Está en la página 1de 9

FACULTAD DE CIENCIAS CONTABLES, FINANCIERAS Y

ADMINISTRATIVAS
ESCUELA PROFESIONAL DE ADMINISTRACION

TEMA:

EL PROCESO CONCURSAL DEL CLUB UNIVERSITARIO


DE DEPORTES Y ALIANZA LIMA

CURSO:
DERECHO COMERCIAL

DOCENTE:
MGTR. JOSE DANIEL MONTANO AMADOR

INTEGRANTES:
 DIOS CÓRDOVA, ANGELA KARELY
 MATHIOS CASTRO, SERIO AUGUSTO

CICLO:
II
CHIMBOTE-PERU
2021
EL PROCESO CONCURSAL DEL CLUB UNIVERSITARIO DE
DEPORTES
El 10 de agosto del 2020, se reunió la Junta de Acreedores del Club Universitario de Deportes,
que designó a la abogada Sonia Alva como nueva administradora del mencionado club. Al día
siguiente, se convocó una junta de acreedores para evaluar el rumbo a seguir ante la complicada
situación de insolvencia y endeudamiento que atraviesa el club hace ya más de una década. Esta
situación despertó en los seguidores del mencionado equipo de fútbol profesional una enorme
preocupación, ya que a lo largo de la existencia de Alva Legal (consultora de la que es socia
fundadora la actual administradora), esta participó en once procesos concursales y llevó a cabo
diez procedimientos de liquidación. Con esas cifras y ante la situación verdaderamente crítica
del club (los sueldos de jugadores y trabajadores de los dos últimos meses no han sido
abonados), la decisión de llevar a cabo la liquidación del club era algo completamente factible.
Si a ello le agregamos el hecho de que, el año pasado, Gremco Corp retomó su posición como
principal acreedor luego de que se revocara la decisión del Vigésimo Cuarto Juzgado
Especializado en lo Contencioso Administrativo de Lima (la Resolución No 7 del 17 de abril del
2019), la situación se tornaba complicada.

PROCEDIMIENTO CONCURSAL ORDINARIO

Muchos recordarán la famosa Ley para la reestructuración económica y de apoyo a la actividad


deportiva futbolística en el Perú (Ley 29862 que pasó a reemplazar al Decreto de Urgencia 010-
2012), promulgada el 6 de mayo del 2012, y que funcionó como salvavidas para diversos clubes
emblemáticos de nuestro fútbol nacional (Universitario de Deportes, Alianza Lima, FBC
Melgar, Sport Boys Association). Esto último se debe a que la norma proponía un
procedimiento concursal especial para “todas las personas jurídicas, cualquiera sea su
naturaleza, que realicen actividades deportivas futbolísticas” en el cual no era posible que los
acreedores opten por la temida liquidación; las demás disposiciones eran casi idénticas a las del
procedimiento concursal ordinario. Si bien Universitario se acogió a este régimen especial, el 14
de julio de 2016 la Sala Especializada en Procedimientos Concursales declaró que el club varió
del régimen especial de la mencionada Ley al régimen concursal ordinario. Desde este punto,
existe la posibilidad que los acreedores opten por la liquidación del club.

El procedimiento concursal se encuentra contemplado en la Ley General del Sistema Concursal


(Ley 27809) y se produce cuando un deudor se encuentra en una situación de insolvencia (no
puede cumplir con sus obligaciones). Este puede dar inicio tanto por solicitud de los acreedores
como del propio deudor, bajo ciertos requisitos para cada uno de los casos (artículos 26 y 24 de
la Ley respectivamente). Una vez se solicita el inicio del procedimiento a la Comisión de
Procedimientos Concursales de Indecopi y pasa a ser aprobado, este se difunde mediante el
diario oficial El Peruano.

A partir de la publicación del aviso acerca de la situación de concurso, se producen tres efectos
respecto del patrimonio del deudor. En primer lugar, se suspende la exigibilidad de las
obligaciones del deudor, es decir, que no se capitalizarán intereses ni se devengarán intereses
moratorios. Este efecto es únicamente hasta que la Junta de Acreedores apruebe el Plan de
Reestructuración, el Acuerdo Global de Refinanciación o el Convenio de Liquidación.

