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LAS ABEJAS

Las abejas son vitales para la vida en la tierra. Sin embargo, estos polinizadores se
encuentran en peligro de extinción y muchas de sus especies están en grave declive.

Las abejas son insectos sociales y


colaboradores que viven en las colmenas
formando grandes colonias, lo que
ha proporcionado a las sociedades humanas
miel y cera de abeja desde hace miles de años.
Este uso comercial ha desarrollado la industria
de la apicultura, que se dedica a la cría de
abejas, aunque muchas especies siguen
viviendo en la naturaleza.
Con cerebros del tamaño de una semilla, las
abejas son insectos que llevan a cabo sorprendentes funciones interconectadas para mantener la
salud de su colmena. Dentro de lo que llamamos comúnmente abejas existen en realidad tres
castas: las abejas obreras, la abeja reina y los zánganos. 
El trabajo de una abeja viene determinado por su sexo. Las únicas que normalmente vemos son
las  abejas obreras. Una única colmena de abejas tiene aproximadamente de 30 000 a 80 000 y,
de ellas, casi todas son abejas obreras. Esto significa que son hembras más pequeñas que la
reina y que no pueden reproducirse.
(Relacionado: ¿Cómo saben las abejas cuál es su trabajo?)
Tan solo en algunos casos, las abejas obreras pondrán huevos no fecundados de los que nacen
zánganos de un tamaño mucho más pequeño que aquellos que nacen de los huevos que pone la
abeja reina.
Las abejas obreras viven una media de 105 días - y no salen de la colmena hasta los 21 días - , y
aunque puede parecer una vida muy corta, las abejas en realidad tienen una mayor longevidad
que otros insectos, y la duración de su vida depende de la función que desempeñen.

Además de las tareas limpiadoras, la abeja obrera pasa casi una semana cuidando y alimentando
a las larvas con jalea real, una secreción nutritiva que contiene proteínas, azúcares, lípidos y
vitaminas.
Las cereras construyen los paneles de cera, las almacenadoras reciben el alimento y lo colocan
en los panales, las guardianas vigilan que no entren abejas de otras colmenas ni avispas y las
ventiladoras generan una corriente de aire para airear y deshidratar el néctar. 
Entre todas, realizan la tarea completa de la producción de alimentos con el polen y el néctar de
las flores, construyen la colmena y la protegen, la limpian, hacen correr el aire batiendo sus alas y
realizan otras muchas tareas para la comunidad.
(Relacionado: Descubren que las abejas utilizan herramientas para rechazar los ataques de los
avispones)
LA ABEJA REINA Y LOS ZÁNGANOS

El trabajo de la abeja reina es sencillo: pone los huevos que constituirán la nueva generación de
abejas. Normalmente no hay más que una abeja reina en una colmena. Si muere, las obreras
crean una nueva abeja reina alimentando a una de las obreras con una dieta especial, la jalea
real.
Este elixir hace que la abeja obrera se desarrolle y se convierta en una reina fértil. Las reinas
también ponen orden en el trabajo de la colmena desarrollando productos químicos que guían el
comportamiento de las demás abejas.
(Relacionado: Graban a la abeja más grande del mundo)
Las abejas macho, o zánganos, no trabajan. Su función pasa por comer miel y aguardar la
oportunidad de aparearse. Cuando llega el momento de que la abeja reina se aparee, los
zánganos de otras colonias compiten para inseminarla.
En el aire, tratan de aparearse con ella y, si lo logran, caen al suelo en una muerte victoriosa. La
abeja reina se aparea con hasta 20 zánganos y almacena los espermatozoides durante el resto de
su vida.

¿OBRERA O ZÁNGANO?

La reina determina el sexo de las abejas cuando pone los huevos,


unos 1500 al día durante dos a cinco años. Por tanto, la abeja
reina posee la capacidad de decidir qué huevos se convertirán en
obreras y cuáles en zánganos.
(Relacionado: ¿Sabías que las abejas “pueden hablar”?)
Los zánganos son la tercera casta de las colmenas, y son machos.
En cada colmena viven cientos de zánganos durante la primavera
y el verano, pero son expulsados en invierno, cuando la colmena
adopta una forma de vida más austera.
Las abejas viven durante todo el invierno de la miel y el polen
almacenados, manteniéndose juntas para conservar el calor. Las
larvas también se alimentan en invierno de los productos
almacenados y, al llegar la primavera, vivirá un nuevo enjambre en
la colmena.

