es
prevenir la situación que desemboca en la Ante estas señales, debe procederse de
enjambrazón natural y que se detecta por manera que se reduzca la posibilidad de
algunos indicadores: una enjambrazón:
— familia muy poblada; — igualación de una familia fuerte con una
— falta de espacio en la cámara de cría, débil, intercambiando algunos panales;
donde todos los panales están com ple­ colocación de la media alza para abrir
tos, hay abundantes reservas de néctar espacios;
y la nidada también es cuantiosa; — eliminación de la nidada de zánganos
— presencia excesiva de zánganos; y panales viejos;

62
Preparación de la enjambrazón {foto Lega, Faenza)

eliminación periódica, cada cuatro o empiece a poner huevos), si bien nos per­
seis días, de todos los capullos reales. mitirá sustituir a la reina sin reducir por
Estas operaciones exigen mucho tiem ­ ello la población de re-colectoras. Esta téc­
po y no garantizan que nuestras abejas no nica. conocida como interrupción de la ni­
enjambren finalmente; aun así, ofrecen al dada, es ideal si se actúa pocos días antes
apicultor la posibilidad de controlar su de la recolección, ya que permite ¡i las
evolución. abejas trabajar como recolectoras al care­
Seguramente, es inevitable la enjam ­ cer de tareas nodrizas. Así reza el dicho
brazón si percibimos las intenciones de las que dice que «reina joven, gran cosecha».
abejas cuando ya es demasiado tarde, es La interrupción de la nidada, sin embar­
decir, cuando la colonia ya posee diversas go, tiene algunos inconvenientes:
celdas reales operculadas o próximas a ha­ — la nueva reina, al 110 estar la estación
cerlo. En este caso, su eliminación no fre­ muy avanzada, podría no conseguir al­
nará a las abejas, que con toda certeza en­ zar el vuelo nupcial, criando entonces
jambrarán, aunque sea más tarde. Una de únicamente zánganos;
las posibles soluciones pasa entonces por — podrían nacer más reinas con la en­
dejar al menos dos de las mejores celdas y jam brazón consiguiente que en la pri­
retirar a la reina. Esto también nos repor­ mera eclosión;
tará problem as, puesto que interrum pirá la el inicio de la puesta de la nueva reina
puesta durante unas semanas (el tiempo puede retrasarse, perjudicando las posi­
necesario para que la nueva reina nazca y bles cosechas posteriores a la primera;

63
CONSTITUCIÓN DE UN ENJAM BRE ARTIFIC IAL AN TE S DE LA FLORACIÓN DE LA ACACIA

A. espacio para las abejas


B. panales con reservas alim entarias
C. panales de nueva construcción
D. panales con nidada operculada, reservas de miel y polen
E. panales con nidada recién puesta y nidada no operculada
F. panales con nidada operculada próxim a al nacim iento
G. panal con nidada y celdas reales (m ínim o 3) de diversas edades
H. diafragm a

— podríamos vernos obligados a elim i­ constitución de enjambres artificiales de


nar una reina eficiente para encontrar­ diversas maneras:
nos después con una menos fértil. — dividiendo en dos una familia y dotan­
Por todas estas razones, y también para do de una reina, que hem os comprado
que el trabajo resulte más práctico y rápi­ o preparado previamente, a la mitad
do (la interrupción de la nidada exige con­ que queda huérfana;
troles muy frecuentes), se recurre a la en­ retirando los panales sobrantes de más
jambrazón artificial. Consiste en fundar de una familia con las abejas residentes
nuevas colonias, partiendo de las colonias y provocando una fusión (ya sea trasla­
fuertes que necesitan ser empobrecidas. dando las celdas reales, ya sea dotando
La época ideal para realizar la enjam bra­ a la nueva familia de una reina, como
zón artificial se adelanta al menos una se­ en el caso anterior);
mana al inicio de la enjambrazón natural, — retirando de una familia fuerte una
dependiendo de la zona en la que se halla porción de población, nidada y reser­
instalado el colm enar (clima y recursos vas. para inducir así la enjam brazón y
alimentarios). Se puede proceder a la crear un pequeño núcleo (tres panales)

64
que prosperará por sí mismo y que, al año das para hacerlo, según las necesidades
siguiente, estará preparado para producir. del apicultor.
Con estas técnicas, podem os crear tanto Las mejores condiciones son, en nues­
colonias capaces de producir com o colo­ tra opinión, las que permiten que una co­
nias que crezcan sin recolectar pero que, lonia esté preparada para producir ya du­
en la estación siguiente, estarán prepara­ rante el prim er año. Podemos conseguirlo

LA ENJ AMBRAZÓN ARTIFICIAL CON CELDAS REALES

Si fundam os un enjambre artificial y lo hemos dotado de una celda real de inminente


eclosión, debemos evitar que las abejas construyan nuevas celdas reales utilizando la
nidada reciente que tienen a su disposición. Para ello, eliminaremos las celdas nue­
vas que, de otro modo, provocarían una nueva enjambrazón.

ELECCIÓN DE LAS CELDAS REALES PARA UNA ENJAMBRAZÓN ARTIFICIAL

Es muy importante saber elegir las celdas reales para la fundación de un nuevo en­
jam bre artificial. Existen dos tipos de celdas: las construidas antes de la puesta del
huevo y las construidas después de la puesta (véase figura inferior). En el primer
caso, las abejas construyen antes un capullo espacioso en el que la reina pone el hue-

DISPOSICIÓN DE LAS CELDAS REALES

A. celdas construidas antes de la puesta del huevo


B. celdas construidas después de la puesta del huevo

polen

65
vo que, a continuación, alimentan
con jalea real y que crece en una cel­
da grande, lo cual permite que la rei­
na se desarrolle mejor. Estos capullos
se construyen siempre en los bordes
de la nidada y del cuadro donde la
deformación de la cera resulte más
fácil. Las celdas que, por el contra­
rio, se crean después de la puesta del
huevo son más pequeñas y se instalan
en el centro de la otra nidada. En es­
tas condiciones, ocurre que las jó v e ­
nes reinas no tienen espacio suficien­
te para desarrollarse y nacen peque­
ñas y débiles. Por ello, es preferible
elegir celdas reales del prim er tipo.

Una espléndida celda real operculada lateral­


mente (foto CMA, Casale Monferrato)
Una celda real construida tras la orfandad
de la fam ilia: la reina que ha de nacer po­
dría ser parcialmente ineficaz (foto CMA,
Casale Monferrato)

66
actuando según se indica en la figura de la antes de introducir los panales en la nueva
página 66 y, en caso necesario, proporcio­ colmena: de esta manera, las abejas se ven
nando alimentación complem entaria du­ obligadas a averiguar lo que está ocurrien­
rante los primeros días tras la fundación do y, antes de que reaccionen, habrán ob­
de la nueva colmena. Si, además, quere­ tenido un olor común que evitará luchas
mos abreviar el proceso, podemos intro­ entre las abejas de cepas diferentes. Otro
ducir en la colm ena una nueva reina, que método con iguales resultados consiste en
habremos comprado o preparado con an­ rociar las abejas con un poco de agua y
terioridad, en lugar de dejar que el enjam ­ azúcar, o agua y miel. Sin embargo, la fu­
bre artificial espere a que nazca su reina sión se produce normalmente sin tener que
de las celdas reales que hemos dispuesto realizar grandes esfuerzos. Es importante
en su interior. controlar, transcurridos dos o tres días, que
Para acabar, no nos queda sino ver las celdas reales que hayan sido opercula-
cómo hay que realizar la unión de varios das no sean destruidas. Si, por el contrario,
panales con abejas procedentes de colo­ optamos por introducir una nueva reina,
nias diversas. Uno de los métodos más uti­ hay que asegurarse de que es bien acepta­
lizados es el de enharinar todas las abejas da. Para facilitar el proceso de aceptación,

LA CAPTURA DE maestro, colocaban frente al colmenar


LOS ENJAM BRES NATURALES algunas colmenas vacías, de manera que
el enjambre se instalara de manera es­
A menudo sucede que los enjambres na­ pontánea en su interior.
turales, en un primer momento no se ale­
jan demasiado de la colmena de origen y
se posan en los árboles u otros refugios.
De este modo, el apicultor puede captu­ Colmenita portanúcleo (foto Lega, Faenza)
rarlos, directamente con una colmena
normal, o con una colmenita portanúcleo
que, en realidad, es una pequeña colme­
na con una capacidad para cuatro o seis
panales. Para lograr que el enjambre pe­
netre en su nueva morada, podemos utili­
zar diversas técnicas, según el lugar en
que se encuentre. Si está en una posición
cómoda y se puede colocar debajo el
portanúcleo, el juego es simple: con la
ayuda del ahumador, haremos descender
a las abejas hasta entrar en los panales.
Si la posición es, por el contrario, incó­
moda, podemos esperar a que el enjam­
bre se arracime (a última hora de la tarde
o primera de la mañana) y, con un sacu­
didor, lo introduciremos en el porta-
núcleo. Algunos apicultores prevenidos,
entre los que se encuentra mi primer

67
podemos introducirla en la colmena dentro ñas se concentran en la floración. Si antes
de una jaula durante un par de días antes de de la floración de la acacia nuestra zona ha
dejarla en libertad dentro de su nueva casa; ofrecido cosechas satisfactorias de, por
de este modo, lograremos que despida el ejemplo, diente de león o de floraciones
mismo olor y las abejas reconocerán como mixtas, a estas alturas muchas colonias ya
propia a la nueva reina. habrán llenado y operculado la primera
alza. En este caso, extraeremos la miel y
realizaremos la recolección de acacia de la
El período de recolección manera más «limpia» posible, separándo­
la de otras mieles que la oscurecerían. Si,
El período de las grandes recolecciones de por el contrario, antes de las grandes reco­
primavera, que se produce de manera si­ lecciones no hemos logrado proporcionar
multánea a la floración de la acacia, coin­ a nuestras abejas el alza necesaria, tratare­
cide con el final del enjambrado natural. mos de hacerlo ahora.
Aun así, puede ocurrir que el apicultor, al La media alza contiene un número de
tratar de detener el enjambrado destruyen­ cuadros menor al de la cámara de cría, por
do las celdas reales, haya logrado única­ lo que las abejas construirán celdas más lar­
mente aplazarla, provocando así la esci­ gas y de desoperculación más sencilla. Ins­
sión de enjambres incluso durante y des­ talaremos el excluidor de reinas entre el
pués de la recolección. nido y el alza, con objeto de evitar la pues­
Normalmente, al principio de la reco­ ta de huevos donde sólo debe haber miel. Si
lección todas o casi todas nuestras colme- instalamos el alza en una colmena poblada

La recolección (foto Lega, Faenza)

68
E l maestro enseña al
alumno cómo se trabaja
durante la recolección de
los panales de miel (foto
Lega, Faenza)

por una colonia fuerte, veremos cómo las no) de una nueva alza. Los controles de
abejas «asaltan el alza», es decir, apurarán mayor profundidad, destinados a constatar
los panales existentes, construirán otros las condiciones de la reina, el estado de la
nuevos y prepararán la recolección en po­ nidada o la necesidad de sustituir un panal,
cos días. Cuando las flores empiezan a pro­ se realizarán entre una y otra cosecha. De
ducir néctar en abundancia, y siempre que hecho, incluso quienes practican la apicul­
el tiempo sea propicio, se necesitan de tres tura movilista sufren tiempos «muertos»
a seis días para llenar todos los panales. entre una y otra cosecha, en las cuales po­
Cuando la primera alza está a punto de lle­ demos efectuar las visitas de control.
narse, y si todavía no ha cesado la flora­ Las estaciones de recolección varían se­
ción, instalaremos una nueva alza: esta gún las zonas, así como su cantidad y cali­
debe colocarse entre la cámara de cría y el dad. Por regla general, podemos decir que
alza anterior, para facilitar a las abejas la ta­ la acacia es la cosecha principal en casi to­
rea de almacenamiento. Si la suerte nos dos los casos, y es en base a esta floración
sonríe, aún podremos añadir a estas una ter­ que el apicultor organiza el colmenar.
cera y un cuarta alza, dejando en todos los
casos una espacio libre entre la cámara de
cría y las alzas llenas. La recolección puede La hibernación
darse por acabada sólo cuando las abejas
han operculado las celdas. Durante el pe­ La hibernación es la operación final de la
ríodo de recolección, las visitas deben limi­ estación apicultora, en la cual se preparan
tarse a la comprobación de la necesidad (o las abejas para la estación fría y, en conse­

69
Colmenas en un colmenar cubierto durante el invierno (foto CMA, Casale Monferrato)

cuencia, se realizan las últimas visitas. Sin han seguido algún tipo de tratamiento;
embargo, la hibernación com ienza bastan­ — instalación de la puerta de gran apertu­
te antes y pasa por las operaciones de lim­ ra, en el momento en que empiece a
pieza, reinserción de los panales, trata­ bajar la temperatura;
mientos contra la varroa y posibles enfer­ — en caso de necesidad, alimentación
medades que puedan manifestarse hacia com plem entaria de las familias con re­
finales de agosto, tras extraer la última co­ servas escasas;
secha de miel. — instalación de la puerta de apertura pe­
Veamos, por tanto, cuáles son las opera­ queña y reducción de los nidos con la
ciones que conducen a la hibernación pro­ eliminación de los panales que exce­
piamente dicha: dan de ocho o nueve (según la fuerza
— recolección de las alzas; de la familia);
— control de las cámaras de cría y rein­ — instalación de material aislante entre el
serción de los panales, eliminando los techo y la tapa cubrepanales, con obje­
viejos; to de reducir la dispersión calórica.
— instalación de uno o dos panales nue­ A partir de este momento, y hasta que
vos, para permitir a nuestras abejas el vuelva la primavera, debemos interrum pir
almacenamiento de una posible cosecha nuestras visitas a las colmenas; aun así, se
posterior a la recolección de las alzas; puede obtener información de su estado
— tratamientos contra la varroa; mediante el estudio del cajón de fondo
— control del estado de la familia que que, en los días cálidos, deberá limpiarse

70
de los detritos acumulados. Esta operación abejas están en movimiento, puesto que si
deberá realizarse con celeridad, para evi- forman un racimo significa que la tempe-
tar un golpe de frío, y únicamente si las ratura exterior no es lo bastante templada.

Una reina en un panal (foto CMA, Casale Monferrato)

71
El diario del apicultor esta estación, sólo hay 15) de 25 kg de
acacia, 35 kg de tilo y 20 kg de milflores.
Tomemos com o ejem plo de organización Las colonias han recibido tratamiento
de un colmenar la experiencia del autor de contra la varroa el 14 de agosto, pero la in­
este libro. Se trata de un colm enar com ­ fección no era importante, dada la caída
puesto por 12 panales con fondo antiva- relativamente baja de ácaros registrada en
rroa y colocado según indica la figura de las 6 semanas posteriores. En el momento
la página anterior, partiendo de la hiberna­ de la instalación de los nidos con vistas al
ción realizada en la estación de 1991 y invierno realizada entre el l y el 9 de octu­
comprobando después el desarrollo de las bre, sólo las colmenas núms. 7, 10 y 13
colonias en 1992 y 1993, hasta desembocar aconsejaban la disminución a 8 panales;
en la época del tratamiento contra la varroa. todas las demás colonias eran fuertes y
Ante todo, conozcamos las característi­ han hibernado con 10 panales. Se ha colo­
cas del lugar en el que está instalado el cado en todos los casos un diafragm a en
colmenar: cada parte. Las puertas se han instalado el
— la zona es plana, rica en agua y con 10 de octubre por el lado mayor y se han
buenas perspectivas de recolección de reducido el 9 de noviembre. El otoño ha
acacia y tilo; sido benigno, mientras que el invierno se
— el clima no es muy benigno, pues los ha alargado más de lo habitual, con neva­
otoños son nublados y húmedos, das frecuentes y bajas temperaturas.
mientras que los inviernos pueden ser
rigurosos; LA ESTACIÓN DE 1992
— las abejas suelen em pezar a moverse a
finales de febrero y las recolecciones La estación de 1992 se ha iniciado con re­
disponibles no exigen la instalación de traso respecto a la media de los años ante­
más de una alza hasta la floración de la riores, dado que en febrero la nieve era to­
acacia; davía abundante y las temperaturas eran
— la estación del enjambrado se extiende bajas. La prim era visita de control general
entre el 10 de abril y el 10 de mayo, se realiza el 3 de marzo, com probando con
aproximadamente; cierto placer la buena forma de las fam i­
— la acacia florece en un período com ­ lias, a excepción de la núm. 7, que m ues­
prendido entre el 6 y el 26 de mayo, tra escasez de reservas. En consecuencia,
aunque la presencia de frecuentes se le ha proporcionado una buena dosis de
vientos y temporales reducen las ex­ confitura, introduciéndolo regularmente
pectativas de recolección; por el agujero del alim entador hasta el
— el tilo florece en un período com pren­ 12 de marzo, día de la segunda visita. En
dido entre el 10 y el 30 de junio, pade­ esta, se com prueba que todas las familias
ciendo algunas granizadas; están en buena forma, necesitando mayor
— en julio y agosto, la existencia de pra­ espacio la núm. 10 y la núm. 13, que toda­
dos y de hierbas garantiza una buena vía contaban con 8 panales. Se retiran los
cosecha de m ilñores. dos diafragmas de un agujero y se introdu­
ce un panal de nueva construcción, aun­
LA ESTACIÓN DE 1991
que vacío por una parte, instalando los ali-
La estación de 1991 presenta una buena mentadores llenos para ambas. Se introdu­
cosecha, con una media por colmena (en ce también un alim entador lleno en la nú­

