Está en la página 1de 40

FALACIAS Y ARGUMENTACIÓN EN EL DERECHO*

Francisco Díaz Montilla


Departamento de Filosofía
fdiazmontilla@gmail.com

Abstract:
This work is an approach to the concept of fallacy distinguishing two different senses:
the ordinary and the technical. According to ordinary sense, a fallacy is something that is
false; according to the technical (logical) sense, a fallacy is a logically incorrect argument,
regardless of wether the involved information is true or false. From this point of view, a
fallacy entails a deficiency in argumentation, because it means that the relationship between
premises and conclusion is not adequately established and the argument fails in its
fudamental purpose.
One of the main questions that this work deals with is the sense in which lawyers,
judges and magistrates use the term fallacy. So, twenty-one sentences issued by the Supreme
Court of Justice of the Republic of Panama were analyzed and the result was that lawyers,
judges and magistrates use the term fallacy in ordinary sense.
Keywords:
Argument, argumentation, fallacy, deduction, induction, validity.

Resumen:
Este trabajo constituye una aproximación al concepto falacia en dos diferentes
sentidos: el corriente y el técnico. De acuerdo con el sentido corriente una falacia es algo que
es falso; de acuerdo con el uso técnico (lógico), una falacia es un argumento lógicamente
incorrecto, independientemente de si la información contenida es verdadera o falsa. Desde
este punto de vista, una falacia implica una deficiencia en la argumentación, pues la relación
entre premisas y conclusión no se establece adecuadamente y el argumento falla en su
propósito fundamental.
Una de las preguntas fundamentales en este trabajo tiene que ver con el sentido en
que los abogados, jueces y magistrados usan el término falacia. Entonces, se analizaron
veintiuna sentencias emitidas por la Corte Suprema de Justicia de la República de Panamá, y
el resultado fue que abogados, jueces y magistrados usan el término falacia en sentido
corriente, no en sentido técnico.
Palabras claves:

*
Investigación registrada en la VIP con el código: VIP-01-06-05-2019-01.
Argumento, argumentación, falacia, deducción, inducción, validez.

Introducción

Argumentar es posiblemente la actividad que más realizamos los seres humanos. Sin
embargo, no se trata tanto de que la realicemos como de la forma en que lo hacemos. En ese
sentido, la lógica -desde los tiempos de Aristóteles- ofrece una serie de parámetros para llevar
a cabo esa tarea de la manera más ordenada posible.
Argumentar ordenadamente es en cierta forma un imperativo para quienes se
desenvuelven en los círculos académicos y científicos, y también para quienes se relacionan
directa o indirectamente con la administración de justicia. Mientras que, en el primer caso,
los riesgos de argumentos incorrectos pueden resolverse en la dinámica dialógica que se
genera en las distintas disciplinas, pues un rasgo del conocimiento científico es la
autocorrección; en el segundo, se trata de una situación que tiene que sobrellevarse con
cautela porque entran en juego (i) bienes jurídicos de diversos tipos y (ii) la credibilidad de
los ciudadanos en las instituciones que tienen el deber de preservar el sistema de derechos
que rige en la comunidad.
Pero, independientemente de estas exigencias, no se puede soslayar que los humanos
distamos de ser agentes epistémicos ideales; somos -por el contrario- razonadores naïve,
expuestos a sesgos cognitivos y errores de diversos tipos.
En ese sentido, nos interesa particularmente abordar el fenómeno de las falacias en la
argumentación jurídica. La reflexión se genera a partir del estudio de fallos de la Corte
Suprema de Justicia panameña, considerando cómo ha entendido y aplicado esta corporación
dicho concepto, y si ella misma ha sucumbido a argumentos falaces. Sin embargo, antes de
entrar en tales consideraciones es necesaria una breve exposición de algunos categorías o
conceptos lógicos que serán de mucha ayuda para comprender adecuadamente de qué va el
asunto.
Es pertinente distinguir los sentidos corriente y técnico de falacia. El sentido corriente
lo encontramos en el Diccionario de la lengua española (versión en línea) que define dicho
término de la siguiente manera: (i) Engaño, fraude o mentira con que se intenta dañar a
alguien. (ii) Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.
Es decir, de acuerdo con estas definiciones, se asimila la falacia a lo falso, al fraude
o a la mentira. En efecto, la falacia podría caracterizarse como un pensamiento o argumento
fraudulento, pero no es asimilable a la mentira o a lo falso, pues de hecho hay argumentos
falaces cuyas premisas y conclusión son verdaderas; asimismo, hay argumentos cuya
premisas y conclusiones son falsas, pero son estructuralmente (formalmente) válidos.
En sentido técnico, una falacia es un «tipo de argumento que puede parecer correcto,
pero que mediante una revisión más minuciosa se prueba que no lo es» (Copi & Cohen, 2013,
pág. 149), es decir, «es un argumento no razonable o racionalmente no convincente, es decir
que, aunque puede ser válido, contiene un error inferencial por violar uno o más criterios de
buena argumentación» (Bordes Solanas, 2011). Dichos criterios son fundamentalmente tres:
claridad, relevancia y suficiencia.

2
En el primer caso, entran en juego aspectos como la oscuridad, poca precisión o
ambigüedad del lenguaje usado en la expresión del argumento; en el segundo, entran en juego
las razones que se proponen para la justificación del argumento (si son o no relevantes) y/o
sin son consistentes (subcriterio de consistencia); en el tercero, entran en juego aspectos
como si las razones involucradas (independientemente de su relevancia) son o no escasas
(suficiencia argumentativa) o son suficientes para dar cuenta de los problemas que ha de
resolver (articulación dialéctica) (Bordes Solanas, 2011, pág. 124 y ss.).
Hay, pues, una diferencia importante entre el uso corriente del término falacia que
registra el Diccionario de la lengua española y el sentido técnico que registran Copi y Cohen,
así como Bordes Solanas. Estos usos, dado el entorno profesional, técnico y académico en
que se realiza el derecho, no debieran confundirse. Pero esto, como quedará establecido, no
es lo que ocurre en el medio panameño.
Un elemento para destacar es que el término falacia se aplica en sentido técnico a
argumentos, no a proposiciones o a hechos (estados de cosas).
Pero esta distinción no evita que se cometan algunos errores cuando se habla de las
falacias, entre los que se destacan los siguientes (Bordes Solanas, 2011, págs. 130-131):
i. Una falacia es una creencia sistemáticamente repetida.
ii. Las falacias sólo las cometen personas de escasa formación intelectual.
iii. Una falacia es un argumento inválido.
iv. Si un argumento carece de falacias, es un argumento concluyente.
v. Quien formula argumentos falaces tiene intenciones deshonestas de persuadir a su
audiencia a toda costa sin justificar bien sus afirmaciones.
Que una creencia sea sistemáticamente repetida no supone, necesariamente, un error
argumentativo. En el caso de que la creencia fuese falsa, podría tratarse -en el mejor de los
escenarios- de un error en la identificación o interpretación de los hechos, como cuando
afirmamos que el Sol se mueve con respecto a la Tierra porque lo vemos en posiciones
distintas durante el día; o en el peor, de una situación deliberadamente surgida y puesta en
escena con la intención manifiesta de manipular a las personas por algún particular interés,
como cuando afirmamos que la vacuna combinada contra la difteria, el tétano y la tos ferina
puede provocar el síndrome de muerte súbita del lactante, algo para lo cual -de hecho- no se
ha determinado vínculo causal.
Tampoco las falacias son algo a lo que únicamente las personas con escasa formación
intelectual están expuestas; las falacias ocurren con frecuencia en entornos académicos y/o
científicos; como cuando leemos en R. L. Nettleship (Lecciones sobre la República de
Platón): Si queremos saber si un Estado es valiente, debemos contemplar su ejército; no
porque los soldados sean las únicas personas valientes de la comunidad, sino porque sólo
por su conducta puede manifestarse el valor o cobardía de la comunidad.
Por otro lado, no necesariamente un argumento falaz es inválido. Se suele distinguir
entre falacia formal y falacia informal; las primeras asociadas a sistemas formales (v.g.,
afirmación del consecuente o negación del antecedente), las segundas asociadas con
problemas de opacidad, relevancia, ambigüedad y de confusión de las distintas funciones de
lenguaje (informativo, prescriptivo, emotivo, interrogativo). Esto será tratado más adelante.

3
No necesariamente un argumento que carece de falacias es concluyente. Por ejemplo,
desde el punto de vista formal, cada instancia de modus ponens es válida, aunque no
necesariamente correcta y no necesariamente concluyente. Es conocido el reto que en alguna
𝑎+𝑏𝑛
ocasión formulara el célebre matemático Euler al filósofo de la Ilustración Diderot: 𝑛 =
𝑎+𝑏𝑛
𝑥, luego Dios existe; lo que equivale a decir que: Si 𝑛 = 𝑥1, entonces Dios existe. Si el
antecedente se interpretase en un dominio particular, digamos los números naturales, y la
𝑎+𝑏𝑛
fórmula se interpretase existencialmente, entonces 𝑛 = 𝑥 sería verdadero: al hacer a = 3,
3+52 3+25 28
b = 5 y n = 2, se obtiene 2
= 2
= 2
= 14, que es un número natural. Ahora, si la fórmula
2
se interpretase universalmente en dicho dominio, sería falsa, pues 3+4
2
3+16 19
= 2 = 2 = 9.5, que
claramente no es un número natural. Pero supóngase que se interpreta dicha fórmula en los
números reales, donde es verdadera para cada x. Tendríamos:
𝑎+𝑏 𝑛
(i) (x) (x = 𝑛
) → Dios existe
𝑎+𝑏 𝑛
(ii) (x) (x = )
𝑛
(iii) Dios existe
Por tratarse de un modus ponens, es válido, sin dudas, pero no es concluyente, pues
de hecho no se ha determinado si Dios existe es una proposición verdadera2.
De igual modo, no se puede sostener que quien formula argumentos falaces tiene
intenciones deshonestas de persuadir a su audiencia a toda costa sin justificar bien sus
afirmaciones. No se niega que ello pueda ocurrir o que de hecho ocurra, estamos diciendo
que no necesariamente es así. Una persona puede, por ejemplo, no tener claro cómo
funcionan los tiempos verbales y la modalidad y hacer inferencias erradas, v.g., escenarios
donde las condiciones verbales son subjuntivas y se interpretan conjuntivamente,
extrayéndose conclusiones erradas.
Hecha la distinción, la problemática tratada en la investigación es la siguiente:
1. ¿Cómo entienden los operadores de justicia el término falacia?
2. ¿Cómo lo incorporan a sus fallos?
3. ¿Genera este término algún debate en cuanto a la motivación de la resolución judicial se
refiere?
Expuesta la problemática, la presente investigación pretende sistematizar información
que pueda ser aplicada al proceso de motivación de las sentencias. Vale recordar que la
motivación es un derecho (Barrios, 2011), por lo cual es necesario que el administrador de
justicia proporcione los elementos conceptuales necesarios y suficientes que garanticen que
sus decisiones son el resultado de un ejercicio racional crítico y bien llevado; pues -de lo
contrario- estaría en juego la credibilidad en el propio sistema. En ese sentido, la

