Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
VISTOS:
El activador constitucional indica que interpuso una querella el 27 de mayo de 2002, contra
E.C.M. por la presunta comisión de los delitos contra la fe pública y contra el patrimonio, en
detrimento de Farmacia Albrook, S.A.
Agrega que la Fiscalía Octava del Primer Circuito Judicial de Panamá, mediante Vista Fiscal de
Ampliación No.32 de 30 de julio de 2003, concluyó la instrucción del sumario y solicitó auto de
llamamiento a juicio. Señala también el actor, que 19 de mayo de 2004, el Juzgado Décimo
Tercero, Ramo Penal, del Primer Circuito Judicial de Panamá, abrió causa criminal contra C.M.,
mediante Auto de Llamamiento a Juicio No.4 de 21 de mayo de 2004, por presunto infractor del
Capítulo I, Título VIII del Libro II del Código Penal, y lo sobreseyó provisionalmente por el delito
de hurto, en base al numeral 1 del artículo 2208 del Código Judicial.
El actor informa además que el auto de llamamiento a juicio fue apelado por el Ministerio
Público, como por la parte querellante, sólo en lo referente al sobreseimiento provisional con
relación al delito contra el patrimonio (hurto).
Continúa señalando el activador constitucional que el Segundo Tribunal Superior al resolver los
recursos de apelación mediante el Auto de 2da, instancia No.252 de 29 de diciembre de 2004,
se excedió en la resolución de los mismos, toda vez que revocó en todas sus partes el auto
apelado, pues lo que se había planteado en la apelación y se le pedía que reformara, era lo
referente al sobreseimiento; pero al pronunciarse sobre el llamamiento a juicio que no figuraba
en las apelaciones, usurpó competencia sobre materia no llevada a su conocimiento.
De la misma manera, el artículo 1148 de la excerta legal en cita, expresa que la apelación se
entiende promovida sólo en cuanto a lo desfavorable de la parte apelante. En consecuencia, por
ningún motivo el Segundo Tribunal Superior podía revocar en su totalidad el auto de
llamamiento a juicio, porque eso era favorable para los apelantes. Todas estas situaciones,
concluye el demandante, también hicieron que se violara el artículo 2202 del Código Judicial,
pues contra el auto de llamamiento a juicio no cabe recurso alguno, violándose con estas
actuaciones la garantía constitucional del debido proceso (fs.7-8).
Según el Procurador lo que hizo el Segundo Tribunal Superior fue darle cumplimiento al artículo
2044 del Código Judicial, toda vez que no han decidido más allá de lo pedido por cuanto,
correspondía al Tribunal de la alzada, verificar el cumplimiento de las diligencias sumariales
necesarias a los fines del proceso penal, entre estas, la recepción de declaración indagatoria del
imputado, si hay mérito para ello.
Tampoco se lesiona el contenido del artículo 2424 del mismo Código, asegura el Procurador,
puesto que el Segundo Tribunal Superior hizo uso de la figura del despacho saneador, en base
al numeral 10 del artículo 199 del cuerpo legal en cita, y decretó que se practicaran las
diligencias ampliatorias necesarias para completar el sumario; esto no significa que haya
rebasado su competencia, examinando puntos no sometidos a su consideración.
Finalmente se indica en la Vista que opera a favor del Tribunal Superior lo normado en
el artículo 1151 del Código Judicial, para lo cual hace perfectamente legal la decisión adoptada
y atacada en sede constitucional (fs.35-39).
FASE DE ALEGATOS
Cumpliendo con las ritualidades procesales de este tipo de acciones de naturaleza
constitucional se fijó en lista para que el demandante o cualquier persona interesada hiciera uso
del derecho de argumentación, oportunidad que precluyó sin que ningún interesado presentara
argumentos escritos.
CONSIDERACIONES DE LA CORTE
Conocidos todos los puntos en los que se apoya esta demanda de inconstitucionalidad, así
como los argumentos de la Procuraduría de la Administración, procede el Pleno de esta
Corporación de Justicia a resolver la inconstitucionalidad cuestionada.
El debate se centra en el hecho de que si el Segundo Tribunal Superior resolvió más allá de lo
pedido o sobre cosa distinta de lo pedido, teniendo en cuenta, como afirma el demandante, que
por ley el tribunal que conoce en grado de alzada un negocio sólo puede pronunciarse sobre
los puntos cuestionados en el recurso de apelación y siempre que no sea desfavorable a la parte
recurrente y, tomando en consideración también las facultades oficiosas de los jueces y
magistrados cuando tengan dudas sobre los casos a resolver y las facultades de saneamiento en
caso de evicción.
