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EL AGUA EN EL SUELO
Corresponde a aquella zona del suelo y subsuelo donde el agua se mueve a través de los poros
interconectados. Es posible distinguir a su vez dos grandes medios, llamados Zona de Aireación y
Zona Saturada. Generalmente se considera que la zona de aireación se extiende verticalmente
desde la superficie del suelo hasta el nivel freático, aunque también este límite puede ser
localizado en la parte superior de la franja capilar. La zona de saturación se extiende entre el
límite inferior de la franja capilar y el lugar más profundo donde hay espacios porales
interconectados, el cual puede ser el basamento o alguna capa confinante inferior (impermeable).
El agua de lluvia, nieve o de un curso fluvial, bajo la acción de la fuerza de gravedad se infiltra en
esta zona, descendiendo progresivamente hasta alcanzar un nivel que por sus características
texturales (muy fina) se comporta como una base impermeable. Sin embargo, una parte de esta
agua no cumple todo este trayecto puesto que queda adherida a las partículas sólidas (clastos)
por atracción molecular. La zona de aireación presenta interés desde el punto de vista
agronómico, pues allí se localiza el agua aprovechada por los vegetales, y también geológico, ya
que en esta zona se produce el denominado cinturón de meteorización (van Hise) debido a una
poderosa combinación de procesos físicos, químicos, biológicos y microbiológicos. Según
Castany (1971), desde arriba hacia abajo se puede distinguir:
Zona de evapotranspiración
El agua se encuentra alojada en los horizontes edáficos, los cuales, como es de suponer, pueden
variar en espesor, composición, textura, etc. El agua alojada en esta sección es de vital
importancia para los vegetales ya que está sometida al proceso de evapotranspiración (soil water
zone). Es la zona de alteración de los suelos. El espesor de esta zona varía en función del clima y
del tipo de vegetación que se asienta sobre ellas, normalmente alcanza 2 o 3 metros y en casos
excepcionales puede superar los 4 metros.
Zona de retención
El agua de esta zona (intermediate zone) no presenta vínculo alguno con las capas inferiores.
Normalmente, el espesor medio es de 0,6 a 2 metros, pero puede alcanzar 10 o 20 metros, o por
el contrario faltar completamente. En esta área, el volumen de agua es igual al coeficiente de
retención específica.
Universidad Nacional de Salta
Escuela de Geología
Cátedra de Hidrogeología
Franja capilar
Por encima del nivel freático es común que se desarrolle una zona o franja más o menos continua
de agua que se "prolonga" hacia arriba en una columna cuya altura depende de la granometría del
suelo, variando en forma inversa con el tamaño del grano. Así, en los terrenos muy permeables
(gravas) puede alcanzar unos pocos centímetros y alcanzar 2 e incluso 3 metros en los materiales
menos permeables (limos). Normalmente, la franja capilar sigue las fluctuaciones del nivel de la
superficie piezométrica. Muchas veces es posible distinguir el agua capilar continua (típica de la
franja capilar) y el agua capilar aislada (común en la zona de aireación). El agua capilar es capaz
de fluir libremente si desciende el nivel freático, al cual está ligada hidráulicamente.
La franja capilar, verdadero cinturón móvil que hace de nexo entre las zonas de aireación y
saturación, es incluido por muchos autores en la zona de aireación, criterio que puede ser
cuestionado y ser compartido solo desde un punto de vista práctico pero no científico, puesto que
realmente se comporta como un medio saturado, cuyo espesor y movimiento varía según las
características del medio poroso que la aloja. Si la profundidad a que se encuentra el nivel freático
es menor que la capacidad ascensional que tiene el agua capilar, cierto caudal se perderá por
evapotranspiración. La superficie freática marca él límite inferior de la franja capilar, mientras que
el límite superior está dado por la capacidad de ascensión del líquido. De arriba hacia abajo, se
pueden distinguir las siguientes:
Es aquella que se mueve en un medio poroso y está solamente sometida a la presión atmosférica.