1
Es necesario suponer que n  0.
2
Lo que de hecho se afirma es que, si las premisas son verdaderas, la conclusión ha de serlo. Suponiendo que
lo sea, surge el problema de que entre antecedente y consecuente no hay relación alguna. A diferencia de cuando
decimos: Si 4 es un número par, entonces lo es 4; en efecto, 4 es un número par. Luego, 4 es par.
4
investigación ofrecerá no sólo información relevante, sino elementos críticos que permitan
evaluar bajo parámetros lógicos todo el proceso de motivación de las decisiones judiciales.
En ese sentido, el objetivo general que nos hemos propuesto es analizar el proceso
de motivación de las sentencias desde el punto de vista argumentativo; mientras que los
específicos son: (i) describir el sentido que le dan los operadores judiciales a categorías
lógicas en el proceso de motivación de las resoluciones judiciales y (ii) determinar las
formas en que los operadores judiciales usan términos lógicos en el proceso de motivación
de las resoluciones judiciales.
Como hipótesis de trabajo, postulamos que los operadores de justicia entienden el
término falacia (A) no en sentido técnico, sino en sentido coloquial, (B) no lo incorporan
realmente a sus fallos, (C) dicho término no genera debate alguno en cuanto a la motivación
de la resolución judicial, debido a que (D) la lógica jurídica no es un elemento esencial en
la formación de los juristas.
Finalmente, algunas consideraciones metodológicas. Se trata de una investigación de
tipo documental y cualitativa, en la medida en que se concentra fundamentalmente en el
estudio de textos (fallos o jurisprudencia, aparatos normativos, doctrina, obras filosóficas y
de lógica). Es explicativa, en la medida en que pretende asociar causalmente los fenómenos
designados por A, B y C con D en la hipótesis planteada.
Para ello procedimos de la siguiente manera. En primer lugar, se estudiaron los
fundamentos conceptuales de la investigación en los que se abordaron conceptos como
argumento, argumentación, deducción, inferencia, semántica, sintaxis, inducción, validez,
invalidez, solidez, falacia, etc.
En segundo lugar, hicimos un análisis exhaustivo de las sentencias emitidas por la
Corte Suprema de Justicia, ya sea por el Pleno o por alguna de sus Salas, para determinar el
uso que en ellas se hace del término falacia. La información la obtuvimos del Registro
Judicial (en línea) que aparece en el sitio web del Órgano Judicial
(http://bd.organojudicial.gob.pa/registro.html), y se segregó considerando los siguientes
aspectos: (i) expediente, (ii) sala, (iii) materia, (iv) ocurrencias, (v) usuario, (vi)
correspondencia.
Mientras que (i), (ii) y (iii) proporcionan información general, (iv) consiste en
determinar los pasajes en los que aparece el término falacia en cada fallo analizado, (v) se
refiere a si quien usa el término es el magistrado ponente, el petente o los procuradores (de
la Nación o de la Administración), y (vi) indica si los pasajes en cuestión corresponden o no
al uso técnico de la palabra.
En tercer lugar, se hizo un análisis de las falacias teniendo como marco la idea de
motivación judicial.
En cuarto lugar, se aborda la idea de la derrotabilidad como elemento central para la
argumentación jurídica. Ante nuevas evidencias, la tesis defendida puede variar, de modo
que el proceso argumentativo debe verse de modo abierto, aunque no se trata de una apertura
infinita.
En quinto lugar, se hizo un estudio de las mallas curriculares de las licenciaturas en
Derecho y Ciencias Políticas del país. Los hallazgos no fueron los más halagüeños, pues de
5
la diversa oferta académica, sólo un plan de estudios contempla el curso Lógica y
Argumentación Jurídica como parte del proceso formativo de los estudiantes.
Por último, presentamos algunas conclusiones relevantes.
Para finalizar, es necesario señalar que la investigación se articula a partir de una
concepción tanto formal como informal de la argumentación. Dado el alcance formal, se
suelen presentar argumentos simbólicamente. En ese sentido, las conectivas que se usan
tienen una interpretación estándar, clásica:  designa la negación; , la conjunción; , la
conjunción; →, la implicación material; , la equivalencia material; , el cuantificador
universal; , el cuantificador existencial; T, lo verdadero; ⊥, lo falso;  denota la relación
de consecuencia (tanto en sentido sintáctico como semántico) entre premisas y conclusión.

1. Fundamentos conceptuales

1.1 Argumento
Un argumento puede caracterizarse formalmente como una secuencia o conjunto de
oraciones (enunciados o proposiciones) P1, P2,…, Pn-1  Pn. Los elementos de la
subsecuencia P1, P2,…, Pn-1 reciben el nombre de premisas, mientras que Pn es la conclusión.
El símbolo  indica que Pn es consecuencia lógica o se infiere de P1, P2,…, Pn-1, Esta
relación puede entenderse de dos maneras, (i) deductivamente o (ii) inductivamente.
Un argumento deductivo es aquel en el que existe una relación de necesidad lógica
entre las premisas y la conclusión; es decir, no ocurre que P1, P2,…, Pn-1 sea el caso y Pn no
lo sea. Esto puede enunciarse formalmente de esta manera: [(P1  P2 ,… Pn-1)  Pn].
Un ejemplo de argumento deductivo sería: Si Martinelli es juzgado en el SPA, será
absuelto. Martinelli es juzgado en el SPA. Luego, Martinelli será absuelto.
Según este argumento, es irrelevante si la CSJ declina competencia o no, si el caso
pasa o no al SPA o si Martinelli es absuelto o condenado. Simplemente expresa que, si las
premisas son verdaderas, la conclusión ha de serlo igualmente. De este modo, desde el punto
de vista deductivo, la consecuencia lógica es preservadora de verdad en virtud de la forma
(Sider, 2010).
Un argumento inductivo es aquel en el que puede ocurrir que P 1, P2,…, Pn-1 sea el
caso y no sea el caso que Pn. Es decir, la conclusión es solamente probable.
Un ejemplo de argumento inductivo sería: El 65,4 de los femicidios en Panamá se dio
en un escenario de relación de pareja. Luego, el 65,4 de los femicidios en Panamá se dan en
escenarios de relaciones de pareja (dato estadístico tomado de (Batista Guevara, 2016)).
Según este argumento, los casos de femicidio que se hayan dado en el pasado justifica
la conclusión de que, independientemente de cuántos casos haya en el presente (o en el
futuro), el 65,4% se dará en un escenario de relación de pareja. Esto, sin embargo, podría no
ocurrir, ya que es posible que los escenarios de femicidio sean otros, v.g., familia, acoso
sexual de conocidos o comercio sexual. Aunque en efecto sea verdadero estadísticamente
6
que el 65,4 de los femicidios hayan ocurrido (en el pasado mediado o inmediato) en escenario
de relación de parejas, ello no implica que sea así en el presente o en los años venideros. A
menos que asumamos cierta homogeneidad en la conducta delictiva en el presente y en el
futuro con respecto al pasado.
Al margen de ese supuesto, es de advertirse que la verdad de la premisa no garantiza
la verdad de la conclusión. El argumento inductivo, por lo tanto, no es preservador de verdad
en virtud de la forma.

1.2 Validez e invalidez deductiva


Pn es una consecuencia lógica de P1, P2,…, Pn-1 si y sólo si Pn se deriva de ellas
mediante la aplicación de axiomas y de reglas de inferencia; o bien, P n es verdadera si y sólo
sí no ocurre que P1, P2,…, Pn-1 sean verdaderas, y Pn sea falsa.
Si existe una derivación de Pn a partir de P1, P2,…, Pn-1 decimos que A es un
argumento válido; en caso contrario, decimos que es inválido. Ahora, bien, se puede colegir
directamente de las ideas previas que, si un argumento de conclusión falsa es válido, al menos
una de sus premisas es falsa. Esta afirmación puede ilustrase de manera directa en una matriz
de verdad como la siguiente:
P1 P2 Pn-1  Pn
T T T T T
T T T ⊥ ⊥
T T ⊥ T T
T T ⊥ T ⊥
T ⊥ T T T
T ⊥ T T ⊥
T ⊥ ⊥ ⊥ T
T ⊥ ⊥ T ⊥
⊥ T T T T
⊥ T T T ⊥
⊥ T ⊥ T T
⊥ T ⊥ T ⊥
⊥ ⊥ T T T
⊥ ⊥ T T ⊥
⊥ ⊥ ⊥ T T
⊥ ⊥ ⊥ T ⊥

Los valores posibles de  (interpretada deductivamente) es o bien verdadera (= T) o


bien falsa (= ⊥). En el primer caso, el argumento sería válido; en el segundo, inválido
(premisas verdaderas y conclusión falsa).
Con respecto a la validez, se pueden distinguir claramente tres escenarios: (i) Tanto
las premisas como la conclusión son verdaderas (v.g., fila No. 1); (ii) la conclusión es

7
verdadera y algunas (o todas las premisas) son falsas (v.g. fila No 3 y/o fila No. 15, etc.); (iii)
tanto la conclusión como las premisas son falsas (v.g., fila No. 16).
Por eso, dado que la falsedad implica válidamente cualquier cosa, se debe procurar
no sólo que los argumentos sean válidos deductivamente (conclusión verdadera con premisas
falsas, o conclusión falsa con premisas falsas), sino que sean deductivamente correctos
(premisas y conclusión verdaderas).
¿Es deductivamente válido o inválido el ejemplo anterior? Interpretemos el
argumento siguiendo los siguientes parámetros:
(i) Simbolización de enunciados:

Martinelli es juzgado en el SPA = D,


Martinelli es absuelto = M.

