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KANT
-Disciplinas como las matemáticas y la física han encontrado el camino de la ciencia. La
metafísica, en cambio, no ha podido realizar tal labor a pesar de que ella trata de las
cuestiones “más importantes de nuestro anhelo del saber”.
¿Por qué no intentar seguir el camino de las ciencias en que el conocimiento avanza sobre un
terreno firme y no el sendero por el que se ha movido la metafísica?
-Kant aplica el giro copernicano y asevera que “solo conocemos de las cosas lo que nosotros
mismos ponemos sobre ellas” (los objetos se determinan como conocimiento en tanto que son
susceptibles de abstraerse según nuestras categorías trascendentales). De tal forma es
posible conocer algo a priori sobre la naturaleza de objeto. Pero, ¿cuáles son las condiciones
de posibilidad del conocimiento a priori?
-Juicios sintéticos: aquel que añade algo que no estaba contenido en el sujeto, amplían al
sujeto; depende de la experiencia y en consecuencia carece de universalidad y necesidad.
*No es un juicio analítico pues “lo que sucede” no habla en sentido estricto de causa
*Es universal y necesario, así pues no parte de la experiencia.
*Es, por tanto, un juicio sintético a priori.
-La metafísica debe proceder, pues, en la búsqueda de juicios sintéticos a priori en la medida
en que pretende extender nuestro conocimiento independientemente de la experiencia.
NIETZCHE
-Genealogía:
“Lo que Nietzsche buscará con su método genealógico será la procedencia (Herkunft) y no el
origen (Ursprung), pues parte de la idea de que no existe ninguna esencia en el punto de
partida, sino el proceso ininterrumpidamente recurrente de una sucesión de máscaras o
apariencias. Con esa búsqueda de la procedencia trata de disolver las ilusiones de la
metafísica”, p. 15.
“De este modo, por un lado, el concepto de genealogía significa que toda creación cultural -
moral, arte, religión, política, ciencia, técnica- es proyección de fuerzas elementales,
orgánicas, relativas a un determinado nivel de energía o de fuerza vital. Y por otro lado,
genealogía significa que, en último término, es siempre el cuerpo quien interpreta. Por tanto,
el cuerpo es lo anterior a toda objetividad, el a priori de toda creación y transformación de la
cultura, la fuerza que se ejerce y se siente de forma no reflexiva en cuanto autoafirmación de
sí misma”, p. 24.
“Por ello, lo que debería ser la filosofía es una genealogía como trabajo de identificación de
los instintos y pulsiones que actúan secretamente en las diferentes interpretaciones y
valoraciones humanas. Porque esta es la condición previa a cualquier posibilidad de
apreciación de la pertinencia (verdadera o falsa, buena o mala) de esas producciones
espirituales en relación con la vida. (…) el análisis genealógico no se concibe como el
descubrimiento o la aclaración consciente de la combinatoria inconsciente que constituiría la
trama objetiva de la realidad. Es sólo la puesta de manifiesto de que la realidad no es
pensable nunca para nosotros como significado en sí, sino que es siempre un proceso de
múltiples interpretaciones producidas de manera incesante por nuestros impulsos”, p. 28.
“El mandar -dice Nietzsche- lo que hace es transmitir algo que no es simplemente una orden
externa que se emite en el plano consciente. Por debajo de esa orden externa, lo que
transmite el mandar es un impulso, una fuerza que provoca en la otra voluntad una
modificación y una transformación concomitante. Y esa transformación o modificación se
produce, en la voluntad a la que va dirigida el mandato, desde dentro de ella misma, y de
manera autónoma: porque ante la presión del mandato ejercido por la fuerza que se propone
como superior, la fuerza destinataria puede obedecer o bien resistirse al mandato”.
“Lo que él propone entonces es reconocer que nuestro acceso al conocimiento del mundo
parte, lo queramos o no, de dentro de nosotros mismos, y sobre todo parte de la experiencia
de nuestro propio cuerpo como lucha de fuerzas y enfrentamiento de voluntades de poder.
(…) No hay nunca una fuerza que actúe sin una resistencia que se le oponga. Por tanto, el
mundo es un combate interminable entre fuerzas enfrentadas que solo alcanzan equilibrios
provisionales bajo la forma de alianzas, configuraciones, o dispositivos coyunturales. En esta
lucha, el objetivo nunca es la eliminación de la fuerza opuesta que se resiste (…) sino solo su
dominación y su asimilación”, p. 30.
“Los filósofos tienen la costumbre de hablar de la voluntad como si fuese la cosa mejor
conocida del mundo”.
HUSSERL
-PSICOLOGISMO: tesis de que los fundamentos teoréticos esenciales de los preceptos de la
lógica residen en la psicología (ciencia de los fenómenos psíquicos, de los hechos de la
consciencia o de los hechos de la experiencia interna).
-La psicología, dice Husserl, carece de leyes auténticas y exactas; lo que ella llama “leyes” no
son sino generalizaciones vagas de la experiencia (aunque valiosas).
CONSECUENCIAS:
-PRIMERA: sobre bases teoréticas vagas solo pueden fundarse reglas vagas. Si las leyes de
la psicología carecen de exactitud, asimismo los preceptos de la lógica. Sin embargo,
las leyes lógicas, aquellas que como leyes de las fundamentaciones constituyen el núcleo
propio de la lógica, son de una exactitud absoluta (decir que provienen de principios
vagos es, pues, alterar la raíz de su verdadero sentido). Estas leyes son auténticas leyes.
