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UNIDAD 10

Jurisdicción, Competencia y Conflictos en Materia


Laboral

Introducción
 Conforme a la fracción XX del apartado A del artículo 123 constitucional:
“Las diferencias o los conflictos entre el capital y el trabajo se sujetarán a la decisión de una Junta de Conciliación y
Arbitraje, formada por igual número de representantes de los obreros y de los patrones y uno del gobierno”.

Respecto al texto constitucional, la jurisdicción en materia laboral se deposita en las juntas de conciliación y arbitraje, y
es la única competente para conocer, resolver y ejecutar sus resoluciones en conflictos laborales de carácter individual
o colectivo. La Junta tiene la facultad de impartir justicia laboral.

Para entender el concepto de competencia se requiere conocer previamente el concepto de jurisdicción. La Junta de
Conciliación y Arbitraje tiene jurisdicción (facultad de impartir justicia en materia laboral), pero dicho poder puede
tener limitaciones y a eso se refiere la competencia. La competencia de la Junta se determina con los criterios que
establece la Constitución y la Ley Federal del Trabajo. Asimismo, la Junta de Conciliación y Arbitraje, dentro del
ámbito de su competencia local o federal, es la encargada de resolver los conflictos que se susciten entre el capital y
el trabajo.

En la presente unidad abordaremos el estudio de estos tres temas tan importantes:

igualmente se revisará el cuándo y cómo se tramitará la incompetencia por declinatoria y el incidente de


incompetencia (incluyendo las características de este último), dejando en claro qué órganos determinan los conflictos
de competencia, y la razón y efectos de la nulidad de lo actuado por la junta incompetente.

Finalmente se revisará el concepto de conflicto laboral, las características y las clases de conflictos laborales que
señala la Ley Federal del Trabajo. En cada conflicto la ley laboral señala un juicio específico con el cual se debe tramitar
el conflicto para resolverlo.
Desarrollo de contenido

Jurisdicción del trabajo


Conforme a la fracción XX del artículo 123 constitucional, la jurisdicción en materia laboral se deposita en un tribunal
tripartito llamado Junta de Conciliación y Arbitraje, la cual se integra con un representante de los patrones, otro
de los trabajadores y un tercero de partes del Estado (presidente de la Junta); es decir, las juntas son las
encargadas de impartir justicia en materia laboral, por lo que pueden conocer, resolver y ejecutar sus resoluciones
en conflictos laborales de carácter individual o colectivo. La jurisdicción o la facultad para declarar el derecho, aplicarlo
o hacerlo cumplir en materia laboral, corresponde a las juntas de conciliación y arbitraje. Esta función del Estado la
Constitución se la otorga a la Junta.

Para determinar los límites de la jurisdicción laboral se debe tener en cuenta lo siguiente:

La Junta de Conciliación y Arbitraje es la única que tiene la facultad para conocer de los conflictos en materia laboral.
Como se revisó en la unidad anterior, cuando se estudió la naturaleza de las juntas de conciliación y arbitraje, estos
tribunales no dependen del Poder Judicial; si bien es cierto que en los primeros años se les negó la calidad de tribunales,
señalando que las juntas sólo podrían conocer de los conflictos colectivos del trabajo privando a sus fallos de todo
carácter coactivo y que los demás conflictos individuales eran materia de otros tribunales judiciales, se les consideraba un
organismo administrativo de índole completamente diversa. Más tarde, en el año 1924, la Suprema Corte de Justicia de la
Nación cambio su criterio jurisprudencial y reconoció que las juntas tenían jurisdicción para conocer todos los conflictos
laborales (individuales y colectivos), considerándolo como un tribunal especializado en materia laboral y con facultades
ejecutivas en el cumplimiento de sus laudos.
Para determinar si el conflicto es laboral o no, y por lo tanto para resolverlo, se tiene que recurrir a la jurisdicción laboral.
Hay que revisar la calidad de las personas que intervienen en el conflicto; en otras palabras, si en el conflicto intervienen
trabajadores o patrones. También se tiene que revisar el objeto material del conflicto; en este sentido, pueden existir
conflictos entre trabajadores y patrones, entre trabajadores y sus sindicatos, entre sindicatos o entre sindicatos y
patrones.