(ii) Esquematización de argumento:

D → M, D  M = [(D → M)  D] → M
(iii) Construcción de matriz de verdad
D M D → M (D → M)  D [(D → M)  D] → M
T T T T T
T ⊥ ⊥ ⊥ T
⊥ T T ⊥ T
⊥ ⊥ T ⊥ T

Dado que [(D → M)  D] → M toma el valor T en cada caso posible, el argumento


es deductivamente válido. Sin embargo, la corrección del argumento no puede ser
garantizada dado que el valor de M no se ha determinado exhaustivamente. Suponiendo que
M resultase falso, el argumento sería válido (aunque no correcto o sólido) y al menos una
premisa sería falsa, justamente D → M.

1.3 Fortaleza y debilidad inductiva

A diferencia de los argumentos deductivos, los argumentos inductivos son


inductivamente fuertes o débiles, dependiendo de si su probabilidad es alta o es baja.

Un argumento inductivo puede ser humeano o estadístico. En el primer caso, se


presupone que el universo o algunas partes de él son probablemente uniformes o poseen una
estructura que se asemeja a una ley; en los segundos, dicho presupuesto no es necesario (Nolt
& Rohatyn, 1988).

Por supuesto, un mismo argumento puede interpretarse de las dos maneras. Veamos
el siguiente ejemplo:

8
Sólo una pequeñísima cantidad de padres a los que se les ha impuesto pensión
alimenticia incumple con sus obligaciones. A Juan le ha sido impuesta una pensión
alimenticia por el tribunal. Luego, Juan cumplirá con sus obligaciones.

La conclusión, indudablemente, se refiere a un hecho o evento futuro, pero ¿a qué se


refiere la primera premisa? Esta premisa puede leerse (interpretarse) de dos maneras:

(1) Sólo una pequeñísima cantidad de padres a los que se les ha impuesto pensión
alimenticia en el pasado, en el presente y en el futuro incumple con sus obligaciones.
(2) Sólo una pequeñísima cantidad de padres a los que se les ha impuesto pensión
alimenticia en el pasado incumple con sus obligaciones.

En el caso de que interpretemos la primera premisa de acuerdo con (1), ¿cómo lo


sabemos? Posiblemente podríamos saber el pasado, incluso el presente, pero ¿y el futuro?
Como sea, interpretada la premisa de esta manera, el argumento es claramente un silogismo
estadístico con premisas relevantes y con probabilidad inductivamente alta 3.

En cambio, si lo interpretamos en el sentido (2), entonces, aunque la premisa fuese


cierta, el argumento deja de ser estrictamente un silogismo estadístico. Es obvio que Juan no
forma parte de los casos pasados (a lo sumo del presente), se trata -como se señaló- de un
caso que se refiere al futuro. Bajo esta interpretación, la premisa es más débil y menos
relevante que bajo la interpretación (1) de modo tal que la probabilidad inductiva sería menor,
débil en comparación con la primera interpretación.

En efecto, dado que el argumento ahora se mueve de premisas acerca del pasado a
una conclusión sobre el futuro, la confiabilidad en el argumento dependerá de cuán estrecha
sea la semejanza entre el pasado y el futuro, más específicamente de cuán consistente o
uniforme sea la conducta humana en el tiempo. Bajo esta interpretación, el argumento es
humeano.

1.4 Falacias

Desde el punto de vista del habla corriente, la palabra falacia -según el Diccionario
de la lengua española (RAE), versión en línea- significa: (i) Engaño, fraude o mentira con
que se intenta dañar a alguien. (ii) Hábito de emplear falsedades en daño ajeno.

El registro de la RAE no corresponde al sentido técnico que esta palabra tiene en la


lógica, en la cual se trata «del tipo de argumento que puede parecer correcto, pero que
mediante una revisión más minuciosa se prueba que no lo es» (Copi & Cohen, 2013, pág.

3
De hecho, lo que el argumento afirma equivale a: Una elevada cantidad de padres a los que se les ha impuesto
pensión alimenticia cumple con sus obligaciones. A Juan le ha sido impuesta una pensión alimenticia por el
tribunal. Luego, Juan cumplirá con sus obligaciones. Así, si la probabilidad de que los padres cumplan con sus
obligaciones fuese denotada por Pr(C) = (n 1), la probabilidad de incumplimiento Pr(C) = 1 – (n  1). De
este modo, situaríamos a Juan entre quienes hacen que Pr(C) = (n 1) y no en el complemento, por lo cual la
inferencia acerca de que Juan cumplirá con su obligación tiene un fuerte respaldo inductivo.
9
149). No se trata de algo falso, pues un argumento falaz puede contener premisas y
conclusión verdaderas.

Un estudio exhaustivo de las falacias desbordaría los objetivos de este trabajo, por lo
cual nos referiremos solamente a algunas de ellas4.

A. Informales:

i. Argumentum ad hominem: Ocurre cuando en lugar de atacar al argumento, por


ejemplo, cuestionando la verdad de las premisas o de la conclusión, se ataca a la
persona que sostiene el argumento. Puede ser de dos tipos (i) circunstancial u (ii)
ofensivo. En el primero, se ataca no a la persona en sí misma, sino a la circunstancia
en la que se encuentra, como cuando se dice: El ministro sostiene que la economía
panameña es robusta; no puede sostener lo contrario, pues tiene que guardarle
fidelidad a su jefe, el presidente. Posiblemente, que el ministro sostenga tal cosa,
nada tenga que ver con la fidelidad al presidente, y aunque ese fuese el caso,
sostenerlo no desvirtuaría la afirmación (tesis): la economía panameña es robusta.

En el segundo, se ataca a la persona directamente, por ejemplo: Claro que el


candidato Pérez está a favor de que se eliminen los subsidios y los programas
sociales, pues es un neoliberal desalmado e insensible. En este caso, descalificar a
la persona como neoliberal desalmado en insensible, no invalida la postura de que
se eliminen los subsidios y programas, la cual podría sostenerse en razones como el
alto costo que supondría su financiamiento.

ii. Culpable por asociación: Ocurre cuando se ataca al argumento relacionándolo


falsamente con alguien o algo a lo que la audiencia responde con disgusto
automático, como cuando se recurre a Hitler o Stalin para sostener que tal o cual
punto de vista es incorrecto porque ellos argumentaron algo parecido. Una cosa es
la verdad o corrección de una tesis o punto de vista y otra que Hitler o Stalin lo
hayan afirmado.

iii. Argumentum ad baculum: Se comente cuando se intenta persuadir no mediante la


razón, sino mediante la fuerza; como cuando se dice, acepte los hechos…de lo
contrario enfrentará usted 20 años de prisión. Posiblemente no hay hechos que
aceptar, porque no se es responsable de ellos, pero se pone a la persona en una
posición donde no hay otra alternativa.

iv. Argumentum ad verecundiam: Ocurre cuando se argumenta apelando


inapropiadamente a la autoridad de una persona. Por ejemplo, cuando se afirma que
de una obligación civil puede hacerse una obligación religiosa, porque Frege 5,
notable lógico-matemático alemán de finales de siglo XIX, así lo ha sostenido. La
autoridad de Frege en lógica y matemáticas es irrelevante en materia de obligaciones
civiles y religiosas.

4
El lector interesado en profundizar este tema puede consultar (Gula, 2007) y (Reeder, 2007) donde aparecen
diversos ejemplos de falacias.
5
Cfr. (Frege, 1997)
10
v. Ad misericordiam: Ocurre cuando se invoca de manera inapropiada la piedad.
Ejemplo, los que toman las servidumbres públicas para colocar sus pequeños
negocios son personas humildes, por lo cual, mal hacen las autoridades en
desalojarlas. La falacia se comete porque el tema de la ocupación de servidumbres
públicas está sujeta a una serie de condiciones establecidas en la ley, lo cual nada
tiene que ver con que la persona sea humilde, para decidir si es desalojada o no en
caso de ocuparlas (i)legalmente.

vi. Petitio principii: Ocurre cuando se apela a lo que se quiere demostrar como premisa,
por ello, a este tipo de argumentos se les denomina argumentos circulares; como
cuando se dice: el candidato Pérez es la mejor opción porque sabe cómo solucionar
los problemas que nos aquejan a todos, y sabe cómo solucionar los problemas que
nos aquejan a todos porque es la mejor opción. El argumento no ofrece mayores
razones con respecto a porqué el candidato Pérez es la mejor opción.

vii. Vaguedad: Cuando un argumento contiene una conclusión expresada de modo tal
que es imposible juzgar su aceptabilidad como premisa o su importancia como
conclusión. Ejemplo, un cirujano que nunca ha realizado una operación es un
inexperto. Si un cirujano inexperto realizara una operación, seguiría siendo un
inexperto, y lo seguirá siendo si hace dos, tres, cuatro…Por lo tanto, es mejor no
dejarse operar por dicho cirujano. En este caso, estamos ante una instancia de
sorites ascendente, y la falacia ocurre dada la imposibilidad de determinar de manera
exhaustiva cuándo o bajo qué circunstancias se es un experto.

viii. Falsa analogía: Cuando el argumento descansa en una analogía y existe razón para
cuestionar esa misma analogía. Un ejemplo de esta falacia sería la frase de Michael
Corleone: Mi padre no es diferente de ningún otro hombre poderoso…, como un
senador o un presidente. Aunque se pueda pensar en la corrupción como un
elemento que identifica a políticos y mafiosos, suponer que no hay diferencias entre
ellos sería incorrecto, no porque los senadores y presidentes no ordenen asesinar
personas, como alega Kay en el diálogo, sino porque los roles de estos, al menos
institucionalmente, son radicalmente distintos de los desempeñados por mafiosos.

ix. Causa falsa: Se identifica como causa aquello que en realidad no lo es; o bien se
asume que A es la causa de B porque B ocurre luego de A. Ejemplos: cuando he
visitado a mi abuela, ha estado feliz; pero, dejé de hacerlo, y ha fallecido. No hay
dudas de que no visitarla, le ha provocado la muerte. En este caso, el no visitar a
una persona no tiene eficacia causal sobre la vida o muerte de otra. Otro ejemplo:
Pérez ha debido decirle algo a López que le ha causado la muerte. ¡Qué casualidad
que éste muriera después de que Pérez lo visitara! Al igual que en el primer ejemplo,
el orden temporal no es suficiente para determinar relación causal entre eventos:
López pudo haber fallecido debido a una afectación cardiaca crónica.

