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Universidad de Buenos Aires

Facultad de Psicología

Materia: Psicopatología

Cátedra: Prof. Neparstek , F.

Año: 2022

Profesora Titular CET: Scheinkestel Gabriela

Profesora Titular TP: Montiel, Alma

Comisión: 30

Alumna: Rissola, Marina

Dni: 25678503

Correo electrónico: marinarissola@hotmail.com

Calificaciones: 1er parcial Aprobado

2do parcial 8 (ocho)

3er parcial 9 (nueve)

Promedio: 8.5

Asistencia a Clases Especiales del año: Sábado 28 de Mayo, 9.15 hs. Psicofarmacología- Lunes 6 de Junio,
18 hs. Autismo- Sábado 11 de Junio, 9.15 hs. Demencias- Lunes 13 de Junio, 18 hs.. Taller de parcial- Sábado
13 de agosto, 9.15hs. Trastornos endócrinos y sintomatología psiquiátrica- Sábado 3 de septiembre,
9.15hs. Epilepsias- Lunes 26 de septiembre, 18.00hs. Taller de parcial- Lunes 17 de octubre,
18.00hs. Toxicomanía. Perspectiva psiquiátrica- Sábado 22 de octubre, 9.15hs. Fobias en la perspectiva del
goce

Título del Trabajo: “Felicidad , sin clave de sol”


Comenzaré el presente trabajo haciendo una breve presentación sobre la película Shine ( Claro-Oscuro) con
la que trabajaré luego para realizar una articulación adecuada a los contenidos vistos a lo largo del año en
los tres espacios de la materia, como así también intentaré arribar a una hipótesis diagnóstica posible de ser
justificada.

La película nos relata la historia real de David Helfgott, un joven australiano con una niñez y juventud
caracterizada por un tipo de saber genio y dotes especiales en el arte musical como pianista. Luego de
muchos éxitos (como también algunas derrotas) en varias competencias con otros pianistas de la época, así
también el suceso de ganar una beca para estudiar en el Royal College of Music en Londres, y tras la
aparición de una enfermedad mental (que será el eje central de este trabajo), el músico es institucionalizado
en un hospicio psiquiátrico para recibir tratamiento, motivo por el que permanece apartado de la escena
musical y especialmente de tocar el piano durante más de una década. Tras un largo tiempo viviendo en
diferentes lugares (luego que una mujer admiradora suya desde la infancia lo retira del centro psiquiátrico)
David comienza a reintegrarse lentamente a la sociedad de la que había permanecido excluido por
muchísimo tiempo. Todo sucede lentamente, hasta llegar a enamorarse, casarse y poder volver a tocar el
piano en escenarios, aun padeciendo de la enfermedad mental sobre la que voy a focalizarme en las
siguientes líneas.