En segundo lugar, se otorga un marco legal al patrimonio del deudor. Este marco impide que
proceda medida cautelar alguna contra sus bienes; sin embargo, no se afecta a las medidas
pasibles de registro o que no impliquen la desposesión de los bienes o no afecten el
funcionamiento del negocio/actividad. De esa forma, los bienes no podrán ser ejecutados
judicialmente o extrajudicialmente pese a que se encuentren afectados por garantías. De esta
forma se salvaguarda la integridad del patrimonio para asegurar el pago a los acreedores.

Finalmente, el juez podrá declarar ineficaces e inoponibles los actos de disposición que afecten
al patrimonio y hubiesen acontecido dentro del año anterior a la presentación de la solicitud para
acogerse al procedimiento concursal ante la demanda de uno de los acreedores o del
administrador. Estas observaciones también pueden realizarse a las disposiciones producidas
hasta la designación de la administración o la suscripción del Convenio de Liquidación.

JUNTA DE ACREEDORES

Luego de repasar qué involucra el procedimiento concursal en líneas generales, es menester


entender qué implica la Junta de Acreedores, de los cuales Gremco Corp es el principal. La
Junta de Acreedores se encuentra conformada por todos aquellos que tengan obligaciones
impagas de parte del deudor. Estos se integran a la Junta una vez que sus créditos son
reconocidos; esto último debe solicitarse ante la instancia correspondiente de Indecopi (junto
con la documentación e información necesarias) dentro de los 30 días siguientes a la
publicación del aviso de la situación de concurso. Todos aquellos que han sido reconocidos
como acreedores podrán participar con voz y voto en la junta. La participación de estos será
proporcional al monto de su acreencia. Es decir, si tenemos una empresa A que debe 100 entre
B, C y D, estos participarían en la eventual Junta de Acreedores de manera proporcional a la
deuda que corresponde a cada uno. Si a B se debe 27, este tendrá una participación del 27% en
la Junta; de igual manera en el caso de C, a quien se debe 43, participará con un 43%; y D, a
quien se debe 30, participará con un 30%.

Una vez finalizado el reconocimiento de los créditos, .se convocará a la instalación de la Junta
de Acreedores que requerirá la presencia de acreedores que representen como mínimo el 66.6%
de los créditos reconocidos en primera convocatoria y bastará con quienes estén presentes
cuando se trate de segunda convocatoria. Desde este punto, la Junta de Acreedores asume las
funciones del órgano de máxima jerarquía y procederá a designar al administrador para hacer
frente al proceso de reestructuración patrimonial o, en su defecto, al liquidador encargado de la
disolución y liquidación de la institución.

¿Pero cómo se llega a los dos resultados antes mencionados? Cuando se instala la Junta de
Acreedores, esta tiene la potestad de decidir el destino del deudor. Es el artículo 51.1
precisamente el que contempla las posibilidades antes mencionadas (restructuración o
liquidación). Sin embargo, por disposición del artículo 53.1, para que la Junta de Acreedores
decida la aprobación del Plan de Reestructuración o del Convenio de Liquidación se requerirá el
voto de los acreedores que representen por lo menos el 66.6% de los créditos reconocidos, en
caso de primera convocatoria. En segunda convocatoria se mantiene el porcentaje, pero respecto
del total de los créditos asistentes a la Junta. Para toda otra decisión bastará con un voto superior
al 50% bajo las mismas reglas anteriores (50% de créditos reconocidos en primera convocatoria
y de créditos presentes en segunda convocatoria).

