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BOLILLA 7

LA ACCIÓN

La acción es el poder jurídico que tiene todo sujeto de derecho de acudir a los órganos jurisdiccionales para reclamarles
la satisfacción de una pretensión. Este poder jurídico compete al individuo en cuanto tal, como un atributo de su
personalidad y tiene un carácter rigurosamente privado. Sin embargo, la efectividad del ejercicio de la acción, interesa a
la comunidad, lo que le asigna carácter público. Mediante la acción se cumple la Jurisdicción, ergo, se realiza
efectivamente el derecho ya que, por tradicional principio que rige en materia civil, la jurisdicción no actúa sin la
iniciativa individual (nemo judex sine actore). Al referirnos a la acción, no hablamos de ella como derecho o como
pretensión, sino como la facultad de provocar la actividad de la jurisdicción, con lo cual, la acción es el poder jurídico que
todo individuo posee por su condición de tal, y en nombre del cual le es posible acudir ante los jueces en demanda de
amparo a su pretensión. El hecho de que esta pretensión presentada sea fundada o infundada no afecta la naturaleza
del poder jurídico de accionar, ya que pueden promover sus acciones en justicia aun aquellos que erróneamente se
consideren asistidos en razón.

LA BILATERALIDAD DE LA ACCIÓN

Una de las finalidades esenciales del Estado es administrar la justicia. Esta es llevada a cabo mediante los órganos de la
jurisdicción que habrán de resolver las controversias de un modo definitivo, ofreciendo a los contendientes recorrer un
camino en común, el proceso.
Quien reclama ante la jurisdicción (actor) algo contra otra persona, tiene el mismo derecho al proceso que su contendor.
Ambos pedirán, al amparo de la ley, la tutela jurisdiccional. Quien soporta el embate del actor (demandado) tiene
también derecho a obtener una sentencia que resuelva la demanda deducida en su contra. Además, dispone de la
acción, ya que al igual del contrincante, pide que se proteja su derecho con la fuerza del Estado.
Para resolver una contienda entre 2 personas, es necesario previamente “oír las 2 campanas”. Con mayor razón, cuando
alguien es acusado penalmente, es más apremiante el derecho a ser oído antes de ser condenado por el delito que se le
imputa.
Este sería un concepto amplio de la palabra “excepción”, que sería, el derecho que cabe a las personas para oponerse a
las acciones (civiles o penales) que se promueven en su contra.
Otras definiciones:
- También se usa el término “excepción” para aludir a la pretensión del demandado que, escudándose
únicamente en el derecho de fondo, solicita que se lo libere de soportar la pretensión del actor. Por ejemplo, de
excepción de pago. Si se comprueba su existencia, ello demostrará la inexistencia de la obligación.
- Otro sentido más restringido, usa “excepción” para denominar ciertos tipos específicos de defensas que regulan
los códigos procesales, y que tienen que oponerse antes de la contestación de la demanda en los procesos de
conocimiento, o cuando se es citado de venta o intimado de pago en los de ejecución. Las primeras son
“defensas nominadas” que no impiden que luego, al contestarse la demanda, el demandado pueda oponer otras
defensas que serán resultas en la sentencia definitiva. En los procesos de ejecución las excepciones son las
únicas defensas que puede articular el ejecutado.
- Otra acepción se refiere a la posibilidad que cabría al juez de poner de relieve, de oficio, aquellos hechos que
impidan, modifiquen o extingan los efectos jurídicos invocados por el actor.
Tanto la acción (ataque), como la excepción (defensa), pueden hacerse valer mediante la presentación al juez de una
demanda y su contestación conjunta, la que contendrá las pretensiones de las partes expuestas en forma simultánea y
no sucesiva.
- Art. 336 CPCYCN:
El demandante y el demandado, de común acuerdo, podrán presentar al juez la demanda y contestación en la forma
prevista en los artículos 330 y 356, ofreciendo la prueba en el mismo escrito.
El juez, sin otro trámite, dictará la providencia de autos si la causa fuere de puro derecho. Si hubiese hechos controvertidos,
recibirá la causa a prueba y fijará la audiencia preliminar prevista en el artículo 360.
El derecho a defenderse, más que un derecho cívico, o uno de rango constitucional, es un derecho fundamental del
hombre. El demandado puede no sólo defenderse, sino también atacar deduciendo una demanda reconvencional.
- Art. 337 CPCYCN:
En el mismo escrito de contestación deberá el demandado deducir reconvención, en la forma prescripta para la demanda, si
se creyere con derecho a proponerla. No haciéndolo entonces, no podrá deducirla después, salvo su derecho para hacer
valer su pretensión en otro juicio.
La reconvención será admisible si las pretensiones en ella deducidas derivaren de la misma relación jurídica o fueren
conexas con las invocadas en la demanda.

