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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LOS LLANOS
CENTRALES “RÓMULO GALLEGOS”
ÁREA DE CIENCIAS POLÍTICAS Y JURÍDICAS
PROGRAMA DE MUNICIPALIZADO DE FORMACIÓN EN DERECHO
UNIDAD CURRICULAR: REDACCIÓN DE DOCUMENTOS
NÚCLEO VALLE DE LA PASCUA – ESTADO GUÁRICO

REDACCIÓN DE
DOCUMENTOS

Profesor: Integrantes:
Brandon Carmona María Ramos C.I.:29.504.686
Edumelvys Suarez C.I: 12.897.034
Johana Medina C.I.: 24.929.490
Samantha Castellanos C.I.: 30.050.022
Ali Guillent C.I.: 16.504.686

FEBRERO 2023
A través de la historia la redacción se ha conocido como la acción a través
de la cual se expresa por escrito una idea o evento acaecido con
anterioridad. Es esencial que el redactor organice mentalmente las ideas que
desea plasmar en el papel. Una vez organizado el esquema de ideas, el
siguiente paso es definir cuáles son las ideas principales y secundarias, así,
la solidez del escrito no se verá afectada por la falta de concentración de
ideas que, a su vez, no permitiría la interpretación del texto.

De la misma forma se sabe que los documentos con carácter jurídico, como
los contratos y acuerdos, son promesas mutuas entre dos o más partes. Se
pueden ver en todas partes: desde acuerdos comerciales y laborales hasta
contratos de arrendamiento residencial y acuerdos de conciliación. Los
documentos legales deben ser un compendio organizado y redactado en
idioma legal de ciertas ideas que reflejen deseos, respuestas o inquietudes.
Es muy importante esclarecer bien los términos a utilizar para que el público
pueda entenderlos perfectamente. Para la estructura es preferible utilizar la
voz activa y el tiempo presente, al menos que describa sobre alguna acción
pasada. Los documentos legales bien redactados deben expresar ideas en
forma positiva. Por ejemplo: En lugar de decir Quién no tire el papel a la
papelera será multado es preferible decir, Debemos tirar el papel a la basura
y de ese modo evitaremos ser multados. Una vez finalizado el documento
debe editarse, revisarse y cambiarse para evitar redundancias, excesos de
texto y frases innecesarias.

Por lo tanto, Redactar un documento legal es una tarea delicada que


requiere una dedicación importante de tiempo y recursos para que dicho
documento cumpla su objetivo a cabalidad, por lo que el contar con un
abogado especializado en la redacción de textos jurídicos es definitivamente
un ahorro económico importante y una manera efectiva de minimizar riesgos
futuros derivados de la redacción del documento.
Para comenzar, Si se quiere conceptualizar este proceso, se debe entender
que Para un abogado es de suma importancia el saber redactar y expresar
con claridad sus ideas, tanto por escrito como verbalmente. El escrito jurídico
es el instrumento que contiene nuestra palabra y que plasma nuestro
pensamiento para lograr convicción judicial tras exponer nuestros
argumentos; en este sentido, la redacción de estos escritos es el cimiento
para llevar un buen proceso. De acuerdo con el Diccionario Panhispánico del
Español Jurídico, para el Derecho Administrativo, un escrito es un
documento por el cual alguien se dirige formalmente a la Administración, ya
sea para formular una solicitud, interponer un recurso administrativo o
formalizar cualquier trámite para el que haya sido emplazado y deba
realizarse por escrito. Por otro lado, el escrito en Derecho Procesal es aquel
que se requiere para formalizar una demanda, contestación, recurso, etc.
Entre los documentos que todo abogado debe saber redactar.

Durante la trayectoria del abogado, existirán un sinfín de documentos


jurídicos que deberá elaborar. Por ello, Ámbito Jurídico presentó una serie de
recomendaciones sobre los cinco documentos que todo abogado debe
elaborar en el ejercicio de su profesión:

En primer lugar, Poder para actuar. Describir las facultades con precisión y
de acuerdo con lo dispuesto en las normas procesales.

En segundo lugar, Peticiones. Expresar por qué se tiene derecho a una


respuesta o, por esa vía, a una solución concreta.