Si se desea optar por una Reestructuración Patrimonial, el deudor deberá presentar una
propuesta de Plan de Reestructuración que contenga mínimamente un cronograma de pagos
donde se contemple la cancelación de todas las deudas existentes, así como el monto y el modo
de pago de cada una. Asimismo, este puede contener un listado de acciones a ejecutar por la
administración, propuestas de financiamiento para la continuación de la actividad, entre otros
detalles presentes en el artículo 66.2. De esta forma, el plan de reestructuración es el documento
que desarrolla cómo se sacará al deudor de su situación de insolvencia en un determinado plazo.
Sin embargo, debe hacerse hincapié en el artículo 67 de la Ley General del Sistema Concursal
que desarrolla las consecuencias de la aprobación del plan y de su eventual incumplimiento. El
artículo 67.4, para ser más exactos, contempla que ante el incumplimiento de los términos y
condiciones establecidos en el Plan de Reestructuración, puede determinarse la disolución y
liquidación del deudor a pedido de cualquiera de los acreedores.

DESENLACES POSIBLES

Para empezar, debemos recalcar que el Plan de Reestructuración actual fue aprobado el 23 de
febrero del 2017, la Junta de Acreedores del día 11 de agosto de 2020 tenía precisamente como
punto de agenda la modificación de este Plan. ¿A qué se debe esto último? Sucede que
Universitario de Deportes se encuentra en una situación de incumplimiento respecto a su Plan
de Reestructuración, pues determinados objetivos referidos a habilitaciones urbanas e
independización de predios del club no han sido cumplidos en el plazo establecido (de hecho,
siguen sin cumplirse), aparte del incumplimiento en el pago de varias acreencias en general.
Como señalamos anteriormente, la Ley del Sistema Concursal habilita a los acreedores a
solicitar la disolución y liquidación del deudor, lo que implicaría la venta de todos los activos
del club para pagar con ello las deudas hasta donde sea posible. En caso quedaran deudas
impagas y ningún activo con el cual poder cancelarlas, el club solicitaría ante el Juez
Especializado en lo Civil la declaración judicial de quiebra (artículo 99). Esta declaración es
publicada en El Peruano por dos días y comunica la incobrabilidad de las deudas y la extinción
del patrimonio del deudor.

Entonces surge otra pregunta, ¿por qué no se ha solicitado la liquidación hasta ahora? Como se
mencionó, existe el famoso temor a Gremco Corp por ser el acreedor mayoritario con
aproximadamente 58.31% de las acreencias del club, sin embargo, no le sería conveniente pasar
inmediatamente a un proceso de disolución y liquidación. Esto debido al orden de preferencia
para el cobro entre los acreedores presente en el artículo 42.1:

PRIMERO: Pagos a trabajadores (remuneraciones, beneficios sociales, pagos al sistema de


pensiones, etc.)

SEGUNDO: Créditos alimentarios (referidos al pago de alimentos para hijos o cónyuge)

TERCERO: Créditos que cuentan con alguna garantía

CUARTO: Créditos de origen tributario

QUINTO: Créditos no comprendidos en los anteriores órdenes

José Gamarra, representante de Gremco Corp señaló precisamente que, si se optara por pedir la
liquidación, sería esta empresa de las que cobraría en último lugar luego de que todos los
acreedores de los cuatro primeros órdenes hubiesen satisfecho sus acreencias. Esto es un
inconveniente porque puede darse el caso en que los activos del club no fueran suficientes y se
tenga que declarar la quiebra; de esta forma, podrían no ver satisfechos el cobro total de su
acreencia. Posiblemente SUNAT, también acreedora, no tenga la misma consideración si
apreciamos que se encuentra un orden por encima de Gremco Corp y es el segundo mayor
acreedor del club; sin embargo, sería caer en la especulación el querer descifrar la decisión que
pudiese tomar esta institución en la Junta.

Ahora, más allá de un posible pedido de liquidación a futuro, ¿qué implica la reforma del Plan
de Reestructuración? Como se señaló, se busca ampliar el plazo de cumplimiento para los
objetivos planteados en el Plan, pero, sobre todo, el pago a los acreedores. Por ello la propuesta
de reforma es ampliar el plazo de pago de las acreencias totales (aproximadamente 160 millones
de dólares) hasta setiembre de 2021. En caso se apruebe esta reforma, no cabría pedir la
liquidación del club hasta que finalice el plazo y no se hubiese culminado de cancelar las
deudas. Si se presentara este último escenario, se volveríamos al mismo punto en que se tenga
de que decidir una eventual liquidación o una nueva reforma del Plan de Reestructuración
otorgando un nuevo plazo.