Tal y como señala el autor Miguel Bermúdez Cisneros, en su libro Derecho del trabajo, la jurisdicción del trabajo…
UNIDAD 15

Introducción

En esta unidad se estudiará la forma ordinaria de concluir el proceso laboral que es a través del dictado de una
sentencia, que en materia laboral recibe el nombre de laudo, por lo que se estudiará el procedimiento que se debe
seguir para dictar el laudo y el contenido que debe tener; igualmente, el simple dictado del laudo no bastaría para
hacer efectiva la resolución. Con la reforma laboral se modificó el plazo de 72 horas a 15 días para que la parte
condenada pueda cumplir con lo ordenado en el laudo; en caso de que transcurrido este plazo no lo haga a petición de
parte, el presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje debe iniciar el procedimiento de ejecución para hacer
efectivo el laudo.

En esta unidad se revisarán las fases de este procedimiento, que propiamente son el requerimiento de pago, el
embargo y el remate.

Finalmente se abordará el tema del juicio de amparo en materia laboral; es decir, contra qué resoluciones emitidas
por la Junta de Conciliación y Arbitraje proceden los juicios de amparo directo e indirecto, así como el procedimiento
que se sigue ante los Tribunales Colegiados de Circuito y los Juzgados de Distrito. Al igual que la Ley Laboral, el 02 de
abril de 2013 salió publicada en el Diario Oficial de la Federación la nueva Ley de Amparo. Uno de los cambios más
importantes es que si una de las partes en el juicio laboral promueve juicio de amparo directo contra un laudo, la
parte que favorece la resolución laboral puede promover amparo adhesivo.

Resoluciones
Antes de entrar al estudio del laudo es importante saber el concepto de las resoluciones, ya que el laudo es una
resolución.

De acuerdo con los autores Rafael Tena Suck y Hugo Ítalo Morales, “resolución son todas aquellas declaraciones
formales del juzgador, que tienden a ejercer sobre el proceso una influencia directa, inmediata o de definición de la
controversia, siendo sus principales características las siguientes:

a. Son actos de jurisdicción.


b. Mediante ellas el órgano expresa su voluntad y ordena o prohíbe.
c. Son unilaterales y se llevan a cabo por conducto del tribunal.
d. Mediante las resoluciones, se tramita, suspende o resuelve el proceso”.

El artículo 837 señala que las resoluciones laborales se clasifican en…

1. Acuerdos

Si se refieren a simples determinaciones de trámite o cuando decidan cualquier cuestión dentro del negocio.

1. Autos incidentales o resoluciones interlocutorias

Cuando resuelvan dentro o fuera de juicio un incidente.

1. Laudos
Cuando decidan sobre el fondo del conflicto.

“La Junta dictará sus resoluciones en el acto en que concluya la diligencia respectiva o dentro de las cuarenta y ocho
horas siguientes a aquellas en la que reciba promociones por escrito, salvo disposición en contrario de esta Ley”
(artículo 838, LFT).

“Las resoluciones de las Juntas deberán ser firmadas por los integrantes de ellas y por el secretario el día en que las
voten, en los términos del artículo 620 de la Ley Federal del Trabajo” (artículo 839, LFT). Al respecto, es importante
señalar que este artículo se modificó en la reforma laboral, ya que se agregó lo relativo al artículo 620 de la ley, el
cual establece las normas que se observarán para el funcionamiento del pleno y de las juntas especiales, y la fracción
III menciona cómo se deberá integrar la Junta para la audiencia de discusión y votación de los laudos.

Laudo
Conforme a la ley laboral, al concluir el término para formular alegatos o formulados, estos terminan la fase de
instrucción mediante la declaración correspondiente y se abre la fase más importante del procedimiento, que es donde
se realiza un juicio. En ella tiene la pronunciación y el fallo que pone fin al procedimiento y que en materia laboral
recibe el nombre de laudo.

