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Foucault situó las sociedades disciplinarias entre los siglos XVIII y XIX, con su apogeo a
principios del siglo XX. El individuo pasa sucesivamente de un círculo cerrado a otro La familia,
el cuartel, fabrica, hospital, cárcel.
Las sociedades disciplinarias son las sucesoras a las sociedades de soberanía, pero las primeras
son nuestro pasado inmediato, lo que hemos dejado de ser. Todos los centros de encierro
atraviesan una crisis generalizada. Las sociedades de control están sustituyendo a las
disciplinarias. Un control “al aire libre” y que reemplaza a las antiguas disciplinas que actuaban
en el período de los sistemas cerrados.
Lógica
Los diferentes centros de encierro por los que va pasando el individuo son variable e
independientes, aunque existe un lenguaje común a todos los centros de encierro, es un
leguaje analógico. En cambio, los diferentes “controlatorios” son variantes inseparables que
consitituyen un sistema variable cuyo lenguaje es numérico. Los encierros son moldes,
mientras los controles constituyen una modulación. Esto se puede ver en los problemas de
salario, antes las fabricas eran un cuerpo con fuerzas interiores que se debían equilibrar, ahora
la empresa la sustituye, es un alma etérea. La empresa instituye entre los individuos una
rivalidad interminable a modo de “sana competición”, dividiéndole interiormente. El principio
modulador de los salarios es que se deben corresponder con los méritos.
En las sociedades disciplinarias siempre había que volver a empezar mientras que en las de
control nunca se termina nada. Las SD presentan dos polos: la marca que identifica al individuo
y el número o matrícula que indica su posición en la masa. Para las disciplinas, nunca humo
incompatibilidad entre ambas, el poder es al mismo tiempo masificador e individuante. En
cambio 3 en las SC lo esencial no es ni una marca ni un número, sino una cifra, la cifra es una
contraseña. El lenguaje numérico de control se compone de cifras que marcan o prohíben el
acceso a la información. Quizás el dinero es lo que mejor expresa la distinción entre estos dos
tipos de sociedades.
Es sencillo buscar correspondencia entre tipos de sociedad y tipos de máquinas, porque estas
expresan las formaciones sociales que las han originado y que las utilizan, Las antiguas
sociedades de soberanía operaban con máquinas simples, las SD con máquinas energéticas, las
SC actúan mediante máquinas informáticas y ordenadores cuyo riesgo pasivo son las
interferencias y cuyo riesgo activos son la piratería y los virus. No es solo una mutación
tecnológica es una profunda mutación del capitalismo. El capitalismo del S XIX es un C de
concentración, tanto en cuanto a la producción como a la propiedad. En cuanto al mercado, su
conquista se produce tanto por especialización como por colonización. Lo que intenta vender
son servicios, lo que intenta comprar son acciones. No es un capitalismo de producción sino de
productos (de ventas y mercados). La familia, la escuela, el ejercito la fábrica, son medios de
una misma empresa que solo tiene gestores. Un mercado se conquista cuando se adquiere su
control, cuando se pueden fijar precios. La corrupción se eleva a una nueva potencia. El control
se ejerce a corto plazo y mediante una rotación rápida de forma continua e ilimitada. El
hombre ya no está encerrado sino endeudado. Sin duda, una constante del capitalismo sigue
siendo la extrema miseria de las tres cuartas partes de la humanidad.
Noción de campo.
Significa pensar en términos de relaciones. Lo que existe en el mundo son relaciones objetivas.
El capo es la red de relaciones objetivas entre posiciones de fuerza. Es un espacio de juego, en
donde se establecen relaciones entre participantes (agentes), estas relaciones son tensas, de
lucha, por la apropiación del capital que el mismo campo genera.
En este campo de juego hay apuestas, inversiones en el juego. Pero fundamentalmente existe
una creencia en el juego que no se pone en tela de juicio. El estado de las relaciones de fuerza
entre los jugadores es lo que define la estructura del campo. Cada agente, cuenta con una
fuerza relativa en el juego, una posición en el espacio, y estrategias. Dichas estrategias
dependen, no solo del volumen y estructura de su capital en un determinado momentos, sino
también de la evolución en el tiempo del mismo.