GRAVEMENTE AMENAZADAS
A pesar de la importancia vital de estos insectos por su función como polinizadores de una gran
mayoría de las especies que se encuentran en nuestro planeta y de nuestros cultivos, los estudios
demuestran una tendencia general descendente en la diversidad mundial de las abejas y suscita
preocupación por la situación de estas polinizadoras cruciales.
Las abejas halíctidas, por ejemplo, polinizan cultivos importantes como la alfalfa, los girasoles y
las cerezas. Aunque son menos conocidas, estas abejas salvajes complementan el trabajo de las
abejas melíferas en colmenas gestionadas.
"Aunque las abejas melíferas pueden ser polinizadoras eficientes de muchos cultivos, la
dependencia de una sola especie es muy arriesgada", afirma en este artículo de National
Geographic Eduardo Zattara, biólogo del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medio
Ambiente en Bariloche, Argentina.
De las 20 000 especies que existen, muchas polinizan el 85 por ciento de los cultivos y las frutas
en todo el mundo. Durante las últimas décadas, el número de especies de abejas documentadas
en estado silvestre ha descendido a nivel mundial: no hemos visto a un cuarto de las especies
desde la década de 1990. El auge agrícola a nivel mundial provocó una fuerte pérdida de hábitat
durante la segunda mitad del siglo pasado, mientras que el uso de plaguicidas afectó a muchas de
las plantas de las que dependen las abejas. Además, el aumento de las temperaturas debido al
cambio climático ha matado a muchas de las poblaciones, y ha expulsado a otras especies de
abejas de sus áreas de distribución. Otra de las causas del declive es la introducción de especies
no autóctonas para polinizar cultivos agrícolas específicos, lo que a menudo introduce también
patógenos que provocan pandemias entre estos insectos. 
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abeja/amp?amp_gsa=1&amp_js_v=a9&usqp=mq331AQKKAFQArABIIACAw%3D
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%2Fabeja
¿QUÉ PASARÍA SI LAS ABEJAS SE EXTINGUIERAN?

A pesar de su pequeño tamaño, el papel que desempeñan las abejas para el ciclo ambiental es
sumamente grande, siendo que de no ser por ellas, todo el ciclo ambiental se rompería. En esta
oportunidad vamos a hablar de la importancia que tienen las abejas en nuestro ecosistema y qué
pasaría si las abejas se extinguieran.
¿Por qué las abejas son tan importantes para la vida?

El papel que cumplen las abejas para la vida es


fundamental, ya que ellas son las principales
polinizadoras por excelencia. De no ser por la
polinización de las abejas, dejarían de existir las
plantas, y por lo tanto, no existiría alimento. Es por
esto que preocupa tanto lo que pasaría si se
extinguieran las abejas.
De acuerdo con datos de la Organización de Agricultura y Alimentación de Naciones,
aproximadamente las cien (100) tipos de especies de los cultivos que proveen el 90% del alimento
en todo el planeta; son polinizados gracias a las abejas.

Por eso es que las abejas son tan importantes para la vida. Lo que pasaría si se extinguieran
las abejas sería una crisis alimentaria, ya que sin ella no existiría el alimento que mantiene vivos
a las especies herbívoras quien a su vez mantienen vivas a las especies carnívoras y omnívoras.
De acuerdo con Albert Einstein, la vida sin las abejas sería un completo desastre, “El hombre solo
pudiera sobrevivir 4 años. Sin las abejas, no hay polinización, ni comida, ni animales, ni humanos”.

A pesar de que parece exagerado, es una realidad. Si estos insectos desaparecieran, es poco que
la humanidad y otras especies puedan afrontar la crisis de alimentaria que llegaría a suceder.