LA EXCEPCIÓN

Al hablar de excepción, se entiende, en su más amplio aspecto, que es el poder jurídico de que se halla investido el
demandado, que le habilita para oponerse a la acción promovida contra él. De esto modo podríamos decir que la
excepción es en cierto modo, la acción del demandado (este era su alcance en el Derecho Romano de Ulpiano reus in
exceptione actor est). Otra acepción del vocablo excepción, es el que alude a su carácter material o sustancial,
encontrándose aquí por ejemplo la excepción de pago, de compensación, de nulidad. Es válido aclarar en este sentido,
que al igual que sucede con la acción, estas excepciones sólo aluden a la pretensión del demandado lo cual no importa la
efectividad de su derecho. El otro sentido que se le da al vocablo excepción, es la cual se le da ciertos tipos específicos
de defensas procesales, no sustanciales, (dilatorias, perentorias o mixtas) mediante las cuales el demandado puede
reclamar al juez su absolución de la demanda o la liberación de la carga procesal de contestarla. El tema de la excepción
dentro del proceso, se concibe de forma paralela al de acción, ya que la acción que configura el derecho a atacar, tiene
como contracara una especie de réplica en el derecho del demandado a defenderse (toda demanda es una forma de
ataque, y la excepción es la forma procesal de defenderse contra esa demanda). La diferencia que pesa entre estos dos
institutos es que en tanto el actor tiene la iniciativa del litigio, el demandado no la tiene y debe soportar (contra su
voluntad) las consecuencias de la iniciativa del demandante. El derecho de defensa en juicio aparece como un derecho
paralelo a la acción en justicia. El actor pide justicia reclamando algo contra el demandado, y el demandado pide justicia
solicitando el rechazo de la demanda.

LA LEGITIMACIÓN PROCESAL

La legitimación activa supone la identidad entre la persona a quien la ley le concede el derecho de acción y quien asume
el carácter de actor; mientras que la legitimación pasiva existe cuando es la misma la persona quien está habilitada para
contradecir y el demandado.

Sin interés no hay acción y aquella es la medida de ésta (no se puede demandar por daños y perjuicios si no hay
perjuicios). Es la finalidad que el solicitante se propone lograr.

Por último, la vigencia de la acción supone que ésta no se haya agotado con su ejercicio, mediante: a) obtención de
sentencia, b) prescripción.

LA ORGANIZACIÓN JUDICIAL ARGENTINA: JUSTICIA ORDINARIA Y FEDERAL

La extensión del territorio, la diversa índole e importancia de las cuestiones que se ventilan en los procesos, y la
posibilidad de que los asuntos sean examinados en sucesivas instancias, imponen la necesidad de distribuir el ejercicio
de la función judicial de manera tal que cada órgano, o grupo de órganos, cumpla aquella función en forma compatible
con la existencia de las referidas circunstancias. Esa necesidad de repartir la labor judicial determina la aparición del
concepto de competencia, a la que cabe definir como la capacidad o aptitud que la ley reconoce a un juez o tribunal
para ejercer sus funciones con respecto a una determinada categoría de asuntos o durante una determinada etapa del
proceso. De allí que se exprese, corrientemente, que la competencia es la "medida" de la jurisdicción.

Para saber en cada caso concreto a qué juez o tribunal corresponde cada asunto, primeramente tengo que examinar si
es competencia de la justicia federal o de la justicia ordinaria; luego determinar la circunscripción territorial; y dentro de
ella, la competencia por razón de la materia y del valor.
Competencia federal: La competencia federal es la facultad reconocida por los órganos que integran el Poder
Judicial de la Nación para ejercer sus funciones en los casos, respecto de personas y en los lugares
específicamente determinados en la Constitución Nacional. En principio la justicia federal se organiza en los art.
116 y 117 de la Constitución Nacional.

La competencia federal tiene ciertas características específicas:

a. De excepción: intervendrá sólo en aquellas cuestiones que haya mediados delegación de


poderes (sólo cuestiones mencionadas en el art. 116 CN).
b. Restrictiva: se utiliza con criterio restrictivo la interpretación de normas en competencia
federal; en caso de duda interviene la justicia ordinaria.
c. Suprema: el más alto órgano de la justicia federal es la Corte Suprema de Justicia, por lo
que ningún otro órgano puede rever sus decisiones.
d. Privativa: les está prohibido a cualquier tribunal provincial intervenir en materia federal.
e. Improrrogable: no se puede pactar la jurisdicción federal; por el contrario, se puede
renunciar a tal jurisdicción.
f. Inalterable: una vez que se radica en la justicia federal, no se modifica.

Competencia ordinaria: es aquella en la que intervienen los juzgados provinciales, y al ser la federal de carácter
restrictivo en todo aquello que la provincia no delegue, actúa la justicia ordinaria.

