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Itzli

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Iztli (o Itztli) era un dios mexica de piedra, en la forma de un cuchillo de sacrificios. Servía a
Tezcatlipoca como dios de la Segunda Hora de la Noche. Está asociado con Chalchiuhtlicue y
Tlazoltéotl.1

Referencias

Altuve, Carlos (1998). Diccionario integral del crucigramista. El Nacional. ISBN 9789806423121, p.
295.

Tezcatlipoca AFI [teskatɬiː'poka] (en náhuatl: Tezcatlipoca)?2 en la mitología tolteca (y otros


pueblos mesoamericanos de habla náhuatl), es el dios de la providencia, de lo invisible y de la
oscuridad3. Entre los nahuas, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca son dualidad y antagonía. Quetzalcóatl
es llamado también Tezcatlipoca blanco4 en tanto que el color de Tezcatlipoca es el negro5.

Índice

1 Mito

2 Caracterización

3 Ceremonias consagradas

4 Caracterizaciones de Tezcatlipoca en los seres humanos

5 Bibliografía

6 Referencias

7 Véase también

8 Enlaces externos
Mito

Ometéotl (Ometecuhtli y Omecihuatl), la pareja creadora, principio dual, masculino y femenino, en


la cultura náhuatl, viviendo en el decimotercero cielo, engendró cuatro hijos: el primero fue
Yayauhqui Tezcatlipoca (Tezcatlipoca oscuro), el segundo Tlatlauhqui Tezcatlipoca (Tezcatlipoca
Rojo, también llamado Xipe Tótec o Camaxtle), el tercero fue el Tezouhqui Tezcatlipoca
(Tezcatlipoca azul) entre los de habla nahuatl conocido como Huitzilopochtli (colibrí del sur) y el
cuarto, el Iztac Tezcatlipoca (Tezcatlipoca blanco) o Quetzalcóatl. [Mencionar en que fuente se
indica este orden]

En el manuscrito antiguo conocido como “Historia de los toltecas por sus pinturas”, que trata de
los mitos de origen de los antiguos mexicanos, se menciona que existió una pareja celestial, divina,
creadora. Él se llamaba Tonacatecuhtli (El Señor de nuestra carne), y ella llevaba por nombre
Tonacacihuatl (La mujer de nuestra carne), los cuales, dice el manuscrito: “se criaron y estuvieron
siempre en el treceno cielo, de cuyo principio no se supo jamás”. Esta pareja divina tuvo cuatro
hijos, cuyo orden, según el manuscrito antiguo, es el siguiente: El primero en nacer, el mayor de
todos, llamaron Tlatlauhqui Tezcatlipoca, también llamado Camaxtle (y por el nombre más
conocido de Xipe-Totec); el segundo hijo que tuvieron pusieron por nombre: Yayauhqui
Tezcatlipoca, "el cual fue el mayor y peor, y el que más mandó y pudo que los otros tres... Al
tercero llamaron Quetzalcoatl, y por otro nombre Yohualli Ehecatl. Al cuarto y más pequeño
llamaban Omitecuhtli y por otro nombre, Maquizcoatl y los mexicanos le decían
Huitzilopochtli..."6

“Y de estos cuatro hijos de Tonacatecuhtli y Tonacacihuatl, el Tezcatlipoca era el que sabía todos
los pensamientos y estaba en todo lugar y conocía los corazones, y por esto le llamaban
Moyocoyani, que quiere decir que es todopoderoso… Estos dioses tenían estos nombres y otros
muchos, porque según en la cosa en que se entendían, o se les atribuían, así le ponían nombre,
porque cada pueblo les ponía diferentes nombres, por razón de su lengua, y ansí se nombran de
muchos nombres.” 7

Cabe mencionar que los únicos hijos de la pareja creadora que son llamados "tezcatlipocas" son el
primero y el segundo, los otros dos (Quetzalcoatl y Huitzilopochtli) no reciben ese apelativo, al
menos no en esta fuente o manuscrito antiguo.