La película comienza con una escena en la que David se encuentra frente a una ventana muy angustiado,
bajo la lluvia, sin paraguas, con un monólogo desorganizado y muy tupido de frases confusas que no pueden
relacionarse entre sí. Entre sus enunciados podemos recortar: “Yo creía que era un gato, uh uh uh, bueno
casi casi me identificaba con los gatos, porque nunca están seguros cuando los tocas, es cierto yo era un gato
triste, si gato triste, bueno no interesa, si, si, si me interesan los gatos” “¿Quién soy yo?” “Si haces algo mal
puedes salir castigado para el resto de tu vida” “Es una tortura muy cruel, o eso parece” “Es una lucha
eterna” “Lo importante es que yo no tengo alma” “Hay que unir todas las letras para que se formen
palabras” “Es un misterio, es un misterio” Por lo que muestran las escenas más tardías, podemos notar en el
centro de este discurso delirante muchas frases que se reproducen como réplica de ciertos fragmentos de
relatos que el padre solía dirigirle a su hijo cuando era niño. Estas frases, así como las imágenes que la
película nos muestran, demuestran tener un fuerte contenido de orden, ley, moral, violencia, desbordes
superyoicos (del padre), relatos de una propia vida con frustraciones, la idea de “sobrevivir a la tragedia”
tras la matanza de sus familiares judíos que inspiraban pánico a todo su núcleo familiar, el deber de ganar
siempre, del éxito, de la fuerza, y la omnipotencia en un mandato respecto del modelo a seguir. Con este
inicio, encontramos una clara muestra clínica del metalenguaje psicótico. Lacan va a decir en el Seminario 3
y en oposición a la psiquiatría de su época que los fenómenos de las psicosis son designados como trastornos
del lenguaje, y que estos no son ni trastornos del juicio, ni intelectuales, ni tienen que ver con la percepción,
sino que todo este metalenguaje psicótico, son significantes que no encadenan, permanecen de manera
aislada y desabrochados de la cadena de significaciones, es decir que son apariciones de la lengua que no
logran hacer dialéctica. Estos son síntomas clínicos que se presentan como vectores y que nos enseñan a
trabajar con los sujetos psicóticos porque la experiencia con la palabra del sujeto nos puede dar muestra
clara sobre la existencia de esta patología. Para Lacan, los trastornos del lenguaje son fenómenos específicos
y menos elementales, que actúan como indicadores de la estructura psicótica porque dejan en evidencia su
mecanismo de formación que va a decir se produce por la forclusión del significante privilegiado Nombre
Del Padre. Son índices que nos permiten localizar la problemática existente entre el sujeto y aquello que no
pueden introducir en una cadena asociativa de significantes. La lógica de estos significantes es la lógica que
produce al sujeto, quien es soporte del discurso y a su vez efecto del lenguaje. La palabra para Lacan afecta
al sujeto y al cuerpo y utiliza la metáfora de la nervadura de la hoja para explicar de qué manera podemos
encontrar en estos fenómenos la representación de la totalidad de la estructura psicótica y su misma fuerza
estructurante. En el caso del pianista, podemos observar estribillos (formas repetidas de palabras y frases
deshilvanadas pronunciadas de forma exacerbada así como también algo que llama la atención (ya que no
aparece en la película nada referente a ellos) y que es cristalizado en sus frases sobre “gatos”, pudiendo
comprender este fenómeno como lo denominado neologismo, que implica algo que posee valor neológico
para David porque es una significación que se le cierra sobre sí mismo en el sentido que posee un valor para
él y no adquiere un lugar en la realidad compartida. También podemos encontrar en estos relatos
desorganizados lo que Lacan denominó la certeza, que es la seguridad que manifiesta David acerca que esto
le concierne y lo involucra desde su propia trama porque es algo referido a él. Todos estos fenómenos que
aparecen son posibles de darse en la sintomatología psicótica por condensación o también por su vacío de
significación “Se trata de hecho de un efecto del significante, por cuanto su grado de certidumbre toma un
peso proporcional al vacío enigmático que se presenta primeramente en el lugar de la significación misma”
(J. Lacan, 1957-1958). Todos ellos revelan una estructura patológica en la relación del sujeto con el lenguaje
porque se presentan como significantes aislados y desencadenados, irrumpiendo en el discurso como una
plomada, poseen peso y condensan la certeza autorreferencial. Su aparición indica retorno en el discurso
que se produce desde lo real y se percibe como ajeno o proveniente del exterior, pero que resulta ser algo
planamente interior al sujeto psicótico.