En cuanto a la teoría de sistema, existen algunas semejanzas superficiales con la teoría de los
campos- El concepto de campo excluye el funcionalismo y el organicismo. El campo es un lugar
de lucha y cambio permanente. Otra diferencia importante es que el campo no está integrado
por partes o componentes. Cada subcampo posee su propia lógica, reglas y regularidades
específicas. Los límites del campo son fronteras dinámicas.
Hay que analizar la posición del campo en relación con el campo de poder.
Establecer la estructura objetiva de las relaciones entre las posiciones ocupadas por
los agentes o las instituciones que compiten dentro del campo en cuestión.
Analizar los habitus de los agentes, los diferentes sistemas de disposiciones que estos
adquieren mediante la interiorización de un tipo determinado de condiciones sociales
y económicas.
Teoría del estado como una especie de meta campo. Lo que encontramos concretamente es
un conjunto de campos burocráticos o administrativos, donde lo agentes y grupos de agentes
gubernamentales o no gubernamentales luchan en persona 8 o por procuración por esta
forma particular de poder, que es el poder de regir una esfera particular de prácticas. Así el
estado, sería un conjunto de campos de fuerzas en donde se llevan a cabo luchas, cuyo
objetico seria el monopolio de la violencia simbólica legítima. La noción de estado solo tiene
sentido como designación estenográfica de estas relaciones objetivas entre posiciones de
poder.
HABITUS
CAMPO, DONDE HAY AGENTES QUE OCUPAS POSICIONES Y LUCHAN POR POSEER UN CAPITAL,
TENER LEGITIMIDAD Y PODER.
El concepto que quiere analizar como los gantes maniobran o aprenden las maneras de actuar
dentro de campus, es el concepto de habitus.
Habitus vincula lo objetivo y lo subjetivo. Un modo de acción y de pensamiento que están
originados en la posicione que ocupa un agente dentro de un campo. Esta vinculación entre lo
objetivo y subjetivo, este comportamiento otorga “márgenes de maniobra”, el sujeto aprende
las reglas de juego y las internaliza en su subjetividad (subjetividad socializada).
A través de la participación dentro del campo el agente internaliza las pautas y las reglas
específicas que son dadas desde afuera (objetivos) pero siempre actúa una cuestión subjetivas
(pueden discutirla o amoldarse).
AUTONOMIA RELATIVA
Refiere a la especificidad de cada campo, aquellos que lo hace particular y diferente de otros,
aunque se encuentre atravesado por diferente condicionamiento así como por el campo de
poder
ILLUSIO - INTERES
Antes de descubrir las reglas conforme a las cuales actúan los agentes, deberíamos
preguntarnos qué es lo que vuelve eficiente a estas reglas, cual es el interés en obedecerlas.
Para entender la noción de interés, es menester advertir que ésta no solo se opone al
desinterés, sino también a la indiferencia. Ser indiferente significa no sentirse motivado por el
juego. La indiferencia es un estado de no preferencia y al mismo tiempo un estado de
conocimiento en el cual soy incapaz de distinguir entre las apuestas propuestas, La illusio se
refiere al hecho de estar involucrado, de estar atrapado en el juego y por el juego, Estas
interesando quiere decir aceptar que lo que acontece en un juego social determinado, tiene un
sentido, que sus apuestas son importantes y dignas de ser emprendidas.
De acuerdo con esta actividad normativa desarrollada en el campo, este funciona como un
mercado en el que los actores compiten por los beneficios específicos asociados al mismo. Esta
competencia define las relaciones objetivas entre los participantes a través de factores como
el volumen de capital que hayan aportado, sus trayectorias dentro del campo o de su
capacidad para adaptarse a las normas inherentes al campo. En la medida en que los
participantes sean capaces de hacer un uso eficaz de los recursos estarán dotados de una
función de adaptación de su habitus en este campo específico. El habitus es el sistema
subjetivo de expectativas y predisposiciones adquiridas mediante la experiencia pasada.
