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El Árbol de la vida, Spinoza y Dios.

-Martin Albillos – 3º Filosofía y Ciencias Políticas -Teoría del conocimiento I


“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién

ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas

sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se

regocijaban todos los hijos de Dios?”1

Algo que parece ser inmutable dentro de la narración independientemente del

medio en que se muestre es que el personaje siempre suele tener un objetivo claro y un

conflicto definido dentro de la historia, ya sea un conflicto con el otro, con el entorno o

consigo mismo. Lo verdaderamente raro es cuando no se da ninguno de estos casos y los

personajes no tienen un camino muy definido en la historia, no se sabe muy bien para

donde van o lo que quieren alcanzar, esto es lo que hace más particular a El árbol de la

vida (2011) de Terrence Malick. El director organiza la película de manera que primero

presenta brevemente a los personajes principales que son los miembros de la familia

O´Brien, luego introduce el tema ante el que gira la cinta que se corresponde con el

fallecimiento del hermano menor a los 19 años y, a través de una secuencia de imágenes

relacionadas con la vida y la muerte, en las que vemos la creación de la Tierra, el

nacimiento de la vida y la lucha por la supervivencia, Malick afianza el tema sobre el que

trata la película y nos da la pauta de que esto lo trata un nivel más general, advierte que

la cuestión no es el caso puntual de esta familia que vemos en el filme y nos dice que la

familia es solo un medio o ejemplo de un aspecto mucho más abarcativo del que habla la

cinta; tanto se trata de quitarle la identidad o protagonismo de los personajes en sí que

casi no se mencionan los nombres de estos. Es por este motivo que la película está

estructurada con pequeñas secuencias que se presentan a lo largo de la cinta y que en

principio pareciera que no tienen una relación causal, sin embargo, después nos damos

cuenta que están unidas por algo, pues si bien no hay un elemento que se desarrolla de

1
La Biblia de Estudio “Dios Habla Hoy” (2002), Sociedad Bíblica: Job 38: 4,7.
principio a fin en la película, sí funcionan de manera conjunta, es decir, a través de todas

estas cortas secuencias lo que trata de hacer el director es retratar las pequeñas cosas que

nos forman a nosotros, los seres humanos, y lo que hacen a la vida y la muerte. Es por

esto también que las secuencias que utiliza y experiencias que muestra son cosas que

universalmente asociamos con lo positivo o lo negativo. Hay choques entre el severo

padre y sus hijos que sin embargo no están tratados como un conflicto ya que no hay una

búsqueda marcada por solucionar o cambiar esto de ninguna de las dos partes, más bien,

esto acaba siendo un disparador para mostrarnos las situaciones que marcan y forman al

hermano mayor, ya que pesa más el dónde está que a dónde se dirige. No hace falta que

estos momentos sean grandes o generen un cambio radical en el comportamiento del

personaje sino que las pequeñas cosas son las protagonistas, como el primer contacto con

la muerte, con la maldad, con la rebeldía, los conflictos que arroja la vida, la presión social

y, en definitiva, las pequeñas frases y situaciones que nos marcan, que nos hacen

acercarnos o alejarnos de ciertas personas, todo lo que nos forma y nos hace ser quienes

somos; eso es lo que trata esta película, la vida en sí misma y, es que, tras asumir la escena

en la que la familia planta un árbol en su jardín entendemos que a esto mismo y a la forma

general que toma el tratamiento de la historia es que remite el título de la película: la vida

que trasciende a nuestra vida y que está en constante desarrollo. A pesar de que El árbol

de la vida (2011) tiene un toque religioso, esta película, así como 2001: Odisea en el

espacio (1968) de Stanley Kubrick, acaba con un final que muchos no saben interpretar

y tiene un toque más, podemos decir con cuidado, existencialista; esto es porque la familia

es cristiana prácticante. Para esto el director utiliza dos recursos, concentrarse en cómo

los personajes expresan o dejan de expresar ante las situaciones y que estas situaciones

que se presentan sean tan universales y comunes que todos nosotros las hayamos

experimentado en algún momento de nuestras vidas. Así terminamos identificándonos


con los personajes y viendo lo que Malick nos muestra en nuestras propias experiencias,

por ello más que religión es un desglose de como nos formamos y entendemos las

personas. Es aquí cuando podemos asociar lo que hemos visto en pantalla con la filosofía

de Spinoza, por diversos motivos. En primer y más evidente lugar encontramos que

existen dos modos que son los que nos forman a los humanos pues son los únicos que

podemos percibir, la extensión y el pensamiento, o, lo que es lo mismo la experiencia y

la razón, que asociamos rápidamente a la dicotomía que plantea el comienzo de la película

entre la naturaleza y la gracia. Pero lo más interesante que se plantea es cómo los

humanos, aunque se nos eduque desde la cuna en una religión, no podemos empezar el

proceso de nuestra comprensión humana desde la idea de Dios, 2 sino que primero hemos

de tener cierto tipo de experiencias relacionadas directamente con la reflexión propia. Es

decir, lo que estamos diciendo es que Spinoza en modo alguno empieza a discernir su

filosofía desde la idea de Dios; esto, que no es una teoría marginal pues existen diversos

autores que la comparten, es argumento de peso para afirmar, también, que el Dios de

Spinoza -o la concepción spinoziana de lo que es realmente Dios- no es tan inmanente

como comúnmente se afirma y que, por ende, se necesita de algún modo de la

trascendencia para explicar, no solo la idea de Dios, sino también nuestra forma de

entendimiento. Para ello nos vamos a apoyar en dos obras de Spinoza, su obra magna, la

Ética demostrada según el orden geométrico -de la cual únicamente vamos a utilizar la

primera parte, De Dios- y el Tratado de la reforma del entendimiento que vamos a utilizar

como justificación recurrente a lo que se pretende defender en este ensayo que es, en

2
Nos referimos al término empezar en cuanto a un proceso cronológico y no nos referirnos a que la
comprensión humana no pueda comenzar ontológicamente en la idea de Dios, ya que, esto
precisamente es fundamento necesario para lo que se va a relatar en las siguientes líneas; Dios como
único y necesario fundador del entendimiento humano por su condición misma de ser origen de todo.
último lugar, la necesidad de introducir en la filosofía de Spinoza la noción de

transcendencia.

Con motivo de lo que se defiende, vamos a comenzar dilucidando el contenido del

Tratado de la reforma del entendimiento3 pues nos va a servir para tener una idea de lo

que Spinoza entiende por la filosofía, así como, de su comienzo, forma y razón de ser.

Esto es radicalmente necesario, por lo que dotaremos de vital importancia a esta parte, ya

que todos los argumentos que aquí se expongan serán sobre los que se apoye la última

parte del ensayo. Esto ha de ser así y no es un capricho en vano, pues lo primero que

vamos a afirmar es que el TIE se trata de una especie de introducción a la propia filosofía

de Spinoza. Tanto es así por diferentes afirmaciones de estudiosos de la obra de Spinoza

en relación con indicios que aparecen en las notas del mismo manuscrito4, tema que no

vamos a tratar pues escapa de nuestra línea argumentativa, como por lo que se deduce de

su primera lectura en cuanto a que se presenta ante cualquiera como una especie de

manual de instrucciones organizado paso por paso para acceder al conocimiento auténtico

de la realidad, a la verdad.

