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Entre 336 y 323 a. C., Alejandro Magno, rey de Macedonia, construyó un imperio que reunió, por primera vez, a las
civilizaciones más importantes del mundo antiguo. A través de una serie de campañas militares, conquistó el mundo
griego, Egipto, las ciudades fenicias del Levante, Babilonia y la meseta de Asia Central hasta el río Indo.
Durante su reinado, Alejandro permitió que los pueblos conquistados mantuvieran sus dioses, su cultura y sus
tradiciones; pero, a su vez, puso en marcha una política para intentar fusionarlos. Incorporó soldados y oficiales persas a
sus ejércitos y fomentó el casamiento entre miembros de la nobleza macedonia con las elites locales de las diferentes
regiones.
En el año 323 a. C., Alejandro enfermó gravemente y murió a los pocos días, sin dejar una línea sucesoria definida y
con gran imperio sin organizar. Luego de su muerte, los generales macedonios, egipcios y persas que habían
conformado su núcleo de colaboradores más cercanos se enfrentaron por la sucesión y, en consecuencia, el imperio
comenzó a desintegrarse.
Tras la muerte de Alejandro Magno, surgió el problema de la sucesión del trono y la dificultad de organizar,
administrar e integrar un imperio tan grande.
Al principio, los diádocos (generales macedonios) y el ejército apoyaron la designación conjunta de Alejandro IV (el
hijo recién nacido de Alejandro Magno) y Filipo III (el medio hermano de Alejandro Magno, que padecía limitaciones
mentales), bajo la regencia de colaboradores cercanos al grupo familiar.
Sin embargo, en los hechos, este grupo no tenía poder real y, con el tiempo, las aspiraciones personales de muchos de
los diádocos llevaron en una guerra interna por el poder imperial.
Hacia 281 a. C., la unidad interna se había desintegrado y, en su lugar, se fundaron varios Estados independientes:
Macedonia, que controlaba también parte de las ciudades griegas y fue donde se estableció la dinastía
antigónida.
Egipto, con capital en Alejandría, bajo la dinastía ptolemaica.
Imperio seléucida, que integró los territorios del Levante, Mesopotamia y América Central, con capital en
Antioquía.
Además, se crearon otros reinos de menor tamaño, como Pérgamo en Anatolia, Armenia y Capadocia.
En los reinos helenísticos, no había reglas de sucesión precisas y el poder se alcanzaba a través de la fuerza y la
imposición personal. Por eso, fueron muy frecuentes los conflictos entre los diversos aspirantes al trono y durante todo
el periodo las fronteras fueron cambiando.
Cuando la república romana comenzó su expansión territorial hacia el oriente, se encontró con reinos helenísticos
debilitados por las disputas internas y la guerra continua entre estados vecinos.
Cultura helenística
Durante el reinado de Alejandro Magno, se difundió la cultura griega que, a su vez, se vio influenciada por las culturas
de las diversas civilizaciones integradas al imperio. Se produjo una fusión de elementos occidentales y orientales que
llevó a la aparición de una nueva cultura híbrida, llamada helenismo o cultura helenística.
Los rasgos característicos de la cultura helenística fueron:
Para las tres grandes filosofías de ese periodo (el estoicismo, epicureísmo y escepticismo), aun en desacuerdo con
varios postulados, muestran un acuerdo fundamental en sus conclusiones prácticas: 1
Cambia el concepto de «hombre». Aristóteles hablaba de un «animal cívico», porque solo la pólis era
autosuficiente y solo en ella podía realizarse plenamente. Hundida la pólis, el ser humano es entendido más bien
como «animal social», cuyo marco de referencia es la naturaleza y la humanidad, reclamando para sí la
autosuficiencia y autonomía que antes se reconocía a la ciudad.
Por la inestabilidad de la época, la seguridad personal y la felicidad individual se convierten en las grandes
aspiraciones del momento.
Se busca la seguridad tomando como referencia las leyes inalterables de la Naturaleza, del Cosmos. Se elabora
una nueva Física y una nueva Ética de carácter naturalista y cosmopolita.
Las filosofías estoica y epicúrea de la época sistematizan buena parte de sus doctrinas, pero quedan
subordinadas a los fines prácticos de la existencia: «sabio» no es solo el que sabe sino «el que sabe vivir».
La filosofía ahora se concibe como un saber unitario, dividido en lógica, física y ética, pero con una finalidad
fundamentalmente moral. La especulación abstracta carece de valor.
En esta época florecen numerosas escuelas. Hay muchas influencias mutuas pero también muchas polémicas.
Eso explica el eclecticismo que vendrá a continuación.
