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OPCIÓN A. TEMA 4.

EL SEXENIO REVOLUCIONARIO (1868- 1874): INTENTOS


DEMOCRATIZADORES. DE LA REVOLUCIÓN AL ENSAYO REPUBLICANO.

1.- El sexenio democrático (1868 – 1874)

El término Sexenio Democrático se debe a la oportunidad que tuvo España de


establecer una verdadera democracia del siglo XIX, basada en el sufragio general
masculino. En España se abordaron fórmulas políticas novedosas como la monarquía
parlamentaria y democrática, la república y el federalismo. No obstante, la experiencia
fracasó.

1.1.- La revolución y la búsqueda de rey (1868 – 1870).

La Revolución Gloriosa (denominada así por sus partidarios, o también la


Septembrina), estalló en septiembre de 1868 con un pronunciamiento militar del
almirante Topete en Cádiz, al que pronto se unieron los generales Prim y Serrano, entre
otros, tras la proclama de “Viva España con honra”. En este manifiesto los sublevados
proponían un Gobierno provisional y el sufragio universal, al tiempo que criticaban a la
reina y a los Borbones en general. La insurrección se extendió rápidamente por toda
España gracias a la formación de las juntas revolucionarias de naturaleza civil
impulsadas por el Partido Demócrata.

Las tropas leales a la reina, dirigidas por el marqués de Novaliches, fueron derrotadas
por las del general Serrano, en el puente de Alcolea (Córdoba); esto dejó libre de
obstáculos la entrada de los sublevados en Madrid. Isabel II huyó a Francia.

Dentro de este período se pueden diferenciar acontecimientos destacados:

 El Gobierno provisional.

Tras el triunfo de la insurrección se formó un Gobierno provisional que debía


promover la elección de Cortes Constituyentes. Estaba presidido por Serrano
y compuesto por progresistas (Prim, Sagasta, Figuerola, Ruiz Zorrilla) y unionistas
(Topete).

De este Gobierno estaban excluidos los demócratas que tenían una gran
influencia en las juntas revolucionarias, en las que se reclamaba la implantación de
derechos democráticos (sufragio general masculino, libertad de imprenta, de culto
y de asociación), la supresión de los impuestos de consumos y las quintas.

El Gobierno consiguió la disolución de las juntas y de sus voluntarios armados. A


cambio, accedió a cumplir la mayor parte del programa demócrata, con la
excepción del asunto de las quintas.

 Las Cortes constituyentes.

El Gobierno provisional convocó elecciones a Cortes constituyentes en enero de


1869. Entre las fuerzas políticas en las Cortes se podían distinguir:

- Los gubernamentales: unionistas, progresistas y demócratas no


republicanos que apoyaban al Gobierno. Vencieron en las elecciones por
mayoría. Defendían una monarquía parlamentaria y democrática, y buscaron

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un candidato al trono fuera de los Borbones. Sin embargo, tras aprobar la
Constitución de 1869 acabaron disgregándose.

- Los moderados: apoyaban el regreso de los Borbones (en la persona de


Alfonso, hijo de Isabel II, por lo que se les llamó alfonsinos), y la vuelta a la
Constitución de 1845. Quedaron muy debilitados. A partir de 1873 su líder fue
Antonio Cánovas del Castillo, que en el futuro presidiría el Partido
Conservador.

- El Partido Republicano Federal: era el segundo en número de votos. Defendía,


el cambio de régimen (la República), la abolición de las quintas, la supresión de
la esclavitud en las colonias y una legislación que protegiera a los trabajadores. Su
propuesta federal le proporcionaba un gran apoyo en Cataluña, Valencia,
Aragón y Andalucía.

En el partido existía un sector (los intransigentes) favorable a la insurrección


armada y al federalismo constituido “desde abajo”, es decir, mediante pactos
libres entre los poderes locales o juntas. Esta facción extremista dificultó la
actuación política de los republicanos.

- Los carlistas: eran antidemócratas pero aceptaron el juego parlamentario de


forma temporal. Obtuvieron un buen resultado electoral en el País Vasco y
Navarra, aunque constituían una minoría muy exigua. No tardaron en reavivar la
guerra (Tercera Guerra Carlista).

