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Fundamentos Psicopedagógicos de la Educación - 2015

Resumen Maximiliano Durán Capítulo 3: “Simón Rodríguez: militante de una idea”

Introducción.
Es difícil reconstruir una biografía única y homogénea de la vida de Simón Rodríguez. Su nacimiento,
influencias intelectuales, carácter, ideas políticas y vínculo con el Libertador (Bolívar) suelen no estar
definidas. Existen tantos Rodríguez como biografías suyas se han escrito. Entonces, ¿quién fue Rodríguez?
Fue un hombre que dijo lo que pensaba y actuaba como pensaba, más allá de sus efectos.
Simón Rodríguez es el militante de una idea.
· En Chuquisaca (Bolivia), este maestro abrió una escuela muy criticada por la oligarquía, y sostuvo que
todos los niños fueran recibidos en su escuela sin exigir ninguna condición para su ingreso.
· Decidió que la igualdad era un principio y no un objetivo.
· Denunció que copiar es errar.

Simón Rodríguez y la idea de IGUALDAD.


El concepto de idea es tradicionalmente filosófico. “Idea” según Alan Badiou como aquello a partir de lo
cual un individuo se representa e incluye en el mundo, desde la irrupción de un hecho que altera y
transforma su vida y la de un conjunto de personas. La idea hace que el individuo se comprenda a si mismo
como el componente de un proceso singular en la historia y su vida se guíe en base a esa transformación.
Al abrir Simón Rodríguez una escuela en Chuquisaca y dejar que todos los niños y niñas ingresen, sin
ninguna distinción, se generó un escándalo entre la aristocracia de la ciudad ya que vieron alterado el
“orden social y moral”. Era una sociedad muy segmentada, para la época y al igual que muchas de las
ciudades latinoamericanas de los siglos 18 y 19. La fragmentación social estaba basada en la distinción
racial, patrón común a partir del cual se desarrolló la vida cotidiana dentro del imperio español. Las
personas, según distintos patrones pertenecían a distintos estratos. De acuerdo con la sociedad de castas,
la elite blanca era el grupo con autoridad porque era mejor moral y ontológicamente. La sociedad era una
red de vínculos verticales, centradas en jerarquías sociales. Cada grupo tenía la suya. El vínculo entre
grupos y personas individuales estaba dado a partir de ciertos rasgos identitarios.
En el caso de la educación, la desigualdad era más notoria, degradante y extrema. En la colonia, era un
privilegio de pocos y no un derecho de muchos. En general, las primeras letras se daban por tutores
privados en el interior de los hogares de la gente acomodada o en instituciones exclusivas. A la vez, existían
diversas instituciones escolares de primeras letras. Cada una contaba con programas y constituciones de
acuerdo al estrato social de los niños que recibían. La religión desarrolló una labor importante en este
sentido, ya que creó y dirigió escuelas a las que asistían de manera diferenciada indios, mestizos y blancos.
También hubo escuelas municipales sostenidas por los cabildos, que, en teoría, admitían a todos los niños
católicos; pero sin embargo, la mayoría de la población escolar debía cumplir con condiciones vinculadas a
la pureza de la sangre y al lugar social que ocupaban.
Dentro de este tipo de sociedades fragmentadas y jerarquizadas en torno al sistema de castas, Rodríguez
alteró y transformó ese estado condicional, al recibir a todos los chicos y chicas dentro de sus aulas, en
calidad de iguales. Proposición universal: “escuela para todos, porque todos son ciudadanos” (Rodríguez)
Sin excepción, ni condición. Por primera vez, los niños pobres y sus padres fueron alojados en la escuela. La
escuela, aquel espacio de diferencia, en el que las oligarquías reproducían su lugar en la sociedad, abrió sus
puertas al resto de la sociedad, no para cumplir mandatos de sus superiores, sino como iguales.
Rodríguez aportó de forma original al pensamiento educativo del siglo 19, cuyas consecuencias pueden
sentirse hasta hoy. El hecho cuestionó y alteró significativamente la forma tradicional de vinculación entre
grupos humanos, e introdujo la acción de un principio igualitario. La “igualdad” de Rodríguez es un axioma
a partir del cual derivó una conducta y no un programa. Hasta ese momento, la desigualdad había estado
instalada fuertemente en los proyectos educativos.
Desde los primeros tiempos de la colonia, la presunta igualdad de los seres humanos había estado
relacionada a una condición de naturaleza racional y sobre la base del derecho o ley natural.
La igualdad que sostuvo Rodríguez orientó todo su accionar político y pedagógico (además de sus escritos).
La idea de igualdad es la expresión conceptual de transformación, un proceso político de emancipación que

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interrumpió y alteró la situación escolar en Chuquisaca. Esta idea se incorporó en un proceso de cambio
que excedió los límites de los contenidos, saberes y prácticas de la época, abriendo puertas a una
posibilidad creadora en América.

