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La estética moderna.
Los ojos eran grandes, la nariz afilada; boca y orejas ni grandes ni pequeñas; las mejillas y el
mentón ovalados daban un perfil característico; el cabello ondulado detrás de la cabeza; los
senos pequeños.26 jun. 2019
Fue en la obra de Alexander Gottlieb Baumgarten, filósofo alemán influenciado por la filosofía
de Christian Wolff y de Gottfried Leibniz, donde se propuso el término “estética” para designar
a la ciencia que trata sobre:
"El conocimiento sensorial que llega a la aprehensión de lo bello y se expresa en el arte y que
por su naturaleza es algo totalmente distinto a la lógica."
A pesar de dedicar una parte importante de su trabajo a la estética, Baumgarten no es el
fundador de esta ciencia, su mención de valor radica en ser el primero en proponer este tipo
de estudio filosófico para aglutinar pasado, presente y futuro respecto a temas como lo bello y
el arte.
A pesar de que fue definida tardíamente, la estética es una disciplina filosófica al igual que la
teoría del conocimiento, la lógica y la ética. En muchas situaciones se la ha caracterizado como
una ciencia filosófica de la belleza o como una filosofía del arte, sin embargo, a pesar de
abordar ampliamente cuestiones sobre lo bello o lo artístico la estética tiende hacia un nivel
mucho más alto, algo que podíamos denominar como la '"experiencia estética".
Belleza
Hablar sobre la belleza o lo bello siempre resulta en una suerte de debate que desde su inicio
resulta un tanto estéril, dado a que existen una infinidad de consideraciones al respecto. En
todo caso resulta más sencillo hablar de cinco dimensiones desde las que podemos reflexionar
sobre la belleza:
Dimensión semántica; aquí al hablar sobre la cualidad de belleza de algo tendremos que
precisar (mediante sinónimos) a lo que nos referimos, es decir, si comentamos que “x es bello”
tendremos que resaltar que tal característica aparece por que “x es perfecto”, “x es
armonioso”, “x es colorido”, etc.
Es curioso notar que lo psicológico tiende a virar en social fácilmente, por lo cual el que una
persona considere que “x es bello” hace que facilmente otros encuentren esa misma
característica de belleza en tal objeto.
Dimensión metafísica; intenta reducir todas las cuestiones relativas a la belleza a cuestiones
sobre la naturaleza última de la belleza como tal. Filósofos como Platón y Aristóteles
abordaron a la belleza desde esta dimensión, siempre en la búsqueda de un tipo de “belleza
ideal”.
Dimensión Ética; aparece en el momento que algo considerado como bello tiene una cierta
analogía con la acción moral, es una dimensión rara en la discusión filosófica entorno a la
belleza.
Dimensión axiológica; se considera que la belleza no es una propiedad de las cosas o una
realidad por sí misma, sino un valor. Nada por si mismo tiene valor de belleza o de fealdad,
sino que dependerá de quien dispensa el valor y su escala de valores respecto al término.
Arte
Del latín ars, traducción latina del griego téchne, τέχνη (técnica), que en el discurso estético
hace referencia a "crear", entendido como "poiesis", referida a la imitación producida en las
obras de ficción (según Aristóteles).
A pesar de que el término tiene un significado muy general, lo mismo puede referirse a tener
un “arte” u oficio que a las bellas artes, muy temprano en la historia de las ideas el término se
acercó a la cuestión intelectual; al arte de la palabra o del razonamiento.
Fueron los filósofos griegos quienes nos legaron un sentido estético del concepto de arte y a
partir de ahí es que muchos otros filósofos han abordado al Arte con este sentido.
“El Arte no pretende decir lo que es, o cómo es, o por qué es, sino hacer que algo sea”.
Sensación y percepción
Dada la naturaleza de la estética, resulta conveniente mencionar a que nos referimos cuando
hablamos de sensación y/o percepción.
