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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN........................................................................................................... 4
I. ANTECEDENTES...............................................................................................5
XI. BIBLIOGRAFÍA.................................................................................................34
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INTRODUCCIÓN
Todos los conceptos o nociones constitucionales han ido variando de acuerdo con la
contemporaneidad y necesidades jurídicas emanadas, nuestro ordenamiento jurídico
peruano no es ajeno a ello, de tal modo que, en base a nuestro nuevo código procesal
constitucional y los nuevos referentes en materia constitucional se va abordando
ejemplares interpretaciones y nuevos exámenes de argumentos constitucionales.
I. ANTECEDENTES
Por ende, lo que se construyó fue una estructura en la que los estados,
particularmente los pequeños, no podían disgregarse, ni ser subsumidos por el
gobierno central; sino por el contrario, conformaron partes perfectamente
individualizadas de un todo, es decir: del sistema federal.
La idea de que los Estados pudieran conservar sus facultades soberanas, era una
amenaza constante para la permanencia e integridad del recién surgido Estado
Americano. Es por esto que el modelo Federal, fue la forma idónea para mantener una
noción de identidad en los estados, reservándoles la facultad de decisión en todo
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aquello que no fuese atribución del gobierno federal. De esta manera, la federación no
mermaría la voluntad estadual, fortaleciendo el poder y la unión del orden federal.
Si bien había una intención generalizada por parte de los padres fundadores para
consolidar un poder central superior, al que todos los estados se supeditarían, nunca
se concibió la creación de una forma centralizada de organización, por motivo de sus
múltiples inconvenientes. Uno de estos fue, que bajo un esquema centralizado se
facilitaría la generación de inestabilidad y desorden, por la convergencia de criterios
homogéneos entre la población.
El hecho de que los estados perdiesen su soberanía fue uno de los conflictos que el
vecino país tuvo que sortear al inicio de su vida independiente, ya que si bien, la
justificación era congruente para el mantenimiento de la unidad, en la práctica,
implicaba la reducción de prerrogativas y privilegios, tanto en el ámbito político como
en el económico.
Si bien, se había creado toda una estructura semántica y abstracta para demostrar
que el pueblo sustituía a los estados como titulares de la soberanía, era evidente, que
si éste delegaba parte de sus facultades a algún órgano de poder para efectuar la
función gubernamental y legislativa, quien fungiría -verdaderamente- como soberano
sería la federación.
reducir el impacto que pudiera traer consigo la supresión de las potestades soberanas
de los estados, atraídas a la federación, se consideró indispensable dotar al pueblo de
la titularidad de dicha soberanía.
En buena medida Francia ha sido la cuna del control político constitucional, para ello
debemos remontarnos al Senado Conservador Francés. Este órgano ideado por
Sieyès, materializado en la Constitución del año VIII, tuvo como objetivo primordial el
mantenimiento de la vigencia del orden constitucional, evitando cualquier exceso en la
actuación de algún órgano de poder. De igual forma, un aspecto distintivo de este
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Se considera que las leyes orgánicas y aquellas otras que regulan materia
constitucional integran el denominado BLOQUE , el cual está conformado por aquellas
normas que sirven como parámetro para juzgar la constitucionalidad de las leyes. Lo
peculiar de esta situación reside en el hecho de que las normas integrantes del bloque
son leyes ordinarias igual que las sometidas al control de constitucional, sin embargo,
sirven como parámetro para apreciar la constitucionalidad de estas.
Se percibe como una nueva herramienta del operador jurídico para interpretar las
normas en función a las disposiciones constitucionales. De esta manera, nos
encontramos ante un nuevo concepto que ha sido difundido por la doctrina francesa,
entre otras Instituciones provenientes de Europa continental
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Como una lógica consecuencia, podemos decir que las fuentes que forman
parte del bloque de constitucionalidad también gozan de jerarquía
constitucional formando así un conjunto normativo de igual rango.
Todo ello significa que los jueces en sus sentencias, así como los demás
sujetos de Derecho Público y Privado, deberán atenerse a sus
prescripciones. De este modo, tanto el preámbulo como los principios,
valores y reglas constitucionales se convierten en obligatorios de
cumplimiento en el orden interno.
Vemos así que las leyes orgánicas cumplen el papel de regular las instituciones
previstas en la Carta de 1993, es por eso que el operador judicial no podría
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Es por eso que los operadores judiciales también deberán tener en cuenta las
normas regionales de carácter general dentro del bloque al momento de
interpretar la-conformidad de una norma con la Constitución.
De esta manera tenemos que no solo el productor del Derecho Positivo, parlamento y
gobierno, sino también el ejecutor de la norma y su intérprete autorizado, los jueces,
tienen el deber de enriquecer su contenido, ya que en ello reside también la validez
jurídica de sus actuaciones. En cualquier sistema jurídico todos los operadores del
Derecho deberán concebir a la Constitución como una primera premisa al momento de
tomar una decisión en torno a la constitucionalidad de una norma; por lo tanto, si
partimos de la base que las normas que integran el bloque poseen igual jerarquía con
la Carta Magna, entonces es posible aplicar los siguientes criterios al momento de
realizar un examen de constitucionalidad:
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En primer lugar, un derecho no puede ser una pretensión arbitraria e inmotivada. Por
el contrario resulta siendo una expectativa que alega razones y argumentos, que se
estima, entre otras circunstancia fundada, legítima, o si se quiere, "justa". Un indicio
clave de esa legitimidad, es su carácter generalizable, es decir, la posibilidad de que
también los demás puedan alegar una pretensión similar en circunstancias similares.
