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LA MÚSICA Y EL RUIDO
¿Qué es lo que diferencia la música del ruido? O, dicho de otro modo, ¿cuándo un
sonido puede calificarse como musical?
Bien, si atendemos a apreciaciones subjetivas, nos encontraremos con que,
muchas veces, será muy difícil establecer dicha distinción, puesto que esta se
verá afectada por numerosas variables: el estado de ánimo, la intención del autor,
la torpeza del instrumentista y otras consideraciones estéticas e, incluso, teóricas.
En cambio, si nos basamos en las cualidades del sonido, en sus parámetros
cuantificables, obtendremos, a priori, una calificación que tenderá a ser más
objetiva. Teniendo esto en cuenta, podemos determinar qué característica, o
características, del sonido hacen que éste pueda ser utilizado para la música.
Y, aquellos sonidos que no cumplan con esos requisitos, podemos considerarlos
como ruido.
EL SONIDO MUSICAL
Un sonido se considera musical cuando tiene como origen un movimiento
vibratorio periódico o pseudo-periódico. Por supuesto, tal y como se ha
indicado, dejando a un lado toda consideración estética y artística.
– Periódico
Un movimiento, o cualquier fenómeno en general, es calificado de periódico
cuando se repite de modo idéntico a intervalos iguales de tiempo.
Esa igualdad o repetición exacta de sí mismo implica, forzosamente, una
continuidad o permanencia en el tiempo (puesto que no se producen variaciones:
ni de frecuencia, ni de amplitud –intensidad–; ninguna).
Los movimientos periódicos puros son muy difíciles de encontrar en la naturaleza
porque, como veremos, necesitan de factores externos que le aporten la energía
necesaria para su continuidad o sostenibilidad en el tiempo.
Las cuerdas del violín, por ejemplo, gracias a la energía que les transmite la
fricción del arco, poseen esa cualidad, lo que sostiene su sonido hasta que el
músico detiene su mano.
– Pseudo-periódico
Sin embargo, sí que encontramos abundancia de sonidos pseudo-periódicos,
cuyas ondas sonoras, si bien no se repiten de modo idéntico en el tiempo, las
diferencias apreciables no afectan de modo significativo a su frecuencia, aunque sí
pueden percibirse variaciones en su amplitud y, consecuentemente, en la
intensidad del sonido (normalmente, en sentido decreciente).
En definitiva, los sonidos musicales son aquellos en los que el músico puede
controlar:
Su altura: Constante o apreciable como tal.
Su intensidad: Constante o decreciente (depende de la fuente sonora).
Su calidad: Viene dada por el timbre o el “color” de un instrumento.
RUIDO
Es lo contrario a lo anterior. No posee una periodicidad en la frecuencia de sus
vibraciones, su altura no es definida ni controlable y, en muchos casos, tampoco
su intensidad; la calidad no es una característica aplicable ni, en ningún caso,
puede adoptarse como criterio de identificación de la fuente.
Produce confusión al oyente, cuando no malestar, y su audición no resulta en
absoluto precisa ni nítida.
Tabla de contenido del tema:
El sonido. 1. La música es sonido.
El sonido. 2. El sonido y las ondas sonoras.
El sonido. 3. Características del sonido.
El sonido. 4. Cualidades del sonido.
El sonido. 5. Propiedades acústicas y magnitudes.
El sonido. 6. El sonido musical.
El sonido. 7. Las notas musicales.