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JURISPRUDENCIA

Roj: STS 3045/1999 - ECLI:ES:TS:1999:3045


Id Cendoj: 28079120011999103365
Órgano: Tribunal Supremo. Sala de lo Penal
Sede: Madrid
Sección: 1
Fecha: 05/05/1999
Nº de Recurso: 3218/1998
Nº de Resolución: 670/1999
Procedimiento: RECURSO DE CASACIÓN
Ponente: ENRIQUE BACIGALUPO ZAPATER
Tipo de Resolución: Sentencia

SENTENCIA
En la Villa de Madrid, a cinco de Mayo de mil novecientos noventa y nueve.
En el recurso de casación por infracción de Ley que ante Nos pende interpuesto por el MINISTERIO FISCAL
contra sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, que condenó al procesado Antonio por delito
de lesiones, los componentes de la Sala Segunda del Tribunal Supremo que al margen se expresan se han
constituido para la deliberación y fallo bajo la Presidencia y Ponencia del Excmo. Sr. D. Enrique Bacigalupo
Zapater y estando dicho procesado, como parte recurrida, representado por la Procuradora Sra. de Francisco
Ferreras.

I. ANTECEDENTES
1.- El Juzgado de Instrucción número 1 de Manresa instruyó sumario con el número 215/97-DP contra el
procesado Antonio y, una vez concluso, lo remitió a la Audiencia Provincial de Barcelona que, con fecha 15
de Abril de 1998, dictó sentencia que contiene los siguientes hechos probados:
"Se declara probado que sobre las 7,30 horas del día 30.3.97 Andrés coincidió con el acusado Antonio en
el bar la Salsa de Manresa a quien conocía de vista, y le presionó para que consumieran una copa, diciéndole
a continuación que tenía que pagar las consumiciones de los dos entablándose por tal motivo una discusión
verbal, en el curso de la cual Andrés propinó un puñetazo en la mejilla del acusado, reaccionando éste
defendiéndose con el vaso que tenía en la mano, golpeando a su compatriota Andrés en la cara, vaso que a
raíz del golpe se rompió causando lesiones que precisaron sutura de 30 puntos de seda y curaron en 12 días,
restando cicatrices en hemicara derecha con perjuicio estético importante.
A continuación el acusado fue a su domicilio y Andrés tras denunciar estos hechos fue en busca del acusado
portando dos cuchillos que fueron intervenidos por la policía local que acudió a este lugar por una llamada
anónima".
2.- La Audiencia de instancia dictó el siguiente pronunciamiento:
"F A L L A M O S: Que debemos CONDENAR Y CONDENAMOS al acusado Antonio como autor responsable
de un delito de lesiones precedentemente definido, con la concurrencia de circunstancias modificativas de la
responsabilidad criminal eximente incompleta de legítima defensa a la pena de dos años de prisión, y al pago
de las costas procesales.
Por vía de responsabilidad civil abonará a Andrés en la suma de 1.084.000 pesetas, como indemnización de
perjuicios. Declaramos la insolvencia del acusado, aprobado el auto que a este fin dictó el juzgado instructor
en el ramo correspondiente.
Notifíquese que contra la presente resolución cabe interponer recurso de casación por infracción de Ley o por
quebrantamiento de forma, dentro del plazo de cinco días".

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3.- Notificada la sentencia a las partes, se preparó recurso de casación por infracción de Ley por el MINISTERIO
FISCAL, que se tuvo por anunciado, remitiéndose a esta Sala Segunda del Tribunal Supremo las certificaciones
necesarias para su sustanciación y resolución, formándose el correspondiente rollo y formalizándose el
recurso.
4.- El Ministerio Fiscal basa su recurso en los siguientes MOTIVOS DE CASACIÓN:
PRIMERO.- Por infracción de Ley por la vía del art. 849.1º LECr., por indebida aplicación del art. 21.1 en relación
con el art. 20.4 CP.
SEGUNDO.- Por infracción de Ley, por la vía del art. 849.1 LECr., por inaplicación de lo dispuesto en el art. 56 CP.
5.- Instruidas las partes del recurso interpuesto la Sala lo admitió a trámite quedando conclusos los autos para
señalamiento de deliberación y fallo cuando por turno correspondiera.
6.- Hecho el señalamiento para la deliberación, ésta se celebró el día 22 de Abril de 1999.