Para pensar la constitución subjetiva del sujeto de nuestra película voy a entenderlo desde las explicaciones
producidas por un primer momento de un Lacan tomado por la lingüística de la época, quien intenta producir
una nueva lectura del Edipo Freudiano en término de operaciones lógicas estructurante. Tomaré el
Seminario 3 y el Seminario 5 en los que podemos encontrar un Lacan muy interesado por el predominio del
registro simbólico sobre los otros dos (un imaginario intentando completar lo simbólico y un real que intenta
escapar a lo simbólico). El registro Simbólico implica la operación metafórica, y va a decir que para que esto
sea posible debe existir un significante que pueda ser sustituido por otro (provocando un plus de
significación) y que si no hay sustitución no hay posibilidad de metáfora posible. Hay algo inscripto en ese
registro, un pacto con lo simbólico en neurosis, que en psicosis no encuentra. Y a eso le va a llamar la
metáfora paterna. Esta metáfora representa la triangulación padre – madre- hijo que permite que todo se
mantenga unido y también permite ubicar la posición del sujeto en una estructura. La historia edípica
aparece por las marcas de Otros que posicionaron al sujeto en ese lugar. Existe un Otro primordial (Deseo
Materno) que pone en juego una primera operación simbólica, y el Nombre del Padre operando en relación
con ese Deseo Materno que representa el enigma para el niño sobre la presencia y la ausencia (Fort Da de
Freud). La fórmula de la metáfora paterna da lugar a la significación fálica que es el modo de traducir algo
del enigma del deseo materno para que el niño pueda encontrar su propio espacio en la estructura y no quede
identificado a ese falo materno. Esto pone en juego la castración, lo simbólico, la barra propia de la metáfora
que no encontramos en psicosis por permanecer forcluído el Nombre del Padre y aparecer en su lugar “un
agujero” que deja al sujeto al borde del precipicio (me permito observar que la película muestra una madre
casi ausente que delega toda su función en un padre dominante y omnipresente en la vida de David). Lacan
va a decir que El Nombre del Padre es un significante privilegiado, no es el padre de carne y hueso ni el
padre imaginario, sino una función en la que se inscribe la Ley. Es un significante que otorga claves para
descifrar, que por el título que lleva este trabajo voy a tomar el ejemplo de una “Clave de Sol que nos ubica
en el pentagrama”, la carretera principal, la brújula que orienta al sujeto en el orden simbólico. La forclusión
de este significante primordial se verifica en los fenómenos psicóticos por el modo que eso forcluído retorna
desde lo real (ese modo de retorno es el detalle que permite reconocer la estructura). David no cuenta con el
recurso del Significante del Nombre del Padre, por lo tanto, posee la cadena rota, está imposibilitado para
unir a la cadena simbólica y asociativa y ello provoca la cascada que desarma la trama del tapiz que se venía
sosteniendo desde lo imaginario. Hay algo en el transcurso de la infancia y comienzos de su juventud en la
vida de David que se mantiene dentro del mundo de significaciones. En la película observamos que el padre
lo castiga brutalmente y lo deja fuera de la familia ante su deseo de viajar a Londres por una beca en el
Royal Collage of Music, echándolo de su casa, de la familia y prohibiendo su regreso (diacronía). Luego
David, por cuestiones de la vida, debe asumir el acto de consagrarse en un acto. Hay una promoción de su
existencia nominal que exige de él una integración renovadora y tiene que responder a esto reacomodando
su estructura, pero hay un soporte simbólico que no posee para sostener esa promoción. Por este motivo
David se topa de frente con lo que retorna desde lo real y que le invade el cuerpo provocando su
desencadenamiento psicótico (ocasionamiento S. Freud) desatado en el momento que expresa y materializa
todo su afecto contenido en el transcurrir de su vida familiar, (en especial marcado por la relación
ambivalente que mantenía con su padre) al tocar de forma estrepitosa el concierto Nº3 de Rachmaninoff, “la
más difícil de todas las piezas para piano” que su padre exigía escuchar desde siempre, interpretada por su
hijo, en un piano, y en un concierto prestigioso que lo pusiera en el lugar del “pianista consagrado”, como
su máxima expresión de deseo. Se podría decir entonces que el desencadenamiento de una psicosis se
produce en un intento de simbolización de la función forcluida y que el estallido que provoca posee una
irrupción de goce ilimitado para el sujeto. Lacan toma de Freud su elaboración a partir de la explicación
sobre el mecanismo análogo en la paranoia a la represión en la neurosis, en el que va a concluir que lo
cancelado adentro retorna desde afuera. Lo cancelado no es lo reprimido (para que sea reprimido, primero
debe estar inscripto), tampoco algo negado, es un rechazo radical, que de allí surge el uso de Forclusión para
Lacan.
Algo de Sigmund Freud: Sin abandonar su teoría del conflicto, el autor va a plantear que en psicosis el
conflicto es entre el Yo y la Realidad (la realidad como otra instancia psíquica). En neurosis y psicosis dirá
que el efecto patógeno depende de lo que haga el yo en semejante relación conflictiva, si permanece fiel a su
vasallaje hacia el mundo exterior y procura sujetar al ello (en neurosis) o si es avasallado por el ello y así se
deja arrancar de la realidad en psicosis. Esto permite ver que hay una cierta responsabilidad subjetiva, un
margen de libertad de elección que podemos comparar a lo que Lacan denominó La Insoldable Decisión del
Ser. También va a decir que en ese conflicto del yo con la realidad, el yo, se crea un mundo interior porque
esa realidad que se presenta se vuelve insoportable para el sujeto, por ello, trata de extrañarse de ese mundo
exterior y lo sustituye por delirio que utiliza como parche colocado en el lugar dónde se produjo la
desgarradura. En David, podemos ver que hay algo de su locura que trata de mantenerlo sujeto a la realidad
del mundo exterior. El protagonista siempre está intentando crear lazos amorosos con el otro y sobre todo
mantiene en el recorrido de su historia una gran necesidad de acercamiento al piano, investido
libidinalmente y como objeto de goce. También hay algo de mantenerse sujeto a estas frases repetidas y sin
sentido como trastorno que pueden hacerle un mundo más habitable a través del delirio. Posteriormente
Freud dirá que la pérdida de la realidad no es exclusiva de la psicosis, pero que se diferencia de la neurosis
por que en esta es a modo de huida y en psicosis es a modo de desgarro, eso no aconteció. No hay huella
mnémica de eso porque no hay inscripción. También va a decir que la reconstrucción de la nueva realidad en
psicosis es via el delirio y las alucinaciones, es decir una realidad psíquica neoformada. En la psicosis esa
desmentida (desgarro) implica algo más profundo, no hay existencia de eso porque no queda inscripto. La
realidad psíquica tiene existencia en tanto las huellas que dejaron inscripción, por ello para cada sujeto es tan
singular.

