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¿QUÉ ES MIDI?

La sigla MIDI hace referencia en idioma inglés al concepto de Musical Instrument


Digital Interface: un protocolo de desarrollo tecnológico que permite que instrumentos
musicales, computadoras, controladores y demás tools creativos puedan comunicarse
e interactuar entre sí en un flujo de trabajo.
Los primeros sintetizadores, caros y algo exclusivos en sus épocas de auge y desarrollo,
funcionaban mediante el voltaje producido por los teclados y eran monofónicos.
Ese voltaje era utilizado para conectar dispositivos entre sí, pero no era una tecnología
que podía ser aplicada a instrumentos polifónicos y/o digitales.
El fundador de Roland, Ikutaro Kakehashi, propuso en el año 1981 la idea de una
estandarización tecnológica, con el objetivo de que instrumentos de distintas marcas
puedan comunicarse entre sí.
Un año después, el desarrollo del MIDI es presentado por Robert Moog. En adelante,
el protocolo MIDI fue adoptado tecnológicamente en todo el mundo.
La introducción del MIDI junto con la llegada de las computadoras personales, los
samplers y los sintetizadores digitales permitieron el desarrollo de las posibilidades
creativas, generando tendencia clara desde los años 80 en adelante.
La secuenciación MIDI permitió y permite actualmente que usuarios sin habilidades
desarrolladas para la composición musical puedan desarrollar arreglos complejos.
También permite al día de hoy que cualquier persona pueda lograr una producción
de alto estándar en cualquier Home Studio. Introdujo de por sí capacidades
que transformaron creativamente los distintos sectores de la industria.
El MIDI como lenguaje se apropió del protagonismo con el paso de los años. Cumplió
y sigue cumpliendo roles claves en la industria musical: fue fundamental en el
desarrollo y la evolución de muchos géneros que hoy siguen siendo tendencia como
el hip-hop, el reggaeton, el trap, la música dance; y nos permite la facilidad de poder
crear música de manera sencilla.
En este curso, usaremos MIDI a lo largo de los módulos y de forma constante.
En este tercer módulo en particular, aplicaremos esta tecnología para lo referido
a bases rítmicas (más en detalle, a máquinas de ritmos o, cómo se conocen globalmente,
a las drum machines)
¿Qué es MIDI y cómo usarlo?

En este módulo usaremos el MIDI para secuenciar un patrón rítmico

SECUENCIAS MIDI
Podemos usar MIDI como lenguaje para crear notas que disparen sintetizadores
y samplers, tanto digitales como análogos. Esto se lleva a cabo usando los MIDI
Editors de las plataformas de audio.
En la foto de abajo, podemos ver el MIDI Editor de Ableton Live, en el cual tenemos
las notas MIDI en color verde. La primera nota que vemos dispara un DO3 (O C3
en cifrado americano). La segunda un DO sostenido. La tercera un FA y por último
tenemos un DO sostenido nuevamente. Todas las notas son disparadas con distinta
intensidad. La intensidad la medimos con los velocity stalks, también presentes
en todos los DAWs.
Acá les dejo un link adjunto para entender mejor el cifrado americano.
MIDI nos ofrece un montón de posibilidades. No sólo podemos grabar y crear a mano
una performance, sino que también podemos manipular y editar después. Por ejemplo,
si creamos una base rítmica usando MIDI y no nos gusta el resultado, podemos
cambiarla a gusto hasta llegar al producto esperado.

RITMO
Antes de hablar sobre drum machines, hablemos de ritmo.
Del latin rhymes, el ritmo es un orden acompasado en la sucesión de las cosas.
Se trata de un movimiento controlado o calculado que se produce por la ordenación
de elementos diferentes. Puede definirse como la combinación armoniosa de sonidos,
voces o palabras, que incluyen las pausas, los silencios y los cortes necesarios para
que resulte grato a los sentidos.
El ritmo es clave en el arte en general, y en la música es la proporción existente entre
el tiempo de un movimiento y el de otro diferente. La organización de los compases,
los pulsos y los acentos determinan la forma en la cual el oyente percibe el ritmo
y por la tanto, la estructura de la obra.

Conceptos vinculados a lo rítmico en la música:


• PULSO: se trata de la mínima unidad de medición de tiempo de una serie de
pulsaciones que se suceden constantemente para dividir el tiempo en porciones
iguales. El pulso puede ser regular o irregular y puede alterarse su velocidad dentro
de una misma obra, sea que el propio compositor lo indique o que lo decidan
los intérpretes. El pulso de una obra es fundamental para el estudio de la misma.
• ACENTO: se da cuando se asigna a un pulso en particular una intensidad mayor
a la del resto. Resulta muy importante para articular una frase musical, tanto durante
el proceso de estudio como a la hora de su interpretación en público, ya que permite
organizar los compases de manera métrica y acerca a los intérpretes la intención
del compositor.
• COMPÁS: es la porción de una pieza musical en la que conviven los puntos recién
expuestos, pulsos y acentos, la mínima expresión de su ritmo. La sucesión de pulsos
con sus respectivos acentos, presentes en un compás.
¿Por qué medimos el ritmo así?