Sincretismo religioso. La religión helenística era sincrética, es decir, mezclaba y hacía convivir el panteón
clásico griego con dioses y deidades provenientes de oriente, como Tique, Serapis, Isis o Cibeles.
Fomento de las ciencias. Los diferentes reinos, especialmente el Egipto de la dinastía ptolemaica, fomentaron a
través del mecenazgo el estudio y el desarrollo de diferentes ciencias. De esta época datan el matemático y
geógrafo Eratóstenes (estableció los principios de la cartografía científica y calculó la circunferencia de la
tierra), el físico Ctesibio (fue pionero de los estudios de balística), los médicos Herófilo y Erasístrato
(descubrieron elementos fundamentales de la anatomía y los sistemas nervioso, óptico y reproductivo).
Literatura. Se profundizó la erudición literaria, el estudio crítico de la lengua y la literatura griegas. De este
periodo datan los trabajos de Calímaco, Zenódoto y Aristarco, que prepararon los textos canónicos de Homero y
de otros poetas, que siguieron siendo estudiados por siglos.
Artes plásticas. El estilo helenístico refleja la combinación de lo antiguo y lo nuevo. Su principal característica
es la variedad y la experimentación. Los escultores helenísticos perfeccionaron la figura humana idealizada del
periodo griego clásico, pero además produjeron imágenes realistas de individuos de toda edad, género y
categoría social. Existe un interés profundo por el individuo como sujeto especial y único. Se destaca de este
periodo la producción de miles de figurillas de terracota, con un trabajo y un material que las hacían accesibles
a gran parte de la población.
Nuevas capitales culturales. La dinastía ptolemaica de Egipto se empeñó en hacer de Alejandría el centro
cultural del mundo griego. Los diferentes gobernantes y su corte ofrecieron su mecenazgo a los intelectuales,
fomentaron el arte y fundaron instituciones culturales. Entre ellas, se creó un centro de investigación cultural
llamado Museo (porque estaba dedicado a las nueve musas, patronas divinas del arte) y una gran biblioteca, con
la aspiración de poseer copias de todos los libros escritos en griego. Se cree que la biblioteca de Alejandría llegó
a albergar 700.000 rollos de papiro. Otras ciudades importantes por sus instituciones culturales fueron Atenas,
Antioquía y Rodas.
El período helenístico surge debido a la decadencia de las polis griegas, ciudades-estado de la Antigua Grecia
(Atenas, Esparta, Corinto, etc.)
Alejandro tenía como objetivo construir una potencia universal que integrara a griegos y bárbaros (extranjeros),
en el que las diversas creencias y culturas de occidente y oriente se fundiesen conformando una unidad.
expandido las ideas y la cultura griegas por los territorios conquistados, dando lugar a lo que se conoce como
"Helenismo".
Durante el período helenístico la importancia del territorio actual de Grecia dentro del mundo de habla griega
declina rápidamente. Los grandes centros de la cultura helenística fueron Alejandría y Antioquía, las capitales del
Egipto ptolemaico y de la Siria seléucida respectivamente.
En cuanto a la Filosofía, durante el periodo helenístico va a tomar una dirección más práctica y menos
especulativa o teórica. El filósofo ya no es el que principalmente ama el saber y se dedica a la vida teórica (así fue
como Aristóteles concibió el ideal del sabio), sino sobre todo el que sabe vivir, es decir, aquel cuyo saber está
dirigido a la vida buena=feliz; además, se afirma que la felicidad (objetivo final de la sabiduría) puede alcanzarse
individualmente y ser
una especie de autosuficiencia personal.
La filosofía, pues, adopta un tono moralizante; y la moral se tiñe de individualismo. Las escuelas filosóficas más
importantes de esta época son: estoicos, epicúreos y escépticos.
Características.
1. Abarca desde la muerte de Alejandro Magno (323 a.C.) hasta la invasión de Macedonia por los
romanos (148 a.C.).
2. Grecia y en especial Atenas pierde su hegemonía comercial, política y en menor medida la cultural.
3. Grecia pierde la libertad convirtiéndose en una provincia romana.
4. A las ciudades-Estado suceden las monarquías helenísticas. Hay una situación continua de
inestabilidad política y se acentúan las diferencias entre clases sociales.
5. La seguridad personal y la felicidad individual se convierten en las grandes aspiraciones del momento
6. Se elabora una nueva Física y una nueva Ética de carácter naturalista y cosmopolita.
7. En esta época florecen numerosas escuelas.
8. Etc.
Platonismo
filosófica desarrollada por los seguidores de Platón a partir del siglo I a. C. que llegó a ser el movimiento
intelectual dominante en los primeros siglos de nuestra era, favorecido por la influencia poderosa que
ejerció sobre el cristianismo y judaísmo.