El capital operativo en cada campo es el conjunto de recursos que pueden ser utilizados para
obtener una ventaja en su interior. Por lo tanto capital es un factor de la dinámica de campo,
así como un subproducto del campo que no existe fuera de ella. Las diferentes especies de
capitales desempeñan en diferentes campos, que a su vez se definen por los equilibrios de
poder que ejerce el capital.
El campo intelectual es una estructura que forma parte entre el autor de diversas obras y
mensajes y la sociedad, la cual lo retoma, comprende y explica. Los elementos que componen
a dicho campo son determinados con base en el contexto general en el que se desarrolla la
sociedad, así como de la participación y presencia que se tenga de la cultura, en este caso, la
masa es dependiente a su entorno. Bourdieu hacia referencia al ámbito político, religioso y
económico del que se tenia conocimiento en ese entonces, en el cual se creo una ruptura
entre el pensamiento emitido por las instituciones y el generado a través de la sociedad.
El campo intelectual es percibido como un sistema de relaciones que se establece por medio
de los emisores, agentes de producción y los receptores de la sociedad. Es el discurso principal
que tomaba hacia un autor para crear contenidos y manifestar la intención que se tiene.
Los medios de comunicación definidos como autores eligen y determinan los contenidos que
van a ser presentados a la sociedad, tomando como base la infraestructura con la que cuentan.
Se analiza una contienda entre los procesos automatizados del campo y la legitimidad de los
procesos culturales.
Se observa la manera en que se define para quien es emitida una idea y el como va a ser
recibida, a partir de esto, comienza el proceso de segmentación, visto desde el punto de
partida de la creación de obras.
Podría afirmar que lo real es relacional: lo que existe en el mundo social son relaciones; no
interacciones o vínculos intersubjetivos entre agentes, sino relaciones objetivas que existen
“independientemente de la conciencia y la voluntad individuales”, como dijera Marx. (relación
objetiva-contexto que llevan a una situación determinada)
En términos analíticos, un campo puede definirse como una red o configuración de relaciones
objetivas entre posiciones. Estas posiciones se definen objetivamente en su existencia y en las
determinaciones que imponen a sus ocupantes, ya sean agentes o instituciones, por su
situación actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies de
poder –cuya posesión implica el acceso a las ganancias específicas que están en juego dentro
del campo- y, de paso, por sus relaciones objetivas con las demás posiciones (dominación,
subordinación, homologación, etc.) (definición de campo) En las sociedades altamente
diferenciadas, el cosmo social está constituido por el conjunto de estos microcosmos sociales
relativamente autónomos, espacios de relaciones objetivas que forman la base de una lógica y
una necesidad específicas, que son irreductibles a las que rigen los demás campos.
Se puede comparar el campo a un juego. Tenemos apuestas que son, en lo esencial, resultado
de la competición entre los jugadores; una inversión en el juego. Y sino surgen entre ellos
antagonismos, es porque otorgan al juego y a las apuestas una creencia que no se pone en tela
de juicio, y este complot forma la base de su competición y conflictos. (defender el espacio no
se pone en tela de juicio; pero hay diferentes objetivos dentro del mismo campo que originan
conflictos) Existen cartas válidas y eficientes en todos los campos -se trata de las especies
fundamentales de capital- pero su valor relativo triunfos varía según los campos e, incluso, de
acuerdo con los estados sucesivos de un mismo campo. El valor de una especie de capital –por
ejemplo, el dominio del griego – depende de la existencia de un juego, de un campo en el cual
dicho triunfo pueda utilizarse.
Un capital o una especie de capital es el factor eficiente en un campo dado, como arma y como
apuesta; permite a su poseedor ejercer un poder, una influencia, por tanto existir en un
determinado campo, en vez de ser una simple “cantidad deleznable” (que se rompe).
