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ACCIÓN DE TUTELA

Fecha:
Señor: Juez (a) (reparto)
Referencia: acción de tutela.
Legitimación por activa: Aldair Torrenegra Villalobos, Ginna Torres De La
Rosa, Johana Ramos Cali, Loraine Bustamante Mendoza, María José Arrieta
Zapata y Valentina Laitano Gravini, la tienen los suscritos como directos
afectados por la entidad privada, Universidad Libre sede Cartagena.
Legitimación por pasiva: Universidad Libre Sede Cartagena, entidad
transgresora de los derechos fundamentales de los hoy accionantes.
HECHOS.
1. Desde el año 2015 nos matriculamos en la Universidad Libre sede
Cartagena, en la carrera de derecho; al momento de matricularnos
estaba vigente el reglamento acuerdo No. 2 enero 18 de 2006,
modificado por los acuerdos No. 07 del 15 de diciembre de 2009,
No. 1 de julio 30 de 2012, y No. 3 de agosto 11 de 2014.
2. Anualmente renovamos el contrato de matricula con la universidad libre
sede Cartagena, hasta llegar a los 5 años que fueron los requeridos para
culminar académicamente el pensum que requiere la carrera de
derecho.
3. Dicha relación duro hasta el día 29 de mayo de 2020, fecha en la
pasamos ostentar la calidad de estudiantes a egresados no graduados.
Para este momento nosotros éramos acreedores de diferentes
modalidades de preparatorios para optar por el titulo de abogado; así se
deja ver el reglamento que se encontraba vigente al momento de
nuestra culminación académica, el cual es el acuerdo No. 15 de
diciembre 4 de 2002 (Modificado por los Acuerdos No. 02 de mayo 7
de 2003 y No. 02 de octubre 9 de 2007), por medio de los cuales se
reglamentó los exámenes preparatorios. Y dentro de esta normatividad,
textualmente, se consagraba lo siguiente:
artículo tercero. - modalidades. A partir de la vigencia del presente
acuerdo, se establecen las siguientes modalidades de exámenes
preparatorios: Escritos, Orales, en Jornada Única y por vía de Seminario de
Actualización.
4. Nosotros terminamos académicamente la carrera de derecho en el mes
de mayo del 2020. Y una vez obtenido nuestro certificado de terminación
académica, El 18 de junio de la presente anualidad, decidimos presentar
la solicitud para realizar el preparatorio de penal en la modalidad de
seminarios de actualización; los cuales son señalados por el reglamento
que nos cobija como una opción de modalidad de preparatorio.
5. No presentamos más solicitudes debido a que compañeros egresados
no graduados, habían realizado con anterioridad las correspondientes
peticiones de apertura de semanarios de actualización del área de
público y privado 2. Cada una de las solicitudes de apertura se
realizaron en cumplimiento de cada uno de los requisitos establecidos
para la apertura de los preparatorios en la modalidad de seminario de
actualización, por lo cual nosotros los egresados no graduados
estábamos esperando la emisión de la resolución que dan inicio a estos
seminarios y los respectivos recibos para cancelar los valores
pecuniarios correspondientes.
6. Al momento de realizar dicha petición nos comunicamos con la
universidad, quien nos dio como respuesta que los preparatorios en
calidad de seminarios de actualización, se estarían abriendo para el mes
de agosto de 2020. Motivo por el cual la mayoría decidimos no presentar
los preparatorios en la modalidad de exámenes orales, sino ahorrar ese
dinero y utilizarlo al momento de cancelar el valor correspondiente al
seminario de actualización.
7. A mediados del mes de agosto, y al ver que todavía no se expedían las
resoluciones de apertura de los preparatorios en modalidad de
semanarios de actualización, decidimos preguntar en la universidad a
qué se debía el retardo en la emisión de dichas resoluciones. A lo que
ellos respondieron que las directivas nacionales, específicamente la
Honorable Consiliatura, había expedido el Acuerdo No. 01 de 2020 por
medio de la cual, se modificaron y unificaron las normas que regulan los
exámenes preparatorios del programa de Derecho en la Universidad
Libre a nivel Nacional. Y ésta nueva reglamentación, se estableció en
torno al mismo asunto de las modalidades de los preparatorios, la
siguiente preceptiva: Artículo 3. De las modalidades. Los exámenes
preparatorios podrán ser escritos u orales y se presentarán por áreas en
forma independiente o unificado por la totalidad de ellas. Podrán
utilizarse medios electrónicos.
8. Al observar que, dentro del nuevo acuerdo del 23 de junio 2020, no se
tenían presente los seminarios de actualización como una modalidad de
preparatorio; decidimos acudir al represente estudiantil de la universidad
libre sede Cartagena, a quien le expusimos el caso y le manifestamos lo
sorprendidos que estábamos por cuanto fue una decisión que no fue
notificada a los estudiantes de manera formal.
