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DEFINICIÓN
FISIOPATOLOGÍA
EVALUACIÓN DEL OLOR
MANEJO ESPECÍFICO DEL DOLOR AGUDO POSTOPERATORIO
DROGAS UTILIZADAS
TÉCNICAS ANALGÉSICAS
EVALUACIÓN DE EFECTOS COLATERALES Y COMPLICACIONES
RECOMENDACIONES PARA UNA ANALGESIA SEGURA
Definición
El dolor está definido por la IASP (International Association for the Study of Pain) como
“una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada a una lesión tisular real
o potencial, o descrita en términos de esta”.
Su presencia en el periodo perioperatorio esta dada no solo por la lesión tisular en
relación al procedimiento quirúrgico, sino también esta condicionada por la patología
actual y preexistente del paciente (dolor crónico o agudo previo). El tipo, intensidad y
duración del dolor se ve afectado por múltiples factores, entre ellos: 1) lugar, tipo y
duración de la cirugía; 2) tipo y extensión de la incisión quirúrgica y otros traumas
quirúrgicos asociados; 3) trasfondo fisiológico y psicológico del paciente; 4) preparación
preoperatorio psicológica, fisiológica y farmacológica del paciente; 5) complicaciones
quirúrgicas; 6) manejo anestésico antes, durante y después de la cirugía; 7) calidad del
manejo perioperatorio; 8) tratamiento preventivo (“preemptive”). (Ver texto)
Dicho todo esto queda clara la complejidad del manejo de este y la necesidad de un
enfoque multimodal para su adecuado tratamiento.
Fisiopatología
1
Dolor Incidental (Primer Dolor):
Típicamente de localización menos precisa por parte del paciente, de carácter sordo,
persistente una vez cesado el estímulo. Su principal nociceptor son Fibras C
amielínicas, las que tienen una velocidad de conducción menor (< 2 m/seg).
2
FIGURA 1
INICIO DE CONDUCCIÓN, DURACIÓN Y AMPLITUD DE RESPUESTA FRENTE A ESTÍMULO DE
NOCICEPTOR
V
Estimulo Fibra A
Fibra C
Tiempo
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TABLA 1
EFECTOS SISTEMICOS DEL DOLOR
4
sin embargo, dada la subjetividad de su vivencia, estos valores no nos dicen nada del
sufrimiento del paciente, ni del mecanismo involucrado en su génesis.
Actualmente se utilizan escalas subjetivas de medición de dolor ajustadas a la edad
del paciente, debido a la diferencia en la capacidad de abstracción y verbalización del
dolor en estos distintos grupos.
Infantes
Si bien es cierto, existen instrumentos de medición para la intensidad del dolor en este
grupo, es fundamental tener en cuenta los datos aportados por los padres y el personal
de salud (ciclo de sueño, alimentación, estado de animo, actividad, etc.), y conocer su
comportamiento previo ante estímulos dolorosos (comunica o no su dolor, conductas
aberrantes, etc.).
La evaluación será diferente dependiendo de la capacidad de verbalización,
debiéndose aclarar la forma en que denomina el niño al dolor (yaya, pica, nana, duele).
Para aquellos infantes que no verbalizan existen escalas conductuales (tablas 2 y 3) y
escalas de fotografías de niños con expresiones de dolor (figura 2). Para aquellos que
verbalizan se pueden usar escalas de caritas, las que consiste en una regla con un
continuo de 5 o 6 rostros que representan distintos niveles de dolor (figura 3); para
usarla se debe preguntar al niño en los términos que el use para denominar su dolor
(preguntar por su “cara de pena de dolor”, o su “cara de yaya”, etc.). En ocasiones, al
estar asustados, los niños preferirán localizar la zona que les duele sobre un muñeco.
Para una adecuada cooperación se les debe asegurar que no serán sometidos a
ningún procedimiento doloroso para aliviarles.
Considerando todo lo anterior se lograra una adecuada evaluación de la existencia de
dolor y su intensidad; siempre se debe recordar la máxima: “aquello que duele a un
adulto, con seguridad duele a un niño”.
Verbaliza ?