(definición de capital: dentro de la fábrica hay capitales diferentes en juego; y el capital de los
obreros “ejerce el poder e influye”)
El estado de las relaciones de fuerza entre los jugadores es lo que define la estructura del
campo: podemos imaginar que cada jugador tiene pilas de fichas de diferentes colores,
correspondiente a diferentes especies de capital que posee, de manera que su fuerza relativa
en el juego, su posición en el espacio de juego, sus estrategias y jugadas dependen del
volumen global de sus fichas y de la estructura de las pilas de fichas, al mismo tiempo que del
volumen global de la estructura de su capital. (relaciones de fuerzas dentro de la fábrica y
diferentes especies de capital en juego que definirán las estrategias) Dos individuos
poseedores de un capital global aproximadamente equivalente pueden diferir, tanto en su
posición como en sus tomas de posición, por el hecho que uno tiene mucho capital económico
y poco capital cultural (un propietario de una empresa privada), y el otro, mucho capital
cultural y poco capital económico (un profesor).
Las estrategias del “jugador” y todo lo que define su “juego” dependen del volumen, de la
estructura de su capital en el momento considerado y de las posibilidades de juego que
aquellas les aseguran; también de la evolución en el tiempo del volumen y la estructura de su
capital, es decir, de su trayectoria social y de las disposiciones (habitus) que son constituidas
en la relación prolongada con cierta estructura objetiva de posibilidades. (relacionar con los
operarios que terminan teniendo mayor voz a la hora de tomar decisiones)
Los jugadores pueden jugar para incrementar o conservar su capital, sus fichas, conforme a las
reglas tácitas del juego y a las necesidades de reproducción tanto del juego como de las
apuestas. También pueden intentar trasformar, en parte o en su totalidad, las reglas
inmanentes del juego (relacionar con los talleristas que intentan modificar las reglas de los
operarios), por ejemplo: cambiar el valor relativo de las fichas, la paridad entre las diferentes
especies de capital, mediante estrategias encaminadas a desacreditar la subespecie de capital
en la cual descansa la fuerza de sus adversarios y evaluar la especie de capital que ellos poseen
en abundancia.
Asimismo, los participantes se esfuerzan por excluir del campo a una parte de los colegas
actuales o potenciales, aumentando, por ejemplo, el valor del derecho de ingreso o
imponiendo cierta definición de pertenencia al mismo. (relacionar cuando el operario habla de
sus derechos dentro de la fábrica; y relacionar cuando habla de su espacio y forma de trabajo
que condiciona el ingreso de alguien de afuera) Sus esfuerzos por imponer o hacer reconocer
tal o cual criterio de competencia y pertenencia puede ser más o menos exitosos, según la
coyuntura. (relacionar con la continua expansión del Centro Cultural, más allá de la
conformidad o no de los operarios) Las fronteras del campo no pueden determinarse sino
mediante una investigación empírica. Los campos siempre conllevan “barreras de ingreso”
tácitas o institucionalizadas.
Un campo puede concebirse como un espacio donde se ejerce un efecto de campo, de suerte
que lo que le sucede a un objeto que atraviesa este espacio no puede explicarse cabalmente
por sus solas propiedades intrínsecas. Los límites del campo se encuentran en el punto en el
cual termina los efectos de campo. Debemos intentar medir en cada caso, mediante diversos
procedimientos, el punto en que estos efectos estadísticamente detectables disminuyen o se
anulan. Solamente, estudiando cada uno de estos universos, podemos determinar cómo son
constituidos concretamente, en dónde terminan, quiénes forman parte y quiénes son
excluidos de ellos, y si realmente constituyen un campo.
