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CAPITALISMO MODERNO,
cRISIS Y REVOLUcIÓN PROLETARIA
C O n T enIdO
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Capitalismo moderno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Crisis y revolución . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
DIREcTOR GENERAL
Gabriel Robledo Esparza
COORDINADOR EDITORIAL
Miguel Ángel Sánchez J.
cescedit@prodigy.net.mx
Hecho en México
PRESENTAcIÓN
Los países de Europa oriental vivieron, a partir de 1989, una acelerada trans-
formación: los gobiernos llamados socialistas o comunistas que en ellos exis-
tían fueron derrocados y en su lugar se establecieron regímenes que se dedica-
ron a la conformación de una estructura política como la que tenían los países
capitalistas, al desarrollo de la producción para el mercado, a la restauración
franca y abierta de la propiedad privada y a la consolidación de las relaciones
capitalistas de producción que de todo esto brotaban necesariamente.
Aunque se presentaba como una floración intempestiva, la vuelta al mo-
delo capitalista de los países de Europa oriental era el resultado de un largo
proceso histórico.
En la Rusia soviética, el socialismo ahí instaurado desde 1917 alcanzó
el punto superior de su existencia durante la década de los años cincuenta:
la producción era casi en su totalidad colectiva, la economía, sujeta a una
dirección centralizada mediante un plan único, crecía aceleradamente con
base en una pujante industria pesada y el trabajo era un deber moral que
tenía por objeto la satisfacción de las necesidades de la colectividad.
El socialismo se extendió a todos los países que habían quedado bajo la
tutela de Rusia cuando ésta los liberó de las garras del fascismo. Se formó
así un sistema de países socialistas.
1
Marx, Carlos, En torno a la crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, 1844, París. Contenido en: Carlos
Marx, Federico Engels, “La Sagrada Familia y otros escritos filosóficos de la época”, traducción del
alemán por Wenceslao Roces, segunda edición, Editorial Grijalvo, S. A., 1967, México, D. F., pp. 3-15
2
Marx, Carlos, Federico, Engels, La sagrada Familia y otros escritos filosóficos de la época, traducción
del alemán por Wenceslao Roces, segunda edición, Editorial Grijalvo, S. A., 1967, México, D. F., pp 100-
102.
3
Marx, Carlos, Manuscritos económico-filosóficos de 1844, Ediciones de Cultura Popular, S.A., 1977,
México, D. F.
4
Marx, Carlos, El capital, Crítica de la Economía Política, 3 tomos, Versión del alemán por Wenceslao
Roces, Fondo de Cultura Económica, tercera edición, México-Buenos Aires, 1964.
La teoría de la contradicción
1
Robledo Esparza, Gabriel, La Lógica de Hegel y el Marxismo, Biblioteca Marxista, Sísifo
Ediciones, México, 2008.
2
Robledo Esparza, Gabriel, obra citada, pp. 226-227.
Las tres formas que adopta el capital global de la sociedad son el capital
bancario, el capital industrial y el capital mercantil. Se trata de tres esferas
de negocios que discurren separadamente, pero que se complementan.
El capital bancario, cuyo ciclo se expresa como D-D’ (Dinero-Dinero in-
crementado), está formado por el capital-dinero de una clase especial de ca-
pitalistas que lo utilizan para comprar y vender a los capitalistas industriales
y mercantiles el uso de capital-dinero; en esta función, el capital bancario se
entrelaza con los ciclos del capital industrial y del capital mercantil.3
El capital industrial ya fue objeto de nuestro estudio en párrafos ante-
riores. Las fases de su ciclo y sus formas funcionales están íntimamente
ligadas con las del capital bancario y las del capital mercantil; se establecen
entre ellas relaciones de complementación y oposición.
El capital mercancías, cuyo ciclo, que no está interrumpido por el proce-
so productivo P, se expresa en la fórmula D-M-D’ (Dinero-Mercancía-Dinero
incrementado), es el que una clase especial de capitalistas utiliza para rea-
lizar el proceso de la compra y venta de las mercancías hasta llevarlas al
punto final del consumo. Sus fases y formas funcionales tejen una urdimbre
con las de los ciclos del capital bancario y del capital industrial; su relación
es de exclusión y engendramiento de unas y otras.
