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Unidad 1- Reto 2, Diagnosticando el Contexto Glocal

Leonardo Fabio Araujo Maestre


Neyda Rosario Flórez
Liliana Manzano
Eyder Orlando Martínez Zuleta
Curso 522008, Diseño de Ambiente de Aprendizaje
Grupo: 522008_1

Tutor:
Juan Alexander Triviño Quiceño

Universidad Nacional Abierta y a Distancia -UNAD


Escuela de Ciencias de la Educación - ECEDU
Programa de Maestría en Educación
Colombia
2021
Diagnóstico del Contexto Educativo Actual
Se entiende que un diagnóstico educativo se percibe como un conjunto de acciones
que pretenden identificar las características del desarrollo de un proceso educativo
considerando la complejidad y cubriendo los aspectos globales de su ejecución, de tal
manera que brinde la información necesaria para que los docentes y miembros de una
comunidad educativa logren proponer estrategias que conlleven al mejoramiento continuo
de los dinámicas instruccionales y ofrecer una formación de calidad y congruente con las
nuevas exigencias sociales, tecnológicas y culturales que demanda la actual sociedad del
siglo XXI.
Partiendo de lo anteriormente expuesto, el presente diagnóstico se plantea a partir de
las siguientes aspectos (Relación entre sociedad del conocimiento y educación, importancia
de los contextos Glocales en la educación, la glocalización y nuevos ambientes de
aprendizaje y entornos y / o personalización del aprendizaje), permitiendo relacionar la
realidad educativa, orientando de mejor manera la práctica docentes a través del diseño de
ambientes de aprendizaje Glocales.

Relación entre Sociedad del Conocimiento y Educación


La educación siempre ha estado ligada al desarrollo de la humanidad, la transmisión
de saberes, costumbres y creencias, hacen parte de las historia del ser humano. Si bien, al
principio solo se trataba de un ejercicio intelectual empírico, en donde solo un grupo de
personas podía acceder a una adecuada educación en ciencias, política, artes, la misma
evolución social exigió una forma diferente de educar y masificar los procesos educativos,
esto trajo consigo la profesionalización y cientifización de la educación.
La actualidad presenta un nuevo escenario y una nueva sociedad inmersa en un
cúmulo de información, la cual se puede acceder de forma casi instantánea gracias a los
nuevos desarrollos tecnológicos en comunicaciones digitales (Ayuste, A., Gros, B.,
Valdivieso, S., & García, L., 2012). No obstante, la información por sí sola no representa
gran valor, y solo cuando esta es convertida en conocimiento, es que juega un papel
preponderante.
La sociedad del conocimiento se presenta propicia para que exista una integración
de diversos medios, que permitan converger en ellos diversas doctrinas, culturas y saberes.
No obstante, esto demanda que sus participantes adquieran nuevas competencias,
permitiendo una interacción participativa y propositiva, reconociendo diferencias que les
permita aprender con y para los demás. (ibidem).
Atendiendo a las palabras de (Vallejos, R. M., y Prados, M. Á. H., 2012), “La
sociedad del conocimiento está emergiendo como el escenario de la educación del futuro
para nuevas oportunidades de aprendizaje” (p. 87). Sin embargo, al mismo tiempo que
existen palabras que apoyan nuevas pedagogías apoyadas y mediadas en TIC, por cuanto se
presentan como flexibles y eficaces, también existen detractores, que mencionan la
incapacidad de una formación personal a través de estos modelos. Debe comprenderse que
las TIC son sólo los medios por los cuales se pueden mejorar los procesos educativos, y no
constituyen en ningún momento el fin de la educación, en la misma medida la sociedad del
conocimiento es solo una nueva fase en la evolución de la sociedad y no debe entenderse
como algo finalizado, la evolución no se detiene.
De lo anterior, se puede afirmar que la educación se encuentra en un proceso de
transformación y adaptación a las necesidades de la actual sociedad del conocimiento,
influida por la globalización y los avances tecnológicos que representan un sin número de
situaciones que pueden ser vistas de forma positiva o negativa, lo cual depende en esencia
de las instituciones y su capacidad para adaptarse a los cambios, para acoplar los
conocimientos y saberes a las necesidades del contexto, y para innovar e integrar nuevas
estrategias y metodologías mediadas por las TIC, al proceso de enseñanza aprendizaje, en
esencia se puede afirmar que la sociedad actual del conocimiento está estrechamente
relacionada con los procesos educativos, ya que de estos depende el nivel de desarrollo,
habilidades, competencias y capacidades que serán apropiados por los individuos para
desarrollarse en los entornos requeridos por esta sociedad, por lo cual se hace necesario que
se desarrollen procesos de investigación de contexto para adaptación de currículo,
mediando así en el desajuste entre lo que se quiere enseñar y lo que se necesita aprender,
también gestionar la educación desde las habilidades del ser para avanzar en la educación
integral, con habilidades de adaptabilidad, inclusiva, crítica y participativa en los procesos
de transformación de las situaciones sociales.
En esta medida los procesos educativos, si bien deben preocuparse de los medios
técnicos y de la gestión del conocimiento, no se puede olvidar que el centro del proceso es
la persona, y como tal, debe procurar el desarrollo integral de ésta, y su adecuada
integración en un mundo globalizado y cada vez más competitivo.