El sistema escolar, el Estado, la Iglesia, los partidos políticos y los sindicatos no son aparatos,
sino campos. En un campo, los agentes y las instituciones luchan, con apego a las regularidades
y las reglas constitutivas de este espacio de juego con grados diversos de fuerza y, para
apropiarse de las ganancias específicas que están en juego en el juego. Quienes dominan en un
determinado campo están en posición de hacerlo funcionar en su beneficio, pero siempre
deben tener en cuenta la resistencia, las protestas, las reivindicaciones y las pretensiones,
“políticas” o no, de los dominados. (relacionar dominadores –operarios- dominados –
talleristas ¡ojo! es ciertos aspectos solamente; pero es importante tener en cuenta que los
operarios siempre tienen en cuenta la resistencia de los talleristas)
La teoría de sistemas contiene algunas semejanzas superficiales con la teoría de los campos.
Todo campo constituye un espacio de juego potencialmente abierto cuyos límites son
fronteras dinámicas, las cuales son objeto de luchas dentro del mismo campo. (en el IMPA hay
fronteras dinámicas)
Segundo, es necesario establecer la estructura objetiva de las relaciones entre las posiciones
ocupadas por los agentes o las instituciones que compiten dentro del campo en cuestión. (ver
si la estructura objetiva en este caso es el objetivo en común –mantener el espacio de la
fábrica)
Tercero, se deben analizar los habitus de los agentes, los diferentes sistemas de disposiciones
que éstos adquirieron mediante la interiorización de un tipo determinado de condiciones
sociales y económicas y que encuentran, en una trayectoria definida dentro del campo
considerado, una oportunidad más o menos favorable de actualizarse.(ver el habitus de ambos
grupos)
El campo de las posiciones es inseparable del campo de las tomas de posición, entendido como
el sistema estructurado de las prácticas y expresiones de los agentes. Ambos espacios, el de las
posiciones objetivas (objetivo en común) y el de las tomas de posición (objetivos individuales
de cada grupo), deben analizarse juntos y tratarse como “dos traducciones de una misma
frase”. Dada una situación de equilibrio, el espacio de las posiciones tiende a regir el espacio
de las tomas de posición. (en definitiva, el objetivo en común –mantener en pie la fábrica-
termina rigiendo sobre los objetivos individuales – operarios, mayor producción y fuente de
trabajo-talleristas, mayor expansión cultural-) Podemos observar la correspondencia entre las
posiciones objetivas de los bancos en el campo económico y las estrategias que éstos aplican
en materia de publicidad, administración del personal, etc.
Una tercera propiedad general de los campos es el hecho de que son sistemas de relaciones
independientes de las poblaciones que definen dichas relaciones. Cuando hablo del campo
intelectual, sé que en este campo encontraré partículas que obedecen a fuerzas de atracción,
de repulsión, etc., como sucede en un campo magnético. El individuo como el electrón es una
emanación del campo. El intelectual o el artista en particular sólo existe como tal porque hay
un campo intelectual o artístico.
La noción de campo está ahí para recordar que el verdadero objeto de una ciencia social no es
el individuo, es decir, el “autor”, aunque sólo pueda construirse un campo a partir de
individuos, puesto que la información necesaria para el análisis estadístico suele estar ligada a
individuos o instituciones singulares. El centro de las operaciones de investigación debe ser el
campo. Esto implica que la ciencia, a los individuos, los construye como agentes y no como
individuos biológicos, actores o sujetos: estos agentes son socialmente constituidos como
activos y actuantes en el campo, debido a que poseen las características necesarias para ser
eficientes en dicho campo, para producir efectos en él. Es a través del conocimiento del campo
donde ellos están inmersos que podemos captar mejor lo que define su singularidad, su
originalidad, su punto de vista como posición, a partir de la cual se conforma su visión
particular del mundo y del mismo campo.