9. Conforme a ello optamos por elevar una petición formal a las directivas
nacionales, preguntándoles acerca de las implicaciones que tiene el
nuevo acuerdo y proponiendo que por favor tuvieran en cuenta la
situación de los egresados no graduados; quienes adquirimos esta
calidad antes de la emisión de dicho acuerdo y por jurisprudencia
emitida por la Honorable Corte Constitucional, se nos debe aplicar la
normatividad que fue adoptada y aceptada, al momento de firmar el
contrato de matricula académica. Que en nuestro caso fue firmado el
último contrato de matrícula a mediados de 2019 hasta el mes de mayo
de 2020, mes en que finalizo nuestro pensum académico de quinto año
de derecho.
10. Las directivas a nivel nacional a través de un comunicado de fecha 02
de septiembre de 2020, dieron como respuesta que solo previeron dos
situaciones que son las siguientes:
- los egresados no graduados quienes, previa cancelación de los
derechos pecuniarios, al momento de entrada en vigencia del
acuerdo 01 del 23 de junio de 2020 ya habían iniciado el seminario
de actualización.
- Egresados no graduados que no iniciaron al seminario de
actualización con anterioridad al 23 de junio de 2020 y que habían
cancelado los derechos pecuniarios correspondientes, habiéndose
alcanzado para el momento un número mínimo de participantes.
11. De la respuesta emitida por las directivas nacionales concluimos que
no se tuvo en cuenta nuestra situación ni la normatividad que se nos
debe aplicar conforme a nuestro último reglamento; de igual forma
tampoco previeron las solicitudes que se habían realizado con
anterioridad a la entrada en vigencia del acuerdo del 23 de junio de
2020. Conforme a ello y ateniendo a nuestra necesidad de ser
escuchados, presentamos un oficio antes las directivas de la universidad
libre sede Cartagena; donde aportamos evidencias de las solicitudes
realizadas con anterioridad y la iniciativa que tenemos de realizar los
seminarios de actualización o módulos de actualización como una
opción de preparatorios, toda vez que con ellos estamos aprovechando
una gran oferta académica y al tiempo cumplimos con un requisito para
optar por el titulo de abogado.
12. El 15 de septiembre de 2020 las autoridades de la universidad libre
sede Cartagena, dan repuesta a nuestro oficio y manifiestan “dar
traslado nuevamente a la rectoría nacional para que, en su buen juicio y
criterio, aborden lo ocurrido con aquellos estudiantes egresados no
graduados en la ciudad de Cartagena que, antes del 23 de junio de
2020 que es la data en la cual entró en vigencia el nuevo reglamento de
preparatorios, habían solicitado módulos de actualización”.
13. El 5 de octubre de 2020 la universidad libre sede Cartagena, manifiesta
que conforme a la respuesta enviada por las directivas nacionales “se
mantiene vigente, lo ya respondido por esta esta decanatura, desde el
15 de septiembre de 2020 y con el traslado evacuado ante la rectoría
nacional, NO ES POSIBLE APLICAR LOS MÓDULOS DE
ACTUALIZACIÓN A LA SITUACIÓN REFERIDA EN CARTAGENA.”
Este comunicado reafirma la negatividad de las directivas nacionales de
reconocer los derechos adquiridos por los egresados no graduados
antes de le emisión de este nuevo acuerdo que nos perjudica; de igual
forma permite evidenciar que las directivas nacionales están ignorando
las solicitudes de apertura, realizadas con anterioridad al acuerdo del 23
de junio de 2020. Ellas abrieron la posibilidad a quienes habían
cancelado derechos pecuniarios, conociendo de primera mano que sin
resolución no hay lugar a cancelar los derechos pecuniarios, de ahí que
surgiera nuestra insistencia en que se emitiera dicha resolución una vez
revisada nuestra solicitud.
14. Las modificaciones al reglamento entraron en vigencia el 23 de junio de
2020, fecha en la cual ya nosotros habíamos terminado
académicamente la carrera, con un reglamento donde se encontraba
vigente el acuerdo No. 15 de diciembre 4 de 2002 (Modificado por los
Acuerdos No. 02 de mayo 7 de 2003 y No. 02 de octubre 9 de 2007 , en
el cual, existe la oportunidad de realizar los seminarios de actualización
como opción de preparatorio; pero la universidad libre pretende
quitarnos los derechos adquiridos al momento de matricularnos en la
universidad hasta nuestra terminación académica que nos lleva a
ostentar la categoría de egresados no graduados.
15. Atendiendo a cada de las negaciones y desconocimientos de la
Universidad Libre Sede Cartagena, conforme a las ordenes impartidas
por las Directivas Nacionales, decidimos acudir a este mecanismo
subsidiario de carácter constitucional; con la finalidad sean amparados
nuestros derechos constitucionales a la educación, igualdad, debido
proceso y el principio de ultractividad de la ley.