Los elementos primitivos de la idea de igualdad.


La idea de igualdad está compuesta por 3 elementos primitivos: un elemento político; un elemento
histórico y un elemento subjetivo. Los 3 elementos están presentes en todas las ideas y las configuran.

· Elemento Político: según Badiou, es “una secuencia concreta y fechada en la cual surgen, existen y
desaparecen una práctica y un pensamiento nuevo de la emancipación colectiva”. En éste caso, sería la
emancipación al momento en que se da la irrupción de niñas y niños invisibilizados como alumnos en la
sociedad de Chuquisaca de la época (1925). Fue una ruptura que permitió el acceso a la ciudadanía de
sectores sociales excluidos. Se sostuvo aquí otra concepción de lo que era, hasta entonces, la soberanía
popular.
Igualmente, se optó por sostener una práctica diferenciada y limitada de la soberanía política a favor de
“los más capaces”, junto con un proceso de pedagogía cívica de las masas populares. Este proceso limitó la
enseñanza a la imitación. Los sectores acomodados de la sociedad se hicieron cargo del poder político de
las nuevas repúblicas. Esta elite dirigente utilizó los medios públicos para favorecer sus intereses
personales (lejos de cuidar el bien común). Rodríguez fue quien denunció esa actitud y lo comparó con las
monarquías.
La definición y limitación del lugar del pueblo y sus atributos en los nuevos órdenes institucionales durante
los primeros años de las repúblicas constituyó un problema clave para entender los distintos proyectos que
se implementaron en América. Por un lado, se encontraba el pueblo identificado con los sectores
acomodados de la sociedad y, por otro, el pueblo conformado por los sectores bajos de la población. El
primero de los sectores era el que debía hacerse cargo de la conducción de los nuevos países. El sector
constituido por el populacho, actor revolucionario de primera línea en los levantamientos y campos de
batalla, debía dejarse guiar y educar por el primero.
La postura de Rodríguez fue contrapuesta a la de los sectores populares. Su propuesta de una república
sobre la base del poder soberano del pueblo no admitió exclusiones ni diferenciaciones económicas,
raciales, culturales o sexuales. Por lo tanto, decidió poner en práctica, con el aval de Bolívar, un proyecto
de educación sin precedentes en América, que interrumpió la continuidad de los saberes pedagógicos,
sociales, morales y políticos de la ciudad. Nada de lo escolar hacía referencia a un sitio en el que las
desigualdades propias de las castas fueran suspendidas por el accionar de un principio igualitario. A partir
de éste, fue posible pensar una nueva forma de relación entre las personas. Rodríguez llamó “República” a
esta novedad política, y su proyecto de educación popular fue la forma que eligió para sumarse al
cambio.

· Elemento Histórico: “refiere a la inscripción de esa secuencia de emancipación colectiva que constituye el
primer componente en un devenir general de la humanidad y que adquiere una forma específica sobre la
base de soportes espaciales, temporales y antropológicos” (Badiou). Respecto a la idea de igualdad, este
componente se constituye en el interior de un relato histórico determinado.
La realidad social y administrativa de la ciudad de Chuquisaca al comienzo del siglo 19 estaba afectada por
los procesos de emancipación e independencia de los territorios americanos. El 25 de mayo de 1826 el
Consejo de Gobierno de Perú firmó el decreto que reconocía la autonomía de la República de Bolivia. Para
entonces, Simón Rodríguez estaba por partir de la ciudad, enemistado con la oligarquía.
Cuando había arribado, junto a Bolívar, en Chuquisaca; fue nombrado ministro del nuevo estado
bolivariano y, en su calidad de funcionario público, decidió llevar adelante un plan de educación popular
(proyecto que formaba parte de uno mayor, acerca de la escritura de la constitución para la nueva
república, llevado adelante por Bolívar). Su decisión de incluir en calidad de iguales a todos los niños,
llevaba a la necesidad de construir una ciudadanía implícita en la nueva Constitución. Éste proceso de
educación popular, como parte del proceso de emancipación, se da en el marco de la constitución de una

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nueva república independiente del poder español. Es decir, el elemento político de una idea se da
siempre en el interior de un proceso histórico determinado.