En tercer lugar, Amparo. Redactar la solicitud de amparo de un derecho


fundamental y, sobre todo, saber cuáles son estos derechos. En este tipo de
escrito, la exposición de los antecedentes fácticos es de especial relevancia.
En cuarto lugar, Contrato. Delimitar y describir en forma precisa el objeto
contractual, las obligaciones de cada una de las partes, la limitación de la
responsabilidad, las penalidades o sanciones por incumplimiento, las formas
de terminación del contrato, los plazos y las formas de pago, así como
cualquier otra condición que el negocio particular requiera.

Por último, Demanda. Realizar una correcta estructuración que plasme el


derecho que tiene la parte que la presenta.

Así mismo, los criterios de redacción jurídica establecen claramente que el


profesional del derecho debe tener en cuenta que los estudios generales de
lenguaje son la base de su carrera para poder emprender adecuadamente el
estudio del derecho.
Como primer criterio, lo recomendable es que el abogado sepa dominar el
castellano, debido a que, si ignora las reglas gramaticales del lenguaje, el
cincuenta por ciento de su carrera se verá frustrada. Con esto no se pretende
sostener que los abogados sean unos expertos en la lingüística, pero lo más
recomendable es que conozcan los aspectos generales de la gramática
castellana para poder aplicar de manera correcta el uso de los signos de
puntuación y la coherencia en la sintaxis de sus escritos.

Según Alhambranet (2012), que establece que: Si tenemos en cuenta la raíz


latina de la palabra y la definición que ofrece la RAE, la redacción jurídica no
es poner orden en un caos de palabras y de ideas, expresando de forma
escrita, con exactitud y originalidad, unos hechos determinados (que en
nuestro caso traen causa de una cuestión legal o judicial). Para una
correcta redacción jurídica, o escritura forense, además de conocer las
reglas de gramática y ortografía, deberemos dominar los sinónimos
jurídicos y tener una notable claridad de ideas. Una vez ordenemos,
mentalmente o mediante esquemas o mapas conceptuales nuestras propias
ideas, estamos listos para trasladarlas al papel.

Así pues, para una buena redacción jurídica es importante tomar en cuenta
lo expresado por el autor mencionado, además de tener conocimientos
legales en el tema abordado por parte del jurista. Por tal razón, el abogado
debe exigirse a sí mismo la aplicación de reglas gramaticales y presentar
los escritos sin errores ortográficos, del mismo modo debe redactar de forma
concisa y exacta para ser comprensible por los lectores; este tipo de
redacción es empleada para la elaboración de documentos judiciales y
legales como: recursos extraordinarios, sentencias y demandas.

El segundo criterio es el conocimiento y uso de un buen vocabulario.


La carrera de Derecho ya posee sus propios tecnicismos, y estos se pueden
encontrar en los distintos diccionarios jurídicos. Todo abogado conoce
mejor su carrera cuando llega a emplear los instrumentos necesarios de
esta.

Aparte de manejar el lenguaje jurídico, es recomendable que los abogados


también estudien de manera correcta el uso de los sinónimos y antónimos
para poder enriquecer su bagaje profesional y así poder plasmar la
terminología necesaria en cada documento. Para esto se recomienda al
abogado contar a su vez con un buen diccionario de sinónimos y
antónimos. El tercer criterio recae en el abogado, pues debe saber escribir
bien. Es por ello que un curso de redacción general ayudaría mucho. Algo
que olvidan la gran mayoría de abogados, es que tienen a su alcance
la predisposición para poder escribir, ya sean poemas, cuentos,
pensamientos, etc. Si el profesional del derecho comienza a hacer de la
escritura un hábito, la misma práctica le ayudará a relacionarse mejor con la
terminología y a la hora de redactar un documento, verá su progreso
cuando empiece a darse cuenta por sí mismo, que su redacción es
entendible y coherente. Uno de los secretos para obtener una buena
redacción, es la práctica; de este modo, al redactar sus demandas,
denuncias, minutas, etc., dejará no sólo una buena impresión en sus
documentos, sino una calidad legible que lo diferenciará de los otros
profesionales.

