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Introducción a la discapacidad visual

Psic. Daniel García

Contacto:

Mail: psic.dgarcia@gmail.com

Celuloar: 099172572

Montevideo, abril 2022

Artículo realizado para el Taller Introducción a la discapacidad visual

Cuestiones terminológicas

No decimos:
Minusválido

Inválido

Discapacitado

Lisiado

Dado que, las expresiones anteriores, toman una parte de la persona por el todo.

Tampoco usamos persona con capacidades diferentes, dado que capacidades diferentes
tenemos todos.

NO usamos no vidente o no oyente, dado que estaríamos definiendo a la persona por lo que
no puede hacer.

Usamos personas con discapacidad, personas en situación de discapacidad, o si sabemos el


nombre, mejor.

Modelos de discapacidad

En primer lugar, se puede identificar el modelo de prescindencia (Palacios,

2008). En dicho modelo, se presupone que la persona con discapacidad no

tiene nada para aportar a la comunidad, y además, que la misma es una

persona desgraciada. Se entiende que la causa de la discapacidad es un

castigo, por algún pecado que se ha cometido. Las prácticas que adopta este

modelo van desde la eugenesia, la construcción de espacios segregados,

donde las personas con discapacidad son colocadas en espacios cerrados


propios de la anormalidad, así como actitudes asistencialistas y caritativas,

acompañadas por sentimientos de lástima.

Nótese que si bien en la actualidad parecería que estas prácticas e ideas no

estarían vigentes, las personas con discapacidad siguen siendo objeto de

caridad y lástima, tanto para ellas mismas como para otras personas. Además,

existen aún hoy, instituciones educativas y laborales con una lógica de

segregación, donde las personas con discapacidad visual solo conviven con

otras personas con discapacidad visual, apartadas del resto de la empresa o

de la sociedad.

Con el desarrollo de la medicina, adviene el modelo médico rehabilitador

(Bames, 2009; Kipen y Lipschitz, 2009; Palacios, 2008), donde la discapacidad,

continuará circunscripta al cuerpo individual. Se entiende a esta como una

patología que debería ser curada o rehabilitada, causando en la persona con

discapacidad la percepción de que su cuerpo no es legítimo, y que algo del

mismo no está bien.

Luego de la segunda guerra mundial, muchos soldados veían como, por

poseer distintas deficiencias, eran excluidos de participar en la vida cotidiana

de la comunidad. A finales de los 50, las personas con discapacidad

comenzaron a organizarse fuertemente en Estados Unidos y Europa, surgiendo

movimientos como el de Vida Independiente y el de UPIAS (Union of the

Physically Impaired Against Segregation). Dichos movimientos, comenzaron a

cuestionar que la discapacidad sea un problema individual, afirmando que, la

misma es un problema común y por lo tanto político (Oliver, 1998; Palacios,

2008).

Dado las críticas al modelo médico, la Organización Mundial de la Salud

(OMS), rediseñó su Clasificación Internacional de Deficiencias y Minusvalías.

Siendo actualmente la Clasificación Internacional del Funcionamiento, la

Discapacidad y la Salud (OMS, 2001).

El modelo social, se plasma en la convención de los derechos de las personas


con discapacidad (ONU, 2006)

El modelo funcional de la Clasificación Internacional del Funcionamiento de la OMS, concibe a


la misma en términos de interacción entre deficiencias y barreras:

“El funcionamiento y la discapacidad de una persona se conciben

como una interacción dinámica 10 entre los estados de salud

(enfermedades, trastornos, lesiones, traumas, etc.) y los factores

contextuales.

Factores Ambientales constituyen el ambiente físico, social y

actitudinal en el que las personas viven y conducen sus vidas.” (OMS, 20021, P.41)

Lo interesante de la propuesta de la CIF es que intenta unificar el modelo social con el modelo
médico. Además, si la discapacidad es una interacción, se puede tener una deficiencia sin
llegar a tener una discapacidad.

Por último, este modelo nos permite pensar en qué apoyos necesita la persona, teniendo en
cuenta la deficiencia en relación a las barreras que se presenten.

Una crítica que se le realiza a este modelo es que sigue poniendo el foco en el déficit de la
persona.

Otra concepción contemporánea es la Diversidad funcional, propuesta en el año 2005 en el


foro de vida independiente. La misma busca quitar los términos habituales como discapacidad
o minusvalía, para darle un enfoque positivo al fenómeno de la discapacidad.
Así, la diversidad funcional es propia de las situaciones sociales y pertenece a todas las
personas en distintos momentos evolutivos. Tener una diversidad funcional es como tener una
diversidad en la religión, en la política, etc.

Podemos entender a este enfoque como derivado del modelo social.