Al igual que el ciclo del capital industrial total, el ciclo del capital global,
que se integra con los ciclos del capital bancario D-D’, del capital indus-
trial D-M (T, Mp)…P…M’-D’ (Dinero-Fuerza de trabajo y Medios de Produc-
ción…Proceso productivo…Mercancía-Dinero incrementado) y del capital
mercancías D-M-D’, discurre en dos momentos contradictorios: el de la uni-
dad y la fluida sucesión de sus fases y formas y el de la disyunción y la inte-
rrupción de su curso. La alternancia de los momentos puede ser pausada,
sin alteraciones graves, o constituir una verdadera conmoción económica,
una crisis, que entrañe una desvinculación mayúscula entre los ciclos del
capital bancario y los del capital industrial y del capital comercial y, en su
fase más alta, una sustantivación monstruosa del capital bancario que se
enfrente, absoluta y radicalmente, contra los otros sectores del capital glo-
bal, a los cuales amenaza muy seriamente con llevar a la ruina y junto con
ellos al régimen de producción capitalista.
3
Véase, en este mismo capítulo: El capital bancario y financiero, el agente decisivo de las crisis.
La contradicción absoluta
La cuota de ganancia
En el régimen capitalista existe una cuota general de ganancia que rige para
todas las ramas industriales.
4
Marx, Carlos, El Capital, Crítica de la Economía Política, tomo III, Fondo de Cultura
Económica, Tercera Edición, México, 1965, pp. 248-253.
5
Marx, Carlos. El Capital. Crítica de la Economía Política. Tomo III, FcE, México, 1965, p. 309
6
Marx, Carlos, op. cit., t. III, p. 437.
CRISIS Y REVOLUcIÓN
7
Marx, Carlos, La lucha de clases en Francia de 1848 a 1850.
8
Véase: Robledo Esparza, Gabriel, Proceso de individuación en el régimen de propiedad privada, Cuadernos
de Materialismo Histórico, Biblioteca Marxista, Sísifo Ediciones, México, 2009.)
El capitalismo de consumo
y la explotación del trabajador
El capitalismo de consumo
y la producción de mercancías
9
Véase: Robledo Esparza, Gabriel, Capitalismo moderno y revolución, tomo II, segunda parte, “La esencia
de la teoría marxista del valor”, Biblioteca Marxista, Sísifo Ediciones, México, 2008).
En las décadas de los años sesenta y setenta del siglo XX, la intelectualidad
pequeño burguesa abordó teóricamente la naturaleza de la “sociedad del
bienestar”.
Herbert Marcuse fue quien llevó hasta sus últimas consecuencias, desde
el punto de vista de la pequeña burguesía, la crítica de la “sociedad indus-
trial”.
Marcuse define al capitalismo moderno que existe en las sociedades altamen-
te desarrolladas como el régimen de la administración total. De acuerdo con sus
puntos de vista, se trata de una forma de organización social en la cual las carac-
terísticas fundamentales del capitalismo empiezan a llegar al punto superior de su
desarrollo. La maquinización de la producción avanza a pasos agigantados por el
camino de la automatización, la productividad del trabajo se incrementa en una es-
cala gigantesca, la monopolización de la producción deviene en el capitalista global
(público o privado) que administra tanto el proceso productivo (al instrumento y al
obrero totales) como las demás funciones económicas de la sociedad y las órbitas
política, cultural, etcétera, la miseria puede y empieza a ser erradicada de capas
cada vez más amplias de la población pues se proporcionan niveles de vida más
altos incluso para la clase obrera, el beneficio privado es, en forma cada vez más
abierta, el móvil único de la producción, la dominación capitalista se consolida
como una dominación total en la cual el individuo se encuentra sujeto a la opinión
pública controlada, a la propaganda y a la administración en cualquier parte o mo-
mento de su existencia.
En este tipo de sociedades, al mismo tiempo se produce un derroche demencial
de fuerzas productivas, una obsolescencia planificada y una movilización perma-
nente de los hombres y las fuerzas productivas para la eventualidad de una guerra
de aniquilación total; además, existe un consenso entre todas las clases y grupos
sociales que la forman para llevar hasta sus últimas consecuencias estas tendencias
que en ella empiezan a aparecer.
En el interior de la misma sociedad capitalista desarrollada y en los países de
menor desarrollo capitalista prevalecen aún la pobreza y la indigencia.
Marcuse afirma que la abundante productividad del capitalismo ha hecho posi-
ble la elevación del nivel de vida de amplias capas del proletariado en los países in-
dustriales desarrollados. Eso ha permitido que la clase obrera se integre al sistema
de explotación capitalista; esa integración no es un fenómeno meramente superfi-
cial, ideológico, sino que se ha convertido en una “segunda naturaleza” del hombre;
tiene un fundamento esencialmente biológico.
10
Robledo Esparza, Gabriel, Capitalismo Moderno y Revolución, t. III, Biblioteca Marxista,
Sísifo Ediciones, México, 2008, pp. 214-216.
La maquinización de la producción
y la sociedad de consumo
La cibernética
12
Marx, Carlos, El Capital, t. I, Versión del alemán de Wenceslao Roces, Fondo de Cultura
Económica, México-Buenos Aires, Tercera Edición, 1964, pp. 546-547.