-SEGUNDA: ¿alguien podrá negar la exactitud de las leyes psicológicas y fundarlas sobre
supuestas leyes naturales exactas del pensamiento? Ninguna ley natural es cognoscible a
priori, ni demostrable con evidencia intelectiva. El único camino para demostrar y justificar
una ley semejante (natural) es la inducción, partiendo de los hechos de la experiencia.
Pero la inducción no demuestra la validez de una ley, sino tan solo la probabilidad más
o menos alta de validez; lo justificado con intelección es la probabilidad y no la validez.
-Las leyes lógicas se demuestran y justifican en la evidencia apodíctica. Así pues, la
probabilidad no puede luchar contra la verdad (indudable), ni la presunción contra la
intelección.
-Los fenómenos psíquicos son distintos hilos del complejo tejido de fenómenos psíquicos,
disposiciones psíquicas y procesos orgánicos, que llamamos vida humana. ¿Cómo podría en
tales circunstancias resultar otra cosa que generalidades empíricas? ¿Cómo va a dar más la
psicología? La psicología no puede dar leyes apodícticamente evidentes y por ende supra-
empíricas y absolutamente exactas, que constituyen la lógica.
FENOMENOLOGÍA
-Objeto real: existe por sí mismo, independientemente de que nosotros nos percatemos de
ello o no.
-Objeto fenómeno: aparecen ante nosotros en un momento dado; es conocido por nosotros.
a) Fenómeno: toda manifestación que se hace presente en la consciencia de un
sujeto y aparece como objeto de su percepción.
-El fenómeno existe correlativamente a nosotros, es decir, existe en cuanto que es percibido,
conocido, pensando… Todo fenómeno aparece ante alguien. Su ser depende del ser humano
y sus actos.
-La existencia del fenómeno es certera, evidente en tanto que se le aparece al ser humano.
a) Fenómeno puro (o yo puro): aquello que se hace presente a mí, esto es,
que me es evidente directa e indudablemente. No hay supuestos.
-Aquello que nos permite ir del objeto real al FENÓMENO PURO es la REDUCCIÓN
FENOMENOLÓGICA.
*La reducción fenomenológica comienza en la ACTITUD NATURAL: cuando
asumimos la existencia independiente de nosotros de los objetos; la actitud con la
que comúnmente nos relacionamos con las cosas (vemos cierto lápiz o cierto libro pero
los vemos como fuera de mí, como existentes por sí mismos).
*Posteriormente debemos llegar a la ACTITUD FENOMENOLÓGICA: cuando
ponemos en suspensión la existencia de las cosas, la realidad, es decir, cuando
nos desconectamos de las tesis de la existencia de las cosas (no pensamos en si
cierta cosa existe o no) o como también se le dirá EPOJÉ. Que nos permite dar
cuenta de lo esencial de las cosas, de sus objetividades,
*Una vez que ponemos “entre paréntesis” la realidad somos capaces de centrarnos en
los objetos fenómeno: aquello que aparece ante mí. Aquí ya no decimos si tal objeto
existe o no (pues hemos “desconectado” tal capacidad), sino que “describimos” tal
cuales son los objetos que se nos muestran en la consciencia.
EXPLICACIÓN PARTICULAR: (Digamos que se llama “reducción trascendental” porque
redujimos el tamaño del objeto: lo despojamos de su “grandeza” que residía en su condición
de “independiente” de nuestra consciencia [los objetos son múltiples mientras los
consideramos fuera de nosotros], para “empequeñecerlo” al grado de que los objetos “son”
únicamente aquellos que se me aparecen en la consciencia [dejamos de verlos fuera de
nosotros y, entonces, el número se reduce a los que se manifiestan ante mí]).
*La reducción fenomenológica hace que los objetos dejen de ser meros objetos del
mundo para ahora ser objetos fenómeno.
*La reducción trascendental, asimismo, nos permite descubrir el YO PURO o EGO
TRASCENDENTAL: aquel al que cualquier objeto del mundo se le aparece. Cuyo ser es
“darse cuenta”, o lo que también se llamara la INTENCIONALIDAD: rasgo esencial de la
consciencia que en todos sus actos apunta hacia un objeto; la consciencia es siempre
consciencia de algo.
SENTIDO:
-Para Husserl, son los contenidos de los actos, por lo que se llaman “actos intensionales” o
“de conciencia”. Es el objeto intensional que el acto de expresión dice de alguna manera.
Ahora bien, una expresión se considera con referencia objetiva porque significa algo, por lo
tanto, está designando, nombrando, un objeto mediante esta significación. En este sentido, se
identifica un objeto puro y otro mentado, dicho (sentido), expresado.
COMPRENSIÓN:
- Equivale a alcanzar plena intuición de los nexos de la experiencia, de la naturaleza externa,
histórico e incluso lógicos. Es captar, en el caso del humano, las referencias de las que
depende un acto, no solamente haciendo referencia a sus motivaciones o propósitos
subjetivos, individuales (como las pasiones naturales), sino que se deben atender todas las
influencias que pueden determinar o guiar al fenómeno, problemático, de la conciencia
(contextuales-históricas). Conocidas como intenciones o motivos. La captación clara, no
oscura, de los nexos reales que determinan o dirigen los actos de los individuos, la naturaleza
(sus “leyes”), lo expresado y la cosa e incluso los hechos históricos.