En una de las leyendas nahuatlacas, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl originaron al mundo. Existía solo
un océano primigenio, donde únicamente vivía el monstruo de la tierra, Cipactli, Tezcatlipoca
ofreció su pie como señuelo, y el monstruo de la tierra emergió y se lo comió [No existe fuente
antigua que haga mención de esto último]. Entonces, Tezcatlipoca y Quetzalcóatl se apoderaron
de él, y lo extendieron para convertirlo en la tierra. [Falta mencionar las fuentes. Ver Discusión].

Sus múltiples ojos se convirtieron en estanques y lagunas, y sus fosas nasales son las cuevas. Para
resarcir el daño que le hicieron al monstruo de la tierra, Tezcatlipoca exige ofrendas humanas,
consistentes en dar de cada uno lo mejor de sí (¿?), alcanzando la trascendencía a través de la
acción y la preservación de la naturaleza [falta mencionar la fuente]. Entre los toltecas, era un
protector transformador que descendió del cielo a la tierra valiéndose de una tela de araña, para
destruir la obra de Quetzalcóatl, a quién se le apareció bajo el aspecto de un viejo que le ofreció el
brebaje de la inmortalidad, pero éste era en realidad una bebida enloquecedora (Pulque). Los
espíritus de los muertos debían presentarse ante Tezcatlipoca para recibir su sentencia vestidos
con una piel de jaguar y con un yugo de madera al cuello. Antes de entrar en el reino de la muerte,
la morada de Mictlán, eran sometidos a varias pruebas [falta mencionar la fuente].

Caracterización

Máscara de turquesa representando a Tezcatlipoca (Museo Británico).

Sus representaciones eran pintadas con un tipo especial de tintes con reflejos metálicos; solía
aparecer representado con una franja negra en el rostro y un espejo de obsidiana en el pecho,
donde veía todas las acciones y pensamientos de la humanidad, y del cual brotaba un humo que
mataba a sus enemigos; la condición de espejo resume a Tezcatlipoca, los contrastes y dualismos
presiden todas sus funciones, Tezcatlipoca también es representado con una franja negra en el
rostro y en una pierna muestra un hueso expuesto donde debería estar el pie, como un jaguar, el
que va al corazón de la montaña (Tepeyolohtli), fuerza interna de la Madre Tierra, el sol nocturno;
su emblema es un cuchillo de obsidiana, que representa el viento negro y cortante, como las
palabras que desarmonizan el entorno y la comunicación cuando no se emplean adecuadamente.

Tezcatlipoca es, señor del lado norte del universo, que se identificaba con el Mictlán, región del
reposo, y se llama Mictlampa, rumbo de los muertos. Se asocia con el color negro, con la imagen
del Técpatl o cuchillo de pedernal, lo preside Yayauhqui Tezcatlipoca (Oscuro espejo su esplendor);
el norte es una región árida por donde soplan los vientos fríos; él tenía la habilidad de conocer los
pensamientos y los sentimientos, además de ser omnipresente; es el guerrero del norte,
representa el cielo nocturno, la luna y las estrellas, es llamado "noche y viento, el árbitro, el que
piensa y rige por su propia voluntad"; es el dios de la noche y la tentación, una de sus
características más relevantes es poseer la juventud eterna, por eso era llamado telpochtli (el
siempre joven); es invisible, virtud por la que se lo creía omnipresente y se le atribuye además el
nombre yáotl (el enemigo), como la creación del aire y la música (en una mano porta flechas, en la
otra una flauta). Es el dios que da y quita la riqueza, es el protector de los esclavos.
Tezcatlipoca fue el dios azteca de la noche y todas las cosas materiales. Llevaba consigo un espejo
de cualidades mágicas, que emanaba humo y era capaz de matar al enemigo, aspecto por el que
también era llamado dios del espejo humeante. Fue deidad de la región norte y, como señor del
mundo y de las fuerzas naturales, era el oponente de Quetzalcóatl, relacionado con lo espiritual;
juntos complementaban la dualidad antagónica con que la cosmogonía azteca explicó el mundo.
Entre los investigadores aún no existe acuerdo sobre quién, de los dos, fue el dios principal en el
panteón, aunque no se duda de que ambos lo fueran. En ocasiones, Tezcatlipoca aparece en las
narraciones como un tentador de los hombres, instándolos al mal: castigando la maldad y
recompensando la bondad, él ponía a prueba la mente de los hombres frente a las tentaciones.
También era el dios de la belleza y de la guerra, señor de héroes y muchachas preciosas,
representado siempre con un cuerpo joven y hermoso. Una leyenda cuenta cómo el mundo fue
creado por Quetzalcóatl y Tezcatlipoca, cuando sólo existían el océano y un monstruo de la tierra
que habitaba sus aguas. Entonces, Tezcatlipoca ofrendó su pie, utilizándolo como carnada para
atraer al monstruo hasta la superficie, en donde, tan pronto asomó, fue capturado por ambos
dioses, que lograron estirar su cuerpo a lo largo del globo, creando así la superficie terrestre, la
tierra firme. La herida de batalla aparece representada toda vez que se evoca a Tezcatlipoca, quien
aparece con una de sus piernas sin pie.

