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“Año de la unidad, la paz y el desarrollo”

UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ASIGNATURA: DERECHO LABORAL COLECTIVO

TEMA: FORMACIÓN DEL MOVIMIENTO SINDICAL EN EL PERU

ALUMNO: Leandro Córdova, José Iván

CATEDRÁTICA: Espinoza Cañoli Ena Armida

CICLO : VIII

SECCIÓN :A
INDICE

1. CARATULA

2. INDICE

3. INTRODUCCION

4. DESARROLLO DEL TEMA

5. CONCLUSIONES

6. BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION

El presente trabajo es la primera parte de un intento de análisis de la, características específicas de


la clase obrera y del papel del movimiento obrero en el proceso económico-político peruano. Esta
primera parte cubre un período que va desde fines del siglo XIX hasta mediados de la década del
cincuenta. No hemos pretendido escribir una "historia" del movimiento obrero peruano. Para ello,
hubiéramos tenido que realizar un trabajo de investigación documental y de entrevistas con testigos
y protagonistas mucho más considerable de lo que hemos realizado. No ha sido ésta nuestra meta.
Apuntamos más bien a una interpretación sintética de carácter sociológico. Hemos utilizado una
serie de estudios ya realizados sobre la cuestión obrera o aspectos de la realidad social que tienen
que ver con ella. La Historia de la República del Perú de Jorge Basadre, los Apuntes para una
interpretación marxista de historia social del Perú de Martínez de la Torre (Apuntes), los escritos de
José Carlos Mariátegui, en particular los publicados por la Editora Amauta bajo el título Ideología y
Política. los escritos de Haya de la Torre y los aportes de numerosos protagonistas del intenso
debate intelectual y político de los años veinte. Quizás, por esta misma riqueza de fuentes históricas,
hemos encontrado numerosos estudios recientes sobre el proceso socioeconómico peruano hasta los
años treinta, que son de gran utilidad para el análisis del movimiento obrero
Pero, después de 1933, las fuentes secundarias directamente útiles para nuestro análisis son escasas,
dispersas y de nivel inferior. Se trata, en la mayoría de los casos, de escritos polémicos donde la
preocupación de elaboración histórica y científica se queda en un segundo plano. Es tan sólo a fines
de la década del cincuenta que la investigación social sobre la problemática obrera y popular en
general parece encontrar un nuevo desarrollo. Por lo tanto, fue necesario rellenar algunos vacíos
históricos, mediante un laborioso trabajo de recolección' de información, entrevistando a dirigentes
sindicales y políticos y consultando colecciones de periódicos, revistas, volantes y otros
documentos. Es así que, sin pretender escribir una historia, tuvimos que ordenar históricamente lo
que conceptuamos como los hechos y procesos sociales más relevantes para el estudio de la
dinámica de la clase obrera peruana, ubicando estos hechos en el proceso económico político global
del país, en sus distintas coyunturas nacionales e internacionales. En este sentido, este trabajo
representa un esfuerzo de ordenamiento y de síntesis, cuyo resultado es necesariamente provisional.
Esperamos que sea rápidamente superado por nuevos trabajos y que contribuya a suscitarlos Este
trabajo, además, es parte de un proceso colectivo y acumulativo de investigación que se inició en el
marco de los Talleres de Estudios (especialmente el Taller Urbano Industrial) del Programa
Académico de Ciencias Sociales de la Universidad Católica. Nuestra reflexión se ha desarrollado en
constante diálogo con los profesores y estudiantes de dichos talleres. También señalamos el
invalorable aporte de los trabajadores que, al tomar conocimiento de nuestros planteamientos sobre
el movimiento obrero, emitieron sus opiniones y nos transmitieron sus propias experiencias

