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Fuerza Socialista Federal (Cataluña)

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La aparición de la Força Socialista Federal o FSF (Força Socialista Federal, en
catalán) tiene lugar a mediados-finales de 1962 y culmina en los primeros meses de
63, como resultado de la evolución de CC (Cataluña). Su desaparición, que de hecho
tuvo lugar en la primavera de 1968 (aunque oficialmente, en septiembre), fue
también fruto de su dinámica interna: una contestación de la militancia
universitaria activa a partir de 1967 y que dio lugar en 1968 a una nueva
organización, el PCR o Partido Comunista Revolucionario (y sus plataformas de
masas, CHE y CHO).

En este periodo el FSF desplegó su acción en el intento de promover la conciencia


de clase de los trabajadores; en el ensayo de una democratización antifranquista en
el seno de la universidad y en la difusión -por medios paralegals- de la ideología
socialista-comunista independiente de las posturas del PSUC.

Índice
1 Evolución ideológica
2 Actividad en el campo obrero
3 Universitat Popular
4 La cuestión nacional
5 Entidades paralegales
5.1 La revista Promos
5.2 CEDEC
5.3 La editorial Edima
6 Publicaciones
6.1 Documentos relevantes
6.2 Publicaciones periódicas
7 Referencias
8 Bibliografía
9 Enlaces externos
Evolución ideológica
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Este proceso que va de CC (Cataluña) a PCR, de un extremo a otro del espectro
político, está jalonada por dos momentos de crisis, correspondientes a las
reformulaciones de CC-FSF y de FSF-PCR, que algunos han denominación primera y
segunda ruptura.

La primera ruptura se produjo en el senodel CC (acrónimo que inicialmente respondía


a Cristianos Catalanes y, más tarde a Comunidad Catalana) entre el "sector social"
y las "comarcas", con la elaboración y aprobación de un Programa que proponía una
estructura comunitaria, basada en la socialización de la economía y la democracia
política de base y que, por articulación federal, llegaba hasta la Federación de
Pueblos Ibéricos, siguiendo una concepción en buena parte heredada de los enfoques
anarquistas pero también en línea con las pulsiones federalistas del “socialismo
real” contemporáneo. Se renunciaba así a planteamientos cercanos al embrionario
nacionalismo catalán del "sector comarcas", y la hegemonía recaía en el "sector
social", que ‒impulsado principalmente por Antoni Pérez‒ había liderado este
proceso desde el Grupo de Estudios.1

La aprobación del programa significó el abandono de muchos de los militantes de CC


del “sector comarcas” (entre los que se encontraba Jordi Pujol Soley) y la
reducción de la militancia, básicamente, a Barcelona y ciudades industriales del
entorno.
Las concepciones del Programa, sin ser cuestionadas explícitamente, no se
desarrollaron en términos teóricos o ideológicos, como se hace evidente por la
evolución de la FSF de movimiento a partido, pero, sobre todo, por el progresivo
despliegue de enfoques orientados hacia el socialismo, sin un desarrollo paralelo
del federalismo (que, sin embargo, se asumió sin reservas y formaba parte de los
argumentos de atracción de nuevos militantes), o por el interés hacia cuestiones
prácticas (estrategias, tácticas). Pero la posición de la FSF, según declaraciones
políticas en noviembre de 1966 y enero de 1968, reveló la incorporación de análisis
marxistas y la aproximación a un comunismo democrático que se preciaba de evitar el
dirigismo leninista. Dentro de la oposición, el FSF estuvo cerca del FOC, mientras
que el adversario político ‒no el enemigo‒ era el PSUC.

