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Alfonso XIII y la crisis de la Restauración

ALFONSO XIII Y LA CRISIS DE LA RESTAURACIÓ N (1902-1931).

1º. LA PRIMERA PARTE DEL REINADO DE ALFONSO XIII Y LOS PROYECTOS DE


REGENERACIONISMO POLÍTICO.
2º. LA CRISIS DEL PARLAMENTARISMO: LA NEUTRALIDAD EN LA PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
3º LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA. LOS PROBLEMAS
ECONÓMICOS.

1º. LA PRIMERA PARTE DEL REINADO DE ALFONSO XIII Y LOS PROYECTOS DE


REGENERACIONISMO POLÍTICO.

El reinado de Alfonso XIII, se inicia en 1902, tras la regencia de su madre Mª


Cristina de Habsburgo-Lorena y finaliza en 1931 con la proclamación de la II
República. En el contexto internacional los principales acontecimientos del
reinado fueron: la Primera Guerra Mundial, la Revolución bolchevique en
Rusia y la Gran Depresión.
El reinado personal de Alfonso XIII comprende dos periodos:
- Parlamentarismo partidos dinásticos (1902-1923).
- La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)

El Desastre del 98 (pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam)


mostró el deseo de la sociedad españ ola de” regeneración” del país basada en la
reforma del Estado, el fomento de la riqueza y de la enseñ anza pú blica. El
regeneracionismo fue una corriente de pensamiento nacida en el 98 que
defendía la regeneración de España en todos los ámbitos: la política exterior,
la economía, la educación, el sistema político y la cuestión religiosa. Se
manifestó en varias vertientes
-Social y económica: el principal representante fue Joaquín Costa su propuesta
se resume en el lema “despensa, escuela y siete llaves al sepulcro del Cid”. Joaquín
Costa escribió un artículo titulado ”La tierra y la cuestión social” publicado en
1902 donde analiza “los problemas de Españ a”. Participó en la Institució n Libre de
Enseñ anza fundada por Francisco Giner de los Ríos que buscaba renovar la
educació n españ ola desde una perspectiva laica.
-Intelectual y literaria: representada por los autores de la Generación del 98
(Unamuno, Valle Inclá n, Baroja, Machado, Azorín, Ramiro de Maeztu…) que
reflexionan sobre la decadencia de Españ a. En esta línea Ortega y Gasset publica su
obra “Españ a invertebrada”.
-Política: representada por los líderes de los partidos diná sticos: destacaron como
líder del Partido Conservador: Antonio Maura y del Partido Liberal: José
Canalejas; incluso la dictadura de Miguel Primo de Rivera (el “cirujano de
hierro” en palabras de J. Costa) buscó una vía autoritaria para reformar el país.

El regeneracionismo buscaba identificar y solucionar los problemas de Españ a:

1.El sistema político del turnismo garantizaba la alternancia pacífica de los


partidos diná sticos pero dejaba fuera del sistema a sectores sociales en
crecimiento como el movimiento obrero, los republicanos y el nacionalismo
periférico.

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2.La economía españ ola estaba muy atrasada respecto a otros países de Europa
Occidental. Sectores clave como la minería y los ferrocarriles estaban en manos de
inversores extranjeros. La mayor parte de la població n trabajaba en el sector
primario, la burguesía era un grupo muy reducido y el gobierno aplicó una política
econó mica proteccionista que encarecía las importaciones con aranceles elevados
y limitaba las exportaciones lo que beneficiaba a la burguesía pero encarecía los
bienes de consumo. El descontento de los distintos sectores sociales provocó el
aumento de las organizaciones obreras, el nacionalismo periférico y el
republicanismo.

3.Política exterior y militar: tras la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas


reconocida en el Tratado de París la política exterior españ ola fue de aislacionismo
frente a la expansió n y las grandes alianzas europeas que se estaban gestando.
Españ a se conformó con el Protectorado en el Norte de Marruecos para aumentar
las inversiones de la burguesía pero el ejército volvió a protagonizar la vida
política e hizo aumentar el antimilitarismo.

4.La cuestió n religiosa: durante el reinado de Alfonso XII y la Regencia de Mª


Cristina de Habsburgo-Lorena la Iglesia, sostenida por el Estado, había aumentado
su influencia en la sociedad a través de la educació n y habían surgido ó rdenes
religiosas con grandes posesiones. Como consecuencia aumentó el
anticlericalismo en amplios sectores sociales.