Las administraciones que ha tenido Universitario a lo largo de estos años han sido
verdaderamente insatisfactorias con miras al objetivo principal: saldar la deuda de
aproximadamente 160 millones de soles. En este sentido, la situación de Universitario de
Deportes es insostenible si se busca cancelar la deuda manteniendo intactos los activos del club.
La institución no solo se ha mantenido en una situación de incumplimiento respecto a las deudas
anteriores al inicio del procedimiento concursal, sino que ha generado año a año más deudas. Si
buscamos verdaderamente la profesionalización de nuestro futbol, no es posible admitir que
exista en la primera división un club cuyas obligaciones continúen en incumplimiento pese a
que ya han pasado ocho años desde que se inició el proceso concursal. Si se desea evitar la
temida liquidación será necesario desprenderse de activos para obtener liquidez que permita el
pago de las deudas que el club ha arrastrado por años.

Ya sea que se opte por una venta progresiva de los activos de Universitario o se llegue a la
disolución y liquidación de la institución, me quedo con la reflexión que hizo Alfredo Bullard
en aquel artículo publicado en El Comercio el 10 de marzo del 2012 con motivo de la
publicación del Decreto de Urgencia 010-2012: “Más vale un final horrible que un horror sin
fin”. Si se tiene una institución que no genera suficiente dinero como para pagar sus deudas y no
hay atisbos de mejora, será mejor liquidarla, pagar a los acreedores hasta donde sea posible y
empezar nuevamente desde cero.
CASO UNIVERSITARIO

El plan de reestructuración de este club muestra que la deuda bordea los US$151


millones, y el principal acreedor es la constructora Gremco (con poco más del 50%),
seguido por la Sunat (34,8%).

El exadministrador del club Carlos Moreno, designado por Gremco, explicó que los
créditos de la constructora se dividen en los de capital (US$28 millones) y los de
intereses del capital (US$31 millones). A ello se deben agregar los réditos generados
anualmente.

A la fecha, los dos principales acreedores llevan un proceso judicial desde hace varios
años. Las resoluciones determinan quién asume la presidencia de la junta de acreedores
y, por ende, asigna al administrador del club.

Desde setiembre, la ‘U’ es gestionado por Raúl Leguía, luego de que la Sunat asumiera
el mando de la junta.

Hace unos días, Leguía señaló a El Comercio que en febrero propondrán ampliar los
plazos del plan, que contempla gestionar los activos inmobiliarios (Campomar, estadio
Lolo Fernández y Monumental) para generar ingresos y saldar la deuda.

Este pedido responde a que en febrero vence el “período inicial” del plan, para el cual se
debieron realizar trámites que revaloricen los predios. Pero ello no ocurrió. En este
contexto, puede proceder la liquidación del club. Sin embargo, el representante legal de
Gremco, José Gamarra, adelantó que apoyarán cualquier solicitud de prórroga que se
encuentre sustentada. “Ni a ellos ni a nadie le conviene liquidar a la ‘U’, ni vender los
activos”, añadió Leguía.
CASO ALIANZA LIMA

La deuda concursal de Alianza Lima se fijó en S/47 millones. Cuando ingresó a este
proceso, la Sunat era el acreedor principal. Sin embargo, en junio último, un grupo de
inversión denominado Fondo Blanquiazul adquirió gran parte de esas acreencias, lo que
le permitió asumir la presidencia de la junta tres meses después.

Según explicó Renzo Ratto, quien fue el administrador entre octubre del 2016 y
diciembre último, el esquema de pagos consiste en cancelar cuotas cuatrimestrales, que
se incrementan cada año. Se tiene como objetivo saldar toda esta deuda en el 2028.

En octubre, Ratto dijo a El Comercio que habían cancelado tres de las cuatro cuotas
fijadas para el 2019 y que no habría problemas para cumplir con la cuarta.

La gerencia general del club recae ahora sobre Kattia Bohórquez, quien fue designada
por el Fondo Blanquiazul. Ella prefirió no declarar.

También podría gustarte