Así, por laudo se puede entender “el acto jurisdiccional, en virtud del cual la Junta aplica la norma al caso concreto, a
fin de resolver la incertidumbre del derecho”.

Concluida la instrucción, el expediente se turna al secretario auxiliar dictaminador, que elabora el proyecto laudo. Éste
recibe el expediente, y de conformidad con el artículo 885 dentro de los 10 días siguientes, formulará por escrito el
proyecto de laudo.

Formulado el proyecto, que propiamente recibe el nombre de dictamen y que deberá contener los elementos que
señala el artículo 840 de la ley laboral, se entrega una copia a cada uno de los tres integrantes de la Junta, para que
lo estudien y preparen sus argumentos que pueden esgrimir en la audiencia de discusión y votación (audiencia de
resolución).

En esta fase del procedimiento puede darse el caso de que los representantes que integran la Junta, dentro de los
cinco días siguientes al de haber recibido la copia del dictamen, soliciten el desahogo de pruebas para mejor proveer,
que conduzcan a un mejor esclarecimiento de la litis, para dictar un fallo más apegado a la realidad. En el
procedimiento laboral, al igual que el penal, lo que se persigue es la verdad real y no la formal. La recepción de estas
pruebas deberá ser dentro de un término de ocho días.

Diez días después de entregado el expediente a los integrantes de la Junta, o en su caso, desahogadas las pruebas
para mejor proveer, que se hubiesen solicitado conforme al artículo 886 de la ley laboral, el presidente de la Junta
fijará fecha y hora para la celebración de la audiencia de discusión y votación del proyecto del laudo formulado por el
secretario auxiliar dictaminador (artículo 887). En esa audiencia se falla en ese momento con vista al dictamen y al
expediente.

 
Conforme al artículo 888, la discusión y votación del proyecto de laudo se llevarán a cabo en sesión de la Junta,
certificando el secretario la presencia de los participantes que concurran a la votación, de conformidad con las normas
siguientes:

Posteriormente se levanta una breve acta dentro del expediente en que los representantes hacen constar el sentido
de la resolución, la cual puede ser la aprobación íntegra del dictamen o su aprobación, pero con observaciones o bien
en sentido contrario, la votación casi siempre es por mayoría y no por unanimidad de votos. También puede ser
rechazado el dictamen, por lo que en este caso será devuelto al auxiliar dictaminador para que dicte un nuevo laudo,
de acuerdo con lo aprobado. En supuesto, se hará constar en acta.

Si el dictamen fuera aprobado sin adiciones ni modificaciones, se elevará a la categoría de laudo (a esto la Suprema
Corte de Justicia de la Nación le ha llamado laudo sentencia, que es lo que resolvieron los integrante de la Junta en la
audiencia y esto no lo pueden modificar) y se firmará de inmediato por los integrantes de la Junta. Se devuelve el
expediente al dictaminador y en ningún caso puede ser modificado. Se le devuelve al dictaminador, para que se haga lo
que en la práctica se conoce como “engrose”, o sea señalar la fecha de la audiencia de resolución y votación, y la
llamada “coletilla”, en que se hace constar al calce del documento, cuál es el sentido de la votación: mayoría o
unánime. Los laudos pueden ser absolutorios, condenatorios o mixtos (parcialmente condenatorios y parcialmente
absolutorios).

Engrosado el laudo, el secretario recogerá, en su caso, las firmas de los miembros de la Junta que votaron en el
negocio y, una vez recabadas, turnará el expediente al actuario, para que de inmediato notifique personalmente el
laudo a las partes en el domicilio señalado en autos. Se les entrega copia simple del mismo (artículo 890, LFT). Este
laudo que se lleva a notificar a las partes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo llama laudo documento.

En el caso de que algún miembro de la audiencia, habiendo concurrido a la audiencia de discusión y votación del
proyecto del laudo, se niegue a votar la resolución, se observará lo dispuesto en el artículo 845 de la Ley Federal del
Trabajo.