No Si
5
TABLA 2
ESCALA CONDUCTUAL CRIES (32 A 60 SEMANAS POSTCONCEPTUALES)
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TABLA 3
ESCALA CONDUCTUAL CHIPPS
[CHILDREN AND INFANTS POSTOPERATIVE PAIN SCALE (CHIPPS)]
(PERIODO NEONATAL HASTA LOS 48 MESES INCLUSIVE)
(Büttner W.,Finke W.; Analysis of behavioural and physiological parameters for the
assessment of postoperative analgesic demand in newborns, infants and young
children: a comprehensive report on seven consecutive studies; Paediatric Anaesthesia
2000, 10: 303–318.)
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FIGURA 2
ESCALA DE FOTOGRAFIAS DE NIÑOS CON EXPRESION DE DOLOR
(Beyer, 1984)
FIGURA 3
ESCALA DE CARITAS
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 8
Adultos
FIGURA 4 (A Y B)
ESCALA VISUAL ANALOGA
A) Anverso
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Nótese que en el anverso solo existe la representación grafica de un continuo entre el
estado sin dolor y el de máximo dolor imaginable por el paciente. Este es el lado
presentado al paciente.
B) Reverso
Escalas verbales
En las escalas verbales se da a elegir al paciente entre una serie de palabras que
pretenden describir la intensidad de su dolor (ej: leve, moderado, intenso, insoportable).
El problema de estas escalas radica en las diferencias del lenguaje hablado y en que
son dependientes del nivel socio cultural. Es recomendable emplear términos simples,
descriptivos y fácilmente comprendidos por la población que se desea evaluar.
Escalas numéricas
Se solicita al paciente que “ponga nota a su dolor”, desde “cero” que representa la
ausencia de dolor, a “diez” que es el dolor máximo imaginable. Este método es útil en
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pacientes que están imposibilitados de manejar una EVA, estos son: pacientes
demasiado sedados, no videntes y los que no comprenden como operar la EVA. En los
pacientes que aprenden el uso de ambos métodos se observa una muy buena
correlación entre la EVA y la escala verbal numérica.
Cuando existe una mayor necesidad de anular los efectos de la respuesta de stress, o
cuando se requiere una buena analgesia en condiciones dinámicas (dolor incidental),
se prefiere analgesia mediante bloqueos de conducción: Infiltración anestésica de los
bordes de heridas operatorias, bloqueos de troncos nerviosos (bloqueos de nervios
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periféricos, paravertebrales o de plexos nerviosos) o bloqueos a nivel del segmento
raquídeo (epidural o subaracnoídeos).
La analgesia proporcionada por drogas que no bloquean la conducción
(Antiinflamatorios No Esteroidales o AINE, opioide, etc.) puede ser tan efectiva como
los bloqueos de conducción en términos del confort proporcionado, pero es menos
efectiva bloqueando la respuesta de stress o eliminando el dolor incidental.
Conceptos básicos
Tratamiento Multimodal:
En relación a la forma de planificar la analgesia de un paciente, se puede elegir entre
varios métodos (técnicas) analgésicas. La recomendación general es combinar dos o
más técnicas o analgésicos para obtener el máximo de sus efectos deseables y
minimizar los efectos colaterales de cada uno. Ejemplos de esto son combinar opioides
con AINE, combinar 2 o más agentes en una infusión epidural, tratar la ansiedad del
periodo perioperatorio además del dolor, etc. Entendido así, el termino “multimodal” es
equivalente al de “analgesia balanceada”.
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La cirugía dental, en la que se describió su efecto, se caracteriza por primar un
mecanismo inflamatorio sobre estructuras somáticas y carecer de componente
visceral, a diferencia de la cirugía abdominal, (en la que falla este principio), que
tiene un gran componente visceral e incidental.
En un evento en el que se combinan varios mecanismos y en el cual el dolor es muy
intenso, es difícil aislar la contribución de una dosis o intervención aislada, que
impacta en distinta magnitud sobre estos mecanismos.
Los trabajos que no logran demostrar el efecto preemptive, por lo general no
cuentan con el número suficiente de pacientes, como para eliminar la variación
individual en el requerimiento de analgésicos para un mismo tipo de cirugía.