Importancia de los Contextos Glocales en la Educación

La cooperación activa con la que paulatinamente ha participado la productividad


mundial en los diferentes escenarios del comercio internacional es el principal y más claro
referente de la globalización, la cual se ha convertido en una tendencia aceleradamente más
cambiante y competitiva, y que actualmente está agitando la apertura y la dependencia de
todos los países mediante tratados comerciales bilaterales tanto entre naciones como con
organismos multilaterales.
Robertson, R. (1997) enfatiza sobre el significado del término de glocalización,
manifestando que este se debe, especialmente, a lo que se establece como la extenuación
más compleja, con relación de la utilización del pensamiento que se tiene de globalización.
Es decir, particularmente, se ha intentado trascender más allá de las tendencias y tomar la
concepción de globalización como antepuesta a la de localización. En su lugar, se tiene que
la globalización es la interpretación del mundo en el sentido más holístico posible y que
esta implica progresivamente el surgimiento y el consenso de las localidades, lo que
implica, conformar extensamente la percepción del mundo como un todo.
Para el autor, es preferible reemplazar el concepto del término globalización, por el
de glocalización, ya que este último brinda la ventaja de atender los aspectos de espacio y
tiempo, permitiendo una interpretación del mundo moderno tanto en el contexto espacial,
como lo temporal, histórico y geográfico (p. 21).
Dentro de este marco, se considera que el ímpetu de la globalización está relevando
al nacionalismo financiero, político, energético, comercial y hasta el educativo, lo cual
impone el exigente reto de estar a la altura de las grandes potencias y asumir un papel
altamente competitivo frente a las diversas tendencias mundiales, obligando a las
comunidades a conocer, comprender y adaptarse a las vertiginosas y versátiles realidades
globales, es por todo esto, que las políticas educativas, las instituciones y las mismas
prácticas pedagógicas deben ser direccionadas hacia la reconstrucción de nuevos paradigma
formativos, basados en una perspectiva más holística, que implique la relación de lo local
con lo global; es decir, comprender las dinámicas y acontecimientos internacionales
fundamentados y enfocados en las particularidades locales.
Palacios, W; Prada, G. y Laguado, R. (2017) relacionan el término con lo global y lo
local, haciendo referencia a cómo los escenarios en los que acontecen variadas
interconexiones permiten comprender cómo las dinámicas globales se localizan. Dicho en
otras palabras, los sucesos acaecidos a nivel mundial terminan incidiendo en acciones o con
consecuencias a nivel local.
Para entender un poco más el término Glocalización, y teniendo claro que se puede
relacionar directamente con la combinación entre lo global y lo local; pero yendo un poco
más a las acciones reales, se podría hacer una analogía con la estrategia usadas por las
grandes multinacionales que crean sus productos o servicios a nivel mundial para satisfacer
necesidades locales, según las especificaciones de cada contexto. Otro ejemplo y
aprovechando lo que está viviendo actualmente el mundo a raíz de la pandemia producida
por el virus del Covid 19, es decir, como un virus invisible a simple vista originado en un
lugar tan apartado como Wuhan, China (local) ha logrado llegar a todos los rincones del
mundo (global) afectando a millones de personas en las diferentes localidades.
Salazar, N. (2005) por su parte, argumenta que, en sí, glocalización “va en contra de
la tendencia de percibir la globalización como si sólo se tratara de procesos macro
sociológicos a gran escala, descuidando la forma en la cual la globalización se localiza”. (p.
137), ósea, la globalización surge en un contexto determinado, mientras tanto,
simultáneamente lo local es originado en los escenarios de la globalización. Entendido de
esa manera, lo local involucra una porción de lo global, mientras que lo global, es cada vez
más irrumpido y reproducido en los contextos locales.
Acercando el tema al contexto educativo, se puede afirmar que hoy en día para
nadie es un secreto que habitamos en un mundo globalizado. Esta frase ya se ha convertido
en una muletilla. Sin embargo, en la cotidianeidad de las acciones, no se acostumbra a
tenerlo presente, ya que muy pocos somos conscientes de las expresiones y efectos de la tan
mencionada «globalización». Lo que sí se debe tener claro es que, lo global ha logrado
convertirse en lo cotidiano en nuestras actividades locales, es decir «glocal» (Palos, J.
2020).
En suma, relativamente en muy poco tiempo, la humanidad ha saltado de asumir
comportamientos y hábitos de pueblo, región o comarca como referentes culturales e
interrelaciones, de una sociedad dependiente de la velocidad en las comunicaciones y el
consumismo a escala mundial.
Esto deja como consecuencia, que en muy poco tiempo las generaciones
contemporáneas, den la sensación de vivir en un mundo en el cual las expresiones y
tendencias de la globalización, constituyen un elemento de las actividades cotidianas de su
