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La variante nahua de los dioses mesoamericanos

Los dioses mesoamericanos son entidades con limites ambiguos, poco definidos,
que se entremezclan e intercambian naturalezas entre sí. Tienen actitudes y
deseos completamente carnales, propias de los seres humanos; cada dios tiene
una voluntad, una naturaleza que les dicta que hacer cual es su deseo, un
vehemente deseo que guía su existencia. Es su realización de ese deseo el que
provoca los ciclos cotidianos, estacionales, anuales, etc.

Cada dios tiene su trabajo (téquitl) en un sentido social, su naturaleza les impide
actuar de otra forma, funcionando como actores de una sociedad sacra,
prolongando su naturaleza en el mundo humano, por lo que existe un grupo de
dioses patrones de ciertos estratos sociales. A su vez, los dioses encarnan una
lucha constante de contrarios, desplazándose constantemente entre sí. Los
dioses parecen ser seres ordenados, calendáricos, emergiendo ajo la forma de
tiempo, esperando su turno para entrar en acción.

Es decir, la idea de los dioses se construye a partir de la interacción de la vida


social y la naturaleza, es por ello que los dioses tienen impulsos y deseos
parecidos a los de los hombres, pero expresados de manera trascendente a estos.

Las sociedades nahuas se caracterizaron por una compleja división del trabajo,
gracias un sistema de trabajo colectivo rotatorio. Por lo que quizás fuera esta
división del trabajo el que inspirara la capacidad de los dioses para mezclarse y
combinarse entre si para expresarse en nuevos compuestos que den lugar en
dioses, parecidos a los originales pero diferentes, tal como sucede en la
naturaleza. Estas partes divididas de los dioses pueden actuar de manera
independiente a la forma combinada de estos.

Los dioses están conformados por dos tipos de materia que conforman el
universo:

 La materia ligera: sin masa e imperceptibles para los humanos, conformada


por entidades como alma y fuerzas numénicas.
 La materia pesada: tiene masa, palpable y perceptible.

Al tratar con los aspectos polarizados de los dioses, lo más acertado seria halar de
complejos de deidades, ya que cada desdoblamiento de estos se convierte en un
complejo de entidades con sus respectivas cualidades que los diferencian, siendo
en cuatro o hasta cinco partes, habiendo una extensión horizontal. Estos
complejos pueden dividirse o recombinarse para formar una entidad distinta, por lo
que sus identidades resultan brumosas, dificultando especificar una relación
genealogía entre cada desdoblamiento, así como una identificación del dominio de
cada deidad.

Todos los seres contienen un complejo anímico, el alma humana comparte


sustancia con al menos una deidad, que a su vez se descompone en al menos
tren entidades distintas, siendo una de ellas inmortal, por lo que los hombres
mismos son como dioses menores. Los dioses son los elementos mismos de la
naturaleza, siendo ellos mismos componentes de la estructura básica del cosmos.
Una ordenación posible es partir de la deidad filosóficamente mas importante,
comenzando por:

