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Introducción.

El afán del hombre por crear soluciones a las realidades en las cuales se desarrolla y

se forma, ha permitido que haya un crecimiento intelectual, social, político, religioso e

incluso económico, con el cual, se pueda sustentar y defender dentro de un determinado

lugar o ambiente comunitario, ocasionando así el interés o la preocupación por los

gobiernos, la dictaminación de leyes y estatutos, bajo los cuales los pueblo se puedan regir.

Dentro de los diversos sistemas de gobierno se encuentra la democracia; Para

Bovero hay dos formas de entender la democracia, tales como el poder (Krátos) del pueblo

(demos). La democracia supone el gobierno de los más capacitados, para que tomen

decisiones en nombre de la nación. Sin embargo, una segunda acepción, entiende la

democracia como el poder de la mayoría, dicho de esta forma, el gobierno de la clase no-

noble de la sociedad (Bovero, 2002).

A lo largo de la historia, la democracia no es pues, entre nosotros, una pantalla

jurídica para tratar de disimular un propósito oficial de liquidar toda la oposición y de

invadir todas las esferas de la vida social. Esta realidad está encarnada en prácticas

electorales, periodísticas, educativas y sindicales; abre espacios para movimientos cívicos y

las organizaciones ciudadanas (Zuleta, 2020) dando apertura y acompañamiento al pueblo

La verdadera democracia está en la posibilidad de que el pueblo elija a quienes lo

han de gobernar, adquiriendo la separación de poderes y la garantía de participación de

todos los ciudadanos en los asuntos que conciernen a la igualdad, consolidando así el

sistema de la democracia participativa (De la Espriella, 2018).


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Zuleta, vendrá a afirmar que, para poder construir una verdadera sociedad

democrática y participativa, lo fundamental es alcanzar una cultura de respeto a través del

diálogo, lo cual implica la difusión de ideas y la apertura a nuevos planteamientos, que

siempre estén en pro de la paz y el cumplimiento de los Derechos Humanos, ya que

siempre estará primero el pueblo (Zambrano Rojas , 2019).

Pero poder alcanzar dicha perspectiva, se tendrá que empezar un camino de

saneamiento y de búsqueda de soluciones a la realidad de la violencia, reconociendo la

gravedad y el dolor que ha ocasionado en todos los ámbitos del pueblo colombiano (Zuleta,

2020).

La lucha contra la violencia se ha convertido en una realidad que todos han de

combatir, ya que se ha vuelto una acción patente en las vidas de todas las personas, y que

tristemente, se ha llegado a tal punto de que no se percibe en sus dimensiones reales y se ve

incluso como algo normal y natural (Carmona, 1999)

Luego de que dicha realidad entra en las sociedades y en los gobiernos, aparece

entonces la retaliación, mostrando o planteando así, que la violencia política contribuye al

deterioro del sistema judicial del estado, lo cual fomenta la impunidad y aumenta la

probabilidad de que las personas recurran a la justicia privada para resolver sus conflictos,

lo que contribuye a nutrir la violencia común (Chaux, 2003).

Una de las formas más comunes de violencia que se encuentran, es la violencia

subversiva, dada por los grupos guerrilleros con sus grupos armados, secuestrando soldados

y a civiles, reclutando forzadamente jóvenes, acción de fuerza sobre la población


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campesina e indígena, con clara presión sobre los sectores de producción exigiendo las

llamadas vacunas para su mantenimiento (Bueno Ríos, 1998)

Toda esta realidad de dolor, sufrimiento y sosiego, ha hecho que un sin número de

colombianos a diarios estén en una continua preocupación de que va ser con su vida, con

sus hijos y de su futuro, porque pareciese en ocasiones que la violencia no tendrá fin, y es

desde allí de donde sobresale la idea de la democracia participativa, como el único remedio

para todos los males y sufrimientos que vive y que ha vivido Colombia es estas últimas

décadas (Zuleta, 2020).

En el presente escrito se quiere mostrar de modo general la realidad de Colombia

guiada bajo la visión del filósofo Estanislao Zuleta Velásquez, quién denota que Colombia

por más de seis décadas se encuentra sumida en la violencia, pero dice además que tiene

varias opciones para combatirla y dejar dicha realidad atrás.

Dentro del primer capítulo se encontrará el acercamiento a la vida, pensamiento y

obra de Estanislao Zuleta, mostrando así el nacimiento del gran filósofo y pedagogo

colombiano. Se hablará a grandes rasgos de un suceso que marcaría la vida de Zuleta, para

luego hallar lo que se denominará como el crecimiento intelectual y primeros estudios de

Zuleta bajo la compañía del filósofo colombiano Fernando Gonzales. Se localizará además

el desarrollo y culmen de su vida, guiado por la influencia del comunismo y sus diferentes

cargos como pedagogo a nivel nacional.

