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3.1.- FUNDAMENTOS DE LA EVALUACIÓN DEL RENDIMIENTO.
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De forma más detallada, en la tabla anterior podemos señalar objetivos para la
organización, los propios evaluados y sus evaluadores.
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3.2.1. CRITERIOS DE RENDIMIENTO: ¿QUÉ EVALUAR?
EVALUACIÓN DE RESULTADOS.
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En cualquier caso, la evaluación de resultados está basada en indicadores
específicos para cada puesto que, finalmente deben vincularse al cumplimiento de
objetivos, medidos a través de dichos indicadores. En este sentido, la dirección por
objetivos (DPO) juega un papel fundamental como método específico a través del
cual articular y poner en práctica la evaluación de resultados en la organización, sea
cual sea el tipo de puesto del que se trate. Este método se analizará en detalle más
adelante.
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empleados en el desempeño de su trabajo (por ejemplo, desarrolla soluciones valiosas
y originales; trabaja bien con sus compañeros; llega puntual a las reuniones; atiende
cordialmente a los clientes, etc.)
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(1) conoce bien el contenido y las metas de los puestos que evalúa
(2) observa frecuentemente a las personas que ocupan estos puestos
(3) es bien aceptado por los evaluados y por el resto de evaluadores
(4) es capaz de emitir juicios y observaciones fiables y válidas.
En la evaluación por parte del superior, es el jefe inmediato del evaluado quien
realiza la evaluación. Es el enfoque que más se ha aplicado tradicionalmente en las
empresas y se justifica por el hecho de que se supone que el superior inmediato es
quien mejor conoce el puesto del evaluado y quién tiene más posibilidad de observar
su actuación y, por tanto, de evaluar mejor su rendimiento.
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La evaluación por parte de los iguales (compañeros) es muy aconsejable
cuando los superiores no tienen acceso frecuente al rendimiento del evaluado. Dado
que los compañeros de trabajo tienen contacto directo y diario entre sí, puede ser una
fuente de evaluación de gran validez por ser, además, varios los evaluadores. Es
especialmente adecuada cuando el trabajo en equipo y la participación forman parte
de la cultura de la organización. No obstante, puede generar conflictos y malas
relaciones en el grupo de trabajo en el caso de que el sistema de recompensas
basado en los resultados de la evaluación sea muy competitivo.
La evaluación que realizan los subordinados puede ser una fuente muy positiva
de información y que puede hacer que los superiores sean más conscientes de cómo
están gestionando sus equipos de trabajo y de la influencia de sus decisiones sobre
sus empleados. No obstante, también genera problemas si los subordinados evalúan a
sus superiores exclusivamente en función de sus propias necesidades, exagerando
evaluaciones en sentido positivo o negativo, especialmente si se sienten amenazados
y/o no existe anonimato.
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Los métodos y enfoques más habituales que se utilizan se pueden clasificar en
dos grupos: métodos orientados a la evaluación de resultados y métodos orientados a
la evaluación del desempeño de los empleados. A su vez, algunos de estos métodos
se basan en los datos pasados, mientras que otros se orientan hacia el rendimiento
futuro de los empleados. Un esquema de los distintos sistemas de valoración del
rendimiento se recoge en el cuadro siguiente:
ENFOQUE RESULTADOS:
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establecer el marco temporal en el que se deben cumplir los objetivos; 3) comparar el
nivel de logro presente de los objetivos con el acordado (desviaciones de lo obtenido
respecto a lo planificado); 4) tomar medidas en el caso de que no se hayan logrado los
objetivos, como introducir modificaciones en los mismos y/o plantear nuevas
estrategias; y 5) proporcionar retroalimentación, es decir, informar al trabajador de la
evaluación y hacerle partícipe en la toma de medidas para resolver las desviaciones.
ENFOQUE DESEMPEÑO:
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El método de distribución forzada incorpora varios factores o dimensiones del
rendimiento y el evaluador debe asignar solamente una determinada proporción de
empleados a cada una de las categorías fijadas para cada factor.
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hecho de que este método se aplica por grandes organizaciones, de forma muy
extendida.
Algunas de las críticas que se pueden hacer a los métodos comparativos aluden
a que el rendimiento se mide sobre la base de ciertas dimensiones generales, por lo
que el resultado puede estar muy influido por la subjetividad del evaluador y hace,
además, muy difícil la retroalimentación.
Por otro lado, dado que no generan datos absolutos, sino ordinales, no se
conocen las diferencias de rendimiento entre empleados.
Asimismo, tampoco se puede comparar entre empleados que realizan tareas
muy distintas: los evaluadores no saben si quien mejor rinde de un grupo lo hace
realmente de forma notable en comparación con el resto de empleados de la
organización.