Interesantemente, se ha observado que la utilización de analgésicos reservados
previamente al dolor crónico, especialmente los del grupo denominado como
estabilizadores de membrana (básicamente anticonvulsivantes) y bloqueadores de
receptores NMDA (ketamina) tendrían efecto ahorrador de opioides en el periodo
perioperatorio de ser administrados antes de la cirugía. Esto apuntaría a un probable
mecanismo preventivo de sensibilización central, y a que exista un mecanismo mixto de
dolor postquirúrgico que comprende además un componente neuropático importante,
especialmente en algunas cirugías (mastectomía total, disección axilar, toracotomía,
lumbotomía).
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FIGURA 5
MECANISMOS ENVUELTOS EN LA SENSIBILIZACIÓN PERIFÉRICA
Sensibilización Periférica
Liberación de
Mediadores
“Sensibilizantes”
Iones Hidrogeno Histamina Purinas Leucotrienos
Norepinefrina Iones Potasio Citoquinas NGF
Bradiquinina PGS 5-HT Neuropeptidos
Sensibilización Fibras C y A
HIPERALGESIA ALODINIA
FIGURA 6
MECANISMOS DE SENSIBILIZACIÓN CENTRAL
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Normal:ActEVación Fibra A
* No se observa actEVidad
neuronal medular en vías
nociceptEVas.
Sensibilización Central:
Al existir actEVidad
aumentada de fibras C, la
actEVación de fibras A puede
inducir dolor.
Inflamación:
Puede causar la expresión de
fibras A fenotípicamente
alterdad, que a su vez
pueden inducir sensibilización
central.
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Drogas Utilizadas
AINE
Los Analgésicos Antiinflamatorios No Esteroidales, actúan principalmente a través de la
inhibición de síntesis de prostaglandinas, tanto a nivel periférico como del SNC, con un
efecto antiinflamatorio variable.
Sus ventajas en relación a los opioides incluyen principalmente la ausencia de
tolerancia y riesgo de adicción, menor sedación, en combinación con opioides
disminuyen los requerimientos de estos (entre un 20 y un 30%) y sus efectos
colaterales (principalmente depresión respiratoria). Su potencia es menor que la de
opioides, teniendo un efecto techo; es decir, existe una dosis máxima sobre la cual no
se obtiene mayor efecto analgésico.
Su rol en el tratamiento del dolor perioperatorio severo es coadyuvante, pudiendo ser
útiles por si solos para el dolor leve a moderado.
Sus efectos colaterales incluyen hemorragia digestiva, alteraciones de función
plaquetaria, broncoespasmo, y posiblemente, asociación con sangrado perioperatorio
(por ejemplo, es polémico su uso en cirugía otorrinolaringológica).
Contraindicaciones a su uso son: Falla renal, hipovolemia, hiperkalemia, falla hepática
severa, preeclampsia, riesgo conocido de hemorragia, broncoespasmo por aspirina e
historia de úlcera gastrointestinal. Se debe tener precaución en caso de usuarios de
Beta-bloqueo, inhibidores de enzima convertidora de angiotensina, diuréticos,
ciclosporina, metotrexate, pacientes diabéticos, mayores de 65 años, con patología
vascular, y pacientes sometidos a cirugía cardiaca, hepatobiliar u otra cirugía vascular
mayor.
Los inhibidores de la ciclooxigenasa 2 (COX2 o inducible)(Celecoxib, Etoricoxib,
Rofecoxib, Valdecoxib, Parecoxib), corresponden a un grupo relativamente nuevo de
AINE que se caracterizan por su selectividad por esta enzima, con lo cual en teoría
disminuyen los riesgos asociados a la inhibición de la COX1 (COX constitutiva). A
diferencia de los AINE tradicionales, no están contraindicados en pacientes con mayor
riesgo de sangrado, reacciones broncoespásticas a aspirina ni con historia de úlcera
gastrointestinal. Su efecto a nivel renal no es todo lo inocuo que se pensó en un
principio. La COX2 se expresa constitutivamente en muchos órganos, particularmente a
nivel del SNC y a nivel renal; en este último se han detectado productos derivados de
COX2 en celulas yuxtaglomerulares y epiteliales corticales y medulares, jugando un
importante rol en mecanismos reguladores y adaptativos locales. En pacientes
ancianos se ha descrito la aparición de edema y alzas de presión arterial sistólica
durante su uso e incluso daño renal grave. En el caso de pacientes hipertensos se
debe monitorizar cuidadosamente la presión arterial durante su uso, ya que disminuyen
la efectividad del tratamiento anithipertensivo (diuréticos, inhibidores de la enzima
convertidora de angiotensina y bloqueadores , debiéndose descontinuar su uso de
detectarse alzas de presión arterial por sobre las basales del paciente.