El Partido Conservador y el Partido Liberal intentaron mantener el sistema político


de la Restauració n basado en la monarquía constitucional, el turnismo y la
manipulació n electoral. Tras el asesinato de Cá novas en 1897 y la pérdida del
imperio colonial en 1898 el sistema de la Restauració n entró en crisis por lo que
intentaron aplicar políticas reformistas para modernizar España, acabar con el
caciquismo y fomentar el desarrollo econó mico. El fracaso de estas reformas, el
escaso liderazgo de los partidos y la participació n del rey en la vida política
provocaron el aumento de la oposició n al sistema, los conflictos sociales y
finalmente la Dictadura de Primo de Rivera.
- El intento de Regeneracionismo político del Partido Conservador: Tras la
muerte de Cá novas en 1897 los nuevos líderes del Partido Conservador fueron:
Francisco Silvela y Antonio Maura; posteriormente Eduardo Dato y Romero
Robledo.

Las principales reformas las realizó Antonio Maura, en 1904, durante su primer
mandato aprobó el descanso dominical para contentar a los obreros. En su
“gobierno largo” (1907-909): aprobó una Ley Electoral que establecía el voto
obligatorio para fomentar la participació n de las masas y la proclamació n
automá tica de la candidatura sin oposició n lo que favorecía el caciquismo. Legalizó
el derecho a la huelga en 1908 y creó el Instituto Nacional de Previsió n (1908),
germen de la Seguridad Social. Su lema era “hagamos la revolución desde arriba
para que no nos la hagan desde abajo”; defendió la participació n de la “masas
neutras” (clases medias) en política para acabar con el caciquismo. La reforma
má s importante de Maura fue la Ley de Administración Local que permitía la
formació n de mancomunidades (agrupació n de las diputaciones provinciales); esta

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ley no llegó a ser aprobada pero su objetivo era contentar a los nacionalistas
catalanes.

Los dos problemas má s importantes fueron:

1-El enfrentamiento entre nacionalistas y militares a partir de 1905:

El añ o 1905 se producirá un enfrentamiento entre militares y nacionalistas


catalanes. La revista satírica catalana Cu-cut! publicó un chiste antimilitarista y
como reacció n trescientos oficiales del ejército asaltaron la sede de la revista en
Barcelona. La protesta se extendió al resto de Españ a y los militares lograron que
el Gobierno aprobara la Ley de Jurisdicciones en 1906, segú n la cual los delitos
contra el Ejército y la patria quedarían bajo control de los tribunales militares. Su
derogació n se convirtió en la reivindicació n de los partidos nacionalistas,
republicanos y del movimiento obrero. Como reacció n se produjo la unió n de las
fuerzas nacionalistas catalanas en una plataforma llamada Solidaritat Catalana
que en 1907 obtuvo una gran victoria electoral haciendo desaparecer casi por
completo a los partidos diná sticos en Cataluñ a.

2-La Semana Trágica de Barcelona (1909): La Semana Trá gica de Barcelona, fue
la primera crisis grave que sufrió el Sistema de la Restauració n tras la Guerra de
Cuba (1898). En 1906 Francia y Españ a habían obtenido en la Conferencia de
Algeciras un protectorado en Marruecos. En 1909, los miembros de algunas cabilas
pró ximas a Melilla atacaron a los trabajadores españ oles de las compañ ías mineras
del Rif. El Gobierno de Maura decidió enviar al ejército y ordenó la incorporació n
de reservistas en Madrid y Barcelona. En ambas ciudades se produjeron fuertes
protestas y manifestaciones protagonizadas por mujeres y madres. Días después se
produjo el primer choque contra los marroquíes cerca de Melilla, el Desastre del
Barranco del Lobo, que causó má s de 1.200 bajas españ olas. Tras conocerse la
noticia en Españ a se convocó una huelga general, se produjeron quemas de
conventos, luchas callejeras, incendios y enfrentamientos con la policía y el
Ejército. El balance fue: má s de un centenar de muertos, varios heridos y edificios
destruidos. Como responsable de lo ocurrido fue procesado y condenado el
pedagogo y anarquista Francisco Ferrer y Guardia, fundador de la Escuela
Moderna. Su ejecució n desencadenó una campañ a internacional de protestas con
el lema “Maura no” que provocaron la dimisió n de Antonio Maura.
Las consecuencias de la Semana Trá gica fueron importantes: dimisión del
presidente del gobierno Antonio Maura, llegada del Partido Liberal al
gobierno con José Canalejas y la unión entre republicanos y socialistas (que
en 1910 consiguieron el primer escañ o para Pablo Iglesias, fundador del PSOE).
La crisis del sistema de la Restauració n llevó a la formació n de gobiernos de
concentració n.