Cuando hablamos de ritmo, pulso y compases, hablamos de tempo o BPM.


El BPM proviene de la sigla beats per minute, que en castellano significa “golpes
por minuto”. ¿Pero qué es esto y para qué sirve?
El BPM sirve para establecer la duración y/o velocidad de las figuras musicales
con exactitud. Se define la duración del sonido y cuántas de estas figuras (negras)
podemos encontrar en un minuto. Por ejemplo: si se indica como tempo serán
60 golpes en 1 minuto, por lo cual cada negra equivaldrá a un golpe por segundo
(ver anexo para leer en profundidad sobre figuras rítmicas en la música)
En otras palabras: el tempo en principio determina la velocidad con la cual se
reproduce una obra musical. Esto se debe a que este establece la duración de las
notas, lo cual configura la división interna de un compás y su relación con las demás
figuras musicales. Al saber cuánto dura el sonido de una negra podremos establecer
la duración de las otras figuras como una blanca o una corchea (ver anexo sobre
figuras musicales)
El tempo musical se calcula en BPM (beat per minute), es decir, golpes por minuto.
El tempo altera considerablemente la obra tanto a la hora de componer como a la
hora de ser escuchada o ejecutada. Es decir, podemos crear música en un tempo
y luego reproducirla en otro.
El concepto de BPM se aplica directamente a géneros musicales.
Cada estilo y género musical está asociado a un ritmo, por lo cual teóricamente
cada género tiene su propio tempo, es decir “su propio” BPM (al menos de forma
aproximada).
Esto no quiere decir que si haces una canción de tal o cual género debas utilizar este
BPM obligatoriamente. Todo lo contrario, lo que quiere decir es que generalmente
a la hora de componer canciones de un género musical se cae en ese tiempo debido
a la forma y naturaleza de su ritmo.
Recordemos que no existen reglas a la hora de componer. Son sólo guías, siempre
existen excepciones.
La lista siguiente es una generalidad y un buen punto de partida para experimentar
con el tempo:

Género / BPM
RnB : 75 BPM +/- 15
Rap: 90 BPM +/- 10
HipHop: 100 BPM +/- 20
Reggae: 100 BPM +/- 20
Cumbia : 90 BPM +/- 20
Reggaeton: 100 BPM +/- 20*
Pop/rock/ Dance: 120 BPM +/- 20
Trance: 140 BPM +/- 10
Heavy Metal / Punk 140+/-50

Observemos cómo los géneros más bailados se encuentran alrededor de los 90-
130 BPM. Esto se da porque son los ritmos fáciles de seguir, “son más bailables”
y naturales. Por arriba y por debajo de ese rango se hace más difícil. En particular,
arriba de los 130 la música se empieza a convertir en un ritmo muy enérgico y difícil
de seguir.
Recordemos que el tempo tiene un efecto increíble en la atmósfera y en la energía
que nos transmite la música, tanto a la hora de componer como de escucharla.
Si pensamos que en esencia el tempo musical determina la duración de los sonidos
más básicos como “un golpe”, vemos que este determinará nuestra “percepción
temporal” de la música. En otras palabras, la función principal del tempo es establecer
“el ambiente musical”.
Es así que la música puede motivarnos, energizarnos, darnos ganas de relajarnos,
ponernos tristes, o saltar. El ritmo nos afecta, tanto de forma consciente como
inconsciente. El más claro ejemplo es cómo la música nos impacta cuando bailamos,
así como cuándo hacemos ejercicio o alguna otra actividad. En decir, el tempo nos
produce distintas sensaciones dependiendo de diferentes factores y elementos que
aparecen a la hora de componer (como la armonía, la forma de la melodía y el timbre
de los instrumentos utilizados, entre otros).
Por ejemplo, pensemos las diferentes sensaciones que generan una canción de heavy
metal y una canción alegre:
-Fast Tempo (tempo rápido): felicidad, excitación, miedo, ira, rabia, tensión
-Slow tempo (tempo lento): tristeza, melancolía, sentimentalismo, relajación, pesadez,
ensoñamiento
-Cambios en el tiempo: generalmente producen miedo, tensión, sorpresa, excitación.
Podríamos decir que el tempo musical a usar dependerá de:
1) Lo que pretendemos transmitir.
2) El efecto que queremos generar en quien escucha la obra.
Podemos arreglar el tempo de la obra que estamos componiendo en función de lo
que queremos transmitir: si queremos generar un poco más de alegría o excitación
podemos incrementar el tempo. Por el contrario, disminuir el tempo puede producir
relax, melancolía o nostalgia.
Surge entonces la pregunta: ¿cuál es el tempo correcto de una obra musical?
No existe un tempo correcto. El tempo está dado por la sensación que buscamos
generar la comunicación a la hora de componer/producir.
Para calcular los BPMs de una canción, simplemente debemos golpear al ritmo de la
misma y contar la cantidad de pulsos que aparecen a lo largo de un minuto. Una forma
aproximada de obtenerlo es contar los golpes que aparecen durante 15 segundos
y multiplicarlo por 4, del cual se obtiene una aproximación.
En este curso y en este módulo en particular, haremos uso del BPM para hablar
de los elementos de los DRUMS o baterías.
• KICK/BASS DRUM
• SNARE
• HI-HATS
• TOMS
• RIDES
• CRASH CYMBALS
• RIDE CYMBALS