La informática
La comunicación
13
Véase: 1) Robledo Esparza Gabriel, Proceso de individuación en el régimen de propiedad privada,
Cuadernos de Materialismo Histórico, Biblioteca Marxista, Sísifo Ediciones, México, 2009, pp. 149-
153, 2) Autor citado, Capitalismo moderno y revolución, tomo I, Cap. II, parágrafo E) “Estructura de
los Manuscritos económico-filosóficos de 1844” y Capítulo III, parágrafo 5, “La industria moderna y la
esencia natural humana”, Biblioteca Marxista, Sísifo Ediciones, México, 2008, pp. 157-163 y180-185, 3)
Ibídem, tomo III, Capítulo II, “Fases de la Evolución de la especie humana”, pp. 162-165).
14
Véase: Robledo Esparza Gabriel, La Lógica de Hegel y el marxismo, Libro segundo, La doctrina de la
Esencia, Biblioteca Marxista, Sísifo Ediciones, México, 2009, y para su comprensión lógico-histórica,
ver: Robledo Esparza Gabriel, Capitalismo moderno y revolución, 3 tomos, Biblioteca Marxista, Sísifo
Ediciones, México, 2008).
15
Véase: Stalin, J. V., Obras, t. 13, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1955, pp. 56-85, 180-226 y
295-397).
La acumulación de capital
en la sociedad de consumo
17
Véase: Testimony of Chairman Alan Greenspan Private-sector refinancing of the large hedge fund,
Long-Term Capital Management Before the Committee on Banking and Financial Services, U.S. House of
Representatives October 1, 1998).
Para el año 2002, una vez que, a través de las crisis correspondientes, que-
daron ajustados entre sí las distintas ramas, sectores, etcétera de la sociedad
de consumo, se establece una fluida relación entre todos esos elementos.
En estas circunstancias del capitalismo mundial, el consumo masivo re-
cibe un poderosísimo impulso.
Una proporción sustancial del capital se invierte, por diversas vías, en las
industrias que producen bienes de consumo; por su parte, los bancos co-
merciales y las empresas comercializadoras destinan montos cada vez más
gruesos al financiamiento del consumo masivo.
Esta tendencia progresiva del consumo choca, en un cierto momento, con
la traba que constituyen los flujos de capital, que son insuficientes para ha-
cer crecer a una tasa mayor la producción y el financiamiento de la compra
de los bienes.
En 1998, el sistema financiero internacional, después del rescate de Long
Term Capital Managment, abandonó provisionalmente la senda de la especu-
lación galopante basada en el arbitraje y redujo ésta a límites congruentes
con una cierta estabilidad.
Aún antes de este acontecimiento se había venido gestando una forma
más alta de obtener recursos de capital para financiar la sociedad de con-
sumo, método que cobra un mayor vuelo después de que el mercado se
pacifica en 1998.
Los créditos al consumo (para comprar casas habitación, automóviles,
servicios educativos, usar tarjetas de crédito, etcétera), son concedidos por
la banca comercial a través de sus departamentos especializados o por ban-
cos que se dedican específicamente a este negocio; el mecanismo tradicio-
nal de su funcionamiento consistía en la captación de recursos por el banco
a través de instrumentos de inversión y luego su traslado como préstamo a
los diversos consumidores; el banco recibía en pagos parciales los intereses
Es en este contexto en el que Fannie Mae, una de las dos grandes empresas
apoyadas por el gobierno federal que se dedican a la adquisición de créditos
hipotecarios de la banca comercial, empezó a desarrollar, en la década de
los años 80 del siglo pasado, un nuevo instrumento crediticio que le iba a
permitir captar más recursos de los que obtenía por la emisión de bonos y
notas de corto plazo y la venta de grupos indiscriminados de créditos. La
llamada “ingeniería financiera” fue puesta en acción y su resultado fue el
diseño del producto que más tarde permitiría a todo el sistema financiero
internacional un crecimiento desbordado: la “securitización” de los créditos
hipotecarios.
Fannie Mae desarrolló la práctica de emitir títulos que tenían como sustrato
grupos de créditos hipotecarios organizados y catalogados de acuerdo con
su grado de riesgo, determinado éste mediante la utilización de métodos
estadísticos y econométricos, su plazo de vencimiento, etcétera, llamados
Mortgage Backed Securities, MBS; los principios fundamentales en los que
descansaba esta actividad eran: (1) que los portafolios en venta se integra-
ban buscando un equilibrio entre el riesgo —que de partida se diluía, hasta
hacerse insignificante, en el promedio de los numerosos riesgos individua-
les— los intereses y principal que devengaban y su precio y (2) que, incor-
porados en los títulos emitidos, y cuidadosamente estructurados de acuerdo
con su nivel de riesgo medido acuciosamente, los créditos hipotecarios ten-
drían mayor liquidez, podrían comprarse y venderse con una facilidad infi-
nitamente mayor y a un rango más amplio de inversionistas; la circulación
del capital en este campo tendría una velocidad acrecentada y su rotación
sería más rápida. En la forma anterior, los créditos se inmovilizaban en el
portafolio de Fannie Mae o en manos de los inversionistas que los adquirían
y ahí se detenía su circulación; la rotación del capital se mantenía en niveles
excesivamente bajos.