Cómo cuarto criterio de la buena redacción está el formarse el hábito de la


lectura. mientras más lea un abogado podrá enriquecer su léxico. Pero no
solo debe remitirse a leer textos jurídicos o normas legales, sino que debe
leer obras, novelas e incluso textos filosóficos. Este es otro de los secretos
por el cual todo profesional del derecho mejorará la calidad de sus escritos.
Cuando uno lee un libro, no solo su mente se traslada a otro mundo, sino
que el lector se enriquece de toda la cultura, el estilo y el contexto que el
autor plasmó en su obra. Esto se debe tener muy en cuenta.

Actualmente en los escritos jurídicos, se sigue empleando el estilo


persuasivo, pero ya no es lo adecuado, porque el legislador contemporáneo
ya sabe que por razones sociológicas, su misión no consiste en convencer,
sino en ordenar. Esta es una de las razones por las cuales las leyes hacen
uso del poder de su autoridad, la cual no consigue recurriendo a un lenguaje
persuasivo (en el caso de las normas), sino en el orden que le da a la ley. Lo
mismo va para los abogados en los documentos que redactan, pues más que
buscar la convicción, se debe buscar la claridad, concisión y objetividad de lo
que se está pretendiendo. El lenguaje jurídico empleado por los abogados en
sus escritos debe ser claro, conciso y estar conforme a ley, sobre la
pretensión que se persigue.

De la misma forma, la importancia de la redacción jurídica es fundamental en


todo documento jurídico, ya que si los profesionales del derecho no se
expresan con la terminología adecuada, la redacción de su escrito puede
llegar a perder su objetividad.
Entonces, la redacción jurídica debe resultar eficaz, sobre todo, si a través
del escrito, se logra el propósito de lo que se solicita. Además todo
documento debe informar, persuadir, estimular y esclarecer los hechos
narrados para conseguir resultados óptimos de lo que se está solicitando.
Luego de analizar los criterios principales para obtener una buena redacción,
ahora empezaremos a tratar la eficacia que debe existir en los documentos
jurídicos.
Primero.- Se debe poner un orden al escrito.

Segundo.- No se debe olvidar que redactar es expresar por escrito con


exactitud, concisión y claridad, para que pueda ser entendido.

Tercero.- Se tiene que organizar mentalmente las ideas antes de escribirlas


(relación de ideas).

Cuarto.- No tiene que haber incoherencias en la sintaxis.

Quinto.- Toda redacción jurídica debe expresar en el escrito un suceso o


pensamiento respecto a las conductas relacionadas con las normas que
regulan la vida del hombre en la sociedad.

Sexto. -- El lenguaje que utilice el abogado en la redacción de su escrito,


debe distinguirse de una redacción general o literaria.

Séptimo.- El profesional del derecho, no solo debe mostrar una buena


redacción, sino que es menester que sepa argumentar su escrito, teniendo
en cuenta las normas vigentes.
Por último, los abogados que se dediquen íntegramente a ejercer las
funciones de jueces o juristas, deben dominar bien las reglas gramaticales de
la lengua, puesto que ellos son los encargados de dar seguridad en sus
documentos.

De esta forma, lo importante de toda buena redacción es tomar consciencia


que la escritura debe ser el reflejo de un correcto pensamiento. Plasmar la
terminología correcta, no siempre resulta sencillo, para ello hay que leer,
estudiar y sobre todo practicar. Si cerramos nuestra mente ante la realidad
que existe en las palabras, no nos ayudará a mejorar ni como profesionales,
ni como buenos redactores, puesto que nuestro cerebro no se ejercita. La
redacción para el profesional del derecho, no debe ser vista como un
elemento opcional, sino obligatorio. La fluidez en el léxico –como en la
escritura– solo se logra con la praxis.

Queda por demás recordar que los escritos y documentos jurídicos de mejor
trayectoria y reconocimiento, fueron redactados por profesionales del
derecho que constantemente llegaron a explorar las cavilaciones más
profundas de lo que concierne al estudio de la sintaxis y la gramática,
logrando desarrollar una correcta función. Empero, esta función para el
profesional del derecho, no es nada fácil, sobre todo porque el abogado debe
comenzar a interesarse en el lenguaje y poder enriquecerse de todo lo que le
ofrece, no en vano Nietzsche decía el que encuentra el lenguaje interesante,
por sí mismo se distingue de quien no lo admite más que como medio de
pensamientos interesantes.