x. Composición: Consiste en afirmar que, porque una propiedad es verdadera de una


de las partes, se puede inferir que dicha propiedad es verdadera de la totalidad de la
cual es parte. Como cuando se dice, el Ministerio de Obras Públicas ha tenido un
11
desempeño deficiente, luego, el gabinete ha tenido un desempeño ineficiente.
Aunque es posiblemente cierto que el desempeño del gabinete haya sido deficiente,
dicha deficiencia no está determinada por uno de los ministerios. Además, es
lógicamente posible que mientras que el Ministerio de Obras Públicas haya sido
deficiente, el desempeño del resto de los ministerios haya equilibrado la situación y
el resultado es un gabinete que se ha desempeñado de manera eficiente.

xi. División: Consiste en afirmar que, porque una propiedad es verdadera del todo, lo
es igualmente de las partes de ese todo. Como cuando se argumenta: la
administración de justicia es lenta. Luego, el juzgado primero de circuito es lento
en el trámite de las demandas. En efecto, es lógicamente posible que el
comportamiento global del sistema de administración de justicia tome tiempo, pero
que esos tiempos no sean los que tome el juzgado en cuestión en el trámite y
resolución de las demandas.

xii. Falsa dicotomía: Ocurre al reducir las alternativas a dos mutuamente excluyentes,
habiendo otras, o bien al pretender establecer una oposición no habiendo
contradicción real entre ellas. En el primer caso, el ejemplo típico es: o están
conmigo o están con mis enemigos; existe, de hecho, una tercera posibilidad, la de
la indiferencia en torno a uno y otro, de modo que se puede sostener -a partir de ello-
una postura neutral entre los dos bandos. En el segundo caso, un ejemplo es el
siguiente: tienes que decidir entre estudiar o trabajar; no hay incompatibilidad entre
estudiar o trabajar, y pueden hacerse las dos cosas.

xiii. Pendiente resbaladiza: Cuando se argumenta que A lleva a B, B a C, C a D, no


habiendo relación causal entre ellos. Ejemplos de esta falacia son comunes en
discusión de temas sensitivos, como cuando se dice, si en las escuelas se enseña
educación sexual a los niños, los padres no podrán controlarlos; si los padres no
pueden controlar a sus hijos, se socava la institución familiar; si se socava la
familia, nos avocamos al caos. De modo que no se debe enseñar educación sexual
a los niños en las escuelas. La idea es que una acción desencadena en otra, hasta
llegar a un punto en el cual el peligro sería devastador. Pero en realidad, no hay
vínculo causal entre ellos, pudiendo igualmente concebirse los efectos positivos del
primer elemento de la cadena.

xiv. Simulacro del otro: Cuando se atribuye al oponente una visión distinta a la visión
real y luego se ataca nuestra propia parodia en lugar de la real. Ejemplo, quienes
defienden la teoría de la evolución sostienen que el hombre desciende del mono;
pero ¿acaso somos monos? La idea es que, dado que no somos monos, no
descendemos de ellos (algo que de hecho la teoría no afirma), por lo cual la teoría
es falsa; en el argumento se ha distorsionado la idea de descendencia de un tronco
común entre los homínidos (humanos, orangutanes, gorilas, chimpancés, bonobos)
con la idea equivocada de descendencia de un grupo (los humanos) de otro (los
monos), de modo que se ha “refutado”, no la tesis evolutiva sino una versión
caricaturizada de ella.

12
xv. Lealtad ciega: Ante un ataque, el atacado responde negando las fuerzas de las
evidencias o niega la posibilidad de tal evidencia, y la razón más probable para ello
es la lealtad del argumentador con el tema o idea atacada. Ejemplo, los defensores
de la evolución no pueden estar más equivocados, pues existe la complejidad
irreductible que no puede explicarse evolutivamente; además, la evolución es una
teoría, no un hecho. Se pretende sustentar una equivocación en algo que
presuntamente no puede explicarse evolutivamente (complejidad irreductible) y
luego se usan de manera confusa los términos hecho y teoría.

xvi. Conclusión apresurada: Cuando la evidencia presentada en las premisas es


insuficiente para aceptar la conclusión. Ejemplo, el juez López ha absuelto al
acusado. Luego, todo el sistema de administración de justicia es un desastre. Se
puede constatar que se hace una inferencia sobre todo el sistema de administración
de justicia, a partir de un caso particular.

xvii. Arenque rojo: Cuando se cambia de tema o el argumento toma otro camino.
Ejemplo, las acusaciones en contra de Pérez obedecen a razones puramente
políticas, sin fundamento alguno. Son las formas en las que un Ejecutivo incapaz
ante los grandes problemas del país responde a las voces de sus críticos. En este
caso, se desatienden las razones jurídicas del proceso y se introducen elementos
que nada tienen que ver con él, llevando el tema hacia otra dirección.

xviii. Énfasis: Ocurre cuando se destacan o recalcan algunos temas que interesan a quien
pretende argumentar, obviándose otras referencias importantes. Un ejemplo de
esta falacia es la siguiente: Ningún candidato se ha comprometido con “los
derechos” de los LGTBI.

xix. Argumentum ad ignorantiam: Ocurre cuando se argumenta que una proposición es


verdadera porque no se ha podido demostrar que sea falsa; o igual, que es falsa
porque no se ha podido demostrar que sea verdadera. Un ejemplo de esta falacia
es la siguiente: López no es responsable del daño causado a Pérez porque no se
ha encontrado nada que indique que él es responsable.

xx. Ignoratio elenchi: También llamada conclusión irrelevante, consiste en utilizar un


argumento para probar algo diferente a lo inicialmente previsto: El candidato
Pérez marca primero en las encuestas. El candidato Pérez es una persona muy
conocida en su circunscripción.

B. Formales:
i. Negación del antecedente: El siguiente es un argumento válido, si las personas no
creen en la administración de justicia, la sociedad se expone al caos institucional.
Las personas no creen en la administración de justicia. Por tanto, la sociedad se
expone al caos institucional. Para demostrar la validez de este argumento basta con
construir su tabla de verdad. Consideremos ahora, si las personas no creen en la
administración de justicia, la sociedad se expone al caos institucional. Las personas
creen en la administración de justicia. Por tanto, la sociedad no se expone al caos
13
institucional. Mientras que el primer argumento tiene la forma: P → Q, P  Q,
es decir, un modus ponens; el segundo tiene la forma inválida P → Q, P  Q, la
cual puede representarse como: [(P → Q)  P] → Q, y cuya tabla de verdad es la
siguiente:

P Q P P → Q (P → Q)  P [(P → Q)  P] → Q
T T ⊥ T T T
T ⊥ ⊥ T T ⊥
⊥ T T T ⊥ T
⊥ ⊥ T ⊥ ⊥ T

Como se puede constatar, la segunda fila de la última columna arroja el valor ⊥, lo


cual quiere decir que bajo dicha interpretación el argumento es inválido, y
debemos recordar que un argumento válido, lo es para toda interpretación.
ii. Afirmación del consecuente: El siguiente es un argumento válido, si las personas no
creen en la administración de justicia, la sociedad se expone al caos institucional.
La sociedad no se expone al caos institucional. Por tanto, las personas creen en la
administración de justicia. Para demostrar la validez de este argumento basta con
construir su tabla de verdad. Consideremos ahora, si las personas no creen en la
administración de justicia, la sociedad se expone al caos institucional. La sociedad
se expone al caos institucional. Por tanto, las personas no creen en la
administración de justicia. Mientras que el primer argumento tiene la forma: P →
Q, Q  P, es decir, un modus tollens; el segundo tiene la forma inválida P →
Q, Q  P la cual puede representarse como: [(P → Q)  Q] → P, y cuya tabla
de verdad es la siguiente:

P Q P P → Q (P → Q)  Q [(P → Q)  P] → P
T T ⊥ T T ⊥
T ⊥ ⊥ T ⊥ T
⊥ T T T T T
⊥ ⊥ T ⊥ ⊥ T

Como se puede constatar, la primera fila de la última columna arroja el valor ⊥, lo


cual quiere decir que bajo dicha interpretación el argumento es inválido, y debemos
recordar que un argumento válido, lo es para toda interpretación.

iii. Argumentum ad conditionalis: En esta falacia el fundamento o prueba del


argumento está condicionado y no puede ser probado, ya que el hecho no existe.
Se caracterizan por estar acompañados de verbos conjugados en el tiempo
condicional, como: “sería”, “habría”, etc. Su principal recurso es la especulación;
si Panamá no se hubiese independizado en 1903, seríamos parte de Colombia y
estaríamos expuestos a la violencia que hay en ese país.

14
iv. Falacia del apostador6: Ocurre al afirmar que, dado que un evento no ha ocurrido
en cierto tiempo, estará próximo a ocurrir. O bien, dado que el evento ha ocurrido
durante cierto tiempo, pronto dejará de ocurrir. Como cuando se afirma, Pérez
lleva más de cuatrocientos minutos sin anotar gol, pero esta situación acabará
pronto, porque nunca ha pasado tanto tiempo sin que anote gol. De hecho, es
posible que termine el torneo y el esperado gol de Pérez no llegue o bien que
termine de anotar al finalizar la temporada. Asimismo, López ha estado imbatible
en la portería durante quince partidos, pero su suerte terminará pronto, porque
nunca un portero ha terminado el torneo sin goles. Igualmente, es posible que
López termine el torneo imbatible o reciba el gol en contra mucho después de lo
esperado.

2. Las falacias en la jurisprudencia nacional

Como hemos visto, en sentido lógico, el término falaz/falacia se aplica a argumentos,


marcando así una distinción con respecto al uso corriente, según el cual se aplican también a
proposiciones (enunciados) o hechos. Sólo en este sentido, las falacias se relacionan con la
falsedad. Decimos que en este sentido porque como dijimos, un argumento falaz puede estar
conformado por premisas y conclusión verdaderas. Veamos:

Si Panamá es una república, entonces no tiene monarquía. Panamá no tiene monarquía, por
tanto, Panamá es una república.

Un análisis superficial de este argumento muestra que su forma o estructura lógica es:
P → Q, Q  P, es decir, se trata de un ejemplo de afirmación del consecuente, que -como
vimos- es un argumento falaz. Nótese que, sin embargo, las proposiciones que conforman
este argumento, incluida la conclusión, son verdaderas. Este resultado nos lleva a una nueva
falacia que no mencionamos en la lista anterior: el argumentum ad logicam o argumento
desde la falacia que consiste en señalar que, si un argumento es falaz, su conclusión es falsa.
De igual manera, se comete esta falacia al suponer que, si las premisas y la conclusión son
verdaderas, el argumento no es falaz.