-El intento de Regeneracionismo político del Partido Liberal: José Canalejas.


Tras la muerte de Prá xedes Mateo Sagasta en 1903 el nuevo líder del Partido

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Liberal fue José Canalejas. Posteriormente Moret y el Conde de Romanones.


Canalejas gobernó desde 1910 hasta su asesinato en la Puerta del Sol en
1912. Su gobierno aprobó importantes reformas, como la reducció n del impuesto
de consumos, la Ley de Reclutamiento y Reemplazo (suprimiendo la redenció n en
metá lico del servicio militar), la regulació n de las condiciones de trabajo (jornada
má xima en las minas, prohibició n del trabajo nocturno de la mujer) y aprobó la
Ley de Mancomunidades. Autorizó los signos exteriores de culto de las iglesias
protestantes y elaboró un proyecto de ley (Ley del Candado de 1910) que
prohibía el establecimiento de nuevas ó rdenes religiosas en Españ a a pesar de la
oposició n de los cató licos. Tras su asesinato el principal representante del Partido
Liberal fue el Conde de Romanones.

Los intentos de regenerar Españ a de los partidos diná sticos no fueron suficientes y
por ello se buscan soluciones alternativas como fue el establecimiento de la
Dictadura de Primo de Rivera y finalmente la II Repú blica.

2º. LA CRISIS DEL PARLAMENTARISMO, LA NEUTRALIDAD EN LA PRIMERA


GUERRA MUNDIAL (1914-1923).

En este período se produce la crisis del parlamentarismo. En esta etapa el Partido


Conservador liderado por Eduardo Dato y el Partido Liberal por Romanones
no fueron capaces de mantener el sistema canovista ni el turnismo dando paso a
gobiernos de concentración.

En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial (1914-1919) en la que España


proclamó neutral. Las razones de su neutralidad fueron: la política aislacionista
heredada del siglo anterior y la debilidad diplomá tica, econó mica y militar de
Españ a. A pesar de la postura oficial neutral la sociedad se dividió en dos
tendencias de opinió n: la de los “aliadófilos”, partidarios de los aliados cuyas
ideas se identificaban con el sistema liberal y parlamentario y la de los
“germanófilos”, partidarios de las potencias centrales, a los que se atribuía el
modelo “prusiano”, valores de orden, disciplina y conservadurismo. El rey fundó
una Oficina Pro-Cautivos para ayuda humanitaria a los dos bandos instalada en el
Palacio Real.

Esta posició n de neutralidad permitió un excepcional crecimiento económico


gracias al incremento de las exportaciones industriales y mineras. Pero como
el incremento de las exportaciones no se vio acompañ ado de una mejora de la
productividad, ocasionó una espiral inflacionista de grave consecuencias sociales
negativas: la repatriació n de emigrantes procedentes de los países europeos que
hizo aumentar el paro, los salarios crecieron por debajo de los precios y los precios
de los productos de primera necesidad se duplicaron. El resultado fue una
situació n de descontento social y el aumento de las organizaciones obreras,
sobre todo la CNT; una oleada de protestas y huelgas campesinas y obreras
provocaron la crisis de 1917.

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LA CRISIS DE 1917. Este añ o se produjeron tres crisis a la vez: una militar, otra
política y otra social:

1. Crisis militar: las Juntas Militares de Defensa:


El descontento de los oficiales peninsulares por la pérdida de poder adquisitivo de
sus salarios y por el beneficio del ejército de Marruecos en los ascensos en el
escalafó n por méritos de guerra. Por ello surgieron las Juntas Militares de
Defensa. Sus objetivos eran oponerse al ascenso por méritos de guerra, solicitar la
subida de los sueldos y exigir respeto al ejército. El gobierno, presidido por
Eduardo Dato, aceptó las condiciones de las Juntas ante el temor de un
pronunciamiento militar. El ejército se convirtió en un pilar de la monarquía y del
gobierno frente al problema social y nacionalista.