La competencia ordinaria es la regla (y la misma también se subdivide por cuestiones de territorio, materia, y grado) y la
competencia federal es limitada (solo puede ejercerse en los casos expresamente numerador por leyes constitucionales
o reglamentarias); privativa (excluye a la competencia de tribunales de provincia); e improrrogable (por razón de la
materia, ya que en algunos casos es prorrogable en razón de las partes involucradas como por ej. Pleito en el que un
vecino de una provincia demande al vecino de otra).

LOS PRINCIPIOS PROCESALES: PRINCIPIO DE LEGALIDAD/ DE BILATERALIDAD/ DE ECONOMÍA PROCESAL

Principio de legalidad: Excluye la posibilidad de que las partes convengan libremente los requisitos de forma, tiempo y
lugar a que han de hallarse sujetos los actos procesales, pues tales requisitos se encuentran predeterminados por la ley.

Este principio puede acarrear el inconveniente de que, extremando su aplicación, se incurra en excesos rituales, y es por
ello que en los últimos cincuenta años ha ganado terreno en la doctrina y en la legislación procesal el llamado principio
de "instrumentalidad de las formas". Se funda, substancialmente, en la consideración de la idoneidad de los actos
procesales desde el punto de vista de la finalidad que en cada caso están llamados a cumplir, sin que la inobservancia de
las formas, por sí sola, pueda dar lugar a su nulidad.

Principio de bilateralidad: Deriva de la CN, que consagra la inviolabilidad de la defensa en juicio de la persona y de los
derechos.

- Art. 18 CN: Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho
del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los jueces designados por la ley antes del hecho
de la causa.

Implica la prohibición de que los jueces dicten alguna resolución sin que previamente hayan tenido oportunidad de ser
oídos quienes pudieran verse directamente afectados por ella. Es decir, nadie puede ser condenado sin juicio previo, en
el cual se deben oír a ambas partes.

La vigencia de este principio requiere que las leyes procesales acuerden, a quienes pudieran encontrarse en aquella
situación, una suficiente y razonable oportunidad de ser oídos y de producir pruebas.
Principio de economía procesal: Previsiones que tienden a la abreviación y simplificación del proceso, evitando que su
irrazonable prolongación haga inoperante la tutela de los derechos e intereses comprometidos en él. Constituyen
variantes de este principio los de concentración, eventualidad, celeridad y saneamiento.

- Principio de concentración: (destinado al juez) apunta a la abreviación del proceso mediante la reunión de toda
la actividad procesal en la menor cantidad de actos, y a evitar, por consiguiente, la dispersión de dicha actividad.
Tiene vigencia, primordialmente, en los procesos orales, aun cuando no es incompatible con aquéllos regidos
por el principio de escritura, en los cuales su aplicación contribuye a eliminar inútiles dispendios de actividad.
Que se agrupen la mayor cantidad de actos procesales en 1 solo.
- Principio de eventualidad: (destinado a las partes) que los actos se vayan haciendo de forma sucesiva.
- Principio de celeridad: representado por las normas que impiden la prolongación de los plazos y eliminan
trámites procesales superfluos u onerosos. Que el proceso se desarrolle de la forma más rápida posible.
- Principio de saneamiento: se acuerdan al juez facultades suficientes para resolver, in limine, todas aquellas
cuestiones susceptibles de entorpecer el pronunciamiento sobre el mérito de la causa, o de determinar, en su
caso, la inmediata finalización o la abreviación del proceso. El juez debe tener un contacto con las partes, que
conozca la causa. Para que pueda analizar sus gestos, su lenguaje corporal.

LA JURISDICCIÓN

La palabra “jurisdicción” aparece en el lenguaje jurídico con distintos significados. En los países latinoamericanos este
vocablo tiene al menos cuatro acepciones: como ámbito territorial; como sinónimo de competencia; como conjunto de
podres o autoridad de ciertos órganos del poder público; y su sentido preciso y técnico de función pública de hacer
justicia. En una primera aproximación al concepto de función jurisdiccional debemos reconocer que existe una cierta
sinonimia entre función judicial y función jurisdiccional. No toda función propia del Poder Judicial es función
jurisdiccional. No lo es, por ejemplo la jurisdicción voluntaria. Tampoco toda función jurisdiccional corresponde al Poder
Judicial, ya que existen funciones jurisdiccionales a cargo de otros órganos del Estado, sin embargo, en términos
generales la función judicial coincide con la función jurisdiccional.

No toda función jurisdiccional está encomendada al Poder Judicial; sino que la ejercen también numerosos organismos
administrativos y el propio órgano legislativo. La jurisdicción puede ser judicial, administrativa o legislativa.