FUNDAMENTOS DE DERECHO

AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
Dentro de la jurisprudencia de la honorable Corte Constitucional, se define a la
autonomía universitaria como una garantía constitucional; un derecho
consagrado en el art. 69 de la Constitución Política Colombiana, que permite a
las universidades elaborar sus principios institucionales y organigrama
administrativo. Sin embargo, a lo largo de su evolución jurisprudencial esta
Corporación ha establecido que este derecho no debe ser entendido como una
soberanía educativa, toda vez que dentro de ella existen límites que impiden la
violación a derechos fundamentales como la igualdad, la educación y el debido
proceso, especialmente de los estudiantes, quienes al final llegamos a conformar
una parte esencial dentro del desarrollo y evolución de la universidad.
La sentencia T- 277/16, evidencia el análisis de la Corte Constitucional en lo
concerniente a la autonomía universitaria y sus límites:
“… la autonomía universitaria es el fundamento de la potestad de las
universidades de darse sus propios estatutos y de la facultad de definir
libremente la filosofía y su organización interna. No obstante, como así ha
sido desarrollado por esta Corporación, la autonomía universitaria no es
absoluta y se encuentra limitada por las siguientes subreglas esbozadas por
la jurisprudencia constitucional en los siguientes términos:
a) La discrecionalidad universitaria, propia de su autonomía, no es
absoluta, como quiera que se encuentra limitada por el orden público, el
interés general y el bien común…
f) La autonomía universitaria es un derecho limitado y complejo. Limitado
porque es una garantía para el funcionamiento adecuado de la institución.
Es complejo, como quiera que involucra otros derechos de las personas…”
De otra arista, reconocemos que la universidad es titular del derecho de
autogobernase y que, como consecuencia de ello, está en la capacidad de expedir
un reglamento donde asienten principios y normatividades. Pero no podemos
consentir que la ejecución de su derecho, vulneren derechos de los estudiantes
adquiridos previamente, ya sean de planta o egresados no graduados. Puesto que
existe la obligación por parte de la universidad de tenernos en cuenta al
momento de tomar decisiones, aun mas si están en la capacidad de afectar
directamente el proceso formativo para obtener nuestro grado; para ello es
necesario que se nos interrogue, se difunda la información y se haga sentir y ver
que los acuerdos expedidos por parte de la Universidad son en pro del
estudiantado y no una decisión arbitraria. Esta obligación no es un capricho del
estudiantado, ya que posee respaldo jurisprudencial desde la Sentencia T–
1465 de 2019 donde se establece lo siguiente:
“los reglamentos universitarios deben analizarse, entre otras, bajo una
perspectiva de derecho-deber; en el cual “el estudiante puede conocer las
opciones y alternativas que contribuyen a definir su futuro en la institución,
mostrándole cuales son los derechos, prerrogativas y garantías que le
asisten en el ambiente académico; y por otro, le indica las exigencias de la
institución, lo que va de la mano con las obligaciones, deberes y
responsabilidades reciprocas”