Luego estará el enfoque, postura y desarrollo del potencial intelectual de Zuleta,

acompañado de su legado de conocimientos, de su herencia cultural y escrita, nombrando

algunas de sus obras más representativas, que logró realizar durante toda su vida.
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Seguidamente se denotarán algunas generalidades de la obra Colombia: Violencia,

Democracia y Derechos Humanos, la cual, servirá de guía para el desarrollo general del

presente.

La violencia es una realidad que se ha dado a lo largo de toda la historia, lo cual,

ocasiona que sea un término o mejor dicho una acción, que no se puede especificar en qué

momento surgió o quién fue el primero en utilizar dicha expresión, por ende, en el segundo

capítulo, se hará un acercamiento etimológico ha dicho vocablo, para luego dar la visión de

Zuleta, mostrando así lo que él denota como violencia, y por último se tratará la realidad de

la democracia participativa, como opción de salida para tal problemática, ya que si un

pueblo es escuchado, se le permite hablar y opinar de las realidades por las cuales atraviesa,

se encontrarán soluciones factibles que beneficiarán tanto al pueblo como a sus dirigentes,

ya que una verdadera democracia permite discutir ideas, debatir y ser debatido, criticar y

ser criticado, porque la democracia es libertad (Zambrano Rojas , 2019) y la libertad está en

orden de la posibilidad (Zuleta, 1991).

La democracia participativa es una realidad que abre las puertas a las poblaciones y

a las sociedades enteras, para que salgan de los conflictos, para que la realidad de la

violencia no sea el pan de cada día de las poblaciones vulnerables, que no se vean tantos

secuestros, violaciones a los derechos humanos, masacres, entre otras muchas cosas que lo

único que provocan es división, dolor, y sufrimiento para el pueblo en general; es por eso

que la democracia participativa es la salida de todas éstas problemáticas.

Por ende, en el tercer capítulo se hará una crítica a la democracia participativa, para

ver así que es lo que le hace falta para ser estable o en que cosas está fallando y no le

permiten ser un verdadero sistema político de gobierno. En términos generales cuando a los
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ciudadanos se les permite la emisión del voto, son consultados para elegir y ser elegidos

mediante la participación de partidos políticos, es ahí donde se puede hablar de una

verdadera democracia participativa (Gonzáles, 2001).

Se tocarán temas como la extensión de los derechos políticos (Bobbio, 1999), la

apertura a la opinión del pueblo, dentro de la participación en el gobierno con el fin de la

transformación de la vida (Zuleta, 2020), la tipología de los tres poderes: el económico,

ideológico y político (Gonzáles, 2001), la construcción de una sociedad democrática y

participativa (Zambrano Rojas , 2019), con el fin de poder establecer una democracia

formal, electoral y material indisoluble (Valadés, 1994) logrando así la descentralización

del poder (Mill, 1966) y permitir así, que todo esté encaminado en pro de la lucha por la

paz, para poder transitar en un escenario en el que impere la democracia y la paz

(Hernández, 2014).

Es por eso que se iniciará el recorrido por la vida de Zuleta, para poder entender de

donde parte o como fue su desarrollo como persona y como filósofo, para luego poder

entender y captar de un mejor modo las ideas que plasmará en el presente, tanto en contra

de la violencia, como a favor de la propuesta de la democracia participativa como puerta de

salida a dicha realidad.


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Conclusiones.

En el presente trabajo filosófico se estudió la realidad de la violencia en Colombia,

pero enfocado en la democracia participativa como puerta de salida para dicha realidad. Por

tanto, lo que se quiso alcanzar es eliminar primeramente el pesimismo de que no es posible

lograr establecer una democracia participativa equitativa y un Estado fuerte (Zambrano

Rojas , 2019), aunque Zuleta decía que se había caído en una democracia muy restringida,

hablaba además de que era urgente ampliarla, proponiendo así la igualdad en dos frentes: el

económico y el cultural. En cuanto al económico, éste se enfatiza en el hecho de no ser

solamente iguales ante la ley, sino ante la vida misma. Luego está el cultural, el cual no

decreta como se hace en la Constitución, donde todos son iguales, sino que la igualdad es

una tarea que se debe construir, que debe ser acorde con la realidad y no con la utopía que

plantean las leyes (Parada Silva, 2010).

De esta manera, se concluye además que en el país más violento de Latinoamérica,

no hay una bandera más popular que la paz, ya que los mismos partidos políticos se

encargan de que en las consignas no se hable de otras cosas que no sea democracia y paz,

dejando ver así que aunque se lleven más de seis décadas en conflictos sociales y armados,

lo único que el pueblo colombiano ha ido logrando es obtener caminos de paz, por medio

de reformas económicas y sociales, ocasionando así oportunidades para el pueblo, llegando

así a lo que se ha planteado con base en el pensamiento de Zuleta: la participación del

pueblo, obteniendo la democracia participativa (Zuleta, 2020). Otro modo de contribuir con

la búsqueda de la paz es a través de los mecanismos electorales o deliberativos. El

electorado hace participar en el proceso político indirectamente al elegir personas

individuales y partidos para el parlamento y para el gobierno, a los cuales se les confían la
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toma de decisiones políticas, los cuales siempre están en pro de la participación de las

sociedades (del Tronco , 2021).