Lo cual se explica por el hecho de que existe, en todo momento, algo así como un derecho de
entrada que todo campo impone y que define el derecho de participar; seleccionando así
ciertos agentes con respecto a otros. (ver cómo funciona esto con los operarios)
Los agentes sociales son portadores de capital y, según su trayectoria y la posición que ocupan
en el campo en virtud de su dotación de capital (volumen y estructura), propenden a
orientarse activamente, ya sea hacia la conservación de la distribución del capital ya sea hacia
la subversión de dicha distribución. (esto se relaciona con la antigüedad de los operarios, su
lucha por mantener el lugar de trabajo, etc; todo conforma su capital dominante en el campo –
La Fábrica-)
Hans Haacke, cuestiona desde el punto de vista artístico los logros de la creación artística en
materia de autonomía. Por ejemplo, para una exposición en el Museo Guggenheim, presentó
un cuadro ilustrativo de los orígenes de los recursos financieros de la familia Guggenheim: el
administrador del museo no tenía otra opción sino enunciar, en el caso de exhibirlo, o ponerse
en ridículo ante los demás artistas, en el caso de no hacerlo. Y así descubrimos que la
autonomía que los artistas, en un principio dependientes con respecto al contenido y la forma
de sus obras, habían ganado, implicaba una supeditación a la necesidad; los artistas habían
hecho de la necesidad una virtud al adjudicarse el dominio absoluto de la forma, pero al costo
de una renuncia igualmente absoluta a la función.
Como lo demuestra este ejemplo, las relaciones entre los campos, nunca se definen de una vez
por todas, ni siquiera en las tendencias generales de su evolución. Y la mayor virtud de la
noción es la de obligar a preguntarse, con respecto a cada campo, cuáles son sus límites, cómo
se articula con otros campos, etc. En un número reciente de Actes de la recherche en sciences
sociales, dedicada a la “economía doméstica”, es decir, al conjunto de los espacios sociales que
deberá tenerse en cuenta para entender la producción y circulación de este bien económico
particular que es la vivienda individual, usted analizó la génesis de las políticas estatales que,
por lo menos en este caso determinan en una forma muy directa el funcionamiento del
mercado. Y también esbozó una teoría del Estado como una especie de metacampo. En el
Estado lo que encontramos es un conjunto de campos burocráticos o administrativos donde
los agentes y grupos de agentes gubernamentales o no gubernamentales luchan en persona o
por procuración por esta forma particular de poder que es el poder de regir una esfera
particular de prácticas (la producción de viviendas individuales o habitacionales colectivas)
mediante leyes, reglamentos, medidas administrativas(subsidios, autorizaciones, etc.), todo
aquello que corresponda a una política. Así el Estado sería un conjunto de campos de fuerzas
en donde se llevan a cabo luchas cuyo objetivo sería el monopolio de la violencia simbólica
legítima: es decir, el poder de constituir e imponer como universal y universalmente aplicable
en el marco de una nación, esto es, dentro de los límites fronterizos de un país, un conjunto
común de normas coercitivas.
Estos campos son escenarios del enfrentamiento entre fuerzas pertenecientes tanto al sector
privado (banqueros y bancos, empresas constructoras y constructores, etc.) como al sector
público (ministerios, servicios dentro de dichos ministerios, etc.) es decir, subuniversos,
organizados ellos mismos en campos y, al mismo tiempo, unidos y divididos por luchas
internas y posiciones de fuerza.
Podría afirmar que la construcción del Estado dinástico y, luego, del Estado burocrático,
adoptó la forma de un proceso de concentración de diferentes especies de poder, o de capital,
y que desembocó, en un primer momento, en la monopolización privada de un poder público,
a la vez externo y superior a todos los poderes privados. La concentración de estas diferentes
especies de capital, que corrió pareja con la construcción de los diferentes campos
correspondientes originó el surgimiento de un capital específico, propiamente estatal y nacido
de la acumulación, que permite al Estado ejercer un poder sobre los diferentes campos y sobre
las diferentes especies particulares de capital. Esta especie de metacapital capaz de ejercer un
poder sobre las otras especies de capital y, en particular, sobre las tasas de intercambio entre
ellas define el poder propiamente estatal. De ahí se desprende que la construcción del Estado
sea simultánea a la construcción del campo del poder, entendido como el espacio de juego
dentro del cual los poseedores de capital luchan, sobre todo, por el poder sobre el Estado, es
decir, sobre el capital estatal que otorga poder sobre las diferentes especies de capital y sobre
su reproducción.