 La Constitución de 1869. La regencia de Serrano.

La Constitución de 1869 puede ser considerada como el primer texto


democrático de la historia de España y uno de los más avanzados de la Europa
de su tiempo.

Las principales características de esta Constitución eran:

- Se recoge la soberanía nacional y desarrollaba una declaración de derechos


mucho más amplia que la de otras Constituciones, entre otros, el derecho de
reunión y asociación, inviolabilidad de domicilio y de correspondencia.

- Cortes bicamerales: Congreso de los diputados y Senado elegidos por sufragio


universal masculino y directo para el Congreso e indirecto para el Senado. Es
donde residía el poder legislativo. El poder judicial correspondía a los tribunales
de justicia, a los que se incorporó el jurado (juicio por jurado para todos los delitos
políticos y comunes que la ley establezca). El poder ejecutivo recaía en el
monarca, que lo ejercía a través de sus ministros, responsables ante las Cortes,
por lo que el monarca se limitaba a sancionar y promulgar las leyes.

- Administración local: se reconoce el principio de autogobierno de los


municipios.

- Relaciones Iglesia – Estado: el Estado se comprometió a sostener el culto


católico y a sus ministros, aunque se reconoce la libertad de cultos para
extranjeros residentes y para el conjunto de los españoles.

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Una vez aprobada la Constitución y hasta encontrar un monarca que ocupara el
trono español, fue nombrado regente el general Serrano. El nuevo régimen tuvo
que afrontar una serie de graves problemas entre los que destacaron las
insurrecciones populares y republicanas, las dificultades de la Hacienda estatal, la
Guerra de Cuba y la búsqueda de un nuevo rey.

 Las insurrecciones populares y republicanas.

Muchos trabajadores identificaron el término República con cambios que


supondrían distribución de bienes (reparto de tierras) y justicia social . A estas
reivindicaciones de los trabajadores se unieron las de los intransigentes del Partido
Republicano Federal. Como consecuencia, no tardaron en estallar sublevaciones
republicanas en Cataluña, Valencia y Andalucía entre los meses de septiembre y
octubre de 1869.

A estos conflictos se añadieron los motines de subsistencia, los promovidos


contra las quintas y las huelgas industriales organizadas, primeros pasos de
un movimiento obrero que comenzaban a alejarse de los partidos políticos
dirigidos por la burguesía.

 Los problemas de la Hacienda.

Las principales medidas económicas fueron adoptadas por el ministro de


Hacienda, Laureano Figuerola, con un impulso del librecambismo, como la
reducción de aranceles; la promulgación de la Ley de Minas que permitió la
explotación de la riqueza minera por los capitales extranjeros. En 1868, estableció
la peseta como única moneda nacional.

Figuerola, sin embargo, no abordó ninguna reforma fiscal, por lo que el volumen
de la deuda pública no se redujo, siendo un gran problema para los Gobiernos del
Sexenio.

 La Guerra de Cuba.

En octubre de 1868, en Cuba, se inició la primera guerra por la independencia con


una proclama conocida como el “grito de Yara”.

Como consecuencia de la ineficaz política colonial isabelina, el Gobierno


provisional tiene que hacer frente al levantamiento independentista cubano, que
origina un conflicto armado de diez años de duración. Carlos Céspedes
(propietario de una hacienda) es el líder revolucionario cubano que, el 10 de
octubre de 1868, se levanta en Yara contra el dominio colonial español al grito de
“Cuba libre”. Los objetivos de los revolucionarios cubanos, que cuentan con el
apoyo de EEUU, son: el libre comercio, un sistema político liberal y la liberación de
los esclavos. La guerra, que se desarrolla con gran dureza, finaliza durante el
reinado de Alfonso XII, con la Paz de El Zanjón (1878), costó a España 130.000
vidas, aunque retuvo la isla en su poder veinte años más.

 La búsqueda de un rey.

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La búsqueda de un rey resulta para Prim una tarea más compleja de lo esperado,
al tener que elegir entre las distintas casas reales europeas.