A continuación, se describe de qué modo en la Corte Suprema de Justicia se han


referido al término falacia. Para tal propósito se consultó el Registro Judicial en línea
(http://bd.organojudicial.gob.pa/registro.html), escribimos la palabra falacia y el sistema
arrojó 21 resultados de casos tratados por las cuatro salas o por el Pleno, sobre materia civil,
contenciosa administrativa, habeas corpus, habeas data, delitos contra el honor y laudo
arbitral.

La información encontrada se resume en el Cuadro No. 1: se identifican expediente,


sala, materia, ocurrencias, usuario y correspondencia. La columna etiquetada como
«ocurrencias» registra los párrafos en que aparece la palabra falacia¸ la columna usuario
identifica la persona que usa el término falacia, en caso de que sea la persona que promueve

6
Esta falacia se ubica en una categoría distinta, la de las falacias estadísticas o inductivas. La hemos ubicado
en esta sección solamente por razones prácticas, por violar supuestos relacionados con las probabilidades.
15
la acción lo designamos con A; si es el magistrado ponente, con M; si es el procurador de la
Nación, con MP; y si es el procurador de la Administración, con PA.

De los 21 casos estudiados, 19 registran un uso del término falacia que no


corresponde al sentido técnico de la palabra. Dichos usos corresponden tanto a las partes que
accionan ante el pleno o ante alguna de las salas, como los propios ponentes. Es decir que el
desconocimiento técnico del sentido de la palabra es común tanto a los administradores de
justicia como a los abogados que demandan ante dicha instancia. De hecho, es llamativo que
en el caso S/N(II) el accionante incluso pida disculpas a los magistrados por usar la palabra
falacia como si se tratase de una ofensa o una mala palabra.

Sólo en 2 casos se puede afirmar que el uso de falacia corresponde al sentido técnico.
Se trata de los expedientes S/N(IV) y S/N(X). El primero es una acción contenciosa
administrativa que se remonta a 1994, pero el usuario es el procurador de la Administración.
La correspondencia, sin embargo, es parcial porque, aunque el uso se aplica efectivamente a
argumento, el procurador al emitir su opinión no identificó la falacia en cuestión, y se limitó
a decir:
Consideramos que este argumento que esgrime el demandante es una falacia, ya que
durante el inicio y desenvolvimiento del presente proceso ..., la demandada no logró
demostrar que le asistiera un mejor derecho, además, la misma en la vía gubernativa
no presentó prueba alguna ni logró desvirtuar las presentadas por la demandante.

No obstante, dado que el demandante no logró demostrar que le asistiera derecho, no


presentó prueba alguna ni desvirtuó las presentadas por el demandante, se trata tal vez de la
falacia de la evidencia incompleta.
Esta falacia ocurre «cuando se busca dar una información sin tener en cuenta la
calidad de los datos o todos los puntos de vista» (Kopitowski, 2016, pág. 35).
Reconstruyendo la situación lógicamente, se podría decir que el demandante tiene una
pretensión A, la cual podría respaldarse en un conjunto de evidencias Ei, pero podría
desestimarse a partir de un conjunto de evidencia E j. Un ejercicio crítico supondría evaluar
A en función de Ei y de Ej, pero el demandante deliberadamente opta por Ei, pretendiendo
que Ei → A. Sin embargo, lo que advierte el procurador es que A es insostenible basándose
en Ej. De este modo, resulta que Ei → A es rechazado y se determina que E j → A, con lo
cual se concluye la negación de la pretensión. La moraleja de todo esto es que si el
demandante hubiese considerado (ponderando) racionalmente Ej, tal vez no habría
accionado, aunque esto es una suposición porque -después de todo- somos razonadores naïve,
y ante situaciones divergentes con frecuencia optamos por la que más se adapta a nuestras
expectativas, pese a la evidencia en contra que pueda haber.

La situación del caso S/N(X) es distinta. En efecto, el uso del término falacia
corresponde inequívocamente al sentido técnico. El procurador de la Nación observó no sólo
que se trataba de una falacia, sino que la nombró:

De igual manera, manifiesta la colaboradora de la instancia, que es una falacia lo


afirmado por la recurrente, al generalizar de manera apresurada que "ningún"
delincuente usaría los controles legales, cuando es de perfecto conocimiento que la
16
tendencia del crimen organizado es la de ir legitimando los caudales, por todos los
medios lícitos que les sean posibles.

Aunque el Ministerio Público no profundiza desde el punto de vista lógico en el tema.


No obstante, cabría decir lo siguiente: La proposición ningún delincuente usa(ría) los
controles legales, es universal negativa, semánticamente es verdadera siempre que para cada
individuo x, si x es delincuente, x no usa(ría) control legal para legitimar su caudal. Para
determinar que es falsa, es suficiente la existencia de un x que sea delincuente y que use los
controles legales para legitimar su caudal. Probablemente muchos, o la mayoría de los
delincuentes, no usen los controles legales para legitimar su caudal, pero sostener que todos
se abstendrán de hacerlo (que ninguno lo hará) es un claro ejemplo de conclusión apresurada
o de generalización.

Cuadro No. 1
Usos del término falacia en fallos de la Corte Suprema de Justicia
de la República de Panamá

Expediente Sala Materia Ocurrencias Usuario Correspondencia


…todos los
conocimientos de
embarque son iguales
porque "son contratos
tipos" o "contratos
estandarizados",
resulta en realidad
una falsedad que sólo
busca elevar los
clausulados
impuestos por las
162-05 I Marítimo navieras, al rango de A No
normas
supranacionales, lo
que constituye una
absoluta falacia. Los
conocimientos de
embarque son
contratos privados y
por tanto, sujeto al
orden público del
Estado en el que la
naviera quiere
operar…
…El Tribunal
Superior valoró
ciertas las
afirmaciones del
17
ejecutado de haber
cancelado la totalidad
del préstamo al
244-08 I Civil Banco (fs. 121), pese A No
a habérsele
demostrado en
nuestro escrito de
oposición a la
apelación la falacia
contenida en dicha
afirmación (fs. 226)".
...
…dado que realizar
publicaciones en los
diarios no constituye
un acto ilícito, a
menos que su
contenido se funde en
situaciones falsas,
aseveraciones que no
corresponden con la
realidad, y que
tengan como
finalidad dañar a una
persona, esta
Superioridad
considera que, si las
publicaciones
señaladas como
causantes de daños y
perjuicios,
obedecieron a una
situación real, es
decir, no son una
falacia ni producto de
un acto u omisión
ilícitos de la parte
demandada, sino
consecuencia de una
20-10 I Civil actuación judicial, M No
particularmente de
informes periciales
presentados en
atención a la
información puesta a
su disposición por
TOWERBANK
18
INTERNATIONAL
INC., cuya falsedad
no fue demostrada
por ésta, mal puede
accederse a la
imposición de una
condena en concepto
de indemnización por
daños y perjuicios,
por publicaciones
que reflejaron un
hecho que en el
momento era veraz.
…el argumento
esbozado en el
sentido de que el
estacionamiento se
entregó al momento
de la inscripción de la
escritura en que
estaba contenido el
contrato de compra
S/N(I) I Civil venta del A No
apartamento en el
Registro Público, no
es más que una
tremenda falacia que
demuestra la
intención de la
demandada de
incumplir la
obligación,…
Constituye una
falacia afirmar y
pedimos excusas a la
Sala por usar esta
expresión, que la
S/N(II) I Civil resolución anulatoria A No
fue dictada de oficio,
ya que recayó en
virtud de un incidente
interpuesto por
nuestro opositor.
La expropiación de
hecho de todos los
bienes de Isidro
Maldonado Moreno
19
y, Constructora
Maldonado y Cía.,
S.A., bajo la
instigación de los
prenombrados en el
hecho anterior se
Contenciosa sustentaba en una A No
251-07 III Administrativa falacia, elaborada al
calor de luchas
intestinales que se
libraban a lo interno
del gobierno y
constructora
Maldonado y Cía.,
S.A., fue el chivo
expiatorio; toda vez
que el supuesto
motivo, para
justificar la
"Expropiación de
Hecho", fue el exceso
de dinero que en
concepto de
"financiamiento
Interino, le había
entregado la "Central
de Ahorros" a Isidro
Maldonado en
representación de la
empresa
Hay que resaltarle al
petente, que el
presentar escritos
para que se certifique
el silencio
administrativo o
695-09 III Contenciosa hacer reiteros, no M No
Administrativa implican
inequívocamente,
que se le falle de
forma desfavorable a
ningún administrado,
es una falacia decir
esto.
Hay otra situación
que hay que acotar, el
petente dice que se le
20
aplica
retroactivamente una
prohibición de no
poder utilizar la nave,
este juicio es una total
Contenciosa falacia ya que si se
651-08 III Administrativa tramita un proceso M No
para obtener un
permiso, es porque
no se tiene tal o no
está vigente, y como
no se tiene permiso
efectivo, legalmente
no se puede circular
puesto que si se
pudiera transitar
acorde a la ley sin
necesidad de
permiso, para qué
pedirlo
La infundada
imputación de que la
resolución
impugnada viola el
artículo 57 del
decreto Ley No. 17
de 22 de agosto de
1956, parte de la
Contenciosa falacia que M No
S/N(III) III Administrativa monótonamente
repite el demandante
dando por sentada la
existencia de la
relación de trabajo,
cuando, muy por el
contrario, esa
relación fue
desvirtuada en la
etapa administrativa
con las pruebas
llevadas del proceso
laboral
"Consideramos que
este argumento que
esgrime el
demandante es una
falacia, ya que
21
durante el inicio y
desenvolvimiento del
presente proceso ...,
Contenciosa la demandada no
S/N(IV) III Administrativa logró demostrar que PA Sí, de manera parcial
le asistiera un mejor
derecho, además, la
misma en la vía
gubernativa no
presentó prueba
alguna ni logró
desvirtuar las
presentadas por la
demandante.
Esta falacia se cae por
sí sola al haberse
cancelado el servicio
Contenciosa prestado a
S/N (V) III Administrativa satisfacción del A No
usuario conforme al
Recibo Nº 009020
aportado en el
proceso.
Pretender alegar que
se trata de la misma
nave, es una total
falacia. No es posible
que exista una nave
registrada como
ALEJANDRΝA con
dimensiones
específicas y que
aparezca otra nave
S/N(VI) III Contenciosa CHIRIQUΝ XI (ex M No
Administrativa ALEJANDRΝA). La
única explicación
lógica es que se trata
de una nueva
embarcación distinta
a la original, lo cual
es ilegal, ya que la
norma permite la
reconstrucción, mαs
no la sustitución de
naves camaroneras
hundidas.

