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PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD

II. El hombre es un todo sustantivo

1. La experiencia de ser uno

NO somos simples, sino COMPLEJOS (bios, psique, persona). Aún en cada nivel
vital, encontramos una alta complejidad: el cuerpo y sus órganos, el psiquismo
y sus funciones, la persona y su estructura de materia y forma espiritual, de
acto y potencia, de esencia y existencia…

No obstante, el hombre es UNO.

Todo sustantivo: como no somos simples, somos toda sustantivo. La


multiplicidad de partes es reducida a la unidad por un único sujeto, que somos
nosotros mismos, los mismos e identificables más allá de los constantes cambios
a los que estamos sometidos.

La permanencia de mi yo como sujeto, mi identidad, se me revelan en mi


materia viviente: mi cuerpo sigue siendo mi cuerpo, el mismo a pesar de su
constante mutabilidad. Mi psiquismo es muy dinámico, sufre grandes
transformaciones y sin embargo me reconozco en él.

Sé que soy el que fui, mi memoria lo atestigua. Estoy segura de que seré lo que
soy, por eso tengo planes, promesas y propósitos.

Hay algo que no cambia, que subsiste. El cambio se da en los accidentes, la


que permanece es la esencia de la cosa, la sustancia.

2. Determinaciones del todo sustantivo

Un todo sustantivo:

- Existe en sí mismo y NO en otro


- Existe consigo: es consciente de sí. El hombre es el que puede hacer de
su subjetividad objeto de su conciencia, reflexionar sobre sí mismo.
- Existe en sí y consigo, plenamente

El hombre, ser uno y él mismo, más allá de su complejidad y constante cambio

3. El hombre ¿tiene o no tiene una naturaleza?

Hay algo predeterminado.

Lo que nos hace ser seres humanos y no plantas o animales, es nuestra


NATURALEZA, nuestra naturaleza humana.

Esta naturaleza lleva consigo determinaciones específicas intrínsecas

La naturaleza misma, orienta la actividad del hombre hacia fines perfectivos.

Natural, no es cualquier actividad llevada a cabo por un organismo, son


naturales, aquellas actividades que llevan a la perfección de ser. Por ejemplo:
la enfermedad física es “natural” pero no apunta al perfeccionamiento del
hombre.

La perfección del hombre dependerá de que este actúe según su naturaleza.


El actuar conforme al orden natural lo lleva a la perfección.

Que los seres humanos, debido a la plasticidad de su naturaleza, no orienten


sus actividades hacia esta ley natural, no significa que no tengan naturaleza.
Nadie puede negar su naturaleza, el hombre es lo que naturalmente es… Por
ejemplo, en la homosexualidad, no se está respetando la naturaleza, pero eso
no quiere decir que se pierda. Naturalmente se es hombre o mujer, y nadie
deja de serlo a pesar cualquier cambio. Es decir, no pierden su naturaleza,
pero sus actividades no están orientadas a su perfeccionamiento como
personas, porque están en contra del orden natural.

¿Qué nos indica que hay una naturaleza?

Lo que me indica que hay una naturaleza, es la existencia de un ORDEN. Que


las plantas crezcan, los animales se reproduzcan… me indica que hay un
orden que hay que respetar.

Al tener naturaleza, el hombre tiene un FIN.

Las consecuencias de tener una naturaleza, es que tenemos límites (“parte


física”, por ejemplo) y la posibilidad de desarrollar su naturaleza en torno a un
fin.

TODA LA ESTRUCTURA DE LA PERSONALIDAD DEBER LLEGAR A LA PLENITUD

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III. El alma y su cuerpo. La asunción eminente

Aristóteles: Todo ente corpóreo está compuesto de materia, pero organizada


intrínsecamente por la forma.

1. La asunción eminente

Capacidad del alma humana de poseer en sí las potencialidades de seres


inferiores (vegetativo, sensitivo)

Hay estructuras formales que son principios organizadores intrínsecos

Entre las formas corpóreas las más perfectas y complejas y menos perfectas y
simples. Una forma superior puede contener es sí las potencialidades que le
son propias y además otras de tipo inferior. Por ejemplo, el hombre posee las
potencialidades de su propia estructura formal, pero además contiene las
estructuras dinámicas propias de la vida animal y vegetal, es decir asumidas.
En otras palabras: cómo se halla un grado de vida inferior en un grado de vida
superior o, en los términos más generales posibles —los de la teoría—, cómo lo
superior asume lo inferior.