Ceremonias consagradas

Tezcatlipoca

En honor a Tezcatlipoca se hacían las fiestas segundas en importancia después de las


correspondientes a Huitzilopochtli; su nombre fue probablemente tomado de Tézcatl, que es el
mes en el que se celebraba, aparte que significa espejo y luna, dado que Tezcatlipoca era un dios
lunar, caracterizado por el espejo, la fiesta era celebrada el 19 de mayo. El nombre de la fiesta era
Toxcatl y consistía en la ofrenda simbólica de un joven que representaba a Tezcatlipoca. Un
esclavo era elegido para ser sacrificado y durante un año era tratado como un dios en la tierra. Era
escogido por no tener tacha alguna en su cuerpo, por tener los cabellos hasta la cintura, y por ser
agraciado y fuerte. Recorría las calles tocando la flauta y siendo adorado, para esto se le eran
asignados 12 acompañantes, uno de ellos le sustituiría si él escapaba. Se escogían 4 sacerdotisas
para que cumplieran todos sus deseos durante el año y 20 días antes de su sacrificio se casaba con
ellas, siéndoles asignados los nombres de las diosas (Xochiquétzal, Xilonen…) a cada una. La fiesta
tenía alrededor de 6 o 7 fases, en las que participaba el pueblo. En las primeras 4 fases, es la
imagen de Tezcatlipoca la que es ataviada, vestida y adorada, por el pueblo y por jóvenes de
ambos sexos, que lo cubrían con cuerdas de maíz. Al final del año, el pueblo hacía sacrificios de
animales pequeños, dejaba comida al ídolo, la cual recogían los sacerdotes y hacían ofrendas de
joyas, mantas y copal. Al joven le cortaban el cabello “como a un capitán” y lo vestían con joyas y
mantas. Los últimos 5 días se pasaba de ciudad en ciudad, junto con sus esposas, hasta que
finalmente debía subir al Templo Mayor de Tenochtitlán, rompiendo cuatro flautas que
representaban los puntos cósmicos. Cuando ascendía, se recostaba en una piedra y se le
arrancaba el corazón.

Caracterizaciones de Tezcatlipoca en los seres humanos


Las principales asociaciones que se encuentran de Tezcatlipoca en los códices calendáricos y en la
tradición oral son las siguientes:

Chalchiutotolin ‘guajolotito de jade’. El totolin o huexolotl representa la exaltación de la


importancia personal, el ego de los humanos, estos se inflan el pecho como los guajolotes
enorgullecidos de su plumaje. El chalcuitotolin por el contrario es un guajolotito, mantiene su ego
chiquito y los chalchuiutes, piedras de jade, son símbolo de belleza. El chalchuiutotolin representa
un ego hermosamente mantenido pequeño, humildad. Los antiguos nahuas que iban a ejercer un
cargo público debían de ser personas que convirtieron su actitud totolin en una chalchuiutotolin,
quienes vencían su ego ya eran aptas para regir con honestidad, sin ambiciones de poder o
superioridad personal.

Chalchiuhtotolin, del códice Telleriano-Remensis (siglo XVI).