22
Sugerir tal cual lo
propone, la PARTE
ACTORA, que el
LAUDO recurrido,
viola los
presupuestos del
DECRETO -LEY
No. 5 de 1999, al
haber sido dictado, A No
S/N(VII) IV Laudo arbitral EXCEDIENDO EL
MARCO DE LAS
DECISIONES QUE
LE OTORGAN SU
AMBITO O
ALCANCE, o en
presunta
INFRACCIÓN AL
REGIMEN DE
ORDEN PUBLICO
PANAMEÑO:
resulta por demás una
falacia inaplicable
Sugerir tal cual lo
propone, la PARTE
ACTORA, que el
LAUDO recurrido,
viola los
presupuestos del
DECRETO -LEY
No. 5 de 1999, al
haber sido dictado,
EXCEDIENDO EL
S/N(VIII) IV Laudo arbitral MARCO DE LAS A No
DECISIONES QUE
LE OTORGAN SU
AMBITO O
ALCANCE, o en
presunta
INFRACCION AL
REGIMEN DE
ORDEN PUBLICO
PANAMEÑIO:
resulta por demás una
falacia inaplicable.
La querellante
plantea que lo
subrayado del párrafo
23
citado es una falacia
ya que en los 237
tomos del expediente
que se le sigue a
URREGO nunca se
S/N(IX) II Delito contra ha corroborado que lo A No
el honor que dicen esos
informes sea cierto y
que por el contrario el
sargento CLÍMACO
QUIJADA al rendir
declaración jurada en
la Fiscalía de Drogas
en febrero de 2008
declaró que en la Isla
Chapera nunca se
encontró nada ilegal
al llevar a cabo una
verificación.
De igual manera,
manifiesta la
colaboradora de la
instancia, que es una
falacia lo afirmado
por la recurrente, al
generalizar de
manera apresurada
S/N(X) II Blanqueo de que "ningún" MP Sí
capitales delincuente usaría los
controles legales,
cuando es de perfecto
conocimiento que la
tendencia del crimen
organizado es la de ir
legitimando los
caudales, por todos
los medios lícitos que
les sean posibles.
…esta superioridad
actuando de buena fe
y dando por ciertas
las aserciones
expresadas por el
petente a fojas 3 del
escrito de incidente
de nulidad, que
S/N(XI) II constituyeron una M No
24
Homicidio falacia en cuanto a
(incidente de que Gonzalo
nulidad) González no había
sido declarado en
rebeldía, procedió a
declarar nulo el
llamamiento a
juicio,…
El planteamiento
medular de la señora
UJUETA es que su
hijo Stefen Tola, un
niño con necesidades
educativas
especiales, pues
padece de síndrome
de down y retraso
mental severo,
recibió durante los
años 2001 y 2002 un
boletín de evaluación
199-03 Pleno Hábeas data escolar que lo calificó A No
en la escala de uno
(1) a cinco (5), es
decir, idéntica a la
calificación que
reciben los
estudiantes de
cualquier centro
educativo regular. De
allí, que, en su
concepto, las
calificaciones de su
hijo son "absurdas y
una falacia".
Basta una lectura
somera del
expediente para
comprobar que
nuestro (sic)
Hábeas defendida nunca tuvo
352-03HC Pleno Corpus las llaves de acceso A No
del Salón de Oro, lo
que deviene en una
falacia lo externado
por el Magistrado

25
Sustanciador en
primera instancia,
¿Cómo se ataca esta
falacia jurídica si el
Despacho a
requerimiento del
Apoderado
348-08 Pleno Amparo nombrado se niega a A No
notificar la
resolución por la cual
no aceptan su
nombramiento,
siendo parte del
proceso?
El licenciado
CARLOS RANGEL
CASTILLO sustenta
que la detención
preventiva de su
representado es ilegal
porque “en su
opinión es una falacia
preparada por las
Hábeas personas que
S/N(XII) Pleno Corpus participaron en el A No
allanamiento a fin de
hacer responsable a
nuestro representado
de todas maneras del
ilícito que se le
imputa y ello es así,
por cuanto si se habla
de nueve billetes
marcados”…,
Fuente. Elaboración del autor a partir de información consultada en el Registro
Judicial en línea, http://bd.organojudicial.gob.pa/registro.html

3. Lógica, argumentación y el derecho de motivación


El reconocimiento explícito de la lógica en el ámbito jurídico está contenido en la
idea de sana crítica, donde por tal se entiende: «el arte de juzgar atendiendo a la bondad y
verdad de los hechos, sin vicios ni error; mediante la lógica, la dialéctica, la experiencia, la
equidad y las ciencias y artes afines y auxiliares y la moral, para alcanzar y establecer, con
expresión motivada, la certeza sobre la prueba que se produce en el proceso» (Barrios, 2004,
pág. 8). En efecto, el artículo 781 (770) del Código Judicial dispone:

26
Las pruebas se apreciarán por el juez según las reglas de la sana crítica, sin que esto
excluya la solemnidad documental que la ley establezca para la existencia o validez
de ciertos actos o contratos.
El juez expondrá razonadamente el examen de los elementos probatorios y el mérito
que les corresponde.

Adicional a la sana crítica, la lógica entra en escena en otro aspecto central del
proceso, a saber, en la motivación de autos y sentencias. Con respecto a los primeros, señala
el artículo 989 (976) del Código Judicial: «Los autos serán motivados y expresarán los
fundamentos jurídicos con cita de las disposiciones legales aplicables al caso»; con respecto
a las segundas, expresada la pretensión formulada, presentados los hechos, las referencias a
las pruebas, etc., el artículo 990 (977) numeral 3 señala que «se darán las razones y
fundamentos legales que se estimen pertinentes y se citarán las disposiciones legales o
doctrinarias que se estimen aplicables al caso».
El proceso de fundamentación de una resolución judicial, sin embargo, no es siempre
llevado a cabo de manera correcta desde el punto de vista lógico; suelen haber casos en los
que los errores de razonamiento son palpables. Veamos algunos casos:
Cuadro No. 2
Algunas falacias encontradas en sentencias de la Corte Suprema de Justicia de
Panamá
Expediente Sala Materia Ocurrencia Falacia Comentario
Encuentra la Sala En el pasaje en
perfectamente cuestión se
invocable esta establecen vínculos
eximente de causales fundados en
responsabilidad por relaciones
parte de la demandada, temporales: algo que
en la medida en que los ocurre primero la
riesgos de guerra están invasión, y algo que
expresamente ocurre luego de
excluidos de la póliza haberse dado, el
y por cuanto la guerra -Causa falsa daño, objeto de la
Marítimo guarda con el siniestro controversia. Por
una relación de causa a -Ad otro lado, el
efecto de grado tal que conditionalis argumento se
este último no hubiese presenta en modo
ocurrido de no haber condicional
mediado la subjuntivo en el cual
SN- I intervención de la se establece nexo
20/5/1997 primera. En nuestro causal necesario,
caso: el saqueo no cuando -en realidad-
hubiera tenido lugar si la relación entre
no se hubiese antecedente y
producido la invasión consecuente es
armada del país por las probable, si en el
27
tropas del ejército de argumento se tiene
los Estados Unidos de pretensión inductiva;
América. Los saqueos o posible, si la
fueron consecuencia pretensión es
necesaria e inevitable deductiva. En el
de la invasión. primer caso, se
trataría de la
probabilidad
condicional del
saqueo, dado que
ocurrió una invasión;
en el segundo se trata
de la posibilidad de
que la invasión
implique saqueo.
Pero en ninguno u
otro sentido la
relación entre
antecedente y
consecuente es
necesaria.
Lo que está en juego
De haberlas valorado,
es un tema de no
habría apreciado que
valoración de
los hermanos Forsythe
pruebas, y como no
integraba la empresa
lo fueron, se derivó
criminal en el aspecto
una consecuencia
de coordinación para
perniciosa para el
la ejecución del
casacionista. El
trasiego del
argumento es del
cargamento ilícito,
tenor siguiente: Si se
proveyendo los
hubiesen valorado
vehículos que
las pruebas, se
servirían para
- Negación del habría apreciado
perfeccionar la acción
832-G II Casación antecedente que…Pero, las
criminal, que al final
Penal pruebas no fueron
de la operación ilícita
-Ad valoradas; luego no
mediante los
contitionalis se advirtió que…Es
intercambios de
vehículos decir, P → Q, P 
protagonizados por el Q que -como vimos-
resto de los es un esquema de
intervinientes en el argumento inválido.
delito, producen la Adicional a ello, el
incautación de las tres argumento se
baterías vehiculares presenta en
que alojaban el condicional
cargamento de 83 subjuntivo,
28
paquetes que pretendiendo derivar
contienen 29 una consecuencia
kilogramos de necesaria, pese a que
marihuana. apreciar es
claramente un verbo
actitudinal.
El argumento puede
El Tribunal Ad-Quem,
interpretarse como
debió apreciar dicha
sigue: Si el Tribunal
declaración a la luz de
Ad-Quem hubiese
la lógica y la
apreciado la
experiencia, así habría
declaración a la luz
advertido que el
de la lógica y la
imputado no mencionó
- Negación del experiencia, habría
que ROSLYN
648-G II Casación antecedente advertido que el
GUARÍN, durante los
Penal imputado…Pero el
15 días que mantuvo la
-Ad Tribunal Ad-Quem
droga en el
contitionalis no apreció la
guardarropa de la
recámara principal de declaración a la luz
la residencia de ésta, le de la sana critica y de
la experiencia.
hubiera hecho ningún
Luego, no advirtió
reclamo o le hubiera
que…Al margen del
pedido que se llevara
contenido
la droga del lugar.
intencional
(actitudinal) de
advertir el
argumento tiene la
forma inválida, P →
Q, P  Q.
Igualmente se
pretende establecer
un nexo de necesidad
entre antecedente y
consecuente, pero el
tiempo verbal está en
condicional
subjuntivo, por lo
cual la conclusión se
seguiría
contingentemente y
no necesariamente,
como se pretende.
Con este pasaje se
Retomando el tema de
busca contrarrestar la
la prohibición de la
no
huelga en el Canal de
inconstitucionalidad
29
Panamá, es necesario de la prohibición del
señalar que la fuerza derecho a huelga en
laboral de la antigua el Canal. De hecho,
Comisión del Canal de que no lo hubiesen
Panamá nunca utilizó utilizado ni ni
ni negoció el ejercicio negociado, no
de la huelga en las implica que no
instalaciones del Canal -Ignoratio pudieran hacerlo ni
974-01 Pleno Inconstitu de Panamá. Estos elenchi que la prohibición
cionalidad antecedentes fueron fuese constitucional.
considerados por la
Comisión Presidencial
que elaboró el
Proyecto de Título
Constitucional y fue
ampliamente debatido
por la Asamblea
Legislativa.
El pasaje introduce
El Pleno debe indicar
un elemento que es
que, si bien es cierto, el
irrelevante a la
constituyente autorizó
discusión, la
al legislador para
derogatoria de una
“expedir, modificar,
Sala y el efecto sobre
reformar o derogar los
las designaciones
Códigos Nacionales”,
hechas, cuando el
en ninguna forma lo
fondo del asunto era
facultó para “derogar”
-Arenque rojo la derogación de una
una Sala de la Corte
ley. Además, se
Suprema de Justicia,
696-99 Pleno Inconstitu -Énfasis enfatiza el verbo
en pleno ejercicio de
cionalidad sus “derogar”, dando a
atribuciones
entender que
jurisdiccionales, y
mientras la Asamblea
dejar sin efecto los
está autorizada para
nombramientos de sus
derogar Códigos
integrantes
Nacionales, no los
constitucionalmente
tiene para derogar
designados, como
una sala, como si en
ocurrió con la
este caso “derogar”
expedición y
supusiese algo
promulgación de la
distinto a lo primero.
Ley N° 49 de 24 de
octubre de 1999.
Fuente. Elaboración del autor a partir de información consultada en el Registro
Judicial en línea, http://bd.organojudicial.gob.pa/registro.html