72
mero 7, que sigue siendo de 8 panales. El les. Se concentran los enjambres en 2 al­
18 de marzo todas las familias, a excep­ zas con una hoja de papel de periódico en
ción de la núm. 7, cuentan con 11 panales, el fondo y se procede a instalarlos en la
llevándose a cabo una prim era igualación colmena de origen, de la que se han elimi­
entre las más fuertes y las más débiles, y nado las celdas reales, las alzas y el ex-
proporcionándoles abundante comida. El cluidor de reinas. Se humedece el papel
25 de marzo se realiza un test que analice del fondo con agua y miel, y se logra que
la presencia de varroa en las colonias las abejas de ambas secciones lo roan y
núms. 4 ,7 y 12. El resultado es negativo y, vuelvan a form ar una sola familia. Dos
por lo tanto, se continúa hasta el verano días después, se introduce de nuevo el ex-
sin problemas (por lo menos, esta es la cluidor de reinas, aunque desgraciada­
previsión que se ratificará más tarde). La mente la reina de la núm. 11 ha puesto al­
núm. 7 se recupera con dificultad y la rei­ gunos huevos en el alza melífera. El 9 de
na parece muy cansada, aunque sólo sea mayo la acacia empieza a florecer abun­
(como las demás) de 1991. Por ello, se de­ dantemente, lo que anuncia una buena co­
cide sustituirla por una nueva de 1992, secha. El tiem po es benigno y permite que
com prada el 4 de abril. Se introduce en la las abejas trabajen mejor. El 15 de mayo
colm ena huérfana, se controlan las demás se provee a todas las colonias de una se­
colonias y se observa la necesidad de in­ gunda alza melífera; el 20 de mayo, se ins­
tervenir para evitar el enjambrado: se fun­ tala una tercera. La núm. 1 exigirá una
dan entonces las colonias núms. 16, 17 y cuarta el 23 de mayo. El día 25 termina la
18, instalando en todas ellas celdas reales. floración y se inicia la recolección de las
El 12 de abril se realiza un control general alzas operculadas; la media es altísima:
con una igualación que im plica también a más de 50 kg de miel por colmena, para un
la núm. 7 la cual, durante este tiempo, ha total de 960 kg de acacia. El 1 de junio se
aceptado a la nueva reina y em pieza a re­ realiza una rápida visita de control a los
cuperarse: todas las colonias cuentan con nidos, en preparación de la cosecha del
11 panales. El 16 y el 20 de abril se con­ tilo, com probándose que las jóvenes rei­
trolan las familias y se elim inan algunos nas de 1992 ponen muchos huevos, mien­
capullos reales. El 24 de abril, después de tras que las de 1991 parecen gozar aún de
un control ulterior, se introduce el alza una buena forma. El 10 de junio se inicia
para reducir la tendencia al enjambrado, la floración del tilo y, de forma simultá­
instalando en todas las colmenas el exclui- nea, se em prende la interrupción de la ni­
dor de reinas entre la cám ara de cría y el dada en las núms. 2, 4, 5, 13, 14 y 15. El
alza. El 30 de abril se realiza una nueva período de floración del tilo es trabajoso:
«limpieza» de celdas reales: las núms. I, viento, lluvia y una granizada reducen su
6, 11 y 12 son muy fuertes y hacen temer efectividad. De las reinas que debían na­
el enjambrado. El 3 de mayo se repite el cer en las 6 colonias de las que se retiró su
control de las celdas reales: se retira la rei­ primera reina, sólo 3 logran emprender el
na de las núms. 6 y 12, dejándose en ellas vuelo nupcial y regresar a la colmena,
3 celdas reales por colonia («interrupción mientras que las números 2, 5 y 14 se ex­
de la nidada»). Parece que la acacia va a travían, dejando huérfanas a las familias.
florecer de un día a otro. El 6 de mayo, las En consecuencia, se deberán comprar
núms. 1 y 11 enjambran, a pesar de haber­ 3 nuevas reinas e introducirlas en las col­
se eliminado varias veces las celdas rea­ menas para evitar que el período de inte-

73
irrupción de la nidada se prolongue duran­ tan. Las colonias son muy fuertes, por lo
te demasiado tiempo. M ientras tanto, la que se ceden a un apicultor las colmenas
recolección del tilo, entre el viento y la núms. 14, 15, 1*6, 17 y 18. El colm enar se
lluvia, se ha realizado gracias a la extrema compone en estos momentos de 12 colm e­
laboriosidad de las abejas. nas, si bien la existencia de colmenas la­
Las míms. 1, 9, 11, 15, 16 y 18 han lo­ vadas, desinfectadas y barnizadas nueva­
grado incluso alcanzar una segunda alza, mente, pronto aumentará su número al
lo que ha supuesto una cosecha de 590 kg contar con unas colonias tan fuertes. Entre
de miel de tilo para 18 colmenas activas: el 28 de marzo y el 4 de abril se fundan
una media más que buena, teniendo en 5 nuevas colonias con enjambres artifi­
cuenta la pésima evolución estacional. A ciales dotados de unas buenas celdas rea­
partir de este momento, se deja trabajar a les. El tiempo ha sido hasta ahora favo­
las abejas tranquilas hasta el 14 de agosto, rable, por lo que se decide proceder a la
fecha en la que se recolectan las alzas de interrupción de la nidada, incluso en las
milflores (ninguna ha necesitado una se­ colonias que cuentan con una reina de
gunda alza), con un botín discreto: 400 kg. 1991: 1, 3, 8, 9, 10, 11. Desgraciadam en­
El 16 de agosto, se realiza una igualación te, el tiempo empeora a mediados de mes
de las familias y se inicia el tratamiento y sólo em prenden el vuelo nupcial la mi­
contra la varroa, que durará 6 semanas. El tad de las reinas previstas. Para no perder
I de octubre se reduce el número de pana­ demasiado tiempo, se compran nuevas rei­
les del nido y se vuelve a igualar las fam i­ nas y se introducen en las colmenas huér­
lias: todas cuentan con 10 panales, a ex­ fanas. El 30 de abril se realiza un control
cepción de las núms. 4, 5, 7, 12, 14 y 17, general y una igualación entre las fami­
que hibernarán con 9 panales. El invierno lias: las colonias núms. 1. 3, 8, 9, 10, II,
de 1992 será benigno, con temperaturas 14, 15 y 18 cuentan ahora con reinas de
no muy extremas y ciertas posibilidades 1993 en plena forma y poniendo huevos a
de salida incluso en diciembre y enero, así buen ritmo, mientras que las números 2,4 ,
como un discreto m ovimiento durante los 6, 7, 12 y 13 siguen con reinas en forma de
primeros días de febrero de 1993. 1992, y sólo la 5 y 17 permanecen huérfa­
nas, aunque cuentan con un número lo
LA ESTACIÓN DE 1993 bastante alio de abejas com o para comprar
2 nuevas reinas e introducirlas en ella: el
La estación de 1993 em pieza pronto y con 4 de mayo se com prueba que la aceptación
augurios prometedores derivados de un ha sido total. Por suerte, la estación del en­
invierno favorable. El 7 de febrero se rea­ jambrado ha transcurrido sin problemas,
liza una visita a todas las familias, encon­ aunque el mal tiempo persiste: el viento y
trándose en buenas condiciones, hasta el la lluvia perjudican la recolección de la
punto de decidirse dejarlas tranquilas du­ acacia, que se extiende entre el 10 y el 26
rante un tiempo. No será hasta finales de de mayo, produciendo un total de 680 kg.
mes que se procede a igualar las que con­ Inmediatamente después, se procede a un
taban con 9 panales con las que poseían control ulterior, descubriéndose que en las
10, añadiendo un panal y un poco de con­ colonias número 4, 6 y 12 se ha producido
fitura. El 15 de marzo se trasladan las una sustitución espontánea de la reina: se
colonias a colmenas nuevas de 11 panales, marcan las nuevas reinas y se decide inte­
Las viejas colonias se lavan y desinfec­ rrumpir la nidada en las colonias que

74
Abejas trabajando en la construcción de un panal (Joto Lega, Faenza)

cuentan con reinas de 1992. El tilo florece familias antes de iniciar el tratamiento con­
entre el 10 y el 30 de junio, aunque la re­ tra la varroa, el 20 de agosto. A partir de
colección es escasa dado que han sufrido este momento, el ciclo vuelve a empezar.
las inclemencias del viento y el granizo.
El 2 de julio, tras haber extraído la miel de NOTA FINAL
la recolección (430 kg de miel de tilo), se
realiza un control general de las colonias Este diario sobre las condiciones del col­
y se procede a una prim era igualación. m enar del autor se debe tomar como una
Todas están en buena forma y las reinas se mera indicación de las fases y los procedi­
muestran sanas y activas. Se trata de reinas mientos que exige un colmenar fijista.
de 1993, que todavía depararán algunas Cada cual, como es obvio, deberá hacerse
sorpresas en otoño, poco antes de la hiber­ cargo de la situación de sus instalaciones,
nación. El 14 de agosto se recolectan las al­ según su contexto general: enclave, clima,
zas de milflores, produciendo un total de expectativas de recolección, tiempo del
390 kg, y se procede a la igualación de las que se dispone, etc.

75
La miel

¿Qué es la miel?
El capítulo dedicado a la miel debe em pe­
zar por una definición muy simple: la miel
es un producto que crean las abejas do­
mésticas a partir del néctar de las ñores,
com binándolo con sustancias propias y
dejándolo madurar en los panales. Dada la
definición hay que puntualizar que el néc­
tar es una secreción vegetal con un conteni­
do de azúcar que varía entre el 10 y el 70 %.

LA COM POSICIÓN MEDIA


DE LA MIEL

Según el tipo de miel y de la estación


Uosificadora de miel en plena actividad (Joto
de recolección, pueden presentar Lega, Faenza)
variaciones en la composición de los
productos. Como m edia, la miel tie­
ne la siguiente composición:
El procedimiento de transformación del
— agua 19 % néctar en miel empieza en cuanto la abeja
— glucosa 32 % pecoreadora lo ha recolectado y almace­
— fructosa 38 % nado en la bolsa melífera. Una vez de
— maltosa 7 % vuelta a la colmena, tras una primera ree­
— sacarosa 2 % laboración sumaria debida al hecho de in­
— aminoácidos 1 % gerirlo, lo traspasa a las abejas que se en­
— polen, enzimas, aromas 1 % cuentran en la entrada y vuelve a su labor
de recolectora. La abeja que ha recibido el
néctar en la colmena emprende el verda-

77
cota media). En cuanto la miel ha m adura­
do, las abejas sellan las celdas con una
LAS ENZIM AS CON LAS QUE
capa de cera (cera de opérenlo) que aísla
LAS ABEJAS ENRIQUECEN
la miel del ambiente exterior, impidiendo
LA MIEL
que vuelva a absorber humedad con el
Entre las diversas enzimas con las consiguiente riesgo de fermentación.
que las abejas enriquecen la miel en­
tre una fa se y otra de la cadena, hay
una esencial: es la invertí na. Esta Las fuentes del néctar
enzima favorece la escisión de la sa­
carosa (disacárida) en glucosa _v La flora nectarífera de la que disponen las
fructosa (monosacárida), azúcares abejas es notable: miles y miles de espe­
simples que el organismo puede ab­
cies vegetales diferentes reciben la visita
sorber directamente sin digerirlos.
de las abejas. Entre todas, sin embargo,
Eso implica que una sola cucharada
de miel proporcione al organismo hay algunas que parecen atraer más su
una reserva de azúcares inmediata- atención, principalmente por la cantidad y
m en te dispon ¡bles. calidad de su néctar. Una fuente nectarífe­
ra cercana a la colm ena podrá ser aprove­
chada en las mejores condiciones: por tér­
mino medio, se considera que todo aque­
dero proceso de transformación: despliega llo que se encuentre en un radio de 3 km
la trompa y regurgita una gotita del líqui­ de la colm ena puede ser rentabilizado por
do que había almacenado en el buche, de­ la colonia, aunque es sabido que las abejas
jándola resbalar por su lengua flexible. De pueden recorrer hasta 6 km. Aun así, el
este modo, la superficie de evaporación botín obtenido a más de 3 km, es menos
aumenta y el líquido (que ya no es néctar significativo, si tenemos en cuenta las
pero que todavía no es miel) pierde parte energías y el tiempo que consum en esas
de su humedad. Esta operación se repite distancias. Entre las especies vegetales
con cada gotita por parte de varias abejas, que las abejas visitan con especial fruición
y duras varios minutos. Cuanta más canti­ se encuentran algunas que producirán
dad de agua posea el néctar original, ma­ mieles monofloraies. mientras que otras
yor será el trabajo de las abejas para lograr sirven para producir buenas mieles poli-
la miel. En el proceso de elaboración, el florales, y aun otras más que sólo se em ­
producto resultante será enriquecido con plean para sostener a la colonia durante
enzimas segregadas por las abejas que in­ los períodos más duros: el desarrollo pri­
centivan su transformación. La segunda maveral y el final del verano-otoño, antes
fase de esta cadena consiste en la transfor­ de la hibernación. La importancia de estas
mación que se produce en las celdas: el tres categorías es obvia, por lo que vamos
líquido obtenido anteriormente, que ya a ver a continuación algunas de las flores
tiene todo el aspecto de la miel, posee to­ preferidas por las abejas,
davía demasiada agua, por lo que las abe­
jas ventiladoras deben procederá su venti­ • Acacia (Robinia pseudoacacia)
lación en las celdas hasta que la humedad Floración: mayo; flores en racimos
baje a un nivel de 17-19 % (cada miel tie­ blancos de perfume tenue y fragante.
ne una humedad propia, pero esta es la Uso: produce gran cantidad de miel

78
Abeja sobre una Jlor de fresa (foto Lega, Faenza)

Abeja sobre una borraja (foto Lega, Faenza) monofloral de color muy claro que perma­
nece en estado líquido durante años y po­
see un alto contenido en polen.

• A chicoria (Cichorium intybus)


Floración: agosto-octubre; florecillas
azules.
Uso: participa en la producción de mie­
les poliflorales y al sustento de colonias
antes de la hibernación; produce, además,
una discreta cantidad de polen.

• A lb arico q u ero (Prunus armeniaca)


Floración: marzo; flores blancas.
Uso: no produce miel monofloral, pero
tampoco contribuye a una cosecha poliflo-
ral; aun así, es muy útil para el desarrollo
de las colonias.

• A lfalfa (Medicago sativa y otras espe­


cies)
Floración: abril-septiembre (según los
cortes de forraje); flor azul-violácea.
Uso: puede dar miel monofloral de co­
lor oscuro y gusto marcado que tiende a

79
cristalizar; sin embargo, suele ser insufi­
ciente, por lo que contribuye a producir
miel polifloral.

• A rn ica (Dittrichia viscosa)


Floración: septiembre; flores amarillas
inodoras.
Uso: sustento de la colonia antes de la
hibernación.

• B ergam ota (Solidago serótina y otras


subespecies)
Floración: mayo-octubre; flores en ra­
cimos amarillos.
Uso: durante los meses de verano, con­
tribuye al sustento de la colonia; en otoño,
tiende a producir una miel monofloral os­
cura y amarillenta con una tasa elevada de
humedad que, a menudo, provoca su fer­
mentación; por ello, no es muy apreciada
Abeja sobre una lavanda (foto Lega, Faenza) por los apicultores.

Abeja sobre un albaricoquero (foto Lega, Faenza)

• ♦ ,»• . '

80
• B rezo (Erica arbórea)
Floración: primavera; flores blancas en
corimbos.
Uso: en las zonas donde abunda, produ­
ce una miel monofloral óptima de color
amarillo anaranjado y de aroma delicado;
tiende a solidificar con el tiempo.

• C a rd o ro jo (varias especies y subespe-


cies: Cardus, Cirsium)
Floración: agosto; ñores rosado-rojizas.
Uso: participa en la producción de miel
polifloral y en el sustento de la colonia en
un período de floración escasa.

• C astañ o (Castanea sativa)


Floración: junio-julio; ramos am ari­
llentos.
Uso: produce una peculiar miel mono-
floral de color oscuro y de gusto bastante
fuerte y amargo que solidifica rápidam en­
te; es óptima por su contenido en polen.

