Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
● El hombre es un ser material, experimentamos una realidad material y a su vez una real.
●El hombre es un animal racional, segú n Aristó teles. El hombre es un ser que vive y sabe
que vive en este mundo, porque posee uso de la razó n.
● El hombre no puede reducirse solo a la materia, también ocupa objetos inmateriales mediante
un acto de su misma naturaleza. El hombre trata con objetos que no son materiales, por ejemplo,
hace filosofía, matemáticas.
Para tratar con estos objetos inmateriales se necesita realizar actos de la misma naturaleza que
ellos tienen, es decir, actos inmateriales para captar objetos inmateriales, y estos actos
inmateriales solamente pueden ser producidos si el hombre tiene una potencia apta para ser
actualizada respecto al objeto inmaterial.
Sin la capacidad de producir un acto inmaterial, el hombre no podría ocupar objetos
inmateriales. Aquellos actos inmateriales mediante los cuales el hombre logra acceder a objetos
inmateriales son la inteligencia y la voluntad. El hombre es un ser espiritual, para
Aristóteles todo ser vivo tiene un alma, diferentes en cada uno hasta la muerte.
El principio espiritual se encuentra unido a los principios sensibles, esto se debe a que el
hombre es un animal racional, a pesar de tener su parte espiritual, se
encuentra encarnado. Por ejemplo: una noticia sensible repercute en el cuerpo del
hombre.
ser en sustancia es aquello que posee una existencia separada de lo que está en su
entorno y tiene una razón de ser. Es algo ya existente. Por ejemplo: una cualidad, una cantidad,
tiempo, lugar, habito, relación, modo.
ser en accidente, es aquello que es en otro, aquello no esencial de su ser. Por ejemplo: el
caballo es un ser sustancial, su blancura es un accidente.
Esta teoría plantea que todos los seres de este mundo están compuestos por
materia y por forma (lo que nos hace ser eso y no otra cosa).
Entonces, dentro del todo sustancial y accidental ubicamos la materia y la forma de esta manera:
Todo sustancial
Forma material: me hace humano, es el modo esencial de ser (me hace ser).
Materia prima: lo que queda de la forma sustancial.
Todo accidental
Forma accidental: mientras que solo podemos recibir una forma sustancial, podemos
recibir varias formas accidentales. (mientras estas no se contradigan). Esta forma accidental le
agrega algo a la sustancial. Ejemplo: ser abogado. La pérdida de esta no cambia mi forma
sustantiva, no dejo de ser yo.
Materia segunda: supone que ya somos.
Para el pensamiento clásico las sociedades son realidades accidentales, porque todos somos
sustantivos. Cada uno pertenece a una sola realidad, a una sola sociedad. El hombre
desarrolla una vida social a través de una pluralidad de grupos, esto nos perfeccionará en varios
Aristóteles también enseña que la palabra “ser” se puede entender en dos sentidos
diversos: “ser en potencia” o “ser en acto”
El movimiento es el “paso de la potencia al acto”, por lo que el acto y la potencia son principios
que rigen el movimiento.
Un ejemplo vulgar puede ser cuando uno compra semillas de limón, en ese instante uno está
comprando un limón en potencia, ya que, si se dan las circunstancias adecuadas, llegara a ser
limón.
De allí que esencia y fin son de alguna manera la naturaleza de las cosas. Por otra parte, el
movimiento, partiendo de la esencia-potencia, para alcanzar el acto-fin, debe hacerse de cierta
manera. Es decir, ese
movimiento de la potencia al acto no se realiza de
cualquier manera, debe hacerse de acuerdo a ciertas normas. Esas normas no son un
sobreañadido a la esencia y al fin. Son la expresión normativa de la esencia y del fin de las
cosas.
Por lo cual, allí aparece el tercer aspecto.
La naturaleza es normativa. Es decir, hay reglas que surge de la esencia y el fin de las
cosas.
Al crearnos Dios nos entrega los dones preternaturales, Dios entrega a Adán y a Eva la
inmortalidad, el dominio de las pasiones y la ausencia de sufrimiento. Sin embargo, debido a la
tentación del diablo, quien les dijo que si comían del fruto serían capaces de concebir que es lo
bueno y que es lo malo tal y como Dios podía hacer, estos dones se nos son quitados.
Como en todo, hay variedad de posiciones ante el concepto del pecado original. Las
posiciones negatorias, niegan la existencia del pecado original o creen que de haber
existido no dejo consecuencia alguna. Concluyen en la autosuficiencia de la naturaleza humana
a tal punto que algunos llegan a negar la existencia de Dios. La revelación no existe o es
opcional. También existe una posición exagerada, aquella dice que el pecado original
corrompió por completo la naturaleza humana, tanto que el hombre siempre será pecador. No
hay tal salvación.