30
¿Qué supone la ocurrencia de falacias como éstas para el ideal de administrar
justicia? Tal vez la pregunta no sea la más adecuada, pues no está claro que en realidad el
juez administre justicia pues justicia es difícil de operacionalizar, subjetivo, un término
«fuertemente coloreado desde el punto de vista emotivo» (Perelman, 1964); más bien, «la
labor del juez consiste en declarar el derecho a quien lo demuestre» (Araúz Sánchez, 2019,
pág. 35). De modo que si hablamos de administrar justicia, ello obedece -más que a una
situación objetiva- a una cuestión de tradición que tiene su base en el propio texto
constitucional en el cual uno de sus títulos versa, justamente, sobre la administración de
justicia.
Pero -suponiendo que la labor del juez consista en declarar el derecho de quien logra
demostrarlo- un argumento deficiente desde el punto de vista lógico no ofrecería garantía de
que dicha declaratoria sea correcta en algún sentido de correcto; de hecho, una cosa es la
demostración del derecho que hagan las partes y otra la articulación o reconstrucción de dicha
demostración en la sentencia. De modo que, ya sea que el juez administre justicia o que
declare el derecho de quien logre demostrarlo, la deficiente argumentación lógica (falaz)
contraviene la razón de ser del propio proceso; en el primer sentido porque se podría sostener
que no se ha administrado justicia después de todo; en el segundo sentido, porque se ha
declarado el derecho a una de las partes de manera falaz.
En efecto, cuando dichas deficiencias se comenten en las instancias bajas, el ejercicio
del derecho de impugnación podría derivar en escenarios de corrección en las instancias más
altas. Pero y si el error se da en estas últimas, ¿cómo podrían corregirse?
De plano, la teoría de la infalibilidad del funcionario judicial que se mueve en las altas
esferas de la administración de justicia es inaplicable por incorrecta: Todos estamos
expuestos al error7. De modo que, aunque la lógica podría ser un buen recurso para
inmunizarnos contra el error, el hecho de que seamos (incluido el juez) razonadores naïve
nos aleja de ese ideal. Y esto, basándonos en la ley de los grandes números, tiene la siguiente
implicación: En el sistema judicial hay resoluciones definitivas (en un determinado
porcentaje) de problemas que no son justas o bien, en el sistema judicial hay resoluciones
definitivas (en un determinado porcentaje) de problemas en las que la parte favorecida no
necesariamente ha demostrado su derecho. En otras palabras: en el sistema judicial hay
resoluciones (definitivas) a problemas que se fundamentan en un error de juicio (de
argumentación) por parte del juzgador. En cuyo caso no toda resolución judicial sería
consistente con el conjunto de normas que rige el sistema jurídico 8. Por lo que existiría una
asimetría relativa entre lo que idealmente proclama el sistema normativo y las decisiones que
realmente toman los decisores en materia judicial.

4. Monotonía y derrotabilidad
La propiedad de monotonía para los sistemas deductivos señala básicamente que el agregado
de premisas no afecta o modifica la validez de una inferencia. Esta idea puede representarse

7
Este es esencialmente el argumento sostenido por el magistrado Wilfredo Saéz en la admisión de la demanda
en contra de la exprocuradora Ana Matilde Gómez.
8
Suponiendo una frecuencia de error en las argumentaciones igual a , dicho valor -de seguro- tiene incidencia
en la confianza que se pueda tener en el sistema de justicia; suponiendo que  tienda a 1, entonces habría una
fundada baja confianza; en cambio, si  tendiese a 0, los niveles de desconfianza serían razonablemente bajos.
31
simbólicamente de la siguiente manera: Si A 1,…, An  B, entonces A1,…, An, C  B. A
manera de ejemplo, consideremos:

Todas las aves vuelan. Piolín es un ave. Luego, Piolín vuela.

Simbolizando:

Ser ave = A
Volar = V
Piolín = p

Esquematizando:

x Ax → Vx, Ap  Vp.

Cuya derivación es:

1. x Ax → Vx premisa
2. Ap premisa
3. Ap → Vp E-, 1
4. Vp MP., 3, 4

Supongamos que, de hecho, Piolín es un pingüino. De acuerdo con la propiedad de


monotonía el hecho de que Piolín sea un pingüino no afectaría la validez de la inferencia
realizada; es más, sería irrelevante.

Supongamos ahora que se ha probado que Juan ha causado la muerte a María;


además, por disposición del Código Penal, sabemos que quien cause la muerte a otra persona
será sancionada con pena de 10-20 años de prisión. Por lo cual, Juan es sancionado a pena
de 10-20 años de prisión. La prueba formal de la validez del argumento es esencialmente la
que acabamos de dar, aunque se agrega ahora el símbolo de identidad:

Quien cause la muerte a una persona será sancionado con pena de prisión de 10-20 años.
Juan ha causado la muerte a maría. Luego Juan será sancionado con pena de prisión de 10-
20 años.

Simbolizando:

Causar la muerte = C
Ser sancionado con pena de 10-20 años de prisión: = S
Juan = j
María = m

Simbolizando:

x Cxy → Sx, Cjm  Sj.

32
Cuya derivación es:

1. x Cxy → Sx premisa
2. Cjm premisa
3. Cjy → Sj E-, 1
4. y=m Identidad
5. Cjm → Sj sustitución y/m 4
6. Sj MP., 2, 5

Supongamos que, de hecho, Juan es inimputable. Del mismo modo en que Piolín es
un pingüino no afecta la validez de la inferencia en el primer caso, en el segundo tampoco la
afectaría el hecho de que Juan sea inimputable. Sin embargo, es obvio que tanto en uno como
en otro hay premisas que son derrotables: los pingüinos son instancias que hacen falsa todas
las aves vuelan y los inimputables hacen inaplicable a todos los casos la norma quien cause
la muerte a otra persona será sancionada con pena de prisión de 10-20 años.

Por otro lado, hay que tener presente que, desde el punto de vista lógico, si un
argumento válido tiene conclusión falsa, como en los ejemplos que hemos visto, entonces al
menos una de las premisas ha de ser falsa. Pero si la idea fuese la validez de la inferencia sin
más, entonces nada habría que hacer, porque no importa qué evidencia adicional agreguemos,
la inferencia realizada será válida. Para el derecho esto sería catastrófico pues sería tanto
como afirmar que los medios de impugnación que garantiza el sistema jurídico devienen en
algo sucedáneo e intrascendente.

Pero no sólo en el ámbito jurídico sino también en el cotidiano la idea anterior es


absurda. En la práctica, lo que los argumentantes hacemos es modificar la secuencia
argumentativa ante nueva evidencia, es decir, operamos de manera derrotable, realizando
actos que lleven a una revisión, no sólo de las premisas, sino de la conclusión, de modo que
se pueda sostener una idea coherente entre la conclusión y las premisas que las respaldan.
Ante el hecho de que Juan sea inimputable (Pj), la prueba del argumento anterior en un
proceso de revisión podría enunciarse así:

1. Pj hecho
2. Cjm hecho
3. x ((Px  Cxj) → Sx) norma
4. (Pj  Cjm) → Sj E-, 3
5. Pj → (Cjm → Sj) Exp. 4
6. Cjm → Sj MP., 1, 5
7. Sj MP., 2, 6

El hecho de que Juan sea inimputable condiciona la sanción; por tanto, que reciba una
sanción depende -además del vínculo causal enunciado- de que sea imputable. Así, no
necesariamente quien causa la muerte a otra persona recibirá una sanción de 10-20 años,
como no necesariamente, el que algo sea ave quiere decir que vuele.
La derrotabilidad de la argumentación jurídica es algo que el administrador de justicia
debe tener en cuenta al momento de tomar una decisión, pues su exposición al error puede
33
trastocar la eficacia de la tarea que está llamado a realizar. En ese sentido, una pregunta a
responder es si una argumentación jurídica que falazmente decida una controversia
contraviene la razón de ser del proceso.
Supongamos una argumentación con una estructura como la siguiente: A, B, C  D,
donde A, B, C son a su vez conjuntos de argumentos (los sub-argumentos) desde los que se
decide la controversia. Desde el punto de vista argumentativo podríamos enfrentarnos a cinco
escenarios:

i. Los tres subconjuntos de manera conjunta justifican (o pretenden justificar) la decisión


D. La estructura general de la argumentación sería esta:

A+B+C

ii. Los subconjuntos A y B de manera conjunta, y C de manera aislada justifican (o


pretenden justificar) D. La estructura general de la argumentación sería esta:

A+B C

iii. Los subconjuntos A y C de manera conjunta, y B de manera aislada justifican (o


pretenden justificar) D. La estructura general de la argumentación sería esta:

A+C B

iv. Los subconjuntos B y C de manera conjunta, y A de manera aislada justifican (o


pretenden justificar) D. La estructura general de la argumentación sería esta:

B+C A

D
v. Los subconjuntos A, B y C de manera aislada justifican o pretenden justificar D. La
estructura general de la argumentación sería esta:

A B C

Los efectos de un (sub)argumento falaz sobre la decisión tomada, dependerá de los


pesos que tengan A, B, C para D. Si al final, se tiene una pérdida que es igual o inferior a 0.5
entonces la decisión tomada estaría débilmente justificada. En la situación (i) cada

34
componente tendría un peso de 0.333. En este caso, si la falacia se cometiese en el conjunto
C, habría una pérdida de 0.333 de peso, y aunque el argumento se debilitaría, la decisión
tendría un respaldo a su favor en términos de peso que equivaldría al 0.667.