Fannie Mae adquirió así una capacidad notablemente extraordinaria para
apoyar, como institución de segundo piso, un explosivo crecimiento del cré-
dito al consumo de la banca comercial.
Las ONG’s
19
Véase la obra citada anteriormente de Gabriel Robledo Esparza, en las mismas páginas señaladas.
La gestación de la crisis
El desencadenamiento de la crisis
En los Estados Unidos existe la forma más desarrollada del moderno régi-
men capitalista.
En ella se conservan todas las determinaciones esenciales descubiertas
por Carlos Marx en las etapas anteriores de existencia de este régimen eco-
nómico-social; las contiene, además, en su carácter desarrollado, superior.
Así, la sociedad capitalista moderna es fundamentalmente la misma que es-
tudiaron los clásicos del marxismo, pero en su forma más alta de “sociedad
capitalista de consumo”.
El régimen de producción capitalista contemporáneo se basa en su tota-
lidad en la producción de mercancías; literalmente no queda en él un sólo
resquicio para la producción que no esté destinada al mercado.
La producción en el marco del moderno régimen capitalista de consumo
se realiza en su mayor parte por medio de la relación del trabajo asalariado
y el capital.
20,000.00
15,000.00
10,000.00
5,000.00
0.00
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010
Nivel de desempleo
Gráfica 2.
Nivel de desempleo. Incremento porcentual anual. Personas de más de 16 años.
Miles. Ajustado estacionalmente.
Estados Unidos. 1990-2010
80
60
40
20
0
1990
1991
1992
1992
3994
3995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2009
2010
2008
-20
Cuadro 2
Propiedades en alguna fase de ejecución hipotecaria.
Estados Unidos. Primer trimestre de 2007-Primer Trimestre de 2010
1,000,000
800,000
600,000
400,000
200,000
09
09
08
09
08
08
08
-07
-10
7
7
T3-0
-0
-0
-0
T4-
T2-
T3-
T1-
T4-
T2-
T1-
T1
T2
74
T1
T3
Propiedades en ejecución
Gráfica 4.
Propiedades en alguna fase de ejecución hipotecaria.
Estados Unidos. Primer trimestre de 2007-Primer trimestre de 2010.
Incremento porcentual trimestral.
50
40
30
20
10
0
9
09
09
08
9
8
08
08
07
10
-10
-07
-07
-07
T3-0
0
0
T4-
T2-
T3-
T1-
T4-
T2-
T1-
74-
T1-
T2
T1
T3
Propiedades en ejecución.
Porciento de incremento trimestral
Porciento en
No. de Personas. Incremento relación con la
Año
Miles porcentual anual población total
1980 29,272 13.0
1985 33,064 12.95 14.0
1990 33,585 1.57 13.5
1991 35,708 6.32 14.2
1992 38,014 6.45 14.8
1993 39,265 3.29 15.1
1994 38,059 -3.07 14.5
1995 36,425 -4.29 13.8
1996 36,529 0.28 13.7
1997 35,574 -2.61 13.3
1998 34,476 -3.08 12.7
1999 32,791 -4.88 11.9
2000 31,581 -3.69 11.3
2001 32,907 4.19 11.7
2002 34,570 5.05 12.1
2003 35,861 3.73 12.5
2004 37,040 3.28 12.7
2005 36,950 -0.24 12.6
2006 36,460 -1.32 12.3
2007 37,276 2.23 12.5
2008 39,829 6.84 13.2
Fuente: Table 710. People Below Poverty Level and Below 125 Percent of Poverty Level by Race and Hispanic
Origin: 1980 to 2008, U. S. Census Bureau, Statistical Abstract of the United States: 2011
40,000
35,000
30,000
25,000
20,000
15,000
10,000
5,000
0.00
1980 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008
Personas por debajo del nivel de pobreza
Gráfica 6
Incremento porcentual anual de las personas que se encuentran
por debajo del nivel de pobreza. Estados Unidos. 1980-2008.
14
12
10
8
6
4
2
0
-2 1980 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008
-4
-6
Incremento porcentual anual
14
12
10
0
1980 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008
Porciento de personas debajo del nivel de pobreza
respecto del total de la población