Percepción: Es el proceso del sistema nervioso a través del cual que son interpretados los
estímulos sensoriales (sonidos, luz, temperatura, etcétera) cuando actúan sobre nuestro
sistema sensorial. Por lo anterior, se suele contraponer la percepción como una facultad activa
y la sensación como una facultad pasiva.
Actividades
Fue hasta el siglo XVIII cuando se comenzó a implementar el término “estética” con el teórico
Baumgarten; ésta se convirtió en una reflexión filosófica como parte de sus disciplinas, a pesar
de que Platón y Aristóteles ya habían hablado del concepto de “belleza”. De esta manera, el
inicio del estudio de la estética sobre “lo bello” comienza en Occidente a través de los antiguos
griegos. “Lo bello”, dentro de su conformación social, fue una de las virtudes que cultivaban. El
culto al cuerpo se reflejó en la escultura con la cual se regían, principalmente representadas
por dioses. Además, dos categorías permeaban el hacer del griego: lo apolíneo y lo dionisiaco;
lo primero en honor al dios Apolo que simbolizaba la ética del deber y del buen juicio; y lo
segundo, que se trataba del opuesto de lo apolíneo, mientras Apolo regía la conducta, el
conocimiento y la ética, Dionisio —dios del vino y de la fiesta— contemplaba el placer y la
bebida. De esto es que surgieron las fiestas nombradas “Grandes dionisiacas” que se
celebraban en primavera e invierno, y consistían en representaciones teatrales y concursos de
poesía. Por medio de ellas se educaba al pueblo y se mostraba un arquetipo estético.
Hoy, el mundo se halla permeado de estímulos visuales, resultado de una era tecnológica que
experimenta lo estético a través de una sobreestimulación sensorial. La difusión de ésta
trabaja por medio de una ininterrumpible tarea que evoca y provoca los cánones de belleza,
pues aquello que se considere estético responde a lo axiológico de una cultura. Así, la Venus
del paleolítico dista mucho de la Venus griega o romana; las civilizaciones rupestres o lacustres
representaban, además de belleza, las necesidades de una sociedad en busca de fertilidad que
los fortaleciera de manera económica y política. Las Venus griegas y romanas proyectaban
ideologías de tipo religioso, y ya no aparecían desnudas como las de sus antepasados. Pero la
estética no sólo formaba parte de las artes, la religión o la política, también permeaba en la
indumentaria de los ciudadanos. En Egipto vestían con telas ligeras y transparentes que les
proporcionaba el lino, mientras que en Grecia y Roma se estilaba la seda. Un dato curioso a
nivel estético es que el culto al cuerpo de los antiguos griegos llegaba a tal grado que solían
entrenar gimnasia desnudos; los soldados del Imperio romano se afeitaban todo el cuerpo, se
bañaban en perfumes y danzaban antes de una guerra.
La expresión artística no tiene la necesidad de representar la realidad, sino de jugar con ella.
Como ejemplo, una pintura cubista puede recrear un mito griego o un serie de líneas, puntos y
color que esbocen un pensamiento filosófico. Lo estético en la actualidad también dependerá
de una serie de implicaciones políticas, económicas, filosóficas, etc., de la misma manera que
en el pasado. Un ejemplo de esto es la industria de la moda que marca tendencias según el
canon, y ante estas propuestas cada vez más alejadas de los cuerpos reales, existen ideologías
de resistencia que denuncian la imposición de un ideal subjetivo de belleza. Lo que comprueba
que a lo largo de la Historia siempre ha existido un canon, un mimetismo ideológico en y para
las masas, un orden de mercado y marketing con dimensiones nunca vistas que son
consecuencia del mundo globalizado en el que vivimos.
La sucesiva ampliación del listado de las «artes principales» llegó en el siglo XX hasta el
número de nueve: la arquitectura, la danza, la escultura, la música, la pintura,
la poesía —entendida de forma amplia como literatura con intención estética, que
incluye los distintos géneros del teatro y la narrativa—, la cinematografía,
la fotografía y la historieta (o cómic).