1. Ometéotl, el señor – Dos, a quien los dioses mismos deben venerar


a. el dios se desdobla en una pareja: Ometéotl y Omecíhuatl. Todo lo
masculino queda de un lado y lo femenino del otro
b. Ometéotl, habitante del décimo tercer piso del cielo, llamado el
Omeyocan
2. otro aspecto de Ometéotl-Omecíhuatl es el de Tonacatecuhtli-
Tonacacíhuatl, aunque también lo femenino se expresa en Citlalatónac-
Citlalicue
3. Como entidad ubicua, “dueño del cerca y del junto”, su nombre es Tloque
Nahuaque o “Nuestro señor, dueño del cielo, de la tierra y de la región de
los muertos”:
4. Ometéotl se conecta con el nombre de Tonacatecuhtli, en su aspecto
masculino, y Tonacacíhuatl, en su aspecto femenino. Estos seres son la
abstracción última de la fertilidad.
5. Cihuacóatl-Quilaztli es la mitad original del monstruo a partir del cual los
dioses hacen el mundo
6. En lo lunar, Tlazoltéotl se emparenta con una diosa de la que se ha dicho
que tiene origen chichimeca, llamada Itzpapálot
a. En general, las diosas que discurren por el cielo, son mujeres
guerreras, pues están en la región en la que, justamente, predomina
la guerra (opuesta a la fertilidad).
b. Coatlicue o Yolotlicue, fueron enfatizados por la élite en el poder
para justificar la necesidad del sacrificio y toda la maquinaria bélica
que implica.
7. En su advocación más abstracta, Tlaltecuhtli, la tierra era un ser reptiliano
de apariencia hórrida.
8. Tláloc es, ante todo, un dios de la tierra. De ahí la raíz de su nombre (tlalli:
tierra). Se identificaba con un cerro específico de la Cuenca de México (Hoy
Monte Tláloc)
a. Tláloc puede escindirse en un gran número de réplicas, dioses
pequeños llamados quienes directamente producen el rayo y hacen
llover.
b. Tláloc actúa como sostén del cielo o conjunto de postes cósmicos.
9. La diosa-madre acuática par excelencia, es Chalchiuhtlicue.
a. del lado de la Cuenca de México, se identificó directamente con los
grandes lagos que nutrieron a las poblaciones humanas desde varios
milenios atrás.
10. Las transformaciones, el ciclo del maíz, es percibido como la presencia de
dioses bien diferenciados, sucesivos en el tiempo: la tierna Xilonen, Cintéotl
el juvenil, Chicomecóatl madura y aún Ilamatecuhtli, la vieja. Pero otros
aspectos de la misma planta, son expresados por Iztac Cintéotl y
Tlatlauhqui Cintéotl, el maíz blanco y rojo.
11. Ehécatl, el viento, un aspecto de la compleja deidad Ehécatl-Quetzalcóatl.
a. Aparentemente, este dios vino a fusionarse con un antiguo concepto,
ligado probablemente a la fertilidad, el animal mítico conocido desde
antiguo en forma de serpiente emplumada.
12. Los dioses del Mictlan, la región de los muertos, parecen reinar en lo más
profundo del inframundo.
a. Mictlantecuhtli preside sobre un mundo sombrío, espantable.
Mictlantecuhtli es representado como un ser hediondo, descarnado,
excepto quizás de manos y pies.
b. Mictlantecuhtli, como otros dioses, puede desdoblarse en un par
masculino-femenino; su pareja es Mictecacíhuatl.
c. Los otros tres nombres del dios son: Ixpúztec, Nextepehua y
Tzontémoc.
d. Tlalchihtonatiuh, el sol que entra a la tierra bajo el horizonte, no hay
duda de que es una deidad que muere, pero no parece que
pertenezca realmente al reino de Mictlantecuhtli.
13. El Sol, por sí mismo es una deidad, pero se desdobla en varios aspectos
diferentes. El más conocido, e importante es el de Tonatiuh; el Sol diurno.
a. Al empezar su movimiento descendente, su naturaleza ha cambiado,
al grado de ser un falso sol, un espejo (vinculado con Tezcatlipoca)
que refleja una luz lunar.
b. En el inframundo, la naturaleza del Sol cambia a la de
Tlalchihtonatiuh; el Sol cerca del horizonte; concepto asociado con el
Sol nocturno, el Sol subterrestre, Yohualtonatiuh, o Yohualtecuhtli,
también señor de la noche.
14. Otra deidad de carácter muy solar es precisamente Huitzilopochtli, el dios
patrono de los mexica.
a. Huitzilopochtli encarna la guerra y la necesidad del sacrificio
