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Antecedentes
La problemática acerca del punto de vista narrativo, se remonta al siglo pasado y en sus
orígenes se descubre una inquietud de naturaleza técnica: aquella que se refiere a la
objetividad en la novela moderna. El antecedente particular del concepto de focalización, lo
constituye la obra de Jean Pouillon temps et técit, reinterpretada previamente por Todorov y
recogida por Genette, que introduce los conceptos de focalización cero, focalización interna y
focalización externa.
La tipología standard
La mencionada tipología parece haber sido simple: lo que constituye el relato omnisciente
(Narrador > Personaje), es denominado por Genette, focalización cero; la visión subjetiva o a
través de un personaje (Narrador = Personaje), es rebautizada focalización interna y la visión
alejada (Narrador < Personaje) es denominada focalización externa.
Paralepsis, paralipsis.
Genette acuña dos conceptos que dan cuenta de las alteraciones posibles dentro de cada una
de las categorías presentes: la paralepsis y la paralipsis. Si, por ejemplo, la focalización interna
puede resultar alterada mediante el acceso del narrador a información ajena al personaje focal
(a los pensamientos de un personaje distinto al focal), esto constituye un acto de PARALEPSIS.
En otras ocasiones, la alteración tiene lugar en razón de la omisión de un pensamiento o
acción del héroe focal, que el héroe ni el narrador pueden ignorar. Estamos entonces frente a
un caso de PARALIPSIS.
Hay, sin embargo, sobradas razones para dudar de una categorización donde las alteraciones
exhiben tal carácter de excepcionalidad. Las alteraciones de Genette, pueden pensarse de
nuevo a la luz del concepto de comunicatividad.
La comunicatividad
Bordwell entiende por comunicatividad aquel mecanismo de la narración que regula la
información dada por la trama en el proceso de construcción de la fábula. Bordwell muestra
cómo al interior de una determinada focalización, la comunicatividad dispone la información
de la fábula con total independencia de lo que autoriza dicho rango.
Bordwell no hace más que distinguir, frente al eje constituido por el rango de conocimiento o
la focalización, la presencia de un segundo “eje” en relación al cual se regula el punto de vista.
Al lado del “eje de la focalización” (eje en el cual se regula la amplitud dietéticamente
autorizada del conocimiento que es “capaz “de compartir el relato) se coloca el “eje de la
comunicatividad”, sobre el cual, en particular, se manifiestan las paralepsis y paralipsis. Es
precisamente el solapamiento entre estos dos órdenes que aparecen tantas dificultades. Por
una parte, asunto de rango de conocimiento, de focalización. Por otra cuanto ve la instancia
que ve, remite al problema de la “profundidad”. Resulta, por lo tanto, que las preguntas acerca
de quien ve y de cuánto ve quién ve, aluden a dos tácitas independientes de la misma
estrategia: la regulación de la información vehiculada a través de punto de vista.
El problema de cuánto ve la instancia que ve, queda reducido al problema de las restricciones
que operan en cada observación.
Es importante observar que, la menor o mayor “competencia” del Observador, no debe estar
solamente refería a la percepción del espacio, sino también a la significación del tiempo de lo
observado y, en consecuencia, a la significación de esta información espacial y temporal en
relación a la “memoria” de la casualidad narrativa. Es precisamente en este eje de las
“competencias” del Observador en el que se despliegan los rebasamientos (las paralepsis) y las
supresiones (las paralipsis) de su “capacidad de observación.
La competencia de un Observador está definida por uno de los cuatro términos de cuadrado
anterior:
a) Un Observador cuya competencia modal este definida por la exposición lo llamaremos
PLENO.
b) Un Observador cuya competencia modal este definida por la accesibilidad lo llamaremos
ORIENTADO.
c) Un Observador cuya competencia modal este definida por la obstrucción lo llamaremos
OBSTRUIDO.
d) Un Observador cuya competencia modal este definida por la inaccesibilidad lo llamaremos
EXCLUIDO.
Podemos distinguir entre Observadores según el saber espacial, Observadores según el saber
temporal y Observadores según el saber causal.
Una vez que las categorías modales refieren la observación a tres tipos de saberes distintos, es
posible definir un a sub-categorización de la tipología, en relación a dichos tipos de saberes
(espacial, temporal y causal)
SABER ESPACIAL SABER TEMPORAL SABER CAUSAL
INACCESIBILIDAD Extravío Extravío Ignorancia
OBSTRUCCIÓN Obstrucción Obstrucción Obstrucción
ACCESIBILIDAD Ubicación Orientación Orientación
EXPOSICIÓN Ubicación espacial Ubicación temporal Conocimiento
Por último podemos asimilar el cuadro precedente a uno de los resultados de Bordwell en
relación a lo que el autor denomina las correspondencias formales entre la presentación del
syuzhet y los datos de la fábula, los aspectos relacionados con las operaciones de selección. Las
omisiones de la información pertinente para la construcción de la fábula constituyen
obstáculos para el Observador, cuyas modalidades de acceso se corresponden con los
términos de nuestra tipología de Observadores.