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CURSO DE ESCUCHA

IMPORTANCIA DE LA ESCUCHA EN LA TERCERA EDAD

OBJETIVO GENERAL: Reconocer las características principales y los cambios que se


presentan en esta etapa de la vida, donde se busca adquirir la identidad del ser humano y
definir sus roles en las realidades en las que se mueve.

1. Bienvenida y presentación.
Se inicia el encuentro con saludo de bienvenida y oración. Se realiza un resumen del tema
anterior para contextualizar a los participantes, especialmente a los que no pudieron estar
en el encuentro anterior y se realiza la solución de la cartilla de actividades.

2. Desarrollo del tema


El significado de senectud se utiliza como sinónimo de tercera edad, términos que
hacen referencia a 3 etapas:
 60 a 70 años: Senectud.
 72 a 90 años: la Vejez.
 Más de 90 años: ancianos.

La teoría psicológica del envejecimiento se caracteriza por los cambios conductuales que


se relacionan con las influencias ambientales que influyen y se reflejan positiva o
negativamente en los adultos mayores. Cada persona mayor es un individuo al cual cada
experiencia vital y cada modificación en su entorno ejerce un efecto sobre ella.

No todos los seres humanos crecen, se desarrollan y envejecen en forma similar, ni en


cuanto a morfología ni en cuanto a función se refiere. Basado en lo anterior se habla de:
 Edad Cronológica, determinada en función del tiempo transcurrido desde el
nacimiento, medido por los años, meses, días.
 Edad Biológica, corresponde al estado funcional de los órganos de nuestra
economía comparados con patrones estándar establecido para cada edad o grupo
de edades.
 Edad funcional, expresa la capacidad de mantener los roles personales y la
integración social del individuo en la comunidad.

La vejez es un proceso fisiológico gradual y natural de todo ser humano. Consiste en el


último período de la vida de una persona que suele comenzar a partir de los 65 años de
edad. Es la etapa que le sigue a la madurez y que se relaciona con el hecho de ser abuelo o
jubilado.
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A la etapa de la vejez también se la denomina tercera edad, debido a que alude a las tres


últimas décadas de vida de una persona. A partir de los 65 años las personas son
consideradas adultos mayores y, a partir de los 80 años, son consideradas ancianos.

Desde los aspectos biológicos, la vejez comprende a la población que evidencia el paso del
tiempo, tanto por los efectos fisiológicos naturales del envejecimiento, como por las
experiencias y conocimientos acumulados.

La falta de actividad laboral durante la vejez conlleva la necesidad de que los adultos


mayores realicen actividad física y mental para estimular sus funciones cognitivas y
evitar un posible deterioro cognitivo.

Cambios físicos
En esta etapa es frecuente que los patrones de sueño queden alterados, disminuyendo
significativamente el número de horas que se necesita dormir cada noche. También es
frecuente que aparezcan alteraciones en la retención de grasas y un tipo de digestión más
lenta y pesada. La masa muscular, por el contrario, acostumbra a atrofiarse de manera
significativa.

En las mujeres, la prevejez llega aproximadamente con la finalización de la menopausia, la


cual genera una seria de alteraciones hormonales que afectan tanto mediante síntomas
físicos como otros de carácter emocional vinculados a cómo se experimenta este evento.

Cambios psicológicos
En esta fase de la vejez, al contrario de lo que se cree, ni se acostumbra a sufrir una crisis ni
disminuye el nivel de felicidad. Sin embargo, sí que cambia el modo de pensar.
En concreto, es frecuente que aparezca un patrón de pensamiento melancólico en el que
empieza a verse la vida a través de los recuerdos, lo que se vivió en el pasado. Las
comparaciones entre lo que ocurrió hace años y el aquí y ahora son muy frecuentes.
Por otro lado, aquellas personas con vida familiar activa pueden exponerse al síndrome del
nido vacío, por el cual los hijos o hijas abandonan el hogar y aparece soledad y, a veces,
aburrimiento.

Vejez: 65 a 79 años
La vejez “pura” es la etapa de la vida en la que se consolida tanto el debilitamiento de
funciones biológicas como un estilo psicológico basado en la revisión del pasado y la
experimentación con los recuerdos.
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Cambios físicos
Aparecen problemas posturales y debilitamiento de huesos, lo cual puede producir dolor o
incluso que no se puedan realizar grandes esfuerzos. Los problemas de digestión, en
muchos casos, se acentúan, así como el riesgo de experimentar varios tipos de cáncer.

Además, tanto la visión como la audición suelen resentirse, lo cual a su vez conlleva un
riesgo de tipo psicológico: el aislamiento, dado que cuesta más esfuerzo relacionarse con
los demás o incluso participar en conversaciones.
A partir de los 75 años de edad, por otro lado, las personas ya cumplen el perfil de
paciente geriátrico siempre que se de algún problema significativo en su calidad de vida
como el deterioro mental o la incapacidad de vivir de manera autónoma.

Cambios psicológicos
En esta etapa se consolida el declive de un aspecto importante de los procesos mentales:
el nivel de inteligencia. Más concretamente, es la inteligencia fluida, la que tiene que ver
con la agilidad mental y la generación de nuevo conocimiento partiendo desde cero, la
que se ve más afectada, mientras que la inteligencia cristalizada se preserva mucho
mejor en la mayoría de adultos sanos de esta edad.