Asimismo, el artículo 846 señala que si votada una resolución uno o más de los representantes ante la Junta se
niegan a firmarla, serán requeridos en el mismo acto por el secretario y, si insiste en su negativa previa certificación
del mismo secretario, la resolución producirá sus efectos legales, sin perjuicio de las responsabilidades en que hayan
incurrido los omisos.

 
El laudo deberá contener los elementos que señala el artículo 840 de la ley laboral (desde el proyecto de laudo
deberá elaborarlo el dictaminador con estos elementos). Este precepto sufrió cambios con la reforma laboral de 2012;
en la fracción III, se agrega la réplica y la contrarréplica (dúplica), y en su caso la reconvención y contestación a la
misma; en la fracción IV se agrega que debe contener las pruebas admitidas y desahogadas, y su apreciación en
conciencia, señalando los hechos que deban considerarse probados. Por lo que dicho artículo quedó redactado de la
siguiente manera:
A su vez, el artículo 885 en la parte final señala que el dictamen deberá contener lo siguiente:

I. Un extracto de la demanda y de la contestación, réplica y contrarréplica; y en su caso, de la reconvención y


contestación de la misma;
II. El señalamiento de los hechos controvertidos;
III. Una relación de las pruebas admitidas y desahogadas, y su apreciación en conciencia, señalando los hechos que
deban considerarse probados;
IV. Las consideraciones que fundadas y motivadas se deriven, en su caso, de lo alegado y probado; y
V. Los puntos resolutivos.

Se considera que es un error del legislador conservar las fracciones I a V del artículo 885, ya que el artículo 840 ya
señala con más precisión cuál es el contenido del laudo.

El artículo 841 de la ley laboral señala la forma y los términos en que deberán dictarse los laudos. Dicho precepto
señala que los mismos deberán ser dictados a verdad sabida, buena fe guardada y apreciando los hechos en
conciencia, sin necesidad de sujetarse a reglas o formulismos sobre la estimación de las pruebas, pero las juntas de
conciliación y arbitraje están obligadas a estudiar pormenorizadamente las pruebas rendidas, haciendo la valoración de
las mismas, y asimismo, expresarán los motivos y fundamentos legales en que se apoyen. En la reforma laboral se
agrega al artículo 841 que indica que “las Juntas de Conciliación y Arbitraje están obligadas a estudiar
pormenorizadamente las pruebas rendidas haciendo la valoración de las mismas”, lo cual es el resultado de que los
laudos, en términos generales, son muy pobres en la redacción y lenguaje, ya que con frecuencia no se apegan a las
exigencias mínimas previstas en los artículos 840 a 842 de la LFT.

Las juntas de conciliación y arbitraje están obligadas a estudiar pormenorizadamente las pruebas rendidas, haciendo la
valoración de las mismas, y asimismo, expresarán los motivos y fundamentos legales en que se apoyen; lo cual no
podría ser de otra manera, con vista del mandato del artículo 16 constitucional que ordena a las autoridades que
funden y motiven la causa legal del procedimiento. Garantía constitucional que deben respetar las juntas de
conciliación y arbitraje que apliquen los principios de motivación y fundamentación cuando con sus actos afecten la
esfera de los particulares.

Igualmente, en el artículo 842 señala que los laudos deben ser claros, precisos y congruentes con la demanda,
contestación y demás pretensiones deducidas en el juicio oportunamente.

De los artículos 841 y 842 antes señalados, se infiere que los laudos deben cumplir con los principios de
legalidad, congruencia y exhaustividad.

Los artículo 843 y 844 señalan lo siguiente:


Antes de la reforma procesal del 1980 era frecuente que se mandara a abrir el incidente de liquidación para
cuantificar algunas partidas del laudo. A partir de 1980, esa práctica de abrir el incidente tiende a desaparecer,
favoreciendo a la parte que obtuvo el laudo y a dar celeridad al procedimiento, ya que en muchas ocasiones se
promovía el incidente únicamente con la finalidad de retardar la ejecución del fallo, ya que de ser necesario se tenían
que desahogar pruebas para lograr obtener las cantidades líquidas del laudo. Por lo que ahora, si el laudo condena al
pago, debe indicar la cantidad líquida, sin perjuicio de los salarios caídos e intereses que se generen hasta la sentencia
de amparo. Sólo se promueve este incidente cuando no pueda desprenderse de los hechos o no haya datos suficientes.

