Este documento resume el artículo "La elaboración del significado cinematográfico" de David Bordwell. Explica que la comprensión e interpretación de una película implica la construcción activa de significado por parte del espectador basándose en indicaciones del texto fílmico. El espectador no deriva significado de una teoría cinematográfica de forma deductiva, sino que aplica esquemas conceptuales como convenciones tácitas para inferir significado de forma inductiva. El significado construido puede ser referencial sobre el mundo de la película o
Este documento resume el artículo "La elaboración del significado cinematográfico" de David Bordwell. Explica que la comprensión e interpretación de una película implica la construcción activa de significado por parte del espectador basándose en indicaciones del texto fílmico. El espectador no deriva significado de una teoría cinematográfica de forma deductiva, sino que aplica esquemas conceptuales como convenciones tácitas para inferir significado de forma inductiva. El significado construido puede ser referencial sobre el mundo de la película o
Este documento resume el artículo "La elaboración del significado cinematográfico" de David Bordwell. Explica que la comprensión e interpretación de una película implica la construcción activa de significado por parte del espectador basándose en indicaciones del texto fílmico. El espectador no deriva significado de una teoría cinematográfica de forma deductiva, sino que aplica esquemas conceptuales como convenciones tácitas para inferir significado de forma inductiva. El significado construido puede ser referencial sobre el mundo de la película o
Resumen de “La elaboració n del significado cinematográ fico” de David
Bordwell
La interpretación como construcción
Hablar de “interpretación” invita al malentendido desde el principio. La interpretación es el
tipo de explicación insertada entre un texto o agente y otro. El término puede denotar prácticamente cualquier acto que elabora o transmita significado. En la crítica de las artes, la interpretación se puede contraponer a la descripción o al análisis. Nuestro premier problema, consiste en interpretar la “interpretación” Ciertos escritores toman “interpretación como sinónimo de la producción de significado. Si ningún conocimiento es directo todo conocimiento deriva de la interpretación. El conocimiento implica inferencias. El concepto de inferencia nos permite desarrollar una distinción conceptual común. Los críticos distinguen entre comprender una película e interpretarla. Partiendo de la base de una distinción entre comprensión e interpretación, la tradición identifica dos tipos de significado, resumidos en la definición de interpretación de Paul Ricoeur: “la tarea del pensamiento que consiste en descifrar el significado oculta en el significado aparente, en revelar los niveles de significado implícitos en el significado literal”. Por tanto, mientras la compresión se ocupa de los significados aparentes, manifiestos o directos, la interpretación se interesa en la revelación de los significados ocultos, no obvios. Al hablar de significados ocultos, niveles de significados y revelación del significado, se evoca el marco dominante dentro del cual los críticos entienden la interpretación. La obra se toma como un continente que el artista ha llenado de significados para que el observador los extraiga. SE supone que la comprensión y la interpretación exploran el texto, atraviesan sus superficies y sacan sus significados a la luz. La comprensión e interpretación de una obra constituye una actividad en la que el observador desempeñe un papel principal. La comprensión esta mediada por actos transformativos, tanto “de abajo arriba” (procesos psicológicos automáticos y obligatorios) como “de arriba abajo” (actos conceptuales y estratégicos). Los datos sensoriales de un filme específico suministran los materiales a partir de los cuales los procesos inferenciales de precepción y cognición construyen significados. Los significados no se encuentran sino que se elaboran. Por tanto, la comprensión y la interpretación implican la construcción del significado a partir de indicaciones textuales. La elaboración del significado es una actividad psicológica y social. El observador no es pasivo, sino in movilizador activo de estructuras y procesos que le permiten buscar la información pertinente a una tara y unos datos concretos. En la mayoría de los casa, el espectador aplica estructuras de conocimiento a las indicaciones que identifica dentro de una película. La construcción no es creación ex nihilo; debe haber materiales previos que sufran una transformación. Estos materiales incluyen no sólo la producción perceptual proporcionada por procesos “de abajo arriba”, sino también los datos textuales de más alto nivel en los que los diversos interpretes basan sus interferencias. Una composición, un movimiento de cámara o una frase del diálogo pueden ser ignorados por un crítico y destacados por otro, pero cada dato sigue siendo un aspecto de la película discernible de forma intersubjetiva. Por consiguiente, tanto la comprensión como la interpretación requieren que el espectador aplique sus esquemas conceptuales a los datos recogidos en la película. ¿Qué tipos de esquemas conceptuales pueden utilizarse? El primer candidato puede ser una teoría. Una teoría fílmica consiste en un sistema de proposiciones que dicen explicar la naturaleza y las funciones del cine. Las teorías desempeñan un importante papel en los esquemas conceptuales, por ejemplo, las teorías psicoanalíticas