DESARROLLO DE MOVIMIENTO SINDICALES EN EL PERU

Con la derrota en la guerra con Chile, el consecuente agravamiento de la crisis económica y la


pérdida del control de los recursos productivos claves se sentaron las bases para la integración del
país al sistema capitalista mundial -que entraba en su fase monopólica - en condiciones de radical
dependencia que lo condenarían en adelante a la condición de exportador de materias primas,
cancelando la posibilidad de un desarrollo auto centrado
Cuando hace más de 200 años, en Inglaterra, florecía la industria, la clase obrera, joven y sin
experiencia, probaba recién formas organizativas y sus respuestas, de una manera que ahora nos
parecería de lo más inverosímil, por ejemplo: los "Ludistas", pasaron a la historia por considerar
que los trabajadores deberían organizarse, para destruir las máquinas, fruto de la tecnología del
vapor, según ellos era la mejor forma de evitar el desempleo. Otros, los denominados "Cartistas"
sentían que no había mejor forma de evitar la represión que ya a tan temprana edad sufrían, que
organizar una sociedad que se comunicara por medios epistolares, por canas (de allí su nombre),
Conforme las grandes usinas se iban extendiendo por toda Europa y se acrecentaba la experiencia
de los trabajadores, éstos optaban por otras formas de organización. La mayor toma de conciencia
acrecentaba su sentido de solidaridad, a esto hay que añadir que apareció un criterio nuevo, el
“Internacionalismo”, concepto éste que los llevó a dotarse de una organización Internacional y con-
forme se asumía como "Clase" explotada, se propuso objetivos políticos, fue así que durante
decenios la organización de la Clase no sólo trascendió las fronteras de los países, sino que no hizo
distingos entre las tareas políticas y las sindicales propiamente dichas, fueron las épocas de la I
Internacional, en la que convivieron los utópicos, anarquistas, marxistas, etc.; cuya organización era
de estructura mundial (más precisamente europea) con secciones en cada país. Como puede verse
sus reclamos también tenían dimensión general como es el caso de la lucha por las "Ocho Horas”.
Derrotada la experiencia de la I Internacional y su obra máxima: la Comuna de París, la
organización de los trabajadores cambió radicalmente:

A) Se dividió en un brazo político: El Partido, por un lado y su brazo gremial Independiente


del otro: El Sindicato.
B) Se organizó dando prioridad a los organismos nacionales de los cuales se conformarían las
Centrales Internacionales.
C) Aparece la estructura por fábrica, las Federaciones y las Confederaciones. Como se puede
apreciar este no sólo fue un cambio de tipo organizativo, fue ante todo un cambio político y
de concepción, que es el que nos rige hasta hoy en todas las variantes sindicales.

1.3 ELSINDICALISMO EN ELPERÚ

Orígenes.
El Movimiento sindical en el Perú es fruto del desarrollo capitalista
. Antes sólo existían Movimientos de Productores.
El contexto socioeconómico en el que se desarrollan estos últimos es el de capitalismo mercantil y
artesano (talleres)
.
Etapas. - Aunque el gran tronco del sindicalismo moderno es el Anarco Sindicalismo, sus raíces
pueden encontrarse en el Gremialismo y el Mutualismo.
- Luego vendría el Anarco Sindicalismo, el cual dominaría la escena laboral en las tres primeras
décadas de este siglo y sería sucedido por el Sindicalismo Clasista.
- En los años 30, también se ensayan variantes que buscan un sindicalismo apolítico, entre ellos el
sindicalismo revolucionario y otros de tipo confesional.
- Pasada la represión de Odria, (ochenio) el sindicalismo renace fuertemente influenciado por las
corrientes mundiales en boga: - Sindicalismo de Clase
- Sindicalismo Libre
- Sindicalismo Cristiano.
Concepciones.
El Mutualismo considera las ideas de los socialistas utópicos, (Prudhon) en el sentido que la
pequeña propiedad y el artesanado seguirán siendo los factores de mayor peso en la producción
social. Para ellos, la organización por excelencia eran las cajas mutuales, las cuales eran
consideradas, además, un arma de lucha contra el estado y la opresión. El Anarco-Sindicalismo:
Introducido en el Perú por Manuel González Prada, consideraba innecesario el papel de los partidos,
daba a los sindicatos el peso de la lucha por destruir el estado y con él la explotación del hombre
por el hombre. El Sindicalismo Clasista: Introducido por José Carlos Mariátegui, Desarrolla el
sindicalismo, sobre la base, que el proletariado, es el agente principal de la transformación y la
revolución. Se plantean los 4 principios del sindicalismo clasista. Se introducen las nociones de
estrategia y táctica sindical.