Spinoza entiende la filosofía como el proceso que deriva en el conocimiento

adecuado de la realidad, un proceso puramente reflexivo e innato al ser humano que

elimina todas las trabas que se le ponen delante a la hora de conocer mediante el estudio

de la Naturaleza en sí misma, lo que conforma la necesidad ontológica del ser humano en

cuanto a un saber absoluto que solo puede remitir a una potencia de lo infinito. En este

momento podemos decir que se produce cierto tipo de confusión en cuanto a la filosofía

de Spinoza se refiere; esta es que, ante esta definición de filosofía tan apegada a lo real,

3
A partir de ahora denominaremos al Tratado de la reforma del entendimiento por su abreviatura
común TIE.
4
Sibilia, G. El Tratado de la reforma del entendimiento, o el discurso “contra” el método de Spinoza
(2017), Revista de Teoría y Filosofía Política Clásica y Moderna.
el filósofo holandés necesita que la exposición verdadera de lo real comience por aquella

idea de la que todo se deriva como es la idea de Dios, el ser perfectísimo5. Pero hemos

dicho la exposición verdadera de lo real, no que la filosofía, el proceso natural del

conocer, comience por aquí. Spinoza, en la primera “instrucción” que da en el TIE, afirma

que tras una serie de circunstancias decide voluntariamente orientar su atención hacia una

existencia plena que permita su permanente gozo:

La experiencia me enseñó que cuanto ocurre frecuentemente en la vida ordinaria es vano

y fútil; veía que todo lo que para mí era causa u objeto de temor no contenía en sí nada

bueno ni malo, fuera del efecto que excitaba en mi alma: resolví finalmente investigar si

no habría algo que fuera un bien verdadero, posible de alcanzar y el único capaz de afectar

el alma una vez rechazadas todas las demás cosas; un bien cuyo descubrimiento y

posesión tuvieran por resultado una eternidad de goce continuo y soberano.6

Es decir, el comienzo de su filosofía parte nada más y nada menos que de una decisión,

fundada por una voluntad o fe, de dirigir conscientemente el pensamiento hacia algo que

se intuye, que tiene que estar ahí o que tiene que ser de determinada manera; conocemos

algo que desconocemos con lo cual habremos de tratar de conocerlo en su totalidad para

obtener el conocimiento verdadero o la verdad en sí. Spinoza nos dice de manera literal

que tras la incertidumbre generada de la reflexión sobre diversas experiencias físicas de

la vida cotidiana que no hicieron otra cosa que procurarle ideas que por sí mismas se

definían como no óptimas, tomó la decisión racional y consciente de buscar aquello que

sabía que le faltaba, aquello eterno e imperecedero que solo puede ser una única cosa que

conceda un valor esencial a todas las pequeñas cosas que hay en el mundo; es decir, la

idea de Dios y la filosofía de Spinoza surgen de lo que podemos llamar la experiencia de

5
Deleuze, G. Spinoza y el problema de la expresión (1996) Muchnik Editores, Barcelona.
6
Spinoza, B. Tratado de la reforma del entendimiento (2000), elaleph.com.
tener ideas.7 Esto evidencia la dualidad sobre la que se mueve Spinoza -de la que haremos

mención constante a lo largo del ensayo- y del entendimiento humano, que se forma

siempre del conocimiento proporcionado por las experiencias y por las ideas, el plano

tangible y el inteligible.8 Esto liga a la perfección con lo que se observa en la película de

Malick sobre la dicotomía que se plantea ante la posibilidad de seguir el camino de la

naturaleza o el camino de la gracia, identificándose con el padre y con la madre

respectivamente. Como la teoría de Spinoza se fundamenta siguiendo la estela del

cartesianismo y durante el auge del desarrollo científico y tiene un fin puramente ético,

pues el propio Spinoza nos dice en el fragmento que identificábamos antes, que su

decisión se corresponde a su voluntad de alcanzar una vida plena, comúnmente se asocia

esta practicidad de su filosofía únicamente con el plano tangible. Se suele asociar lo

práctico con lo material, cuando, de hecho, no hay nada más práctico que las ideas, que

encuentran en su haber su propia practicidad con respecto a algo. De hecho, la filosofía

de Spinoza tiene un fin ético y para ello necesita de la propia filosofía, en cierta manera

nos anticipa la necesidad de lo teórico para que funcione lo práctico 9. Este factor de lo

práctico es asunción necesaria para considerar al Dios de Spinoza un ser inmanente o para

tildar a Spinoza de panteísta, algo que resolveremos más tarde.

Hemos dicho que Spinoza llega a Dios a través de la reflexión y la crítica, esto

exige necesariamente de un “método”, una serie de pasos adecuados que dirijan nuestra

atención hacia aquellas ideas verdaderas que nos garanticen la verdad que instintivamente

buscamos, no obstante, si queremos centrarnos en este método o lógica de la filosofía de

Spinoza nos vamos a encontrar con la sorpresa de que no existe diferencia alguna entre

7
Deleuze, G., op. cit.
8
Debemos tener siempre presente que las influencias de Spinoza comienzan en Platón, luego el
neoplatonismo, y van desde Avicena hasta Descartes.
9
Aquí utilizamos el término “práctico” en relación con lo tangible, teniendo en cuenta que la ética es
también un saber teórico dirigido al plano tangible.
el método y la filosofía misma; es decir, para Spinoza la filosofía es el criterio necesario

para que el ser humano alcance la verdad, antes la definíamos como un proceso innato de

reflexión que nos define la realidad de manera adecuada. En este sentido el método de

Spinoza sería “la misma filosofía entendida como el ejercicio reflexivo del entendimiento

y de su capacidad innata de acceder al verdadero conocimiento de las cosas, libre de

prejuicios y a partir de su causa próxima”10, con lo cual la naturaleza y los fundamentos

de esta filosofía como una lógica de la potencia son los mismos que a lo que Spinoza

denomina método, esto es la filosofía en tanto que saber de lo real. Este método11 se

compone de dos partes, según lo que dice el propio Spinoza en el TIE. La primera consiste

en establecer un ideal al que se pretende llegar a través del método, el propósito final de

la filosofía que se consigue mediante la elección correcta de las percepciones que capta

nuestra atención y que nuestra mente convierte en ideas; esto se da necesariamente por la

racionalidad y el orden natural del método que es innato de la mente humana y

geométricamente perfecto en cuento al ordenamiento de la realidad y del cosmos.12 La

segunda se refiere a las formas a través de las que podemos alcanzar este ideal, el

ordenamiento sistemático que realiza nuestra mente de las diferentes vivencias,

concepciones, opiniones e ideas sobre las que hemos reflexionado; de este modo

conseguiremos que nuestra mente reproduzca de manera orgánica “la formalidad de la

Naturaleza, con el fin de adquirir la perfección de la naturaleza humana”.13 Esta

concepción un tanto teleológica encuentra su sentido en el fin ético spinoziano de la vida

plena, la cual sería alcanzada en el momento en que, tras aplicar el método y filosofar,

dotar a nuestras vivencias de una reflexión profunda y crítica, encontramos un amor

10
Sibilia, G., pág. 102.
11
Cuando utilizamos el término “método” sin comillas ni cursiva nos estamos refiriendo a la concepción
spinoziana del término, es decir, es prácticamente un sinónimo de lo que podríamos denominar con el
término filosofía.
12
Spinoza, B. op. cit.
13
Sibilia, G., pág. 105.
incondicional hacia lo eterno e infinito, lo perfecto14. Esta noción de amor es fundamental

para entender lo que tratamos de exponer en todo el ensayo, así como, la película de la

que hablamos y la vida misma.

“Únicamente de esa manera puede la mente concatenar sus ideas según su poder

intrínseco, o como dice Spinoza, puede “poseer ideas claras y distintas [...] tales

que estén formadas por la pura mente y no a partir de movimientos fortuitos del

cuerpo”.15

Como podemos ver, lo que hemos definido dista mucho del método cartesiano y de su

visión cientificista de la filosofía, a pesar de que el TIE sea considerada la obra más

cartesiana de Spinoza; esto es principalmente porque el autor holandés considera al

método la reflexión propia de la idea que tiene como objetivo el entendimiento de lo real,

por lo tanto, esta lógica se funda como un fin propio y no únicamente como la

demostración argumentativa de aquello que llamamos real. Es decir, la filosofía que en sí

encierra su propósito último -definido anteriormente como la vida plena del ser humano

a través de una amor infinito y eterno- es también el resultado de este fin.