En los escenarios (ii-iv) al tratarse de una estructura argumentativa en la que cada


parte por sí sola justifica la conclusión, por lo cual el peso sería de 0,5 en cada caso.
Supongamos que en el caso (ii) C es falaz, dado que A + B = 0.5, la decisión D se vería
afectada pues tendría un respaldo débil (no mayor a 0.5). Supongamos que tras evaluarse la
decisión D basada en A + B, descubrimos que A es falaz; pasamos -por tanto- de un escenario
de 0.5 a 0.25 en cuyo caso, la decisión no estaría justificada y no debería aceptarse. Igual
sucedería en los casos (iii-iv).

En el caso (v) cada (sub)argumento lleva por sí mismo a la decisión. De modo que, aunque
se elimine una de ellas, la decisión estará justificada.

Hay otras posibilidades que nos llevan a escenarios realmente problemáticos.


Veamos:
A

D
En este escenario, la decisión D depende absolutamente de C, el cual depende de B,
que depende de A. Independientemente del tema de la transitividad de la relación de
dependencia, supongamos que A es falaz: dado que la dependencia en este caso es absoluta,
no habría bases para aceptar B, y -justamente en este punto- la línea argumentativa se rompe
o padece una especie de cortocircuito. Igual sucedería en el caso de que B esté justificada
por A, pero justificara falazmente C. Por tanto, ya sea que ocurra lo primero o que ocurra lo
segundo, no existiría fundamento válido lógicamente para la decisión tomada.
Estos escenarios que hemos explorado tienen una moraleja importante. Con respecto
a la pregunta que hemos formulado podríamos responder afirmando que no necesariamente
una argumentación falaz contraviene totalmente la razón de ser del proceso, aunque podría
afectarlo notoriamente, ya sea que entendamos el proceso en términos de administración de
justicia o en términos de reconocimiento de derechos a quien los haya probado. Y aunque es
tal vez imposible diseñar un algoritmo de control para el proceso argumentativo, pues las
formas argumentativas son variadas, una simple inspección a los modelos que hemos
presentado muestra que es preferible fundamentar una decisión en más de una razón: entre
más razones entren en juego mayor garantía para la decisión que se tome; que los modelos
argumentativos en paralelo son más eficientes que los modelos argumentativos secuenciales.
El proceso argumentativo no puede sustraerse de estrategias de optimización de la inferencia
(cfr. (Hintikka, 1989)).
Aunque lo ideal es fundamentar las decisiones judiciales en procesos argumentativos
no falaces, no hay que olvidar que somos agentes epistémicos limitados, y como tales

35
estamos expuestos a la posibilidad de errar en el razonamiento. Por ello, que el juzgador
evalúe críticamente sus argumentos como una forma de control deviene en un imperativo,
por razones de lógica, en efecto, pero sobre todo por razones prácticas, pues entran en juego
cuestiones básicas para la vida social que si se descuidan podrían tener consecuencias
indeseadas.

5. La lógica en la formación jurídica


Desde Aristóteles (v.g., El órganon) la lógica de ha considerado un instrumento fundamental
para la ciencia. Asimismo, algunos autores como Atienza, Alchourrón, García Maynez,
Kalinowski, por mencionar algunos, han ponderado el rol de la lógica como disciplina en la
sistematización del derecho. Pero a pesar de ello, y a pesar de que el buscador Google arroja
más de 23 millones de resultados para la palabra lógica jurídica9, la realidad es que la
formación en lógica en los programas de derecho de las universidades locales no se ve
reflejada.
Investigamos los planes de estudios de la amplia oferta académica que hay en el país
y estos fueron los resultados:
Cuadro No. 3
Presencia de la asignatura lógica en planes de estudios universitarios10
Universidad Duración de Créditos Horas/créditos de Nivel donde
carrera Lógica aparece
Universidad de 8 semestres y un 187 Ninguno
Panamá verano
UNACHI 8 semestres y un 218 Ninguno
verano
USMA 12 cuatrimestres 223 4 horas/3 créditos V cuatrimestre
U. Latina 13 cuatrimestres 238 Ninguno
UDI 12 cuatrimestres 205 Ninguno
UIP 12 cuatrimestres 184 Ninguno
UAM 12 cuatrimestres 217 Ninguno
ISAE 13 cuatrimestres 190 Ninguno
ULACEX 12 cuatrimestres 206 Ninguno
Fuente: Elaboración propia a partir de información que aparece en los sitios web de
cada universidad consultada

La lógica jurídica solamente aparece en los planes de estudios de una universidad.


Hay, pues, una carencia formativa importante en relación con la formación del profesional
del derecho. De este modo, es poco realista esperar una actitud crítica en el proceso
argumentativo que, en términos de validez en sentido lógico, pueden surgir en el desarrollo
de una causa legal hasta su resolución final.

9
Búsqueda realizada el 19 de mayo de 2019.
10
No se pudo acceder a los planes de estudios de Columbus University ni a los de la Universidad Metropolitana
de Ciencia y Tecnología (Umecit).
36
Esa carencia nos expone aún más al error, a la confusión deliberativa o argumental, y
-desde luego- al uso inadecuado de terminología que tienen un sentido técnico disciplinar
arraigado pero que el profesional del derecho, por regla general, desconoce.

37
Conclusiones

1. Los profesionales del derecho (abogados, jueces y magistrados) entienden el término


falacia en un sentido no técnico, próximo al uso corriente, es decir, como remitiendo
a algo falso (hechos, ideas, estados de cosas). En consecuencia, es dicho sentido el
que se incorpora a las resoluciones o sentencias, sin generar reflexión o debate alguno
sobre la materia. Si nos atenemos a los fallos consultados, se limitan a considerar
disputas sobre cuestiones fácticas y/o probatorias, obviándose los aspectos
propiamente de fundamentación (justificación) de los argumentos.

2. Los operadores de justicia no son inmunes a la argumentación falaz, siendo el ad


conditionalis el más frecuente, según los casos consultados. Esto podría variar si se
tiene en cuenta una muestra más amplia que la consultada. Dicha falacia tiene una
estructura condicional subjuntiva, lo cual implica que no puede asimilarse al
condicional material (indicativo), por lo cual se derivan consecuencias necesarias
donde no las hay.

3. Aunque, en efecto, argumentar es una actividad habitual que realizamos los humanos,
se trata de una actividad en la que no somos infalibles y en la que con frecuencia es
alterada por factores intervinientes sobre los que no se tiene control; hay que tener
presente, también (no sólo para diferenciar), las motivaciones conscientes e
intencionales de quien argumenta, de los errores propiamente. En estos últimos, no
se trata tanto de un fallo de juicio, sino de manifiesta intención de la voluntad del
argumentante que constituyen vulneraciones a la ética que debe orientar toda
argumentación. No nos consta que esta situación se dé en el derecho, al resolverse las
controversias jurídicas, pero de darse, sería particularmente contraproducente pues
están en juego bienes jurídicos que han de ser tutelados y la credibilidad del propio
sistema de administración de justicia.

4. El tema del proceso argumentativo en el marco del derecho debe ser estudiado más a
fondo. Dicho estudio debe iniciarse en la formación universitaria, pero eso no está
ocurriendo: de las universidades actualmente vigentes en el país, cuyos planes de
estudios consultamos, solo la Universidad Santa María La Antigua tiene un curso de
cuatro horas sobre lógica y argumentación jurídica durante un cuatrimestre; debiese
-asimismo- profundizarse su estudio mediante seminarios y/o cursos cortos (incluso
diplomados) dirigidos a los operadores judiciales y litigantes para que perfeccionen
sus técnicas argumentativas de modo oral o escrito. Esto, sin embargo, no se traduce
necesariamente en cambios, a menos que se crean condiciones formativas que
permitan un abordaje problematizador y crítico del derecho.

5. La necesidad apuntada no debe entenderse como una exigencia académica sin mayor
propósito. Es preciso tener presente que, cuando de impartir justicia se trata, no puede
soslayarse ese fin del medio en que descansa: la argumentación. Una sentencia
deficiente o insuficientemente razonada (motivada) no contribuye a la realización
plena del ideal al que se debe. De hecho, es necesario tener presente la estructura
misma de la argumentación y cómo se distribuyen los pesos de los distintos sub-
38
argumentos y sus componentes. Pero esa tarea, para realizarla efectivamente, requiere
formación y competencias; y al parecer el profesional del derecho no es del todo
competente en ese sentido.

39
Referencias

Araúz Sánchez, H. (2019). Introducción al derecho procesal. Panamá: Articsa.


Barrios, B. (2004). Teoría de la sana crítica. Panamá: Books.
Batista Guevara, D. B. (2016). Crímenes de odio: El femicidio en Panamá. Panamá: Anik
S.A.
Bordes Solanas, M. (2011). Las trampas de Circe: falacias lógicas y argumentación
informal. Madrid: Cátedra.
Copi, I., & Cohen, C. (2013). Introducción a la lógica (Segunda ed.). México: Limusa.
Frege, G. (1997). El diario de Frege. Teorema, Vol. XVI/3, pp. 5-45.
Gula, R. (2007). Nonsense. Red Harrings, Straw Men and Sacred Cows: How We Abuse
Logic in Our Everyday Language. Edimburgh: Axios.
Hintikka, J. (1989). The Role of Logic in Argumentation. Monist, (72) pp. 3-24.
Kopitowski, K. (2016). La falacia de la evidencia incompleta o "cherry picking".
Evidencia, 19(2), 35-36.
Nolt, J., & Rohatyn, D. (1988). Theory and Problems of Logic. New York: McGraw-Hill.
Perelman, C. (1964). De la justicia. México: UNAM.
Reeder, H. P. (2007). Argumentando con cuidado. Dialéctica para una sociedad
democrática. Bogotá: San Pablo.
Sider, T. (2010). Logic for Philosophy. New York: Oxford University Press.

40

También podría gustarte