En la teórica clásica, el derecho de vida y muerte era uno de los atributos fundamentales de la
soberanía. Pero este derecho es, a nivel teórico, muy extraño. ¿Qué significa tener derecho de
vida y muerte? Decir que el soberano tiene este derecho equivale en cierto sentido a decir que
puede hacer morir o dejar vivir. Esto significa que la vida y la muerte no son parte de
fenómenos naturales o inmediatos, sino que son dependientes del campo del poder político.
Nueva técnica de poder disciplinario: se aplica a la vid de los hombres, al hombre viviente y no
al hombre-cuerpo. Esta disciplina procura regir la multiplicidad de los hombres en tanto esta
puede y debe resolverse en cuerpos individuales, a los que se puede vigilar, adiestrar, utilizar y
eventualmente castigar. Esta nueva tecnología se dirige a la multiplicidad de hombres, pero no
en tanto esta se resuelve en cuerpos, sino en tanto constituye una masa global, recubierta por
proceso de conjunto que son específicos de la vida, como el nacimiento, la muerte, la
producción la enfermedad.
1.La biopolítica trabaja con la población como problema biológico y como problema de
poder.
2.Fenomenos colectivos que aparecen con efectos económicos y políticos,
individualmente son aleatorios e imprevistos, a nivel colectivo presentan constantes
que es fácil o por lo menos posible de establecer. Estos fenómenos se consideran con
cierto límite de tiempo, son fenómenos en serie. Se puede decir que la biopolítica se
dirige a esos hechos aleatorios que se producen en una determinada población
considerada en su duración.
3.La tecnología del poder biopolítico conseguirá instaurar mecanismos que tendrán
funciones muy diversas de las propias de los mecanismos disciplinarios. Los
mecanismos se tratarán en primer lugar de previsiones, estimaciones estadísticas,
medidas globales, pero se tratará también de modificar no tanto un fenómeno
particular o un determinado individuo, como intervenir a nivel de las determinaciones
de los fenómenos generales, o complexivamente considerados.
“Mas acá de ese gran poder absoluto, dramático, hosco, que era el poder
de la soberanía, y que consistía en poder hacer morir, he aquí que aparece,
con la tecnología del biopoder, un poder continuo, científico: el de hacer
vivir. La soberanía hacia morir o dejaba vivir. Ahora en cambio aparece un
poder de regulación, consistente en hacer vivir y dejar morir.”
Desde los cambios advenidos a partir del siglo XIX, la muerte se ubica entonces en una relación
de exterioridad respecto del poder: es lo que sucede fuera de su capacitación de acción, es
aquello sobre lo cual no puede actuar sino global o estadísticamente.
-Por un lado, una técnica disciplinaria, centrada en el cuerpo, que produce efectos
individualizantes y manipula al cuerpo como foco de fuerzas que deben hacerse útiles
y dóciles.
-Por otro lado, una tecnología centrada en la vida, que recoge efectos masivos propios
de una población especifica y trata de controlar la serie de acontecimientos aleatorios
que se producen en una masa viviente. Es una tecnología que busca controlar y
modificar probabilidades y de compensar efectos, por medio del equilibrio global
apunta a algo así como una homeostasis, la seguridad del conjunto en relación con sus
peligros internos.
“Es como si el poder tenía como modalidad, como esquema organizativo, la soberanía, se
hubiera visto incapaz de regir el cuerpo económico y político de una sociedad entrada en una
fase explosión demográfica y de industrialización, de modo que a la vieja mecánica del poder
escapaban muchas cosas, por arriba y por abajo, a nivel de los individuos y a nivel de la masa.
Para recuperar lo particular tuvo lugar una primera adaptación de los mecanismos de poder,
dirigida a la vigilancia y el adiestramiento. Nace así la disciplina.”
DOS SERIES:
❖ 1.La serie de cuerpo-organismo-disciplina-instituciones (un órgano-disciplina de la
institución).