La posición católica, cree que luego del pecado original el hombre queda herido, pero que
aún tiene posibilidades de salvarse. Para ello, necesita que Dios lo ayude. Es por eso que Dios
decide revelarse por segunda vez.
3) El hombre como ser redimido.
Cristo como verdadero Dios y verdadero hombre, es decir con su doble naturaleza, nos salva.
Gracias a su naturaleza divina tiene el poder de redimir, y gracias a su naturaleza humana son
los hombres quienes pagan el sacrificio.
Entonces, en conclusión, podemos decir que el hombre nunca vivió en un estado de pura
naturaleza. Cuando fue creado se encontraba por encima de ella, cuando fue pecador se
encontraba por debajo, y al ser redimido volvió a estar por encima.
sofistas
Antes de la existencia de los filó sofos, existían los eran especialistas en
sabiduría entendidos en absolutamente todo. Se dedicaban a poner en duda los valores
fundacionales de la polis, generando crisis. Mas tarde, plató n decide autoproclamarse
creando un nuevo termino. Con el surgimiento del filósofo, el sofista paso a utilizarse
como un término malo, ya que el filó sofo no es aquel que posee toda sabiduría, sino aquel
que la ama y la busca constantemente.
El método má s sencillo y má s a la mano para distinguir una cosa de las demá s y para hacer
referencia a ella consiste en señ alarla con el dedo; es lo que podríamos llamar el método
deíctico de distinció n del objeto de mi percepció n respecto del resto del mundo, porque al
señ alar una cosa cualquiera con el dedo, simultá neamente, la separo, la discrimino de las
demá s cosas de mi experiencia. Sin embargo, no todas las cosas se pueden señ alar con el
dedo. El derecho, la justicia, la seguridad jurídica, la ley, una obligació n, un derecho
subjetivo; en definitiva: los fenó menos jurídicos en general, no pueden señ alarse con el
dedo. Si bien son reales, no admiten el método deíctico porque no son fenó menos físicos o
cosas que se recorten por sí mismas en el horizonte de nuestra percepció n, de modo tal
que puedan mostrarse deícticamente.
Por lo tanto, nuestro problema consiste en saber que es. ¿Qué es la ley? ¿Qué es el
derecho?
Es necesario utilizar otro método para señ alarlas; buscar algo que sustituya al dedo y que,
al igual que éste, me permita señ alar, al modo de un puntero, las cosas jurídicas. Hace falta
otro señ alador y ese señ alador será el lenguaje.
Por lo tanto, el método que vamos a utilizar para demarcar el ámbito empírico de nuestro
estudio es el aná lisis del lenguaje jurídico: el aná lisis semá ntico de las palabras que
utilizan habitualmente los operadores jurídicos y los seres humanos corrientes cuando se
ven involucrados en alguna situació n jurídica. En nuestra experiencia, aplicamos la
palabra “derecho” y otras palabras vinculadas, como la palabra “jurídico”, a ciertas cosas y,
así, mediante el aná lisis de esas palabras que usamos en la vida cotidiana para designar
ciertas cosas, podemos identificar y separar los fenó menos sociales del amplio campo de la
experiencia humana.
El primer paso para saber que es algo es hacerlo mediante la palabra, el termino:
1. adj. Recto, igual, seguido, sin torcerse a un lado ni a otro. Esta pared no está derecha
2. adj. Justo, legítimo.
3. adj. Fundado, cierto, razonable.
4. adj. directo (que va sin detenerse en puntos intermedios). derechos al asunto.
5. adj. Dicho de una parte del cuerpo humano: Que está situada en el lado opuesto al del
corazó n. Los diestros utilizan la mano derecha.
6. adj. Que está situado en el lado opuesto al del corazó n del observador.
7. adj. Que cae hacia la parte derecha de un objeto. El jardín que hay a la parte derecha de
la casa.
Estas son las significaciones que, dentro de la tradició n lingü ística del idioma castellano,
designan al derecho. De todas estas acepciones, vayamos adelantando que las principales
son las siguientes:
1. derecho como lo justo;
2. derecho como facultad o poder jurídico; y
3. derecho como norma jurídica o conjunto de normas jurídicas.
La etimología es una etapa importante de la investigació n acerca de la palabra “derecho”:
Definición etimológica: La definició n etimoló gica, explica el origen de las
palabras, la razó n de su existencia, de su significació n y de su forma. En cuanto al derecho,
podemos decir que su origen se encuentra en el mundo antiguo; específicamente en Roma,
ya que Grecia se dedicó má s al desarrollo de la filosofía.