del cine ayudan a muchos críticos en su elaboración del significado. Pero debemos plantearnos como se produce esta ayuda. ¿En qué sentido la interpretación sigue a la teoría? LA interpretación del crítico pone a prueba una teoría. Una exégesis crítica, considerada como aceptable según su propiedad interpretativa., sirve para confirmar, revisar o rechazar un argumento teórico. Esto hace que la interpretación sea más o menos análoga al experimento científico que pone a prueba una hipótesis. Me limito a indicar que las interpretaciones de películas no se pliegan al modelo de “pruebas”. Ninguna interpretación puede fracasar en la confirmación de una teoría. La crítica utiliza un lenguaje común, propicia la redescripción por medio de metáforas y juegos de palabras. Estos procedimientos otorgan al crítico la suficiente libertad de acción como para afirmar que cualquier teoría mayor ha quedado demostrada por el caso que le ocupa. En vez de postular una separación inductiva entre teoría y crítica, quizá deberíamos considerar que la interpretación del crítico se produce de forma deductiva a partir de la teoría. Por consiguiente, cada interpretación crítica presupone una teoría del cine, el arte, la sociedad, el género, etc. En el terreno conceptual, la concepción deductivista está muy lejos de ser convincente. Una teoría tiene coherencia conceptual, y está diseñada para analizar o explicar algún fenómeno en particular. Los supuestos, presuposiciones, opiniones y las ideas a medio cocer no aportar nada a una teoría. Incluso en el supuesto de que cada intérprete albergase tácitamente una teoría del cine completa, los detalles de cualquier resultado interpretativo no tendrían por qué estar necesariamente determinados. Dos críticos pueden estar de acuerdos en todos y cada uno de los aspectos de la doctrina abstracta y aun así producir interpretaciones dispares. Por lo tanto ¿podemos decir que la interpretación del crítico ilustra una teoría? Convertir una interpretación es una parábola de una teoría no es acometer la verificación de la verdad de dicha teoría. Cualquier teoría ya sea el psicoanálisis o la cienciología, puede ilustrarse por medio de obras de arte. Si cada conjunto de ideas pertinentes al acto interpretativo no cuenta como una teoría cinematográfica, entonces la interpretación puede ilustrar las ideas pero no ilustrará una teoría. Quizá una teoría simplemente ofrezca percepciones que pueden guiar la interpretación del crítico. Solo ciertas teorías resultan dignas de explotarse, y se supone que dichas teorías son válidas o acertadas en función de aspectos al margen de su aplicabilidad a una película específica. La “percepción no es criterio suficiente para guiar la elección y utilización de teorías por parte del crítico. He intentado demostrar que la interpretación del crítico no se deriva de una teoría en ningún sentido estricto. Debe entrar en juego algún otro tipo de esquema conceptual. Varios teóricos han propuesto que los críticos producen las interpretaciones siguiendo reglas. En la mayoría de los casos, el término regla es en gran parte un sinónimo de “norma” o de “convención”. Los críticos llegan a las interpretaciones utilizando ciertas convenciones de razonamiento y lenguaje. La interpretación crítica consiste principalmente en una convención “disimulada” o tácita. En estos casos la mayor parte de la gente no es consciente de las convenciones a que obedece. El concepto de convención consiste tácita intenta captar las dimensiones psicológica y social de la actividad interpretativa. Los seres humanos poseen capacidades inductivas que gobiernan la búsqueda cotidiana de sentido, y dichas capacidades desempeñan un papel muy importante en la interpretación de obras de arte. Los críticos poseen capacidades que sintonizan en campos especializados. En todas estas prácticas raciones constituyen los conocimientos interpretativos. Las reglas implicadas son principalmente reglas empíricas. El crítico recurra a un repertorio de opciones y las ajusta a una tarea en particular. Y esta capacidad no constituye una teoría del cine. Desde una perspectiva social, las convenciones se pueden ver como patrones de acción de agentes coordinadores para beneficio de los objetivos de un grupo. Las estrategias para lograr objetivos no tienen por qué consistir en teorías en ningún sentido estricto. Por lo tanto, una relación constructivista de “la parte del observador” tendrá el cometida de explicar el modo en que las prácticas de razonamiento pragmático guían el acto crítico de suposición, expectación y exploración; el momo en que las indicaciones se destacan, organizan y transforman en las bases de las inferencias críticas; el modo en que el observador reconstruye el filme por medio de su actividad cognitiva y perceptual.
El significado elaborado
Cuando los espectadores o los críticos encuentras sentido en una película, los significados que construyen son sólo de cuatro tipos posibles:
1. El observador puede construir un “mundo” concreto, ya sea abiertamente ficticio o
supuestamente real. Al encontrar sentido a un filme narrativo, el espectador construye alguna versión de la diégesis, o mundo espacio-temporal, y crea una historia que tiene lugar dentro de sus límites. Al elaborar el mundo del filme, el espectador no sólo utiliza conocimiento de las convenciones fílmicas y extra fílmicas, sino concepciones sobre causalidad, espacio y tiempo, y puntos concretos de información. Este extensísimo proceso resulta en lo que llamaré significado referencial, tomados los referentes como imaginaros o reales.