Conforme a lo anterior, afirmamos que La Honorable Consiliatura Académica


De La Universidad Libre al momento de tomar la decisión, que hoy nos lleva
acudir a este mecanismo de protección Constitucional, no dimensiono la
traumática repercusión que esta generaría en a los estudiantes que ya venían
siguiendo un proceso y que se han quedado a medias, ya que se nos han
coartado nuestros derechos como estudiantes. Impetuosa y arbitraria decisión
que fue tomada de manera siniestra durante la pandemia por el covid- 19. Es
por ello que el haber modificado la función de los tradicionales seminarios de
actualización los cuales tenían la opción de homologación de preparatorios, para
nosotros los estudiantes no graduados, que ya habíamos solicitado hacer uso de
esta herramienta y que se nos tuvo a la espera, generándonos falsas
expectativas. Tal hecho ha comportado una carga económica mayor para
nosotros quienes terminamos académicamente con el reglamento anterior y
contratamos con la universidad bajo las directrices del mismo, pues ahora se
nos ha impuesto una obligación más grande y quitado la oportunidad, respecto
a nuestros compañeros anteriores, toda vez que a la fecha solo cumplen la
función de curso de actualización, pero no son homologables, lo que nos obliga a
pagar el examen preparatorio por individual. Acto totalmente desigual, teniendo
en cuenta que nuestros compañeros egresados no graduados, anteriores a
nosotros, y que terminaron bajo el reglamento de preparatorios que nos cobija
al momento de nuestra culminación académica, si tuvieron la oportunidad de
gozar íntegramente de este beneficio.

El derecho se transforma conforme a los cambios sociales y sus áreas jurídicas


no son ajenas a estas transformaciones, por el contrario, tocan directamente el
ordenamiento normativo que se encuentre vigente al momento en que se
presenta el fenómeno causante de la variabilidad; es por ello que realizar un
seminario de actualización homologable no es un capricho sino una necesidad,
y quitarle esta oportunidad a los egresados no graduados, como una opción de
preparatorio es un acto desproporcional e injusto, que fractura los límites de la
autonomía universitaria; por cuanto se nos está vulnerando el derecho
fundamental a la igualdad, ya que compañeros en la misma condición de
nosotros y con un mejor panorama económico, si tuvieron el espacio de utilizar
esta herramienta. Y nosotros que recientemente hemos terminado
académicamente nuestros estudios, conforme un reglamento de preparatorio
que nos permitía realizar el seminario de actualización como una modalidad de
preparatorio; tengamos vernos obligados a enfrentarnos a un solo escenario,
porque pagar los dos superaría los costos económicos frente a nuestros ingresos.
Sin dejar a un lado que se presentaron solicitudes para la apertura de algunos
seminarios de actualización con anterioridad a la expedición del acuerdo No. 1
del 23 de junio de 2020, y solo después de su emisión la Universidad Libre nos
dice que ya no tenemos la oportunidad de realizar los seminarios de
actualización como una opción de preparatorio; transgrediendo
reiterativamente nuestro derecho fundamental a la igualdad, contemplado en el
art. 13 de la constitución política de 1991.
La Sentencia T- 239/18, expresa la protección de los derechos
fundamentales frente al derecho de la autonomía universitaria y evidencia que
el ejercicio de este debe prever el respeto y la conservación de los derechos
fundamentales de cada uno de los derechos estudiantes, toda vez que el nuevo
reglamento jamás nos fue socializado.
“la autonomía universitaria bajo ninguna de estas dimensiones ampara
aquellas actuaciones que afectan injustificadamente los derechos
fundamentales de los miembros de la comunidad universitaria y que, al ser
arbitrarias, no se ajustan a parámetros de razonabilidad y
proporcionalidad. De ese modo, la autonomía universitaria no implica una
potestad absoluta y su ejercicio encuentra sus límites en la imposibilidad de
desconocer los derechos fundamentales de sus trabajadores y estudiantes”.
(Sentencia T-239/18)
“… Esta facultad de autogobierno concedida por la Carta Política para
regular sus procesos administrativos internos, sus normas académicas y su
concepción ideológica, se encuentra limitada por: “(…) la Constitución, el
respeto a los derechos fundamentales de la comunidad universitaria y, en
especial, de los estudiantes, y la legislación, que fija los términos mínimos de
organización, prestación y calidad del servicio, cuya verificación es
realizada por el Estado…” (Sentencia T-106/19)
Ahora bien, es pertinente establecer que, como consecuencia de la vulneración a
derechos fundamentales, producto de la superación de los límites establecidos al
derecho de la autonomía universitaria; se contraviene el derecho al debido
proceso, quien también es un derecho fundamental e impide que la autonomía
universitaria se trasforme en autoritaria y arbitraria. De acuerdo a la sentencia
T- 106 de 2019 se dice que:
“También se ha encontrado vulnerado el derecho al debido proceso, entre
otros eventos… cuando la institución educativa aplica
retroactivamente su nuevo reglamento, en perjuicio de los
estudiantes (T-886 de 2009.) y cuando cambia la aplicación o
interpretación de sus reglamentos, sin darla a conocer a sus
estudiantes, y con ello, les impone nuevas cargas para cumplir
sus requisitos de grado (T- 152 de 2015) …”
El debido proceso se encuentra consagrado en el art. 29 de la constitución
política, su ejercicio va envestido de principios como el de legalidad y buena fe, y
tiene plena vigencia dentro de toda actuación administrativa que ejecuten las
instituciones de educación superior. La sentencia T 617/11 hace referencia a la
calidad que ostenta el debido proceso dentro de toda institución de educación
superior y la función garantistas que tiene en la conservación de derechos
fundamentales como el de la educación.