Por otra parte, estos métodos asumen que existen empleados que rinden bien y
empleados que rinden mal en todos los grupos, cuando no tiene por qué ser así en
todas las situaciones.
ESCALAS DE CALIFICACIÓN:
Con las escalas de calificación se han tratado de superar algunos de los
inconvenientes que plantean los métodos comparativos que acabamos de explicar y
son el método de evaluación del rendimiento más utilizado.
En este caso, los evaluadores califican el rendimiento de cada empleado de
forma independiente, respecto de criterios determinados previamente. Las
cuestiones que se evalúan suelen incorporar dimensiones generales del rendimiento,
como, “trabajo en equipo”, “comunicación”, “liderazgo”, “iniciativa”, o “responsabilidad”,
indicativas de la actuación del empleado en su puesto.
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Se han criticado las escalas de calificación por la posibilidad de incorporar
errores, debido a que el evaluador, en general, no está obligado a justificar sus
decisiones de calificación con comportamientos concretos del empleado. Para evitar
esto, como se puede apreciar en la figura anterior, muchas organizaciones han optado
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por habilitar un espacio en el que obligan al evaluador a justificar la evaluación dada
en cada dimensión, con conductas concretas que así lo avalen.
LISTAS DE VERIFICACIÓN:
También llamadas listas de revisión de conductas. En este caso, el método se
decanta por centrarse directamente en la evaluación del comportamiento, en vez de
inferirlo a través de dimensiones generales.
Las listas de verificación se crean a partir de la técnica del suceso crítico: el
evaluador observa los comportamientos de sus evaluados y registra aquellos que son
demostrativos de un rendimiento eficaz o ineficaz en la realización de sus trabajos
(sucesos críticos). Una vez que se han recogido varios sucesos críticos que reflejan
las dimensiones de rendimiento de los diferentes puestos, éstos quedan prefijados en
un formulario y el evaluador simplemente tiene que marcar los sucesos que se
presentan en cada evaluado o bien la frecuencia con la que los realiza (por ejemplo,
con una escala que abarque "siempre", "muy a menudo", "con poca frecuencia" o
"nunca"). Este método permite ahorrar tiempo al evaluador y puede dar lugar a una
puntuación cuantitativa de resumen que permita comparaciones.
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AUTOEVALUACIÓN:
El empleado se autoevalúa, de forma que describe su puesto, sus logros
personales, las dificultades que ha tenido y las cuestiones que podría mejorar. Este
sistema se centra, especialmente, en los objetivos futuros que el propio empleado ve
posible asumir, tanto en el futuro inmediato, como en el medio plazo. La
autoevaluación de comportamientos permite que los trabajadores estén más
motivados para mejorar su desempeño en el futuro.
Una vez revisados los principales métodos que existen, podemos plantearnos la
cuestión: ¿Cuál es el de entre todos ellos el mejor método de evaluación del
desempeño?
Además de las ventajas e inconvenientes propias de cada método, hay que
destacar que cuanto más subjetivo sea el enfoque de evaluación del rendimiento, más
vulnerable será a las críticas. La elección del método más adecuado (con un mayor o
menor enfoque a resultados o a desempeño, y centrado en el momento presente o en
el futuro) dependerá de criterios como los fines y aplicaciones del sistema de
evaluación, los costes de desarrollo e implantación, y la aceptación del sistema por
parte de los evaluados.
No obstante, como valoración global de los métodos de evaluación del
rendimiento, se puede afirmar que, considerando diferentes criterios, los métodos
basados en la evaluación de comportamientos (desempeño) se muestran superiores al
resto de los instrumentos, especialmente, las escalas de calificación y las listas de
verificación.
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otorgar la mayor importancia a la evaluación de final de año, que es la que tendrá
consecuencias en términos de formación, promoción o retribución, quedando la
evaluación de mediados de año como una evaluación de seguimiento.
1. Conflictos que surgen entre los diferentes fines a los que sirve la evaluación del
rendimiento. Pueden darse situaciones en las que la propia empresa no desee
normas claras para la evaluación del rendimiento, lo que implica que pueda
utilizarse con fines políticos, distorsionando la evaluación real (por ejemplo,
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cuando la empresa quiere recortar gastos a costa de reducir sistemáticamente
las calificaciones del rendimiento de los empleados).
1. Efecto halo y eco. Cuando el evaluador que tiene que valorar a un empleado o
a un grupo de empleados en varias dimensiones, se deja influenciar por una
característica buena, evaluándole de forma parecida en el resto de
dimensiones (efecto halo). Lo opuesto es el efecto eco, que se produce cuando
una mala calificación en un área afecta indebidamente a las calificaciones de
otras.
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5. El efecto de contagio se produce cuando las evaluaciones pasadas del
rendimiento, ya sean buenas o malas, influyen indebidamente en la evaluación
presente.