2. Crisis política: la Asamblea de Parlamentarios. La crisis creada por las Juntas


Militares hizo pensar a la oposició n que las circunstancias eran favorables para
una renovació n profunda de la política nacional. Por iniciativa de Cambó y la
LLiga Regionalista, los parlamentarios catalanes convocaron una Asamblea de
Parlamentarios en Barcelona, en 1917. El objetivo era convertir el Parlamento en
el centro de la política en un nuevo intento de reforma desde arriba del sistema de
la Restauració n. El Gobierno no atendió a la petició n de que se abrieran las Cortes,
y se reunieron en Barcelona 59 diputados y senadores catalanes. Cambó proponía
que Cataluñ a lograra un régimen de autonomía para transformar la organizació n
territorial del Estado. La asamblea se cerró sin éxito por miedo al nacionalismo y a
la revolució n social.

3. Crisis social: la huelga general de 1917: con el fracaso del de


regeneracionismo aumentó el miedo a una “revolució n desde abajo”. En 1917, el
PSOE y la UGT, con Julián Besteiro, Indalecio Prieto y Largo Caballero,
convocaron una huelga general conjunta con CNT (Confederació n Nacional del
Trabajo). Sus objetivos eran pedir al gobierno el abaratamiento de los productos
de primera necesidad y la unió n de los partidos republicanos, la salida del rey y la
formació n de un gobierno provisional. (Manifiesto Conjunto UGT-CNT de 1917).
Hubo huelgas en las principales poblaciones industriales; los huelguistas se
enfrentaron al ejército y hubo muertos y heridos en Madrid, Barcelona y en las
regiones industriales de Vizcaya y Asturias. La huelga fue duramente reprimida
por el ejército lo que disminuyó su prestigio y volvió a intervenir en la vida política
españ ola.
Después de 1917 se formaron gobiernos de concentración pero se mantienen sin
resolver los problemas má s importantes del reinado del Alfonso XIII:

1. Aumento de los nacionalismos periféricos: al no abordarse la reforma


territorial aumentaron los nacionalismos periféricos. La colaboració n del
catalanismo con el gobierno no sirvió para lograr la autonomía. En 1918 el
Congreso rechazó una iniciativa de Cambó en este sentido y al añ o siguiente, una
comisió n extraparlamentaria, creada para abordar el problema, vasco y catalá n
propuso medidas descentralizadoras. En Cataluñ a, en las elecciones provinciales
de 1923, Cambó y la Lliga perdieron la mayoría, desplazados por el nacionalismo
radical de Acció Catalana y Estat Catalá . En Galicia, la creació n en 1916 de las

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Irmandades de Fala y la publicació n en 1920 del ensayo Teoría do nacionalismo


galego, de Vicente Risco, marcaron el paso del galleguismo al nacionalismo.

2. La conflictividad social experimentó , a partir de 1919, niveles desconocidos


hasta entonces en Españ a. Se agravó por la influencia de la Revolución Rusa de
1917, dando lugar al llamado Trienio Bolchevique (1918-20), con
reivindicaciones campesinas, ocupació n de fincas, incendios y asesinatos en
Andalucía. La situació n era má s grave en Barcelona por el enfrentamiento entre la
CNT (Confederació n Nacional de Trabajadores, sindicato anarquista) y la patronal.
La respuesta patronal, con el cierre de empresas, y una fuerte represió n contra los
sindicatos llevó a una oleada de violencia, el pistolerismo, que provocó
centenares de muertes de empresarios y líderes sindicales. El nombramiento de
Martínez Anido como gobernador civil de Barcelona inició una durísima
represió n. La respuesta anarquista fue el asesinato del presidente del gobierno,
Eduardo Dato, en la Puerta de Alcalá de Madrid, en 1921.

3. La guerra de Marruecos y el Desastre de Annual. En 1921, el Ejército españ ol


sufrió otra derrota conocida como el Desastre de Annual: tropas rebeldes de las
cabilas cuyo líder Abd el Krim provocaron la humillació n de las tropas españ olas
bajo el mando del general Silvestre. Su desobediencia a las ó rdenes del general
Berenguer causó la muerte de má s de 9.000 soldados y la pérdida de 5.000 km.
cuadrados en la zona de Melilla. Dada la magnitud del desastre se exigieron
responsabilidades militares y políticas -que alcanzaban al ejército, al gobierno e
incluso al mismo rey- Se solicitó una comisión de investigación encargada por el
Congreso al general Picasso que elaboró un informe denominado Expediente
Picasso. Se planteó una reflexió n sobre el sentido de la presencia españ ola en
Marruecos. Para el Ejército, Marruecos fue la oportunidad de restaurar el prestigio
perdido en Cuba. Surgió una mentalidad militarista en las nuevas generaciones de
oficiales (Goded, Franco, Mola, Varela, Millán Astray, quien fundó en 1920 La
Legión) que veía en el Ejército la encarnació n de la esencia histó rica y moral de la
nació n. Estos oficiales llamados “africanistas” gozaban de mejores salarios y má s
oportunidades de ascenso que sus colegas en la península, interpretaban cualquier
crítica a la intervenció n en Marruecos como un ataque al Ejército y como un
síntoma de debilidad nacional, al tiempo que no admitían la subordinació n militar
al poder civil lo que les llevará a participar en el golpe de estado de 1936.