Una de las claves del pensamiento de Spinoza se encuentra en que este método

lógico, que está asociado a una metafísica que retrata a Dios bajo pinceladas puramente

naturales16, es que da respuesta al problema clásico de la ética que se pregunta por la

felicidad y bienestar del ser humano. Tenemos así, que el bien supremo y la eudaemonia

han de alcanzarse únicamente mediante la comprensión metafísica de la naturaleza y que,

los límites de esta son los mismos que los del entendimiento humano y su intelecto, por

14
Spinoza, B. op. cit.
15
Sibilia, G., pág. 105.
16
Debemos entender la concepción spinoziana de naturaleza que se refiere no a algo físico/material
como un árbol, sino aquello que sea puro en tanto que perfecto al ser representante del orden del
universo del que hablábamos.
lo que habrán de ser definidos por el método filosófico. De esta manera nos encontramos

con una unidad sin ningún tipo de jerarquía entre la filosofía, la lógica y la ética 17. Se

unen el estudio minucioso de la naturaleza en sí misma, la determinación del intelecto y

entendimiento humano y el saber aplicable -por no decir ciencia- a la vida común para

lograr una vida plácida, respectivamente. No existe ningún tipo de jerarquía porque

podemos afirmar que todo fundamento ontológico en la filosofía de Spinoza es circular y

retroalimentativo, un pensamiento que surge de la pregunta por la salvación del ser

humano, lo que le lleva a plantearse y establecer un método innato a toda persona que

debe convertirse en una metafísica para poder conectar con lo absoluto. La filosofía

encuentra su fin último en el sumo bien, que se vincula exactamente con la perfección del

entendimiento humano, esto es que “aquello que se presenta aparentemente como un

“medio” (emendatio) es en realidad el “fin”.18 El pensamiento de Spinoza es un

pensamiento que podemos tildar de vitalista en el sentido en que está dirigido a

transformar la vida de cada persona en una existencia plena y total, dichosa y realizadora

del ser humano en tanto que ser humano; el problema epistemológico solo responde, en

Spinoza, ante el problema vital o ético del buen vivir. Estamos, pues, ante un saber teórico

– práctico que trata de dilucidar un conocimiento adecuado de la Naturaleza en sí y de la

relación del ser humano con ella para poder resolver un problema ético natural que se

surge de la libertad del ser humano; esto resalta el carácter dualista del pensamiento de

Spinoza.

Existe un método que resuelve nuestros problemas, que nos permite determinar ideas

claras y distintas e ideas erróneas y establecer una diferencia entre ambas; esto es

conformar un orden. El método es básicamente un ordenamiento de todo lo que hemos

17
Spinoza, B. op. cit.
18
Sibilia, G., op. cit. pág 11.
absorbido en tanto que pensamientos o sentimientos durante el transcurso de nuestra vida,

el ordenamiento natural y racional de nuestras percepciones que es la enmienda de nuestro

intelecto. Esta lógica de Spinoza es básicamente no tener un conocimiento acertado sobre

algo, como por ejemplo un vaso, sino tener el conocimiento del conocimiento del vaso;

Spinoza se centra en hacernos conscientes de nuestra potencia del conocer, nuestro propio

poder de conocer.19 Para él, la lógica o filosofía son los fines de si mismas y se

perfeccionan en función de sus propios medios, así, a diferencia del método cartesiano se

excluye cualquier tipo de norma previa al ejercicio del pensar que establezca cómo

hacerlo. El método es natural, innato e intrínseco al ser humano, forma parte de nuestro

entendimiento y su propia condición innata está en constante producción de ideas -

siempre antes de ser, el propio entendimiento, consciente de ello- y asumiendo una

potencia absoluta de comprensión.

En este sentido, estamos de acuerdo con Macherey cuando afirma que hay que leer el TIE

como un “Discurso contra el método”: no sólo “contra” el método cartesiano (o

baconiano), sino “contra” cualquier concepción del método que postule una precedencia

(lógica y cronológica) respecto del desarrollo de los conocimientos que produce.20

Para Spinoza el pensamiento y el entendimiento humano son dinámicos y en sus haberes

y formas guardan al método; este no es algo externo al entendimiento del ser humano,

siempre disponemos del método pues es nuestro modus operandi natural para la

comprensión del mundo. Tener la certeza -Spinoza identifica certeza con esencia

objetiva- de que algo es verdad exige solamente una idea verdadera. Estas ideas

verdaderas se definen por sí mismas como verdaderas, en el momento en que se nos

presenta una, no necesitaremos de nada más para asumir su certeza, pues su verdad se

19
Spinoza, B. op. cit.
20
Sibilia, G., op. cit. Pág 117.
desprende de sí misma; por ello el entendimiento no requiere nada más allá de una simple

idea verdadera.21 Esta idea verdadera es certera, por tanto, es una esencia objetiva. Las

esencias objetivas son para Spinoza la forma en que sentimos o vemos el objeto -cosa,

lugar, sentimiento…- al que va dirigido nuestro pensamiento en nuestra cabeza; es decir,

las esencias objetivas son el conocimiento que alberga nuestra mente de las esencias

formales. Al afirmar el conocimiento del conocimiento, como también hacíamos unas

líneas atrás, encontramos que indudablemente existen dos tipos de conocimiento; el

“conocimiento humano” por así llamarlo, sería el referido en el segundo término de

conocimiento y hace referencia a todos los saberes que el ser humano es capaz de

albergar, el otro conocimiento, podríamos llamarlo “conocimiento consciente” por

llamarlo de alguna manera, sería aquella consciencia que todo humano es capaz de

desarrollar sobre su propio “conocimiento humano” y necesariamente por definición

propia éste, se refiere o apunta a una instancia superior, a un valor absoluto que conceda

certeza a este conocimiento. Este valor absoluto, contiene en sí todo el “conocimiento

humano”, pero no solo eso, sino que contiene mucho más y, al ser totalidad, no se limita

únicamente a lo humano. Esto lo extenderemos más adelante, en la parte final del ensayo.

Como vemos, Spinoza en todo momento dota de una cierta “superioridad” a las ideas

sobre los objetos o a la esencia objetiva sobre la formal, sin embargo, no debemos

entender esta “superioridad” al modo de una superioridad jerárquica clásica pues esta

“superioridad” no es como tal, sino que es trascendencia. 22 Pero, por ejemplo, el autor

Vidal Peña, un materialista empedernido especializado en la filosofía de Spinoza, dice en

su obra El materialismo de Spinoza que, en la séptima propuesta de la segunda parte de

la Ética, se deduce que el orden objetivo se deriva en equivalencia -jerárquica- del formal.

Esto es porque Vidal Peña interpreta erróneamente, consciente de ello o no, el orden, la

21
Spinoza, B. op. cit.
22
El propio Spinoza afirma que la realidad objetiva y formal constan del mismo grado de perfección.
posición en la que Spinoza escribe los términos de la proposición séptima, cuando

realmente lo primero que se deduce es que el orden y conexión formal se deriva en

equivalencia del orden objetivo, pues el entendimiento es siempre para Spinoza algo

racional, nunca tangible. La idea de algo físico/material es lo que nos permite entender

aquel objeto físico material, Spinoza solo dice que ambos órdenes son similares pues son

modos de los diferentes atributos de Dios. No obstante, también dice que para comprender

una cosa se necesita la idea de esa cosa, así como para comprender una idea necesitaremos

de la idea de esa idea. El entendimiento está formado por ideas, el materialismo solo

puede ver la realidad desde lo tangible por lo que nunca puede ser consciente de la

potencia de su saber ni del poder de su entendimiento, las esencias objetivas son la

verdadera certeza. Esto ocurre al no leer o no entender el TIE pues se expresa

tremendamente bien en la “instrucción” número 39 mediante el ejemplo de Pedro.

Para cerrar esta introducción a la filosofía de Baruch Spinoza, debemos tener

siempre presente su noción del método pues la idea que de ella tengamos, determinará la

forma en que entendemos su pensamiento consiguiente. El método es, por tanto, en

palabras de Spinoza: “el conocimiento reflexivo o la idea de la idea.”23 Esto es el

conocimiento del conocimiento. El verdadero método es aquel que nos hace reflexionar

acerca de nuestra propia potencia del entender y en modo alguno un sistema de normas

que impongan condiciones a priori e insalvables para alcanzar aquel ansiado

conocimiento verdadero de la realidad. El buen método es el más evidente de todos, así

como la idea platónica del Bien es la más evidente, pues muestra una verdad -no puede

ser de otro modo, sino no sería verdad- que es totalmente independiente de todo tipo de

signo externo que trate de manifestarla, el conocimiento es reflexivo y la verdad es

23
Spinoza, B. op. cit. Pág. 42.
intrínseca a él, es también metafísica y ontológicamente cognoscible. Con ello, asumimos

que la idea de Dios es la más perfecta de todas y por tanto la primera:

“(…) la idea del ser perfectísimo se presenta como la “primera” idea. No ciertamente en

términos cronológicos, sino de acuerdo a la “lógica” que, simultáneamente, sigue y

“descubre” la mente, o más específicamente su potencia intrínseca (el entendimiento).