vida cultural, laboral, comercial, política, comunicativa y por supuesto educativa. De ahí la
necesidad de pensar, planificar, diseñar y actuar localmente, teniendo siempre presente que
existen intereses, condicionantes y causas globales, pero que a la vez se puedan valorar los
pensamientos y estilos motivados para crear conciencia sobre el cuidado, protección y
sostenimiento de clima mundial, ya que, al fin y al cabo, lo que afecta el calentamiento
global en Zimbabue - África, también lo sufren los habitantes del Cabo de la Vela, en La
Guajira colombiana.
Luego de todo este análisis, no queda más que confiar en que es la educación la que
tiene que asumir el liderazgo de fomentar el espíritu crítico frente las nuevas
transformaciones que se acercan, que desde ya se vislumbra que acechan los objetivos que
vorazmente todos persiguen; el incremento económico y sus máximos beneficios.
Es así, como la equidad social, la disminución de la pobreza, el descenso de la
brecha a oportunidades, el desarrollo humano multidimensional y, en definitiva, todo esto
quedará en manos de esas nuevas generaciones y los liderazgos sociales, a los cuales los
sistemas educativos tienen la obligación apoyar.
Es de esta manera, como se consigue comprender y relacionar las formas de como
mediante de la reflexión-acción frente a la dependencia existente entre los procesos de
enseñanza-aprendizaje y la tecnología, benefician y contribuyen a la resignificación
pertinente de las dinámicas pedagógicas, como los medios propicios para estimular y
garantizar aprendizajes de calidad, significativos, y para todos, que satisfagan las
necesidades tanto a nivel local, como regional y global, ajustadas a las generaciones del
exigente siglo XXI.
En relación a por qué se habla hoy de una pedagogía para el desarrollo sostenible, se
tiene que, según Murga-Menoyo & Novo (2017) refiere “el desarrollo sostenible se plantea
como un proceso y una metodología capaces de movilizar y poner en valor los recursos
tradicionales y la capacidad innovadora de cada territorio, estimulando la participación
social, las fórmulas asociativas, la democracia participativa […], lo que confiere dinamismo
al conjunto local e incentiva el sentimiento de pertenencia de sus gentes.” (p. 61). En este
sentido cuando se hace referencia al desarrollo sostenible en el ámbito educativo, se busca
de establecer los compromisos frente a la relación de ser humano consigo mismo, con los
demás y con la naturaleza, donde a partir de la responsabilidad social y ambiental se logre
establecer un equilibrio de la aldea global, que no solo implica lo local sino que establece
mecanismos para hacer frente a las distintas realidades ambientales que se generan y
repercuten a nivel mundial, y que en ocasiones parten de lo local y por ello la importancia
de generar conciencia de valores como, la solidaridad, la participación, sentido de
pertenencia, la justicia y la equidad social.
Una pedagogía para el desarrollo sostenible como lo asevera Murga-Menoyo &
Novo. (2017) es “una nueva manera de mirar y sentir (planetaria) nos sitúa en las mejores
condiciones para comprender formas distintas y complejas de actuar en los planes,
programas y proyectos que van configurando el desarrollo en todos los niveles” (p. 65).
Que promueva un aprendizaje en la comprensión de la equidad en el acceso a los bienes,
servicios y recursos para todos. “una educación transformadora en la que se incorporen
algunos principios esenciales de la sostenibilidad: la conciencia de los límites, la
solidaridad intra- e intergeneracional, y la equidad social”. (Murga-Menoyo & Novo.
2017.p 67).
La Glocalización y Nuevos Ambientes de Aprendizaje
El contexto actual de la sociedad del conocimiento y la globalización con el auge
de las tecnologías de la información y las comunicaciones representan un cambio en la
manera de relacionarse y de aprender del ser humano; la facilidad para estar
interconectados fomenta la cultura de una aldea global, que si bien se configura como
posibilidad para el desarrollo social, también implica que el arraigo cultural de los
individuos se vaya transformando hasta llegar al punto de pensar en una cultura global, que
va en detrimento de la identidad propia de cada cultura, y se impone como nuevo referente
para la sociedad.
Los ambientes de aprendizaje representan todos los contextos sociales, naturales y
culturales a través de los cuales se aprende, donde se involucra el ser humano lo cual
conlleva una comprensión activa de reflexión de las relaciones entre sí, con los demás y con
el ambiente. Así como lo afirma Flórez, Castro, Galvis, Acuña y Zea (2017), citando a
Duarte (2003) “El ambiente debe trascender… la noción simplista de espacio físico, como
contorno natural y abrirse a las diversas relaciones humanas que aportan sentido a su
existencia. Desde esta perspectiva se trata de un espacio de construcción significativa de la
cultura” (p. 30). En este sentido, los ambientes de aprendizaje representan el espacio a
través del cual se construye el conocimiento a partir de la interacción del ser humano con la
cultura, con las tradiciones, con los contextos y con la naturaleza; fortaleciendo de esta