4. Los gobiernos de concentración. La Monarquía perdió sus instrumentos


eficaces de gobierno por falta de mayorías suficientes para gobernar. Desde 1918,
el mismo Alfonso XIII manifestaba pú blicamente su malestar por la evolució n del
país e incluso su disconformidad con el sistema parlamentario. El golpe de Estado
de Primo de Rivera, en 1923, puso fin al turno de partidos y al sistema canovista.

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3º LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA CAÍDA DE LA MONARQUÍA. LOS


PROBLEMAS ECONÓMICOS.

Miguel Primo de Rivera, Capitá n General de Cataluñ a, se sublevó el 13 de


septiembre de 1923 en Barcelona contra el gobierno del liberal García Prieto. (El
Manifiesto de Primo de Rivera publicado en el periódico ABC el 14 de
septiembre de 1923 explica sus objetivos políticos). El golpe de estado se
produjo poco antes de que el Expediente Picasso se presentara en el Congreso. El
documento denunciaba las responsabilidades militares y políticas del Desastre de
Annual que alcanzaban a la monarquía. El golpe militar de Primo de Rivera contó
el apoyo del rey, de la burguesía catalana y del ejército pero ademá s con el de la
opinió n pú blica (“el cirujano de hierro” en palabras de Joaquín Costa) incluso de
sectores de la izquierda como los socialistas. Primo de Rivera fue nombrado jefe de
un gobierno militar denominado “Directorio Militar”. Alfonso XIII continuó en el
trono de Españ a pero la dictadura puso fin al sistema de la Restauració n.
Causas del golpe de Estado:
Diversos factores explican que la dictadura militar empezara a contemplarse
como una solución a la crisis del país entre la alta burguesía, gran parte de las
clases medias y el Ejército:
• Descontento del ejército tras el Desastre de Annual de 1921 y el deseo
de evitar las consecuencias del expediente Picasso para algunos
importantes generales, entre ellos el general Berenguer.
• Aumento de los nacionalismos periféricos y ascenso de republicanos y
del movimiento obrero. El ejército se veía como un freno a estos
problemas.
• El contexto internacional: triunfo del fascismo en Italia tras el ascenso al
poder de Mussolini en 1922.
Los sublevados declararon el estado de guerra, la suspensión de las garantías
constitucionales, se prohibieron los partidos políticos y los sindicatos; las
Cortes se disolvieron y se suspendió la Constitución de 1876. El régimen de la
Restauració n fue sustituido por una dictadura militar.
La dictadura de Primo de Rivera se divide en dos períodos:
1-Directorio Militar (1923-1925)
Tras el golpe, el dictador Miguel Primo de Rivera se convirtió en ministro ú nico,
pasando a ser asesorado por un Directorio Militar formado por ministros
procedentes del ejército.
El Directorio Militar tomó rá pidamente medidas:
• Diseñ ó un estado unitario que no reconocía las diferencias regionales:
Disolvió la Mancomunidad de Cataluñ a, prohibió de la bandera y el himno
catalá n y el uso pú blico del catalá n.
• Aplicó una política de "mano dura" en todo lo referente al orden público:
Ilegalizó la CNT y estableció el somatén.
• Fundó la Unión Patriótica, un partido ú nico bajo direcció n militar similar
al modelo fascista impuesto por Mussolini en Italia.

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• El mayor éxito del Directorio fue solucionar el problema de Marruecos. El


Desembarco de Alhucemas en 1925, la primera operació n militar
conjunta de la historia (participaron Españ a y Francia) puso fin a la
resistencia de las cabilas del Rif. Su líder Abd-el-Krim se entregó a las
autoridades francesas. El fin de la guerra en Marruecos dio gran
popularidad al dictador. 