Esto implica que el conocimiento reflexivo de la idea del ser perfectísimo no sólo muestra

como todas las ideas se deducen de la idea adecuada de Dios, sino también cómo Dios

produce formalmente todo lo que concibe objetivamente. El método, si quiere mostrar—

y realizar— el camino de la emendatio y devenir “perfecto” (completo), debe por lo tanto

partir de la idea de ese ser perfecto. Spinoza lo dice sin ambages: la idea del ser

perfectísimo puede ser un buen principio sobre el cual “reflexionar”, es decir deducir

geométricamente todas las ideas de las infinitas cosas que produce, entre ellas otras

ideas.”24

Ahora bien, como ya hemos dicho antes la filosofía de Spinoza no empieza en

Dios, sino en la experiencia de tener ideas y de ello se deduce que lo primero es Dios.

Debemos de tener muchísimo cuidado al entender el Dios de Spinoza, nos deberemos de

abstraer de todo lo que normalmente se asocia a Dios, sobre todo, a los rasgos personales

que se le atribuyen. Para ello, vamos a tratar El árbol de la vida (2011) una película

realizada por uno de los directores más personales de la actualidad que, además, es

graduado y profesor de filosofía por la Universidad de Harvard. Podemos decir que la

originalidad real de Spinoza, o una de ellas, reside en su método por independiente y libre

en función de quien lo lleve a cabo, esto es que cada uno tiene su método propio definido

por la manera en la que uno vive y piensa, que estará necesariamente influenciada por la

naturaleza del pensar y del mundo. Y es que esto es lo que les ocurre en gran medida a

24
Sibilia, G., op. cit. Pág. 123.
los protagonistas de la película, los integrantes de la familia O´Brien que serán el foco de

atención de las próximas líneas. Ya hemos dicho al comienzo del texto que la película

carece prácticamente de trama argumentativa puesto que el principal interés de su director

no es el de contarnos una historieta acuciante a una familia singular, sino el de contarnos

la historia de la relación entre los seres humanos -incluso otros seres como dinosaurios,

animales o plantas- y Dios, por llamarlo de un modo que todos conocemos debido a la

tradición de su concepción. No vamos a hacer un resumen extenso y explícito de la obra,

puesto que el trabajo se prolongaría en demasía, en favor de dibujar un retrato de los

principales personajes que son la madre, el padre y el hijo mayor, además de comentar

algún momento puntual en las vidas de estos que los marquen y constituyan. De este

modo, al trazar la relación de estos personajes entre sí y su relación individual y colectiva

con Dios conoceremos también la idea spinoziana de Dios y el modo de alcanzarla de

manera auténtica y real. Comentar que hay partes de la película que no responden a la

historia de esta familia de forma directa y explícita, sino que responden a un universal

como comentábamos al comienzo del texto; estos fragmentos son los que muestran

imágenes de la naturaleza en todas sus formas, volcanes, ríos, mares, etc., del espacio

exterior y sus fenómenos espaciales así como ciertos fragmentos en los que se ve una

especie de nebulosa no concreta flotando en medio de la pantalla en los que solemos

escuchar voces en off de los distintos miembros de la familia, un recurso muy utilizado

en esta cinta y que ayuda mucho a la transmisión de sus ideas. En general, vemos patrones

naturales que se repiten continuamente a modo del orden cósmico del que hablábamos.

La película muestra acontecimientos de la vida de la familia O´Brien desde antes del

nacimiento de su primer hijo hasta tiempo después de la muerte del hijo menor, el tercero,

a los diecinueve años, todo enmarcado en los Estados Unidos desde la década de los 50

hasta hoy en día. Podemos decir que el protagonista del filme es Jack, el hijo mayor, ya
que gracias a él se nos cuenta la historia; lo primero que vemos en la película después de

la cita del Libro de Job con la que abríamos el ensayo es una nebulosa sobre la que

escuchamos la voz del hijo mayor, ya adulto: “Hermano, madre, ellos me guiaron hasta

tu puerta”25. Consiguientemente vemos como tras una serie de escenas y secuencias, una

de ellas corresponde a la noticia que reciben ambos padres de la muerte de su hijo pequeño

y la consecutiva reacción de ambos, volvemos a oír la misma voz: “¿Cómo llegaste a mí?

¿Bajo qué forma? ¿Con qué disfraz?”26. Mientras tanto vemos una puerta abierta que

cruzamos y nos encontramos con Sean Penn -quien interpreta a Jack en su versión adulta-

en un extraño lugar, una especie de desierto que llamaremos “el lugar del ser”, del que

básicamente trata la tesis de este ensayo, pareciendo haber cruzado dicha puerta, pero sin

saber cómo ni por qué, no sabe cómo ha llegado a ahí. Automáticamente vemos como se

despierta en su cama aturdido, con su mujer al lado, como si no hubiese abandonado

todavía esa especie de “sueño”. El personaje de Jack va a trabajar como cualquier día -

aunque por ciertos detalles asumimos que es el aniversario X de la muerte de su hermano-

pero él sabe, al igual que nosotros sabemos, que no es un día cualquiera, todo lo que hace

o ve le dice algo, el agua que sale del grifo, un árbol en medio de unas obras, los pájaros

volando entre los gigantescos rascacielos que ansían tocar el cielo… Entre estas imágenes

volvemos a escuchar su voz: “¿Como te perdí? Me extravíe, te olvidé.”27 Después

volvemos a ver a Jack en este misterioso desierto y escucha la voz de su difunto hermano

-en su versión joven-: “Encuéntrame”28. A esto le siguen planos del momento en que sus

padres comparten juntos la pena tras la noticia de la muerte de su hijo en los que la madre

pregunta a Dios que por qué ha sucedido, que si fue infiel o que quiénes son para él, hasta

25
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. (2011) El árbol de la vida. EE. UU. River
Road Entertainment, Plan B Entertainment.
26
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
27
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
28
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
que le pide que le conteste. Tras una serie de imágenes muy potentes visualmente

relacionadas con la naturaleza volvemos a escuchar la voz de Sean Penn decir: “Me

hablabas a través de ella. Hablabas conmigo desde el cielo. Los árboles…Antes de saber

que te amaba creía en ti. ¿Cuándo tocaste mi corazón por primera vez?”. Todas estas

palabras expresadas por los personajes cobrarán más sentido a medida que avancemos en

el texto. Así, la jornada laboral de Jack no es usual y es a partir de aquí que se nos cuenta

la historia, a través de una especie de flashbacks, pensamientos y sentimientos que Jack

tiene en relación con la totalidad de su vida, estos resultarán haber sido determinantes

para la formación de Jack en tanto que ser humano. Hay detalles muy significantes en la

película de los que no voy a poder hablar o desarrollar pues, no es que escapen de la línea

argumentativa, sino que son factores más cinematográficos y cargarían el texto de

demasiada información, por lo tanto, he decidido no tratarlos. No obstante, con la

visualización del filme estos detalles quedan más que claros, es pura poesía. Un ejemplo

de ello es una secuencia al comienzo del filme en el que se suceden planos que muestran

la vitalidad de la madre y de su relación temprana con su primer bebé, en los que vemos

como una silla de repente se mueve por arte de magia…

La película se abre, tras las primeras palabras del personaje de Sean Penn, con una

abrumadora declaración que realiza la madre en off:

“Las monjas nos enseñaron que puedes seguir dos caminos: el de la naturaleza29 y el de

la gracia. Debes elegir cual seguir. Lo divino no busca agradarse a sí mismo, acepta ser

desairado, olvidado, no agradar. Acepta los insultos y las heridas. La naturaleza solo

busca agradarse a sí misma y conseguir que otros la agraden. Le gusta tratarlos con

prepotencia, salirse con la suya. Encuentra razones para ser infeliz cuando todo el mundo