Abeja sobre una acacia (foto Lega, Faenza)

81
Abeja sobre un diente de
león (foto Lega, Faenza)

• C astañ o de In d ias (Aesculus hippocas- Uso: es importante para el desarrollo de


tanus) la colonia en primavera.
Floración: marzo-abril; flores blancas
con vetas rosadas en panochas o racimos • E spino a lb a r (Crataegus monogyna)
piramidales. Floración: mayo; flores blancas en co-
Uso: contribuye al desarrollo prim ave­ rimbos.
ral de las familias; óptimo por su produc­ Uso: no está en disposición de producir
ción de polen. miel monofloral, pero contribuye a la pro­
ducción de miel polifloral; además, es
• C e n ta u ra (cerca de 500 especies y su- adecuado para la producción de polen.
bespecies Centaurea spp)
Floración: verano; flores de diversos • E ucalip to (Eucaliptus)
colores, com o por ejemplo en las varias Floración: verano; ramos amarillentos.
especies de flor de lis que presentan tonos Uso: donde abunda, produce una miel
azules, rojizos o rosa intenso. monofloral de aroma característico y de
Uso: contribuyen a la producción de color ámbar claro; tiende a cristalizar.
miel polifloral.
• G irasol (Helianthus annuus)
• C erezo (Prunus avium, P. cerasus) Floración: verano; flores amarillas.
Floración: marzo; florecillas blanco ro­ Uso: produce una miel monofloral de
sadas. color amarillo oro con sabor pronunciado,

83
Castaño de Indias (foto CMA, Casale Monferrato)

84
y rápida y gruesa cristalización ; es óptimo
por su producción de polen.

• H ied ra (Hederá helix)


Floración: octubre-noviembre; floreci-
llas amarillentas.
Uso: contribuye a aumentar las reservas
invernales de la colonia.

• L av a n d a (Lavandula officinalis)
Floración: julio-septiem bre; florecillas
azul-violetas.
Uso: es óptima para las mieles poliflo-
rales de montaña, muy aromáticas y apre­
ciadas.

• L im ón (Citrus limón) y cítricos en gene­


ral (Citrus sinensis): mandarina, Clementi­
na, pomelo
Floración: verano; flores perfum adísi­
mas de diversos colores, del blanco al
blanco rosado y amarillo. Tito (foto CMA, Casale Monferrato)

Abeja sobre una flor de frambuesa (foto CMA, Abeja sobre una rosa (foto CMA, Casale Monfe­
Casale Monferrato) rrato)

85
Abeja sobre una Solidago serotina (foto CMA, Casale Monferrato)

Uso: en zonas donde abundan los cítri­ Floración: julio-septiem bre; flores
cos, producen una miel polifloral de cítri­ am arillentas o blanquinosas.
cos mixtos de color am arillo-ám bar que Uso: óptimo para el sustento de las fa­
tiende a cristalizar en blanco. milias, así com o para la producción de las
mieles poliflorales.
• M ad ro ñ o (Arbutus unedo)
Floración: octubre-noviem bre; flores • M irto (M yrtus com m unis) y otras espe­
blancas en racimos colgantes. cies de bosque bajo, com o la m ora, el es­
Uso: produce una miel m onofloral de pino, la fresa, la fram buesa, etc.
color verdoso y gusto amargo, muy apre­ Floración: verano; florecillas de diver­
ciada por algunos consum idores, que cris­ sos colores, con tendencia al blanco.
taliza; normalmente, se trata de una buena Uso: contribuyen a la producción de
contribución a la vida de la colonia cuan­ miel polifloral y suelen ser ricas en polen.
do se acerca el invierno.
• R o d o d en d ro (Rododendrum : diversas
• M eliloto (M elilothus alba y otras espe­ especies)
cies) Floración: verano; flor rojiza.

86

Abeja sobre un espino (foto CMA, Casale Monferrato)

Uso: raram ente produce miel monoflo- obtenerse miel monofloral oscura que
ral (oscuro y perfumado); normalmente, cristaliza rápidamente en blanco; por regla
sirve para producir mieles poliflorales de general, contribuye al desarrollo primave­
montaña, apreciadas por su aroma. ral de las colonias.

• R o sm arin o (Rosmarinus officinalis) • Tilo (Tilia, diversas especies)


Floración: marzo-octubre; florecillas Floración: julio; flores amarillentas en
azul-violeta. racimos, perfumadísimas.
Uso: en cantidades suficientes, puede Uso: excelente productor de miel mo­
producir miel monofloral, oscura y arom á­ nofloral de color amarillo anaranjado, per­
tica, que tiende a solidificar; norm alm en­ fumadísima y de gusto inconfundible que
te, es un buen complemento de otras flora­ tiende a solidificar a los pocos meses de su
ciones. extracción.

• Salvia (Salvia officinales) • Tim o (Thymus vulgaris) y otras hierbas


Floración: marzo; flor amarilla. aromáticas y medicinales, como el oréga­
Uso: en cantidades suficientes, puede no y la mejorana

87
88
Floración: verano; florecillas rosa-azu- La recolección: cómo y cuándo
ladas.
Uso: óptim o para la producción de m ie­ La prim era consideración que hay que ha­
les poliflorales aromáticas. cer es que las mieles monofloraies son,
por regla general, más apreciadas y, enlre
• T réb o l ( Trifolium: más de 300 especies) ellas, la de acacia es la que proporciona a
Floración: verano; florecillas blancas o un apicultor un m ínim o de un 60 % de sus
rojo rosadas. «ganancias». Por este motivo, hay que
Uso: óptim o para la producción de m ie­ producir una variedad de miel de acacia lo
les poliflorales en verano. más próxim a posible al tipo ideal: color
muy claro, de aspecto cristalino, líquida y
El panoram a de las especias vegetales sin tendencia a solidificar, carente de aro­
es tan am plio, que la inform ación que pro­ ma o gusto especial. Para conseguirlo, hay
porcionam os sólo puede servir para hacer­ que procurar que durante la floración no
se una prim era idea de las posibilidades de haya restos de otras m ieles en las alzas. Si
«pasto» de las que disponen estos precio­ es así, habrá que extraerlos, si ya ha sido
sísim os insectos. operculada, o bien sacar esos panales y al­
m acenarlos, a la espera de volverlos a in­
sertar tras la recolección de la acacia.
La m ism a operación debe realizarse
para conseguir cualquier miel monofloral.
PR O DUC CIÓ N DE MIEL Las m ás conocidas son. además de las de
POR H ECTÁREA (EN KG) acacia, el tilo, el castaño y el girasol, con
DE ALG UNAS ESPECIES
diferencias muy notables de precio. Si
NECTARÍ FERAS
otorgam os a la acacia un valor 10, el tilo
tendría un valor 9, el castaño 7 y ei gira­
Acacia 1.000 sol 4. De este aspecto se deriva una segun­
Tilo 900 da consideración importante: es preferible
Castaño 500 trabajar en busca de la calidad del produc­
Alfalfa 300 to que de la cantidad.
M eliloto 300 En el caso de las mieles poliflorales,
Salvia 300 por el contrario, las denom inadas milflo-
Rosm arino 300 res suelen tener un contenido mayor en
Timo 300
una variedad, lo que perm ite que se co­
Orégano 100
Lavanda 50 m ercialicen com o m onofloraies y, por tan­
Espino 20 to, alcancen un precio más alto. Dadas las
propiedades específicas de las flores que
ha libado la abeja, poseerán por tanto un
Estos datos, com o es obvio, son sólo valor intrínseco tam bién más elevado: las
de carácter orientativo, puesto que m ieles de montaña, de cítricos o de hier­
su productividad real depende de bas m edicinales, com o rosmarino, salvia o
m uchos factores: suelo, clima, evo­ timo, alcanzan en la escala valores de en­
lución estacional, humedad, etc. tre 7 y 9.
La m ilflores de prado, sin otra peculia­
ridad, es una miel excelente por sus pro­

89
piedades nutritivas y energéticas, pero, nio-julio), con posibilidad de dos co­
dado que se solidifica fácilmente, tiene un sechas para el m odelo movilista (por
color oscuro y una m enor fluidez respecto ejemplo: junio-castaño; julio-tilo), que
a las otras, no ha conquistado una gran pueden aprovechar los diversos perío­
cuota de mercado, siendo su valor 3. Ade­ dos de floración que dependen de las
más, existen algunas mieles que, al alcan­ condiciones específicas de cada zona;
zar una alta cota de humedad, no tienen — integración de la recolección natural
posibilidades de ser comercializadas si no con la siembra de especies melíferas,
es para uso industrial; estas mieles alcan­ como por ejemplo la campanilla;
zan un valor 1. — reducción del espacio del nido (con un
El cómo y el cuándo de una buena pro­ diafragma) durante la época de la re­
ducción melífera depende de una correcta colección para evitar la acumulación
organización del colmenar: excesiva de reservas en la cámara de
— desarrollo de la colonia, natural o m e­ cría; tras concluir este período, se pue­
diante alimentación artificial, durante de volver a abrir espacios para que la
los meses de febrero-marzo; reina ponga sus huevos y estimule la
— control e instalación de la colonia en el alimentación consiguiente;
mes de abril, con objeto de reducir o — hibernación de colonias fuertes que
eliminar (en la medida de lo posible) puedan emprender, al llegar la prim a­
el riesgo de enjambrazón; vera, un nuevo ciclo en plena forma.
— estado de las alzas o sustitución de los
panales llenos de miel antes de que se
produzca la floración de la acacia Tipos de miel
(mayo); y características específicas
— extracción de la miel en cuanto se pro­
duzca la operculación y preparación Las mieles comercializadas como mono-
en vistas a la segunda recolección (ju­ florales, que pueden oscilar entre un 70 y

Mieles de diversas recolecciones (foto Lega, Faenza)

90
un 100 %. manifiestan algunas caracterís­ — trébol: una miel donde predominen las
ticas, tanto de gusto como de aspecto, a las diversas especies de trébol presenta un
que hay que añadir unas «propiedades be­ color oscuro y propiedades ideales
neficiosas» específicas. Veamos algunas: para com batir la astenia.
— acacia: miel límpida y clara, de gusto
delicado; es un laxante muy ligero, tie­ Con independencia de la clase de miel,
ne propiedades desintoxicantes para el la recolección y conservación de esta sus­
hígado y, además, es un antiinflam ato­ tancia sigue un itinerario muy preciso:
rio de las vías respiratorias; — recolección del néctar de las Flores;
— tilo: miel límpida de color amarillo — transformación y almacenamiento por
anaranjado, de gusto fuerte y aroma parte de las abejas;
inconfundible; tiene propiedades Ióni­ — extracción de la miel por parte del api­
cas para el aparato respiratorio y efec­ cultor;
tos sedantes; — filtrado y decantación en el madura­
- castaño: miel oscura, densa y de gusto dor;
amargo; es una buena colaboradora en envasado y conservación.
la lucha contra las enferm edades car­
diovasculares; La conservación de la miel merece un
— brezo: miel color amarillo anaranjado, momento de atención. Hay que tener en
de aroma delicado; es un excelente cuenta que en el Museo de Agricultura de
diurético; Dokki (Egipto) se conservan tarros llenos
— eucalipto: miel de color ám bar claro, de miel, todavía comestible, que se re­
de arom a acusado; es un buen desin­ monta al año 1400 a. de C. Con ello que­
fectante bronquial y pulmonar; remos decir que la miel no tiene fecha de
— lavanda: junto a otras hierbas de mon­ Caducidad y podem os conservarla eterna­
taña, y en com binación con ellas, pro­ mente.
duce una miel de color ambarino que Si la conservamos en un envase al vacío
tiene propiedades analgésicas y ayuda y a una tem peratura constante de 0 °C, la
a com batir problemas respiratorios y miel se m antendrá inalterable, tanto en su
pulmonares (asma y enfisema); aspecto com o en sus propiedades, durante
madroño: miel verdosa de sabor muy m uchísimos años.
marcado; tiene poder diurético y an­ La conservación a temperaturas inferio­
tiasmático; res de los 10 °C, y entre 21 y 27 °C, redu­
— alfalfa: miel oscura y de gusto marca­ ce la tendencia de la miel a cristalizar, fe­
do; sirve com o antiinflamatorio; nómeno que suele presentarse en varieda­
— rodondendro: miel de color oscuro y des con un contenido de glucosa superior
aroma intenso (por regla general, se al 29 %.
puede com binar con hierbas de m onta­ Si conservam os la miel a una tempera­
ña); es un buen sedante; tura superior a los 27 °C, el riesgo de que
rosmarino: miel oscura y aromática, se deteriore es notable.
de efectos saludables contra las infec­ Si, en el momento del envasado y con­
ciones hepáticas; servación, la miel contiene un porcentaje
— timo: com binado con otras hierbas de agua comprendido entre el 17 y el
aromáticas, produce una miel poliflo- 19 %, tendrem os un producto que no se
ral arom ática y muy digestiva; solidifica con facilidad. Si, por el contra-

91
LA MELAZA
LAS M IELES TÓXICAS
Se trata de un residuo azucarado segrega­
Et prim er percance registrado con do por ciertos parásitos de las plantas que
mieles tóxicas se remonta a la anti­ liban las abejas, las cuales lo recolectan y
gua Grecia. Jenofonte narra que, transportan al igual que hacen con el néc­
mientras se encontraba en la Cólqui- tar. Este producto se diferencia de la miel
da, sus tropas padecieron una severa
poi que tiene un alto contenido proteínico
intoxicación por ingerir mieles de
y, además, es más pegajoso. Esto se debe a
Azales pontica, que posee un polen
altamente tóxico para el hombre. que las abejas liban incluso las plantas que
Además de esta planta, otras plantas producen melaza, transform ándola tam ­
que producen miel tóxica son la cicu­ bién. Veamos algunos ejemplos:
ta, la belladona, el aligustre, el digi­ — melaza de abeto: color negro verdoso,
tal... Afortunadamente, para que de aroma balsámico muy fuerte y sa­
una miel resulte tóxica debe conte­ bor dulce; es muy rica en oligoelemen-
ner una importante proporción de al­ tos y enzimas, tendiendo a cristalizar
guna de estas plantas; en caso con­ más tarde que otras melazas; está indi­
trario, aunque fas abejas hayan liba­
cada para com batir las afecciones de
do en ellas, el producto fin a l carece
de contraindicaciones. las vías respiratorias;
melaza de encina: color oscuro, de
aroma intenso y sabor maltoso, es tan
densa que puede obturar los filtros;
rio, el porcentaje supera el 19 % y conser­ está indicada contra el resfriado y la
vamos la miel entre los 10 y los 20 °C, ronquera; a causa de su fuerte sabor,
existe el riesgo de que fermente. no se recom ienda utilizarla en la co­
Los productores «profesionales», con cina;
objeto de evitar que la miel se solidifique — melaza de tilo: es bastante rara y apre­
o se granule rápidamente, han adoptado ciada, tiene color oscuro y aroma deli­
una técnica que se ha revelado bastante cado, sabor tónico con un regusto de
eficaz y que no perjudica demasiado el uva; cristaliza lentamente y es adecua­
producto: la miel es sometida a sesiones da para preparar tisanas relajantes;
de calor de 2 a 4 segundos a una tem pera­ — melaza de alerce europeo: llamada «la
tura comprendida entre los 60 y 70 ,JC. miel de cemento» por su facilidad para
Al pequeño apicultor que desee licuar la cristalizar incluso en el interior del pa­
miel solidificada, le aconsejamos calentar­ nal, lo cual hace difícil su extracción;
la al baño maría, procedimiento que perju­ es oscura, tiene un sabor fuerte y, por
dica lo menos posible el producto: pero la suerte para los apicultores, es muy
única manera de no dañarlo es no someter­ rara, dado que com porta un enorme
lo a ninguna clase de tratamiento térmico. esfuerzo para extraerla y filtrarla.