manera un aprendizaje capaz de transformar el entorno personal e incidir en el desarrollo
social.
Por ello, los contextos glocales representan una alternativa de interconectar la
realidad global con los contextos locales, permitiendo al ser humano una mirada desde la
realidad próxima y poder establecer aportes y estrategias que permitan responder a los
desafíos de la sociedad. Es así como, lo glocal se configura dentro de los ambientes de
aprendizaje como “una educación que prepare a los hombres y mujeres que toman
decisiones, para actuar con esa visión que entrelaza lo global y lo local” (Murga-Menoy, &
Novo. 2017. Citando a Novo, 2006b, 5 y ss. p.62).
Los ambientes de aprendizaje donde se tienen en cuenta el contexto glocal deben se
espacios con características como la flexibilidad, la adaptabilidad, la movilidad, la conexión
continua con información y personas, acceso a las tecnologías, recursos educativos abiertos,
el aprendizaje colaborativo y activos, la creatividad, la facilidad para la utilización de
múltiples metodologías didácticas innovadora. Como lo refiere Murga-Menoy, & Novo
(2017) Citando a Gadotti, 2002. Donde se considera “El educando como un ser inserto en
una comunidad a un mismo tiempo local y global, y abocado…a sentir y vivir la
cotidianeidad en conexión con el universo y en relación armónica consigo mismo, con los
demás seres del planeta y con la naturaleza…” (p.71).
En consecuencia, la glocalidad dentro de los ambientes de aprendizaje facilitan al
ser humano fortalecer la identidad y pertenencia local, además le permita estar abierto a las
realidades globales. Que lleve al ser humano, “sin perder su identidad local…a ser un
ciudadano planetario, es decir, a asumir no sólo derechos, sino también responsabilidades
para con la casa común, la biosfera, en el marco de una convivencia pacífica, nacional e
internacional” (Murga-Menoy, & Novo 2017. P. 62)
Entornos y / o Personalización del Aprendizaje
La importancia de los entornos en el proceso educativo está dada por que son
precisamente estos las realidades que viven los educandos, aprendices o estudiantes en su
diario vivir, y que influyen de manera significativa en sus costumbres, necesidades e
intereses, por tal razón, para que los procesos de enseñanza aprendizaje sean efectivos, el
docente debe conocer el entorno por medio de los procesos de investigación de contexto.
Todo esto, con el fin de realizar adaptación curricular a los contenidos, adaptándolos a las
necesidades e intereses de los estudiantes, que le permite mayor motivación al sentir que lo
que está aprendiendo le beneficia en los procesos de transformación y mejora de su entorno
y facilita al docente los procesos de enseñanza a través de las realidades de contexto, este
aspecto en sí permite reducir la desmotivación a nivel educativo y a largo plazo la
deserción.
Desde Flórez, Martínez, Galvis, y otros. (2017) citando a Duarte (2003),
manifiestan y reconocen el entorno como:
el conjunto de factores internos –biológicos y químicos– y externos –físicos y
psicosociales– que favorecen o dificultan la interacción social. El ambiente debe
trascender entonces la noción simplista de espacio físico, como contorno natural y
abrirse a las diversas relaciones humanas que aportan sentido a su existencia. Desde
esta perspectiva se trata de un espacio de construcción significativa de la cultura.
(p.30)
Es decir, que el entorno está constituido por un sin número de variables y
situaciones que anudadas en sí permiten el reconocimiento y formación del individuo como
ser crítico y reflexivo con necesidades, cultura, costumbres, intereses etc., y que espera que
los procesos formativos y de enseñanza aprendizaje le permitan a la vez de formarse y
crecer, también generar procesos de cambio a estas realidades, beneficiando así su entorno.
Teniendo en cuenta lo anterior, la personalización del aprendizaje es en esencia, el
análisis del contexto, la adaptación de los contenidos a las realidades sociales, la valoración
de las habilidades socioemocionales y adaptativas del ser, la aplicación del pensamiento
reflexivo y crítico, la inclusión educativa, la equidad, las inteligencias múltiples y teorías de
aprendizaje, entre otras que permitan dar respuesta a las necesidades del educando y su
contexto, generando procesos de transformación, habilidades como el liderazgo que
permitan generar cambios significativos, aprendizaje a través de la experiencia, el
aprendizaje colaborativo y cooperativo y resignificar el rol del docente, como investigador,
adaptador, guía y facilitador en los procesos de enseñanza aprendizaje.
En este, sentido García (2012) señala que es deber de las instituciones educativas
enfocar a sus estudiantes a reconocer “información valiosa; establecer criterios de
selección; facilitar conexiones entre ideas y conocimientos; eliminar el malestar frente al
error y a la crítica; contribuir a que esta se convierta en saber a través de un proceso de
elaboración personal desarrollado de forma individual o colectiva” (p.27), es decir,
teniendo en cuenta el pensamiento crítico para evaluar la información que reciben, su
