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UNIDAD 6
1. Introducción
Las funciones del aprendizaje representan los procesos psicológicos de los estudiantes
que debemos promover, facilitar y guiar para que logren alcanzar un aprendizaje
significativo. En el cuadro 7.1 se indica lo que el profesor, en cada situación de enseñanza,
debe determinar y seleccionar la técnica más adecuada para facilitar los procesos
psicológicos implicados en el aprendizaje.
Una parte esencial de nuestro papel será seleccionar la técnica (o combinación de las
mismas) más adecuada en función de nuestro conocimiento sobre las variables implicadas
en los procesos de aprendizaje (p.e. nivel de conocimientos previos de los estudiantes).
De este modo, al plantearnos las condiciones de enseñanza deberemos efectuarlo siempre
de forma subordinada a los procesos psicológicos que pretendemos facilitar, promover y
guiar, así como a los resultaos de aprendizaje a obtener.
Cada función del aprendizaje puede ser iniciada por el profesor (estrategias de enseñanza)
o iniciadas por el estudiante (estrategias de aprendizaje). Nuestro trabajo es orientar
nuestra actuación a facilitar y guiar los procesos mentales de los estudiantes, pero no
podemos ponerlos en marcha por ellos.
De otro modo, un objetivo esencial de la enseñanza efectiva es facilitar que los estudiantes
desarrollen y apliquen autónomamente estrategias para controlar y dirigir su atención
hacia la información relevante en cada situación. Así, si una parte esencial de nuestra
actividad consiste en aplicar distintas técnicas de enseñanza que faciliten a los estudiantes
centrar su atención sobre los conocimientos fundamentales de nuestras materias, no lo es
menos promover el que desarrollen estrategias de aprendizaje dirigidas a facilitar la
selección, comprensión y aplicación adecuada de estos conocimientos en situaciones
futuras. El logro de este objetivo se engloba bajo el término aprendizaje autorregulado
y constituye una de las competencias básicas en la enseñanza obligatoria.
Los objetivos básicos de esta fase son activar los conocimientos previos de los
estudiantes, conectar los nuevos conocimientos con sus estructuras cognitivas, relacionar
la nueva información con experiencias y situaciones que les resulten familiares y
significativas, centrar su atención sobre la información nuclear y proporcionar una
estructura organizativa que favorezca su aprendizaje. A continuación, destacaremos tres
técnicas instruccionales dirigidas a facilitar estos objetivos: a) el uso de organizadores
previos, b) focalizar la atención y promover la motivación de los aprendices y c) explicitar
los objetivos de aprendizaje y utilizar precuestiones.
Resulta útil presentar estímulos concretos, modelos, objetos, material gráfico que faciliten
captar y mantener la atención de los estudiantes. Para captar y dirigir la atención de los
estudiantes hacia los contenidos esenciales podemos utilizar disantos indicios que
destaquen su importancia, como enfatizarlos o repetirlos, así como efectuar comentarios
instruccionales, variar los tipos de actividades, etcétera.
Presentar los objetivos de aprendizaje al iniciar los temas proporciona al estudiante una
orientación y visión general de lo que se va a tratar, facilita la adquisición del
conocimiento declarativo destacado en los objetivos de aprendizaje. Las precuestiones
sirven para centrar la atención y los recursos cognitivos de los estudiantes sobre los
conocimientos a los que hacen referencia. Los efectos de utilizar precuestiones y de
explicitar los objetivos de aprendizaje son superiores cuando:
Algunos profesores no parten de una reflexión y decisión firme sobre qué objetivos de
aprendizaje se pretende conseguir, cuáles son sus nucleares y cuáles secundarios, qué
actividades de aprendizaje facilitarán su adquisición. A esta concatenación de decisiones
solemos denominarla alineamiento instruccional.
La teoría de la codificación dual de Paivio (1996) destaca que los procesos de codificación
y almacenamiento de la información en nuestra memoria a largo plazo se producen de
dos formas separadas: como código verbal y como código imagen. Utilizar
simultáneamente ambos códigos proporciona al estudiante vías adicionales de
almacenamiento y recuperación de la misma.
Los mapas conceptuales pueden ser utilizados de formas y con objetivos muy diversos:
- Como recurso didáctico.
- Como una actividad de aprendizaje en que los estudiantes construyen un mapa
conceptual.