Inclusión

La inclusión es sentir que podemos estar en el mundo con otros sin perder nuestras
diferencias, conectando desde las mismas con los demás.
Desde esta perspectiva, el mundo es un conjunto de diferencias que se conectan entre si,
formando totalidades que, sin embargo, no diluyen las singularidades de las personas.

En la inclusión las personas con discapacidad poseen los apoyos, tanto de si mismas como del
entorno, necesarios para participar en igualdad de condiciones junto a los otros en las distintas
actividades personales, grupales y sociales.

Sentirse reconocido, aceptado y conectado a los demás es clave para el desarrollo de todos
nosotros como mamíferos. Basta pensar en que, nuestro nacimiento depende de la unión de
otros, y que además, lo primero que buscamos en nuestro nacimiento es la proximidad de una
figura de apego que nos alimente y nos quiera.

Quedar por fuera de la conexión social es, para nosotros, terrible, y conduce a sentimientos de
auto rechazo y vergüenza.

Puede pasar que, se acepte a la diferencia, pero se le pida ser igual al resto (la ilusión del otro
normal).
En el caso anterior, hablamos de integración. En la integración la persona se debe adaptar al
entorno, sin que este último se ajuste de manera recíproca a las singularidades de la persona.

En la integración la diferencia desaparece, los contornos se diluyen para formar parte del
entorno.

Por lo tanto para desarrollar una actitud inclusiva, se requiere un estado de presencia, de
todos los involucrados, donde la diferencia sea vista como algo positivo y reflejo de la
diversidad de la vida.

Es importante destacar que no basta con brindar los apoyos que resulten en accesibilidad
sensorial, por ejemplo, para la persona con discapacidad visual. La inclusión tiene
implicaciones más profundas y es un fenómeno intersubjetivo.

En una escuela, no basta con las adaptaciones curriculares para desarrollar una inclusión. Se
deben tener en cuenta también, las instancias donde la persona interactúa en espacios poco
estructurados con sus compañeros, desarrollando por ejemplo juegos inclusivos, enseñando el
valor de la diversidad mediante cuentos, etc.

En este sentido, como veremos en el segundo taller, el trabajo con la familia en primera
instancia y luego con todo el sistema, incluyendo al niño, es central para que el mismo
desarrolle también una autoaceptación que le permita conducirse con resiliencia ante la
discapacidad. Lo interno, siempre fue antes externo, y por lo tanto, para el desarrollo de una
autoaceptación sana, requerimos que los padres y otras figuras de apego acepten al niño tal
como es.

En la segregación las personas con discapacidad están en espacios con otras personas con
discapacidad.

Ejemplo, en una empresa, puede haber un sector específico para cierta discapacidad. También
las escuelas especiales son otro ejemplo de segregación.

En la exclusión la persona con discapacidad es rechazada del mundo común, lo cual conlleva
auto rechazo y vergüenza. Un conjunto de situaciones estresantes en este sentido pueden
devenir traumáticas y dejar efectos severos en la personas en formas de baja autoestima,
ansiedad, depresión y trastornos de la personalidad derivados de experiencias traumáticas
donde la persona sintió su integridad en peligro.
Sentirse por fuera del mundo, viviendo experiencias de soledad y desamparo tiene efectos
devastadores en las personas con discapacidad.

Por lo tanto, luchar contra la exclusión es también hablar de la discriminación, de las barreras
hacia la accesibilidad, etc.

Vamos a ver en el taller II que en la adolescencia todo esto pasa a ser aún más dramático,
debiéndose evaluar junto a la persona la necesidad o no de intervenir a nivel grupal.
Entonces, la inclusión no es una meta que se alcanza, sino que, debe ser una práctica
cotidiana, que busque que todas las personas sintamos que podemos conectarnos en algo
común disfrutando de nuestras diferencias.

En la inclusión podemos sentirnos seguros con otros y conectados, tal como propone la teoría
polivagal del DR Porges.

LA seguridad es fisiológica y psicológica, y tiene asociada sentimientos de confianza, vitalidad,


reciprocidad y alegría.

Según esta teoría las situaciones traumáticas o estresantes, tales como la exclusión, tienen la
potencialidad de activar, si no podemos conectarnos con otros, sistemas de lucha, huida o
paralización. En este sentido, la activación del sistema simpático es un correlato autónoma de
la exclusión. Es un correlato no solo mental en el sentido reducido, sino también corporal.