La declaración política de enero de 1968 fue una de las últimas manifestaciones de


la FSF, aunque ya delataba las tensiones entre el partido y su rama universitaria.
Poco después, en la primavera de 1968, tuvo lugar la segunda ruptura, que dio lugar
a los CHE-CHO y, más tarde, al PCR. Fue desde el PCR desde el que se emitió la
“Declaración de disolución de FSF” de septiembre de 1968.2

Actividad en el campo obrero


La FSF planteaba su actividad entre los trabajadores con el objetivo de que estos
llegaran a tomar conciencia de clase desde una praxis progresiva de formación,
reflexión y acción, inicialmente en el lugar de trabajo, y, más tarde dentro de su
barrio o ciudad, sin pretender hacer ni proselitismo ni dirigismo de partido. Las
células básicas de esta concienciación-praxis fueron el Comité de Empresa y el
Comité de Barrio, que podrían alcanzar niveles más altos de organización mediante
la agrupación por sector o grupo de industrias o por pueblos o ciudades.

La estrategia que tenía que evitar que las acciones obreras o de barrio no cayesen
en el reformismo (sindicalismo elemental, reivindicación de algunas mejoras
específicas) y acceder a un nivel revolucionario de lucha que cambiase la sociedad
era la reivindicación no asumible, aquella que entraba en contradicción con el
sistema económico o político, que éste no podía aceptar sin resistirse, con lo cual
se manifestaba el conflicto de base y se generaba un mayor nivel de conciencia.
[Esta misma estrategia también se aplicó en el trabajo en otros campos].

Los Comités de Empresa apenas se desarrollaron y se sumaron al movimiento de CCOO


desde mediados de los 60, con la aquiescencia por parte de la FSF, que valoró
Comisiones como una organización favorable a la clase obrera, sin perjuicio de
intentar evitar el dirigismo del PSUC. Los Comités de Barrio siguieron una
trayectoria similar.

Precisamente, el rigor ‒llevado hasta el escrúpulo‒ en evitar hacer proselitismo o


dirigismo de partido en los Comités de Empresa y Comités de Barrio tuvo la
consecuencia de generar pocas incorporaciones de trabajadores en la FSF, que
conservaba una composición de clase media-baja (pequeños empresarios,
profesionales, funcionarios...).3

Universitat Popular
UP, Universidad Popular, fue la rama de la FSF en el frente universitario. Tenía su
propia organización autónoma, con vínculos ‒a veces determinantes‒ entre las
respectivas direcciones, pero sin dirigismos en uno u otro sentido.

Nacida en las mismas fechas que la FSF, después de la primera ruptura, su


crecimiento fue rápido a partir de una situación general favorable; efectivamente,
durante los años 1965-1966 el declive del control franquista sobre la sociedad (que
pasó de la manifestación de sacerdotes en las calles de Barcelona a las huelgas en
el País Vasco y en Asturias) impulsaba el activismo universitario, que la lucha
contra el SEU y por un sindicato libre –SDEUB–, la Caputxinada –y la reacción
represiva posterior—, los enfoques novedosos de UP y su opción política alternativa
a la del PSUC, lograron un crecimiento exponencial, hasta el punto de convertirse
en el grupo dominante dentro del movimiento estudiantil de 1967.

Sin embargo, el SDEUB no logró una reforma sustancial del mundo universitario, a
pesar de los intentos de hacer un frente común con CCOO. La frustración
consiguiente en el seno de UP derivó así en un proceso de radicalización que se
rebeló contra las estrategias de carrillistas, "reformistas" y otros adversarios
políticos; internamente, iniciaron una autocrítica contra la propia FSF que
concluiría con la segunda ruptura, con la creación del CES, Comisiones de
Estudiantes Socialistas, la transformación de estos en el CHE-CHO, Comités de
Huelga Estudiantil, Comités de Huelga Obrera y, por último, del Partido Comunista
Revolucionario.4

La cuestión nacional
La cuestión nacional fue objeto de análisis en el número 1 de Crítica socialista
(junio de 1967), en el que se intentaba diferenciar entre la nacionalidad como
reivindicación burguesa versus su reivindicación revolucionaria, negando el
catalanismo como producto exclusivo y excluyente de la ideología conservadora
(burguesa o pequeñoburguesa), e incidiendo así en la polémica contemporánea que la
identificaba como una excrecencia de la reacción conservadora antifranquista.