El laudo deberá notificarse personalmente (artículo 742, fracción VIII, y 890, LFT); una vez notificado, las partes tienen
un término de tres días para solicitar la aclaración de cualquiera de los puntos de la resolución, sin que pueda variarse
el sentido de ésta. A partir de esto, el artículo 847 dice lo siguiente:

Nota jurídica

•Una vez notificado el laudo, cualquiera de las partes, dentro del término de tres días, podrá solicitar a la Junta la
aclaración de la resolución, para corregir errores o precisar algún punto. La Junta dentro del mismo plazo resolverá,
pero por ningún motivo podrá variarse el sentido de la resolución.
•La interposición de la aclaración no interrumpe el término para la impugnación del laudo.

Por otra parte, el laudo únicamente puede ser impugnado ante las autoridades de amparo, mediante un juicio de
amparo directo. En materia laboral no hay recursos, además las juntas no pueden revocar sus propias resoluciones,
sin embargo, las partes pueden exigir la responsabilidad en que incurran sus integrantes. Los laudos son resoluciones
de carácter definitivas; para ello el artículo 848 dice lo siguiente:

Nota jurídica
 

•Las resoluciones de las juntas no admiten ningún recurso. Las juntas no pueden revocar sus resoluciones.
•Las partes pueden exigir la responsabilidad en que incurran los miembros de la Junta.
 

Ejecución del laudo


Conforme al artículo 939, la finalidad del procedimiento de ejecución es cumplir plenamente:

 Los laudos dictados por las juntas de conciliación y arbitraje.

 Los laudos arbitrales.


 Las resoluciones dictadas en los conflictos colectivos de naturaleza económica.

 Los convenios celebrados ante las juntas.

La ejecución del laudo es facultad exclusiva del presidente de la Junta de Conciliación y Arbitraje, o de los de las
juntas especiales, ya que como representante del gobierno puede ejercer la coacción, que corresponde a las
autoridades propiamente dichas.

Cuando el laudo se tenga que ejecutar en lugar distinto de la residencia de la Junta del conocimiento, se seguirá el
procedimiento señalado en los artículos 941 a 944.

Si el laudo es condenatorio, concede 15 días al demandado para cumplirlo, conforme a lo dispuesto en el artículo
945 de la ley laboral. Al respecto, es importante mencionar que este artículo fue modificado; en este precepto se
regula el término dentro del cual se debe cumplir el laudo, se modifica de 72 horas (tres días) a 15 días siguientes al
día al que surta efectos la notificación. Con la presente reforma se hace congruente el término que concede la Ley de
Amparo de 15 días para interponer la demanda correspondiente en contra del laudo, ya que con el término de 72
horas existía la posibilidad de que pudieran ejecutar cuando todavía no había transcurrido el término para impugnar el
laudo y de solicitar la suspensión del acto reclamado.

En este supuesto, el artículo 519, fracción III, corresponde al título relativo a la prescripción y previene que cuando
el trabajador se niegue a ser reinstalado no obstante haberlo apercibido la Junta, el patrón puede dar por terminada la
relación de trabajo. Es importante también considerar el artículo 949.

Si el demandado no cumple dentro del término, el actor puede iniciar el procedimiento de ejecución forzosa del
laudo ante el presidente de la Junta que lo pronunció. Al respecto, el artículo 950 de la Ley Federal del Trabajo
señala lo siguiente: “transcurrido el término señalado en el artículo 945, el Presidente a petición de la parte que
obtuvo, dictará auto de requerimiento y embargo”. En este auto ordena la práctica del requerimiento de pago y del
embargo, o bien, del mandato diverso de la resolución (por ejemplo, reinstalación).

En el procedimiento de ejecución forzosa podemos distinguir tres pasos y son los siguientes:

a. Requerimiento de pago.
b. De embargo. Es una medida procesal para asegurar la efectividad del laudo, en beneficio del acreedor.
c. De remate. Es un acto jurisdiccional establecido en la ley, para enajenar los bienes embargados.