fiabilidad, veracidad y autenticidad, adaptándolas a sus procesos de aprendizaje desde la
autonomía, el trabajo colaborativo y cooperativo y la conciencia sobre su proceso de
enseñanza.
Recapitulando, los entornos y la personalización del proceso de aprendizaje son
importantes pues encarnan los principales objetivos y situaciones a asimilar, conocer y
transformar en los procesos de enseñanza aprendizaje dentro de las comunidades
educativas, así y teniendo en cuenta a Ascui Fernández (2017) quien describe algunas de
las necesidades formativas de los entornos de la siguientes manera:
El planeta requiere con urgencia de profesionales empáticos y entrenados para el
trabajo colaborativo, con la sensibilidad para escuchar a la gente y comprender sus
necesidades. Es hora de ejercitarnos en el arte de conversar, para imaginar mundos
más humanos a partir de soluciones con pertinencia y ajustadas al contexto con
sensibilidad. Es momento de enseñar imaginando nuevas estrategias para asociarnos
con los otros actores que participan de la construcción de la ciudad, trabajando
estrechamente con el Estado, el mundo privado y la sociedad civil. (p.1)
Líneas de Acción
Alfabetización Digital
La nueva sociedad del conocimiento requiere que los ciudadanos desarrollen
competencias que les permita actuar con asertividad en la construcción de sociedad. Esta
nueva sociedad se encuentra enmarcada en el uso cada vez más intensificado de
herramientas digitales de comunicación, lo cual les permite acceder casi de forma
instantánea a un cúmulo de información, que debe ser analizado con criticidad para poder
convertirlo en conocimiento. En esa medida, los usuarios de las redes sociales,
aplicaciones web y contenidos digitales, por ejemplo, se ven enfrentados a un intrincado
mundo de información y desinformación, al punto que los gobiernos, las instituciones
educativas y hasta en el hogar, deben legislar y regular su uso. Ahora bien, legislar para la
internet es un asunto complejo y las prohibiciones en la mayoría de los casos generan
rebeldía social. En este panorama es mejor educar. Ayuste A., Gros B. y Valdivielso S.
(2012) Expresan que:
Para atenuar los efectos negativos del uso indebido de las redes sociales, debemos
apostar decididamente por la alfabetización digital y por la alfabetización mediática
de nuestra sociedad y ello sin perder de vista que el fin último de la educación es
formar ciudadanos y ciudadanas competentes capaces de pensar y actuar
críticamente. (p. 22)
Por consiguiente, el concepto de alfabetización digital puede tener varias
connotaciones y seguramente muchas están orientadas hacía el uso adecuado de las
herramientas digitales, no obstante, el conocimiento en el uso de estos dispositivos y
mecanismos de comunicación, no garantizan una adecuada capacitación digital, ni
solucionar el problema de la brecha digital existente, van Dijk y van Deursen (2010),
(citado por, Ayuste A., Gros B. y Valdivielso S., 2012) sostienen que la brecha digital va
más allá de la posibilidad de uso de las nuevas tecnologías, y advierten que esta puede ir
gradualmente teniendo solución a medida que las capacidades de adquisición y
operabilidad se vayan dando, sin embargo, a través de su estudio ilustran que si bien, las
habilidades operativas son indispensables en el uso de los entornos digitales, estas no son
las únicas y enfatizan en las habilidades de tipo estratégico.
De tal forma, la potencialidad de los entornos digitales es relativa a las habilidades
previas de cada individuo, por tanto, es latente la necesidad de contar con habilidades y
conocimientos que permitan contrastar la información, asignarle significado, relacionarlas
con otros saberes y valorar la legitimidad e importancia de la información para la
construcción de conocimientos y su adecuado uso en la resolución de situaciones
problémicas. Es en estos aspectos que aparece una diferenciada brecha digital, más allá de
la simple adquisición de recursos tecnológicos o de la capacidad de conectividad,
convirtiendo en usuarios activos a aquellos que han logrado apropiar conocimientos
relativos al tratamiento adecuado de la información y al desarrollo de las habilidades
estratégicas, y en usuarios pasivos, consumidores de datos, a los que no poseen los
mencionados conocimientos y habilidades.
Por otra parte, el escenario donde actúa la ciudadanía se centra hoy en día en la
glocalización, como una unión de las miradas holísticas, pero teniendo en cuenta las
singularidades de lo regional y local y que afectan a las comunidades. En esta medida, en el
sector educativo, los aprendizajes y enseñanzas deben considerar la unión entre lo global y
lo local, vinculada con una responsabilidad social, búsqueda de la justicia y sostenibilidad,
aunadas al mantenimiento de los aportes que cada contexto ofrece. (Delgado Algarra, E. J.,
2015)
Así, es necesario realizar una revisión a las habilidades cognoscitivas del ciudadano
que le permita afrontar con capacidad y conocimiento el complejo mundo de la información
digital y su adecuada transformación en conocimiento en la nueva sociedad del
conocimiento y para un contexto glocal.