Luego de todo el recorrido realizado y por elementos que encontré en la película podría decir que el
diagnostico presuntivo de David se corresponde a una paranoia (de tipo muy desorganizada).

Conclusión: Para esta película en especial, voy a utilizar en este cierre una frase que Freud le escribe en una
carta a Fliess y que me gusta mucho: “Los psicóticos aman el delirio como a sí mismos” y quiero ponerla en
juego con lo que señala Lacan respecto que “Todo el mundo es loco, todo el mundo es delirante, no se pude
vivir feliz si no se está iniciado en algo de la locura”. En el caso de David Helfgott podemos ver como su
telón imaginario sostenía cierta realidad muy angustiante, una personalidad retraída, torpe y miedosa que se
iba configurando en virtud de lo que acontecía en el Otro del significante que lo nombra y lo significa
porque el Yo es desde un inicio otro. Ante la ausencia del significante nombre del padre que lo ordena, este
mundo imaginario estalla y desata en ese cuerpo una irrupción de goce ilimitada que provoca su
enfermedad. Algo del delirio, entonces, puede pensarse como una ruptura o desenganche con esa cadena que
se nos impone en el mundo simbólico y, que en el caso de una neurosis también puede convertirnos en seres
muy sufrientes. En delirio en David provoca la creación de una nueva realidad para mantenerse dentro de su
enfermedad (hasta el día de hoy) con un modo de vida relativamente estable en el que puede alojarse de
manera mas tolerable y permitirse encontrar en lo paradójico del delirio, ciertos destellos de felicidad.
Bibliografía

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