No hay acción de capas impermeables que produzcan efectos confinantes. Percola bajo la acción
de la pendiente piezométrica, que a su vez depende de la permeabilidad del medio y gradiente
hidráulico.
El agua confinada
Es aquella que percola entre estratos porosos limitados por capas impermeables, de tal manera
que sobre ella se genera una presión diferencia entre la zona de recarga y la zona de descarga. Si
el agua está confinada en un estrato comprensible, la extracción de agua puede provocar una
compactación del estrato, por lo que un nuevo ingreso de agua puede no alcanzar a restituir las
condiciones originales del acuífero.
El agua fíjada
Se puede encontrar en cualquier nivel dentro de la zona saturada. Es el agua alojada en las
aperturas subcapilares que ejercen sobre ella una retención cuya fuerza es superior a las fuerzas
que comúnmente existen en esta zona. No se debe confundir este tipo de agua con el agua
capilar, que solamente aparece en la zona de aireación.
El agua fósil
Es aquella que ha quedado atrapada en las capas de rocas, cuando éstas se formaron y que tanto
la compactación, como otros procesos geológicos, no han logrado eliminar. Este agua, participó
únicamente del ciclo hidrogeológico en tiempos geológicos y por lo tanto, una vez explotada y
agotada sus reservas, no se recompone nuevamente.
Debajo de la zona de saturación se localiza el agua interna, es decir aquella que está
químicamente combinada, el agua fijada en intersticios no comunicados y el agua de origen
magmática.
La atracción entre las moléculas de agua, que se conoce con el nombre de cohesión.
La atracción entre las moléculas de agua y los cuerpos sólidos, que se conoce como
adhesión.
La fuerza de la gravedad.
El agua de cohesión
El agua de adhesión
El agua gravífica o de gravedad
Figura 2: Distribución del agua en el suelo y capacidad máxima de retención para el agua.
Capilaridad
En el estudio de los medios no saturados donde existen fases como por ejemplo agua - aire, el
flujo del agua sigue leyes específicas y principios que deben ser analizados con mayor
detenimiento. Si se considera la superficie de contacto entre dos fluidos diferentes e inmiscibles,
como por ejemplo agua - aire o agua - petróleo, las moléculas de los fluidos sobre esa superficie
están sometidas a esfuerzos muy particulares. (Custodio & Llamas, 1996).
En la figura que se anexa, se supone que AB es la superficie de separación entre el agua y el aire;
las moléculas 1 (que representan agua) y 1' (que representan aire) situadas en sus respectivos
fluidos están atraídas de igual forma por todas las moléculas que las rodean ya que son del
mismo fluido; no sucede así con las moléculas 2 (agua) y 2' (aire) situadas sobre la interfase, ya
que, por ejemplo, la molécula 2 es atraída fuertemente por las moléculas de agua situadas bajo la
interfase y con menor intensidad por las moléculas de aire situadas sobre la interfase. El resultado
final es que la molécula 2 queda sometida a un esfuerzo normal a la superficie AB, hacia el líquido
(agua). Así nace el concepto de tensión superficial relativa. No necesariamente la molécula 2'
(aire) es atraída hacia el agua, pues los esfuerzos entre moléculas de un mismo fluido pueden ser
muy diferentes de los de atracción entre moléculas de fluidos distintos.
El fenómeno de tensión superficial provoca que una masa de un fluido en la masa de otro fluido
con el que es inmiscible, tienda a tomar la forma de mínima superficie (que es la esférica), tal
como sucede cuando cae una gota de agua en el aire o cuando se deposita una gota de aceite en
la masa de agua. En la superficie de contacto entre un sólido y un líquido se tiene un fenómeno
similar que se manifiesta en una adherencia (moja) o en una no-adherencia (no moja) del fluido al
sólido. La mojabilidad está muy afectada por el estado de la superficie del sólido. La tensión
superficial es la energía de las moléculas del fluido por unidad de superficie, o dicho de otra
forma, la energía necesaria para mover esas partículas desde el interior del fluido hasta su
posición superficial.