Directorio Civil (1925-1930)


En diciembre de1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó
al Directorio Militar para institucionalizar la Dictadura. En 1927, se constituyó
una Asamblea Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros de
Unión Patriótica elegidos por sufragio restringido siguiendo el modelo de Consejo
Fascista italiano. Esta Asamblea redactó un Proyecto de “Constitució n” que no
reconocía la soberanía nacional ni la separació n de poderes.
También se imitó el modelo social del fascismo italiano, estableciéndose la
Organización Corporativa del Trabajo, especie de sindicato vertical que trataba
de mediar entre patrones y obreros.
La recuperació n econó mica de los “felices años 20” en Europa permitió el
desarrollo econó mico españ ol con una política económica intervencionista en la
agricultura, la industria y el comercio. Realizó grandes inversiones en obras y
servicios pú blicos con el apoyo del PSOE y UGT. En esos añ os se introdujeron
novedades: se diseñ aron las Cuencas Hidrográficas para el desarrollo del regadío,
se invirtió en infraestructuras como la red de ferrocarril y carreteras. Se estableció
el monopolio del petró leo (CAMPSA) y la Compañía Telefónica.
La política de aumento de gasto pú blico destinado a infraestructuras como
construcció n de embalses, carreteras, ferrocarriles y puertos provocó la vuelta al
endeudamiento del estado y la devaluación de la peseta. Aumentó el déficit
presupuestario y se emitió deuda pú blica ya que no se diseñ ó una reforma fiscal
que aumentase los ingresos. Tras el crack de la bolsa de Nueva York en 1929 los
problemas econó micos aumentaron en todo el mundo aunque en Españ a tuvo
menor repercusió n. El sector má s afectado por la Gran Depresió n fue el comercio
exterior que descendió el 30%. Estos problemas repercutieron en la financiació n
de las reformas republicanas en añ os posteriores.
La oposició n a la Dictadura fue aumentando desde 1928 entre liberales y
conservadores; republicanos, socialistas, anarquistas, intelectuales (como
Marañ ó n, Valle-Inclá n, Blasco Ibá ñ ez…), movimiento estudiantil, incluso dentro del
ejército. El movimiento obrero: socialistas, anarquistas y comunistas pasará n a
defender la solució n republicana ante la persecució n del régimen. En 1927 se
fundó la FAI (Federación Anarquista Ibérica) y se radicalizó el
anarcosindicalismo.
El 30 de enero 1930 Primo de Rivera presentó su dimisió n al rey Alfonso XIII y
marchó al exilio en Francia. Dos meses después fallecía en París.
La Caída de la Monarquía y el Pacto de San Sebastián:
Tras la dimisió n de Primo de Rivera, Alfonso XIII nombró presidente del Gobierno
al general Dámaso Berenguer. Se inició un período conocido humorísticamente

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como la "Dictablanda", en el que se intentó volver al parlamentarismo previo a


1923.
En agosto de 1930 republicanos, socialistas y otros grupos de oposició n firmaron
el denominado Pacto de San Sebastián, por el que se comprometían a derrocar la
monarquía e instaurar un régimen democrá tico. Para coordinar la labor de
oposició n crearon un Comité Revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora,
republicano conservador. El 15 de noviembre de 1930 el filósofo José Ortega y
Gasset publicó un artículo en el periódico El Sol titulado “El Error Berenguer”
en el que critica el apoyo del rey a la Dictadura de Primo de Rivera y termina
condenando la monarquía: “Delenda est Monarchia” (la monarquía debe ser
derrotada). En diciembre de 1930 se produce una sublevación militar
republicana en Jaca. Sus líderes, Fermín Galán y García Hernández, defensores
de instaurar la repú blica fueron juzgados y ejecutados. La mayor parte del Comité
Revolucionario fue detenido, en medio de un creciente descontento
antimoná rquico.

El general Berenguer dimitió el 14 de febrero de 1931 dando paso a un nuevo


gobierno presidido por el almirante Aznar. El nuevo gobierno convocó
elecciones municipales el 12 de abril para volver a la legalidad constitucional.
Las elecciones municipales se convirtieron en un plebiscito sobre la monarquía.
El triunfo en las zonas urbanas de las candidaturas republicanas y socialistas
provocó la renuncia de Alfonso XIII a sus prerrogativas regias en un
manifiesto de despedida escrito en el Palacio Real de Madrid. El rey abandonó
el país y se exilió en Francia. El 14 de abril de 1931 se proclamó la II República
española dando paso a una nueva etapa de la Historia de Españ a. El rey murió en
el exilio en Roma en 1941.

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