92
Otros productos de la colmena

La gelatina o jalea real La jalea real posee un alto contenido de


vitaminas, am inoácidos esenciales, proteí­
La gelatina o jalea real es un producto de nas, lípidos, glúcidos, prótidos, carbohi-
las glándulas hipofaríngeas y m andibula­
res de las jóvenes abejas nodrizas. Se trata
de una secreción blanquecina, ácida y li­ LOS GR ANDES BENEFICIOS
geramente azucarada. Se utiliza para ali­ DE LA JALEA REAL
mentar las larvas de todas las castas du­
Consumir jalea real es favorecedor,
rante sus tres primeros días de vida; a par­ por las funciones que cumple:
tir del cuarto día, únicamente la celda real estimula el metabolismo;
seguirá recibiendo este manjar, mientras aumenta el rendimiento psicofí-
que las demás abejas y los zánganos serán sico;
alimentados con una mezcla de miel, po­ — ayuda a normalizar las funciones
len y agua. La reina seguirá com iendo ja ­ neu rovegetati vas;
lea real durante toda su vida. — favorece al sistema endocrino;
— el fa cto r de crecimiento «R», que
provoca que la reina pueda lle­
gar a pesar en cinco días más de
1.800 veces su propio peso, p o ­
see efectos evidentes en el orga­
nismo de los niños débiles;
LA JALEA REAL — es un óptimo coadyuvante en tra­
tamientos gerontológicos;
La composición de la jalea reaI que — contribuye en el mantenimiento
se suele describir es la siguiente: de los sistemas cardiocirculato-
70 % de agua, 15 % de prótidos, 12% rio )> digestivo;
de gl ácidos, 3 % de lípidos. Queda — ofrece ventajas dermatológicas;
una porción de sustancias que todavía — su acción antibiótico combate al­
no han podido ser «descifradas»: se gunos gérmenes patógenos.
sabe que se trata de hormonas y de
un fa cto r de crecimiento «R», que es El consumo de la jalea real es
el que lo convierte en una sustancia aconsejable para lodos, aunque no
tan interesante desde el punto de vis­ se le deben pedir milagros. La dosis
ta nutricional. aconsejable es de 300-600 mg dia­
rios durante 30 días, al menos tres
veces al año.

93
dratos y elem entos colienérgicos. A de­ mal, y la central la mitad) dos familias
más, encontramos potasio, hierro, calcio, fuertes en cada lado (con una reina en
cobre, silicio, fósforo y un factor antibióti­ actividad) y un «núcleo» huérfano en
co termoestable e hidrosoluble. Por lo que el centro, form ado con panales con
se refiere a la producción de la jalea real, una nidada operculada;
se puede proceder de dos maneras: la pri­ — preparación de los panales «portavari-
mera, com pletam ente natural pero poco llas», o sea, de los cuadros sin hoja de
recomendable, consiste en recolectar de cera pero con varillas de m adera en las
forma manual la jalea real que contienen que insertaremos los capullos de plás­
las celdas reales que las abejas construyen tico o de cera donde podrem os «alo­
durante la época de enjam brazón; el se­ jar» a la larvita (extraída de un panal
gundo, mucho más racional, implica la con nidada fresca de otra colm ena), de
instalación de «cajones» de las mismas menos de tres días de edad;
características que los que producen las — preparación de las «varillas», o sea, de
abejas reinas. las barras de m adera que se insertan en
Veamos ahora cóm o se organiza la pro­ los panales y que aguantan los capullos
ducción de la jalea real: reales en los cuales se alojarán las lar-
— preparar en el «cajón» (colm ena so- vitas; para la cría de las reinas, los ca­
bredim ensionada y dividida en tres pullos deben estar separados de mane­
compartimentos separados por un ex- ra que en la celda puedan desarrollarse
cluidor de reinas, de manera que los mejor (15 por varilla), mientras que
dos com partim entos laterales tengan para la producción de jalea real deben
las dimensiones de una colm ena nor­ juntarse un poco más (30 por varilla);

Cajón para la producción de jalea real (foto CMA, Casale Monferrato)

94
Portavarillas con celdas reales (foto CMA, Casale Monferrato)

Extracción de la larvita que alojaremos en el capullo (foto CMA, Casale Monferrato)

95
— instalación de los panales portavarillas — una vez cosechada, la jalea real de­
(cada panal contiene un máximo de be conservarse a una tem peratura de
tres varillas) en el núcleo huérfano y, 1-4 °C en contenedores oscuros, pues­
en su caso, alim entación com plem en­ to que es una sustancia fotosensible
taria del propio núcleo; normalmente, que se deteriora con el calor;
cada uno está preparado para alojar un — la venta de la jalea real se realiza nor­
máximo de dos panales; malmente en pequeños tarros de vidrio
— transcurridos tres días desde la instala­ oscuro provistos de un dosificador,
ción de los panales portavarillas, se cuyo contenido es de 500 mg; su con­
procede a la recolección de las varillas sumo más aconsejable es tom arla por
y a su sustitución por otras nuevas; el las mañanas en ayunas y, si es posible,
período de recolección se extiende de seguido de una cucharada de miel y
marzo a septiem bre, aunque la m áxi­ una o dos cucharadas de café de polen;
ma producción se concentra en la épo­ de este modo, podremos obtener el má­
ca de la enjam brazón natural y en la de ximo beneficio de los tres productos.
las grandes recolecciones; La producción de la jalea real, así como
— las varillas extraídas, cuyas celdas han la de reinas (las celdas se recolectan un par
sido «aceptadas» (es decir, en las que de días antes de la eclosión, para introdu­
las abejas han criado una larvita), cirlas después en unas colmenitas especia­
que normalmente oscila entre el 60 y el les de fecundación en las que nacerán y
70 % en un período favorable y entre un emprenderán el vuelo nupcial) es un traba­
30 y un 60 % en uno menos rico, deben jo que sólo podrán realizar apicultores ex­
trasladarse al almacén, en el cual se pro­ perimentados, puesto que los principiantes
cede al corte de las celdas, a la elimina­ carecen de la destreza y la seguridad de
ción de las larvitas y a la recolección de movimientos necesarios para manipular
la jalea real con un aspirador; las colmenas. La tarea se realiza de mane-

Celdas con jalea real, listas para ser retiradas (foto CMA, Casale Monferrato)

» % J t 0 1» .

96
ra continuada (cada tres días, en ei caso de
la jalea real) y debe desarrollarse a interva­
los preestablecidos y constantes, a diferen­
cia de la organización normal del colm enar
destinado a la recolección de miel.

El polen

FJ polen es un elemento fecundador de las


llores que tiene el aspecto de un polvo
fino de color variable y, según las llores de
procedencia, puede ir del blanco al rosa,
del amarillo al verde, del rojo al marrón
oscuro. Observado al m icroscopio, se pue­
de com probar que cada grano es una uni­
dad biológica per lee ia y com pleta que
contiene todo lo necesario para la vida:
proteínas, vitaminas, azúcares, 21 de los
23 aminoácidos conocidos, grasas, car­
bohidratos, enzimas, coenzimas y horm o­ Recolectaras con polen de regreso a casa (foto
nas del crecim iento. No faltan las sales Lega, Fuetiza)

Panal con polen almacenado (foto Lega, Faenza)

98
Tras desecarlas y limpiarlas de impure­
VITAMINAS Y OTRAS zas (con un ventilador especial, para api­
SUSTANCIAS CONTEN IDAS cultores de gran producción, o soplando,
EN EL POLEN para quienes realizan un uso doméstico), y
si deseamos conservarlas durante más
El polen contiene muchas sustancias tiempo, las desinfectaremos con tetraelo-
esenciales: potasio, hierro, manga­ ruro de carbono. Para efectuar esta opera­
neso, sodio, fósforo, cloro, níquel, ción, introduciremos el polen en un conte­
magnesio, plata, azufre, cinc, radio,
nedor y, dentro de este, una esponjita em­
cobalto, titanio, estroncio y sustan­
papada de tetracloruro en una proporción
cias afines (que aumentan la resis­
tencia ele los vasos capilares). A de­ de 1 c m ’ p o rcad a 101 del contenedor.
más, contiene algunas vitaminas: El polen es un integrador alimentario
excelente, y contiene propiedades inigua­
—provitamina A: lables: da vigor; aumenta la resistencia al
— B,, B2, Bu B„ Bs, B„; cansancio psíquico y físico; aumenta las
— C; defensas inmunitarias; combate la hiper­
— E. tensión; tiene virtudes antianoréxicas, an­
tianémicas, euforizantes y antidepresivas;
es un buen regulador intestinal; ayuda a
minerales. En el núcleo de la célula se en­ combatir la ansiedad y la migraña y, por
cuentran alojadas las m oléculas de DNA y regla general, es muy bien tolerado por todo
RNA: la prim era determina la Corma y el el mundo. Los casos descritos de alergia ali­
desarrollo de Lodo ser vivo, mientras que mentaria al polen son rarísimos (ya que no
la segunda (conjuntamente con aquella) guarda ninguna relación con la alergia res­
regula las funciones de cada célula. piratoria al polen).
La abeja se provee de polen libando de El mejor m odo de consumir el polen es
flor en flor y recogiéndolo con la boca, lo por la mañana y en ayunas, combinado
em pasta y lo aloja en las bolsas recogepo- con miel y jalea real. Las dosis indicadas
len. La carga completa de cada bolsa osci­ son unos 10 g al día para los adultos (2 cu-
la entre 10 y 15 mg. Una vez en la colm e­ charaditas de café) y 5 g para los niños
na, vacía la bolsa con un espolón especial (1 cucharadita),
y lo almacena en las celdas que, a diferen­
cia de las de miel, no serán operculadas.
En cada celda pueden almacenarse gran­ Los propóleos
des bolas que las abejas recolectan, distin­
guiendo incluso la clase de las flores. Por La palabra propóleo procede del griego
ello, una vez almacenado el polen tenderá propolis, que significa «frente a la ciu­
a tener un color más claro. dad»; por ello, debe considerarse un nom­
El apicultor que desee recolectar el po­ bre de género femenino. Por el contrario,
len deberá em plear una jaulita especial Plinio considera que se deriva del latín
(véase el apartado «La colm ena y sus ac­ pm-polire, que significa «pulir, lustrar»;
cesorios») y, una vez obtenido el botín, por ello, se trataría de un nombre masculi­
procederá a desecar las bolas de polen no. Dejando de lado disquisiciones filoló­
que, durante el tratamiento, perderán has­ gicas, en castellano se aceptan ambas fle­
ta un 20 % de su peso. xiones.

99
Los propóleos son resinas que las abe­ que desee recolectarla y «trabajarla» debe
jas obtienen de las yemas y la corteza de tener en cuenta estos datos. Los mecanis­
ciertas plantas. Su composición media es: mos de recolección son dos: el «antiguo»,
50 % de resinas y bálsamos, 30 % de cera, que consiste en rascar de manera periódi­
10 % de aceites esenciales, 5 % de polen y ca los propóleos de las colmenas y las al­
otro 5 % de sustancias diversas, como ma­ zas: y el «racional», intercalando entre los
dera, polvo y residuos del cuerpo de la panales de la cámara de cría y la tapa cu-
abeja. brepanales una rejilla que deja pasar el
aire pero no a las abejas. Estas se verán
entonces obligadas a tapar los agujeros de
la rejilla con los propóleos. Los propóleos
LOS ÁRBOLES solidifican y pueden extraerse fácilmente.
Y LOS PROPÓLEOS Normalmente, se utiliza en soluciones
alcohólicas que permiten derretirla y, al
Los arboles que producen resina de mismo tiempo, limpiarla de impurezas.
las que las abejas obtienen los pro­
Es importante por tres funciones funda­
póleos son, normalmente, el chopo,
mentales:
el abedul, el abeto, el aliso, el pino,
el sauce, el olmo, la encina, el fresno — antibactérica;
y el castaño de Indias. — • antioxidante;
— fungicida.
Además, es un excelente cicatrizante y
Las abejas recolectan los propóleos con puede aliviar los dolores en caso de que­
gran esfuerzo: los reconocen con las ante­ maduras. En soluciones y proporciones di­
nas y, realizando un trabajo hercúleo, los versas, se utiliza también com o digestivo
extraen con las mandíbulas, alm acenándo­ y para com batir las infecciones de las vías
los en las bolsas recogepolen. La opera­ respiratorias.
ción de recolección es lenta y difícil, dada Existen razas de abejas que tienden a
la viscosidad del producto: y más lenta propolizar con mayor frecuencia, com o es
aún es su extracción de las sacas. Este pro­ el caso de la caucásica y la m elifica anató-
ceso ocupa a las abejas durante varias ho­ lica, mientras que otras lo hacen mucho
ras. Una colonia recolecta para su propio menos, como es la raza dorsada y la floral.
uso entre 100 y 300 g de propóleos al año.
Las abejas los emplean para tapar aguje­
ros, para construir defensas en la entrada La cera
tic la colmena, para «desinfectar» las cel­
das después tic cada eclosión de una nue­ La cera es una mezcla de sustancias grasas
va abeja y, en fin, para encolar y reparar (ácidos grasos + alcohol) segregada por
los panales. las glándulas ceríferas de las obreras de
El color y el olor de los propóleos va­ edades com prendidas entre los 12 y los
rían en función de la planta de origen. 18 días. Las abejas mezclan esta sustancia
Normalmente, es de color verdoso y des­ con sus mandíbulas con polen y propóleos
pide un aroma muy intenso. A 15 °C es para construir los panales, re p ara rlo s -ya
dura y fría, a 30 °C se ablanda y es pe­ existentes y, en estado natural, para crear
gajosa, y funde a los 70 °C. El apicultor un refugio resistente y elástico.

100
Para producir I kg de cera, las abejas
consum en unos 7-10 kg de miel (hay que
tener presente que un panal con un cuadro
de madera contiene cerca de 150-200 g de
cera, y que una hoja cérea prefabricada
pesa unos 100-110 g).
El apicultor recupera la cera de dos ma­
deras: fundiendo los panales viejos y reco­
giendo lace ra del opérculo. Un quintal de
miel operculada produce 1,5-2 kg de cera.
Para limpiar y conservar la cera se debe
proceder a fundirla y filtrarla. El punto de
fundición se encuentra en los 62,5 °C,
para lo que se recurre a dos métodos:
«hervirla» o utilizar las «desceradoras».
En el prim er caso, se hierve la cera en
cierta cantidad de agua para pasar el líqui­
do obtenido por un filtro mientras todavía
está caliente. Cuando la sustancia resul- Desceradora solar (foto Lega, Faenza)

La elaboración de la cera can que se producen las hojas para los panales (foto Lega, Faenza)
Hoja cérea elaborada (foto Lega, Faenza)

tantc se enfría, obtenemos una cera com ­ agua, istamina, melitina, Iisolecitina, apa-
pacta y sin impurezas, El uso de descera- mina y dos enzimas. La apamina provoca
doras racionaliza el trabajo. Se trata de un la hinchazón y el picor subsiguientes a la
proceso que se realiza tanto eléctricam en­ picadura, que actúa a gran escala y puede
te como aprovechando el calor del sol, y provocar calambres, hemolisis y convul­
que separa la cera de otras sustancias. siones. La alergia al veneno de las abejas
El apicultor puede aprovechar la recu­ puede causar en un individuo alérgico, un
peración de la cera para obtener hojas cé­ shock anafilático, coma e incluso la m uer­
reas elaboradas, o bien para producir cera te. Por regla general, con el tiempo suele
con destino a la artesanía (una buena rece­ producirse la desensibilización, por lo que
ta es mezclar en caliente un 50 % de cera al dolor causado por las primeras picadu­
y un 50 % de agua). ras se sucederá una tolerancia progresiva.
Hay que estar prevenidos por si se produ­
ce el fenómeno contrario.
El veneno La recolección del veneno por parte del
apicultor es difícil y arriesgada. Debe ac­
La abeja segrega el veneno mediante dos tuarse teniendo presente que el veneno
glándulas: una produce una sustancia al­ deshidratado cristaliza y es soluble en al­
calina y la otra, una ácida en cantidades cohol. Hay que poner en el fondo de la
que oscilan entre 0,1 y 0,3 mg. Contiene colm ena una rejilla de hierro, con una hoja
de papel de seda y una lámina de vidrio entre una y otra sesión, si no queremos
debajo. Se conecta entonces la rejilla a un diezm ar la colonia. Hay que tener mucho
transform ador eléctrico (corriente alterna) cuidado, dado que después de cada sesión
y se aplican algunas descargas (de baja in­ los animales se vuelven más agresivos du­
tensidad, para no acabar con las abejas) rante unos días. Por ello, es preferible tra­
breves y repetidas cada 30 segundos, du­ bajar durante las grandes floraciones, pe­
rante no más de entre 15 y 25 m inutos. Las ríodo en el cual el trabajo las disuade de
abejas que se encontraban sobre la rejilla sus «instintos homicidas». Un kg de abe­
se ven obligadas a picar, dejando su agui­ jas ordeñadas produce 1 g de veneno,
jón clavado en el papel de seda, que no les aproximadamente, que se utiliza en farma­
desgarra el cuerpo y les permite seguir con cología: es un buen vasodilatador, anti­
vida. El veneno se deposita en la lámina coagulante, cardiotònico y revulsivo. Se
de vidrio, en la que queda adherido y se emplea también para fabricar productos
seca. Para desprenderlo, bastará con ras­ contra la artrosis, el reuma, las enfermeda­
car el vidrio con ayuda de un poco de al­ des cardiovasculares y las alergias. El
cohol . mercado nacional no es muy amplio, por
La labor de «ordeñar» a las abejas no lo que no es recomendable que el apicultor
debe realizarse más de cuatro o seis veces se dedique a esta producción, vistos los
al año, con un descanso mínimo de 15 días riesgos que comporta.