Este tema se origina, al parecer, de un proceso penal en el que la parte querellante promovió
una querella penal contra E.C.M., por la comisión del delito de hurto y falsificación de
documentos. El juzgador de primera instancia, Juzgado Décimo Tercero, Ramo Penal, del Primer
Circuito Judicial de Panamá, decidió abrir causa criminal contra el prenombrado C.M. por la
comisión del delito de falsificación de documentos y sobreseer provisionalmente por el de
hurto, en vista que no estaba acreditado fehacientemente ese hecho punible, toda vez que esa
posible conducta antijurídica y culpable encuadraba más dentro del tipo penal de apropiación
indebida.
Como se ha podido apreciar, de allí es que surge el tema constitucional a debatir, es decir, podía
el Segundo Tribunal Superior revocar en todas sus partes el auto apelado, siendo que solamente
había sido recurrido en cuanto al sobreseimiento provisional y no con relación al llamamiento a
juicio por la comisión del delito de falsedad de documentos.
Recordemos que la garantía del debido proceso consagrado en el artículo 32 de la Constitución
Política, es una institución instrumental en virtud de la cual debe asegurarse a las partes en todo
proceso -legalmente establecido y que se desarrolle sin dilaciones injustificadas- oportunidad
razonable de ser oídas por un tribunal competente, predeterminado por la ley, independiente e
imparcial, de pronunciarse respecto de las pretensiones y manifestaciones de la parte contraria,
de aportar pruebas lícitas relacionadas con el objeto del proceso y de contradecir las aportadas
por la contraparte, de hacer uso de los medios de impugnación consagrados por la ley contra
resoluciones judiciales motivadas y conforme a derecho, de tal manera que las personas puedan
defender efectivamente sus derechos (H.A., El Debido Proceso, Editorial Temis, S.A., Santa Fé de
Bogotá Colombia, 1996, págs.54).
De esta manera, se entiende que esta garantía asegura a las partes en todo proceso que el
mismo se desarrolle en cumplimiento de todas las garantías y normas legales establecidas, es
decir, que se cumpla con el procedimiento legalmente establecido, brindándole la misma
oportunidad procesal a todas las partes.
En el caso que nos ocupa, se tiene entendido que sólo el Ministerio Público y la parte
querellante apelaron del auto mixto en el que se sobreseía provisionalmente y se llamaba a
juicio por el otro hecho punible. Siendo que únicamente se apeló con relación al sobreseimiento
provisional con respecto al delito de hurto, el tribunal de alzada, es decir, el Segundo Tribunal
Superior solamente adquiría competencia para pronunciarse sobre los puntos objetados en el
recurso de apelación y no con respecto al resto del contenido del auto atacado en sede
constitucional, porque sobre ese tema no hubo discrepancia, ni fue sometido a su
consideración, tampoco era un proceso de aquellos en los que opera el mecanismo de la
consulta y la parte beneficiada con ese hecho, el imputado, no apeló.
Y es que existen sendas disposiciones que efectivamente nos enseñan que cuando se promueve
un recurso de apelación, el órgano jurisdiccional a quien corresponda la resolución del mismo
sólo puede pronunciarse sobre los puntos cuestionados en dicho recurso. Así, el artículo
2424 del Código Judicial establece lo siguiente:
Igualmente el artículo 1148 del mismo Código, explica que el tribunal de alzada no puede
enmendar la resolución recurrida si sobre esos puntos no se ha apelado y menos si la otra parte
tampoco apeló, al indicar que:
Sin embargo, cuando ambas partes hayan apelado o exista prevista la consulta para la que no
apeló el superior resolverá sin limitaciones.
Del estudio realizado hasta ahora, todo parece indicar que el Segundo Tribunal Superior se
excedió al resolver sobre puntos que no fueron sometidos a su consideración en los recursos de
apelación promovidos, en vista de la revocación total del auto apelado. Si bien existe una
facultad saneadora, recordemos son atribuciones o errores que deben ser subsanados por el
juzgador de instancia o de la causa, toda vez que el saneamiento contemplado para el trámite
de la apelación y de la consulta, por lo menos, en este caso en particular, encuentra una
limitante.
Y es que el tercer párrafo del artículo 2202 también del Código Judicial establece taxativamente
que no cabe recurso alguno contra el auto de enjuiciamiento y revocar el auto de llamamiento a
juicio que se había proferido contra C.M., infringe la garantía constitucional del debido proceso
por cuanto que se está anulando una resolución contra la cual por ley no cabe ningún recurso.
Ahora bien, consideramos en todo caso que el Segundo Tribunal Superior debió, a fin de que no
se entienda que existe una contradicción con las facultades saneadoras, reformar parcialmente
el auto apelado, en el sentido de pronunciarse sólo con respecto a los recursos de apelación
interpuestos.
Con vista entonces que se comprueba, tal como lo indicó el apelante, que hubo una infracción
al debido proceso, lo que corresponde en derecho es declarar la inconstitucionalidad del acto
censurado.