Vemos entonces que la finalidad del estilo dentro del lenguaje jurídico, no es
otra más que convencer o persuadir a los destinatarios del derecho que se
pretende obtener. Para esto, notamos que Olivecrona Karl, considera que el
lenguaje jurídico siempre emplea un estilo persuasivo, al indicar: El propósito
de todas las disposiciones jurídicas, pronunciamientos judiciales, contratos y
otros actos jurídicos, es influir en la conducta de los hombres y dirigirla de
ciertas maneras. El lenguaje jurídico tiene que ser considerado como un
medio para este fin, es un instrumento de control social y de comunicación
social. Podemos llamarlo lenguaje directorio, por oposición al lenguaje
informativo.Tampoco se debe olvidar que el estilo del lenguaje jurídico en la
redacción depende de quien lo utilice y para quienes lo emplean. Es por ello,
que no se puede generalizar las palabras de Olivecrona y sostener que
siempre (para todos los casos), el estilo del lenguaje jurídico tenga que ser
persuasivo, por ejemplo, en el caso de las jurisprudencias, en vista que aquí,
se pueden emplear y recurrir a varios estilos.

Llegamos entonces al punto en el que se debe conocer el lenguaje jurídico,


definido como el conjunto de términos y expresiones que denotan principios,
preconceptos y reglas a que están sometidas las relaciones humanas en
toda la sociedad civil.

En efecto, los conceptos jurídicos difieren con frecuencia del concepto


general o común. A estas palabras se les llama términos o vocablos, y,
referidas a su respectiva disciplina, forman la terminología o el vocabulario,
en este caso jurídico. La mayor parte del vocabulario jurídico proviene del
latín, como abogado, civil, delincuente, equidad, legítimo, sanción, usufructo;
incluso, debido a la influencia universal del latín, es posible encontrar
algunas semejanzas con otras lenguas. Si se derivan sus elementos,
conseguimos en primer lugar a la doctrina jurisprudencial, compuesta por
muchas disposiciones y opiniones de profesionales jurídicos sin determinar
exactamente qué es y, sobre todo, cuál es su significado.

Sin embargo, la doctrina es el pensamiento o hipótesis que tienen distintos


juristas respecto a un tema del derecho. Cumple un papel muy importante
para la creación de nuevas leyes o para determinadas reformas en la
legislación. En los diferentes países, la doctrina es la guía para resolver
casos concretos y para establecer los cambios legislativos necesarios. Se
conoce como doctrina legal al conjunto de dictámenes de un órgano en el
transcurso del tiempo. Sobre esta doctrina se basan sus decisiones y se
publican, sin transmitir su procedencia y características de consultas.

No obstante, se denomina doctrina jurisprudencial a muchas disposiciones y


opiniones de profesionales jurídicos sin determinar exactamente qué es y,
sobre todo, cuál es su significado. Si bien ambas son fuentes indirectas del
Derecho, la jurisprudencia sí tiene una fuerza vinculante, la cantidad de
sentencias con un resultado análogo conforman una norma única que se
debe seguir. La doctrina simplemente es una guía, pero nadie está obligado
a acometerla.

En este orden es común la presencia de anomalías en el lenguaje jurídico


que deben ser evitadas. Una de ellas es la redacción descuidada, que puede
definirse como la que atenta contra las normas ortográficas y gramaticales (la
que presenta errores en la acentuación, en la puntuación, en las
concordancias verbales o en el significado de las palabras) también
complicada, la que abusa de oraciones subordinadas, en las que unas frases
dependen de otras, y estas, a su vez, de otras anteriores; enmarañan el
contenido de tal forma que el lector se pierde. Sin duda, estas redacciones
constituyen el principal defecto del lenguaje jurídico en el nivel textual.

También se presencia la redacción confusa, que Apresura demasiado en las


obras o palabras. Y por último la redacción pretenciosa, la que ofrece más
información de la que demanda el lector para entender cabalmente el
contenido.
Según el diccionario de la RAE, se entiende por textoel enunciado o conjunto
coherente de enunciados orales o escritos. En general, el texto es una
unidad comunicativa autónoma que expresa un mensaje a través de una
sucesión de elementos entrelazados que se componen entre sí y le otorgan
un sentido coherente y comprensible. Debemos aclarar, no obstante, que
existen dos perspectivas textuales en lo que respecta a la persona que lo
trabaja y la persona a quien va dirigido el texto: Desde la perspectiva del
autor, el texto es un proceso de progresión temática que se opera y se
plasma en subtemas, los cuales a su vez se desarrollan en los párrafos y
éstos en todas las oraciones temáticas y sub temáticas.