29
Cuando hablemos de esta naturaleza la pondremos en cursiva para no confundirla con otras
acepciones.
que le rodea resplandece y el amor sonríe a través de todas las cosas. Nos enseñaron que

nadie que amara al camino de lo divino acabaría mal. Yo te seré fiel suceda lo que

suceda.”30

La madre, interpretada de una manera increíblemente bella por Jessica Chastain,

identificada como la gracia, es amor puro, irracional y eterno, sus hijos la aman y la tienen

como una diosa que todo lo puede. El padre, interpretado por un Brad Pitt emblemático,

representa la naturaleza y es básicamente lo contrario. Sus hijos no le odian, de hecho, le

adoran, pero tienen una relación distinta con él. Es exmilitar, representa la norma, la

rigidez moral y la severidad pues las cree necesarias para enfrentarse a un mundo hostil

como el de hoy en día y así se lo hace ver a sus hijos: “Mamá es una ingenua, hace falta

voluntad para salir adelante. Si eres bueno, se aprovecharán de ti.”31 Incluso en una

escena vemos como trata de poner unos límites imaginarios al campo cuando Jack

traspasa la “línea” que separa el jardín de su casa con el de sus vecinos. A todo esto,

quiero apuntar que no existe una mala relación entre los miembros de la familia ni mucho

menos, a menudo se les ve a todos jugando tanto con la madre como con el padre y mucho

menos existe un distanciamiento entre ambos progenitores pues se ve claramente que

están profundamente enamorados el uno del otro. Han criado a sus hijos bajo los valores

del cristianismo, así como bajo los valores propios de la pureza y continuamente vemos

como toda la familia mantiene una estrecha relación con la naturaleza. Sin embargo, la

relación entre el hijo mayor y el padre es difícil, el personaje de Brad Pitt quiere hacer de

su hijo un hombre hecho y derecho y por ello lo castiga y tortura con múltiples tareas y

exámenes, ya sea en cuanto a la jardinería o las lecciones de piano a las que su padre pone

mucho ímpetu. En ningún momento lo hace con mala intención, solo quiere que su hijo

30
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
31
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
pueda valerse por sí mismo y sea un triunfador en la vida, algo que él nunca ha podido

llegar a ser como buenamente se da cuenta en el tramo final de la cinta. Trabaja en una

fábrica, entendemos que en un buen puesto, pero tiene ansia de ser aún más grande, de

tener un estatus superior, cuando en realidad solo trata de demostrarse a sí mismo que es

alguien. Por ello, y debido a su ingenio e inteligencia que parecen más que evidentes en

la película, trata de alcanzar su sueño de ser inventor, pues posee 27 patentes que trata de

vender alrededor de todo el mundo. Durante uno de estos viajes, el más prolongado,

vemos como cuando los hijos se enteran de que su severo padre pasará una temporada

fuera, empiezan a correr y gritar por la casa sintiéndose libres, como si estuviesen en

vacaciones, ante lo que la madre trata de persuadirles en un primer momento, pero no

tarda mucho en unirse a ellos pues por su propia naturaleza no puede hacer otra cosa que

agradar; eso sí, nunca deja de ser una madre y mantiene una cierta firmeza -a su forma-

en la educación de sus hijos, incluso llega a reñirles intensamente. Mientras, vemos

imágenes de los cuatro siendo felices Jessica Chastain dice en off: “Ayudaos el uno al

otro, amad a todo el mundo. Cada hoja, cada rayo de luz. Perdonad” 32. Esto último lo

dice, en este caso, en relación con el comportamiento de su padre, pues ella sabe que su

hijo mayor es muy similar y que cualquier persona puede equivocarse y que no por ello

tenga que perder su dignidad ni su valor humano. En un momento que tiene lugar mientras

se muestra esta parte de la trama escuchamos en relación a los inventos del padre: “Eres

dueño de ideas, puedes hacerte rico.”33 Sin embargo, y como se dará cuenta finalmente,

-y como tratamos de demostrar en relación con Spinoza- las ideas no son eso, son algo

más que simples billetes. Por esto la naturaleza fracasa, no es consciente como sí lo es la

gracia de su poder de entendimiento, pudiendo aspirar a algo mucho más elevado que la

riqueza material como es el amor eterno. Finalmente, la fábrica cierra y tienen que

32
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
33
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
trasladar a Brad Pitt a un puesto inferior, en otra ciudad, con lo que al comunicárselo a su

familia se siente derrotado, siente que se ha fallado y que sobre todo ha fallado a lo único

que realmente le importa en la vida, como se dará cuenta durante este proceso. Su apoyo

fundamental ante esta situación será su mujer. Esto le hace comprender lo que le rodea,

le permite alcanzar su propia plenitud y entenderá por fin la esencia verdadera de Dios;

así, en la parte final de la película tendrá una conversación con Jack para disculparse por

cómo ha hecho las cosas con él -de la que hablaremos un poco más abajo-.

Todo esto -evidentemente antes de ese perdón- los lleva a tener una relación extrema en

muchas ocasiones y tortuosa para ambos a lo largo de los años, pero necesaria al fin y al

cabo pues ambos se trasmiten un profuso y extraño amor y respeto -a su manera- que

emana naturalmente de ellos pese a que no “quieran” que así sea; ambos se necesitan pues

su relación será la que les permita encontrar el perdón que se necesita para alcanzar el

amor. La película básicamente muestra los aspectos formativos de la vida de Jack en

relación con sus padres y sus hermanos, a los que adora y trata como un auténtico hermano

mayor en la mayoría de ocasiones. Eso sí, llegado un punto, en el que va madurando e

independizándose de lo que le han ido enseñando y trata de buscar su propia senda, en un

momento en el que se ve como tentado por el “mal”, haciendo gamberradas con su

pandilla -en la que también están sus hermanos- de las que no se siente orgulloso

realmente ni cómodo al hacerlas, comienza a tener un comportamiento más despectivo

con su padre -del que llega a desear su muerte incluso pidiéndosela a Dios34- y con su

hermano menor, al que envidia en cierta manera pues éste es como su madre, es divino,

incluso está tocado con la gracia de la música que practica independientemente, de oído,

por haber escuchado a su padre al piano. Con éste llega a tener ciertos comportamientos

34
Entendamos que es un niño, realmente no quiere que su padre se muera, pero se siente muy
frustrado ante la situación.
peyorativos -tampoco son cosas de otro mundo- hasta que por fin se da cuenta de que algo

en él ha cambiado y no le gusta, quiere volver a ser como antes, alejarse del mal y la

violencia35 que está cometiendo ya que ésta le recuerda a la que ejerce su padre con él; se

da cuenta de que ambos son iguales y que se parece más a él que a su madre, su ideal. En

estas conversaciones que mantienen los personajes consigo mismos y que nosotros

escuchamos en off, oímos como Jack dice cosas como: “Qué he empezado? ¿Qué he

hecho? ¿Cómo puedo volver a ser como ella? Algo me impide hacer lo que quiero. Hago

solo lo que odio.”36 Estas conversaciones personales e individuales de cada personaje

simbolizan aquella búsqueda consciente que también llevó a Spinoza a tratar de encontrar

algo a lo que poder amar eternamente, esto es que los personajes reflexionan sobre las

ideas y vivencias que están teniendo.