Este carácter generalizable vincula la noción de derecho a la de igualdad, y resulta
decisivo, por ejemplo, para distinguir un derecho de un privilegio.
En cierto modo, ambos puntos de vista se complementan. Existen, sin duda, una serie
de necesidades transculturales indispensables para llevar a cabo los propios planes de
vida: la alimentación, el lenguaje, un cobijo, la posibilidad de interactuar con otros. Sin
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Si los sujetos pudieran satisfacer sus necesidades por sí mismos y sin peligros, cabría
la posibilidad de no exigir nada del resto de la comunidad. Sin embargo, allí donde
existe una necesidad insatisfecha o amenazada suelen suscitarse diferentes tipos de
reclamos frente a la comunidad. Estos reclamos, que pueden ser el fundamento de un
derecho, pueden ser positivos o negativos
Según la definición propuesta, los derechos son pretensiones que un sujeto, alguien,
puede esgrimir frente a otros para que hagan o dejen de hacer algo en relación con
sus intereses o necesidades. Normalmente, se entiende que ese "sujeto" es un ser
humano individual. De ahí que buena parte de los derechos que en las sociedades
actuales aspiran a proteger intereses o necesidades básicas –el derecho a la salud, a
la libertad de expresión y de información, a la educación, a la intimidad– sean
considerados "derechoshumanos". Sin embargo, ello no quiere decir que los derechos
sólo se hayan reconocido a seres humanos, ni que siempre se atribuyan a todos los
seres humanos, ni tampoco, que sólo se reconozcan a seres humanos a título
individual.
Según el informe elaborado por la UNICEF, se define a los derechos humanos como
normas que reconocen y protegen la dignidad de todos los seres humanos. Estos
derechos rigen la manera en que los individuos viven en sociedad y se relacionan
entre sí, al igual que sus relaciones con el Estado y las obligaciones del Estado hacia
ellos1.
Bajo esta misma línea de análisis hemos de recordar que no resulta evidente que los
derechos se hayan reconocido siempre a todos los seres humanos.
Desde un punto de vista, por el contrario, se han utilizado numerosos criterios para
restringir la titularidad de los derechos a ciertas personas con exclusión de otras. En
ese sentido, muchas demandas históricas presentadas como "derechos" han
albergado, en realidad, auténticos privilegios. No han faltado, por ejemplo, las
sociedades en las que los derechos se atribuían sólo a las personas que se
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Introduction to the Human Rights Based Approach, UNICEF Finlandia, 2015.
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Actualmente, sobre todo en los países y regiones más privilegiados del planeta, una
parte importante de los derechos se reconocen exclusivamente a los ciudadanos,
mientras que un número creciente de personas –los extranjeros "regulares" o
"irregulares"– sólo gozan, en el mejor de los casos, de derechos residuales y
restringidos. Por esa razón, precisamente, muchos autores sostienen que los derechos
de ciudadanía se han convertido en el último gran estatus de privilegio, en
contradicción con la idea de derechos humanos entendidos como derechos
tendencialmente generalizables a todas las personas por su sola condición de tales.
(Alexy 1994)
De hecho, no es nada obvio que los derechos humanos sólo puedan ser derechos
atribuidos a personas o sujetos individuales. Nada impide, en efecto, que también los
grupos o sujetos colectivos puedan, en razón de determinados rasgos compartidos,
tener pretensiones en torno a ciertos intereses o necesidades comunes.
A menudo, estos derechos colectivos son precondición para que se ejerzan otros
derechos individuales. No en vano, el artículo 1, tanto del Pacto internacional de
derechos civiles y políticos como del Pacto internacional de derechos económicos,
sociales y culturales establece que:
"[...] todos los pueblos tienen el derecho a la libre determinación. En virtud de este
derecho, establecen libremente su condición política y, proveen asimismo, a su desarrollo
económico, social y cultural".
Que estos derechos colectivos puedan entrar en conflicto con los derechos de otros
individuos o de otros grupos no quiere decir que la propia categoría deba rechazarse.
Como tampoco significa que esos conflictos no puedan resolverse, como en tantos
casos, mediante la ponderación de los intereses en juego y la protección de los sujetos
más vulnerables. (Araujo, 1994)
indicio del valor que el propio ordenamiento le otorga, ello no equivale a asegurar su
satisfacción. Es más, existe una percepción difundida de que un derecho sin garantías
es poco más que un "derecho en el papel". (Dworkin, 2003)
Por garantías institucionales podemos entender, desde este punto de vista, todos
aquellos mecanismos de protección y tutela de los derechos encomendados a órganos
institucionales como el gobierno, el legislador, la administración o los jueces.
Las garantías políticas pueden considerarse las garantías primarias de los derechos
fundamentales. Normalmente, consisten en normas y actos que los órganos
legislativos y ejecutivos adoptan en tutela de los mismos.
Las garantías jurisdiccionales también varían según el tipo demedidas en las que
pueden consistir. Naturalmente, lo que los jueces pueden hacer para tutelar un
derecho depende de la legislación procesal de cada ordenamiento.
También en este apartado habría que mencionar las experiencias de las comisiones
creadas para el esclarecimiento de vulneraciones de derechos humanos durante
periodos dictatoriales o situaciones análogas.
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X. CONCLUSIONES
XI. BIBLIOGRAFÍA
Abramovich, V.; Courtis, Ch. (2002). Los derechos sociales como derechos exigibles.
Madrid: Trotta.
Bazán, Víctor. «La reserva a los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos»
en Revista Ius et praxis, Volumen 6, n°. 002, Universidad de Talca, Chile, 2000.