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TABLA 4
AINE DE USO COMÚN: VIDA MEDIA Y DOSIFICACIÓN
Vida
Media
Droga (horas) Vía Oral Parenteral
Dosis inicial Máxima Dosis Inicial Máxima Diaria
Diaria (EV/IM) (EV/IM)
Aspirina 0,2 0,5-1 gr 6 gr
Celecoxib 9-15 200 mg 400 mg
Diclofenaco 1,1 25-75 mg 200 mg 75 mg/75 mg 150 mg/150 mg
Ibuprofeno 2,1 400 mg 3,2 gr
Indometacina 6 25-75 mg 200 mg
Ketoprofeno 1,8 50-100 mg 300 mg 100 mg/100 mg 300 mg/200 mg
Ketorolaco 5,1 10 mg 40 mg 30 mg/30 mg 120 mg/120 mg
Naproxeno 14 275 mg 1500 mg
Parecoxib 8 40 mg/ - 80 mg/ -
Piroxicam 57 20-40 mg 40 mg
Rofecoxib 17 12,5-25 mg 50 mg
Tenoxicam 60 20-40 mg 40 mg
EV: Endovenoso.
IM: Intramuscular.
No debe administrarse en bolo EV. Velocidad de infusión mínima de 30 minutos.
No debe administrarse en bolo EV. Velocidad de infusión sugerida de 20 minutos.
Paracetamol
El Acetaminofeno o Paracetamol, carece de actividad antiinflamatoria, pero constituye
un analgésico efectivo y con mínimos efectos colaterales en dosis clínicas. Debiera ser
usado de rutina como base de todo tratamiento de dolor agudo.
Su mecanismo de acción está dado por la inhibición de liberación de prostaglandinas, y
tendría algún rol en los mecanismos analgésicos relacionados con serotonina, ambos a
nivel espinal; su combinación con AINE tiene efecto supraaditivo.
Su principal (más temido) efecto adverso es la hepatitis fulminante secundaria a una
sobredosis de esta droga, habitualmente al administrar más de 1 gr. por cada 10 Kg. de
peso corporal en 24 hrs. por vía oral.
Tramadol
Su mecanismo de acción dual está dado por inhibir la recaptación de Noradrenalina y
Serotonina a nivel de las astas dorsales de la médula (donde tienen un rol inhibitorio de
la transmisión de neuronas nociceptivas), además de ser un agonista opioide débil.
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No suele usarse como analgésico único, sino en combinación con AINE o Paracetamol.
Se prefiere administrar en infusión continua en lugar de bolos e.v. horarios, para
disminuir la incidencia de náuseas y vómitos asociados a su uso.
Opioides
Tradicionalmente han sido la droga de 1ª elección en el manejo del dolor agudo
perioperatorio severo. Su mecanismo de acción está dado por su efecto inhibitorio a
nivel presináptico de liberación de neurotransmisores desde neuronas de vías
nociceptivas, e inhibición de conducción postsináptica de ellas, tanto a nivel medular
como cerebral.
Su uso debe ser siempre titulado, en dosis pequeñas, a intervalos repetidos, hasta
obtener la respuesta analgésica buscada. Monitorizar cuidadosamente la frecuencia
respiratoria y saturación durante su administración, buscando dirigidamente la
aparición de depresión respiratoria secundaria a su uso. Otros de sus efectos
colaterales incluyen sedación (que suele preceder a la depresión respiratoria), prurito,
náuseas y vómitos, y retención urinaria.
TABLA 5
OPIOIDES DE USO COMÚN: DURACIÓN DE ANALGESIA Y DOSIS EQUIANALGÉSICAS
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paciente crónicamente y el que se administrará, considerando la vía de administración
de cada uno de ellos.