La primera y la segunda fase del procedimiento de ejecución (requerimiento de pago y embargo) la regula el artículo
951 de la ley laboral.

Las diligencias de embargo no pueden suspenderse. El actuario resolverá las cuestiones que se susciten o tiendan a
evitar la realización de la diligencia.

 
En relación con la elección de los bienes para el embargo, el actuario, tomando en consideración lo que expongan las
partes, determinará los bienes que deban ser objeto del embargo, prefiriendo los que sean de más fácil realización; es
decir, los que se puedan enajenar sin mayores obstáculos (artículo 954, LFT).

El artículo 952 señala qué bienes son inembargables. Al respecto indica lo siguiente:

I. Los bienes que constituyen el patrimonio de familia.


II. Los que pertenezcan a la casa habitación, siempre que sean de uso indispensable.
III. La maquinaria, los instrumentos, útiles y animales de una empresa o establecimiento, en cuanto sean
necesarios para el desarrollo de sus actividades. Podrá embargarse la empresa o establecimiento, de
conformidad con lo dispuesto en el artículo 966 de esta Ley;
IV. Las mieses antes de ser cosechadas, pero no los derechos sobre las siembras;
V. Las armas y caballos de los militares en servicio activo, indispensables para éste, de conformidad con las leyes;
VI. El derecho de usufructo, pero no los frutos de éste;
VII. Los derechos de uso y de habitación; y
VIII. Las servidumbres, a no ser que se embargue el fundo, a cuyo favor estén constituidas.

En caso de que el embargo deba recaer en bienes que se encuentren fuera del lugar en donde se practique la
diligencia, el actuario se trasladará al local en donde manifieste la parte que obtuvo que se encuentra, y previa
identificación de los bienes practicará el embargo.

Si los bienes embargados fuesen dinero o créditos realizables en el acto, el actuario trabará embargo y los
pondrá a disposición del presidente de la Junta, quien deberá resolver de inmediato sobre el pago del actor
(artículo 956 LFT). De acuerdo con los autores Rafael Tena Suck y Hugo Ítalo Morales, el pago del acreedor no
debe realizarse en la diligencia de embargo, sino posteriormente, por conducto del presidente ejecutor.
Igualmente señalan que los créditos realizables en el acto son los contenidos en títulos de crédito que circulan en
el comercio libremente y que se transmiten por la simple aceptación del documento que los ampara.

Si los bienes embargados son muebles, se pondrán en depósito de la persona, que bajo su responsabilidad designe
la parte que obtuvo. El depositario debe informar al presidente ejecutor del lugar en que quedarán los bienes
embargados bajo su custodia. La parte que obtuvo podrá solicitar el cambio de depositario.

Si llega a embargarse un título de crédito, se designará un depositario que lo conserve en guarda, quien estará
obligado a hacer todo lo necesario para que no se altere ni menoscabe el derecho que el título represente, y a intentar
todas las acciones y los recursos que la ley concede para hacer efectivo el crédito, quedando sujeto, además, a las
obligaciones que impongan las leyes a los depositarios.

Si el crédito fuese litigioso se notificará el embargo a la autoridad que conozca del juicio respectivo, y el nombre del
depositario, a fin de que éste pueda desempeñar las obligaciones que le impone la parte final del artículo anterior. El
crédito litigioso es un derecho del deudor que no le ha sido pagado, y del cual ya ha iniciado el procedimiento judicial
respectivo para exigir su cobro. En este caso, el depositario tiene la obligación de vigilar el desarrollo adecuado del
juicio hasta su término, con el fin de que al momento del cobro se cubran los derechos del trabajador.

Si los bienes embargados fueren inmuebles, el presidente ejecutor, bajo su responsabilidad, ordenará, dentro de
las 24 horas siguientes, la inscripción en el Registro Público de la Propiedad.