- Un ejemplo de jurisdicción administrativa son las sanciones que impone el Tribunal de Faltas cuando se infringen
determinadas ordenanzas, o cuando el Tribunal de Cuentas de la Nación decide sobre la responsabilidad de
quienes administran fondos nacionales.
- Un ejemplo de jurisdicción legislativa son los casos de juicios políticos, cuando media un mal desempeño de un
funcionario público.
Art. 53 CN (Atribuciones de la Cámara de Diputados): Sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente,
vicepresidente, al jefe de gabinete de ministros, a los ministros y a los miembros de la Corte Suprema, en las causas de
responsabilidad que se intenten contra ellos, por mal desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones; o por
crímenes comunes, después de haber conocido de ellos y declarado haber lugar a la formación de causa por la mayoría de
dos terceras partes de sus miembros presentes.

Entonces, la jurisdicción, como función estatal, constituye un género, del cual la jurisdicción judicial y la administrativa
configuran especies.

Clasificación de la jurisdicción: desde el punto de vista del órgano habilitado para decidir el conflicto, la jurisdicción
puede dividirse en judicial y administrativa.

- La jurisdicción administrativa consiste en la actividad que despliegan los órganos administrativos tanto en la
aplicación de sanciones a los administrados o a los funcionarios o agentes de la propia administración, como en
el conocimiento de las reclamaciones y recursos que tienen por objeto asegurar el imperio de la legitimidad
dentro de la esfera administrativa. Esas decisiones son, en principio, revisables por los jueces y tribunales de
justicia, salvo que versen sobre materias privativas del poder administrador.
- La jurisdicción judicial puede dividirse, atendiendo al poder político del que emanan las atribuciones de
administrar justicia, en jurisdicción nacional, que tiene su origen en el poder del Estado nacional (CN, arts. 94 y
sigs.) y en jurisdicción provincial proveniente de las respectivas autonomías locales (CN, arts. 5o y 106).
Tradicionalmente también se divide la jurisdicción judicial en contenciosa y voluntaria, aunque, en rigor, como
se verá más adelante, la segunda no reviste carácter jurisdiccional sino administrativo.

LA COGNICIÓN Y LA EJECUCIÓN FORZADA

Dentro de los aspectos de la jurisdicción judicial, tenemos 2 partes, que son las 2 caras de la misma moneda:

1. COGNICIÓN (toda la etapa previa a la sentencia).


2. EJECUCIÓN (hacer cumplir la sentencia).

- En primer lugar, se debe iniciar el proceso civil, mediante una demanda.


- Luego se da la contestación de la demanda.
- Posteriormente, el juez debe evaluar los elementos que las partes le facilitaron.
- Realizada la evaluación, el juez puede rechazar o hacer lugar a la demanda.
- Una vez dictada la sentencia:
Si es declarativa, con la simple declaración del derecho ya se ejecuta automáticamente.
Si es condenatoria, muchas veces no se cumplen, entonces el juez debe contar con los medios necesarios para
forzar su ejecución. Por ejemplo: juicio de ejecución de sentencia. Siempre, de alguna manera, se hace cumplir
la sentencia.

PRUEBA CONFESIONAL

La confesión es la declaración que hace una de las partes respecto de la verdad de hechos pasados, relativos a su
actuación personal, desfavorable para ella y favorable para la otra parte. La confesión debe versar sobre hechos (no
sobre derechos). La confesión prestada por cualquiera de las partes es suficiente para que el juez tenga por existentes
los hechos que han sido objeto de ella, sin necesidad de que se produzcan otras pruebas (se la considera la prueba más
importante y eficaz del proceso civil.

PRUEBA TESTIMONIAL

Testigos son las personas físicas (mayores de 14 años), distintas de las partes que deben declarar sobre sus percepciones
o deducciones de hechos pasados. El testigo puede ser Admisible (cuando la Ley no prohíbe su declaración); Excluido (si
media prohibición por ley de que declare, ya sea en cualquier juicio, en contra o a favor de alguna de las partes, o
respecto de determinados actos); y Atendible (cuando su declaración es idónea para crear la convicción del juez sobre la
verdad de los hechos a que refiere). Cada parte podrá ofrecer máximo 5 testigos (ampliable a 8 si mediara petición
expresa y fundada al juez y este accediere). Los testimonios se toman en la audiencia preliminar (en ER).

PRUEBA PERICIAL

Se da cuando la comprobación o explicación de ciertos hechos controvertidos en el proceso requiere conocimientos


técnicos ajenos al saber específicamente jurídico del juez. Surge la necesidad de ser auxiliado por personas que posean
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o industria, y a quienes se denomina Peritos. Según el art. 450 CPCCER
la idoneidad del perito surge de: si la profesión estuviere reglamentada, se deberá tener título habilitante en la ciencia,
arte o industria o actividad técnica especializada a que pertenezcan las cuestiones acerca de las cuales deban expedirse,
en caso que no haya perito con esas características podrá ser nombrada cualquier persona con conocimiento en la
materia.

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