Anestésicos locales
Su uso queda limitado a los bloqueos de conducción en su amplia gama de
posibilidades (neuroaxiales, de troncos nerviosos), a la infiltración de heridas
operatorias, y en manos de especialistas, en el diagnóstico diferencial y manejo de
dolor neuropático agudo y crónico (lidocaína).
En el caso de su uso peridural, se prefiere su combinación con opioides para disminuir
los efectos colaterales de cada uno por separado, mejorando la calidad de la analgesia
lograda.
Técnicas Analgésicas
PRN o SOS
Por la costumbre en su empleo, se han asentado los esquemas de administración PRN
(cuando nace la necesidad) y SOS (si opus sit).
Estas populares indicaciones pretenden que las drogas analgésicas sean
administradas cuando el paciente ya no es capaz de tolerar el dolor. Debiendo ocurrir
un proceso más o menos largo, dependiendo cuán fácil sea la obtención del
analgésico, para que éste llegue finalmente al paciente. En ocasiones la respuesta
obtenida es la administración de un placebo. La “ventana” de dolor experimentado
mientras la analgesia no surte efecto, es responsable de la sensibilización secundaria y
de la hiperalgesia correspondiente, lo que se traduce en aumento de los requerimientos
de analgesia durante el período que sigue. En otras palabras: se termina necesitando
más analgésico para aliviar un dolor intenso que para evitar que este se produzca. El
problema, es que la mayoría de las veces los pacientes reciben menos analgésico del
que necesitan.
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La analgesia PRN y SOS suele ser efectiva solo en aquellos pacientes que
experimentan dolor de baja intensidad.
Administración horaria:
Se basa en el conocimiento que se tiene respecto a las características farmacológicas
de las drogas analgésicas. Los intervalos de administración son ajustados a los
períodos de efectividad analgésica (diferentes de la vida media de eliminación). Por
otro lado, la masa de droga es estimada de valores promedios para la población, en los
que se integran: la vida media de eliminación, los rangos terapéuticos, característica
pondo estatural del paciente, vía de administración de la droga, etc.
El esquema horario puede fallar debido a la dificultad para integrar la variabilidad
personal que determina diferentes requerimientos de analgésico y los eventos a los que
el paciente pudiese ser sometido, variando desde la inmovilidad a los ejercicios
kinésicos intensivos.
Frente a un esquema de este tipo, podemos dividir a los pacientes en tres grupos, el
primero; en que se logrará alivio satisfactorio, el segundo; en que el alivio será parcial y
un tercero en que primarán los efectos de la sobre dosificación, algunos de los cuales
son indeseables. La distribución de los pacientes en los diferentes grupos dependerá
de que tan potente sea nuestro esquema analgésico. A pesar de estas limitantes, este
modelo es bastante más efectivo y racional frente a cuadros de moderada o gran
intensidad dolorosa, que los llamados esquemas PRN y SOS.
Infusión Continua:
Con esta forma de administración se busca mantener un nivel plasmático estable del
analgésico, dentro del rango terapéutico, mediante la administración de una dosis de
carga inicial continuando con una infusión de los requerimientos analgésicos estimados
necesarios para 24 hrs., evitando la aparición de períodos de dolor por caída de la
concentración de la droga. Si bien conceptualmente es ideal por disminuir la posibilidad
de efectos adversos de las drogas una vez ajustada la dosis, es precisamente este
punto el que evita que sea un método infalible, dada la gran variabilidad de
requerimientos entre pacientes, tanto por sus características individuales como por la
magnitud de la injuria sufrida.
20
primeras 24 horas. Esta enorme variabilidad individual sería imposible de controlar con
otro método de administración.
Estos sistemas cuentan además con dos barreras de seguridad:
a) Un tiempo de latencia entre bolos analgésicos efectivamente liberados (distinto de
bolos solicitados), permitiendo al paciente percibir el efecto de un bolo antes de
solicitar una segunda dosis.
b) Si por algún motivo el paciente acumulase un excesivo efecto de droga (opioide), la
sedación resultante impide que siga demandando nuevas dosis lo que evita
alcanzar niveles tóxicos.
El uso de este sistema requiere de personal entrenado para controlar periódicamente a
los pacientes (mínimo 2 veces al día).
La PCA puede ser utilizada para administrar opioide, AINE, drogas coadyuvantes, o
para bloqueos de conducción, empleando en estos casos anestésicos locales y
opioide.