La idea central de la metafísica de Aristóteles y Santo Tomás, habla de la idea


de la PARTICIPACIÓN. La realidad del universo posee una estructura jerárquica,
de manera tal que lo inferior —en perfección y complejidad— participa por
grados en el ser, respecto del primero

Todo el universo tiene una estructura jerárquica de participación y lo inferior


participa, por grados del ser, del primer Ser, absoluto, perfecto, creador y
ordenador, reflejando algo de su infinita grandeza.

Ahora bien, en el hombre una única forma sustancial le confiere vida,


organicidad, estructura y —esto es lo esencial— en dicha forma se halla lo
vegetativo, lo sensitivo y lo intelectual o espiritual.

Y es, precisamente, la forma espiritual en cuanto forma superior la que


contiene a las formas inferiores a ella, es decir la animal o sensitiva y la
vegetativa. Pero esta contención se da en una perfecta unidad.

En el hombre, entonces, NO hay tres formas yuxtapuestas, sino, por el contrario,


una sola forma sustancial, una sola alma, una sola vida según tres grados
diferentes.

La forma animal se halla asumida en el hombre por su forma propia, a saber: la


forma de la humanidad, y, lo que, es más, asumida perfectivamente, o, lo que
es lo mismo, de manera eminente.

1. La animalidad está en el hombre perfeccionadamente: la forma


humana contiene las perfecciones propias del animal, pero sobre-
elevando esas perfecciones a un nivel más alto.

2. Todo en el hombre es humano, también su animalidad. Es una


animalidad racional. (M. Ubeda Purkiss). La animalidad por hallarse en
la humnaidad, recibe un perfeccionamiento intrínseco.

EJEMPLO: La forma de lo humano propiamente dicho contiene la forma del


animal, pero mucho más plenamente que en el animal, ya que cualquiera de
sus operaciones, por ejemplo, la de ver, comporta respecto del animal no sólo
una diferencia de grado, sino de especie.

El hombre ve de manera inteligible, es decir, que el acto de ver humano es el


acto por medio del cual el hombre capta significados extremadamente
complejos y relacionados entre sí. Ver en el hombre es un acto inteligible de su
sentido de la vista, el cual resulta incomparable con el acto de ver más agudo
y perfecto de cualquier animal.

La animalidad en el hombre está, pero no está en cuanto tal, sino asumida y,


entonces, perfeccionada totalmente de una manera que el animal no conoce
ni puede conocer.
La sensibilidad propiamente animal se racionaliza y su afectividad, también
animal, se espiritualiza. El hombre ve, y, al ver, discurre, juzga, capta y valora
bellezas, etc.

Luego, el cuerpo humano es infinitamente más perfecto que el cuerpo del


animal más perfecto, porque el primer cuerpo puede cumplir funciones que el
segundo ni siquiera sospecha. El animal, a lo sumo, se limita a estimar con
eficacia aquello que lo beneficia y aquello que lo daña, y almacena este
conocimiento en su memoria animal. En el hombre, la memoria, que posee un
correlato orgánico, participa de la razón de una facultad superior que las
asume. Así, en el hombre la estimativa participa del juicio racional, y por esta
causa la llamaron cogitativa.

Esta facultad cerebral es asumida en el hombre por su inteligencia y, por tanto,


es capaz de juzgar el mundo sensible, en el sentido de lo conveniente y lo
inconveniente para su propia vida. La cogitativa, que es un sentido, formula
con la razón participativamente el juicio de prudencia". Sin la cogitativa
existiríamos sin un contacto sensato y profundo con la realidad de los cuerpos,
limitados al acto puro de pensar, como una especie de mónadas intelectuales
o «cosas pensantes» perdidas en el mundo de las cosas.

Por eso los hombres somos TOTALMENTE HOMBRES (NO animalidad más
espiritualidad) y además más perfectamente animales que los animales.

La animalidad está en el hombre, NO como tal, sino asumida, de modo que


nada hay de animal como tal en el hombre

EJEMPLO: El pinto ve con sus ojos infinitamente más que cualquier animal; ve y
al ver discurre, compone, separa, abstrae, juzga, capta la belleza. El animal
nada capta de esto…

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Todos los seres vivos tienen alma, pero en el hombre es ESPIRITUAL e INMORTAL.
La planta si muere, deja de ser planta y su alma no subsiste.

El alma del hombre es espiritual, porque puede obrar inmaterialmente


(renunciar, conceptualizar)

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