Las principales características de la vejez son:

 La gradual disminución de la fuerza física, debido a la pérdida de la


masa muscular y de grasa.
 La piel se torna cada vez más arrugada con pérdida de hidratación y de
elasticidad, debido a que las células del cuerpo se regeneran de manera más lenta.
 La disminución de la actividad mental en general, como la dificultad para
incorporar nuevos conocimientos o evidenciar mayor lentitud para comprender
conceptos.
 La disminución de la masa ósea, debido a que el metabolismo trabaja de manera
más lenta. Como consecuencia, las raíces de los dientes tienden a debilitarse, por lo
que es factible que pierdan sus piezas.
 El cambio hormonal que repercute en diversos aspectos, como la piel, el deseo
sexual, el humor o la fuerza muscular.
 La disminución de las capacidades sensoriales, como la vista y el oído.
 Una menor actividad de socialización, en parte, por la disminución de los
sentidos que interfieren en la comunicación con otros.
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Vejez no es sinónimo de enfermedad

La vejez no es sinónimo de enfermedad, sino que puede ser una etapa en la que aumenta
la prevalencia de enfermedades y el nivel de dependencia. Es un proceso en el que el
individuo se vuelve más vulnerable debido al deterioro natural del organismo.

Eso no quita que pueda ser una etapa saludable y de disfrute. Para eso, es muy
importante que la persona se mantenga activa a través de diversas actividades, como
manuales, intelectuales, de sociabilización y físicas.

Los cambios físicos y mentales conllevan a cambios en la rutina, como en la alimentación,


debido a las diferentes necesidades metabólicas del organismo, o en el sueño debido a
que suelen dormir menos cantidad de horas.

Además, el aumento de la esperanza de vida puede incidir en el desarrollo de


enfermedades crónicas. Para mantener una vida saludable durante la vejez es importante
incorporar cambios en la rutina que son necesarios para acompañar el proceso que
atraviesa el organismo.

Algunas de las enfermedades más comunes que padecen las personas en la etapa de la
vejez son:

 Accidente Cerebro Vascular (ACV)


 Arteriosclerosis
 Artritis
 Artrosis
 Problemas cardíacos
 Demencia
 Gripe
 Hipertrofia benigna de próstata
 Osteoporosis
 Presión arterial alta
 Disminución de la visión
 Disminución auditiva
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¿Por qué es tan importante saber hablar con las personas mayores?
A través del diálogo conseguimos mitigar las consecuencias de la soledad, demostrar
afecto, fomentar el crecimiento personal y reducir el riesgo de padecer ansiedad, estrés o
depresión, entre otras enfermedades. Por este motivo, no podría entenderse la asistencia a
mayores y dependientes al margen de unas óptimas condiciones para la comunicación, un
escenario en el que necesitas:

Conocimiento de la persona y de sus necesidades específicas.


– Promoción de la participación.
– Trabajo y desarrollo de las habilidades lingüísticas.
– Identificación de problemas, trastornos o discapacidades que estén comprometiendo la
calidad de la comunicación.
Cuando se dan las circunstancias adecuadas, aprender a hablar con las personas mayores
del modo correcto es solo cuestión de práctica y del empleo de las técnicas de
comunicación que mejor se adapten a la realidad particular de cada individuo.
Con la aproximación adecuada puedes hablar de cualquier tema con las personas mayores,
desde los recuerdos más significativos de su vida hasta los últimos avances de la
tecnología.

Aquí tienes tres consejos útiles para romper el hielo:


– Dirígete a la persona siempre con respeto. Si ya hay cierta confianza, es probable que te
refieras a ella de un modo particular o con un nombre especial, ¡úsalo!
– Hacer preguntas es una forma estupenda mostrar interés y hacer que tu interlocutor se
sienta interesante. Algo tan sencillo como un “¿Qué tal te ha ido hoy?” puede ser el
comienzo de una enriquecedora conversación. No desestimes el potencial de lo cotidiano.
 Desde el comienzo, muéstrate receptivo. La escucha activa es una de las claves del éxito
en la conversación con adultos mayores. En muchos casos, este es su momento de
desahogo. Tu capacidad de escuchar les transmite confianza y tranquilidad.

Evalúa el entorno
El ambiente es fundamental para el bienestar de las personas mayores. De hecho, es
imprescindible encontrar un lugar tranquilo y sin ruidos de fondo para establecer una
comunicación tranquila y efectiva. En caso de que esté puesta la radio o la televisión, es
importante apagarlas o, en su defecto, bajar el volumen y captar la atención del anciano.
Mantén siempre el contacto visual
A la hora de cuidar personas mayores y comunicarse con ellos, es de vital importancia
sentarse frente a ellos y entablar contacto visual para, posteriormente, proceder a hablar
despacio y con una vocalización perfecta. De este modo, es posible contrarrestar los
posibles problemas auditivos y de concentración que padezca.
No hace falta gritar
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Los especialistas en el cuidado de mayores saben perfectamente que, a pesar de que


existan problemas de audición, no hace falta gritar y que un volumen demasiado elevado
de voz puede ser tomado por estas personas como un ataque. Por ello, en cualquier tipo
de situación, es importante no alzar la voz y cuidar el entorno en el que se produce la
comunicación, como hemos dicho en el punto uno.
Preguntar mejor que ordenar
Otro aspecto básico en la comunicación y el cuidado de mayores hace referencia a
la forma. En este sentido, los ancianos se muestran más predispuestos a acometer una
acción si se les invita con una pregunta a ello que si se les ordena directamente. Por
ejemplo, las cuidadoras suelen decir “¿Quieres comer un plátano o una naranja?” cuando
llega la hora de merendar en lugar de “Cómete la naranja que es la hora de la merienda”.
Ante todo, paciencia
En el cuidado de personas mayores siempre hay que tener en cuenta que la vejez es dura
en sí misma. Por ello, hay que darles todas las facilidades posibles y ser pacientes con ellos.
Ten en cuenta que los ancianos pierden agilidad mental, auditiva y de visión, lo ya que
les genera un estrés que repercute negativamente en sus sentimientos. Si, en lugar de
entenderlos y darles su tiempo, se les presiona, acaban sintiéndose peor.

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