Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Una lengua de instrucción tiene la condición especial de ser un medio y un fin, permite
transmitir conocimiento pero es en sí misma objeto de estudio.
-Carácter de la disciplina.
Cada gobierno aspira a su propia ley educativa, creando planes de estudios “de caducidad
programada” que son perniciosos para la educación.
Una situación comunicativa en el aula puede definirse por unos parámetros contextuales:
campo del discurso, modo y tenor de los participantes. Aunque puede haber intercambios
lingüísticos de distinto tipo, hay un patrón o modelo.
Podría proponerse una tarea de nivel consistente en el diseño y conformación de una situación
comunicativa básica, adaptada a la especificidad de la clase, con el objetivo de aprender a
comunicarnos. Podría acompañarse de un decálogo de principios comunicativos.
El docente deberá prestar atención al tenor personal de los participantes que permite entender
la especificidad de ese microcosmos. Este análisis le permitirá afinar la programación del aula,
partiendo de los objetivos del currículo y atendiendo a la realidad del espacio comunicativo.
La enseñanza lingüística suele topar con la resistencia del estudiante por dos motivos:
1. Ya conoce su lengua. Es fácil de rebatir: perfeccionamiento.
2. La clase es aburrida, repetitiva y monótona. Lleva razón. Suele ser debido a los
factores contextuales: habilidad docente, nivel académico, motivación, clima
distendido… Además de una programación inadecuada o mal aplicada.
Posibles soluciones: Diseñar tareas específicas para cumplir los objetivos. Hay
iniciativas que favorecen la contextualización de la experiencia de aula y la concreción
del currículo
Una opción es la programación del departamento (distribuye los contenidos por cursos
y etapas. Debido al carácter vehicular de la lengua, puede subrayarse la dimensión
transversal de las competencias lingüísticas en otras materias.
Otra posibilidad es el proyecto de centro. Son propuestas ambiciosas ideadas para ser
desarrolladas a lo largo de varios cursos y en todos los niveles educativos. Se trata de
una iniciativa acordada por el equipo docente para subsanar alguna deficiencia o
desarrollar alguna destreza.
Existen dos perspectivas de análisis del fenómeno lingüístico: el estudio del objeto (reflexión) y
el uso del objeto (comunicación).
Tres niveles de alfabetización digital (Veyrat, 2017) habilidad tecnológica, desarrollo cognitivo y
relaciones sociales virtuales.
Desde finales del siglo XX hay un nuevo interés en desarrollar las destrezas orales. Antaño la
oralidad de los estudiantes estaba subordinada a la escritura, con lecturas, recitaciones o
controles orales. Hoy día proliferan ruedas de prensa, discursos y entrevistas a pie de calle que
incitan al desarrollo de la oralidad en las escuelas.
El objetivo primordial es que los estudiantes puedan comunicarse oralmente de acuerdo con
las exigencias discursivas de cada situación comunicativa recurriendo a estrategias lingüísticas
eficaces.
Las pautas de planificación deben ir acompañadas de indicaciones relacionadas con los modos
de expresión (lingüísticos y no lingüísticos) que maneja el estudiante en las prácticas
discursivas. Debe reflexionar sobre:
Para trabajar bien la oralidad es preciso contar con un clima adecuado, que se debe trabajar en
los primeros niveles, creando un espacio abierto para el diálogo, respetuoso y cordial, con
respeto al turno de palabra, escucha activa y libre participación. Se debe involucrar a todos los
estudiantes en la práctica oral, con especial atención a la escucha activa del resto del
alumnado. Es posible lograrlo con actividades de control sobre la actividad, sea el tiempo o una
rúbrica de evaluación que contraste con la evaluación del docente.
En el aula existen dos ámbitos en los cuales se puede activar el diálogo formal: la reflexión
lingüística y la educación literaria. En ellos, la forma de hablar del profesor y sus explicaciones
funcionan como un modelo discursivo para los estudiantes. Inconvenientes de aplicar esta
técnica: clases masificadas, nivel de conocimientos y ritmos de aprendizajes heterogéneos,
escasa participación, etc.