El concepto central de este grupo fue el Mundo de las ideas. En el siglo III a. C., Arcesilao adopta
el escepticismo, que se hizo un principio central de la escuela hasta el 90 a. C, cuando Antíoco de
Ascalón añadió elementos del estoicismo y rechazó el escepticismo y el pensamiento platónico y
Aristotélico.
El platonismo ha influido en sectores del pensamiento religioso, de forma que se llega a creer que ciertos
ritos, pensamientos y doctrinas están basados en él. Así, por ejemplo, San Agustín creía que mediante
Platón se podía articular teológicamente la fe cristiana, como había intentado Filón de Alejandría con el
judaísmo. Con la adopción del misticismo oriental en el siglo iii, el platonismo se convirtió
a neoplatonismo. Mucho después, en el Renacimiento resurgió como movimiento en reacción contra el
aristotelismo escolástico que imperó a fines de la Edad Media, sobre todo en la Academia Platónica
de Florencia (siglo XV).
Peripatetismo
La escuela peripatética fue un círculo filosófico de la Grecia antigua. Básicamente, seguía las enseñanzas
de Aristóteles, su fundador, y peripatético es el nombre dado a sus seguidores. El nombre de la escuela
procede de la palabra griega περιπατητικός que significa 'ambulante' o 'itinerante'. Aristóteles fundó la
escuela peripatética en 335 a. C. cuando abrió su primera escuela filosófica en el Liceo en Atenas. Esto
puede proceder, o bien por los portales cubiertos del Liceo conocidos como perípatoi, o bien por los
enramados elevados bajo los que caminaba Aristóteles mientras leía.
El más afamado miembro de la escuela peripatética después de Aristóteles fue Estratón de Lampsaco,
quien incrementó los elementos naturales de la filosofía de Aristóteles y abrazó una forma de ateísmo.
Ellos abogaron por el examen del mundo para entender la fundación última de las cosas.
El cinismo
Antístenes fue el fundador del cinismo o, por lo menos, de sus aspectos principales. No obstante, le tocó a
Diógenes de Sinope la fortuna de convertirse en principal exponente y casi en símbolo de este movimiento.
El programa de nuestro filósofo se expresa por completo la célebre frase «busco al hombre», busco al hombre
que, más allá de todas las exterioridades, de todas las convenciones sociales, y más allá de los caprichos de la
suerte y de la fortuna, sabe encontrar su genuina naturaleza, sabe vivir conforme a ella y, así, sabe ser feliz.
También en este contexto hay que interpretar sus conclusiones extremistas, que lo llevaban a proclamar que las
necesidades verdaderamente esenciales del hombre son aquellas de tipo elemental que provienen de su
animalidad: vivir sin metas, sin necesidad de casa ni de vivienda fija y sin las comodidades que brinda el
progreso.
Epicuro y la fundación del jardín
Escuela creada por Epicuro (341-270 a.C.) que duró hasta el siglo IV de nuestra era. El objetivo fundamental de la
escuela es la ordenación de la conducta humana con vistas a alcanzar la felicidad.
Para los epicúreos, la felicidad consiste en la búsqueda del placer (hedonismo), pero sabiamente (racionalmente)
administrado. Para gozar del placer, se requiere un estado de tranquilidad de ánimo (ataraxia), que se consigue
cuando se han eliminado los falsos temores que atormentan a la mayoría de los humanos: el temor a los dioses, el
miedo a la muerte y el dolor físico.
Epicuro se esforzó en demostrar que estos temores carecían de fundamento. Disipados los falsos temores, el
hombre alcanza la ataraxia y se encuentra en condiciones de gozar del placer. Dentro del placer, el epicureísmo
distingue entre el placer de los sentidos y el placer espiritual o racional. Únicamente este último puede darnos una
auténtica y duradera felicidad.
En el campo de la Ética defendieron el vivir de acuerdo con las leyes de la Naturaleza, aceptando racionalmente el
orden natural de las cosas. El sabio estoico debe permanecer imperturbable ante el destino y la desgracia,
dominando las pasiones, en una actitud de apatía. Este es el camino que, según los estoicos, conduce a la felicidad
practicando la virtud.
En el campo político defendieron el cosmopolitismo: todos los hombres son iguales porque todos participan del
Logos productor del Universo, luego todos deben vivir en una misma sociedad de carácter mundial. El estoico se
considera un ciudadano del mundo.
Escepticismo
Escuela fundada por PIRRÓN DE ELIS (360-270 a.C.), y por ello llamada también pirronismo.