Sí, está claro que no es sencillo tener una batería en nuestra casa.
Nuevamente, la tecnología y el MIDI van a ayudar a poder experimentar con bases
rítmicas sin tener el instrumento físico o, al menos, siendo suficiente con uno más
chico y menos ruidoso como una drum machine, por ejemplo.
Una drum machine (o caja de ritmos) es un instrumento musical electrónico que
permite componer, programar y reproducir patrones de ritmo mediante un secuenciador
interno y un generador de sonidos de instrumentos de percusión.
La caja de ritmos influyó decisivamente en el desarrollo de la música electrónica pero
también en géneros aledaños como el hip-hop, entre otros. La música disco hizo
buen uso de ella al sustituir la batería acústica por este dispositivo, dándole un sonido
más potente y novedoso que posteriormente se aplicó en estilos tan singulares como
el house. Hay que aclarar sin embargo que desde un principio los sonidos de las
cajas de ritmos analógicas eran tomados como burdas imitaciones de los acústicos,
a menudo denostados por los percusionistas más ortodoxos. Incluso, muchos músicos
de los círculos electrónicos o dance se “pasaron” a la tecnología digital en cuanto
ésta hizo su aparición. La paradoja surgió a principios de los años 1990 cuando
se redescubrió el sonido analógico. Paralelamente a la proliferación de módulos
y sintetizadores digitales con sonidos “vintage” se comenzaron a pagar cantidades
exorbitantes por aparatos totalmente analógicos, entre ellos estas cajas de ritmos,
llegando a surgir verdaderos “puristas” de este tipo de sonido.
En la segunda mitad de los años 1990 y en plena vorágine analógica la firma Roland
presentó un nuevo dispositivo: la Groovebox MC-303, que pasaba por ser un híbrido
entre caja de ritmos y sintetizador, permitiendo alterar los sonidos en tiempo real
y con toda una recopilación sonora de sus máquinas analógicas (TR-808, 909, 606,
TB-303, Juno, Serie SH, etc.). Aunque bastante complicada de programar, causó
cierto furor en un sector de la música electrónica que reclamaba un aparato donde
se reunieran todos los sonidos analógicos de éxito.
Este nuevo híbrido entre caja de ritmos y sintetizador dio paso a toda una nueva
generación de aparatos que pasaron a llamarse “máquinas de grooves” (groove
machine en inglés), corriente a la que se sumaron otras marcas como Korg o Yamaha.
Poco a poco la máquina de grooves, así como el incremento en prestaciones de
secuenciadores soft y la tecnología de plug-in ‘s fueron comiéndole terreno a la caja
de ritmos, aunque no se pueda hablar de un declive propiamente dicho, sino más bien
de una migración.
Les invito a mirar estos videos, que aplican a algunas de las bases rítmicas más
reconocidas:

Roland 707
Roland 808

Roland 909

Algunos detalles de color antes de pasar a aplicar de forma práctica estos conceptos:
La Roland 909 es una máquina de ritmos muy popular en la música electrónica dance.
Acá les comparto un video de una leyenda pionera del Techno, Jeff Mills, usando
la 909 para generar distintos patrones rítmicos. Cabe destacar que usa esta drum
machine en todas sus presentaciones.
Otro detalle de color bien argentino. Charly Garcia hace uso de la Roland 808
de forma pionera en nuestro país en Clics Modernos. Acá les dejo un video que habla
un poquito de estas cuestiones, y que me gusta porque muestra el Ableton Live,
uno de los DAWs más reconocidos

Por último, me gustaría introducir el concepto de drum rack: un instrumento digital que
nos permite llevar nuestra programación de beats a otro nivel. Es un instrumento en el que
literalmente podemos cargar hasta 128 samples, instrumentos, audios o efectos MIDI.
El (1) representa nuestro pad overview, en el cual podemos acceder fácilmente
a nuestros distintos slots de samples. El (2) nos representa un pad vacío, en el cual
podemos cargar un sample (veremos esto en el video adjunto en este módulo).
En el (3) podemos ver un slot con un audio ya cargado. Ese audio ya es parte
de nuestro drum rack y lo usaremos via MIDI para secuenciar ritmos.
Cada uno de estos pads es gráficamente una “cadena” en la que podemos agregar
efectos de audio de todo tipo.
Agregando distintos sonidos a nuestros drum racks, y usando MIDI para secuenciar,
podemos empezar a crear nuestras bases rítmicas.
Les invito a ver el video que acompaña este módulo, donde involucramos todos los
conceptos trabajados hasta aquí de forma práctica e incluyendo otros conceptos
adicionales importantes en la producción musical. También les invito a ver el material
adicional agregado en la bibliografía. Para aquellos videos que estén en inglés,
no olviden activar los subtítulos en español.

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