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Introducción:
La gestión ética constituye un proceso organizado, integrador, sistemático, continuo y voluntario, a través
del cual las organizaciones, con o sin fines de lucro, bien sea públicas o privadas, logran sistematizar,
operativizar e internalizar los valores contenidos en su plataforma ética (misión, visión, valores, código de
ética, estrategias) con sus actividades cotidianas, de manera tal que la producción, distribución y
comercialización de productos o servicios estén siempre dentro del marco de la ética, contribuyendo con
al fomento del bien común de la sociedad, con el fin de lograr afianzar el capital moral organizacional, así
como, la reputación corporativa, favoreciendo las percepciones positivas de los consumidores hacia los
productos o servicios de la organización. Así pues, los sistemas de gestión ética están constituidos por
varios instrumentos y van desde los códigos de ética, los comités de ética, asignar un oficial de ética en
la empresa, auditorias de cuestiones éticas, hasta las certificaciones que actualmente ofrecen organismos
más competitivas para poder ser sostenibles, así como sustentables. Por esta razón se considera que la
La gestión de la ética corporativa es más importante que nunca. No solo para la imagen que una compañía
proyecta hacia sus clientes y el público en general, sino también para atraer al mejor talento, aquellos
profesionales que pueden llegar a aportar muchísimo valor al negocio.
Las empresas ya no son simplemente el lugar al que los empleados van a trabajar, y las vidas de estos no
empieza a las seis, cuando salen de la oficina. Ahora, las compañías deben tener unos valores y el talento
va a querer identificarse con ellos. Y es que el tipo de trabajador está cambiando, y cada vez son más
los millennials que forman parte de las plantillas de cualquier organización y, para estos, cosas como
la diversidad en el trabajo y la sostenibilidad son muy importantes.
Conclusión:
A lo largo del tiempo las empresas han evolucionado ajustándose a las nuevas exigencias de los mercados
y cada vez más queda de manifiesto que la sociedad actual castiga a quienes actúan fuera del marco de la
legalidad, la honorabilidad y la corrupción. A estas alturas debe haber quedado claro que la gestión de la
ética no es un añadido para el éxito de una empresa, sino que más bien es un elemento estructural e
indispensable para el ella; es más bien un puente hacia el futuro de la empresa, vivida como una cultura
donde todos sus miembros encuentran un sentido a sus vidas; entre el hombre y la empresa está el reto
en las nuevas organizaciones.
Bibliografía:
Osorio, V., & Del P Rodríguez, M. (2018). Modelo para la Evaluación de Programas de Ética Organizacional en
Universidades. Información Tecnológica, 29(1), 59–70. https://doi.org/10.4067/s0718-07642018000100059