Zuleta enunció que la democracia participativa se podría valer claramente de los

espacios de consultas, deliberación y decisión como presupuestos participativos. El hecho

de que la gente pueda opinar no es suficiente, ya que lo que se ha obtenido gracias al actuar

del pueblo son éxitos y crecimiento social y estructural, llegando a tal punto que se habla de

que se ha alcanzado una transformación de la vida misma (Zuleta, 2020), pero Bobbio

complementaba dicha acción con una nueva perspectiva llamada la tipología de los tres

poderes: el económico, ideológico y político. Enfocando el económico en la posesión de

bienes, el ideológico, en el conocimiento de doctrinas y códigos de conducta, y por último

el político, guiado por la riqueza, el saber y la fuerza (Gonzáles, 2001).

Rousseau hablaba que la participación democrática debía ser individual, que cada

ciudadano debe adoptar sus decisiones políticas, ya que su aporte es dado desde la

concepción de una soberanía popular, dejando ver que cada ciudadano es poseedor de una

fracción de soberanía y como tal participa de las decisiones colectivas (Rousseau, 1762)

mientras que lo que Zuleta siempre buscó, fue dar una participación más amplia, no

encerrándolo en un individualismo o un encerramiento democrático, sino permitiendo que

todas las personas tengan el derecho y la capacidad de elegir y ser elegidas, de hablar y ser

escuchadas, y que nada sea dado por imposición, sino todo dado desde la libertad (Zuleta,

2020).

Se buscó además la descentralización del poder, mostrando así la apertura que se le

puede brindar al pueblo, por el hecho de poner todo en comunidad, y que todos los

ciudadanos no solo tengan voz en el ejercicio de la soberanía, sino que en ocasiones pueden
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ser llamados para tomar parte activa en el desempeño personal de alguna función pública,

local o legal, ya que todos tienen la capacidad de afrontar retos y oficios que estén en pro

del crecimiento comunitario, social y estatal (Mill, 1966)

Por esa misma línea de participación y desempeño en funciones públicas Bobbio le

apunta a la repartición equitativa de los bienes materiales, proponiendo un proyecto de

contrato social, que incluya entre sus cláusulas un principio de justicia distributiva (Bobbio,

1992), pero para lograr dicho proyecto se ha de hacer una verdadera repartición de la

democracia equitativa y un Estado fuerte, que promueva desarrollo económico, político y

social sin perder de vista en ningún momento lo más importante, que es la participación y

escucha del pueblo (Zambrano Rojas , 2019).

Algo que afecta de gran modo la democracia en Colombia, es la ineficacia de los

partidos políticos, ya que Zuleta planteó que los partidos como guías ideológicos y de la

encarnación de propuestas políticas alternativas, se han querido refugiar en el compensar

con prebendas y cargos públicos, como quién dice, usted vota por mí y luego se le consigue

trabajo, esto es lo que ocasiona la abstención electoral (Zuleta, 2020). Si bien pareciera que

Colombia cumple con los requisitos básicos de la democracia, tales como elecciones

periódicas, voto universal, libertades básicas, etc; aún existen prácticas que cuestionan el

carácter abierto y pluralista de las elecciones, mostrando así las falencias democráticas que

no permiten un buen ejercicio, y dichas acciones son: el abstencionismo, la falta de

legitimidad, la corrupción y la violencia. El abstencionismo, es la decisión de los electores

de no asistir a las urnas (Torres Espinosa, 2013); la falta de legitimidad, se da por la

carencia de confianza hacia el sistema político y la deslegitimización de la estructura

democrática (Crespo, 2013); la corrupción se ve reflejada en la subordinación de lo público


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en favor de intereses privados, privilegiados y excluyentes (Garay, 2003); por último, se

tiene la violencia, a la cual Zuleta la llama como «el terror de la sociedad» (Zuleta, 2020)

ya que en los periodos electorales se presentan actos de asesinatos colectivos, cercamiento

de ideologías, entre otras (Torres Espinosa, 2013).

En conclusión, abarcar todo lo que concierne a la democracia participativa y a la

violencia es muy complejo, por ende, este tema continua en investigación y desarrollo, ya

que en Colombia se sigue viendo la violencia, se siguen los secuestros y la violación a los

Derechos Humanos, pero se sigue buscando a pesar de todo la paz, y está allí presente el

sistema democrático participativo, un sistema que permite que los colombianos elijan a sus

gobernantes de manera libre y sin coacciones, aunque no en todos los casos, pero lo que se

resalta aquí es que todo parte de la libertad, y de la búsqueda del bien común para toda la

sociedad en general sin hacer distinción de raza, lengua, credo religioso o ideología

partidista.
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Jhon Michael Castañeda Chaux

III de Discipular

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