La tensión superficial se mide en dinas/cm. La tensión del agua pura en contacto con el aire a 20
ºC es de 73,6 dinas /cm (0,075 g/cm) y disminuye alrededor de 0,19 % por cada ºC en ascenso.
Dr. Rodolfo F García 5
Geól. María Verónica Rocha Fasola
Universidad Nacional de Salta
Escuela de Geología
Cátedra de Hidrogeología
∆p = τ ⎛⎜ 1 + 1 ⎞⎟
⎝ ρ1 ρ2 ⎠
Fa = τ × π × d × cosα
τ × π × d × cosα 4 × τ × cosα
2
=
π ×d 4 d
Pa = hc × γ
Dr. Rodolfo F García 6
Geól. María Verónica Rocha Fasola
Universidad Nacional de Salta
Escuela de Geología
Cátedra de Hidrogeología
⎛ 4τ ⎞
hc = ⎜⎜ ⎟⎟ × cosα
⎝ dγ ⎠
El valor de α depende de la adherencia en las paredes de los dos fluidos (Collins, 1961). Si la
superficie del tubo está limpia y sin grasitud, y agua pura en contacto con el aire, entonces α = 0 y
entonces:
⎛ 4τ ⎞
hc = ⎜⎜ ⎟⎟
⎝ dγ ⎠
El ascenso capilar es una altura vertical y no depende de sí el tubo está colocado verticalmente o
inclinado. No siempre se produce ascenso capilar ya que no siempre el líquido "moja" al tubo. Por
ejemplo, el mercurio en contacto con el aire "no moja" y por lo tanto tiene un ascenso capilar
negativo, formando un menisco convexo al aire.
∆p = τ × ⎛⎜ 1 + 1 ⎞⎟ × cosα = hc × γ
⎝ ρ1 ρ2 ⎠
Un medio poroso puede suponerse como formado por una serie de canalículos de sección
variable, donde cada uno de ellos es capaz de actuar como un tubo capilar en una forma muy
irregular. La altura de la franja capilar dependerá del diámetro de los poros y si la capilaridad ha
actuado en ascenso o en descenso.
Por esta razón y la complejidad de un medio que en la gran mayoría de los casos es heterogéneo
y anisótropo, la superficie saturada casi siempre es muy irregular. Si por el contrario, la
granometría del medio es homogénea e isótropa, se puede establecer un nivel medio en el que la
presión es menor que la atmosférica. La altura de este nivel sobre la superficie de presión igual a
la atmosférica (superficie libre o superficie piezométrica) es la elevación capilar media y la porción
de medio poroso en la zona de elevación capilar es la franja capilar (Custodio & Llamas, 1993).
Existen varias fórmulas que permiten calcular, aproximadamente, la elevación capilar de un medio
poroso.
2 × τ × cosα
hc =
B ×γ
Donde B puede tomarse como 1/3 y cos α = 0,3. El valor de cos α es ligeramente diferente para el
nivel freático ascendente y para el nivel freático descendente debido al fenómeno de histéresis.
Bibliografía
Custodio, E y M.R Llamas, 1996. Hidrología Subterránea. Tomo I. Segunda Edición. Editorial Omega.
España.
Fuertes, A; 1979. Guías Teóricas de Hidrogeología, primera parte. Universidad Nacional de Salta,
Facultad de Ciencias Naturales. Inédito.
García, R.F. 1998. Conceptos Teóricos Hidrogeología Aplicada. Escuela de Ingeniería en Recursos
Naturales y Medio Ambiente. Facultad de Ciencias Naturales. Inédito.
Heras, R; 1976. Hidrología y Recursos Hidráulicos Tomos I y II. Dirección General de Obras
Hidráulicas, Centro de Estudios Hidrográficos. España.