No podemos decir en cifras cuales serían los efectos de la extinción de las abejas, pero sin lugar a
dudas sería una situación bastante grave; ya que el número de las especies vegetales se vería
afectado, llegando incluso a desaparecer completamente.

Los ecosistemas se verían alterados, así como las producciones agrícolas las cuales tendrían que
pasar por una pérdida económica casi inevitable, debido al paro de su producción.

La desaparición de las abejas es real


Lo más temible de todo, es que el que las abejas
desaparezcan ya no es sólo un caso hipotético, es
una realidad desde 2012, cuando la población de
las abejas en Estados Unidos, desaparecieron en
un sesenta por ciento luego del invierno.

Las causas de la desaparición de estos insectos


son varias, desde el uso de insecticidas y cambio
climático, hasta la presencia de especies
invasoras. Lo cierto es que si queremos evitar la desaparición de esta importante especie, urge
cambiar todo el paradigma en cuanto el medio ambiente, en especial en la producción agrícola.

https://www.asgalanthus.org
que pasaria si las abejas se extinguieran
LA EXPLOTACIÓN DE LAS ABEJAS

Un gran número de abejas sufre de varias formas debido a la explotación por parte de los seres
humanos para producir miel1 y otros productos.

Muchas personas pueden pensar que las abejas no sufren. Sin embargo, las evidencias
disponibles indican que, como muchos otros invertebrados con sistema nervioso centralizado, sí
tienen la capacidad de sufrir y disfrutar.3 A pesar de esto, como ocurre en el caso de otros
animales, son utilizadas para beneficio humano de maneras que muchas personas desconocen.
Su explotación provoca el sufrimiento y la muerte de un gran número de abejas. Esto sucede
especialmente con la miel, que las abejas producen por la ingestión de polen que luego regurgitan
de manera repetida. Para tomar la miel de las abejas, estos animales son dañados de varias
formas, y muchos son matados.

Las abejas, al igual que muchos otros invertebrados, pueden sufrir


Hay quienes piensan que, aunque muchos animales sufren, no hay razones para pensar que los
invertebrados también lo hagan. Esta creencia es comprensible, ya que la mayoría no ha tenido la
oportunidad de saber mucho sobre estos animales. Sin embargo, cuando examinamos el tema, y
observamos la evidencia científica disponible encontramos que esta suposición difícilmente puede
ser correcta. Hay muchos invertebrados que claramente satisfacen todo requisito razonable para
ser conscientes, es decir, para tener experiencias y, por lo tanto, sufrir y disfrutar. Entre ellos se
encuentran animales como los pulpos.3 En el caso de otros invertebrados, podemos tener una
menor evidencia al respecto. Sin embargo, la evidencia sigue siendo suficiente para concluir que
sí son conscientes.

Esto es lo que sucede en el caso de las abejas. Estos animales tienen sistemas nerviosos que
incluyen un cerebro, al igual que otros insectos y artrópodos como los crustáceos. y otros
invertebrados. Además, estos animales muestran un comportamiento sorprendentemente
complejo. Se comunican entre sí con diferentes tipos de movimientos corporales (también
conocidos como bailes) para hacerles saber la posición de las flores, y dónde recoger el polen de
estas. También tienen una gran memoria que les permite recordar dónde se encuentran las flores
y la colmena. Las abejas son animales sociales capaces de aprender y manifiestan
comportamientos complejos. Las abejas incluso corrigen su curso de vuelo debido a la deriva del
viento cuando se dirigen a una nueva fuente de alimento indicada por otra abeja.4 Como
explicamos en nuestra sección sobre qué es relevante para ser tenido en consideración moral,
esto no es lo que debería importar para tenerles respeto. Lo importante es el hecho de que son
sintientes. Sin embargo, no podrían tener estas capacidades si no fueren capaces de tener
experiencias positivas y negativas. Por lo tanto, el hecho de que tengan estas capacidades nos
permite llegar a la conclusión de que son capaces de sufrir y disfrutar. Por supuesto, esto no
ocurre solo en el caso de las abejas. Estos animales son muy cercanos a otros invertebrados. Así
que, si llegamos a la conclusión de que son sintientes, conforme a las evidencias existentes,
tenemos razones de peso para concluir que muchos otros invertebrados también lo son. Esto es
muy importante porque la inmensa mayoría de los animales son invertebrados, y muchas
personas no los tienen en consideración. Es verdad que algunos (como las esponjas) no pueden
sufrir al no tener sistema nervioso, y otros (como las medusas) tampoco pueden sufrir porque
solamente tienen sistemas nerviosos radiales que no están centralizados (y es necesario un
sistema nervioso centralizado para ser capaz de sufrir). Pero hay muchos otros invertebrados que
sí tienen sistemas nerviosos centralizados, y que sufren.