103
Los enemigos y las enfermedades
de las abejas

Las abejas tienen en estado natural un jorros, dejando de lado casos de una su­
cierto núm ero de enem igos y padecen al­ perpoblación excepcional (en cuyo caso
gunas enferm edades de diferente origen, es preferible com batirlos con insecticida),
algunas de las cuales pueden poner en se­ las propias abejas son capaces de defen­
rio peligro la vida de la colonia. derse por sí mismas. C ontra las hormigas,
Antes de exam inar los enem igos y las por último, podem os expulsarlas de la
enferm edades más graves y habituales, tapa cubrepanales poniendo entre esta y el
será necesario tratar los pequeños incon­ techo un cristal de naftalina.
venientes, raros o de escasa relevancia en Ciertas plantas pueden convertirse tam­
la econom ía de la colonia que, aun así, es bién en enem igas de las abejas, a causa ele
preciso tener en cuenta. la toxicidad de su polen. Recordemos la
Fijém onos prim ero en el caso del oso, Azalea política, el Ranunculus puberulus,
un enem igo de las abejas que ya no se en­ cuatro a seis variedades de entre las más
cuentra en Europa, el cual, adem ás de ser de quinientas del eucalipto, cierta clase de
un consum idor insaciable de miel, des­ rododendro y otras plantas que, a pesar de
truía las colm enas instaladas en troncos todo, son tan raras en nuestro territorio
huecos o en hendiduras rocosas. que muy difícilm ente resultarán perjudi­
Pequeños enem igos que no debemos ol­ ciales.
vidar son el ratón, que durante el invierno En caso de detectar bajas debidas a po-
se introduce en la colm ena para estar a cu­
bierto del frío y roer los panales; las avis­ Una esfinge (joto CMA, Casale Monferrato)
pas com unes y los abejorros que, además
de robar la miel, se dedican a m atar abe­
jas, que devoran con avidez; las horm igas,
que a veces se introducen en la tapa cubre-
panales y, más raram ente, penetran en el
interior de la colm ena obligando a las abe­
jas a realizar un trabajo suplem entario
para espantarlas, creando nerviosism o y la
caída de la producción. Para com batir a
estos enem igos, el apicultor no tiene que
esforzarse mucho: contra los ratones, bas­
ta con reducir la puerta de entrada de la
colm ena antes de que em piece el invierno.
Por lo que respecta a las avispas y los abe­

105
leu tóxico, el único remedio consiste en Merops apiaster (comedor de abejas), lo
trasladar el colm enar a una zona alejada. dice todo. Se trata de un pájaro de vivos
Enemigos específicos de la abeja, que colores y vuelo rápido. Captura las abejas
no perjudican a los insectos pero que sa­ al vuelo y, a menudo, con un golpe seco
quean las reservas de miel, son la cetonia, del pico las divide en dos: engulle la cabe­
del orden de los coleópteros, y las esfinges za y desprecia el aguijón. Es un ave mi­
(Sphynx átropos), mariposa nocturna de gratoria pero, desde hace algunos años, se
gran tamaño. Una rejilla que reduzca las le aprecia cierto hábito sedentario, cons­
dimensiones de la entrada del colmenar truyendo refugios seguros en galerías de
puede bastar para impedir sus fechorías, 2-3 m excavadas en faldas arenosas y pa­
aunque nunca causarán estragos que pon­ redes de tierra levantadas por el hombre
gan en peligro la supervivencia de las co­ (terraplenes y bancales), en cuyo fondo
lonias. instala su nido. La hembra pone cinco o
seis huevos que incuba durante 21 días.
Las crías son muy voraces y dependen de
El abejaruco los padres durante un mes. Una vez se in­
dependizan, permanecen junto a la familia
De vuelo plano y alborotado, vuela en pe­ de origen hasta la estación siguiente, con­
queñas bandadas y se alimenta preferible­ tribuyendo en la cría de las nidadas sucesi­
mente de abejas. Su nombre científico, vas, norm alm ente dos más. Si divisamos

Abejaruco posado y en
pleno vuelo (foto CMA,
Casale Monferrato)

106
un grupo de abejarucos volando cerca de los viejos o con poca presencia de abejas,
nuestro colmenar, podem os em pezar a y depone sus huevos en su interior. La lar­
despedirnos de 400 a 500 abejas por cada va se alimenta de cera y excava galerías
hora de «banquete». Dado que se trata de que, en poco tiempo, pueden destruir el
animales de carácter desconfiado, pode­ panal. Si el panal está habitado, las abejas
mos ahuyentarlos utilizando piedras y ha­ controlarán la situación matando tanto las
ciendo ruido, aunque no siempre es sufi­ larvas como las polillas cuando penetren
ciente. en la colmena. Si los panales sirven única­
Otros pájaros que pueden amenazar mente com o almacén de miel, entonces
a las abejas son las golondrinas y los nos enfrentamos a un serio problema. Un
picos: las primeras se instalan en grupos buen método para combatir la polilla de la
cerca del colmenar, mientras que los se­ cera es el tetracloruro de carbono, que se
gundos llegan a perforar las colmenas y introduce en recipientes abiertos entre los
devorar panales y abejas. panales, y el sulfuro de carbono, de la mis­
ma manera. Estos líquidos se evaporan
poco a poco y matan tanto a las larvas
La polilla de la cera com o a las polillas. También podemos
em plear cintas de azufre que se prenden
Se trata de una mariposa nocturna que se entre los panales, o bien atomizadores con
introduce en los panales, especialmente en contenido de azufre. Existen dos especies

Im polilla de la cera (foto Lega, Faenza)

107
de polillas: la Gallería cerella o Gallería Acariasis de la tráquea
melonella, tic 15-18 mm de longitud, y la (Acarapis woodi)
Achroea gri sella, de 7-8 mm de longitud;
en ambos casos, son de color gris.
La Acarapis woodi fue detectada por pri­
mera vez en la isla de Wight, al principio
La Braula coeca de 1900, y en la actualidad se encuentra
im plantada en todo el mundo. Tiene un ta­
La Braula coeca, o piojo de la abeja, es uu maño muy pequeño (1-2 décimas de mm
insecto que pertenece a la familia de los de longitud), penetra en la tráquea de la
dípteros y puede descubrirse a simple vis­ abeja y allí pone los huevos, que prolife-
ta, puesto que tiene un diámetro de 1 mm ran rápidamente. Roe las alas de la abeja
aproximadamente. Se trata de un parásito por la parte interior, lo que provoca su
que puede considerarse benigno, ya que se caída y, en consecuencia, la muerte del in­
nutre de miel que succiona directamente secto. Estos ácaros penetran en la tráquea
del aparato bucal de la abeja, y que nor­ de la abeja que todavía no ha cumplido el
malmente no alcanza una presencia sufi­ décimo día de vida, puesto que en ese m o­
ciente como para poner en peligro la colo­ mento los pelillos de la entrada de la trá­
nia. Se agarra al pelo que las reinas y las quea se endurecen e impiden su penetra­
abejas tienen en el tórax, y de ellas se ali­ ción. El ciclo reproductor del ácaro es de
menta. Por ello, el mareaje de la reina es unas tres semanas, y si la infección es de
un instrumento útil a la hora de evitar que cierta entidad la colonia corre un grave pe­
el piojo se aproveche de ella. Si se produ­ ligro. Si el problema pasa desapercibido
ce una colonización importante, habrá que durante la estación propicia, en la que el
combatirlo con productos especiales, a recam bio de abejas se produce rápidam en­
base de menta y eucalipto. El viejo méto­ te, la infección no dará señales de vida
do del tabaco debe considerarse superado. hasta el otoño y, sobre todo, en la prim a­
vera siguiente cuando, al reincorporarse al
Urania coeca (foto CMA, Cúsale Monferrato) trabajo, muchas abejas no puedan em pren­
der el vuelo. Si hibernamos una colonia en
la que el 50 % de las abejas está afectada,
la familia está condenada a muerte.
Para com batir la acariasis de la tráquea,
se utilizan productos que han dado buenos
resultados: el líquido de Frow, usado tam ­
bién contra la Braula coeca, que despide
un olor tan penetrante que las propias abe­
jas no se reconocen entre sí, lo que favore­
ce que el saqueo sea menor; el papel sul­
furado, el folbez, el PK y el Acar control.
Por regla general, se trata de productos
prefabricados cuyo uso varía según el
principio activo y la preparación de la
marca fabricante. Estos preparados llevan
siempre una hoja de instrucciones.

108
La acariasis de la tráquea es, en la ac­
tualidad, un problem a de menor enverga­
dura que en el pasado, puesto que los tra­
tamientos antivarroa han logrado combatir
estos ácaros.

El saqueo
El saqueo se produce entre colonias de
abejas, y consiste en que la fam ilia más
fuerte se aproveche de la fam ilia más dé­
bil.
Esto puede ocurrir de forma evidente, o
sea, con gran movimiento de abejas y lu­
chas entre las invasoras y las invadidas, o
bien de manera oculta, o sea, con la captu­
ra de las reservas por paite de un número
de abejas saqueadoras y sin lucha. Panal después de un violento saqueo (foto Lega,
El saqueo puede producirse de forma Faenza)
natural, y así suele ocurrir en el segundo
caso, dejando a la familia saqueada en
buen estado, pero sin reservas alim enta­
rias. Por otro lado, el saqueo puede ser el
resultado de una mala organización del son menores, el número de abejas en cada
apicultor, lo que provoca una auténtica colonia es máximo y en su grado más alto
guerra abierta que puede significar la de­ de expansión, y el calor acentúa el aroma
saparición de la colonia atacada. Los erro­ de las colmenas, además de incrementar la
res más comunes que pueden inducir al sa­ agresividad de las abejas.
queo son: El mejor sistem a para combatir el sa­
queo es prevenirlo, actuando de manera
— nutrición líquida con jarabes perfum a­ que no haya colonias débiles, administran­
dos (a base de miel) adm inistrada en do el alimento sólo por la tarde y abriendo
las horas caldcadas de la mañana; las colmenas en las horas más frescas. En
— intervención con la colm ena abierta caso de saqueo, el único remedio pasa por
durante dem asiado tiempo, permitien­ reducir la entrada de la colmena, de mane­
do que las abejas vecinas se aprove­ ra que las abejas se pueden defender mejor
chen de la circunstancia; ante un eventual ataque (hay en el merca­
alternancia de colmenas fuertes y dé­ do rejillas antisaqueo que cumplen esta
biles sin efectuar las pertinentes función). En los casos de mayor gravedad,
«igualaciones» de las familias. se recomienda cerrar la colmena y colo­
carla en otro lugar. Si no es posible hacer­
Los períodos en los que el saqueo es lo, hay apicultores que han adoptado el
más frecuente son los meses de verano, método de invertir la posición de la col­
durante los cuales las reservas nectaríferas mena agredida con la de la colmena agre­

109
sora. De este modo, se detiene el saqueo y,
al mismo tiempo, se igualan las familias.
Sin embargo, esta técnica no siempre da
resultado, lo que puede complicar aún más
la situación.

Hambre, frío
y envenenamiento
El hambre y el frío son dos peligros que a
menudo aparecen relacionados entre sí: de
hecho, a un invierno largo y frío suele su-
cederle una primavera en la que las abejas
sufren la carencia de las reservas necesa­
rias para reanudar su ciclo «productivo».
Esto se debe a una estación auténticamen­ Alimentación de sostén con confitura (Joto Lega,
te inclemente, o bien a un cálculo equivo­ Faenza)
cado del apicultor al hibernar familias con
pocos recursos alimentarios. La preven­
ción del problema pasa por hibernar úni­
camente familias que posean miel en can­ abejas guardianas, que intentan im pedir la
tidad (nunca menos de siete panales lle­ penetración de las recolectoras afectadas
nos), a la que añadiremos la confitura y ja ­ en la colmena. Si la intoxicación no ha
rabes diversos. No es habitual que el frío causado la muerte de toda la familia, aún
suponga, por sí mismo, un problem a para podemos salvarla (a despecho de un daño
colonias que cuentan con reservas: al des­ enorme al desarrollo de la colonia y de sus
cender la temperatura, se produce un ma­ posibilidades de cosecha) trasladándola a
yor consumo de miel. Más graves son, en otro lugar. Para conjurar esta amenaza, se­
cambio, los envenenam ientos causados ría deseable que agricultores y apicultores
por pesticidas: tanto es así que, en caso de se pusieran de acuerdo entre sí. Desgracia­
producirse, no hay remedio para la colonia damente, todavía existen agricultores que
afectada. Únicamente podemos recurrir al creen que las abejas «arruman sus cose­
traslado de las colmenas lejos de la zona chas», ignorando que ocurre exactamente
donde una agricultura intensiva implique al revés.
el uso de pesticidas. Aunque existen mu­
chas variedades que, si se aplican correc­
tamente, no crean problemas, el uso abusi­ La nosemiasis (Nosema apis)
vo que hacen de ellos algunos agricultores
convierten en nocivos productos que no Es una enfermedad bastante superada y
deberían serlo. Un síntoma inequívoco de que, a pesar de todo, causa daños ingentes
envenenamiento es la presencia de abejas a la apicultura, sobre todo en las regiones
muertas a la puerta de la colm ena (que po­ con inviernos largos y otoños húmedos.
seen, en cambio, un aspecto joven y sano), La provoca un protozoo, el Nosema apis,
además de una extraña inquietud de las que se adhiere al mesointestino de la abe­

110
ja, donde se reproduce y propaga por me­ productos que existen a tal efecto en el
dio de esporas a través de las heces que, mercado. La prevención consiste en po­
recogidas por otras abejas, permiten que la seer siempre:
infección se extienda a toda la colm ena y,
en poco tiempo, a todo e! colmenar. Los — familias fuertes;
síntomas principales son: — reservas sanas;
— colmenas bien ventiladas;
— abejas con el abdomen hinchado; — reinas jóvenes;
— excrementos en el interior de la col­ — favorecer, en su caso, la deposición de
mena; huevos con alimentación complemen­
— diarrea acuosa; taria.
— alta mortalidad de abejas en prim a­
vera; La enfermedad se presenta en primavera y
— dificultad motora del individuo afec­ tiende a «desaparecer» durante la estación
tado; templada, para reaparecer después con
— renovación espontánea de las reinas en mayor virulencia durante los años sucesi­
primavera. vos; por ello, hay que intervenir y, tras eje­
cutar todas las operaciones apuntadas,
Si se detectan estos síntomas, hay que mezclar fumagilina (método quimiotera-
realizar un análisis microscópico que cer­ péutico - Fumidíl B) con un jarabe azuca­
tifique la presencia de esporas del nosema. rado para disim ular su mal sabor. Un error
En caso contrario, podríamos enfrentarnos lípico consiste en aplicar tratamientos pre­
a diarreas muy graves derivadas de las ventivos, lo que no sólo es inútil sino que
malas condiciones de la colm ena (hum e­ pueden incluso ser perjudiciales, pues no
dad), de reservas estropeadas y de un en­ eliminamos el problema sino que lo retra­
cierro prolongado. Una higiene continua­ samos un poco.
da de la colmena, una alimentación basada
en productos sanos y una buena ventila­
ción de la colm ena bastarán para recondu- Loque europea
cir la situación en poco tiempo.
En caso de diagnosticarse un nosema, La loque europea es una enfermedad de la
hay que intervenir. Si se trata sim plemen­ nidada que la ataca en su estado inicial y la
te de una familia afectada de forma ligera, pudre en su estado final. Se debe a una se­
será suficiente con trasladarla a una col­ rie de bacterias que se combinan de modos
m ena desinfectada y proceder a la sustitu­ diversos, pero que tienen siempre las ñus-
ción de las reservas. mas consecuencias. Cinco de estos micro­
Además, podem os adm inistrar una ali­ organismos suelen encontrarse con fre­
mentación suplementaria con extracto de cuencia en las larvas infectadas: Strepto-
encina. coccus pintón White, Achromobacter
En caso de infección grave, sobre todo eurydice White, Bacillus alvei Cheshire y
si en un colm enar de varias colmenas no Cheyne, Streptococcus faecalis, Andrews
tiene más de unas pocas afectadas, se debe y Morder, Bacillus laterosporus Laubach.
elim inar a las familias que han resultado La loque europea es una enfermedad típi­
infectadas y proceder a continuación a la camente intestinal que se contrae a través
desinfección de todo el material con los de la ingestión de heces contaminadas.
Nidada recién nacida y sana (foto Lega, Faenza)

