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El argumento del conocimiento

-Jackson, Mary y los qualias

Martin Albillos – Filosofía de la Mente – Universidad Complutense de Madrid

Mary is a brilliant scientist who is, for whatever reason, forced to investigate the world
from a black and white room via a black and white television monitor. She specializes
in the neurophysiology of vision and acquires, let us suppose, all the physical
information there is to obtain about what goes on when we see ripe tomatoes, or the sky,
and use terms like ‘red’, ‘blue’, and so on. She discovers, for example, just which
wavelength combinations from the sky stimulate the retina, and exactly how this
produces via the central nervous system the contraction of the vocal chords and
expulsion of air from the lungs that results in the uttering of the sentence ‘The sky is
blue’.… What will happen when Mary is released from her black and white room or is
given a color television monitor? Will she learn anything or not? It seems just obvious
that she will learn something about the world and our visual experience of it. But then is
it inescapable that her previous knowledge was incomplete. But she had all the physical
information. Ergo there is more to have than that, and Physicalism is false. 1

Este argumento conocido como argumento del conocimiento fue propuesto


originalmente por Frank Jackson en 1982 y sostiene, en línea generales, que no es
posible tener un conocimiento verdadero y completo de la realidad sin experimentarla
directamente. Esto se debe a que el conocimiento es una experiencia subjetiva que
depende de nuestros sentidos y nuestra percepción del mundo. Por lo tanto, aunque
podemos tener conocimiento de la teoría y las propiedades de un objeto, no podemos
tener un conocimiento completo de ese objeto hasta que lo vivamos nosotros mismos.
Es un argumento que se dirige contra la concepción fisicalista de la teoría de la mente y
del conocimiento que presupone y dictamina un dualismo de propiedades en las cosas
físicas. No obstante, la tendencia dualista defiende que el dualismo del que hablan se
extiende más allá de lo físico o material, pues los hechos físicos no son solamente
hechos como tal, sino que están completados por lo cualitativo (qualia) que, en último
1
Jackson, F., 1982, “Epiphenomenal Qualia”, Philosophical Quarterly, 32: 127–136, pág. 130.
término, es una interpretación humana de procesado subjetivo que apunta a la
objetividad de las cosas. Es menester aclarar que el hecho de que sea una
“interpretación humana” no supone, para los dualistas, un alejamiento de lo real, más
bien vienen a decir que existe algo en nuestro cerebro que tiende a vislumbrar las cosas
de una misma manera a modo de conciencia colectiva.
Para hacer más accesible el argumento digámoslo así: Mary es una científica que ha
estudiado todo lo que hay que saber sobre el color rojo, incluyendo sus propiedades
físicas y cómo se produce en los objetos. Aunque Mary sabe todo lo que hay que saber
sobre el color rojo teóricamente, ella nunca ha visto el color rojo. Un día, Mary sale de
su laboratorio y ve por primera vez un objeto rojo, siendo que ver el objeto rojo por
primera vez, Mary experimenta un conocimiento nuevo y diferente del color rojo que no
podía haber obtenido -ni obtuvo- a través de su estudio teórico.
La conclusión del argumento viene a ser que el fisicalismo no puede explicar los qualia,
aquello que Mary desconocía no es otra cosa que el qualia de ver cualquier objeto a
color, no conocía la relación de ella misma con el hecho de ver el rojo porque no podía
conocerla. En este sentido, el fenómeno adscrito a ver algo rojo no puede ser
enteramente físico, pero aún hay más: Jackson llega a la conclusión, a través del
argumento, que los qualia son impotentes causalmente, es decir, que la asunción y
tenencia de dichos estados mentales no tiene repercusión alguna en el mundo físico real
y objetivo2.
En resumidas cuentas, el argumento podría formalizarse de la siguiente manera:

P1. Mary posee toda la información física sobre la visión de los colores -
humanos- antes de ser liberada.
P2. Existe cierta información acerca de la visión del color que Mary no tiene
antes de ser liberada.
Ergo
C. No toda la información puede ser física.