A su vez, los autores coinciden en recordar que Derecho proviene del latín, directus,
que se utilizó con sentido jurídico en el latín tardío y que es el participio pasivo del verbo
dirigo:
GRECIA
Grecia es el pueblo de la intelectualidad de la metafísica. El griego piensa en la realidad.
Los griegos no tenían una palabra que, como el castellano “derecho”, designara, aunque de
modo desigual, lo justo y la norma. Mucho menos un término para referirse a lo que hoy
suele entenderse como “derecho subjetivo”. El pensamiento jurídico griego se expresa a
través de dos palabras:
La palabra NOMOS significa ley, pero a su vez significa proporció n, armonía, medidia,
costumbre.
La idea central es la de norma como regla de conducta y expresió n o resultado del acto de
una autoridad que manda y reparte, como un pastor con su rebañ o. En cuanto regla resulta
el criterio de rectitud, un cierto orden formal o modélico que vincula la conducta del
hombre en la pó lis, una medida o límite que no se ha de traspasar y una orientació n
racional hacia el bien comú n.
La palabra derecho, se origina desde todikadion, que viene de la diosa dikaiosine
(dike) que significa distribuir en partes, es decir, lo justo.
Es un adjetivo que califica tanto a una persona como a una conducta, significa “justo” en
sentido muy amplio, tanto justo en sentido jurídico estrícto, como también bueno, honesto,
conforme con la ley o con la igualdad que corresponde en las distribuciones o
intercambios.
ROMA
Los romanos son los padres del hacer, descubridores de la política y el derecho. Eran má s
prá cticos que los griegos, ejecutaban. El romano entiende la cultura griega y la aplica en la
praxis (actividad).
LEX------------ ley IUS-IURIS----------------- lo justo
La palabra castellana derecho no deriva de la palabra que usaron los romanos y que tiene
idéntica significació n en latín. En efecto, la palabra latina correspondiente a la nuestra
“derecho” es ius. Ambas expresan la misma idea. Y aquí aparece un fenó meno notable, a
saber: mientras ius fue sustituido por derecho, las numerosas expresiones derivadas no
proceden de la voz directum sino de ius, cuya radical conservan: jurídico, juez,
jurisdicció n, jurisprudencia, etc.
ESPAÑA
En el siglo XIII d.C., el mundo occidental tiene un concepto de Derecho mucho má s preciso
que el de griegos y romanos, porque su perspectiva histó rica abarca toda la tradició n,
incluyendo a Plató n, Aristó teles, Ciceró n, Séneca, los juristas romanos.
Durante el siglo de oro en Españ a surgió la potencial del poder moral, es decir, la facultad
moral de exigir lo suyo y de cada uno (derecho de cada uno). En los siglos XVI y XVII se
desarrolló en toda Europa un vasto movimiento intelectual denominado Segunda
Escolá stica.
2) La rectitud de la conducta es una idea que implica una direcció n, un fin que debe ser
alcanzado por esa conducta y, de otra, implica una regla o norma que es patró n de
derechura.
3) Etimoló gicamente a lo que originariamente en la vida social los hombres han dado el
nombre de Derecho, es a: lo que es justo, una cierta forma de lo moralmente bueno.
4) El Derecho es algo objetivo, por su doble conformidad con el fin y con la regla. Esto
significa que el derecho no es, ni puede ser, algo subjetivo en el sentido de quedar a
disposició n del arbitrio o capricho del sujeto sino algo dado, que se impone, y que está má s
allá de la voluntad de los sujetos involucrados en el fenó meno jurídico.
Cuando hablamos del concepto objetivo de derecho, señ alamos que es conducta –esto, la
categoría de acció n– pero conducta a la que se le agrega una formalidad, a saber: se la
califica de justa, la justicia aparece como una cualidad que determina la conducta de modo
tal de que aparezca referida a otro, ajustada al título del otro y obligatoria. Por lo tanto, el
derecho en sentido objetivo pertenece a la categoría de cualidad.
El derecho subjetivo también es categorizado en la categoría de cualidad.
El derecho como objeto terminativo de la conducta justa es una cualidad. La conducta se
perfecciona como justa o jurídica cuando realiza su término objetivo, satisfaciendo el
merecimiento, título o derecho (subjetivo) del otro. Esa cualidad de la conducta, en rigor,
tiene como sujeto de inhesió n al hombre, mediante su conducta y su voluntad.
Un poder o facultad jurídica también es una cualidad, que arraiga en una potencia
psicoló gica (la voluntad), y que consiste en una cierta habilitació n, fundada en un
merecimiento, para actuar de una determinada manera. Esta cualidad puede ser natural
(fundada en lo que el hombre como persona merece), o positiva, fundada en un
merecimiento determinado por los hombres. Todo el derecho es, por lo tanto, una realidad
cualitativa.