Según Pirrón todos nuestros sentidos están sujetos a errores constantes, y para evitar caer en ellos lo mejor es
dudar siempre de todo y no adherirse a ninguna opinión por muy verosímil que parezca. De este modo, nuestro
espíritu alcanzará la imperturbabilidad o tranquilidad (ataraxia) necesaria para ser feliz. Debemos practicar la
aphasia, no decir nada, pues todo lo que digamos perturba el ánimo, y la epojé , suspender todo juicio sobre las
cosas: puesto que nada sabemos con certeza sobre el mundo, todo debe dejarnos en absoluta indiferencia. Ésta
sería la intención moral del pirronismo.
Eclecticismo
A partir del siglo n a.C. se hace cada vez más fuerte la tendencia hacía el eclecticismo, hasta convertirse en
predominante durante el siglo I a.C. e incluso más tarde. La palabra «eclecticismo» procede del griego ek-le-gein,
que significa elegir y reunir, tomando de diversas partes. El eclecticismo, pues, se proponía reunir en un conjunto
lo mejor o lo que se creía que era lo mejor de las diversas escuelas. Todas las escuelas se vieron contagiadas por
el eclecticismo.
Las causas que produjeron este fenómeno eran numerosas: el agotamiento de la carga vital de las diferentes
escuelas; la polarización unilateral de su problemática; la erosión que el escepticismo había provocado en
muchas barreras teóricas; el probabilismo difundido por la Academia, el influjo del espíritu práctico de los
romanos y el valor concedido al sentido común.
El neoplatonismo
En el siglo I de nuestra era cuando comienzas la cristianización del imperio Romano. Como consecuencia de ello,
se produce una creación y recuperación de la filosofía clásica, en la doctrina platónica, llevada al campo de la
religión. Dentro de esta corriente neoplatónica podemos distinguir el neoplatonismo hebreo y el greco-latino.
El neoplatonismo hebreo: Filón de Alejandría (13 a.C. al 54 d. C). es el representante principal de este
neoplatonismo. Compuso muchas obras: comentarios del pentateuco, tratados de filosofía, etc. En todas ellas se
manifiesta como verdadero judío. Su mérito y novedad es la fusión y la mezcla que hace de la filosofía griega,
sobre todo la platónica, con la teología mosaica o judía, creando así una filosofía judía. Llega a Dios a partir de la
intuición inmediata y un conocimiento casi apriorístico, y desde el ser de Dios desciende al mundo , que no es
creado a partir de la materia, que es eterna y principio de toda imperfección y limitación. Como señor supremo del
mundo y la materia, Dios interviene y actúa de alguna manera en estos, a través de seres intermedios o
instrumentos, como las ideas, fuerzas vivas, espíritus vivientes.
El final de la filosofía antigua pagana está señalado por una fechar oficial: el 529 d.C., año
en el que Justiniano prohibió a los paganos todo cargo público y, por lo tanto, dirigir
escuelas y enseñar.
Prohibimos que enseñen ninguna doctrina aquellos que se encuentran afectados por la locura de los
impíos paganos. Por eso, que ningún pagano finja instruir a aquellos que por desgracia los
frecuentan, ya que en realidad no hacen otra cosa que corromper las almas de los discípulos. Además,
que no reciba subvenciones públicas, porque no posee ningún derecho procedente de escrituras
divinas o de edictos estatales para obtener licencia en cosas de esta clase. Si alguien, aquí (en
Constantinopla) o en las provincias, es hallado culpable de este delito y no se apresura a volver al
seno de nuestra santa Iglesia, junto con su familia, es decir, junto a su mujer y sus hijos, sobre él
caerán las sanciones susodichas, sus propiedades quedarán confiscadas y ellos mismos habrán de
marchar al exilio.
Tal debía suceder, y sucedió efectivamente, durante el período socrático, cuya historia
acabamos de bosquejar, pero principalmente cuando hubo dado a luz sus sistemas más
originales e importantes, o cuando hubo terminado su ciclo creador. Al lado y en pos de los
sistemas dogmáticos y más o menos contradictorios de Platón, de Antístenes, de Aristipo,
de Aristóteles, de los estoicos y de Epicuro, aparecen el escepticismo y el eclectismo,
presentando a su vez variedad de escuelas, fases y gradaciones, en relación con sus
fundadores y principales representantes, con el carácter de los dogmatismos que motivaron
su origen, y hasta con las ciudades que sirvieron de centro de irradiación para su doctrina.
Ni Atenas, ni Roma, por ejemplo, presentaban condiciones tan favorables como Alejandría
para el movimiento ecléctico y sincretista, que tuvo su asiento y foco principal en la ciudad
de Alejandro y de los Tolomeos.