- “Si bien las autoridades cuentan con la potestad constitucional de crear el


marco normativo que regule las diversas actividades del centro y de darles
aplicación, éstas no pueden perder de vista que deben velar, en todo caso, por la más
amplia garantía de los derechos fundamentales de los administrados, entre otros, la
educación y el debido proceso”
- “Lo anterior implica el respeto estricto de las garantías propias del debido
proceso en sí consideradas, como el derecho de defensa, la aplicación del
procedimiento previamente establecido, la motivación de los actos, los principios de
la doble instancia y de favorabilidad”
Es por ello que, conforme a los apartes de la sentencia subrayada con
anterioridad, es posible establecer una vulneración de este derecho con el
cambio del reglamento de preparatorios y con la intención de la universidad en
querer aplicarlo a estudiantes egresados no graduados, que ostentamos esta
calidad antes del 23 de junio de 2020, el acuerdo No. 1 del 23 de junio de 2020
retroactivamente, aun con los perjuicios económicos, profesionales y educativos
que esto nos acarrea.
ULTRACTIVIDAD DE LA LEY - PRINCIPIO TEMPUS REGIT
ACTUS
La ultractividad de la ley esta íntegramente relacionada con el principio
“Tempus Regit Actus”, el cual se encuentra dentro de la teoría general del
derecho y traduce:
“la norma vigente al momento de sucederse los hechos por ella prevista es la
que se aplica a esos hechos, aunque la norma haya sido derogada después ,
es decir, las normas derogadas se deben seguir aplicando a los hechos
ocurridos durante su vigencia.” (sentencia 763-02).
Así pues, con miras en lo anterior, es permisible que la Universidad Libre
atienda nuestro llamado en aplicar a los estudiantes egresados no graduados, el
reglamento de preparatorios previsto en el acuerdo No. 15 de diciembre 4 de
2002 (Modificado por los Acuerdos No. 02 de mayo 7 de 2003 y No. 02 de
octubre 9 de 2007); el cual permite realizar los seminarios de actualización
homologables como preparatorias de grado, mismo que se encontraba vigente
al momento de nosotros firmar el contrato de matrícula, hasta la finalización de
nuestras actividades académicas.
Conceptos emitidos en consultas realizadas al Ministerio De Educación en
reiteradas ocasiones, evidencian los parámetros en que las instituciones
superiores deben aplicar sus reglamentos; sin desconocer situaciones que se
presentaron con posterioridad a la emisión de los mismo. Respaldando la actual
situación de nosotros, los egresados no graduados:
“cuando el estudiante se matriculó en la institución lo hizo bajo las condiciones
señaladas en el reglamento vigente a esa fecha, en consecuencia, y como lo señaló
la Corte Constitucional, la institución de educación superior no puede aplicar las
normas contenidas en nuevos reglamentos a situaciones que han quedado definidas
bajo un régimen normativo anterior.” (Conceptos 2012ER35660 y 2012ER59109)
Por esta razón, es pertinente evocar el principio de la irretroactividad, el cual
establece la posibilidad que las normas no tengan efectos hacia atrás en el
tiempo, debido a que inician su aplicabilidad desde su fecha de promulgación.
Situación en la que encajamos de manera perfecta y dentro de esta premisa
porque nuestra calidad de egresados no graduados, la ostentamos antes del 23
de junio de 2020, fecha en que se expide el nuevo reglamento sin tener en cuenta
la situación de los egresados no graduados que firmaron el contrato de matrícula
y terminaron académicamente antes de la expedición de dicho acuerdo;
tampoco previeron las solicitudes de apertura de los seminarios de actualización
que se realizaron con anterioridad al acuerdo No. 1 del 23 de junio de 2020.