II. FUNDAMENTOS DE DERECHO


PRIMERO.- El Ministerio Fiscal alega en primer término la infracción del art. 21.1 CP., pues estima que en el
presente caso no se dan los presupuestos de hecho que permitirían apreciar una legítima defensa incompleta.
Considera en este sentido que el procesado sólo recibió un puñetazo en la mejilla, que no le causó lesión, ni
peligro para la vida o integridad corporal. Asimismo entiende el Fiscal que tampoco puede considerarse que
dicho puñetazo fuera el preludio de una "ulterior persistencia en la agresión". De todo ello deduce que dicho
puñetazo no tiene "verdaderamente un carácter y significación agresivos considerando como tal un ataque
serio e intenso que es el único que autoriza la reacción defensiva necesaria", pues no es "capaz de originar una
situación de acusado riesgo para bienes jurídicamente tutelados como la vida o la integridad física". Agrega
que de la desproporción del medio empleado es posible deducir que la reacción del acusado proviene de un
"claro ánimo vindicativo".
El motivo debe ser desestimado.
a) La Defensa permitida por el art. 20.4 CP. será considerada legítima cuando sea necesaria. A ello se refiere
expresamente el texto legal cuando en el párrafo segundo señala como requisito de la legitimidad la necesidad
racional del medio empleado, es decir, la exigencia de que la Defensa no sea posible por otros medios menos
lesivos de los bienes jurídicos del agresor. En el juicio sobre la necesidad, sin embargo, no debe entrar
en consideración, como lo propone el Fiscal, la posibilidad de huir o de retroceder, dado que en ese caso,
prácticamente toda defensa sería innecesaria. El juicio sobre la necesidad, por el contrario, está condicionado
por los fundamentos de la legítima defensa. Como es sabido este fundamento es doble: por un lado se trata
de la defensa del derecho en el sentido que "el derecho no debe ceder ante lo injusto"; por el otro de la
ratificación del orden jurídico como tal. Es el agresor el que infringe el derecho y el que -hasta cierto punto, por
supuesto- debe soportar las consecuencias de la agresión antijurídica. Por lo tanto, no es el agredido el que
debe tolerar una intervención sin derecho en sus bienes jurídicos. Por estas razones, la posibilidad del acusado
de marcharse o de escapar, por sí misma, no permite excluir el carácter necesario de la Defensa.
b) Una cuestión diversa es la que propone el Fiscal con respecto a si la agresión de la que fue objeto el acusado
recayó sobre bienes defendibles. Es cierto que la jurisprudencia de esta Sala cuenta con precedentes que
permitirían entender que no todo bien jurídico puede ser objeto de defensa. Por lo pronto, el propio texto legal se
refiere a la persona y sus derechos ("derechos propios"). Pero, cualquiera sea la limitación que se quiera acordar
a los bienes de la persona, lo cierto es que no se puede negar que tales precedentes nunca han pretendido
excluir la posibilidad de defensa frente a agresiones que afecten al cuerpo, como es el caso de las que se
materializan mediante puñetazos en la cara.
c) Otro aspecto de la cuestión planteada se refiere a la actualidad de la defensa, dado que ésta se excluye
cuando ya no tiene la finalidad de impedir o repeler la agresión (art. 20.4 segundo). Dicho de otra manera:
no cabe defensa contra una agresión que ya concluyó. La redacción del hecho probado parece sugerir que
toda la agresión comenzó y terminó con el puñetazo. Sin embargo, como lo ha subrayado la doctrina más
reciente, la existencia y la permanencia de la agresión no se debe considerar ex-post, sino desde la perspectiva
del agredido y, por lo tanto, ex-ante. De esta manera, no se puede excluir que desde esta perspectiva, el
acusado -como ha entendido la Audiencia- haya percibido el puñetazo como el primer acto de una serie de
otros posibles, pues resulta razonable imaginar que el ataque inopinado que describen los hechos probados
no había concluido. En todo caso, el error sobre dicha circunstancia no se puede excluir. Precisamente la
posibilidad del error es lo que permite considerar la defensa del acusado como incompleta, dado que una

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eximente incompleta no puede ser apreciada cuando el autor ha obrado conociendo que no se daban los
presupuestos para la justificación.
d) Finalmente no se puede admitir que la aplicación indebida del art. 21.1ª CP. sea consecuencia de
desproporción entre el daño que se quiere evitar y el que causa la defensa. Ante todo se debe subrayar que la
proporcionalidad es algo completamente diverso de la necesidad y que la ley no la establece como requisito
de la legítima defensa, sino del estado de necesidad. Es cierto que la doctrina ha propugnado una reducción
teleológica del ámbito de la legítima defensa en los casos de lesiones insignificantes o de bienes jurídicos poco
importantes. Pero, en el caso presente ante el comienzo de una agresión mediante un puñetazo en el rostro no
parece que se pueda afirmar la irrelevancia ni del bien jurídico afectado ni de la lesión que se podría producir.
En todo caso, es necesario tener presente que el tribunal a quo sólo aplicó una eximente incompleta y que, si
se considera que la proporcionalidad es un requisito general de la legítima defensa, bien pudo haber faltado.
SEGUNDO.- El restante motivo del recurso se relaciona con la inaplicación de las penas accesorias por parte
del Tribunal de instancia, lo que infringe el art. 56 CP.
El motivo debe ser desestimado.
E art. 56 CP. establece que las penas accesorias que contiene serán de aplicación cuando hubieran tenido
relación directa con el delito cometido. esta relación directa presupone que el delito haya sido favorecido o
posibilitado por el disfrute de algún derecho especial por parte del autor. en el presente caso no se da ninguna
situación que reúna estas condiciones. Más aun: el Ministerio Fiscal no los señala.

III. FALLO
QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS NO HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACIÓN por infracción de
Ley interpuesto por el Ministerio Fiscal contra sentencia dictada el día 15 de Abril de 1998 por la Audiencia
Provincial de Barcelona, en causa seguida contra el procesado Antonio por un delito de lesiones, declarando
de oficio las costas ocasionadas en este recurso.
Comuníquese esta resolución a la Audiencia mencionada a los efectos legales oportunos, con devolución de
la causa en su día remitida.
Rec. Núm.: 3218/98
Sentencia Núm.: 670/99
Así por esta nuestra sentencia, que se publicará en la Colección Legislativa lo pronunciamos, mandamos y
firmamos
PUBLICACION.- Leida y publicada ha sido la anterior sentencia por el Magistrado Ponente Excmo. Sr. D Enrique
Bacigalupo Zapater , estando celebrando audiencia pública en el día de su fecha la Sala Segunda del Tribunal
Supremo, de lo que como Secretario certifico.

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