Una experiencia que marcará profundamente la vida de los hermanos y principalmente

de Jack, que a partir de entonces empieza a comprender la idea del mal y comienza a ver

las cosas negativas que suceden en el mundo, será cuando la familia al completo vaya -

junto con más familias del vecindario amigas de la familia O´Brien- a una especie de lago

donde todos los padres comparten su tiempo disfrutando de la amistad mientras los niños

lo hacen a su modo, se bañan en el lago, realizan saltos al agua, juegan, etc.; hasta que de

repente un niño se queda sin conocimiento en el agua por lo que los padres que se dan

cuenta saltan a por él y Brad Pitt trata de reanimarlo pero sin resultado alguno. Un amigo

de los chavales ha fallecido mientras estaba jugando con ellos, sin motivo aparente

alguno. Este primer contacto con la muerte hará que los pequeños se planteen nuevas

cosas que jamás se habían planteado, el hermano mediano pregunta en off: “¿Se portaba

35
Entendamos violencia no en tanto que violencia física, agresión, sino en tanto que actitud y
pensamiento.
36
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
mal?”37 Más tarde en una conversación con su madre le preguntará, el mediano, que si

también ella morirá evidenciándose así que ha medida que se vive, a medida que tenemos

distintas experiencias tenemos que pensar sobre ellas y reflexionar, cuestionarnos lo

nuevo en relación con lo viejo pues el pensamiento como decíamos antes hablando de

Spinoza es dinámico y nunca puede ser pasivo, no puede estar suspendido en el aire

haciendo nada. Jack, ante la situación reciente se pregunta: “¿Dónde estabas? Dejaste

morir a un niño. Dejarías que sucediera cualquier cosa. ¿Por qué tengo que ser yo bueno

si tú no lo eres?”38. Finalmente y gracias a la ayuda de su madre, quien comprende en

todo momento lo que le pasa a su hijo -se escenifica tremendamente bien cuan Jack

después de una gamberrada de la que se arrepiente al máximo, consistente en robar un

vestido de otra madre del vecindario, esto es porque tiene idealizadas a las madres por el

conflicto interno que siente entre su madre y su padre; vuelve a casa cabizbajo mientras

Jessica Chastain lo espera en el jardín, desde el primer momento en que lo ve sabe que le

pasa algo, que ha hecho algo de lo que se arrepiente, pero no dice nada, se mantiene

compasiva y calmada mientras él se siente culpable y le dice que ahora no puede hablar

con ella, que no le mire pues está avergonzado. Su madre, sin tener ni idea de lo que ha

hecho su hijo, simplemente le comprende y le muestra su apoyo-, consigue redimirse de

este mal y volver a la senda de lo divino: pide perdón a su hermano pequeño, quien lo

consuela, de una manera muy tierna y carnal, y también siente que tiene que disculparse

con su padre; por ello, un día se dirige al huerto donde esta Brad Pitt para, realmente,

pasar tiempo disfrutable con él. En este momento oímos la voz en off del padre decir:

“Quería que me quisieran por ser importante, un gran hombre. No soy nada. Mirad la

gloria que nos rodea -en este momento vemos un plano de la madre-. Árboles, pájaros,

37
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
38
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
vivía en el pecado. Todo lo mancillaba y no percibía la gloria, soy un estúpido”39.

Después de esto hijo y padre mantendrán la conversación que ya hemos mencionado en

la que vemos a un padre poco orgulloso por cómo se ha portado con su hijo y a un hijo

que le replica ser igual de malo que él llegando a afirmar que se parece mucho mas a su

padre que a su madre, después se funden en un sincero abrazo. Volveremos a oír en off

la off de Jack pronunciar: “¿Qué es lo que me ensañaste? Entonces no sabía cómo

llamarte, ahora veo que eras tú, siempre estabas llamándome”40. Claramente Jack está

creciendo como ser humano, está descubriendo el significado y comprendiendo la

potencia de su pensar, es un ser puro en expansión y así lo mostrará ayudando en todo

momento a sus hermanos, ejerciendo de líder -en el buen sentido de la palabra- de la

pandilla, pues es el mayor, ayudando a todo aquel que lo necesite. Finalmente, la familia

ha de mudarse, vemos como el hermano pequeño entierra algunos juguetes personales en

el jardín antes de irse, pura gracia, por lo que todos están notoriamente tristes. No

obstante, ante esta situación, Jack quien desde entonces es un ser maduro, reflexivo y

coherente, trata de consolar a sus hermanos haciéndoles ver que no pasa nada, que la vida

sigue mientras dice en off: “Madre, padre, siempre estáis dentro de mi corazón. Y

siempre lo estaréis”41, haciendo notar que no siente ningún rencor por ninguno de los dos

y que se ha dado cuenta de que tanto la naturaleza como la gracia son fundamentales en

su vida. Durante estas imágenes Jessica Chastain pronuncia en off: “El único modo de ser

feliz es amando. Si no sabes amar tu vida pasará como un destello. Se bueno con los

demás. Asómbrate.”42

39
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
40
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
41
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
42
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
Así no termina la película, todavía queda el final, pero primero me gustaría añadir un par

de cosas. La primera es que, he hablado relativamente poco de la madre, pero en la

película sucede más o menos lo mismo, tal y como dice la declaración con la que ésta

abre la película, la gracia, lo divino no se muestra protagonista pero tiene una relevancia

suprema. Lo segundo, es que durante toda la película por el constante uso de la steadycam

tenemos la sensación de que hay una presencia palpable en todas y cada una de las

vivencias de esta familia, una especie de espíritu, ente o energía que está con ellos en todo

momento, no físicamente. El director juega con esto de una manera muy interesante pues

dentro de la película ellos sienten que continuamente los acompaña esta presencia que en

realidad no está, se encuentra en un más allá, en este caso más allá de la pantalla. Se crea

una relación en la que nosotros (espectadores) vemos a Dios en las sutilezas del día a día

de una familia que siente a Dios en un más allá pero que está con ellos todo el rato, que

somos nosotros, que estamos observándolos y “juzgándolos” todo el rato al ver la

película. Así nos dice Malick que todos estamos sumidos en la totalidad, en Dios, y nos

muestra las formas en que nos acercamos y alejamos de él.

Una vez la familia emprende el viaje a su nuevo hogar, volvemos a ver a Sean Penn, Jack

adulto, en el día del trabajo que hablábamos antes. Ha recordado todo esto ese mismo día,

ha realizado un viaje mental a lo eterno, a lo trascendente, que le llevará al “lugar del

ser” a través de la puerta que cruzó en aquel desierto. Ahora vemos como en este lugar

también está su madre y su yo de niño, al que ha recordado durante el día, y los sigue.

Volvemos a ver imágenes de fenómenos naturales y espaciales hasta que oímos la voz de

Sean Penn, la del principio, que dice: “Hermano. Vela por nosotros. Guíanos hasta el fin

de los tiempos”43. A lo que la voz joven de su hermano responde: “Sígueme”44. Esto no

43
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
44
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
es otra cosa que el retorno de lo eterno a través de la belleza. Entonces, Sean Penn, Jessica

Chastain y Jack en su versión de niño, llegan a una amplísima playa donde también hay

más personas, o almas -pues todos incluidos los tres O´Brien parecen serlo-, que están

visitando este “lugar del ser” incluidos los demás miembros de su familia y conocidos

de su vecindario. En la orilla vemos el árbol que los O´Brien plantaron en su jardín al

comienzo de la película, este es El árbol de la vida al que hace referencia el título, el

“lugar del ser”. Lo que se nos quiere decir, he aquí el problema de la inmanencia que

también trataremos en las siguientes líneas, es que este lugar eterno y divino está aquí,

donde plantamos los árboles, donde enterramos los juguetes, donde pisamos y dejamos

huella, pero porque el “lugar del ser” es todo, la totalidad, que no es indisociable. Sin

embargo, a ésta no se llega únicamente por comportamientos inmanentes, sino que se

necesita de una fe, conocimiento y conexión con el todo, algo espiritual que solo se logra

mediante la trascendencia, el conocimiento de nuestro poder de entendimiento. El “lugar

del ser”, esta playa, está compuesto por los recuerdos, sentimientos, todo lo que han

vivido y pensado todas las personas de toda la historia, por eso se le permite a la madre,

y al resto de la familia pues han alcanzado la gracia, reencontrarse con el hermano

pequeño con el que Jessica Chastain tendrá una maravillosa despedida; todos han

superado el dolor y han alcanzado la plenitud totalizadora. Finalmente, lo último que

vemos en pantalla es una nebulosa de colores hasta que aparecen los créditos

Como hemos visto, seguir una única senda no lleva a ningún lado más que a la

incertidumbre. Tanto la naturaleza como la gracia tienen sus limitaciones que serán

suplidas con el apoyo del otro: en la película vemos como el padre, llegado un momento,

asume que no puede alcanzar su fin de ser alguien importante, ha fracasado y tendrá que

ampararse en su mujer, la gracia. Ésta, a su vez, no es nada si se queda suspendida en el

espacio, necesita de una fuerza que le haga vivir, experimentar e incluso errar, esta fuerza
vital es la naturaleza. Y es que una idea no es nada si se queda en el aire, si no va a ningún

lugar, si no se mueve. Por ello es que la idea de Dios que se nos muestra en la película y

la idea de Dios en Spinoza son la misma: Dios no es más que la vida en sí misma, el

sentido propio de ésta y lo que la dota de sentido; es decir, Dios es todo.