Se barajaron nombres como: Espartero, Leopoldo de Hohenzollern, Antonio Mª


Felipe de Orleans (duque de Montpensier) , Fernando de Coburgo y Amadeo de
Saboya.

Finalmente, el candidato elegido fue Amadeo duque de Aosta, de la casa italiana


de Saboya, hijo del rey de la recién unificada Italia (Víctor Manuel II). Las
presiones de Prim a favor de este candidato resultaron decisivas. Cuando el nuevo
rey, Amadeo I, desembarcó en España (30 de diciembre de 1870), su principal
valedor, Prim, había sido asesinado en Madrid.

1.2.- La monarquía de Amadeo I

La monarquía de Amadeo I nació con una debilidad manifiesta. Su llegada a España,


coincidió con el asesinato del que había sido su principal valedor, Prim, que además se
vislumbraba como el único capaz de mantener la coalición monárquico-democrática,
disuelta de forma traumática tras su muerte.

De dicha ruptura surgieron dos fuerzas políticas:

 El Partido Constitucionalista, más cercano a los unionistas, con Práxedes Mateo


Sagasta al frente.

 El Partido Radical, próximo a los demócratas, liderado por Manuel Ruiz Zorrilla.

Los dos años de su reinado (enero 1871 a febrero de 1873) fueron muy difíciles
porque fue considerado un intruso por los partidarios de los Borbones, tanto carlistas
como isabelinos; también tuvo el rechazo de los adeptos de la República.

Amadeo I encontró, escasos apoyos políticos y sociales. Fue un reinado de gran


inestabilidad política, que tuvo estas características:

 La celebración de tres elecciones generales a Cortes y la sucesión de seis


gobiernos distintos mostraron la imposibilidad de consolidar un sistema estable
que sustentase la monarquía parlamentaria.

 Tuvo la oposición frontal de la poderosa nobleza, en íntima conexión con el


exilio borbónico en Francia, y de una parte de la Iglesia (enemiga de la libertad de
cultos y de la separación entre Iglesia y Estado), también inclinada a la causa
borbónica.

 Hubo de hacer frente a una nueva sublevación carlista, iniciada en mayo de


1872, y a la Guerra de Cuba, desatada en 1868, y donde las élites partidarias de
España cada vez se inclinaban más hacia la restauración borbónica ante la
intención de las Cortes de abolir la esclavitud en Cuba y Puerto Rico.

 Encontró la constante beligerancia del republicanismo, aliado frecuentemente


con el naciente movimiento obrero, cuya actividad incrementó la conflictividad
social en el campo y las ciudades.

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Amadeo I, consciente de su escasa implantación y convencido de que no había podido
llevar la felicidad a su pueblo, abdicó el 11 de febrero de 1873, abandonando el país
horas después.

Ante esta situación, la República, se convirtió en una solución de urgencia pactada


entre los radicales de Ruiz Zorrilla y los diputados republicanos.

1.3.- La Primera República.

El 11 de febrero de 1873 (mismo día que abdicó Amadeo I), el Congreso de los
Diputados y el Senado, reunidos en sesión conjunta (a pesar de estar prohibido por la
Constitución de 1869), se declaran en Asamblea Nacional y proclaman la I República
española.

Las sucesivas disputas entre federalismo y unitarismo, en cuanto a la concepción del


Estado, así como entre conservadurismo y transformación, en cuanto a la acción social,
además de una gran crisis económica, caracterizan a un período afectado por una crisis
política generalizada, en el que se suceden cuatro presidentes en apenas once meses.

Primeramente, no se convoca Cortes constituyentes sino un Gobierno presidido por el


republicano Estanislao Figueras, junto con ilustres republicanos (Pi y Margall, Castelar,
Salmerón), pero con mayoría de radicales.

Se produce diferencias entre los republicanos que desean convocar elecciones y los
radicales que pretendían seguir con la misma representación parlamentaria. Finalmente,
en mayo se celebraron elecciones, que dieron mayoría abrumadora al republicanismo
federal, aunque la abstención fue muy elevada y muchos partidos no se presentaron, para
quitar legitimidad al régimen. El nuevo Gobierno, presidido por Pi y Margall, inició el
proceso de elaboración de una Constitución, que se plasmó en un proyecto
constitucional (1873).