Desde la perspectiva del lector, el texto es un proceso de condensación


semántica. Es el lector quien reduce e integra los datos parciales hasta
determinar el tema que une a todo el texto. Este proceso se llama
comprensión del lector.

A diferencia de las técnicas empleadas en la narración literaria, en el que es


válido el empleo de toda una serie de artificios retóricos, tanto reales como
imaginarios, la narración forense debe abstenerse de utilizar tales artificios
puesto que su campo de aplicación es el conjunto de hechos o sucesos
reales del mundo exterior, los mismos que deben ser expresados sobre la
base de una realidad concreta. Las propiedades de un texto forense son las
que logran transmitir el mensaje del autor a través de lo escrito. Entre ellas
figuran las siguientes:

a) La Adecuación. Tiene que ver con la modalidad dialecto/estándar y el


registro lingüístico formal/coloquial/especializado/ en los que se elabora el
mensaje.
b) La Cohesión. Se encarga de resolver los problemas relacionados con la
conexión de las frases, oraciones y párrafos en el texto.
c) La coherencia. Apunta a la semanticidad de la información, esto es, a
vigilar el contenido conceptual del texto.
d) La Gramática. Se encarga de la estructuración de los sintagmas menores:
las proposiciones y las oraciones del texto.
e) La Presentación. Se relaciona con la ejecución del texto, es decir, su
formato, su diseño y la tipografía. Esta propiedad facilita la comprensión del
texto.
f) La Estilística. Se encarga de la selección y plasmación en cuanto a
estructura, recursos y significación, es decir, de procedimientos retóricos o
literarios en el texto.

En cuanto al proceso de redacción de documentos jurídicos se puede decir


que redactar es expresar y desarrollar por escrito ideas previamente
pensadas, por ende, se deben incluir todas las ideas, sin excepción, y
luego se seleccionan y organizan las que resulten más adecuadas para
la elaboración de la composición.

En otro orden de ideas, la redacción jurídica se refiere al conjunto de


escritos que presentan los abogados utilizando terminología adecuada. Estos
escritos deben redactarse de manera correcta, lo cual significa que no basta
que se presenten con buena ortografía sino que además tienen que estar
bien argumentados tomando como base las leyes vigentes. La expresión
escrita (redacción) es un medio de comunicación entre el escritor y sus
lectores, y desde el punto de vista jurídico, es el modo ,a través del cual, el
profesional del Derecho ejerce sus facultades jurídicas.

Por tanto, encontramos que las etapas lógicas del proceso de redacción se
dividen en el modelo de las etapas, el modelo del procesador de textos, el
modelo de las habilidades académicas y el modelo cognitivo.
En primera instancia vemos que el modelo de las etapas presenta la
expresión escrita como un proceso complejo que se produce en atención a
tres etapas básicas: pre-escritura, escritura y reescritura. La Pre - Escritura
Es una etapa intelectual e interna, donde el autor elabora sus ideas y aun no
plasma frase alguna, es imprescindible tener un conocimiento del idioma, el
cual no solo se limita al léxico y a la gramática,sino que se extiende a los
esquemas de organización de cada tipo de texto y la escritura expresa que al
iniciar la redacción, es necesario ampliar las ideas esquematizadas ya
preestablecidas en una guía, en este momento lo importante es desarrollar
las ideas, sin preocuparse por la corrección ni el estilo. Es importante
recalcar, que al redactar se debe tratar de desarrollar todas las ideas, y si se
tiene dudas sobre la ortografía de una palabra sobre la estructura de una
oración, debe marcarla con un círculo o subrayarla y seguir escribiendo. Lo
importante, en este momento del proceso de escritura, es desarrollar la
totalidad de las ideas. En la fase de Re-escritura conviene dejar enfriarel
escrito antes de someterlo a revisión, esto significa que es necesario dejar
pasar un tiempo prudencialantes de revisar y redactar la versión final. La
corrección debe alcanzar la ortografía, sintaxis, adecuación semántica, entre
otros

En segunda instancia, en el modelo del procesador de textos el escritor


elabora el texto a partir de ideas almacenadas en su memoria. Según la
teoría de Van Dijk, este relaciona los procesos receptivos con los
productivos, su teoría muestra el papel que cumple la creatividad y la
reelaboración en la producción textual. Sostiene que las ideas que contiene
un texto no surgen de la nada, sino que son básicamente el producto de la
reelaboración de informaciones procedentes de otros textos o experiencias.

