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Ana Laura Lanteri, es doctora en Historia.

Se desempeña como investigadora


del CONICET en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales; también
trabaja en el Centro de Estudios Históricos de Facultad de Humanidades de la
Universidad Nacional de Mar del Plata y se especializa en el estudio de la
Historia Política Institucional Argentina de la segunda mitad del siglo XIX.

Esta autora plantea la conformación del Estado Nacional como uno de los
problemas históricos centrales del siglo XIX argentino, ya que la manera en
que los historiadores estudian este proceso es diferente.

Lanteri sostiene “no hubo una receta ni un camino único hacia 1880 y que en
cambio fueron muchos los debates, acciones y proyectos”.

Luego de la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852, Buenos Aires negó su


integración en el nuevo orden político por lo que convivieron dos Estados: el de
Buenos aires y el de la Confederación que nucleó a las restantes 13 provincias
que por entonces integraban el territorio argentino y que tuvo su cabecera en la
ciudad de Paraná (Entre Ríos).

Entre septiembre de 1852, después de que Buenos Aires ganara la Batalla de


Pavón, ambos Estados lucharon por consolidar sus estructuras económicas,
políticas e institucionales y por obtener la unidad y supremacía nacional.
Muchos estudios indicaron que por disparidad con el poderío porteño la
Confederación fracasó.

En 1853, se sancionó la Constitución Nacional de carácter federal, la misma


rige en la actualidad aunque con diversas modificaciones. Lo innovador de esta
Constitución implicaba que tras, después de haber actuado por más de 30 años
como unidades políticas autónomas, las provincias tendrían que reconocer y
adaptarse a una soberanía mayor a las suyas particulares, y además debían
centrar la organización y labor de los poderes públicos: el ejecutivo, el judicial y
el legislativo.

De acuerdo a la Constitución, el Congreso debía promover la reforma de la


legislación según nuevos principios: el fomento de la inmigración, la promoción
de la industria y de la instrucción pública, la defensa de la frontera, la libre
navegación de los ríos interiores, el afianzamiento de la paz y del comercio con
las potencias extranjeras y la instauración del régimen representativo,
republicano y federal.

Para la Confederación, era importante la apertura y la inserción al mercado


mundial, pero esto implicaba anexar capitales, mano de obra, entonces hubo
dificultades y discrepancias.

La Confederación en su lucha con Buenos Aires debió lidiar con la falta de


recursos económicos y humanos y de hábitos y prácticas dado la reciente
conformación estatal.

Se debe aclarar también que hubo avances en aspectos centrales para


extender el poder y el control sobre el territorio por ejemplo: la justicia federal
comenzó a ser considerada por las provincias como un árbitro de poder
externo. En el ejército y la hacienda nacional se estableció una red de oficinas
recaudatorias.

En el Congreso se debatieron y negociaron ideas sobre la forma estatal y se


ensayó la articulación entre los poderes públicos y entre la nación y las
provincias.

Pese a los limites prácticos y a la posibilidad de dirigir un Estado con sede en


Entre Ríos, las provincias y sus representantes comenzaron a entenderse y
asumirse en el nuevo sistema político y lentamente el Estado Nacional fue
apropiándose de atribuciones y prorrogativas de las provincias.

En definitiva la Confederación aportó claves para reflexionar sobre la política y


la fisionomía actual del Congreso que no fue siquiera imaginada por sus
legisladores, aunque también debatieron sobre el pasado y buscaron fórmulas
para el presente y el futuro de lo que luego sería la Argentina.

Después de haber escuchado el podcast, podemos concluir que los cambios


durante la década de 1850 hasta 1880 fueron lentos, desafiantes, que Buenos
Aires se convirtió en la “señora prestigiada”, y que aún mantiene su poder
sobre las otras provincias y tiene la ventaja para comercializar con otros
países, gracias a su gran puerto. Todo pasa bajo los ojos y el mando de
Buenos Aires.
El Congreso de la Nación Argentina ejerce el poder legislativo federal, se
encarga de la formación y sanción de las leyes.

Y actualmente la República Argentina se compone de 23 provincias y un


distrito federal (Ciudad Autónoma de Buenos aires), y todavía cuesta que todas
se pongan de acuerdo en algunos aspectos sobre todo si de sus intereses
económicos se tratase.

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