Siendo el argumento de Mary el más popular cuando se discute acerca del problema de
la conciencia, Jackson también propuso el caso de Fred, quien es capaz de ver el color
de una forma totalmente distinta del resto de los humanos. En este caso, si quisiéramos
saber aquellos colores inauditos no podríamos hacerlo atendiendo únicamente a cómo
procesa la información pertinente su sistema visual ni, tampoco, a todo lo que
podríamos saber a cerca de sus procesos mentales. Así, ambos ejemplos muestran la
incapacidad de que un sujeto A pueda tener conocimiento pleno de algunos elementos
concretos de un sujeto B, simplemente porque A no ha tenido nunca las experiencias
fenoménicas en igualdad de condiciones -situacionales y fisiológicas- que tuvo B.

2
Jackson, F., 1986. Lo que Mary no conocía. Journal of Philosophy 1986; 83, pp. 291-295. Artículo
traducido encontrado en Scribd.com.
Ahora bien, pese a que fue Frank Jackson quien formalizó propiamente el
argumento, existen multitud de antecedentes que manifiestan de igual modo la misma
preocupación y que incluyen, además, algunos de los métodos del ejemplo canónico.
Cabe destacar, entonces, la propuesta básica de Stoljar y Nagasawa conocida como
intuición del conocimiento que afirma que el conocimiento pleno de la información o de
los hechos físicos nunca será suficiente para la obtención epistémica del qualia
distintivo de algo3; por otro lado, hay que resaltar la utilización de los experimentos
mentales -en el sentido del argumento pertinente- que habitualmente incluyen a un
sujeto con un conocimiento total sobre la información y los hechos físicos, pero falto
del conocimiento cualitativo de sus experiencias para la obtención de dicho saber y, por
tanto, excluido de un conocimiento pleno.
Son varios los antecedentes del problema, por lo que viene a ser redundante
mencionarlos todos, así, destacaremos los más relevantes:
Los propios Stoljar y Nagasawa recogen una serie de ejemplos relacionados con el
argumento, destacando entre ellos pasajes de Los problemas de la filosofía de Bertrand
Russel o lo propuesto por J.W Dunne en An experiment with the time. Otro trabajo
esencial es el de Feigl en El papel cognitivo de la relación, donde aborda la
problemática de un marciano que estudia el comportamiento del ser humano pero que,
por razones evidentes, es incapaz de empatizar y compartir la imaginería del hombre.
En último lugar, es preciso conocer el experimento mental propuesto por Nagel en 1974
que aduce que los hechos físicos y los mecanismos de percepción acuciantes a un
organismo son “hechos objetivos por excelencia” que pueden verse desde diferentes
perspectivas, pero que, una vez asumidos por cualquiera de nosotros se convierten
inevitablemente en hechos subjetivos, lo que nos aleja de un conocimiento pleno de
ello4. A diferencia de la propuesta de Jackson, Nagel no se posiciona contra el
fisicalismo, solamente nos dice que, de momento, no podemos alcanzar esa completitud
de conocimiento.