Accesibilidad

La accesibilidad Universal refiere al conjunto de características de las que debe disponer un


entorno urbano, edificación, producto, servicio o medio de comunicación para ser utilizado en
condiciones de comodidad, seguridad, igualdad y autonomía por todas las persona

A su vez distinguimos tres tipos de accesibilidad

Física: referida a realizar los ajustes arquitectónicos para un movimiento seguro. Ejemplo:
rampas

Intelectual: referida a lograr comprensible lo que se quiere comunicar mediante el empleo de


pictogramas u otras técnicas

Sensorial: referida a hacer accesible el producto o servicio ante la falta parcial o total de la
visión o la audición.

La importancia de la rehabilitación

Si bien la rehabilitación ha sido criticada como enfoque, en lo práctica es fundamental que las
personas con discapacidad visual accedan a un proceso que les permita vivir una vida
autónoma e independiente.

Recordemos que por discapacidad visual nos referimos a un espectro que comprende a la
ceguera y a la baja visión.

En un proceso de adquisición de autonomía se hace foco en la orientación y movilidad. Esta


permita adquirir herramientas para el desplazamiento autónomo por el espacio, con el uso de
herramientas tales como el bastón, fundamental para la autonomía.
Recordemos que el bastón blanco se emplea para identificar a las personas ciegas, el verde
para identificar a personas con baja visión y el rojo, para identificar personas con problemas
visuales y auditivos.

También se busca que la persona adquiera habilidades cotidianas que le permitan manejarse
con solvencia en tareas domésticas, tales como cocinar y limpiar.

Además, se trabaja en la adquisición del sistema de lectoescritura Braille, en el caso de que la


persona lo requiera, al igual que en el empleo de la tiflotecnología (herramientas informáticas
que les permiten a las personas con discapacidad visual la utilización de las tics).

Recursos existentes en nuestro país

Fundación Braille del Uruguay

https://www.fbu.edu.uy/

Unión Nacional de Ciegos del Uruguay (UNCU)

https://www.uncu.org.uy/

Centro Nacional de Discapacidad Visual:

https://pronadis.mides.gub.uy/11928/centro-nacional-de-discapacidad-visual

Programa Nacional de Discapacidad


https://pronadis.mides.gub.uy/

Centro Nacional de Ayudas Técnicas

https://www.gub.uy/tramites/ayudas-tecnicas-cenatt-centro-nacional-ayudas-tecnicas-
tecnologicas

Escuelas que brindan apoyo a estudiantes de primaria con discapacidad visual

Consultar a las escuelas 198 o 279

Apoyo a estudiantes de secundaria de todo el país:


Centro de Recursos para alumnos ciegos o con baja visión:
https://www.ces.edu.uy/index.php/cer.
Bibliografía:

 Adirón, F. (2005). ¿ Qué es la inclusión? La diversidad como valor. Ministerio de

Educación República de Perú.

 Bames, C. (2009). “Un chiste malo: ¿rehabilitar a las personas con discapacidad en

una sociedad que discapacita?”. En Brogna, P.(Ed.). –Visiones y revisiones de la

discapacidad. México: Fondo de Cultura Económica

 CIF/OMS “Clasificación Internacional del funcionamiento de la Discapacidad y de la

Salud”

 Kipen , E. y Lipschitz , A. (2009). “Demasiado cuerpo”. En: Angelino, A. y Rosato, A.

(Eds.). Discapacidad e ideología de la normalidad: Desnaturalizar el déficit. Buenos

Aires: Centro de Publicaciones Educativas y material Didáctico

 Barton, L. (Ed.). Discapacidad y sociedad. Madrid: Morata

 Organización de las Naciones Unidas. (2006). Convención sobre los derechos de las

personas con Discapacidad. Naciones Unidas: Washigton

 Organización Nacional de Ciegos Españoles(2011). Discapacidad visual y

autonomía. Enfoque práctico de la rehabilitación. España: ONC

 Palacios, A. (2008). El modelo social de discapacidad:. orígenes, caracterización y

plasmación en la Convención Internacional

 Ríos, M. (2015). El concepto de discapacidad: de la enfermedad al enfoque de

derechos. Revista CES Derecho, 6(2), 46-59.

 Schalock, R. y Verdugo, M.A. (2006). “Revisión actualizada del concepto

Calidad de Vida”. En: Verdugo, M. A. (ed.). Cómo mejorar la calidad de vida de las

personas con discapacidad. Instrumentos y estrategias de evaluación.

Salamanca: Amarú.

 Uruguay. Ley Nº 18.418. "Convención Sobre los Derechos de las Personas con

Discapacidad". Recuperado desde:

- https://parlamento.gub.uy/documentosyleyes/leyes/ley/18418

 “Uruguay. Ley nº18651. “PROTECCIÓN INTEGRAL DE PERSONAS CON

DISCAPACIDAD”. Recuperado desde:

- https://

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