Está en la página 1de 2

TRABAJO PELÍCULA ¿¡Y tú qué sabes!?

Alejandro Esteban 1ºC


Mi primera impresión es que esta película es un poco peculiar, y aborda
algunos conceptos que cuesta bastante entender; pero según va avanzando y
adentrándose en el tema, su significado se vuelve más claro y realmente te
invita a reflexionar sobre algunas de las cosas que dicen estos profesionales
que hablan. Y cada vez, te vas haciendo más preguntas; además está muy bien
que el documental plantee y escoja a profesionales de diferentes tipos que
hablen de un tema similar y de las mismas cuestiones, ya que esto te ayuda a
verlo desde diferentes perspectivas que arrojan distintas ramas del
conocimiento.
Esta película en sí tiene mucho que ver con la metafísica, ya que principalmente
trata de eso, de lanzarte preguntas muy difíciles por la amplia variedad de
respuestas que tienen y todos los diferentes puntos de vista de éstas y hacerte
parecer que lo que creías real, igual no lo es tanto como piensas porque no has
considerado todas las opciones posibles. Para ilustrar esto recurre de manera
paralela a contarnos la historia de una mujer traumada por los problemas del
pasado que no puede llegar a olvidar, como son la traición, la desconfianza en
sí misma, que se van plasmando en escenas muy interesantes, como la de los
indios descubriendo los nuevos barcos, ya que obviamente ellos no habían
visto nunca algo así y ni siquiera los vieron, porque al ver algo nuevo no te das
cuenta de lo que es hasta que no lo relacionas y “te explota en la cara”; o como
todas las reflexiones y preguntas que la película nos lanza sobre la forma en la
que analizamos a Dios, basadas en los primeros principios de nuestras
creencias, como sucede con la metafísica.
Otro de los pasajes de la película que están relacionados directamente con la
metafísica es el que aborda el tema de las emociones, ya que para la metafísica
nosotros mismos somos responsables de lo que nos pasa y todo es producto de
lo que nosotros atraemos para nuestra vida. En este sentido, el documental da
un paso más y nos plantea que podemos convertirnos en adictos a nuestras
emociones, tanto las positivas como las negativas, algo que probablemente
muchos de nosotros no nos hemos parado nunca a pensar pero que al oírlo
cobra sentido. ¿Quién no ha fingido nunca estar triste para recibir más aprecio,
o ha fingido estar alegre para intentar contentar a los demás y no hacerles
sentir mal para luego sentirse bien consigo mismo? Al final, las personas
estamos repletas de emociones, que es lo que nos forma a cada uno, y somos
seres sociales, por lo que siempre construimos nuestras emociones también
con algún fin social.
Quiero terminar con una frase que me llamó mucho la atención: «Al principio
era el vacío, repleto de infinitas posibilidades de las que usted es una.» La vida
tal como ahora la conocemos, y de la que nosotros formamos parte, es
producto de mucho tiempo de diferenciación y separación partiendo de una
unidad que puede ser Dios, células y átomos de hace millones de años, Big
Bang… Siempre intentaremos buscar una respuesta a todo. Y aunque la
encontrásemos, nunca conseguiríamos creer todos en ella. Eso es lo que nos
hace tan diferentes y tan especiales, y lo que da sentido a una rama tan
interesante de la filosofía como es la metafísica.

También podría gustarte