Afecta a la nidada desoperculada, prefe­ intestino de algunas larvas afectadas al


rentemente a las larvas de entre 3 y 5 días microscopio, y localizando los gérmenes
de vida. La larva afectada muere casi responsables. Para un diagnóstico general
siempre antes de la operculación, o como en el campo, observaremos irregularida­
máximo un par de días después de la oper­ des en la nidada, larvas muertas o, en los
culación. casos más graves, cierto olor de putrefac­
La sintomatología varía según los casos: ción (si las larvas afectadas han muerto).
La enferm edad aparece generalmente
— nidada acida de color amarillento; en la época de las grandes recolecciones y
— nidada con larvas redondas y flácci­ parece preferir las primaveras frías y llu­
das; vias. En ciertas situaciones, así com o ante
— nidada podrida aunque no filamentosa; una cantidad pequeña de larvas afectadas,
— nidada con larvas licuadas; tiende a desaparecer por sí misma al con­
— nidada con larvas de color opaco; cluir la estación templada. Una fam ilia dé­
— nidada con larvas en posiciones extra­ bil y mal cuidada incide en el desarrollo
ñas (en espiral, curvadas). de la loque, así como una alteración brus­
ca de la relación entre abejas adultas y ni­
El diagnóstico de la enfermedad puede dada debida a múltiples factores (frío in­
realizarse de forma segura observando el tenso e imprevisto, envenenam iento por

112
fitofármacos, mala gestión del apicultor). ción, se administrará una alimentación
La propagación de la loque europea se com plem entaria y alguno de los productos
produce a través del material infectado: indicados.
panales, miel, abejas nodrizas. Allí donde Se debe prestar mucha atención en evi­
se haya alojado nidada afectada, durante tar la propagación de la enfermedad por
al menos 3 años seguiremos encontrando lodo el colm enar al utilizar herramientas y
microbios activos. utensilios «contaminados», desinfectán­
Aunque la virulencia de la loque europea dolos escrupulosamente.
no es tan grave como la de la loque ameri­ Un error que, por desgracia, cometen a
cana, es recomendable que, si hay colme­ menudo los apicultores inexpertos y poco
nas muy afectadas junto a otras sanas, que­ informados es el de realizar tratamientos
memos todas las familias infectadas. preventivos. El uso continuado de antibió­
Por el contrario, frente a una infección ticos y sulfamidas puede provocar que los
poco «importante» podemos tratar de re­ gérmenes desarrollen una inmunidad a es­
cuperar la colonia: tas sustancias, lo que nos privaría de nues­
tro único recurso defensivo. De hecho, las
— eliminando todos los panales con ni­ esporas bactéricas no llegan a morir con
dada infectada; estos tratamientos, por lo que siempre
— trasladándola a una colm ena desinfec­ existe el riesgo de que se produzcan poste­
tada con uno de los múltiples produc­ riores recaídas.
tos que hay en el mercado; Si debemos combatir un caso de la lo­
— proporcionándole alimentación de que europea, el período de tratamiento de­
sostén integrada con uno de los pro­ pende del grado de desarrollo de la enfer­
ductos que se encuentran en el merca­ medad, así como del producto utilizado.
do (antibióticos, sulfamidas), entre los Normalmente, suele detectarse en la esta­
cuales debemos destacar los com pues­ ción cálida y de recolección, cesando en
tos que contienen estreptom icina, te- otoño. Al año siguiente, tendremos que
rram icina y critrornicina; examinar con celo las instalaciones para
— volviéndola a trasladar a la colmena evitar una recaída. Para ello, hay que ob­
desinfectada y eliminando los panales servar todos los principios de una correcta
viejos. organización de la colmena.

Con estas operaciones, sin embargo,


nunca estaremos seguros de haber erradi­ La loque americana
cado la enfermedad, por lo que corremos
el riesgo de que reaparezca en la próxima Mucho más letal y grave que la loque eu­
estación. Por ello, el consejo que suele ropea, la loque americana es la enferme­
darse en estos casos es que hay que procu­ dad de la nidada más temida por los api-
rar eliminar, siempre que sea posible, todo cu llores. Está causada por el Bacillus tar-
el material infectado. var White, que se caracteriza por disponer
El sistema más seguro es el de la form a­ de unas esporas muy resistentes: no temen
ción de enjambres, elim inando todos los ni al frío ni al calor, al sol o a la sequía, ha­
panales y recogiendo las abejas en colme­ cen frente a los desinfectantes y resisten
nas diferentes y desinfectadas a fondo en los panales durante más de treinta años
provistas de panales nuevos. A continua­ en plena vitalidad y virulencia.
La loque americana se transmite por vía Aunque hay quien sostiene que existe la
bucal, cuando las larvas reciben un ali­ posibilidad de curarla, hoy en día se ha de­
mento que contiene esporas. La enfer­ mostrado que no es así, y que las colonias
medad afecta a las larvas muy jóvenes afectadas deben ser destruidas; además, es
(1-2 días), pero muestra sus efectos en la recom endable elim inar también las col­
nidada operculada. La loque americana menas y todos los materiales que puedan
presenta una evolución muy uniforme, haber sido infectados. El motivo es que la
con aspectos macroscópicos evidentes: desinfección de las esporas del Bacillus
larvate resulta casi imposible con los me­
— nidada no uniforme, con celdas oper- dios de que dispone un apicultor corriente.
culadas y abiertas; La destrucción debe producirse al atar­
opérculos de las celdas con larva afec­ decer, cuando todas las abejas de la colo­
tada muy oscuros, hundidos, cóncavos nia infectada estén en el interior de la col­
y con agujeros; mena. Se procede com o sigue:
— olor fétido en los casos de enfermedad
— se cierra la colm ena y se sella;
muy extendida y en avanzado estado;
- se hace un hoyo en la tierra y se intro­
— las larvas son filamentosas y tienen un
duce la colmena;
color pardo oscuro (la prueba de la va­
— abriendo la tapa cubrepanales, que con
rilla filamentosa de una celda que, en
sus tres posiciones permite hacer pasar
el momento de la extracción, arrastra
el aire sin que puedan salir las abejas,
un filamento maloliente y marronoso,
se procede a eliminarlas con un aero­
nos confirmará de que nos encontra­
sol o vertiendo por encima un mínimo
mos ante un caso de loque americana y
de 1/2 litro de gasolina;
no europea).
— transcurrida una media hora, cuando
se haya hecho de noche y las abejas
El diagnóstico en el laboratorio es sen­
estén quietas, se rocía la colm ena con
cillo, si se realiza un análisis microscópico
un poco de gasolina u otro líquido in­
de una larva muerta; en el campo, y en ca­
flamable, y se prende fuego;
sos extremos, también resulta muy simple,
— los restos deberán ser cubiertos con un
puesto que el olor pútrido y los filamentos
mínimo de 30-40 cms de tierra para
que hemos mencionado denuncian la pre­
evitar que, durante los días siguientes,
sencia de la enfermedad. Entre los fac­
las abejas de otras colonias puedan
tores que pueden determ inar la apari­
hurgar en su interior.
ción de la loque americana, citaremos
algunos que, aun así, no son decisivos por Todos los utensilios que puedan haber
sí mismos: estado en contacto con la miel o la cera
contam inadas por las esporas de la loque
— mala alimentación; americana deberán ser desinfectadas y la­
— debilidad general de la familia; vadas varias veces con un producto ade­
— material envejecido; cuado o con alcohol.
— evolución estacional contradictoria. No se debe reutilizar la miel producida
por la familia afectada por la loque am eri­
La loque americana se propaga rápida­ cana, ya que en ese caso todo el colm enar
mente y, por ello, hay que tener siempre resultaría infectado. Sin embargo, no hay
bajo control a las colmenas. nada que impida su consum o humano.

! 14
LOQUE AMERICANA Y LOQUE EUROPEA

loque am ericana loque europea

la loque
europea
afecta la
larva
antes de
la opercu-
lación
de la cera

/. ¡Mrva normal opereulada 1. Larva normal (sana)


2. Larva en descomposición 2. larva enferma: su posición en la
3. La celda, si se agujerea con un celda nos permite deducir que no
palillo, nos muestra Ia larva se desarrolla con normalidad
descompuesta y filamentosa 3. Larva muerta y desecada: no se
adhiere a la cera y no es
filamentosa

Una variedad que se considera interme­ ra, y que puede depender de la evolución
dia entre la loque am ericana y la europea vacilante de la estación, de un invierno rí­
se denomina paraloque, y está provocada gido, de alimentos en mal estado, etc. Los
por un bacilo muy sim ilar al Bacilius alvei síntomas son comunes a los de otros pro­
(Bacillus parcial ve i Burnside-Forster). Se blemas intestinales:
trata de una forma rarísima que se acerca
más a la loque europea que a la americana. — incapacidad de volar;
Algunos estudiosos sostienen que, en rea­ — abdomen hinchado y untuoso;
lidad, no es más que una variedad de ella. — principio de parálisis.
Sólo en su versión más virulenta puede
confundirse con la loque americana, y La enferm edad suele desaparecer de
com o tal debe tratarse. En las formas más m anera espontánea y no ocasiona graves
comunes se manifiesta y com bate como la problem as. Si decidiéram os intervenir,
loque europea (véase fig. de la pág. 117). podemos trasladar la colonia a una col­
mena desinfectada, proporcionándole
una abundante dieta líquida (I parte de
El mal de mayo azúcar y 3 de agua) con adición de ácido
fórm ico en una proporción de 1/2 cucha­
El mal de mayo es una alteración com ple­ rada de café por cada litro de jarabe. Otra
ja del metabolismo de las abejas debido a cura posible consiste en alim entarla con
elem entos eto lógicos no definidos que jarabe glucoso (en una proporción de
conlleva la m ortalidad más o menos nu­ 1:3) en la que se m ezclan hierbas arom a­
m erosa de la familia afectada. Suele des­ tizadas en fusión, com o salvia, rosmarino
cribirse a principio o a final de la prim ave­ o timo.

I 15
Mal negro o mal del bosque gadura pasa por la sustitución de la reina,
la eliminación de los panales con reservas
antiguas y una buena alimentación de sos­
Cuando hablamos de mal negro o mal del tén (algunos autores creen que debe adm i­
bosque no nos referimos a un estado pato­ nistrarse también un sulfamida o un anti­
lógico, sino a un grupo de manifestaciones biótico). Una organización racional del
morbosas que tienen en común algunos colm enar será siempre un factor de profi­
aspectos macroscópicos que no obstante laxis, tanto frente a estas com o a las demás
son típicos aunque de otras enfermedades enfermedades.
como la nosemiasis, la intoxicación, la Un consejo que suele darse a menudo a
acariasis, etc. quien disponga de un colm enar numeroso
Las abejas afectadas presentan un color y padeciera una infección de esta clase es
oscuro, un cuerpo brillante y sin vello, en­ elim inar la colonia afectada para evitar la
vejecimiento precoz e incapacidad para posibilidad de un contagio generalizado.
trabajar.
Las causas de estos males son múltiples
y diversos son también sus resultados: La nidada petrificada
— algunas formas parecen derivar de La nidada petrificada es una micosis debi­
mutaciones genéticas, que llevarían a da a la Aspergillus flavas. Muy similar a la
la muerte a la colonia si no se intervie­ nidada calcificada, provocada por la A s­
ne sustituyendo a la reina; cos phaera apis, presenta algunas caracte­
— algunas formas, tendencia!mente muy rísticas que la distinguen de esta última.
ligeras, son pasajeras y desaparecen Se trata de dos micosis diferentes pero
por sí mismas; que, para el apicultor, manifiestan sim o­
— más específica es la etología del mal nías bastante parecidos, y por ello las tra­
del bosque, que se debería al exceso tamos conjuntamente.
de recolección de melaza, con su con­ Los síntomas macroscópicos evidentes
siguiente consumo en abundancia: y comunes son los que m uestra la nidada
siendo esta una sustancia más rica en que pierde poco a poco su brillo: el blanco
proteínas que la miel, aunque no en de las larvas afectadas tiende a am arillear
cantidad suficiente, las abejas, margi­ y mueren progresivamente, volviéndose
nando la recolección de polen que sí frías y fiables: gris verdoso por lo que se
contiene la cantidad adecuada para su refiere a la Aspergillus flavas y blancuzca
subsistencia, manifiestan carencias por lo que respecta a la Ascosphaera apis.
proteínicas. En el caso de la nidada petrificada, ade­
más de a la nidada puede afectar también a
Dada la naturaleza y la complejidad de las abejas adultas; en el caso de la nidada
estas enfermedades, es obvio que no resul­ calcificada, en cambio, sólo afecta a la ni­
ta fácil establecer los medios por los que dada. Dado que las abejas adultas infecta­
se propagan, con la consiguiente vacila­ das mueren lejos de la colmena, es bastan­
ción en la mejor manera de combatirlas y te difícil detectar la micosis activa hasta
prevenirlas. que se manifiesta en las larvas. Las abejas
Digamos que las operaciones más sen­ enfermas de aspergilosis no muestran
satas frente a una infección de gran enver­ cambios evidentes que puedan indicarnos

116
su estado. Dado que no existen productos recubren de una pelusilla blanco amari­
específicos que ayuden a com batir la mi­ llenta. Si la micosis afecta a todas las re­
cosis de las abejas, es aconsejable preve­ servas de la colmena, puede causar la
nirla con una buena organización del col­ muerte de la colonia por falta de aporte
menar, respetando ciertos factores que po­ proteico, sobre todo en invierno, cuando
drían propiciar su desarrollo: el apicultor no puede intervenir. La elimi­
nación de ios panales afectados y la hiber­
— colmena poco ventilada; nación de las familias fuertes, con reser­
— colm ena vieja y húmeda; vas abundantes, atajará el problema.
— fam ilia débil;
— reservas alimentarias escasas o en mal
estado; La nidada en bolsa
— panales envejecidos;
— reinas poco activas o debilitadas; La nidada en bolsa es una enfermedad de
— uso inadecuado de antibióticos y sul- la nidada provocada por un virus que, por
famidas. suerte, no es muy resistente ni a las altas
temperaturas ni a la luz solar. Por ello, la
En caso de aparición de micosis, se virulencia de la enfermedad no suele com­
debe intervenir de diferente m anera en portar grandes problemas. Ll virus suele
función de la intensidad del problema. Si afectar a las larvas a través de la alimenta­
la micosis ha afectado únicam ente a unas ción y, normalmente, acaba con ella en
pocas celdas y el estado general de la fa­ cinco o seis días. El síntoma que denuncia
milia es bueno, bastará con elim inar los la nidada en bolsa es la presencia de crías
panales que contienen las celdas enfermas muertas en medio de crías sanas; suelen
y, en caso de necesidad, trasladar la colo­ aparecer crías muertas mucho después de
nia a una colm ena desinfectada a fondo. la operculación, componiendo un opércu-
Si, por el contrario, la colonia presenta lo en forma de flor. Aun así, la larva no se
una micosis muy extendida, aunque no pudre, a diferencia de lo que ocurre con la
grave, y el número de abejas adultas afec­ loque; por tanto, la podemos extraer de la
tadas es bajo, podem os form ar enjambres celda y apreciar el color amarillento y la
y elim inar el material infectado. Si, en forma de bolsita que tiene, con hinchazón
cambio, la infección es muy grave, cosa del abdomen, de donde viene el nombre
que descubrirem os porque afecta a la ma­ de la enfermedad. Con el tiempo, la larva
yor parte de la nidada y muchas abejas se seca y las abejas la expulsan de la col­
muestran unos pelillos blanquecinos (en el mena. En casos leves, puede ocurrir que la
caso de la nidada petrificada), tendremos enfermedad desaparezca sin que apenas se
que proceder a la eliminación de la colo­ hayan notado sus efectos. En casos de in­
nia afectada. Además, desinfectarem os lo­ fección grave, evitaremos el riesgo de un
dos los utensilios con productos específi­ contagio generalizado formando un en­
cos antes de volver a utilizarlos. jam bre con la colonia afectada o eliminan­
La micosis del polen, que es otra varie­ do los panales infectados. La prevención
dad que afecta a las colm enas y que se de la enfermedad implica, como es habi­
afronta com o si fuera una micosis normal, tual, una apicultura racional y una buena
está provocada por la Ascosphaeru alvei, higiene de los panales y las colmenas. En
que ataca el polen y origina hongos que lo todo caso, siempre es preferible sustituir a

117
la reina puesto que suele ser la responsa­ rápido desarrollo del nosema y la lentitud
ble directa del origen y la propagación de de la amebiasis, por lo que parece proba­
la enfermedad. De hecho, es posible que ble que la aparición de la amebiasis en una
ciertas cepas sean más susceptibles de pa­ estación se deba a una evolución desfavo­
decerla que otras, lo cual se dem uestra por rable de la estación anterior: por ejemplo,
el hecho de que en un mismo colm enar un verano muy lluvioso podría provocar, a
sólo ciertas colonias se vean afectadas por la siguiente primavera, la aparición de esta
la enfermedad. enfermedad. La prevención de la enferm e­
dad se basa en los hábitos normales de un
apicultor riguroso:
La amebiasis
— colmenas fuertes;
Es una enfermedad debida a protozoos — colmenas bien aireadas;
t|ue afectan a la abeja adulta y que tiene un — reservas abundantes y en buen estado;
desarrollo muy lento, pero mortal para el — reinas jóvenes y activas;
individuo afectado. Los síntomas son: — higiene y limpieza de los panales.
despoblación gradual de la colonia, dia­
rrea y dificultad de vuelo de las abejas La enfermedad exige el diagnóstico de
afectadas. En general, es muy parecida al un laboratorio. Desgraciadamente, no se
nosema y se manifiesta por las mismas conocen remedios específicos. Se reco­
épocas y con las mismas condiciones. Sin mienda la formación de enjambres y la de­
embargo, hay una gran diferencia entre el sinfección de las colmenas que han aloja­

D enom inación Sigla Efectos

Virus de la parálisis crónica CPV Parálisis, im posibilidad de volar,


mal negro y mal del bosque.