- Como estrategia de aprendizaje que aplican los estudiantes para adquirir
conocimientos.
- Como estrategia de evaluación.
Nesbit y Adesope (2006) concluyen que utilizar mapas conceptuales muestra efectos
positivos. Estudiar con mapas conceptuales genera efectos positivos sobre el aprendizaje
en todos los niveles educativos. Proporcionar mapas conceptuales ya elaborados resulta
especialmente útil para los estudiantes con baja habilidad verbal y escasos conocimientos
previos.
Las razones fundamentales que explican los efectos positivos de los mapas conceptuales
son:
Esta técnica puede servir para enfatizar los elementos esenciales de una presentación y
centrar la atención sobre los aspectos más importantes de la misma, para favorecer que
los estudiantes elaboren la información y establezcan relaciones entre los conceptos
destacados, así para potenciar las habilidades de pensamiento de los estudiantes. Su
utilización exige que las clases sean dinámicas e interactivas y plantear las cuestiones de
forma adecuada siguiendo estas directrices (Henson, 1996):
a) El experto piensa en voz alta mientras resuelve una tarea, de modo que hace
pública la secuencia de pasos a seguir y las reglas a considerar en cada uno de
ellos, destacando tanto los procesos componentes de la secuencia como la rutina
necesaria para organizarlos.
b) El aprendizaje a través de ejemplo de tareas o problemas resueltos paso a paso,
que consiste en proporcionar a los estudiantes un modelo de ejecución sobre cómo
resolver las tareas que se plantean en el aula.
Mayer y Wittrock señalan que el modelo tiene efectos superiores cuando se especifican
los subobjetivos de cada paso, se proporciona inicialmente una guía externa de los pasos
que se va retirando progresivamente a medida que se produce su interiorización, y, por
último, se enfatizan las relaciones (estructura) entre los elementos que integra el proceso
de resolución.
En numerosas ocasiones los estudiantes tampoco actúan de forma acorde con el princiio
de la práctica distribuida dado que, por ejemplo, concentran el estudio en los días previos
a los exámenes en lugar de hacerlo a lo largo de toda la evaluación. Esta cuestión debiera
hacernos reflexionar sobre la adecuación de los métodos de evaluación tradicionales
basados en realizar pruebas finales en lugar de utilizar un sistema que considere múltiples
indicadores de la progresión del aprendizaje a lo largo del tiempo (evaluación continua).
El cuadro 7.3 muestra un conjunto de señales o guías para la acción que facilitan
desarrollar las habilidades implicadas en la elaboración de ensayos, pudiendo resultar de
utilidad en educación secundaria.
En la figura 7.4 se presenta una guía externa manifiesta de un procedimiento general sobre
cómo estudiar (SQ3R). así con el propósito final de que los estudiantes articulen las
estrategias implicadas y las apliquen automáticamente, podemos proporcionar esta guía
externa con la secuencia de pasos y las variables a considerar en cada uno, que iremos
retirando de forma progresiva a medida que los estudiantes vayan interiorizando su
aplicación.
¿Cómo ayudamos a los estudiantes a que tengan una conciencia más realista de los niveles
que van alcanzando? La investigación destaca que enseñarles a que organicen sus tiempos
resulta especialmente importante, efectuando juicios de aprendizaje demorados que les
permitan identificar aquellos que no han aprendido bien y a los que deben dedicar mayor
tiempo de estudio. Por otro lado, una estrategia general para promover el desarrollo de
las habilidades de autorregulación es considerar tres momentos clave en el desarrollo de
las actividades de aprendizaje en el aula: la planificación de la tarea, la supervisión y
regulación y la evaluación.
4. Fase de retroalimentación
La retroalimentación puede definirse como cualquier información proporcionada al
estudiante relativa a la adecuación o inadecuación de sus respuestas en una tarea de
aprendizaje especifica, permitiéndole verificar la corrección o no de las mismas, evaluar
el nivel de ejecución alcanzado y mejorar sus ejecuciones posteriores (Shute, 2008). La
retroalimentación puede ofrecerse en cualquier momento que se consideres necesario.
Diversos estudios señalan que la retroalimentación debe efectuarse tras una tarea de forma
inmediata, pues esto provoca mejores resultados de aprendizaje. El alumno también debe
poner de su parte para generar estos buenos resultados, este debe atender, procesar y
comprender la información.