2. El observador puede subir un nivel superior de abstracción y asignar un significado
conceptual u “objeto” a la fábula y diégesis que ha construido. Para ello puede buscar indicaciones explícitas de diversos tipos, suponiendo que la “intencionalidad” de la película indique como debe tomarse. Cuando el espectador o crítico considera que la película está “manifestando” significados abstractos, está construyendo lo que denominaré significado explícito. Los significados referencial y explícito constituyen lo que habitualmente se denomina como significados “literales”. 3. El observador también puede construir significados disimulados, simbólicos o implícitos. Ahora, se supone que la película está “hablando indirectamente”. Las unidades de significado implícito reciben el nombre común de “temas” aunque también pueden identificarse como “problemas”, “Asuntos” o “cuestiones”. Es posible que el espectador intente construir significados implícitos cuando no puede encontrar un modo de reconciliar un cimiento anómalo con un aspecto referencial o explícito del trabajo. El crítico puede considerar que los significados implícitos son compatibles con los significados explícitos o referenciales atribuidos a una obra.
4. Al construir los significados de tipo 1 y 3, el espectador da por supuesto que la película
“sabe” más o menos lo que está haciendo. Pero el observador también puede construir los significados reprimidos o sintomáticos que la obra divulga “involuntariamente”. Considerado como expresión individual, el significado sintomático puede tratarse como la consecuencia de las obsesiones del artista. Considerado como parte de una dinámica social, se pueden rastrear los procesos económicos, políticos e ideológicos.
Mientras la actividad de la comprensión construye significados referenciales y explícitos, los
procesos de interpretación construyen significados implícitos y sintomáticos. Lo que debemos dejar bien claro es que estas cuatro categorías de construcción de significado son funcionales y heurísticas, no sustantivas. Utilizadas en los procesos de comprensión e interpretación, constituyen las distinciones con que los observadores se enfrentan a las películas; son supuestos que generan a un mismo elemento textual no sólo significados diferentes sino también diferentes tipos de significado. Esta es una de las razones por las que la interpretación puede generar un ciclo de producción de significado. Tampoco debemos dar por supuesto que los cuatro tipos de significado constituyen niveles que el crítico ha de atravesar en un orden determinado. El intérprete no tiene por qué analizar con detalles el significado referencial o explícito. En ocasiones, un crítico puede intentar detener el juego del significado rechazando las posibilidades implícitas y sintomáticas y vinculando la película a los niveles referencial y explícito. El crítico puede respaldar su interpretación buscando información extratextual como entrevistas con el director, o buscando más pruebas en el nivel referencial. Ninguno de estos dos métodos tiene por qué ofrecer resultado sólidos. Considerando que la elaboración del sentido es una actividad constructiva llegamos a un nuevo modelo de interpretación cinematográfica. El crítico no investiga minuciosamente el texto, lo explora, se introduce tras su fachada, excava para revelar sus significados ocultos. En la relación constructivista, el crítico empieza por los aspectos de la película a los que adscriben ciertos significados. Una interpretación se construye en sentido ascendente y va adquiriendo solidez y altura a medida que se van introduciendo otros materiales textuales y soportes apropiados. Otros críticos pueden salir al paso y añadir una extensión o historia a la interpretación, o extrae parte para utilizarlas en un proyecto diferente. Todo crítico se basa en las tradiciones del oficio que dictan el modo en que se construye una interpretación adecuada. Doctrinas interpretativas
Cuando el estudio del cine se academizó, se podría haber convertido en una
subdivisión de los estudios sociológicos de la comunicación de masas. Sin embargo, se vio conducido hacia el academicismo por los humanistas, principalmente los profesores de literatura, teatro y arte. Como resultado, el cine se vio subsumido entre los sesenta referenciales interpretativos que imperan en estas disciplinas. El omnívoro apetito interpretativo del humanismo académico convirtió al cine en un “texto” plausible. En la década de los sesenta, los estudios literarios habían adoptado la ideología de “enfoques” múltiples: intrínseco, centrado en los mitos, psicoanalítico, cultural, contextual, etc. Una película podía estudiarse desde todas las perspectivas críticas aplicables a un poema. El pluralismo liberal que absorbió los estudios cinematográficos acomodaría más adelante los estudios étnicos, los de la mujer y la teoría literaria, añadiendo unidades departamentales que trajeron nuevas materias y metodologías basadas en la interpretación. El formato de la película resulto ser fácilmente asimilable al programa existente de enseñanza de novelas y obras de teatro. Estos factores históricos específicos hicieron que los estudios cinematográficos siguieran el camino interpretativo, contrayendo significados implícitos o sintomáticos a partir de las bases establecidas por otras disciplinas humanísticas. A lo largo de su historia la interpretación ha sido una actividad social, un proceso de pensamiento, escritura y discurso inmerso en instituciones gobernadas por normas.