Cómo se utilizan abejas para elaborar miel y otros productos


La miel es producida por las abejas mediante la ingestión de néctar, que luego regurgitan,
repitiendo este proceso varias veces. Durante el mismo su organismo añade enzimas al néctar.
Las abejas guardan la miel en los panales al regurgitarla en una celda. Esta es luego cubierta
totalmente con cera. Este proceso tiene lugar para que la miel pueda consumirse luego por las
abejas en el futuro. Doce abejas obreras tardan toda una vida en elaborar una sola cucharadita de
miel. Las abejas tienen que visitar más de dos millones de flores para crear medio kilo de miel.5

La explotación de las abejas se realiza especialmente para la extracción de miel, que se vende en
grandes cantidades. El uso de otros productos también supone la explotación de abejas, y
contribuye a que los daños que sufren, incluyendo la muerte, sean rentables económicamente.
Para extraer la miel con mayor facilidad, las colmenas a veces se calientan mientras está en las
estructuras donde se elaboró. Sin embargo, muchas abejas suelen ser transportadas con la miel,
pudiendo morir en el viaje. También mueren de otros modos. En las propias palabras de
especialistas en la explotación de abejas: “si no hay ventanas en la habitación se pueden utilizar
otros métodos, como una red eléctrica para deshacerse de las abejas perdidas”.6

Cuando se quita la miel a las abejas sin que sean matadas, estas son dejadas sin comida. Se da
agua con azúcar como sustituto a estas abejas. A veces se afirma que este alimento no es peor
que la miel para las abejas. Pero el azúcar no es un alimento tan adecuado para ellas, sufriendo
así desnutrición.

La miel no es el único producto obtenido con la explotación de abejas. Otros productos para cuya
producción son utilizadas son el veneno, el polen, la jalea real, el propóleo y la cera.7

Polen
El polen de abeja es el recolectado por estos animales en bolsas de las patas. Las abejas lo
recogen de las flores, y lo utilizan para alimentar a las crías. En apicultura se ponen dispositivos
en las entradas de las colmenas para atrapar parte de este polen, que luego se vende como
alimento humano (aunque puede ser alergénico).8 De esta manera las abejas siguen pudiendo
alimentar a sus crías, pero tienen que trabajar mucho más para hacerlo, al tener menos alimento.
El uso de polen recolectado por seres humanos no se ha hecho popular porque estos no han
desarrollado un método de recolección tan variado como el de las abejas. En teoría podría
hacerse, pero es improbable mientras se usen abejas por comodidad.9

Veneno de abeja
El veneno de abeja se obtiene cuando la abeja pica a alguien o algo. Ahora se utiliza con fines
médicos. La abeja normalmente muere si pica a alguien. Por lo tanto, el método de obtener de
veneno de abeja supone la muerte de un gran número de abejas. Hoy en día existen métodos
más avanzados que solo matan a un número reducido de abejas, pero sigue habiendo víctimas.
Se utilizan aparatos recolectores de veneno para esto, colocados en la entrada de la colmena.
Cuando las abejas llegan a ella, estos dispositivos administran impulsos eléctricos a las abejas
para estimularlas a picar una hoja colectora, de la que luego se obtiene el veneno.
Cera de abeja
La cera de abejas es una secreción de las glándulas en la parte inferior del abdomen de las
abejas, que luego mastican. La producción de cera es muy exigente para las abejas. Para producir
una cierta cantidad de cera, una abeja necesita consumir al menos ocho veces más miel. Sin
embargo, la necesitan porque la usan para construir las colmenas. También la usan para arreglar
agujeros grandes que pueden abrirse en la colmena.