El movimiento sindical peruano está pasando en la actualidad por un momento difícil. Enfrentado a
la más profunda crisis registrada por la economía peruana en el presente siglo, habiéndose recortado
drásticamente el poder adquisitivo de los trabajadores tras una decena de "paquetes de medidas
económicas" y un proceso inflacionario que vienen dándose desde 1975, las organizaciones
sindicales protagonizaron en los últimos tres años un número sin precedente de huelgas,
acompañadas de amplios movimientos populares urbanos. Estas luchas se desenvolvieron, por lo
general, en forma dispersa, brotando con bastante espontaneidad en varios sectores y regiones del
país, sin que exista una organización sindical capaz de dirigirlas a nivel nacional. Sin embargo, la
acumulación y convergencia de dichas luchas, con el creciente deterioro de las condiciones de
subsistencia de las masas populares y de amplios sectores medios, llevan a las principales
organizaciones a decretar una serie de luchas coordinadas. En menos de un año, entre julio de 1977
y mayo de 1978, se efectivizan tres paros nacionales que pueden considerarse como los más
importantes de la historia sindical del país.

Sin embargo, a pesar de la envergadura de sus luchas, el movimiento sindical no consigue detener la
política económica inflacionaria y recesiva del gobierno, ligada a sus compromisos con el Fondo
Monetario Internacional, para refinanciar la ingente deuda contraída por el país. Más aún, en el
transcurso de dichas luchas, el movimiento sindical ha sido desgastado por los despidos masivos de
dirigentes, la acentuación de la inestabilidad laboral en los centros de trabajo y reiterativos periodos
de Estados de Emergencias. Junto a ello, se acentuó la división y crisis de dirección sindical a nivel
nacional. El sindicalismo peruano vive desde fines del año 1978 una situación de repliegue relativo
y mayor control por parte del Gobierno, aun cuando siguen profundizándose los factores de
conflictos. Analizaremos esta situación tomando como referencia la llamada "Segunda Fase" del
Gobierno Militar, dirigido por el General Morales Bermúdez, fase que marca la terminación del
proceso reformista y del sistema de Movilización Social impulsado por el gobierno del General
Velasco entre 1968 y 1975

Esta segunda fase está marcada por una nueva apertura al capital privado y la desactivación de una
serie de reformas, como la Comunidad Industrial, la Ley de Estabilidad Laboral, etc. Está marcada
también por un franco retroceso del "sindicalismo participacioncita" que había impulsado el
gobierno de la Primera Fase, y un avance del "Sindicalismo clasista", ligado a la izquierda.
Completaremos nuestro análisis con algunos documentos y apreciaciones recogidas de dirigentes de
organizaciones sindicales.

1975-76,
se multiplican los conflictos sindicales Tras haber desplazado al Presidente Velasco y apartado a su
ala "progresista", el Gobierno de la segunda fase programó una serie de concesiones al capital
privado y negociaciones con los bancos internacionales, preparando un "clima de confianza".
Redujo la Comunidad Industrial a un simple mecanismo de participación en las utilidades y anunció
la modificación del régimen de estabilidad laboral. Los trabajadores se enfrentaron a una creciente
ofensiva patronal, tanto por parte del empresario privado como del Estado. Aumentaron las pautas
de producción. Las actividades extractivo-exportadoras, mineras, pesqueras y azucareras fueron
declaradas en emergencia y sus trabajadores amenazados de despido en caso de huelga. En algunos
sectores, como la industria automotriz. Las empresas trataron de desmantelar los sindicatos
mediante el despido sistemático de los dirigentes sindicales, utilizando la acusación de "falta grave"
que les ofrecía la ley de estabilidad laboral. La respuesta sindical a esa ofensiva patronal y
gubernamental fue particularmente pujante, en la medida que la organización sindical se había
ampliado y fortalecido a lo largo de los años anteriores y había adquirido una experiencia de
dirección, con creciente autonomía frente al Estado y rechazo a las corrientes conciliatorias frente a
los empresarios