En este diálogo concurren la producción y la comprensión, pero son dos operaciones cognitivas
distintas. López Alonso 2014. En la producción oral los procesos cognitivos se centran en la
reflexión lingüística y en las actividades de control (elementos paraverbales, o no verbales) que
el hablante ha de llevar a cabo en función de los contextos comunicativos. La comprensión oral
se centra en procesos de construcción de sentido y en la interpretación de propiedades
discursivas. Son acciones complementarias en los intercambios orales, y ambas toman como
referencia fundamental el patrón genérico.
Vilà 2005. Propone que en función de los niveles se incida en unos pocos objetivos, de manera
que la secuencia resulte más fácil de evaluar. Se centra en el análisis de las estrategias
comunicativas del discurso expositivo oral: estrategias de estructura del discurso, estrategias
contextuales de interacción y estrategias que regulan la densidad del discurso.
El desarrollo de las destrezas orales exige una planificación adecuada teniendo en cuenta el
nivel académico, el grado de dificultad de la actividad oral, el objetivo, los sistemas de
evaluación, la secuenciación, la organización de las sesiones, etc.
En los primeros niveles se pueden realizar microtareas ligadas a la realidad. Los objetivos
persiguen cierta automatización en la construcción de discursos narrativos. En los superiores se
puede proponer una actividad oral como cierre de curso: una exposición breve a partir de un
concepto teórico, una actividad grupal (un debate o coloquio) o una presentación oral de
mayor complejidad que integre medios audiovisuales.
Para lograr la planificación de los discursos formales se pueden usar estrategias pedagógicas
que partan de la interiorización de patrones discursivos. Pueden identificarse modelos
discursivos de referencia y analizar sus características. Los rasgos más relevantes sirven de
guión para la actividad discursiva recomendada. Otra idea es asumir un rol: la función tipificada
de un participante en un intercambio comunicativo.
Jover y García 2009 presenta una estrategia didáctica integradora para abordar el estudio
teórico y la práctica de la oralidad en el aula.
Briz 2008 ofrece recomendaciones útiles para plantear actividades en el aula, para el desarrollo
de la competencia oral, especialmente en textos orales.
Según la tradición, el docente considera que para escribir hay que leer más, es imposible
enseñar a escribir y es muy complicado evaluar la escritura. Un factor real de aula que explica
la reticencia del docente es la laboriosidad de la revisión de un escrito.
Para realizar con éxito prácticas escritas, se deben fijar objetivos y delimitar claramente los
parámetros de evaluación. Para que la revisión sea útil, el docente debe proporcionar al
estudiante el texto ya revisado, con el cual el estudiante elabora una versión definitiva
incorporando los comentarios y correcciones del docente. Los procesadores de textos permiten
dos tipos de revisiones: el control de cambios y el comentario marginal.
El objetivo principal es que los estudiantes sean escritores competentes, pudiendo escribir
cualquier género discursivo y en cualquier contexto comunicativo. Es imprescindible para ello
el aprendizaje cultural. En las primeras etapas la escritura es una mera trasposición de lo oral a
lo escrito, desarrollando la mecánica instrumental. La siguiente etapa desarrolla la autonomía
en la construcción textual con tres procesos: Contextualización, diseño estructural y
conformación textual.
López Alonso 2014- Psicología: Punto de partida que interese a los estudiantes. Se deben
graduar la complejidad y la extensión según los niveles y edades, cuidando los aspectos
pragmáticos y lingüísticos que contribuyan a la conformación textual. Se recomiendan
narraciones y descripciones en los niveles iniciales.
Bustos Gisbert, 2013. En la escritura formal se tienen en cuenta tres fases: Planificación,
textualización y revisión.
Revisión: Los escritores expertos revisan constantemente, los nóveles solo al final, si es que
revisan. Esta fase es muy importante. Se debe revisar si se ha seguido la planificación, pero
también se debe eliminar elementos, simplificar y reorganizar, además de subsanar erratas.
Algunas técnicas para mejorar la revisión pueden ser la distancia temporal, la lectura en voz
alta o la revisión por otra persona.
Se aconseja una revisión por etapas, atendiendo a distintos criterios en cada etapa. Se puede
hacer de lo externo a lo interno, atendiendo a la presentación (determinada en la hoja de
estilo), cumplimiento de la intención comunicativa, atención al destinatario, la articulación del
texto, la sintaxis, la selección léxica, la puntuación y la ortografía.