Existen cuantiosos problemas ante los que podría doblegarse el argumento y que
sería pertinente abordar -trataremos dos de ellos además del siguiente, los que a nuestro
juicio son los más precisos-, pero el más acuciante -y el de más fácil resolución- es el
que se deriva de su propio interior.
Resulta que, como Horgan señala, la propuesta de Jackson puede subsumirse a sí misma
en una doble interpretación de dos vertientes bien distinguidas que darán como
resultado dos argumentos de diferente fiabilidad: una versión de corte epistemológico y
otra de corte ontológico5. La clave está en lo que entendamos por la afirmación
“información física”; si entendemos estas palabras de manera puramente material, algo
3
Stoljar, D. & Nagasawa, Y., 2004, Introduction to “There´s Something About Mary”, en Peter Ludlow,
Cambridge, MA.
4
Nagel, T., 1974, What Is It Like to Be a Bat? The Philosophical Review, Vol. 83, No. 4 (Oct., 1974), pp.
435-450.
5
Horgan, T., 1984, Jackson on Physical Information and Qualia, The Philosophical Quarterly Vol. 34, No.
135 (Apr., 1984), pp 147-152.
que finalmente estará bastante alejado del problema de la conciencia, solamente nos
podremos referir a aquello que esté cercado por un marco teórico y definido, pues la
totalidad de la información pertinente estará recogida en dicho marco; ahora, si
entendemos la afirmación de una manera más amplia o, en otras palabras, desde una
lectura filosófica, todo aquello que tenga sentido ontológico cabrá en nuestras
afirmaciones porque podremos considerarlo en tanto que físico.
El argumento de corte ontológico es mucho más fuerte por el simple hecho de que
recoge más factores y puede extenderse a cualquier premisa con sentido, mientras que la
vertiente epistemológica abarca únicamente un campo teórico en el que todo aquello
que esté fuera de él puede verse abocado a su negación. Es evidente que Jackson se
refería al fundamento ontológico por la poca consistencia del epistemológico, pues si lo
formulásemos, las premisas de este último podrían asumirse como contradictorias -o
tautológicas, como veremos más adelante- argumentándose que no participan del mismo
plano ontológico, siendo que la conclusión sería también contradictoria y, por tanto,
compatible con la afirmación del fisicalismo: si Mary tiene un conocimiento físico
completo y hemos asumido epistemológicamente que no hay nada más allá de lo físico
fuera de nuestro -su- marco teórico ¿cómo podemos decir a continuación que existe
algún tipo de conocimiento que escapa de lo que Mary conoce? Una de las afirmaciones
se referiría a todo aquello que esté dentro de ese cerco teórico y la otra a todo lo que se
encuentre fuera de él, luego, no hablan propiamente de lo mismo. Paradigmáticamente,
es exactamente lo que le pasa al argumento original visto desde fuera: la afirmación del
mismo apuntaría únicamente al interior de un marco teórico en el que, por definición,
todo es posible por la voluntad del interventor.
Esta cuestión es más que similar a la idea spinoziana de la conciencia de la conciencia6,
la cual solo puede adscribirse a la versión ontológica del argumento ya que la versión
epistemológica se referiría solamente a la segunda “conciencia”. En definitiva, la
versión ontológica es más abarcativa, se encuentra en un plano más elevado del
conocimiento, y por ello puede tratar de generalizar sus propias premisas dando validez
absoluta a su conclusión; de este modo, la única forma de tirar abajo el argumento sería
atacando a las premisas.
Con lo anterior, parece que el argumento puede superar semejante diatriba con tal de
adscribirse únicamente a su versión ontológica. Sin embargo, será el propio Horgan
quien se encargue de criticar esta versión del argumento de una forma muy similar a la
que hemos aludido en cuanto a la versión epistémica del mismo.
En primer lugar, hemos de saber que Horgan también considera real la existencia de los
qualia, aunque para él sí que tienen cierta implicación eficaz en la causalidad del mundo
físico y se sitúa en favor de Jackson al afirmar que es verdad que Mary no pueda tener
un conocimiento pleno del rojo, sin haberlo experimentado por ella misma. Aún con
ello, considera falaz el argumento ya que considera cuestionable la afirmación de que
“una explicación física adecuada y completa de los procesos visuales de una criatura
nos otorguen una completa información física sobre esos procesos”7. De esto se puede