Vías de Administración
Podemos comentar brevemente que esta dependerá del plan analgésico elaborado
para el paciente; esto implica el haber evaluado la probable intensidad del dolor
perioperatorio, la necesidad de movilización precoz del paciente, patología asociada,
capacidad de cooperación de este, entre otros. Entre las comúnmente usadas en el
periodo perioperatorio encontramos:
a) Vía oral
b) Vía endovenosa
c) Vía rectal
d) Vía peridural
e) Vía intratecal (subaracnoídea)
f) A través de catéteres colocados en relación a plexos o troncos nerviosos
Las vía intramuscular se evita dado el dolor que provoca la administración del
medicamento y por su absorción errática, ya que dependerá de la irrigación del tejido
en el cual se inyectó.
La vía endovenosa (ev) sigue siendo de elección para la administración de AINE,
opioides y tramadol, por su comodidad en el periodo postoperatorio inmediato y por su
mayor biodisponibilidad.
Las vías intratecal y peridural son preferidas para pacientes sometidos a grandes
cirugías con laparotomías amplias o toracotomías. En el caso de la analgesia intratecal
se usa preferentemente morfina por su prolongado efecto analgésico administrado por
esta ruta, obteniéndose en promedio 24 hrs. de alivio, pero requiriendo mantener al
paciente en un servicio con vigilancia continua de saturometría y frecuencia respiratoria
(intermedio o UCI) para detectar depresión respiratoria a tiempo (su incidencia es del 1
% de los casos.). La vía peridural suele ser usada para administrar mezclas de opioide
con anestésicos locales.
En cuanto al uso de catéteres para bloqueos de plexos y troncos nerviosos, pueden ser
usados con anestésicos locales, tanto mediante el uso de infusiones continuas, PCA o
bolos de rescate. Su uso se ha extendido tanto a cirugías en pacientes hospitalizados
como ambulatorios, especialmente en cirugía ortopédica. Las posibilidades de dar
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analgesia usando técnicas de bloqueos regionales son múltiples y extensas de explicar,
por lo que son tratadas en un capítulo aparte.
La vía rectal es usada habitualmente en pediatría, no siendo exclusiva de esta
población, siendo una posibilidad en pacientes en malas condiciones, con trastornos de
deglución y sin accesos vasculares.
La vía oral no es usada frecuentemente en el postoperatorio inmediato, dejándose su
uso para los días siguientes, de manera que el paciente ya no requiera mantener una
vía venosa permeable para continuar recibiendo analgésicos.
Todo esto se asocia a una "mejoría del estado psicológico" a medida que el paciente
nota está en “control” de su propia analgesia.
La ventaja más importante de este método es la individualización de la terapia. Al
parecer no habría ahorro en opioide, como se formuló inicialmente. Tampoco existen
diferencias con la calidad de la analgesia brindada por opioide epidurales.
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Comparación PCAE v/s PCAEV
La combinación de bupivacaína + opioide mejora la calidad de la analgesia y reduce
los efectos adversos causados por la bupivacaína (bloqueo simpático y motor).
El efecto analgésico es más completo al ser capaz de bloquear el dolor incidental, lo
que no ocurre de la misma forma con la morfina en PCAEV.
La PCAEV con morfina es reportada como más satisfactoria por parte de los
pacientes, comparada con morfina epidural, a pesar que esta última sea mejor
evaluada como calidad de analgesia.
Al menos un metaanálisis demuestra superioridad analgésica de PCAE frente a
PCAEV4).
Costo-efectividad:
Algunos estudios muestran que la PCA es más cara que las terapias convencionales,
mientras que otros afirman lo contrario. Probadamente disminuye el tiempo ocupado
por enfermería, permite un óptimo manejo de drogas y mayor satisfacción del paciente,
lo que a la postre la hace costo-efectiva.
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LIMITACIONES PARA EL USO DE PCA:
Efectos adversos:
Los más frecuentes son: náuseas, vómitos, sedación, prurito e íleo (inherentes al uso
de opioide). Para el manejo de las náuseas agregamos droperidol al reservorio de
droga de la PCA. La coadministración de un AINE disminuye el consumo de opioide,
pero esta disminución tiene pocos efectos sobre las náuseas.