“Si los reglamentos académicos de las universidades tienen sustento constitucional


(arts. 67, 69 y 365) y poseen, como se ha visto, un valor normativo similar a los
reglamentos administrativos expedidos por las autoridades públicas,
constituyendo por lo tanto normas particulares de derecho aplicables dentro del
ámbito universitario y con fuerza obligatoria para sus destinatarios los educandos
adscritos al respectivo programa académico necesariamente hay que concluir que
también a dichos reglamentos les es aplicable el principio de la irretroactividad de
la ley y, en general, de las normas jurídicas, según el cual estas empiezan a regir a
partir de su expedición y promulgación, lo cual es garantía para la protección de
las situaciones jurídicas que han quedado consolidadas bajo la vigencia de una
determinada normatividad (sentencia T- 617/11)”

La renuencia en ignorar este llamado y desconocer los principios señalados


previamente, estaría ignorando no solo la aplicabilidad de la ultraactividad e
irretroactividad de la ley en si mimas, sino que llega a transgredir el principio
constitucional de la favorabilidad; el cual se ha previsto jurisprudencialmente
en sentencias proferidas por la Honorable Corte Constitucional, como un
principio que supera el derecho de la autonomía universitaria. Así se deja ver en
la sentencia T – 617/11

“Si bien esta Corporación reconoce plenamente la autonomía universitaria con que
cuenta el ente accionado y en virtud de la cual puede expedir e interpretar su
propia reglamentación, considera que esta facultad no le otorga la posibilidad de
actuar al margen de los principios constitucionales, como el de favorabilidad, ni
mucho menos desconocer con ello los derechos fundamentales de quienes integran
la comunidad universitaria”

“Es por ello que las instituciones universitarias no pueden válidamente dictar
reglamentos con efectos retroactivos o aplicarlos reglamentos con dichos efectos a
situaciones que han quedado definidas o consolidadas bajo un régimen normativo
anterior. Hacerlo desconoce los artículos 58 y 83 de la Constitución
Política que consagran el respeto por los derechos adquiridos, el
principio de la buena fe y la confianza legítima”

Los egresados no graduados, que han culminado académicamente cada una de


las asignaturas, tenemos derecho a que se nos aplique la ley más favorable que,
en este caso, sería aquella donde se estipula realizar los seminarios de
actualización como una modalidad de preparatorio. Ahora bien, se hace claridad
que los reglamentos universitarios al ser privados, no están exonerados de
atender esta clase de principios; debido a que sus actuaciones se equiparan a
estatutos administrativos expedidos por las autoridades públicas. La
universidad está en la obligación de garantizar el principio de la favorabilidad,
atendiendo los sustentos facticos y jurídicos que nos rodean como estudiante y
futuros profesionales, entendiendo que no es justo aplicar nuevas exigencias a
los estudiantes que han consolidado derechos bajo el régimen normativo
anterior.

“Así, una interpretación válida constitucionalmente debe sujetarse al principio de


favorabilidad que implica que si hay duda en la aplicación de dos disposiciones que
arrojen consecuencias jurídicas distintas, la autoridad debe optar por aquella que
garantice más ampliamente los derechos fundamentales en juego y en ningún caso
por aquella que termine haciéndolos nugatorios. De igual manera, no puede
apartarse del principio de irretroactividad, en cuanto no puede afectar con
reglamentos que entren en vigencia con posterioridad, situaciones académicas
consolidadas en detrimento de los derechos fundamentales de las personas que se
vean afectadas (sentencia T – 617/11)”

Tenemos dos acuerdos y en el análisis de ellos, el acuerdo No. 1 de 23 de junio


de 2020 nos deja en desventaja, quitándonos derechos previamente adquiridos,
coartando la posibilidad de realizar los semanarios de actualización como una
opción de preparatorio, como han tenido la posibilidad de realizar todos
nuestros antiguos compañeros quienes contrataron con la Universidad y
terminaron académicamente al igual que nosotros bajo las directrices del
Acuerdo No. 15 de diciembre 4 de 2002 (Modificado por los Acuerdos No. 02 de
mayo 7 de 2003 y No. 02 de octubre 9 de 2007. Tal hecho comporta una falta
grave a nuestros derechos, pues la desmejora de los mismos ha acarreado el
pánico y la incertidumbre entre el estudiantado que se ha visto inmerso en esta
calamitosa situación, al cual se les ha afectado su proceso de culminación.

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