En 1975, la acción huelguística alcanzó un nivel récord en la historia del sindicalismo peruano,
movilizando a más de 600.000 trabajadores. (Ver cuadro No. 1). El año terminó con el primer paro
general de 24 horas de la CGTP en Lima. Los conflictos laborales adquirieron aún mayor
profundidad al iniciarse el año 1976. En casi todos los casos se planteó el problema de la estabilidad
laboral y de la conservación de los centros de trabajo, problema ligado a la defensa del sindicato y
de sus dirigentes. Las huelgas tendieron a prolongarse varios meses; recibiendo una solidaridad
activa por parte de la población de los barrios populares donde viven los obreros, como por ejemplo
en las luchas masivas realizadas en la zona obrera popular de la carretera central, cerca de Lima.
Esta primera ola de movilización sindical y popular adquirirá mayor envergadura nacional desde
mediados de 1976, a medida que se profundizan las medidas económicas, afectando drásticamente
el nivel de vida de las mayorías en las ciudades

La respuesta a los paquetes de medidas económicas y los primeros paros nacionales A partir de
1975, el Gobierno dio una serie de "paquetes de medidas económicas" que implicaron el recorte de
subsidios y alzas de precios, la contención de las remuneraciones mediante sistemas de "asignación
excepcional" y "topes salariales", etc. El paquete de junio de 1976 representó un golpe
cualitativamente superior a los anteriores; la gasolina subió en más de 100% y los alimentos
alrededor del 50%; mientras el aumento de remuneraciones se fijó entre 10 y 15%. Además, se
prorrogó por seis meses la vigencia de los convenios colectivos y se suspendieron los regímenes de
reajuste automático por costo de vida. El salario promedio real cayó a un nivel más bajo que en
1968. Este paquete tuvo efectos profundamente discriminatorios contra los sectores populares, en
beneficio de los empresarios y principalmente los que exportan. Afectó sobre todo a los sectores no
sindicalizados y los que no reciben reajustes salariales, por ser trabajadores eventuales y
subempleados. Ello explica que la respuesta popular haya involucrado a los sectores más atrasados
sindicalmente, así como a las masas de los barrios populares. El paquete de junio de 1976 fue
respondido por un paro de transporte e importantes movilizaciones de Pueblos Jóvenes en Lima y
de maestros y estudiantes en provincia. Frente a dichas movilizaciones, el Gobierno adoptó
drásticas medidas de control y represión: decretó el estado de emergencia y la suspensión de
garantías por más de un año, prohibiendo las huelgas bajo sanción de despido (D.S. 011). A pesar
de estas medidas se desarrollaron importantes huelgas: de trabajadores tele-postales, municipales y
sobre todo de pescadores, que duró 54 días y provocó intensas movilizaciones. En esta ocasión, el
Gobierno desmanteló la Federación de Pescadores al despedir al conjunto de trabajadores del mar
de la empresa estatal PESCAPERU, que monopolizaba la industria anchovetera y al transferir las
embarcaciones a pequeñas empresas privadas. La lucha de los pescadores quedó aislada, aunque dio
lugar a los primeros intentos de concretar una medida de lucha sindical a nivel nacional. Las bases
clasistas más radicales al interior de la CGTP y fuera de ella impulsaron la consigna de paro
nacional, chocando con la dirección de la CGTP, que buscaba mantener un nivel de conciliación
con el Gobierno. Dicha central reunía a los sectores sindicales más significativos en cuanto a su
capacidad de movilización huelguística, aparte del sector minero. El 68% de las huelgas del año
1975 correspondió a la CGTP. Los intentos de centralización sindical se multiplicaron a principios
de 1977, constituyéndose varios frentes sindicales y comités de lucha. Habrá que esperar el
demoledor paquete de medidas económicas en mayo y las masivas movilizaciones populares
urbano-regionales de Cuzco, Tacna, Ayacucho, Arequipa, Huancayo, Trujillo, etc., para que logre
conformarse un Comando Unitario de Lucha (CUL), integrado por la CGTP, las bases autónomas
de la CTRP-Lima, la pequeña Confederación Nacional de Trabajadores (creada a partir del
Movimiento Sindical Cristiano) y las principales federaciones sindicales del país. Como
consecuencia de las presiones de sus bases, la dirección de la CGTP tuvo que plegarse a la consigna
de paro nacional, el cual fue convocado por el CUL el 19 de julio.