Se les quita para producir velas y cosméticos, además de algunos productos alimenticios y
farmacéuticos. Una vez más, esto supone que las abejas tengan que trabajar para producir más
cera, compensando la que se les quita.10

Propóleo
El propóleo es una sustancia que utilizan las abejas para construir la colmena como pegamento
para cubrir pequeños agujeros en la misma. También se utiliza por sus propiedades antisépticas.
Les ayuda a mantener las infecciones micóticas fuera de la colmena. También se utiliza para
aislar las partes de la colmena que amenazan su salud (como puede suceder si un animal
demasiado grande entra en la colmena, y muere allí). A diferencia de la cera, el propóleo no es
producido por las propias abejas. En realidad es una mezcla de resina, que recogen las abejas de
las yemas de los árboles y otras partes de las plantas. Se usa por seres humanos para fines
medicinales y otros, como la producción de cosméticos y barnices especiales.11 De nuevo, la
extracción supone que las abejas tengan que ir a recoger más para la colmena para mantener a
salvo a la colmena.

Jalea real
La jalea real es el alimento especial que necesita la reina, producido por las abejas para su
desarrollo. No es una forma de miel, sino más bien es una sustancia secretada por la glándula
hipofaríngea de las abejas (para ser más exactos, por las jóvenes trabajadoras llamadas
“nodrizas”). Se da a la reina, y también a las larvas cuando tienen menos de tres días de edad.
Después de eso, las abejas pueden seleccionar algunas larvas para convertirse en nuevas reinas
si es necesario (por ejemplo, si la reina vieja ha muerto o se está debilitando). Las larvas
seleccionadas para convertirse en nuevas reinas son alimentadas con jalea real, mientras que el
resto de las larvas son alimentadas con otros productos. La jalea real desencadena una serie de
cambios en el organismo de las larvas que llevan a que se sea una reina. La jalea real se utiliza
como suplemento alimenticio o como medicamento (a pesar de que algunas personas son muy
alérgicas a la misma, y pueden tener reacciones graves si la consumen). Se obtiene de las células
donde se mantiene a las larvas que serán reinas, lo que significa que las abejas nodrizas tendrán
que hacer un esfuerzo mucho mayor para criarlas.

Cría de abeja
Por último, otro producto llamado “cría de abeja” se elabora con el propio cuerpo de las abejas
cuando son jóvenes.12 “Cría” es una palabra utilizada de manera general para denominar a las
diferentes etapas tempranas en el desarrollo de las abejas, incluyendo los huevos, las larvas y las
pupas. Aunque esto pueda parecer sorprendente, se comen. Se almacenan y se consumen
“frescas” y en “polvo”. Las larvas de abeja se pueden preparar de diversas maneras, incluyendo
fritas o hervidas.
Las abejas son excelentes polinizadores

Para la reproducción vegetal se necesita el traslado del polen desde las anteras, o partes
masculinas de una flor, hasta los estigmas, o sea, sus partes femeninas, ya sea de la misma
planta o de otras plantas que se encuentren a cierta distancia las unas de las otras.

La polinización es fundamental para que las plantas en flor produzcan cualquier tipo de semilla y
de frutas. El intercambio de polen entre las flores, tiene el objetivo de la reproducción, es un
proceso fundamental para el mantenimiento de la vida sobre la tierra.

Las abejas melíferas son insectos polinizadores altamente eficaces:

tienen el cuerpo cubierto de pelos que recogen fácilmente miles de gránulos de polen cuando se
mueven al interno de las flores;

• visitan solamente una especie de flor durante cada uno de sus viajes;

• cada abeja recoge la cantidad suficiente de polen para su propio alimento y también para las
necesidades de la colonia. En una sola jornada una abeja puede visitar miles de flores de una
misma especie, recogiendo el néctar y el polen y esparciendo interminablemente los gránulos de
polen por todas las flores.

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