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La Grecia antigua
De forma similar, Derek Heater (2007: 22) observa que, en la ciudad griega de
Esparta, a la igualdad se accede a través de varias facetas y elementos que son
esenciales para la conformación de la misma; sobre estos aspectos, el autor
menciona que: “el principio de igualdad tiene como bases la posesión de una fracción
de terreno público, dependencia del trabajo de los hilotas, un estricto régimen de
educación y entrenamiento, celebración de banquetes comunes, realización del
servicio militar, el atributo de virtud cívica, y finalmente, participación en el gobierno
del Estado”. El cumplimiento de estas condiciones ponía a un individuo, no sólo en
condiciones de igualdad frente a la ley y frente a su prójimo, sino que el llevar a cabo
dichas tareas dotaba al individuo del carácter de ciudadano espartita.
Alrededor del 400, Platón se explaya sobre la cuestión relativa a sí los gobiernos
democráticos en la Grecia Clásica son gobiernos de las mayorías o, por lo menos,
donde se procura la participación activa de las mismas, destaca que la participación
de la población de la polis griega en los asuntos de orden público depende de manera
importante de la clase de ciudadano que se es. Así, Platón habla de tres clases
diferentes de ciudadanía y, a partir de esta clasificación destaca las tareas que cada
uno de estos ciudadanos puede y debe realizar en beneficio de su comunidad, en
busca del bienestar común. Este filósofo expone entonces que la ciudadanía se divide
de la siguiente manera: la clase gobernante que son aquellos quienes dirigen
(gobiernan) la polis, los soldados que es el grupo encargado de la defensa de la
ciudad y finalmente, los productores, siendo este el grupo más extenso y donde se
encuentran los profesionales, los hombres de negocios y los trabajadores a quienes,
si bien, se les considera ciudadanos, forman parte de una segunda forma de
ciudadanía que Platón denomina como pasiva, de la que no se espera la participación
en los asuntos de orden público (Heater, 2007: 34). Además de estos ciudadanos,
para Platón existe otra clase de personas que se dedican al cultivo de las tierras,
mientras los negocios se mantienen en manos de los extranjeros que carecen de
ciudadanía.
https://www.redalyc.org/journal/2110/211057973007/html/#:~:text=La%20idea%20de
%20ciudadan%C3%ADa%20surge,acerca%20de%20asuntos%20que%20son
Aristóteles; ciudadano
Que el hombre es social por naturaleza es una verdad claramente admitida por
Aristóteles y base de su filosofía política Esto significa entre otras cosas que solo en
sociedad llega el hombre a desarrollarse plenamente: su realización se da en el
seno de una sociedad. Sociedad que encontramos a un nivel doméstico, en cuanto
todos pertenecemos a una familia, pero sobre todo a un nivel más amplio, en
cuanto formamos parte de la sociedad política.
Hoy se puede afirmar que existe todo un estudio científico de los Derechos
Humanos, lo cual ha provocado un desarrollo progresivo de los mismos, con
miras a lograr la total dignificación humana.
La evolución de los derechos humanos
Por su parte, Germán José Bidart Campos considera que la ampliación del
concepto de Derechos Humanos obedece a un "afinamiento multiplicador de
su estimativa axiológica", de tal forma no habría característica alguna que
ponga punto final a tal ampliación, pues la historia nos "muestra que las
evoluciones habidas -y las que seguramente han de sobrevenir- mantienen a
los derechos en constante apertura". Fundamenta su posición, vinculando la
evolución de la disciplina con la doctrina de Maritain referida al progreso de
la conciencia moral. En tal sentido Bidart Campos presenta:
Para validar la posición de Nikken conviene establecer que en los dos pactos
internacionales de derechos humanos, en sendos segundos párrafos del
preámbulo se reconoce como fundamento para aprobar los pactos: el
reconocimiento de que los derechos humanos se derivan de la dignidad
inherente a la persona humana.
Con lo anterior se ha pretendido dejar claro que los Derechos Humanos, bajo
ningún punto de vista, pueden considerarse inmutables o estáticos, pues gozan
de las características de progresividad e irreversibilidad. Su concepto ha ido
en paulatina evolución, de esa cuenta, existen una serie de elaboraciones
intelectuales recientes cuya aspiración es la dignificación total de la persona.
Los derechos humanos que hoy son aceptados de manera universal, en su
tiempo fueron una especie de utopías que se plasmaron en declaraciones e
instrumentos jurídicos que les fueron otorgando especificidad normativa y,
por ende, su consolidación como tales, por lo cual, es inválido concebir que el
concepto de Derechos Humanos no puede ser ampliado. Podemos afirmar,
entonces, que existe una tendencia en materia de Derechos Humanos para
acentuar la creación de instituciones, órganos e instrumentos de protección de
los derechos humanos.
Una teoría que puede considerarse como válida para el solo efecto de
presentar didácticamente la evolución de los derechos humanos es la Teoría
de las Generaciones. Ha sido bastante difundida y, por ello, merece un
subparágrafo aparte en el tema de la evolución de los derechos humanos.
Según Carlos Chipoco, esta teoría fue formulada, con objetivos pedagógicos,
por René Cassin.
Cuando los derechos humanos son presentados por separado, para fines
didácticos, tal como lo hace la teoría de las generaciones, se acepta la validez
o utilidad de la teoría, sin embargo, cuando se le presenta como fundamento
para establecer jerarquizaciones de derechos, no se puede estar a favor de la
misma, puesto que no hay sustentación valedera para pensar que un derecho
humano pueda ser considerado más importante que otro.
A pesar de que ya hemos establecido nuestro total acuerdo con quienes han
expuesto que los derechos humanos han experimentado progresividad, es
interesante conocer algunos cuestionamientos que se han hecho, respecto del
crecimiento del concepto de Derechos Humanos, justamente para que con
mayores bases pueda tomarse posición a favor del carácter progresivo de estos
derechos.
Los Pactos son tratados vinculantes para los Estados que los ratifican. Los
mismos, al dar especificidad a ciertos derechos humanos, les otorgan
protección, al menos normativamente. Sobre aspectos comunes de los pactos
se puede subrayar que ambos reconocen el derecho a la libre determinación de
los pueblos y prohiben toda forma de discriminación en el ejercicio de los
derechos humanos.
2. A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.
12. A reunirse pacíficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al
público no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vías públicas exigen
anuncio anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos
probados de seguridad o de sanidad públicas.
13. A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organización jurídica sin
fines de lucro, sin autorización previa y con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por
resolución administrativa.
14. A contratar con fines lícitos, siempre que no se contravengan leyes de orden
público. 15. A trabajar libremente, con sujeción a ley.
21. A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede ser privado
del derecho de obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la
República.
22. A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a
gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.