6
Spinoza, B. Tratado de la reforma del entendimiento (2000), elaleph.com.
7
Horgan, T., 1984, Jackson on Physical Information and Qualia, The Philosophical Quarterly Vol. 34, No.
135 (Apr., 1984), pp 147-152, p.149.
derivar a la problemática bilateral que mencionábamos anteriormente relativa a las dos
versiones distintas del argumento y, además, podemos entender o bien que, el
argumento es una tautología y por ende no dice nada, ya que afirmar que una
explicación física absoluta y veraz acerca del proceso fisiológico y cerebral de Mary en
relación con aquello que ve nos proporciona una información plena y veraz sobre los
procesos fisiológicos y cerebrales de Mary al ver algo, es exactamente lo mismo que
afirmar que A=A; o bien, se convierte, atendiendo, a la versión ontológica del
argumento, en una afirmación que debe ser rechazada concienzudamente por todo
fisicalista.
En este sentido, Jackson aduce que toda información física se expresa desde un lenguaje
puramente físico, pero que toda aquella información física ontológicamente hablando se
expresa a través de lenguajes de carácter mental. Esto es, para Horgan, la clave de la
falacia del argumento: no es legítimo inferir que Mary tuviese un total conocimiento de
la información ontológicamente física a cerca del color desde la premisa que afirma que
Mary tenía un conocimiento físicamente pleno de los procesos visuales del ser humano
antes de tener ella misma la experiencia de ver en color 8. Es decir, Mary en su condición
de super neurofisióloga tenía en su haber un conocimiento puramente físico pero pleno
acerca de los procedimientos visuales relativos a todo ser humano, con anterioridad de
su experiencia personal de ver colores, pudiendo proporcionar cualquier tipo de
explicación física y completa en relación con dichos procesos; ahora bien, lo que Mary
no tiene en su haber es la información ontológicamente física de ver un color antes de su
propia experiencia. Lo que tiene no es otra cosa que explicaciones racionales y teóricas
producidas por la neurofisiología y la ciencia que relacionan experiencias de otros para
concluir en un saber concreto que apunta a un hecho objetivo. Así, si el propio Jackson
ha considerado todo espectro ontológico como algo físico, esta distinción entre sentidos
o planos sobre la información física no tiene consistencia alguna; aquello que Mary no
sabía antes de su experiencia personal no es información más allá de lo físico, sino
propiamente física. Horgan acaba por decir que, si aceptamos el argumento del
conocimiento de Jackson, debemos aceptar el fisicalismo como verdadero.
Otra crítica incisiva viene de parte de Churchland que, por su parte, reconstruye el
argumento original de Jackson de tal manera que queda evidenciada la falta de
univocidad en cuanto a la cuestión de conocer acerca de en relación con las dos
premisas9. Veamos:

P1. Mary conoce todo lo que hay que conocer acerca de los estados del cerebro
y sus propiedades
P2. No es el caso que Mary conoce todo lo que hay que conocer acerca de las
sensaciones y sus propiedades.
Ergo

8
Ibidem, p.151
9
Muñoz; C. & López; R., 2006, Paul Churchland vs. Frank Jackson Síntesis de los principales
rasgos y propósitos del knowledge argument, Ed.: Universidad del Valle.
C1. Las sensaciones y sus propiedades son diferentes a los estados cerebrales y
sus propiedades10.

Churchland manifiesta:
But the kind of knowledge addressed in premise (1) seems pretty clearly to be different
from the kind of knowledge addressed in (2). Knowledge in (1) seems to be a matter of
having mastered a set of sentences or propositions, the kind one finds written in
neuroscience texts, whereas knowledge in (2) seems to be a matter of having a
representation of redness in some prelinguistic or sublinguistic medium of
representation for sensory variables, or to be a matter of being able to make certain
sensory discriminations, or something along these lines. 11

Teniendo en cuenta lo dicho por Churchland: en cuanto a P1, el conocimiento que Mary
tiene es, como Jackson refiere, un saber total de un conjunto de oraciones y
proposiciones; en cuanto a P2, el conocimiento que Mary posee es por una especie de
familiaridad. La diferencia no reside en la naturaleza de aquello que se conoce, sino en
la forma en que se conoce. Es decir, no tiene nada que ver el conocimiento que obtiene
una persona que no posee ninguna noción de neurociencia ni de física al ver un color,
con el conocimiento que Mary obtuvo antes de ser liberada y que abarca todo el
conjunto de nociones físicas y neurocientíficas posibles. En este sentido, podemos
reconfigurar el argumento:
P1. Mary posee todo el conjunto de proposiciones verdaderas acerca de los
estados cerebrales de las personas.
P2. Mary no posee una representación del rojo en su saber prelingüístico de
representación para variables sensoriales.
Ergo
C2. La sensación de rojez es distinta a cualquier estado cerebral12.