· Elemento Subjetivo: según Badiou consiste en la posibilidad que tiene todo ser humano de decidir su
incorporación en una secuencia de emancipación. Decisión subjetiva que un individuo toma al dirigir su
vida de acuerdo con aquello que transformó un estado de cosas. Es el punto en el que una persona
transpone los límites de la individualidad y el egoísmo para formar parte de un sujeto colectivo de
emancipación.
Rodríguez orientó su vida de acuerdo a la idea de igualdad y no se preocupó por demostrar la verdad de su
afirmación, sino que actuó de acuerdo a ella. Las autoridades de la ciudad, incapaces de pensar la
posibilidad de reunir en un mismo salón a niños de distintos estamentos, apelaron a conceptos como Dios,
Raza, Moral y República; en contra de la idea de igualdad de Rodríguez. La escuela de Chuquisaca, a menos
de un año, fue clausurada; los chicos expulsados, y con el dinero que se destinaba al mantenimiento de la
misma, entre otras cosas, se creó una escuela de ciencias y artes para la gente blanca. Fue un intento del
Estado de volver las cosas a la normalidad anterior a la introducción de los chicos indígenas en la escuela.
Rodríguez partió de Bolivia y nunca más regresó. Estuvo en Chile, Perú y Ecuador. Rodríguez jamás
renunció a sus ideas. En ningún escrito suyo puede encontrarse que niegue el papel de la escuela en la
formación de un pueblo republicano, la soberanía del pueblo, la universalidad de la ciudadanía y la
igualdad como axioma.
El elemento subjetivo de la idea se define en la comprensión, por parte de Rodríguez, del hecho singular de
principio igualitario que transformó la realidad de la ciudad de Chuquisaca, como apertura a una nueva
posibilidad creadora de emancipación colectiva.

Una idea trata de una relación subjetiva entre la singularidad de un acto que transforma un determinado
estado de cosas en pos de un proceso de emancipación colectiva en el interior de una representación de la
historia. La idea debe pensarse como una operación y no como una noción. Los componentes político,
histórico y subjetivo se articulan en una idea, para hacer de ella una operación inmanente, universal y
eterna.

Militancia y Compromiso.
Universalidad: es una de las principales características de una idea. No se refiere a una propiedad esencial
compartida por todos, ni a una ley. Siguiendo a Badiou, consiste en un ofrecimiento incondicionado en el
que aparece un elemento creador. Un enunciado universal es en el interior de una idea particular, “el
anuncio de una nueva posibilidad creadora”. Afirmación que nace de un grupo humano particular, situado
histórico y socialmente, que está dirigida a todos y a cualquiera. La afirmación universal irrumpe en el
interior de una identidad determinada, al mismo momento que transciende todas las identidades, se dirige
a toda la humanidad sin condición identitaria alguna. La idea de igualdad de Rodríguez es universal.
Contrariamente a lo que parezca, la convocatoria de Rodríguez no tiene intenciones homogeneizadoras.
Para él, la igualdad no contiene a los distintos grupos humanos que constituyen la nueva república, sino
que los atraviesa. Las personas no perderían su vínculo cultural de pertenencia. La universalidad de la
igualdad no poseía condición identitaria alguna.

Transtemporalidad: una idea determinada puede ser utilizada en cualquier momento histórico y provocar
efectos. Una idea continúa siendo una ruptura excepcional y, aunque sus efectos se encuentren
suspendidos, siempre existe la posibilidad de que los mismos sean reactivados en otro tiempo y lugar del
nuevo sujeto. Afirmar la igualdad hoy en día nos pone en contacto con la reactivación de su nominación. A
lo largo de la historia, la idea de igualdad y los efectos que ella genera pueden ser afirmados en distintos
momentos y lugares por cualquiera. Sostenerla hoy, es asumir la igualdad como una condición posible de la
misma, afirmar la igualdad como axioma y no como programa. Sostener la igualdad como principio de
acción y ver las consecuencias que se desprenden de dicha afirmación.

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Inmanencia: la idea aparece en el interior de una identidad, en un espacio y tiempo determinados. Surge
en el interior de un relato histórico tras la aparición de un fenómeno que irrumpe la continuidad de un
estado, lo altera y lo transforma. Toda reactivación de una idea se realiza siempre con los elementos del
mundo en el que ella irrumpe.

La idea de igualdad que sostiene Rodríguez a lo largo de su vida es una construcción universal,
inmanente y eterna. Universal en la medida en que se ofrece a todos y a cualquiera. Eterna porque las
consecuencias que derivan de su afirmación pueden retomarse en cualquier momento histórico por un
nuevo sujeto. Inmanente porque su construcción se realiza siempre en el interior de una identidad
determinada y con los elementos propios del mundo en el que ella aparece.

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