Analgesia endovenosa :
Período de carga: Morfina 0,05 mg /Kg. I.V. cada 10 minutos hasta alivio del dolor.
PCA endovenosa, morfina:
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o Solución fisiológica 250 ml + 50 mg de morfina, bolos de 1 mg, latencia de
8 minutos, sin límite de administración horaria. En el casos específicos se
programa una latencia de 15 minutos: obesos mórbidos, antecedente de
apnea del sueño, etc.
o En cirugía ginecológica o en paciente que experimentan náuseas durante
la carga, se asocia droperidol 10 mg en la solución de PCA(0,04 mg/ml).
o En los pacientes en quienes se desea evitar el uso de morfina (pacientes
intervenidos de vía urinaria, cólico biliar durante la carga con morfina), se
emplea meperidina (500mg/250 ml), administrándose en bolos de 10 mg.
Analgesia epidural:
Durante el despertar de la anestesia en pabellón se administra una dosis de carga
por el catéter epidural.
Si la analgesia es satisfactoria se inicia PCA.
Si resultase ser insuficiente por alivio insuficiente o por un bajo nivel alcanzado, se
administra un bolo mayor de anestésico, (7 o 10 ml de bupivacaína). Una vez
comprobada la utilidad del catéter, se instala la PCA, con la siguiente programación:
Solución fisiológica 250 ml conteniendo Bupivacaína 300 mg (0,12%) + Fentanyl
500 mcg (2 mcg/ml).
Catéter alto y bloqueo efectivo con 10 ml de dosis de carga: Se programa una
infusión de 5 ml/hora y bolos de 5 ml con un periodo de latencia de 20 minutos.
Catéter relativamente bajo: se programa bolos de 7 o 10 ml, con latencia de 20
minutos, sin infusión continua.
25
mayoría de los pacientes emplean sonda vesical por periodos mayores de 48 horas. En
caso de presentarse una retención urinaria, ésta debe ser prontamente tratada.
26
describir cuales articulaciones moviliza, y contra que carga (no mueve, mueve solo en
el plano, levanta sin carga, levanta contra carga mínima, levanta contra carga máxima).
TABLA 6
ESCALA DE BROMAGE
Evaluación de la sedación
La sedación en el periodo perioperatorio es multifactorial (uso preoperatorio de
sedantes e hipnóticos; efecto residual de drogas anestésicas; opioides administrados
pre, intra o postoperatoriamente; entre otros). Independientemente de su etiología, esta
dificulta la evaluación del dolor, ya que compromete la capacidad del paciente para
reportarlo. Recordar: Un paciente que no se queja no necesariamente está sin
dolor, por esto se deben buscar activamente dolor y sedación para su oportuno
diagnóstico y tratamiento.
Además, constituye el síntoma que suele preceder a la depresión respiratoria clínica en
pacientes que reciben opioide, e interfiere con el uso adecuado de sistemas de
Analgesia Controlada por el Paciente (PCA) (ver más adelante).Siempre se debe hacer
su diagnóstico etiológico.
Puede cuantificarse mediante una escala de cinco niveles (de 0 a 4).
TABLA 7
EVALUACIÓN DE SEDACIÓN
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Se habla de depresión respiratoria clínica cuando la frecuencia respiratoria es menor o
igual a 9 ventilaciones por minuto, pero la frecuencia mínima aceptable está en función
del compromiso postoperatorio de los volúmenes pulmonares. Así, en pacientes con
disminución de la capacidad residual funcional (CRF) después de una cirugía
abdominal, es posible que una frecuencia de 12 respiraciones por minuto sea
intolerable desde el punto de vista fisiológico, lo mismo ocurre si existe alguna
condición que eleve la tasa metabólica por sobre lo normal. Se aconseja evaluar gases
arteriales o al menos oximetría de pulso para decidir conducta a seguir.
Indagar por asociación con otras drogas depresoras, capaces de actuar sinérgicamente
con los opioide: Benzodiacepinas, narcóticos, neurolépticos y efecto residual de
halogenados y otros opioide intra operatorios.
28
8.- Contar con algún sistema que permita dar atención en horarios nocturnos y festivos.
29
Bibliografía y Referencias Electrónicas
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Setting (Oct 2003);
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