Virus de la parálisis aguda APV Parálisis y mortalidad de la nidada


(sobre todo, si hay varroa).

Virus X BVX Potencia los efectos de la


amebiasis.

Virus de la cera real negra BBQCV Mortalidad de las crías de abeja


reina, potencia los efectos
del nosema.

Virus filamentoso PV Potencia los efectos del nosema.

Virus Y BPY Potencia los efectos del nosema.

Virus de las abejas deformadas DWV Deformación de las abejas recién


nacidas {casi exclusivamente, si hay
varroa).

118
do abejas afectadas, así como una buena ali­ — pérdida de las alas;
mentación, tal vez enriquecida con vitami­ — abdomen hinchado;
nas del grupo B. La destrucción de la colo­ — hem olinfa de color leche, aunque lím­
nia sólo será necesaria en casos gravísimos. pida, com o ocurre en la ricketiosis, en­
fermedad causada por agentes patóge­
nos que se encuentran entre las bacte­
La virosis rias y los virus, que provoca el acorta­
miento de la vida del insecto y una
Ya hemos visto algunas enferm edades es­ desgana que se deja sentir en la pro­
pecíficas de las abejas atributóles a los vi­ ducción.
rus. Ahora estudiarem os cóm o la apari­
ción del varroa, un parásito peligrosísimo, Para establecer un diagnóstico adecua­
tiene una intervención decisiva en la nota­ do de las septicemias bactéricas, es preci ­
ble expansión de ciertas patologías de ori­ so recurrir al examen en el laboratorio. No
gen viral. Una organización correcta del se aconseja intervenir con antibióticos
colm enar y una lucha im placable contra el pues, aunque pueden acabar con la septi­
varroa paliarán la gravedad de la virosis, cemia, también amenazan la vida de nues­
sin perder por ello su peligrosidad. Vea­ tra colonia. El comportamiento correcto es
mos en la tabla siguiente algunos virus y tratar de prevenir a toda costa la aparición
sus principales efectos. de esta bacteria, mediante la organización
correcta de la colmena. En caso de delec­
tar la extensión notable de la infección en­
Las septicemias tre las abejas de una colonia, se recomien­
da elim inarla para impedir que se propa­
Al hablar de septicemias bactéricas, nos gue por todo el colmenar.
referim os a todas aquellas formas de in­
fecciones que pueden afectar el sistema
endocrino de las abejas. Estas infecciones La varroasis (Varroa jacobsoni)
se m anifiestan com o patologías específi­
cas de la abeja o la colonia, o bien com o Junto a la loque, la varroasis es el peor
com plicaciones de otras enferm edades. enemigo de las abejas en la actualidad,
En este caso, su peligrosidad aum enta. hasta el punto de que es la primera causa
Las bacterias se infiltran en el sistema de mortalidad entre las colonias de nues­
hem olinfático, se reproducen a gran velo­ tros apicultores.
cidad y pueden acarrear en pocos días la Se trata de una enfermedad parasitaria
muerte del individuo afectado. Una de las de las abejas adultas provocada por la Va­
bacterias más peligrosas es el Bacillus rroa jacobsoni, un pequeño ácaro recono­
apisepticus, cuya virulencia depende de la cible a sim ple vista y detectado por Jacob­
humedad del ambiente. son en la isla de Java ya en 1904. Allí, el
Los síntom as son num erosos y se rela­ varroa convivía com o parásito con la Apis
cionan con los expresados por otras enfer­ verana, a la que, al menos aparentemente,
medades: no causaba graves daños. Su expansión se
produjo de forma progresiva y constante
— abejas intranquilas; hasta llegar, de m anera casi imperceptible,
— im posibilidad de volar; a Europa, donde no ha dejado de crear

I 19
Varroas adultos «patas arriba» (Juta CMA, Cósale Monferrato)

problemas desde los años setenta. Hoy en acaba en dos «tenazas» puntiagudas con
día, y desde hace unos diez años, se le las que el varroa succiona la hem olinfa de
considera el enemigo núm ero uno contra la abeja. El macho, más pequeño y de co ­
el que se com bate en todo el mundo, a ex ­ lor blanco, no puede alim entarse por sí
cepción de Oceanía, adonde todavía no ha m ismo, por lo que m uere tras haberse apa­
llegado fo, por lo menos, de m anera alar­ reado con las herm anas nacidas en el inte­
mante). rior del nido operculado.
Vayamos por orden y em pecem os por El varroa femenino adulto vive norm al­
conocer cóm o está formado el varroa: se mente, durante el final del otoño y el in­
trata de un acaro perteneciente a la familia vierno, cuando no se reproduce, encara­
de los arácnidos. La hembra tiene el cuer­ mado sobre el cuerpo de las abejas adul­
po ovalado y membranoso, de color rojo tas, incrustado entre los segm entos de las
vivo con reflejos dorados. El dermoesque- paredes ventrales del abdom en. C uando
leto está dotado de un sistem a de cerdas em pieza el período reproductivo de las
que le permiten adherirse y cam uflarse en­ abejas, el varroa inicia a su vez el suyo, in-
tre el vello de la abeja. Tiene cuatro pares troduciéndose en las celdas con larvas que
de ¡latas cortas y rechonchas, term inadas están a punto de ser operculadas y, en
en ventosa y colocadas en la parte ante­ cuanto la larva em pieza a tejer su capullo,
rior. Entre los dos grupos de patas, tiene el pone sus huevos, que varían en número
aparato bucal, en posición ventral, que según las estaciones. Los huevos eclosio-

120
DESARROLLO DEL VARROA

W VARROA FECUNDO (¿> VARROA VIRGEN

días 0-20 20-40 40-60 60-80 80-100

Í tí W x 3 t í X 2 W X5 t í X3

/ \ 1 \
i i

S tí • » é W X 3 tí* 2 0 X 5 tíx 3 • X8 tíx 5


número de
de l a 2 de 2 a 3 de 3 a 5 de 5 a 8 de 8 a 13
varroas
días 100-120 120-140 140-160 160-180 180-200

Üí X 8 t í X 5 X 13 t í x 8 W X2I S X 13 Ü X 3 4 t í X21 Ü f X 55 t í X 34

1 ¡ 1 \ 1 1 i 1
T T f T Y t ? ? 1 1

Ü f X 13 t í x 8 W X 21 t í X 13 é x 3 4 t í X 21 W X 55 t í x 34 Ü X 89 t í X55
número tic
varroas de 13 a 21 de 21 a 34 de 34 a 55 de 55 a 89 de 89 a 144

D IN A M IC A DE DESARRO LLO EN N ID A D A DE OBRERA

días 0-20 20-40 40-60 60-80 80-100

W W* tí ÍX 5 t í X 2 ^ X 12 t í X 5 Ü í X 29 t í X 12

/ \ 1 1
i 1 1 i
• • tí
«i» i Üf X 12 t í X 5 X 29 t í X 12 Ü ÍX 7 0 t í X29

número de
de 1 a 3 ele 3 a 7 de 7 a 17 de 17 a 41 de 41 a 99
varroas
días 100-120 120-140 140-160 160-180 180-200

Ü fx 7 0 t í x 29 W X 169 tí X 70 ^ X408 t í X 169 ^ tíx ^ X 985 408 X 2378 t í X985

1 I i 1
X 169 t í x 70 Ü X408 t í x 169 ^ X 985 tíx # tíx
408 X 2378 985 # X 5 7 4 1 tíX2-',7íi
número de
varroas de 99 a 239 de 239 a 577 de 577 a 1.393 de 1.393 a 3.363 de 3.363 a 8.119

D IN A M IC A DE DESAR RO LLO EN N ID A D A DE Z Á N G A N O

121
nan a las 24 horas, si bien, antes de ser in­ en ayuda de las abejas que no pueden d e­
sectos completos, atraviesan diversas fa­ fenderse por sí mismas de los parásitos (al
ses que llevan a la hem bra a la madurez en menos, por lo que atañe a la Apis mellifi-
18 días y al macho, en 6 o 7. En el interior ca; de hecho, la A pis cerana es más com ­
de las celdas operculadas se produce el bativa y logra repeler por sí misma a un 70
apareamiento y, por ello, en cuanto nacen % de sus parásitos). La vida m edia de un
las abejas (que serán deformes y raquíti­ varroa adulto se estima en torno a las
cas, puesto que los varroas las han consu­ 9-13 semanas, en la época reproductiva, y
mido) tendremos nuevos varroas listos de 6-8 meses en período de reposo.
para reproducirse a su vez. La infección de varroa puede acarrear
La tabla de la página 123 muestra cóm o seplicémicas y, en general, dism inuye la
el varroa se multiplica m ás rápidam ente fuerza de la abeja, haciéndola vulnerable a
en la nidada de zánganos, que tienen un todo tipo de enferm edades.
período de incubación más largo y que El varroa se propaga rápidam ente gra­
consecuentemente permite una apertura y cias a su carácter «nóm ada» y, una vez que
una maduración de varroas hem bra mejor se ha apoderado de una colm ena, acaba
que en la nidada femenina. con ella en poco tiempo.
La tabla inferior m uestra cómo, en con­ Hoy en día, el diagnóstico es sencillo:
diciones de desarrollo normal, partiendo utilizando productos específicos, se logra
de un solo varroa puede llegarse al cuarto provocar la «caída» de varroas en la ban­
año con la desaparición de la colonia. Y si deja inferior, momento en el que se debe
una familia resulta atacada por los varroas proceder a aplicar al tratam iento propia­
y los ácaros, el fatal desenlace se acelera. mente dicho. Un ojo experto puede, ade­
Por ello, no es posible dejar de intervenir más, diagnosticar la infección observando

INFECCIÓ N DEL VARROA


población de la
colm ena expresada
en miles

122
Comparación entre una a luya xana y dos crían deformadas por et varroa (foto CMA, Casate Monferrato)

LA PUESTA D EL VARROA

El varroa madre tiene un dispositi­


vo perfecto p ara depositar un h u e­
vo en una celda cada 30 horas: el
prim ero dará lugar a una cría hem ­
bra, el segundo a un hijo m acho y
los sucesivos, a otras hembras. De
este m odo, se asegura de que, por
breve que sea el ciclo d e eclosión
de la abeja, al m enos una hija será
fecundada. Sin embargo, a veces la
madre pone prim ero dos huevos
que darán lugar a dos crías hem ­
bra, y después otro que dará un m a­
cho. Así, al concluir el ciclo de
eclosión poseerem os, al menos, dos Varroa sobre una larva (Joto CMA, Casale
varroas fecundados. Monferrato)

123
a las abejas, o bien reconociendo algún Exam inem os ahora el m odo de uso de
ejemplar sin alas, con el abdom en roto o el cada uno, recordando que cada producto
cuerpo deforme, e incluso exam inando el debe utilizarse retirando antes la media
estado de las celdas a punto de ser opercu- alza, para evitar así que la miel se estro­
tadas. Los varroas adultos se reconocen a pee; además, después de cada tratamiento,
simple vista, ¡aunque hay que saber lo t|ue se debe esperar algunos días (según el pro­
se está buscando! Durante los primeros ducto) antes de reintegrar las abejas a la
años de la infección, muchos apicultores colmena. La m ejor solución es proceder al
han confundido el varroa con la Urania co- tratam iento a finales de verano, tras la úl­
eca, que posee un color similar pero sólo tima cosecha, con objeto de no «contam i­
dispone de tres pares de palas a cada lado del nar» la miel. Las experiencias más recien­
cuerpo. En la actualidad, estos errores por tes sugieren que hay que utilizar el menor
desgracia ya no se producen porque todo el número de tratamientos posible, pero apli­
mundo conoce perfectamente al varroa. carlos en las m ejores condiciones que in­
Para combatir el varroa existen diversos dica el producto.
sistemas: los más eficaces son tratamientos El Amitraz, com ercializado por dife­
con productos químicos, pero no hay que rentes fabricantes de productos m edicina­
olvidar que la denominada «lucha integra­ les, se utiliza, com o indica la tabla, en tres
da» es la biomecánica. Ahora, examinare­ soportes: el atomizador, las fum igaciones
mos las posibilidades actuales de esta lucha. y el aerosol. Sin duda, los mejores resulta­
Empecemos consultando en la tabla in­ dos los proporciona este último, ya que se
ferior los productos utilizados contra el va­ dosifica correctam ente y se distribuye por
rroa, subrayando que su eficacia depende toda la colonia.
de su uso correcto, que especifica la marca El A pitol es un buen producto que se
fabricante y que nunca debe modificarse sum inistra a las abejas disuelto en un ja ra ­
por los consejos de supuestos expertos a be azucarado: 2 g de Apitol por cada
los que se deben múltiples desgracias. 100 mi de jarabe. Se aplica entre los pana­
Todos estos productos tienen puntos les con una jeringuilla: se recom ienda
fuertes en la lucha contra el varroa, pero efectuar la operación en dos fases, con un
también algún punto débil. descanso de 30 m inutos, para favorecer la

D enom inación Principio activo M odo de em pleo

Amitraz Triazapentadinna Spray, aerosol, fumigación


Apitol C ym iazol cloridrato Sistem ático
Folbex Va Bromopropilato Fumigación
Apistan, Klartan, Mavrik F1u val inato Sistemático
Ácido fórmico Ácido fórmico Vapores
A dido láctico Ácido láctico Spray
Perizin Coum aphos Sistemático
B’a yvarol Flumetrina Sistemático
Apivar Timol Pulverizador