Hay que tener en cuenta que Spinoza vive en una época en la que Dios ya no habitaba ese

tiempo pero en la que todavía no había llegado la historia, el concepto que reemplazará a

Dios como fundamento y sentido de lo que hacemos y somos, se pasará poco más tarde

del teocentrismo al antropocentrismo, luego Spinoza vive en una especie de

incertidumbre entre Dios y la historia y la ciencia. Pero poner al sujeto humano en el

centro significa abrir la caja de pandora. El humano no puede jugar el rol de sujeto con la

solvencia de Dios, pues este es mucho más pequeño y limitado, no le da para ser totalidad.

Así que cuando muere Dios -como diría Nietzsche- muere también la posibilidad de

seguir pensando que hay un fundamento último que me explique la totalidad, no muere

solo Dios sino que muere también su función; si el ser humano es ahora el fundamento,

la idea propia de fundamento ha cambiado necesariamente. El ser humano no puede

disfrazarse de Dios, pues mientras que éste sí que garantiza una respuesta para todo, el

ser humano lo único que puede garantizar son respuestas fáciles, transitorias y

autorrefutables que compondrían lo que sería un mundo a la deriva. Ante esto Spinoza

afirma que la razón humana puede pretender alcanzar el mismo tipo de totalidad que

existía con Dios, ósea todavía cree que es posible sacar a la religión del juego y que la

razón por sí sola va a poder generar un tipo de conocimiento de la totalidad similar al que

nos proporcionaba la religión, pero más consistente, pues va a ser solo generada por la

autonomía de nuestra razón. El modelo de conocimiento que va a utilizar para ello es la

filosofía misma, como decíamos al comienzo, el método spinoziano. Cree que con el

correcto desarrollo de este podemos alcanzar el conocimiento de la totalidad a través del


mero y único ejercicio de nuestra mente. Spinoza confía, por tanto, en el poder de la razón,

del entendimiento, pero este poder de la razón no abandona conceptos religiosos

tradicionales, es decir, todo el sistema spinoziano funcionaría exactamente igual sin

utilizar la palabra Dios, podríamos utilizar el término “sentido” o “energía” si así nos

apetece. Nos podemos preguntar que por qué Spinoza utiliza entonces la palabra Dios,

esto es porque vive en su contexto y en él está librando una despiadada batalla en la que

no solo es peligroso, sino que es muy difícil quitarse esta palabra de encima. Cada hombre

es hijo de su tiempo, como dicen algunos. Así y como hemos comentado cuando

hablábamos del Tratado de la reforma del entendimiento, Spinoza traza un sistema lógico

que por sí mismo se vuelve ontológico y generará una estructura de la realidad que respeta

matemáticamente la totalidad.

Hay una palabra que continuamente gira en torno de la teoría de Spinoza, esta es

panteísmo. Si algo siempre se dice -mal- es que era un panteísta, asocian el pan- con la

totalidad a la que Spinoza se refiere. Hay que diferenciar entre teísmo y deísmo, como

corta definición podríamos decir que existe el ateísmo y no el adeísmo, pero

desarrollémoslo un poco más. Deísmo viene de Deus, Dios en latín, que a su vez viene

de Zeus, tiene su origen en un tipo determinado de Dios que hace referencia al rey de los

dioses griegos. Teísmo viene de Teo, que en realidad es un sentido de Dios más

conceptual por lo que realmente la postura deísta tiene que ver más con este Teo, aunque

etimológicamente sea al revés. La diferencia es que teísmo hace referencia al Dios de una

religión mientras que deísmo sería un Dios más parecido al de Spinoza o al de Malick.

Luego un deísta es aquel que entiende que no puede no haber un absoluto, una perfección

que, sin embargo, no es personal, no está personalizada. ¿Cómo llamamos a esto? Pues

Dios, naturaleza, realidad, sentido de la vida, energías… Realmente no importa, Spinoza

lo llama Dios porque trata de distinguirse de la tradición religiosa que lo proyectó al


mundo entero y lo dotó de una personalidad cuasi humana. Por ello decía líneas atrás que

debemos despojar al Dios de Spinoza de la personalidad y antropomorfismo que

normalmente se le presupone, para quedarnos únicamente con esa idea de perfección o

sentido. Esto es el deísmo, a lo que algunos lo llaman también religión natural o teología

natural. Cuando hablamos de ateísmo hablamos de algo que se pelea con el Dios de las

religiones, así que esta idea que exponemos es mucho más filosófica, pues no se le reza

al concepto de absoluto, se le reza a una oreja que te escucha, mientras que el concepto

de absoluto no tiene oreja ya que es un concepto. El deísmo viene a ser una reformulación

del teísmo pero que sostiene la idea de absoluto, desde la Ilustración en adelante se

criticará también el deísmo, pero lo que se critique desde el interior de la filosofía es que

el ser humano pueda alcanzar un conocimiento verdadero. Para que nos entendamos

mejor, el Dios del deísmo es la verdad, la idea de que puede haber una verdad absoluta.

Vemos claramente que el panteísmo está ligado a la noción de teísmo, ¿entonces por qué

se dice que Spinoza es panteísta? Pues porque Spinoza afirma que todo es Dios, ósea que

Dios, ósea la naturaleza, es todo y lo único que hay; Spinoza dice que en el mundo hay

únicamente una cosa que identifica con la naturaleza45. Todo lo que hay es por ende

manifestaciones -no simples- de una misma cosa, de la realidad. En el fondo todo es uno,

que se manifiesta en forma de personas, plantas, dolores, placeres… Pero si logramos

abstraer la realidad en su totalidad -pues totalidad hay necesariamente solo una, ya que si

hubiese dos ninguna de ellas sería totalidad- solo nos queda, en términos absolutos, una

única cosa. Spinoza utiliza -lo reconfigura- un término muy propio de esa época que es

“infinito”, dice que la sustancia, Dios o como lo llamemos es infinita. Ahora bien, para

Spinoza el término infinito tiene una acepción distinta a la normal, él lo piensa al revés,

dice que lo que hay por definición propia es infinito y lo que nosotros hacemos -porque

45
Spinoza, B. Ética demostrada según el orden geométrico (2011), Grupo Anaya Publicaciones
Generales, Madrid.
nos es pavorosa la idea del infinito, pues si lo pensamos lógicamente y repescando la

tradición griega, podemos afirmar que nada surge de la nada, si no la realidad nunca

podría haberse creado. No se acepta la creatio ex nihilo. Es imposible para la mente la

idea de la nada absoluta, ni antes ni después pudo haber nada. – es concebir el ser eterno

e infinito hacia atrás y hacia adelante. Como el infinito nos da miedo, construimos la

finitud siendo esta la forma de soportar un mundo que se nos escapa en su concepción

por todos lados, pues es total. El panteísmo por su parte asegura también que Dios está

en todos lados, pero el panteísmo es una forma religiosa por lo que es un error garrafal

adscribir a Spinoza en esta corriente, no solo porque sea una forma de religiosidad sino

porque el panteísmo anula la esencia particular de cada cosa individual que hay en el

mundo. Podríamos decirlo así: para el panteísmo, Dios está en todo; para Spinoza Dios

es todo, independientemente de cómo llamemos a este todo, todos nosotros y todo lo que

hay es parte de ese todo así que finalmente esta totalidad que es la realidad es lo único

que hay y de lo que todos nosotros somos parte46. No es que Dios está en todo, sino que

nada puede haber fuera de ese todo, por definición la idea de totalidad contiene todo lo

que hay.

En una crítica a Aristóteles, Spinoza afirma que sustancia solo puede haber una, Dios, y

que es infinito y se va desplegando de modo infinito a través de sus infinitos atributos.

En Aristóteles la sustancia se diferencia del accidente y adquiere una significación

inmanente. Esta significación se le atribuye también a Spinoza, quien en cierto modo lo

“afirma” él mismo; ahora bien, hemos dicho que critica a Aristóteles, entonces si la idea

spinoziana de sustancia fuese inmanente su sistema quebraría: Spinoza dice que Dios es

todo, entre este todo, Dios es el mundo, sin embargo, Dios es el mundo y más, lo es todo.