En tercera instancia, el modelo de las habilidades académicas dicta que para


producir un texto el escritor debe saber recoger, clasificar,sintetizar,
interpretar y adaptar la información a las características del texto que está
produciendo. Además, debe estar dispuesto a escribir más de un borrador, a
alterar los planes iniciales y debe conocer las convenciones relacionadas con
la ortografía y con el tipo de texto que está escribiendo.

Y por último el modelo cognitivo es una interesante propuesta que ofrece


Flower y Hayes. Ellosexplican tanto las estrategias que se utilizan para
redactar (planificar, releerlos fragmentos escritos, revisar el texto, fijarse
primero en el contenido y al final en la forma, etc.) como las operaciones
intelectuales que conducen la elaboración de un texto escrito (memoria,
procesos de creatividad).

Adicionalmente las fuentes de información, pueden ser primarias o


secundarias, cuando se elige una fuente de segunda manodeberá constar y
remitir a su vez a la fuente original. La referencia bibliográfica es el conjunto
de elementos suficientemente detallados que permite la identificación de la
fuente documental (impresa o no) de la que se extrae la información.

Para finalizar, debemos indicar el uso de conectores lógicos o ilativos,


denominados cómo cierto tipo de palabras o expresiones cuya función dentro
del texto es dar relación lógica a las oraciones y vincular las distintas partes
que lo componen. Son elementos indispensables para que la información del
texto se pueda estructurar de la mejor manera, es decir, presentarse del
modo más ordenado e inteligible. No deben confundirse con los nexos
gramaticales. Los conectores lógicos guían la interpretación del texto que
hace el lector, haciendo de enlace lógico –y no sólo gramatical- entre las
ideas. Son responsables de dar cohesión al texto, o sea, de sostener sus
distintas partes interconectadas y darle un sentido orgánico, total. A la vez
ayudan a su coherencia, es decir, a que sus ideas se comprendan más
fácilmente. Un conector discursivo puede ser una palabra, una expresión o
una frase, y la utilización de uno u otro depende directamente del estilo de
quien escribe. Por otro lado, cada conector posee un sentido específico y
único, semejante o diferente al de los demás.

En conclusión, Los documentos legales forman parte de muchos procedimientos y


actividades habituales que se llevan a cabo tanto por personas físicas como
personas jurídicas. Las personas dedicadas al asesoramiento sobre temas legales y
acompañamiento en los procesos judiciales tienen contacto diariamente con un gran
número de documentos. Esta documentación tiene un gran peso para los abogados
y es necesario conocer bien la importancia de los documentos legales, sus
características, funciones y tipología. Además, para todos ellos, es fundamental
optimizar el tiempo y los recursos para dar mejor servicio a sus clientes. Los
empleados del sector legal pasan una importante parte de su tiempo buscando
documentos e informaciones. Es por esto que su correcta redacción es crucial para
su validez.
Bibliografía.

1. https://abogados.com.ar/redaccion-juridica-estructura-y-persuasion/27357

2. https://libromar.cl/litigacion-y-prueba/3088-redaccion-de-documentos-
legales.html

3. https://www.studocu.com/latam/document/universidad-nacional-experimental-
de-los-llanos-centrales-romulo-gallegos/derecho-mercantil/criterios-de-la-
redaccion-juridica/22710091.

4. https://fadycs.uat.edu.mx/20038.html

5. http://lenguajejuridico-judith.blogspot.com/2009/11/el-lenguaje-juridico.html?
m=1

7. https://contactaabogado.com/noticias-juridicas/null/importancia-de-la-redaccio-
n-juri-dica-e3f7/

8. https://agnitio.pe/articulo/ars-distinguendi-jurisprudencia-doctrina-
jurisprudencial-y-precedente-sobre-los-grados-de-vinculacion-y-el-virtual-
apartamiento-de-precedentes-en-el-proyecto-de-reforma-del-cpc/

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