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La crisis convulsiva constituye una verdadera urgencia médica, dado que puede conllevar
complicaciones importantes y puede ser un síntoma de otras enfermedades. Su etiología es
variada y frecuentemente, autolimitada. Sin embargo, cuando la crisis se prolonga sin control,
puede evolucionar hacia el estado epiléptico
3. Epilepsia: trastorno cerebral que se caracteriza por una predisposición permanente para
generar crisis epilépticas y las consecuencias neurobiológicas, cognitivas, psicológicas y sociales de
esta condición. La epilepsia es el prototipo de enfermedad en la que el diagnóstico se basa
fundamentalmente en la historia clínica, la cual debe realizarse de forma minuciosa y metódica
aplicándola de modo particular en cada paciente (lonso L, 2009).
- Dos o más crisis no provocadas o reflejas que ocurren con más de 24 horas de diferencia.
- Una crisis no provocada o refleja y una probabilidad de crisis futuras de al menos un 60% (rango
similar al riesgo de recurrencia general, después de dos crisis no provocadas, que aparecen en los
próximos 10 años).
1. Crisis epiléptica (CE): es un evento transitorio con presencia de signos y síntomas secundarios a
una actividad neuronal cerebral anormal, excesiva o sincrónica. Una CE es una entidad diagnóstica
con implicaciones etiológicas, terapéuticas y pronósticas (lonso L 2009).
2. Crisis parciales simples (CPS) (también conocidas como auras epilépticas): Indican muy
probablemente un inicio epiléptico focal y pueden en muchas ocasiones tener un valor localizador
de la ubicación del foco epiléptico. (lonso L, 2009).
1.- ¿Qué es una crisis no provocada? El término no provocado implica la ausencia de un factor
temporal o reversible que reduzca el umbral convulsivo y provoque una crisis en ese momento.
Crisis provocada: Es la que aparece en relación temporal inmediata con una agresión aguda del
cerebro, como ictus, traumatismo, anoxia, encefalitis o alteración tóxica-metabólica aguda.
La ILAE decidió modificar el sistema clasificación de las crisis epilépticas de 19816 y actualizar la
del 2017. La clasificación tiene tres apartados dependiendo de los síntomas de inicio del
paciente: crisis de inicio focal, crisis de inicio generalizado y crisis de inicio desconocido. Las crisis
de inicio focal se originan dentro de redes limitadas a un hemisferio, pueden ser localizadas o
más ampliamente distribuidas. Las crisis generalizadas son aquellas que se originan en un punto
con una amplia y rápida participación de redes distribuidas bilateralmente. Y las crisis en las que
no se puede decidir si son de inicio focal o generalizado con un nivel de confianza del 80%, se
deben considerar de inicio desconocido
¿Cómo se subclasifican actualmente las crisis epilépticas de inicio focal?
Una crisis focal se clasifica por el grado de consciencia durante el inicio de la crisis y que puede
alterarse en cualquier momento del evento.
Las crisis focales con o sin alteración de la consciencia también pueden subclasificarse según
inicien con síntoma motores o no motores y posteriormente se recomienda añadir algo que, en
la clasificación de 2017, se denominan «Descriptores», los cuales son síntomas y signos que
presenta el paciente durante la crisis. Los descriptores se han dividido en seis grupos: motores,
automatismos, sensitivos, emocionales, cognitivos o autonómicos. Para recordar de una manera
fácil estos descriptores, puede utilizarse la nemotecnia MASECA, que es la marca de una masa
para hacer tortillas, muy famosa en México
- Automatismos. Actividad motora más o menos coordinada que ocurre generalmente cuando la
cognición está deteriorada y en el cual el sujeto está después generalmente (pero no siempre)
amnésico. Habitualmente se asemeja a un movimiento voluntario, los más frecuentes son:
agresión, manuales, orofaciales, de perseverancia, sexuales, desvestirse, vocalización, caminar o
correr.
- Sensoriales. Relacionados con sensaciones, por lo tanto, no son signos en este caso, sino solo
síntomas. Los que se reportan con mayor frecuencia son: síntomas auditivos, gustativos,
olfatorios, somatosensoriales, vestibulares, visuales y dolor específicamente.
- Emocionales. Son crisis que se presentan como una emoción como un rasgo prominente inicial
como miedo, alegría o euforia espontánea, risa, llanto, que se dan en ráfagas o brotes.
- Cognitivos. Los datos que con mayor frecuencia se reportan en este grupo son: acalculia, afasia,
alteración en la atención, fenómenos de lo ya visto o de lo jamás visto, disfasia, ilusiones,
alteración de la memoria, pensamiento forzado, respuesta alterada o alucinación.
- Autonómicas. Alteración de la función del sistema nervioso autónomo, que puede implicar
aparato cardiovascular, pupilas, diaforesis, aparato gastrointestinal, vasomotor y funciones de
termorregulación.