De esta manera, de acuerdo con P1, Mary es una absoluta experta en cuanto a la
neurociencia, relativa a los procesos visuales de los seres humanos, pero según P2,
nunca ha tenido una representación del color rojo pues nunca ha vivido semejante
experiencia. El fisicalismo, según Churchland, estaría de acuerdo con esto, pero la
conclusión (C2) le daría la razón al argumento original de Jackson y se postularía
totalmente en contra de lo defendido por el fisicalismo. Ahora bien, Churchland
concluye que la sensación de rojez no tiene por qué ser algo necesariamente más allá de
lo físico, simplemente, Mary, al experimentar la percepción del color rojo por primera
10
Churchland, P., 1985, “Reduction, Qualia, and the Direct Introspection of Brain States”, Journal of
Philosophy 82, p.23.
11
Ibidem, p.23.
12
Ibidem, p.24
vez estará aprendiendo algo nuevo de un mismo hecho físico que ya conocía, siendo
que, además se puede aprender o saber ya algo que sea independiente a una teoría
científica que no explique lo aprendido o lo conocido sin que esto deje de ser un hecho
meramente físico13.
Es preciso señalar, en este momento, una posible falla en la contrargumentación de
Churchland pues, que Mary esté aprendiendo algo nuevo al percibir el color rojo, solo
puede significar que no tenía un conocimiento perfectamente pleno de todo lo existente
en lo relativo al color rojo. Si el contrargumento se refiriese únicamente a que Mary está
teniendo formas distintas de percibir el color, podría ser correcto, pero, si dice, a su vez,
que al percibir el rojo obtendrá un conocimiento nuevo de un hecho físico que ya
conocía, solamente puede significar que el conocimiento que poseía, previo a su
liberación, no era total ni absoluto de ningún modo. Por mucho que esté percibiendo lo
mismo de maneras distintas, lo que implica que no hay ningún hecho adicional, el
obtener un conocimiento nuevo de algo significa aprender algo que perfecciona aún más
tu conocimiento sobre ese hecho, ya sea un hecho físico o no, de tal manera que la
totalidad del conocimiento de ese hecho escapa de lo que conocías previamente y, por
tanto, si conocías plenamente un hecho físico de manera teórica -sin haberlo
experimentado directamente- pero que experimentándolo se amplía tu saber sobre ello,
solo puede significar que el conocimiento pleno de algo escapa necesariamente de la
totalización física de ese algo. Es por ello que Jackson añade que los qualia son
impotentes causalmente pues si no lo fuesen se producirían hechos adicionales.
Entonces, si asumimos de entrada la versión ontológica del argumento, la cual supone
que existe un vacío ontológico que manifiesta que los hechos físicos no son todos los
que hay, el fisicalismo -incluso el no reduccionista- deberá doblegarse ante la
conclusión del argumento, siendo que la única manera de anularlo sería atacando las
premisas de este, del modo en que lo hace Horgan.

Como hemos visto, especialmente por vía de Horgan, los qualia pueden
perfectamente ser considerados en tanto que eventos físicos: desde el argumento de
Mary se pretende reducir el fisicalismo a la información explícita y racional obtenida de
una teoría, en este caso de la neurociencia y de la física, pero atendiendo al argumento
desde la perspectiva ontológica exigida por Jackson todo evento con sentido ha de ser
considerado como físico y, por tanto, los qualia procederán no de la teoría sino de la
experiencia personal de cada uno. El argumento del conocimiento de Jackson pasa de
ser un argumento contra el fisicalismo a ser un argumento que refuerza la concepción
materialista del conocimiento. En tanto que eventos fenoménicos, los qualia solamente
dependen de aquel que los recibe y, con ello, las condiciones en que son recibidos, así
como las distintas capacidades fisiológicas de cada uno juegan un papel esencial en
aquello producido por dichos qualias. Se erigen como el procesamiento cerebral de la
información recibida de ciertas características únicas y concretas emanadas de cualquier
evento, siendo que, sin ser necesariamente no-físico, cualquier evento es extraordinario
por irrepetible. Así, aquello que Mary no sabía antes de su liberación son dichos qualia,
que para Jackson no son físicos. Pero como ya hemos anunciado, por medio de Horgan
13
Muñoz; C. & López; R., 2006, Paul Churchland vs. Frank Jackson Síntesis de los principales rasgos y
propósitos del knowledge argument, Ed.: Universidad del Valle.
y Churchland, dicha afirmación constituye una falacia. Además, la intención de Jackson
no es solamente la de demostrar que los qualia no son algo físico, sino que también trata
de aducir que son causalmente irrelevantes. El problema de esta segunda afirmación no
es otro que, al proponer la existencia de los qualia, se les está concediendo, a su vez,
una condición ontológicamente física y, este factor, hace que ningún qualia pueda
escapar de la causalidad necesariamente eficaz de su existencia, ya que su estar en el
mundo provoca diferencias efectivas en la realidad.