Una opción es desarrollar la labor de revisión entre iguales, señalando con claridad lo que está
mal o es mejorable. Luego realizar una revisión final por el docente.
Victor Moreno 2008- Ejercicios ajustados a estas estrategias. Parte del dominio de la secuencia
textual y enmarca la práctica en ámbitos discursivos diferentes. También señala la importancia
del desarrollo de la escritura lúdica, que potencia la imaginación de los estudiantes, escapando
a lo normativo y formal.
Tradicionalmente, la lectura en el aula podía ser en voz alta o lectura silenciosa previa a
preguntas o resúmenes.
OCDE a través de PISA 2018 sobre la competencia lectora: “es la comprensión, el uso, la
evaluación, la reflexión y el compromiso con los textos con el fin de alcanzar los propios
objetivos, desarrollar el conocimiento y el potencial personales y participar en la sociedad.”
-Ámbito de lectura
-Tipología textual
-Propósito de la lectura
- Reconocer palabras
- Conectar ideas
-Interpretar el texto
A menudo, las preguntas de los docentes no son satisfechas por exigir el bagaje de un lector
experto. Para lograrlo se deben proporcionar pautas y estrategias de lectura previas a la
lectura.
El objetivo principal del docente es que el estudiante aprenda la lectura estratégica, entendida
como construcción de conocimiento. Esta parte de un objetivo (para lo que se lee) y de la
activación de conocimientos previos del lector.
Para desarrollar esta lectura estratégica hay tres propuestas (la 4 es extra):
Para la identidad digital es preciso analizar qué imagen queremos dar y cómo queremos
comunicarnos con los demás (netiqueta: cortesía en red). También deben conocer los efectos
de una actividad irresponsable (datos personales o mezcla de lo privado y lo público)
En cuanto al uso oportuno de la tecnología, debe quedar claro cuándo y cómo se usará de
forma didáctica.
Enseñar también a analizar la fiabilidad de los recursos web, el empleo de herramientas para la
codificación y descodificación del lenguaje, programas útiles para su desarrollo, procesadores
de texto, diccionarios y traductores en línea, corpus, construcción del discurso o resolución de
dudas.
Jenkins 2006, propone el desarrollo de habilidades propias del ámbito digital: juego,
simulación, multitarea, criterio, trabajo en red, negociación, pensamiento distribuido, la
navegación a través de distintos medios…
Internet es un espacio de encuentro virtual entre personas y grupos sociales alejados física y
culturalmente, pero también sirve para ejercer control ideológico sobre los usuarios en red,
porque supera las fronteras y uniformiza pensamientos.
Lomas 2014. Las industrias de la realidad hacen un proceso de selección (destacan unos
eventos y marginalizan otros) y tienen un efecto multiplicador de aquello que interesa difundir.
Una dimensión frágil de la competencia digital es la actitudinal (saber ser). Según organismos
internacionales o la UNESCO esta incluye democracia, libertad de expresión,
interculturalidad… Es necesaria una educación en medios para batallar las noticias falsas (fake
news), la divulgación de posverdad, el uso indebido de datos personales de usuarios de redes
sociales, las limitaciones de la libertad de expresión o las injerencias en procesos electorales
democráticos. La competencia mediática ha de sustentarse en la participación reflexiva y crítica
en dinámicas discursivas propias de distintos ámbitos de comunicación o cibermedios.
-Ámbito de medios de comunicación. Ofrece una visión del mundo que puede ser examinada
críticamente desde distintas perspectivas. En el aula se puede comprobar el grado de
participación del lector en la prensa digital, aprender a distinguir información de opinión,
constatar la utilidad del hipertexto y aprender a comprobar las distintas versiones de una
misma noticia.
También es útil en los procesos de recepción y producción en red recurrir a los parámetros
situacionales. En el ámbito discursivo (macrogénero) las realidades discursivas se ajustan a un
patrón (género) que guía el proceso de textualización. El principal objetivo ha de ser el
aprendizaje de la comunicación formal digital. Deben tomarse en consideración las normas
específicas del ámbito y género discursivo digital (Tascón 2012) y tomar como referencia
modelos de comunicación formal (Paredes 2012 y Agosto 2017) que favorezcan el desarrollo
integral de la comunicación digital y mediática en contextos formales.