Una crisis de inicio focal con deterioro o no de la consciencia, motora o no motora puede
progresar a una actividad tónico-clónica bilateral. El término anterior utilizado para este tipo de
crisis era parcial secundariamente generalizada. En la actualidad debemos clasificarla como crisis
de inicio focal que evoluciona a crisis bilateral tónico-clónica.
Utilizar el término bilateral tónico-clónica para la crisis focal que se propaga a ambos
hemisferios cerebrales, y el de generalizada para la crisis que aparentemente se origina
simultáneamente en ambos hemisferios cerebrales.
¿Cómo se clasifican actualmente las crisis epilépticas generalizadas?
En este tipo de crisis, la conciencia/alerta suele estar alterada (a excepción de las crisis
mioclónicas).
Se dividen en crisis con síntomas motores o no motores. Con síntomas motores se encuentran las
crisis tónico-clónicas generalizadas, las clónicas, tónicas, mioclónicas, mioclónico-tónico-clónicas,
mioclono-atónicas, atónicas y el espasmo epiléptico, y de las no motoras, las ausencias1,2.
• Crisis clónicas: se definen como contracciones cortas y repetidas de varios grupos musculares y
se caracterizan por temblores con intervalos regulares de 0,2 a 5 veces por segundo.
• Crisis tónicas: se caracterizan por una contracción muscular sostenida con alteración de la
conciencia.
• Crisis atónicas: hay una disminución o pérdida del tono postural (si son de breve duración, la
manifestación puede limitarse a una simple caída de la cabeza hacia delante).
Las crisis de ausencias se describen en cuatro posibles formas de presentación: ausencias típicas,
ausencias atípicas, ausencias mioclónicas y ausencias con mioclonía palpebral.
La ausencia atípica es una crisis de ausencia con cambios en el tono que son más pronunciados
que en la ausencia típica, el inicio o el término no es abrupto.
En la ausencia mioclónica se presenta contracción súbita breve (< 100 ms), involuntaria no
repetitiva ni sostenida y ausencia.
Cuando no tenemos la evidencia del inicio de la crisis, focal o generalizada, se puede clasificar en
el apartado crisis de inicio desconocido y en este caso se puede hacer una clasificación limitada
con los hallazgos observados.
ESTADO EPILÉPTICO
ILAE especificó aún más algunos aspectos y la definió como «una crisis epiléptica, en cualquiera
de sus tipos, si repite o persiste durante 30 minutos o más, sin recuperación, lo que origina una
semiología clínica diversa y tiene una base anatómica, fisiopatológica y etiológica muy variable».
La clasificación propuesta del estado epiléptico se encuentra en el cuadro 34.1
una clasificación útil para su tratamiento es identificar estado epiléptico con crisis convulsivas
tónico-clónicas generalizadas (convulsivo) y cualquier otro tipo de estado epiléptico con crisis
focales (no convulsivo). Por mucho, el estado epiléptico con crisis convulsivas tónico-clónicas
generalizado (convulsivo) es el más frecuente, el más peligroso y el más grave, por la alta
comorbilidad y la mortalidad que ocasiona.
La causas más frecuentes son enfermedad vascular cerebral, tumor, infección del sistema
nervioso central (SNC), traumatismo craneal y alteraciones metabólicas agudas; sin embargo, no
en todos los casos se logra identificar la causa del estado epiléptico (aproximadamente en el
40% no se conoce). Un 2-10% de los pacientes adultos y un 10-25% de los niños con epilepsia van
a padecer al menos una vez en la vida un estado epiléptico.
Síndromes
Síndrome de West. Tiene lugar en lactantes con espasmos mioclónicos repetidos de un segundo.
Determina un retraso psicomotor en el niño.
Síndrome de Lennox-Gastaut. Tienen lugar en bebés hasta los tres años. Incluye diferentes tipos
de crisis como ausencias atípicas, rigidez generalizada, pérdida de tono muscular y caídas y crisis
tónico-clónicas focales o generalizadas. Las crisis no responden a la medicación convencional.
Síndrome de Dravet. Aparece entre los cuatro y los 12 meses y es conocido como epilepsia
mioclónica severa de la infancia. Se caracteriza por convulsiones clónicas o tónico-clónicas
generalizadas de duración prolongada que pueden cursar con fiebre.
Ausencias infantiles. Tienen lugar entre los tres y los 10 años de edad. Las crisis son muy
frecuentes y se repiten el mismo día. El niño se desconecta del entorno y mantiene la mirada fija
unos segundos, continuando posteriormente su actividad, sin haber notado la crisis. Es uno de los
síndromes más benignos.
Epilepsia Rolándica Benigna. Se trata del tipo de epilepsia más habitual en la infancia, suponiendo
el 30% de los casos entre los cinco y los 13 años. Las crisis se producen durante el sueño. Suelen
afectar a la musculatura de la cara durante unos segundos. No suele requerir medicación y
desaparece en la pubertad.