Si el embargo recae en finca urbana y sus productos o sobre estos solamente, el depositario tendrá el carácter
de administrador con las facultades y obligaciones siguientes:
1. Podrá celebrar contratos de arrendamiento, conforme a estas condiciones: por tiempo
voluntario para ambas partes; el importe de la renta no podrá ser menor al fijado en el último
contrato; exigir al arrendatario las garantías necesarias de su cumplimiento; y recabar en todos
los casos la autorización del presidente ejecutor.

2. Cobrar oportunamente las rentas en sus términos y plazos, procediendo contra los inquilinos
morosos con arreglo a la ley.

3. Hacer sin previa autorización los pagos de los impuestos y derechos que cause el inmueble; y
cubrir los gastos ordinarios de conservación y aseo.

4. Presentar a la oficina correspondiente las manifestaciones y declaraciones que la ley de la


materia previene.

5. Presentar para su autorización al presidente ejecutor, los presupuestos para hacer los gastos
de reparación o de construcción.

6. Pagar, previa autorización del presidente ejecutor, los gravámenes que reporta la finca.

7. Rendir cuentas mensuales de su gestión y entregar el remanente en un billete de depósito, que


pondrá a disposición del presidente ejecutor.

El depositario que falte al cumplimiento de las obligaciones señaladas en este artículo será acreedor a las sanciones
previstas en las leyes respectivas.

Si el embargo recae en una empresa o establecimiento, se observarán las normas siguientes:

I .-El depositario será interventor con cargo a la caja, estando obligado a…

a. Vigilar la contabilidad;
b. Administrar el manejo de la negociación o empresa y las operaciones que en ella se practiquen, a fin de que
produzcan el mejor rendimiento posible, y los demás actos inherentes a su cargo.

II.- Si el depositario considera que la administración no se hace convenientemente o que pueda perjudicar los derechos
del embargante, lo pondrá en conocimiento del presidente ejecutor, para que éste, oyendo a las partes y al interventor
en una audiencia, resuelva lo
que estime conveniente; y

III.- Siempre que el depositario sea


un tercero, otorgará fianza ante el
presidente ejecutor, por la suma
que se determine y rendirá
cuenta de su gestión en los
términos y forma que señale el
mismo.

El actor puede pedir la
ampliación del embargo:
El presidente ejecutor podrá decretar la ampliación si, a su juicio, concurren las circunstancias a que se refieren las
fracciones anteriores, sin ponerlo en conocimiento del demandado.

Cuando se practiquen varios embargos sobre los mismos bienes, se observarán las normas siguientes:

Concluidas las fases de requerimiento de pago y embargo, se procederá a la tercera fase del procedimiento de
ejecución que corresponde al remate de bienes conforme a las normas establecidas en los artículos 967 a 975 de
la Ley Federal del Trabajo. Al respecto, el autor MiguelBermúdezCisneros señala que la finalidad del proceso de
ejecución quedaría inconclusa si se limitara al simple embargo o secuestro, en su caso, porque no llegaría a la
obtención de un efectivo con el que pueda cubrirse el crédito reclamado por el actor en la demanda. De ahí que el
procedimiento tenga que continuarse con el remate de los bienes embargados.

En relación con la adjudicación de los bienes embargados, la Ley Federal del Trabajo señala lo siguiente:

Amparo en materia laboral

Con motivo de la reforma constitucional a los artículos 103 y 107 constitucional, el 02 de abril de 2013 se publicó en


el Diario Oficial de la Federación la nueva Ley de Amparo, con la cual se actualizó nuestra legislación, a fin de que
este procedimiento constitucional satisficiera los requerimientos de la sociedad mexicana contemporánea.

Sin afán de entrar a un análisis profundo del juicio de amparo, ya que la revisión cuidadosa de la materia la realizarán
en el curso de amparo propiamente, en este apartado se mencionarán algunas características que le son aplicables al
amparo en materia laboral.

Como se indicó en esta unidad, el procedimiento laboral es aquél que sólo se lleva ante las juntas de conciliación y
arbitraje, ya sean federales y locales; en este sentido, sus resoluciones tienen carácter definitivo y no admiten
recursos. Contra las resoluciones sólo procede el juicio de amparo.

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