Esta distancia entre el mundo y la totalidad es trascendencia, se salva mediante la

46
Spinoza, B. op. cit.
trascendencia, el conocimiento del conocimiento o la idea de la idea, a lo mejor Spinoza

llama inmanencia a esta salvación. Por su parte, la inmanencia es determinista por lo que

suprime por completo la idea de libertad que Spinoza trata de asegurar continuamente. Y

es que, esta libertad solo podrá ser adquirida a través de la trascendencia: lo que nos hace

libres es lo natural, luego la libertad reside en la noción de aquello. Para explicarlo menos

abstractamente47 pongamos un ejemplo, una mesa. Para comprender la esencia de la mesa,

su interior profundo, no su interior físico, o, más fácil aún, para entender que la mesa

tiene una esencia o un interior hace falta de la trascendencia. Del mismo modo es

imposible tratar de comprender la totalidad, la realidad sin trascender. La distancia entre

la experiencia que nos dirige hacia la profundidad del entendimiento, o de la mesa, ya sea

para entender la esencia de ésta, o entender lo que es total, es trascendencia. Y es que

siempre quedará un vacío irellenable a menos que se trascienda, este vacío lo hemos

llamado “lugar del ser. El entendimiento humano no se puede completar si no se llena de

ideas que por su propia naturaleza apunten y se dirijan hacia donde no conocemos para

iluminarlo, pues este lugar no puede ser conocido en primera persona, sino que se conoce

desde una propia salida de nuestro ser individual -que tiene esencia propia- para poder

situarlo en relación a nosotros mismos. Al tratar de comprender esto se está trascendiendo

por definición, al buscar la idea de Dios, siendo este aquel sentido vital o el lugar/motivo

por el que transcurre la vida se trasciende necesariamente. Así entendemos que la idea de

Dios necesita de la trascendencia por su propia naturaleza.

Nunca hay una verdad más verdadera que una respuesta dicha sin pensar,

solamente podemos pensar con palabras, de eso no cabe duda, pero cuando la palabra es

dicha antes del pensamiento es porque nos viene de otro lugar. Un lugar que está antes y

47
A Spinoza se le tilda mucho de ser un autor abstracto, esto no es más que otra palabra para evitar el
término “trascendencia”. Cuando algo no es definido ni determinado la gente se asusta, no sabe
apreciarlo, no lo comprende y por eso lo limita.
después del pensamiento, lugar cuyo nombre nadie conoce pero yo me he dado la licencia

durante todo este ensayo de llamarlo el “lugar del ser”. Fue ese mismo ser quien

respondió a la madre del fallecido hijo con las imágenes metafísicas de Malick cuando

ella, en el mismo límite que surca al dolor con la muerte, preguntó dónde estaba el objeto

de su más grande amor. La respuesta de las imágenes de Malick no fue la piadosa

convención con la cuál intentamos consolar al prójimo, o salir del paso cuando

enfrentamos situaciones semejantes. No en el “cielo”, no en el acomodaticio “está en las

manos de Dios” ni siquiera en su equivalente metafísico “estará en otra parte”. La

respuesta que esperaba la señora O´Brien no tiene palabras, no la puedo concretar en este

ensayo, no la puede decir nadie ni únicamente viviendo ni pensando, solo podrá

encontrarse con la reflexión profunda y la fe. Se puede recurrir también a otros medios,

como pueden ser la música, el cine o las artes en general -aunque esto da para otro ensayo-

, pues es algo que no podemos ver, únicamente sentir o presentir con el intelecto. No es

un “más allá” pensado desde un “más acá” -por así decirlo- sino una eternidad

prácticamente impensable, una que está antes, durante y después de nosotros y que nos

cuestiona ahí, justamente cuando llegamos al límite de lo viviente en medio del dolor más

grande que puede sentir el ser humano, el dolor de María cuando recibe el anuncio de la

muerte del hijo amado y se pregunta: “¿Dónde está?”. Nunca estamos más cerca de Dios

como cuando creemos sentir el peso de su -para nosotros- inexplicable injustica. Es el

momento de la pregunta y de la respuesta a la vez, que deriva en un amor hacia lo eterno

e infinito. Toda idea verdadera que pensamos o que llegan a nuestra mente, en el momento

en que esta misma idea se presenta en la mente de otra persona -o diversas personas- es

evidentemente porque vienen de un lugar concreto. No aparecen de la nada, vienen de

Dios, pero éste no te las otorga al nacer tú mediante una palmadita en la espalda, sino que

estas ideas verdaderas han de estar y ser necesariamente en algún lugar al que solamente
el entendimiento es capaz de llegar, lógicamente mediante la trascendencia. Si Dios es la

totalidad y, lógicamente, el mundo -a lo que se apega lo inmanente- es una parte -pequeña

o grande- de esta totalidad, estas ideas que surgen de la totalidad no pueden estar apegadas

todas al mundo, no pueden ser todas inmanentes; la inteligibilidad de la que profusamente

habla Spinoza es trascendencia. La perfección no se hizo para nosotros, los humanos,

luego el verdadero éxito no está -digamos con cuidado- en esta vida -de forma material-,

sino saliendo de ella, trascendiendo. Así debió reconocerlo el personaje de Brad Pitt en

esos momentos de fracaso que todos, unos más otros menos, hemos experimentado alguna

vez en nuestras vidas. Solo el amor dirigido al ser total a través del otro transitorio puede

salvarnos. La mujer, Jessica Chastain, era la portadora de ese amor, amor que nadie sabe

de donde viene pero, y yo estoy convencido de ello, no es (únicamente) de este mundo.

La desgracia también cae sobre los justos. Corremos delante del viento y creemos

que siempre nos hará avanzar, pero no. Nos desvanecemos como una nube, nos

marchitamos como la hierba en otoño y nos arrancan de raíz como a los árboles.

¿Hay algún fraude en el esquema del universo? No existe nada imperecedero, nada que

no fallezca. No podemos seguir donde estamos. Debemos seguir hacia adelante, debemos

encontrar al que sea más grande que la fortuna o el destino. Nada más puede traernos paz,

solo eso. ¿Está el cuerpo del hombre sabio o el del justo exento de dolor, de desasosiego,

de la deformidad que puede destruir su belleza, o de la debilidad que puede acabar con su

salud? ¿Confiáis en Dios? También Job estaba cerca del señor. ¿Son vuestros amigos o

hijos vuestra seguridad? No existe ningún lugar donde el peligro no pueda alcanzaros.

Nadie sabe cuándo el dolor visitará vuestra casa como tampoco Job lo sabía. En el

momento en el que le fue todo arrebatado, Job sabía que se lo había quitado Dios. Se

apartó de las recompensas efímeras de la vida. Buscó aquello que es eterno. Porque hay

quien solo ve la mano de Dios cuando nos otorga algo. Y no la ve cuando nos lo arrebata.
¿O solo ve Dios quien percibe su mirada sobre él? ¿No ve también a Dios el que percibe

que le da la espalda?”48

Bibliografía:

-Aristóteles, Ética nicomáquea (2014), Alianza Editorial, España, Madrid.

-Deleuze, G. Spinoza y el problema de la expresión (1996) Muchnik Editores,

Barcelona.

-Emerson, R.W., Naturaleza (2020), Nordica, España, Madrid.

- La Biblia de Estudio “Dios Habla Hoy” (2002), Sociedad Bíblica.

-Platón, La República o el Estado (2011), SLU. Espasa Libros, España. Barcelona.

- Sibilia, G. El Tratado de la reforma del entendimiento, o el discurso “contra”

el método de Spinoza (2017), Revista de Teoría y Filosofía Política Clásica y

Moderna.

- Spinoza, B. Tratado de la reforma del entendimiento (2000), elaleph.com.

48
Gardner, D., Green, S., Hill, G., Pitt, B., Pohland, B. Malick, T. op. cit.
-Spinoza, B. Ética demostrada según el orden geométrico (2011), Grupo Anaya

Publicaciones Generales, Madrid.

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