124
distribución del producto. El inconvenien­
te del Apitol es que se debe aplicar con au­
sencia de nidada, o sea, en otoño-invierno,
para obtener el resultado deseado. Dado
que, a menudo, las colonias se tratan en
verano, pues la infección de varroa alcan­
za una cota tal que no se puede retrasar el
tratamiento, el uso del Apitol debería re­
petirse más de una vez, con el consiguien­
te riesgo para la reina (además del hecho,
ya indicado, de que siempre es m ejor re­
ducir la terapia al mínimo posible), así
com o un aum ento del coste.
El Polbex es uno cíe los primeros m éto­
dos que se crearon para com ba!ir el va­
rroa. Se trata de un producto que se sum i­
nistra por fumigación. Es un preparado
que se aplica en varillas com bustibles, o
bien en un recipiente colocado en el aguje­
ro del alim entador en los cubrepanales o
en el cajón del fondo con una red en las
colm enas que dispongan de él. Es un mé­
todo que ha caído en desuso, tanto por los
riesgos que se derivan de su uso inadecua­
do (mortalidad elevada de las reinas, da­
ños irreparables en la miel), tanto por su
dudosa eficacia real. De todos modos, si­
gue siendo la única técnica que se utiliza
cuando la estación está avanzada y no hay
nidada en las colm enas. Tiene los mismos
problem as indicados para el Apitol.
El A p istan (como el K la rta n y el M av-
rik) es un sistem a que actúa sobre el va­
rroa adulto, abatiéndolo. Es el producto
que ha gozado de m ayor aceptación du­
rante los últimos años. De liso cóm odo y
muy eficaz, se com ercializa en varillas de
PVC que se introducen en los panales
(norm alm ente, entre el tercero y el cuarto,
partiendo tanto de la izquierda como de la
derecha): dos por colonia. Las varillas de­
ben dejarse en el interior de la colm ena
durante unas seis semanas, lo que permite
cubrir al menos dos ciclos de eclosión, lo Dos modos de utilizar los «fumigantes» (foto
que Se confiere una gran eficacia. La me- CMA, Casóle Monferrato)
jo r época para utilizar el Apistan es me­ corroe en pocos años todas las partes metá­
diados-finales de agosto y hasta mediados licas de la colmena, obligando al apicultor
de octubre. Se realiza el tratamiento sin la a un continuo y tedioso mantenimiento.
media alza, y hay que emprenderlo coinci­ Sus modalidades de uso son las siguien­
diendo con los cielos de eclosión que lie­ tes: en el agujero del alim entador se colo­
mos considerado, sin correr el riesgo de ca el dispensador de plástico en cuyo inte­
una recaída provocada por el continuo tra­ rior se coloca una esponjita sobre la que se
siego de las abejas. Por ello, las seis sema­ vierte una dosis de 30 cc de ácido fórmico.
nas indicadas pueden prolongarse hasta un Es aconsejable que los tratamientos (2/4 al
máximo de nueve, cuando el movimiento año) se realicen sin la media alza. Parece
de las abejas se haya reducido al mínimo com probado que la eficacia del producto
(noviembre). De hecho, suele ocurrir que no disminuye al coincidir con el período
a finales de octubre (incluso antes, en las de recolección y, sobre todo, que no conta­
zonas frías) el varroa concluya su ciclo re­ mina la miel por las emanaciones de áci­
productivo y, por ello, el Apistan pueda do. Por otro lado, el riesgo de daños a la
cumplir su función de manera efectiva. La nidada y a la reina es relativamente bajo;
única duda que suscita hoy en día este pro­ aun así, se trata de un producto que hay
ducto es la posibilidad de acabar con ce­ que utilizar con cautela.
pas de varroa de cierta resistencia. Ello se El ácido láctico es, entre los productos
debe, desgraciadamente, al mal uso que para com batir el varroa, el que menos
hacen de él apicultores de escasa com pe­ preocupa al hombre desde un punto de
tencia. Todavía no se han descrito casos de vista toxicológico, que lo ingiere habitual­
habituación, pero no hay duda que, en las mente consumiendo los derivados de la le­
estaciones de 1992 y 1993, los resultados che. También es un producto óptimo si se
obtenidos han sido menos brillantes de lo usa con pericia: a las abejas adultas no les
que fueron las estaciones anteriores. El crea problemas, pero puede perjudicar a la
problema deriva del hecho que productos nidada. Se diluye en agua destilada a una
como el Klartan, líquido y no en presenla- tem peratura de unos 30 °C en solución al
ción de un solo uso, que «en manos» de 15 % de ácido láctico y una dosis de 5 cm !
técnicos tienen una eficacia comprobada, de solución por cada cara del panal. El tra­
«en manos» de diletantes puede causar tamiento se efectúa rociando las abejas en
más daños que beneficios. los panales con un atomizador, tratando de
El ácido fórm ico es, sin duda, uno de humedecer lo menos posible a la nidada.
los nuevos productos que producen mejo­ Para lograr una disminución significativa
res resultados. Desgraciadamente, estos de varroa se calcula que, a finales de vera­
resultados conllevan ciertos problemas de­ no, se deberán haber aplicado cinco trata­
sagradables. Ante todo, la dificultad de su mientos con una semana de descanso en­
administración: de hecho, el ácido fórmico tre uno y otro.
debe evaporarse gradualmente en cantida­ El Perizin es un producto cuyo uso y
des de unos 10 cc al día, lo que puede no cuyas problemáticas son comunes con las
ser fácil, ya que exige condiciones de tem­ del Apitol. La mejor dosis es de 2 mi de
peratura constante pero nunca superiores a producto diluido en 50 mi de jarabe. El
los 30 °C; en caso contrario, el producto tratamiento se debe repetir por lo menos
podría dañar gravemente la nidada. El se­ dos veces, con una semana de descanso
gundo problema es que el ácido fórmico entre cada una.

126
La caída de los varroas obtenida con el uso de los productos sanitarios (foto CMA, Casóle Monferrato)

El Bayvarol es un producto análogo al Para la lucha contra el varroa existen otros


Apistan. Se utiliza con unas varillas de po- métodos y productos menos utilizados: en­
lietileno o de PVC, aplicando cuatro vari­ tre ellos, se encuentra la fenotiazina, un fu­
llas por colmena. migante que se utiliza como el Folbex, y el
El Apivar es un producto realizado a Varostan (quinometionalo), un producto
base de timol, mentol, eucalipto y alcan­ suministrable en spray o fumigación.
for. Se presenta en tablillas que se colocan Un buen coadyuvante en la lucha contra
sobre los panales, dos por colmena. La el varroa es el que se conoce corno lucha
pulverización de las tablillas libera el pro­ biomecánica. Se trata de un conjunto de in­
ducto (el timol es el principal, hasta el tervenciones que el apicultor puede llevar
punto de que algunos apicultores utilizan a cabo y que reducen el desarrollo de los
los cristales del timol), que actúa contra el ácaros. Hay quien sostiene que se le puede
varroa. El mayor problem a de este pro­ combatir empleando únicamente este sis­
ducto es que, si la tem peratura exterior es tema, pero lo cierto es que se ha demostra­
elevada, la pulverización se realiza más do que se trata de un método integrado que
rápidam ente y el olor intenso provoca que permite reducir al mínimo el uso de pro­
todas las abejas del colm enar tengan el ductos químicos. Veamos, en resumen,
mismo olor, lo que puede provocar el sa­ cuáles son las técnicas biomecánicas:
queo. Además, la caída de los ácaros, ya
de por sí no muy elevada, en torno al — retirada de la nidada masculina, en la
60 %, puede experim entar grandes varia­ que el varroa depone con mayor frui­
ciones si el uso de las tablillas no se hace ción (se elim ina siempre la nidada
de la manera correcta. masculina operculada);

127
— panal tram pa que obliga a la reina a — recam bio continuo de los panales vie­
deponer en un único panal, sobre el jos o deformes;
que se concentran casi todos los va- limpieza e higiene de las colmenas y
rroas maduros para la reproducción (el los utensilios;
panal trampa — aunque se pueden uli- — control de las reservas y, en caso nece­
lizar dos— se forma con un excluidor sario, alimentación complementaria;
de reinas vertical, o con jaulitas de red — eliminación de las colonias afectadas
que envuelven el panal); por enfermedades «sospechosas»;
interrupción de la nidada durante vein­ — visitas regulares, breves, en momentos
tiún días (enjaulando a la reina o susti­ concretos del día;
tuyéndola), de manera que nazcan to­ — control de las enfermedades y uso co­
das las abejas y los varroas y, a conti­ rrecto de los productos sanitarios.
nuación. podamos aplicar un trata­ Normalmente, hay algunos errores que
miento con productos específicos. los apicultores neófitos tienden a com eter
Si no poseemos la certeza del efecto de por exceso de celo, y que recordamos:
un producto, podemos combinarlo racio­ no hay que em prender curas preventi­
nalmente con otros: por ejemplo, en pri­ vas a base de sulfamidas y antibióti­
mavera, con poca nidada, se aplican uno o cos, en su intento de conjurar la apari­
dos tratamientos (según la gravedad de la ción de la enfermedad;
situación) con ácido láctico; durante las — al utilizar un producto médico-sanila-
recolecciones, antes de volver a instalar rio, hay que respetar siempre las ins­
las alzas después de haber extraído los trucciones y no repetir el tratamiento
productos, dos o tres tratamientos con áci­ por motivos de «seguridad», a no ser
do fórmico; en otoño, con poca nidada, de que indique lo contrario;
nuevo dos o tres tratamientos con ácido — no exagerar con la alimentación, pues­
láctico. Así, obtendremos la ventaja de no to que ello provocaría la saturación de
utilizar, durante un año, los productos más miel en los panales y su obstrucción,
comunes, como el Apistan, que quizá po­ impidiendo a la reina poner sus huevos
drían perder su eficacia. Al mismo tiem­ o haciéndolo en las alzas, con el consi­
po, podemos aplicar la lucha integrada. guiente perjuicio para la miel.
Estos errores típicos pueden producir,
com o consecuencia, ciertos problemas
que desembocan en enfermedades y que,
Consejos prácticos
por lo tanto, se deben evitar.
para la prevención y cura Un terna interesante es el de las cepas
de enfermedades resistentes a las enfermedades: se está tra­
tando de dilucidar, pero los resultados has­
Para acabar y resumir el estudio de las en­ ta hoy obtenidos son sólo parciales. Sin
fermedades y curas, podem os decir ante embargo, es cierto que algunas cepas son
todo que hay que practicar una apicultura más resistentes a ciertas enfermedades; así
racional y m oderna basada en plantea­ que cada cual deberá tratar de seleccionar
mientos rigurosos: en su propio colmenar las cepas que resis­
— colmenas modernas y racionales; ten mejor las condiciones de vida de la
— colonias fuertes; zona y cuáles reaccionan mejor a las even­
— sustitución frecuente de las reinas; tuales enfermedades.

128
Apéndice: nota sobre la legislación
apícola española

Legislación sanitaria por alguno de los métodos autorizados


y por ninguna causa serán abandona­
La legislación sanitaria referente a la dos;
producción apícola en España está repre­ las transgresiones y faltas al reglamen­
sentada en la Ley de Epizootias y está to serán penalizadas según la infrac­
com puesta por lina serie de medidas de ca­ ción cometida.
rácter general aplicables a todas las pro­ M edidas sanitarias de carácter especial,
ducciones pecuarias y unas m edidas de con referencia a loques de abejas, nose­
carácter especial aplicables específica­ miasis y acariasis:
mente a las enfermedades infectoconta- — la aparición de una de estas enferme­
giosas propias de las abejas. dades deberá notificarse y recibir una
En España se consideran principalm en­ visita sanitaria, quedando obligado, el
te a los loques, nosemiasis y acariasis, propietario, al tratamiento correspon­
com o las principales epizootias en las col­ diente o a la destrucción de los enjam­
menas. bres afectados así como de las abejas
M edidas sanitarias de carácter general: muertas;
— debe notificarse a la autoridad local la — se prohíbe mover o comerciar con las
presentación de una enfermedad de abejas o sus procedentes de colmena­
causa desconocida sospechosa de epi­ res infectados;
zootia que pueda afectar a varios ani­ — es necesario un documento acreditati­
males; vo de origen y estado sanitario de las
— se debe dar a conocer a la Autoridad abejas para su circulación comercial;
Municipal la presentación de cual­ — la importación de núcleos deberá auto­
quiera de las enferm edades epizoóti­ rizarse previamente por la Dirección
cas que se observen; General de Ganadería.
— se tomarán medidas para el aislam ien­ Cuando se aprobó el actual reglamento
to y control de los animales enfermos de epizootias no se conocía la varroasis en
o sospechosos; España; hoy está cerca de nuestras fronte­
— los animales muertos de enfermedades ras y se le puede aplicar la legislación vi­
infectocontagiosás serán destruidos gente para su control.

129
Asientos de colmenas en montes públi­ formando parte de ella. Existen algunas
cos: especificaciones importantes:
Es de interés principal para los apicultores — el propietario de un enjam bre podrá
que no poseen asientos propios; los puntos perseguirlo sobre un terreno ajeno in­
principales son: demnizando al poseedor por el daño
— cada Distrito Forestal incluirá las pro­ causado, si estuviera cercado necesita­
puestas de aprovechamiento apícola ría el consentim iento del dueño;
de los montes en su plan anual; — si el propietario cesa la persecución du­
las concesiones se darán por períodos rante dos días consecutivos, podrá el
máximos de diez años y se adjudicarán poseedor de la finca ocuparlo y rete­
por subasta pública; nerlo.
— será necesario utilizar colmenas movi- Las normas sobre instalación de colm e­
listas en grupos de hasta 50 y no supe­ nas, enjambres, exenciones, prohibiciones
rando cada grupo las 4 hectáreas; y penalizaciones varían en las diferentes
— no podrán cortarse árboles para el provincias y cada una posee una serie de
asiento de colmenas; ordenanzas que tienden a resolver los pro­
— los colmenares serán sometidos a la blemas a nivel local.
inspección del personal del Servicio Existen toda una serie de normas lega­
de Montes de modo obligatorio. les que afectan a todo lo concerniente a la
apicultura como la legislación sobre el uso
Propiedad de Jas colmenas: de insecticidas, legislación alim entaria de
Las colmenas se definen por la ley corno aplicación a la miel y otros, pero remiti­
bienes inmuebles cuando el propietario las mos a los lectores a los textos originales
haya colocado o las conserve con el pro­ de legislación por su com plejidad y espe-
pósito de mantenerlas unidas a la finca cialización.

130
Bibliografía

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A
Indice

Introducción .................................................................. ........................................................... 7


La a b e ja ........................................ .............. ............................................................................... 11
Clasificación ............................................ ......................................................................... 11
— C a b e z a .............................................................. ............................................................. 12
— T ó r a x ............................................................................................................................... 13
— A b d o m en ........................................................................................................................ 14
El huevo y la larva ............................................................................................................ 14
Las tres castas .................................................................................................................... 17
La reina ................................................................................................................................ 19
La o b re ra .............................................................................................................................. 22
El zá n g an o ......................................................... .................................................................. 28
La vida de la c o lm e n a ....................................................................................................... 29
El «lenguaje» de las abejas ................................................................... ......................... 34

La apicultura y el a p ic u lto r..................................................................................................... 39


La apicultura fijista y m ovilista ................................................ ..................................... 39
El colmenar: dónde, cóm o y cuándo in stalarlo ........................................................... 40
La colmena y sus ac ceso rio s........................................................................................... 41
El utillaje necesario del ap icu lto r................................................................................... 48
Desarrollo y organización de las co lm en as.................................................................. 56
— Situación ó p tim a .......................... ............................................................................... 57
— Situación de emergencia ............................................................................................ 58
— Situación in te rm e d ia ................................................................................................... 59
— Situación desesperada ................................................................................................. 59
— Qué podemos deducir en las primeras visitas prim averales ............................... 59
El período de enjambrazón: enjambres naturales y enjam bres artific ia le s........... 60
El período de recolección ................................................................................................ 68
La hibernación ................................................................................................................... 69
El diario del apicultor ...................................................................................................... 72

La miel ........................................................................................................................................ 77
Qué es la miel ..................................................................................................................... 77
Las fuentes de néctar ........................................................................................................ 78
, La recolección: cómo y cuándo ...................................................................................... 89

133
Tipos de miel y características específicas .................................................................. 90
— La m e la z a ....................................................................................................................... 92

Otros productos de la colm ena ............................................................................................. 93


La gelatina o jalea r e a l ...................................................................................................... 93
El polen ......... ...................................................................................................................... 98
Los propó leos...................................................................................................................... 99
La cera ................................................. ............................................... ............................... 100
El veneno ............................................................................................................................. 102

Los enemigos y las enfermedades de las abejas ................................................................ 105


El abejarruco ................................................................................................................. ..... 106
La polilla de la c e r a ........................................................................................................... 107
La Breada c o e c a ................................................................................................................. 108
Acariasis de la tráquea (Acarapis woodi) ..................................................................... 108
El s a q u e o .............................................................................................................................. 109
Hambre, frío y envenenam iento...................................................................................... 110
La nosemiasis (Nosema apis) ......................................................................................... 110
Loque europea .................................................................................................................... 111
Loque am erican a................................................................................................................ 113
El mal de m a y o ................................................................................................................... 115
Mal negro o mal del b o sq u e ................................................................................. ........... 116
La nidada petrificada ........................................................................................................ 116
La nidada en bolsa ............................................................................................................. 117
La amebiasis ................................................................................................................... . 118
La virosis ............................................................................................................................. 119
Las septicemias .................................................................................................................. 119
La varroasis (Varroa ja co b so n i)...................................................................................... 119
Consejos prácticos para la prevención yla cura de las enferm edades..................... 128

Apéndice: nota sobre la legislación apícola e sp a ñ o la ........................................................ 129


B ib liografía............................................................ ................................................................... 131

134
Curso de Apicultura
* ¿Dónde, cuándo y cómo instalar una colmena, la casa de sus abejas?

* Conozca las abejas a fondo: de las larvas al insecto adulto, las obreras,
la reina, los zánganos. ¿Cómo viven en una colmena? Aprenda algo del
lenguaje de las abejas: ¡aquí hallará su alfabeto, su diccionario esencial!

* Las abejas no sólo producen miel: aprenda a aprovechar su laborio­


sidad

* Las enfermedades de las abejas, cómo se manifiestan, cómo curarlas o,


mejor aún, cómo prevenirlas

* Las diferentes clases de miel, sus propiedades, su sabor...

En este curso tendrá la posibilidad de conocer las abejas en profundidad; halla­


rá todo lo que necesita saber para emprender apicultura moderna y rentable: los
utensilios, los conductos del enjambre, la recolección y conservación de los pro­
ductos de la colmena y la legislación sobre apicultura. Este libro le proporciona­
rá siempre consejos útiles ante cualquier problema que pueda surgirle.

Gianni R avazzi, nacido en Alessandria, s e interesó d esd e m uy ¡oven por la apicultura. Dirige una
explotación con técnicas experimentales, de óptimos resultados por la cantidad y la calidad de la
miel que produce. E s socio confundador de la LAMA (Asociación Libre Monferrina de Apicultores),
colabora en la revista Abejas y Flora y dirige un programa radiofónico sobre la materia. Entre 1991
y 1993 ha realizado cursos de apicultura organizados por la Comunidad del Piamonte. Es autor de
num erosas monografías sobre animales, publicadas por Editorial De Vecchi.

A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta


obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse
por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el
texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo
únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona
cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y
lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. - Barcelona

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