7. Influencia de las simpatías. Son una causa de error, cuando los evaluadores
permiten que su aprecio o su rechazo por un empleado influya en la valoración
que realizan del mismo.
Incluso las formas de evaluación más válidas y fiables pueden no ser efectivas
cuando hay tantos factores extraños que pueden afectar al proceso. No obstante,
muchos de estos errores pueden reducirse al mínimo si se toman ciertas medidas:
Tampoco hay que perder de vista que la precisión de la valoración, así como,
en general, su efectividad, pueden mejorarse mediante una adecuada
formación de los evaluadores.
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Por último, destacar que, para que un sistema de evaluación sea eficaz,
deber ser comprendido fácilmente, tanto por evaluadores como por evaluados,
y debe centrarse en los aspectos esenciales del puesto de trabajo que se
ponen de manifiesto en la descripción (actual y futura).
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Con este fin, la gestión eficaz de la entrevista debe orientarse en dos aspectos
básicos:
Para evitar que esta diferente percepción pueda originar conflictos, a la hora de
investigar las causas de un rendimiento deficiente y sesgar la propia evaluación del
rendimiento y la búsqueda de soluciones eficientes a los problemas, debe abordarse el
estudio de las causas de forma sistemática. Así, tal y como muestra el cuadro
siguiente, es posible valorar la influencia de tres factores -teniendo en cuenta que la
presencia de una sola causa no es suficiente para que un rendimiento sea alto y que,
sin embargo, la ausencia o el bajo nivel de sólo uno de los factores sí pueden hacer
que el rendimiento sea bajo-:
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1. Habilidad, debido a la falta de conocimientos y habilidades del trabajador:
aptitudes, capacidades interpersonales y conocimiento del puesto de trabajo.
Considerando que son estos los tres tipos de factores que pueden influir en el
rendimiento, los evaluadores pueden hacerse preguntas concretas que les ayuden a
"discriminar" las posibles causas de las deficiencias del rendimiento. Aunque cada
empresa debería elaborar su propia lista de factores específicos a tener en cuenta
dependiendo del puesto o del área de trabajo, un posible ejemplo de preguntas a
plantearse se puede ver en el cuadro anterior.
Una vez que se han determinado las causas del mal rendimiento, el paso siguiente
es tomar las medidas necesarias. Como muestra el cuadro, dependiendo de la causa
que afecta al rendimiento -habilidad, motivación/esfuerzo o factores situacionales-, las
medidas que se aplican deben ser distintas. Si hay factores que afectan de forma
positiva al rendimiento, habrá que potenciarlos. Si, como puede ser más habitual, hay
factores que lo limitan o deterioran, se deberán tratar de reducirlos o eliminarlos.
Para conseguir una gestión del rendimiento eficaz es necesario que se involucre
a los empleados y que se deleguen responsabilidades en ellos. El evaluador debe
trabajar para crear condiciones para el adecuado rendimiento, garantizando a los
empleados la disponibilidad de los recursos, las condiciones situacionales y la
formación necesarias para la obtención de un buen rendimiento, además de valorar
sus opiniones de cara a plantear un plan de acción para resolver los problemas de
rendimiento. En este sentido, el evaluador debe adoptar un papel de entrenador o
capacitador, más que de controlador o director.
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En este sentido, el plan de acción para la mejora del rendimiento puede contener
tres tipos de estrategias: estrategias de reforzamiento positivo, estrategias de
reforzamiento negativo y otras estrategias cuando no funcionan las anteriores.
Una vez establecida/s la/s estrategia/as más adecuada/s a cada caso habrá que
ponerlas en marcha. El papel de los supervisores en esta fase es crucial siempre que
adopten un papel de «monitores», es decir, que faciliten los recursos necesarios para
el cambio y ayuden al trabajador a llevar a cabo las actuaciones pertinentes para
resolver los problemas o evitarlos, en su caso.
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ANEXO: NUEVAS TENDENCIAS EN EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO
Estas son algunas de las nuevas tendencias relacionadas con la evaluación del
desempeño que la realidad empresarial está imponiendo en mayor o menor medida:
Por otro lado el proceso de evaluación del desempeño está evolucionando hacia
un enfoque más informal basado en conversaciones, debido a que los directivos y
responsables, a la hora de valorar el mismo, resultan poco efectivos por la
metodología utilizada, en la que predominan aspectos “administrativos” y
“protocolarios” que muchas veces generan en el entrevistado desmotivación, así como
pérdida de tiempo y recursos para la organización.
- Ambiente de trabajo
- Fortalezas y áreas de mejora
- Expectativas y oportunidades de promoción profesional, horizontal, vertical o
diagonal
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- Oportunidades de aprendizaje y desarrollo
- Innovación
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