¿Qué fue el Anarcosindicalismo?

El anarcosindicalismo fue una ideología que articulaba las principales ideas del anarquismo junto a
una práctica que subrayaba la actividad sindical. Se consideraba que los obreros eran los portadores
de la revolución social y política. El anarquismo cuestiona la existencia del poder político y ve en el
mismo la causa de los males de la humanidad. Propugna una sociedad basada en asociaciones de
productores sin representación política. El anarquismo daba atención a la superación de los
trabajadores mediante la cultura, de allí su interés en desarrollar una cultura obrera mediante la
publicación de revistas, y la fundación de bibliotecas populares. El principal representante del
anarquismo en el país es Manuel González Prada. El anarcosindicalismo, al carecer de una
propuesta de participación política, se ve imposibilitado de desarrollarse en el país, en la medida
que una de las principales reivindicaciones de los trabajadores organizados pasaba por la
legalización de las 8 horas y el establecimiento de mecanismos de participación en la democracia
peruana. A pesar de sus errores y limitaciones, el anarcosindicalismo desarrolló un papel importante
en la historia del movimiento sindical. El interés por organizar a los trabajadores empezó con ellos
de manera sistemática, dio además a los trabajadores un discurso social, capacidad crítica e interés
por la cultura. La Lucha por las 8 horas Desde 1913 la lucha por la Jornada de las 8 horas se toma
bandera común de la mayoría de huelgas o movilizaciones. Estas luchas se libran tanto durante los
dos gobiernos de José Pardo como durante el de Guillermo Billinghurst, alentadas por el signo
populista y reformador de este último. Su signo central, salvo el mitin organizado en apoyo a
Billinghurst y por el "pan grande", es reivindicativo corporativo. En 1918 el trabajo del grupo La
Protesta desemboca en la constitución de la Federación Obrera Local de Lima, que asume oficial y
centralizadamente la lucha por la Jornada de las 8 horas, realizando un paro general entre los días
13, 14 y 15 de enero de 1919, y consiguiendo dicha reivindicación en ese mismo mes. Para entonces
ya se empezaba a percibir la presencia de otras corrientes de pensamiento (Aprismo y Socialismo),
contextuadas por el impacto de las revoluciones Rusa y mexicana. La Comisión Obrera que
representó a los trabajadores frente al gobierno del Presidente Pardo estaba integrada por Delfín
Lévano y otros dirigentes obreros, y contaba además con la presencia de Haya de la Torre. Luego
de la victoria de las 8 horas, se inicia la lucha por el abaratamiento de las subsistencias, impulsada
también por los anarquistas. Con la derrota de ésta lucha, empieza el declive de la ideología anarco-
sindicalista. Además de que el gobierno de Pardo creó la primera Guardia Urbana, la policía
reprimió violentamente las nuevas manifestaciones y encarceló a los principales dirigentes. La
derrota del movimiento pro-abaratamiento significa un duro golpe para la clase obrera. Muchos
dirigentes comienzan a repensar las ideas anarquistas iniciales, las mismas que reposaban en un
movimiento de protesta fundamentalmente reivindicativo y economicista. El Debate Haya -
Mariátegui El debate entre Haya y Mariátegui giró básicamente en torno a dos preguntas: ¿Qué es el
Perú? Es decir, como se define al país en sí mismo y en su lugar en el escenario mundial. Y la
segunda era, ¿cómo construir una sociedad mejor? Ambos pensadores, aspiraban a una sociedad
justa y democrática en el país, pero diferían en sus análisis y sus métodos. Al mismo tiempo, ambos
eran líderes de personalidades muy opuestas. Estas diferencias hicieron que el debate entre ellos