Ixnextli ‘la que tiene ceniza en su rostro’. Ixnextli representa una cualidad asociada a Tezcatlipoca
que se presenta únicamente en las mujeres de entre 11 y 17 años, pero que la mayoría decide
ocultar, por eso ocultarse el rostro con ceniza. En el momento de pasar de la niñez a ser adulto, en
ese momento de cambio se pueden desarrollar ciertas cualidades en las mujeres como mover
objetos con el pensamiento o afectar a quien se tenga un enojo dirigido.

Ixquimilli ‘el que tiene los ojos vendados’. Es una cualidad sensorial, desarrollar la sensibilidad del
tacto, oído y olfato. Agudizar estos sentidos permite que las personas sientan los cambios de
temperatura, percibir formas y colores con el tacto.

Tepeyolohtli ‘corazón del monte’. Se asocia con Tezcatlipoca, es el trabajo interno, la introspección
de nuestro ser; además está práctica es también adentrarse en el interior de la naturaleza, en el
interior de la mente universal a la cual formamos. Las montañas, cuevas y bosques es donde se
desarrolla mejor esta cualidad, por la fuerza de que estos emanan y por la oscuridad que ofrecen.
Los iniciados en la ciencia de Tezcatlipoca eran llevados a estos lugares donde habita el ocelote
para trabajar en sí mismos.

Oztohteotl ‘fuerza que emana de las cuevas’. Oztoc significa ‘cueva’, y teotl es el principio creador.
Relacionado con tepeyolohtli. Estando en el interior de las cuevas, es la fuerza que activa los
sentidos adormecidos para integrarse cada ser a su subconsciente para conocerse a sí mismo,
conocer el todo del que forma parte.
Itzpapalotl ‘mariposa de obsidiana’. Es la energía femenina, se manifiesta desde que se mete el
sol, alcanzando su zona de mayor influencia a la medianoche y descendiendo hasta desaparecer
cuando sale el sol. Se agudizan los sentidos para la oscuridad de la noche; visión, tacto, olfato,
intuición, en general todas las percepciones. En energía femenina que afecta a mujeres y hombres.

Ixcuinan ‘las madres que toman el rostro’. Proviene de ixtli ‘rostro’, nantli ‘madre’ y el verbo cuia
‘tomar’. Es la fuerza de las mujeres que ya fueron madres que pueden conocer a fondo las cosas o
personas con solo ver su rostro o su superficie. Las ixcuinan pueden saber si una persona está
enferma o si necesita o padece de algo con solo verles, tocarles la cara.

Meztli ‘luna’. Representa cómo las fases lunares afectan a la mente de los humanos activando la
intuición, el intelecto, la energía física.

Tecziztecatl ‘el del caracol’. Representa todo lo que constantemente evoluciona, origen y
eternidad. Cambio de nuestras ideas y pensamientos, la evolución de estos desde su origen, esa
semilla, pasando por todos los cambios, ajustes, detalles, hasta la eternidad solidificándola con la
acción.

Bibliografía

Olivier, Guilhem (2005). Tezcatlipoca. Burlas y metamorfosis de un dios azteca. México: Fondo
de Cultura Económica. ISBN 968-16-7336-0.

Barjau, Luis (1991). Tezcatlipoca, elementos de una teología nahua. UNAM: Dirección General
de Publicaciones. ISBN 968-36-1548-1.

Meza, Arturo (2009). Mosaico de jade con reflejos de obsidiana. México

Westheim, Paul (1985). La calavera. Fondo de Cultura Económica

id=ISBN 968-16-1942-.

Referencias

Bodo Spranz (1975). Fondo de Cultura Económica México, ed. Los Dioses en los Códices Mexicanos
del Grupo Borgia: Una Investigación Iconográfica. María Martínez Peñaloza (Traducción). México.
ISBN 968-16-1029-6.

Diccionario de la lengua náhuatl o mexicana, por Rémi Simeón. ed. Siglo Veintiuno.

Idem
Idem

Idem

"Historia de los Mexicanos por sus pinturas", en, Ángel Ma. Garibay Kintana, Teogonía e Historia
de los Mexicanos. Tres Opusculos del siglo XVI, Editorial Porrúa, México, 1973, p. 23-24

Idem

Véase también

(1980) Tezcatlipoca

Enlaces externos

Tezcatlipoca en el Museo del Templo Mayor.

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