humano, indispensable, entre otras cosas, para la cotidiana marcha
del Sol.
b. Huitzilopochtli se vincula, además del Sol, con el fuego. El animal
que es nahual del fuego, una serpiente llamada Xiuhcóatl, es el arma
que Huitzilopochtli blande.
15. El fuego es uno de los dioses que pueden fungir como poste, ubicándose
entonces también en los extremos del plano. La advocación cuádruple del
dios, recibe el nombre de Nauhyotécatl; pero las fuentes explicitan también
sus cuatro desdoblamientos cardinales: Xoxouhqui Xiuhtecuhtli, Cozauhqui
Xiuhtecuhtli, Iztac Xiuhtecuhtli y Tlatlauhqui Xiuhtecuhtli (respectivamente,
el dios del fuego verde, amarillo, blanco y negro).
16. Huehuetéotl, el dios viejo del fuego. Suponemos que el culto del fuego y su
evocación como un dios viejo, es un culto muy antiguo.
a. El aspecto femenino de ese dios se personifica en la diosa Chantico,
que expresa particularmente el fuego del hogar, y el del interior de la
tierra.
b. En su aspecto masculino, Cuezalin, es el dios que vuelve a encender
a los astros muertos, para que renazcan nuevamente ardientes por
el oriente.
17. Las deidades venusinas, por tanto serán cazadoras y/o guerreras; en todo
caso, muy móviles. Mixcóatl o Camaxtli es el caso arquetípico, pues es las
dos cosas.
18. Podemos imaginar a Venus como dos dioses distintos: uno de ellos
asociado a su fase de estrella de la mañana, y el otro a su fase de estrella
de la tarde.
19. La primera deidad, siempre ascendente y en cierta forma diurna, es un dios
guerrero, ígneo al extremo: Tlahuizcalpantecuhtli. La segunda deidad,
descendente y más bien nocturna, es un dios más frío, asociado con el
inframundo, pero más móvil y belicoso que la mayoría de los dioses de la
parte inferior, Xólotl.
20. Tlahuizcalpantecuhtli, señor de la aurora, de la claridad y también de la
guerra.
21. La deidad del espejo humeante: Tezcatlipoca.
a. Tezcatlipoca, de hecho, a veces es destacado en las fuentes, como
la deidad más importante, el dios de los dioses, el todopoderoso.
b. Es una deidad de la música.
c. Entre sus tareas está la de causar discordia, desatar el movimiento;
personifica al enemigo y lo es hasta de sí mismo.
d. Tlamatzíncatl, es el aspecto cazador de Tezcatlipoca.
22. Otra deidad del segundo desdoblamiento, también de enorme importancia,
a veces asociado al Tezcatlipoca rojo, es Xipe Tótec, nuestro señor
desollado.
a. patrón de los orfebres, tiene dominio sobre las enfermedades de la
piel y los ojos, y el sacrificio gladiatorio, debe tener también vínculos
con la guerra. No obstante, se ha interpretado principalmente como
el dios asociado al cambio estacional.
23. Una sorprendente advocación de Xipe es la deidad calendárica Itztli, o
Itzpapaltótec, una personalización del cuchillo sacrificial, patrón de una de
las veintenas del Tonalpohualli.
24. A principios del Posclásico, Quetzalcóatl pasa a primer plano, como el dios
del gobierno, del poder y la guerra, especialmente ligada a los gobernantes
mismos, como si ése fuera su tequitl en el cosmos.
a. En la tradición nahua, se atribuye a Ehécatl-Quetzalcóatl un origen
huasteco.
b. En el Posclásico, Quetzalcóatl es percibido, además, como patrón de
las artes, el conocimiento, e inventor del calendario.
c. Es el extractor, y ése es su verdadero téquitl; de alguna forma, el
gobierno se concibe también como una forma de traer al mundo de
los hombres las virtudes del poder divino.
d. Quetzalcóatl también extrae a los hombres del interior de la tierra al
iniciar una migración.
e. Es su par dialéctico, Tezcatlipoca, quien le hace fallar.
25. Ehecátl-Quetzalcóatl mismo era la deidad patrona de los comerciantes de
Cholula, y de toda esa ciudad.
Las deidades nahuas son el devenir, estructuran ciclos en creciente complejidad
hasta que el sol muera y los hombres sean devorados por las tzitimime y llegue el
final de la quinta era.

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