En este proyecto de Constitución, que no se llegó a aprobar, figuraba:

 Establecía una República federal y expresaba el concepto de soberanía popular.

 Separación radical entre Iglesia y Estado.

 El poder legislativo con Cortes Bicamerales, que por vez primera poseían distintas
funciones, pues mientras el Congreso tenía funciones superiores, el Senado era una
cámara de representación territorial de los 17 Estados federados, incluidos Cuba
y Puerto Rico.

 El poder ejecutivo formado por el Gobierno y por su presidente.

 El poder judicial corresponde a los Tribunales de justicia y continuaba los juicios por
jurado.

 El poder relacional, el del presidente de la República, encargado de nombrar el


Gobierno y de mantener el equilibrio entre los Estados de la Federación.

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 Importante legislación social y de protección de los obreros: prohibía el trabajo a
menores de 16 años, reducción de jornada a nueve horas, proyecto de jurados mixtos
obreros y patronos para dirimir los conflictos laborales.

Sin embargo, la nueva República federal, fue desbordada por la izquierda: por los
propios republicanos intransigentes; por movimientos sociales como el de los
campesinos andaluces (que ocupaban tierras para repartírselas) o el de los obreros de
Alcoy (que promovieron una huelga general).

Los republicanos intransigentes impulsaron, a partir del verano de 1873, un movimiento


para organizar la República federal desde los municipios, que se iban federando
voluntariamente. A este movimiento se le denominó insurrección cantonalista o
cantonalismo (por semejanza a los cantones suizos). Estos movimientos, con alguna
excepción, estaban protagonizados por una clase media radicalizada con participación de
trabajadores de las ciudades. Esta insurrección tuvo mucha fuerza en el Levante, Murcia
y Andalucía. Entre ellos destacaron el de Málaga, que pervivió hasta septiembre de 1873,
y, sobre todo, el de Cartagena. Este cantón fue liderado por Roque Barcia y resistió hasta
enero de 1874 gracias al apoyo de los marinos sublevados.

Pi y Margall, contrario a acabar con el levantamiento cantonalista por la fuerza y


acosado por el recrudecimiento de la guerra carlista, dimite el 18 de julio de 1873.

La República dio un giro hacia la derecha apoyándose en el Ejército, para acabar con la
insurrección cantonal, y las guerras carlista y de Cuba. Tras la dimisión de Pi y Margall, el
nuevo presidente era Nicolás Salmerón, era partidario de utilizar al Ejército, pero se negó
a firmar penas de muerte dictadas por tribunales militares y dimitió.

En septiembre, le sucedió el republicano unitario Emilio Castelar, que intentó conducir


la República de acuerdo con el principio de autoridad, para lo que suspendió las Cortes
hasta el mes de enero de 1874. Los republicanos presionaron a Castelar y le obligaron a
reabrirlas, forzándole a dimitir. La sesión de las Cortes (3 de enero) fue interrumpida por el
general Manuel Pavía, que entró en el edificio con fuerzas de la Guardia Civil y las
disolvió sin apenas resistencia.

 La República autoritaria (enero-diciembre de 1874)

El año de 1874 fue de transición entre la I República y la Restauración de los Borbones


en el trono español. Se forma un Gobierno de concentración presidido por Francisco
Serrano, que se apoyó en los liberales veteranos del Sexenio que no habían colaborado
con la República federal, como Topete, Sagasta, y Cristino Martos. Serrano continuó con
la línea autoritaria de Castelar. Formalmente continuaba existiendo un régimen
republicano, pero sin Constitución en vigor: la de 1869 estaba en suspenso, la de 1873 no
se aprobó y las Cortes estaban clausuradas.

Finalmente, otro pronunciamiento militar (29 de diciembre de 1874), ocurrido en esta


ocasión en Sagunto y protagonizado por el general Arsenio Martínez Campos, acabó con
el Sexenio Revolucionario e impuso la Restauración monárquica a pesar de los intentos de
Cánovas del Castillo de establecer esa Restauración mediante una acción civil
(Manifiesto de Sandhurst).

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