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Filosofía Latinoamericana
Juan Jarvey García Flórez
En este libro, el autor reflexiona acerca de la democracia, preguntándose qué es, sus
características, la cultura que exige para su existencia y su relación con los derechos
humanos. Pone como marco de referencia a Colombia, en cuanto a su historia
sociopolítica reciente. Hace un énfasis especial en las condiciones necesarias y los
cambios que este país debería adoptar para efectos de lograr un acercamiento al ideal
que se tiene de la democracia.
En la primera parte expone, entre varios temas, el que la democracia es una empresa
compleja cuyo fin vendría a ser la construcción de un estado fuerte, que no solo
garantice y permita la posibilidad de ejercer los derechos humanos, sino que responda
a las necesidades e intereses de las personas, generando las mejores condiciones
posibles, pues de nada sirve que exista la democracia si no hay posibilidades de
ejercerla.
En el caso de Colombia, los derechos humanos son continuamente vulnerados por las
situaciones de la guerra y la cultura de violencia que se evidencian en el país desde
hace más de medio siglo. Se considera que la cultura de la violencia y la guerra son
perpetuados por los integrantes de la sociedad colombiana quienes, pese a estar de
acuerdo en que se necesitan cambios y la paz, siguen poniendo como prioridad
intereses antidemocráticos. Manifiesta que se ha pensado, erróneamente, que la
terminación de la guerra significa la erradicación de los conflictos. Esta creencia es
desestimada por Zuleta, puesto que los conflictos son necesarios en una sociedad, ya
que son estos los que permiten el diálogo y el cambio en la misma, como la expresión
del pluralismo.
En lo que concierne a la cultura de los derechos humanos, se establece que esta tiene
como cuestiones primordiales la consideración que los seres humanos son iguales,
razón por la cual no existe uno que posea la verdad absoluta, y actuar bajo dicho
conocimiento permite que solo a través de este planteamiento se hace posible el diálogo
y llegar a acoger gustosamente al pluralismo. La democracia es bajo estas
consideraciones un mecanismo que requiere y promueve la unificación del pueblo, esta
unificación puede ser también expresada en que sea el pueblo quien produzca cultura.
El autor expone que Mann defiende la democracia, aunque con cierto escepticismo,
pues realiza una crítica al materialismo implícito en ella, manifestado en el consumo, la
pasión por la riqueza y al tiempo la decadencia de la cultura en favor de los intereses
materialistas. De forma similar, Mann defiende la necesidad del socialismo junto con la
democracia, ya que considera que el sufrimiento como consecuencia de la indignidad
humana social debe acabarse.
En cuanto a Marx, Zuleta hace una crítica a los derechos humanos y a la carta
constitucional que, si bien hace iguales a todos los ciudadanos ante la ley, con igualdad
de derechos y deberes, en la práctica son sumamente desiguales. No se les permite
hacer casi nada de lo que la ley permite, porque las trabas de su realidad efectiva se los
impide, realidad evidenciada en la miseria, la ignorancia y el miedo.
En la tercera, y última parte del libro, que ha llamado Sociología política de Colombia,
Estanislao Zuleta realiza una contextualización de la democracia teniendo como
referencia a Colombia. A pesar de que este país sea constitucionalmente democrático y
tenga rasgos característicos de la misma, el ejercicio de la democracia se ve
interrumpido por el terror que impide que sus instituciones, los derechos humanos y las
movilizaciones por parte de diferentes sectores de la sociedad se lleven a cabo
efectivamente. Siendo el narcotráfico y el movimiento guerrillero los principales factores
que han contribuido al terror y el impedimento de una democracia efectiva en el país. El
primero de estos tiene, a causa de su carácter ilegal, fuerzas armadas a su disposición
que por medio del terror llegan a limitan la justicia institucional; el segundo, se compone
de grupos cuya ideología va en contra del sistema, que pretenden cambiar por medio
de la lucha armada. Del mismo modo, buscan tener mayor participación política y
defender intereses, que se caracterizan por ser de difícil alcance en la medida en que
solo en la paz podrían llegar a conseguirlos.
Sin embargo, la democracia está habitada por el terror a lo largo del territorio nacional,
pues los periodistas son amenazados de muerte y asesinados. Aunque existe
participación política, los militantes y líderes de los grupos de izquierda y sindicatos han
sido liquidados. Igualmente, en el ámbito social, se ha impuesto la mentalidad de
limpieza, que busca eliminar a quienes promueven y ejercer los males que aquejan a
las ciudades: homosexuales, pobres, mendigos, recogedores de basura, entre otros.
Propone finalmente que la democracia participativa es la única solución para los males
que vive el país, ya que un pueblo fuerte y organizado que sea capaz de reclamar sus
necesidades y reivindicar sus derechos. Pues es solo la capacidad que tengamos de
pensar y sentir los problemas fundamentales de nuestra vida actual y de la manera como
logremos luchar por una sociedad más justa e igualitaria como podrá surgir una cultura
colombiana que sea al mismo tiempo un aporte para las otras culturas.