fuera más áspero. Esta discusión resulta importante, pues implicó la discusión del país como una
totalidad en su presente y en sus posibilidades de futuro.
Crisis de la república aristocrática La elección de Benavides por el parlamento, para completar el
mandato del asesinado presidente Sánchez Cerro representó el retorno de la oligarquía al poder. Los
partidos de masas como el APRAy el PC eran ilegales. En 1939 se cumplió el mandato ampliado de
Benavides y se convocó a elecciones. En estas resultó ganador Manuel Prado Ugarteche, un
representante de la oligarquía financiera, con el apoyo tácito de apristas y comunistas que le
endosaron sus votos en tanto representante de la "burguesía nacional". Para algunos, esto representa
el surgimiento de una burguesía industrial en oposición a la oligarquía terrateniente. Otros piensan
que no es así, que Prado representaba a algunos sectores terratenientes y que no tenía la menor
intención de crear industria nacional. En realidad, la oligarquía no era un bloque compacto
enfrentado contra una "burguesía nacional", sino un conjunto social cuya identidad básica no se
encontraba en la homogeneidad de sus intereses económicos sino en características socioculturales:
un estilo de vida de "grandes señores", una mentalidad marcada por el exclusivismo, relaciones
endogámicas y como lógica consecuencia densas relaciones de parentesco. El ascenso de los
apristas en la dirección de los gremios de trabajadores y la declinación del Partido Comunista,
fueron favorecidos por la crisis orgánica que éste afrontaba, debido a los bandazos que lo llevaron
desde la política ultraizquierdista de los años treinta, hasta la política derechista de los 40. Recién en
el año 1942 en el Primer Congreso del PC, Eudocio Ravines fue destituido de su cargo de secretario
general y expulsado de su partido, terminando por militar en la extrema derecha. La transición entre
dictadura y democracia, se hizo posible mediante la constitución del Frente Democrático Nacional,
bajo la conducción de José Luis Bustamante y Rivero, con un conjunto de intelectuales y notables
de tendencia democrática. Dicho Frente duró apenas tres años en el poder y sucumbió ante el golpe
de Manuel Odría en octubre de 1948. El primer ciclo de formación de clases sociales y sus
respectivas organizaciones políticas concluye en ese momento. José Luis Bustamante y Rivero, es
Presidente Constitucional de la República desde el 28 de Julio de 1945 hasta el 27 de octubre de
1948, fecha en que es derrocado por el general Manuel Apolinario Odría. Las razones para dicho
golpe de Estado, fueron enunciadas en la declaración de Arequipa, ciudad donde se inició el golpe
de Estado, Odría dice: "Frente a la situación de desequilibrio institucional y de zozobra pública...
los Institutos Armados de la República se ven en la obligación ineludible de deponer el gobierno...
Para afrontar la urgente tarea de reencauzar a nuestra patria por senderos de normalidad".
BIBLIOGRAFIA

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2. https://www.oitcinterfor.org/sites/default/files/file_publicacion/casanova.pdf

3. https://static.nuso.org/media/articles/downloads/1395_1.pdf

4. https://www.elsoca.org/pdf/otros/Historia%20del%20Movimiento%20Sindical.pdf

5. http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20101109023754/garza6.pdf

6. https://www.iesiperu.org.pe/wp-content/uploads/2021/03/06-
Historiamovimientosindical2006.pdf

7. file:///C:/Users/USUARIO/Documents/Downloads/Dialnet-
LosSindicatosEnLaDemocraciaPeruana-6164576.pdf

8. file:///C:/Users/USUARIO/Documents/Downloads/
Introduccion_a_la_historia_del_movimient%20(1).pdf

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