A modo de recapitulación cabe decir que, la tesis definitiva de Jackson -ya sea
en el argumento de Fred o en el de Mary- no puede ser determinante para el fin del
fisicalismo por las siguientes razones: Desde Churchland y su teoría del conocer acerca
de, es plausible distinguir entre el saber sobre las propiedades de las sensaciones
percibidas y, por otro lado, saber sobre la teorización científica de los procesos
cerebrales y visuales; aunque como ya se dijo, dicha distinción parece no ser precisa
pues no acaba de relacionarse con la intención principal del argumento. Nos queda,
entonces, la crítica sobre las premisas del argumento original llevada a cabo por
Horgan, que acaba por convertirlo en una falacia: el argumento no diferencia entre
aquella información ontológicamente física propia de cualquier forma de lenguaje y
aquella información manifiestamente física de un lenguaje teórico propio de la ciencia,
de modo que no tiene sentido alguno derivar cualquier cosa de la correlación de dos
premisas que no hablan propiamente de lo mismo.

Con todo lo anterior no podemos aceptar que el argumento del conocimiento de Jackson
acabe con la teoría fisicalista del conocimiento -en ninguna de sus vertientes. Dejando a
un lado la propuesta de Churchland por su posible fallo en cuanto a la dirección de su
contrargumentación, la crítica de Horgan supone un aliciente no solo para la
continuidad de la tendencia fisicalista, sino que también se erige como un punto de
apoyo para el pensamiento dualista en tanto que ejemplifica la imposibilidad de reducir
a términos físicos todo aquello que quiera ser explicado desde el lenguaje convencional
y relativo al conocimiento o a los qualia; no obstante, volvemos a decir que el
argumento de Jackson no es útil para derrocar el fisicalismo, del mismo modo que
tampoco es útil su contrargumentación para acabar con cualquier dualismo posible,
siendo que, finalmente, el argumento acaba por caer en la intrascendencia causal del
conocimiento del mismo modo que lo hacen los qualias impotentes en la concepción
filosófica de Jackson.

BIBLIOGRAFÍA
- Churchland, P., 1985, “Reduction, Qualia, and the Direct Introspection of Brain States”,
Journal of Philosophy 82, p.23. http://www.jstor.org/stable/2026509
- Horgan, T., 1984, Jackson on Physical Information and Qualia, The Philosophical
Quarterly Vol. 34, No. 135 (Apr., 1984), pp 147-152.
http://www.jstor.org/stable/2219508?origin=JSTOR-pdf
- Jackson, F., 1982, “Epiphenomenal Qualia”, Philosophical Quarterly, 32: 127–136.
http://links.jstor.org/sici?sici=0031-8094%28198204%2932%3A127%3C127%3AEQ
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- Jackson, F., 1986. Lo que Mary no conocía. Journal of Philosophy 1986; 83, pp. 291-
295. https://es.scribd.com/document/170458717/Jackson-Lo-que-Maria-no-sabia
- Muñoz; C. & López; R., 2006, Paul Churchland vs. Frank Jackson Síntesis de los
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https://www.academia.edu/148915/_2006_Muy_introductorio_Jackson_Vs_Churchla
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- Nagel, T., 1974, What Is It Like to Be a Bat? The Philosophical Review, Vol. 83, No. 4
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- Spinoza, B. Tratado de la reforma del entendimiento (2000), elaleph.com.
http://juango.es/files/SPINOZA---Tratado-De-La-Reforma-Del-Entendimiento.pdf
- Stoljar, D. & Nagasawa, Y., 2004, Introduction to “There´s Something About Mary”, en
Peter Ludlow, Cambridge, MA. https://philpapers.org/rec/STOIT_

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