En línea con esta posición, debe considerarse también el escrito Consideraciones


generales sobre manifestaciones y actividades de tipo catalanista (1965), con
ocasión de la convocatoria a los trabajadores a participar en la manifestación del
11 de septiembre adoptando la postura “de denuncia pública como falsificación de
los problemas reales de nuestro pueblo”.

Esta doble posición se tradujo en la práctica del lenguaje: el uso del catalán era
mayoritario en los documentos internos o en las publicaciones teóricas, aunque se
resentía del desconocimiento de las reglas de la lengua (que no había sido objeto
de la enseñanza pública), propiciando frecuentes errores (como en el nombre
original de CEDEC). Por el contrario, el castellano dominaba en los escritos
dirigidos a una sociedad donde las clases populares eran monolingües,
característica compartida con otros partidos de la izquierda catalana y
catalanista, como el FOC y el PSUC.

Entidades paralegales
Aparte de la actividad clandestina en los frentes obreros y universitarios, la
lucha de la FSF contra la dictadura se desplegó en actividades públicas con
diversas herramientas que utilizaban los canales ofrecidos por la "legalidad"
franquista:

La revista Promos
Promos, revista periódica (nacida durante la etapa CC) "dirigida a cuadros de
empresas", que bajo esta cobertura publica artículos sobre economía y política en
una línea socializante. En su redacción, participó activamente el FOC, así como
otros grupos de la oposición, firmas prestigiosas de la economía, la sociología, la
política, etc. Se publicaron 48 números en 7 años, desde septiembre de 1959 hasta
el 30 de noviembre de 1966, cuando fue asfixiada por la censura franquista.5

CEDEC
El Centro de Estudios Comunitarios para el Desarrollo de la comunidad (Centre
d’Estudis Comunitaris per al Desenrotllament (sic) de la Comunitat), agrupación
interdisciplinaria de profesionales (economistas, sociólogos, arquitectos,
ingenieros y otros), destinado a proporcionar soluciones a problemas complejos,
tuvo una vida corta (1961-1964), ya que su mercado potencial (instituciones
públicas) no podía considerar aún ciertos estudios y proyectos desde un enfoque
comunitario. La quiebra económica dispersó a sus componentes, la mayoría de los
cuales continuaron como grupos autónomos.
La editorial Edima
Edición de Materiales publicó unos 25 títulos entre 1965 y 1968, en dos
colecciones: Historia Inmediata y Notas de sociedad (de bolsillo), algunos muy
sorprendentes en el panorama editorial contemporáneo. Con crecientes dificultades
con la censura, desapareció tras el secuestro de Documentos de Cuba (entre los
cuales figuraban las dos declaraciones de La Habana).6

Publicaciones
Documentos relevantes
Programa (1962-1963)
PAS, Principis per [a l'] acció sindical (~1964)
ASE, Acció Sindical a l'Empresa (1964-1965)
Declaración política (10/11/1966)
Acció a barris (~1966)
Dossier (1966-1967)
A propósito de la reivindicación de autogestión (publicación de UP, 1967)
Declaración política (enero de 1968, en Revolución Comunista nº 4)
Publicaciones periódicas
Información Sindical (18 números, desde el otoño de 1966 al 20 de abril de 1968).
De acuerdo con la estrategia citada anteriormente, esta publicación no hacía
constar que el emisor era la FSF, ni pretendía el adoctrinamiento.
Revolución Comunista (4 números, desde junio de 1967 a enero de 1968).
Acció política (publicación de UP, 7 números desde 1966 o 1967 a febrero de 1968;
los dos números posteriores ‒de mayo de 1968‒ corresponden ya a la etapa posterior
a la segunda ruptura).
Crítica socialista (publicación de UP, 3 números desde junio de 1967 a febrero de
1968).
Referencias

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