Modelo Educativo Inclusivo

La UNESCO concibe la inclusión “como un proceso que permite abordar y


responder a la diversidad de las necesidades de todos los educandos a través de una mayor
participación en el aprendizaje, las actividades culturales y comunitarias y reducir la
exclusión dentro y fuera del sistema educativo” (p.8).
Los modelos educativos inclusivos implican transformaciones y adaptaciones, que
garanticen acciones, contenidos, formas de acercamiento, estrategias y planes pertinentes
con las necesidades de la población y que estén fundados en los principios de integración y
equidad. Todo esto, con el fin de fomentar oportunidades diferenciales, donde se
reconozcan contextos territoriales, socioculturales, ambientales, éticos, de lengua y género,
y que teniendo en cuenta las realidades de las comunidades y valorando los saberes
particulares, deriven en procesos educativos específicos, que fortalezca las características,
habilidades y cualidades tanto colectivas como individuales.
Enfocados un poco más en el contexto que nos convoca en esta oportunidad
(Ambiente de aprendizaje) La educación inclusiva conlleva un paradigma de aprendizaje
que procura identificar y entender las necesidades y realidades de las niñas, niños, jóvenes
y adultos, valorando esencialmente las situaciones en las que pueda haber alguna amenaza
de exclusión social. Es decir, no responde únicamente de proporcionar especial cuidado a
personas con algún tipo de discapacidad sino, a toda la población estudiantil sin distingo de
raza, cultura, condición social, edad, religión, orientación sexual, entre otros.

Diversidad Cultural

La diversidad cultural no es solo un objeto de comprensión, de tolerancia y


solidaridad, sino también es una fuente de enriquecimiento de la propia persona y de la
propia cultura y es una gran ocasión para comprender los límites del sistema cultural de
pertenencia.
Es importante resaltar que, en los currículos escolares, no debería existir ningún tipo
de discriminación con relación al sexo, raza, etnia, religión, lengua, opiniones políticas,
condiciones psicofísicas, sociales y económicas. Se debe resaltar que en la puesta en
práctica del currículo por parte de los docentes estas indicaciones no son aplicadas todas
por igual, sin embargo, tienen en cuenta las diversas condiciones personales, sociales y
culturales de los estudiantes, con el fin de lograr los resultados esperados.
Con relación a lo anterior, se debe tener en cuenta todos los recursos humanos,
profesionales, culturales, materiales y tecnológicos disponibles en cada realidad escolar, así
como también la igualdad de oportunidades, implicando que todos los estudiantes logren
alcanzar el máximo de sus posibilidades, dada su diversidad cultural y social, lo que
significa que deben ser acompañados adecuadamente de acuerdo con sus capacidades reales
de aprendizaje y de adaptación a nuevos contextos.
En este sentido, en las instituciones educativas se necesita aplicar estrategias de
enseñanza que sean flexibles, que empleen una base común para todos y que
posteriormente sean diferenciadas en algunos casos particulares. Aquí lo importante es que
la diversidad no se convierta en desigualdad de aprendizaje y de crecimiento, en donde una
sociedad global y multicultural como la actual, el derecho a la diversidad cultural asume el
significado de respeto y debería referirse a cada individuo con relación a sus derechos
fundamentales.
Se tiene entonces que la diversidad cultural que se presenta en el aula se caracteriza
por un sin fin de singularidades con relación a los ambientes culturales y su interacción con
el medio donde se desenvuelve, fomentando así la convivencia en la diversidad, así como lo
menciona la Unesco (2005, p. 444) “Las sociedades interculturales hacen referencia al
respecto de las minorías, del fomento a la relación entre varias culturas y al
enriquecimiento mutuo”. De esta manera, la diversidad se constituye en una fuente
significativa de recursos, para el crecimiento y el desarrollo económico, social y cultural,
favoreciendo de este modo, la apertura hacia otras culturas y la adquisición de nuevos
conocimientos, metodologías, competencias e ideas que fomentan el crecimiento y la
creatividad a la comunidad.
De acuerdo con lo anterior, Acevedo (2014) dice que “la educación inclusiva está
relacionada con la capacidad de potenciar y valorar la diversidad, entendiendo y
protegiendo las particularidades de todos los sujetos, promoviendo el respeto a ser
diferentes, el aprender a vivir juntos y a garantizar la participación” (p. 46).
Por ello, se tiene que “la diversidad en el proceso educativo requiere que se
considere el aprendizaje y la enseñanza desde distintos ámbitos como son lo social y lo
cultural de manera más amplia, implicando así una formación interdisciplinar” (Infante,
2010, p. 296). Es así como la diversidad se convierte en un instrumento de relevancia para
los ambientes de aprendizaje y la convivencia, lo cual implica que se tenga presente el
respeto y el entendimiento mutuo. También es importante la puesta en práctica de valores
que permitan el crecimiento personal de cada individuo conforme a las características de su
cultura, sin ningún tipo de discriminación y fortaleciendo la igualdad en el proceso de
aprendizaje.
Aprendizaje Socioemocional, Habilidades y Destrezas para Aprender a Aprender

Teniendo en cuenta que los ambientes de aprendizaje están dados por una estrecha
relación de varios factores indispensables que al interactuar y relacionarse entre sí generan
condiciones de participación, enseñanza aprendizaje, interacción, convivencia, liderazgo y
cambio social, etc. Que permiten a los individuos avanzar en sus procesos de aprendizaje,
también es importante resaltar que, así como se tienen en cuenta los estándares y
contenidos curriculares, el material teórico y las clases magistrales que son válidos y
probados como estrategias y metodologías de enseñanza aprendizaje.
También es importante la adaptación curricular de los contenidos y las
metodologías al entorno, pero más que al entorno o contexto glocal, a las características
específicas y particulares de los seres humanos, la educación centrada en el ser como
estrategia para superar, mediar y minimizar algunas de las dificultades y problemáticas
sociales, a partir de la gestión y aprendizaje de habilidades de adaptación y para la vida,
gestionando espacios de interacción social que le permitan al estudiante crecer en todas las
esferas de su desarrollo no solo en cuanto a formación en conocimientos sino también, en
cuanto a las habilidades que le permitirán aportar a la sociedad como líderes y generadores
de conciencia social.
Pero para que este tipo de aprendizaje sea eficiente y viable, y sus resultados puedan
llegar a apreciarse se hace necesario que el cambio no sea solamente hacia la adaptación
curricular y la inclusión de estrategias y metodologías que propicien los espacios y
escenarios para generar y propiciar estos procesos de crecimiento personal, sino que
también esté encaminado a la formación y actualización docente en las competencias
adecuadas y necesarias para aprender a enseñar desde el contexto socioemocional.
Desde Ascui Fernández, Hernán (2017) donde afirma que:
El planeta requiere con urgencia de profesionales empáticos y entrenados para el
trabajo colaborativo, con la sensibilidad para escuchar a la gente y comprender sus
necesidades. Es hora de ejercitarnos en el arte de conversar, para imaginar mundos
más humanos a partir de soluciones con pertinencia y ajustadas al contexto con
sensibilidad. Es momento de enseñar imaginando nuevas estrategias para asociarnos
con los otros actores que participan de la construcción de la ciudad, trabajando
estrechamente con el Estado, el mundo privado y la sociedad civil. Es ocasión de
desdibujar los límites que mantienen a los campus universitarios ensimismados y
separados de la vida que transcurre día tras día en las calles de la ciudad. Es tiempo
de promover una educación que tenga necesariamente un efecto concreto y directo
en nuestros barrios y ciudades, para que, desde esa experiencia fundamental, los
estudiantes se convenzan de su potencial transformador como seres creativos. (p.1)
Entendido esto como la generación de un tratado entre las diferentes esferas de la
sociedad que influyen los contextos educativos, para mirar y encaminar los procesos que
allí se gestan hacia la formación integral del individuo.

Participación de todos los actores en el proceso educativo.

Teniendo en cuenta a Flórez, Castro, Galvis, Acuña y Zea (2017). Quienes


describen que: “El ambiente de aprendizaje se constituye a partir de las dinámicas
establecidas en los procesos educativos que involucran acciones, experiencias, vivencias de
cada uno de los actores que hacen parte de las comunidades educativas” (p. 23), dentro de
las cuales se resaltan las emociones, las relaciones con el contexto, las necesidades
económicas y materiales, y las carencias socio familiares y afectivas, que sin duda influyen
dentro del proceso educativo.
En los contextos glocales donde se establecen los aprendizajes, es importante
señalar que los procesos de interacción social se desarrollan como lo refieren Flórez, et al.
(2017). “…a partir de relaciones interpersonales; se regula por valores, ideas y sentimientos
compartidos que dan lugar a relaciones de amistad, respeto, mediante las cuales se propicia
el desarrollo de la autoestima, el aprendizaje y la construcción de conocimientos. ” (p.35),
estos habilidades y competencias contribuyen a mejorar la calidad de los procesos dando
espacios e importancia a las habilidades del ser, motivando a la comunidad en la
participación constante en los procesos de transformación y mejoramiento de los entornos
educativos, con miras a la calidad en la educación.
Se hace necesario dentro del proceso educativo la participación de todos los actores
del proceso educativo que permita fortalecer los contextos personales y sociales desde el
aporte de cada uno de ellos en la consolidación de espacios de transformación de ambientes
de aprendizaje que fortalezcan lazos cooperativos en pro de una educación equitativa,
incluyente y de calidad, es así teniendo en cuenta a Flórez, et al. (2017).¨ La gestión
participativa, hace referencia a espacios efectivos de participación, en los cuales la
comunidad educativa como son docentes, estudiantes, padres de familia, comunidad,
actores externos, puedan aportar a los procesos de transformación. ̈ (p.37), por lo cual la
participación y apropiación constante de todos los actores del proceso educativo se hace
indispensable para avanzar hacia la calidad educativa en los ambientes de aprendizaje.
Reflexiones Finales

En la actualidad y desde hace algunas décadas, las transformaciones sociales,


culturales, políticas y económicas que se presentan han ido de la mano con los desarrollos
tecnológicos, cambios que se dan abruptamente y a una velocidad cada vez mayor,
desafortunadamente la educación parece no marchar al mismo ritmo, percibiendo que está
retrasada y no acorde a las necesidades actuales. Por otro lado, la sociedad ya no
fundamenta su riqueza en los bienes materiales, sino en la capacidad de solucionar los
problemas que le aquejan, esto sólo se logra a través del conocimiento. Por tanto, los
sistemas educacionales deben partir de crear estructuras sólidas en donde el objetivo
primordial sea la gestión, uso y generación de conocimientos utilizando las TIC como
herramientas mediadoras, que permita a las personas estar a la altura de las exigencias de
un mundo cada vez más integrado y altamente cambiante. Por tanto, se hace necesario que
exista una adecuada capacitación el uso de las nuevas herramientas comunicacionales como
punto de partida para la construcción de una nueva propuesta educativa acorde a los nuevos
requerimientos.

Por otra parte, es necesario que las transformaciones propuestas desde la educación
deban pensarse, planificarse y ejecutarse con miras no solo a nivel local sino global,
teniendo en cuenta aspectos y necesidades geográficas, culturales y sociales de las
comunidades, de tal manera que permita tener en cuenta y adelantar procesos articulados
entre los diferentes actores de la población y la participación mundial, como un agente
primordial en este proceso. Es así entonces, que los ambientes de aprendizaje, igualmente,
deben contar con la capacidad de atender y armonizar con los cambios del contexto, las
exigencias, así como con las particularidades detectadas en cada individuo, con el fin de
promover una propuesta educativa flexible a la diversidad del ambiente, que apunte a un
desarrollo integral, sostenible y para todos (incluyente).

En este sentido, desde los ambientes de aprendizaje es indispensable establecer una


relación con el contexto glocal, pues es desde allí donde se generan dinámicas de reflexión
de las diferentes problemáticas y realidades de los sujetos, desde donde se pueden gestar
espacios de transformación que redunden en los ambientes globales, con aportes que
promuevan un equilibrio social. Para lograr una educación que permita a los sujetos generar
transformación social es indispensable fortalecer la diversidad cultural, que arraiga las
costumbres, tradiciones e identidades que dan sentido de pertenencia y que facilitan la
comprensión del mundo y de la realidad, fortaleciendo el respeto, la tolerancia, la equidad,
y el reconocimiento de la diversidad como riqueza para dinamizar los procesos de
aprendizaje.

teniendo en cuenta el proceso de transformación y adaptación de los entornos


educativos a los avances tecnológicos actuales, se hace necesario avanzar a la par en la
construcción y fortalecimiento de las habilidades socioemocionales del ser, como
estrategias de adaptación para la vida que permitan al individuo reconocer y contar con las
destrezas y competencias necesarias para dar manejo adecuado a los diferentes avances e
innovaciones y a partir de estos generar oportunidades que propicien la transformación
social desde la resignificación del rol docente como facilitador y guía, y el estudiante como
constructor y colaborador consciente de la generación del conocimiento y posterior
aprendizaje, que permitan procesos de liderazgo que generen transformación social, pero
para que esto sea posible es imprescindible la participación y sentido de pertenencia de
todos los actores que conforman la comunidad educativa, pues las relaciones e
interacciones entre todos los actores influyen en los procesos que se adelantan en los
entornos educativos, es así, que se cuenta con un apoyo significativo y positivo de la
comunidad se lograran ambientes de aprendizaje de calidad.
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