❖ 2.La serie de población-procesos biológicos-mecanismo reguladores-estado (un
conjunto biológico y estatal: la bioregulación a través del estado).
Lo que permitió la inscripción del racismo en los mecanismos del estado fue justamente la
emergencia del biopoder. Es este el momento en que el racismo se inserta como mecanismo
fundamental del poder y según las modalidades que se ejercen en los estados modernos.
En primer lugar, es el modo en que, en el ámbito de la vida que el poder tomo bajo su gestión,
se introduce una separación, la que se da entre lo que se debe vivir y lo que debe morir. A
partir del continuum biológico de la especie humana, la aparición de las razas, la distinción
entre razas, la jerarquía de las razas, la clasificación de una raza como buenas y otras
inferiores, será un modo de fragmentar el campo de lo biológico que el poder tomo a su cargo,
será una manera de producir un desequilibrio entre los grupos que constituyen la población. El
racismo es un modo de establecer una censura en un ámbito que se presenta como un ámbito
biológico.
En segundo lugar, la función del racismo es la de permitir establecer una relación positiva del
tipo “cuanto mas mate, hagas morir, dejes morir, tanto más, por eso mismo, vivirás”. El
racismo en efecto permitirá establecer una relación entre mi vida y la muerte del otro que no
es de tipo guerrero, sino de tipo biológico.
Los enemigos que se quiere suprimir no son los adversarios, en el sentido político del término,
sino que son los peligros, externos o internos, en relación con la población y para la población.
Lo que hace la especificidad del racismo modernos no está ligado con mentalidades, con
ideológicas, con mentiras del poder, sino más bien con una técnica del poder, con la tecnología
del poder.
Las trasformaciones más masivas del silgo XIX consistió en completar ese viejo derecho de
soberanía (de hacer morir o dejar vivir) con un nuevo derecho de hacer vivir y dejar morir...
Durante la segunda mitad del silgo XVIII aparece algo nuevo, una tecnología que no excluye la
técnica disciplinaria sino que la engloba. Esta nueva técnica (a diferencia de la disciplinaria que
se dirige al cuerpo) se aplica a la vida de los hombres, se destina al hombre/especie. Esta
dirigida a la masa global, afectada por procesos de conjunto que son propios de la vida (el
nacimiento, la muerte, la producción etc.). Luego de la anatomopolitica del cuerpo humando,
llega la biopolítica de la especie humana.
La naturaleza de los fenómenos que se toman en cuenta son fenómenos colectivos, que en ese
nivel exhiben constantes fáciles de establecer. Estos fenómenos se desarrollan en la duración
de un tiempo más o menos largo. La biopolítica, por lo tanto, abordará los acontecimientos
aleatorios que se producen en una población tomada en su duración. Es por eso que la
biopolítica introduce mecanismos en donde el interés este puesto en estadísticas y mediciones
globales. Para establecer entonces mecanismos reguladores que puedan fijar un equilibrio, de
instalar mecanismos de seguridad.
Por todo lo expuesto, la tecnología del biopoder, la tecnología del poder sobre la población
como tal, aparece un poder continuo, el poder de hacer vivir. Hacer vivir y dejar morir. Este
poder se manifiesta con la descalificación progresiva de la muerte, Ahora la muerte se oculta,
se convirtió en algo privado y vergonzoso. Esto radica en una trasformación de las tecnologías
de poder. Antes lo que imponía la ritualidad de la muerte, era la manifestación del tránsito de
un poder a otro, del soberano de aquí abajo al de arriba.
Ahora bien, cuando el poder es cada vez menos el derecho de hacer morir y cada vez más el
derecho de hacer vivir (la manera de vivir, y el cómo), la muerte es el límite del poder. Esta
afuera de este. El poder a lo sume se influye sobre la mortalidad pero no sobre la muerte
misma.
Desde el silgo XVIII tenemos dos tecnologías de poder que se introducen y están superpuestas.
Una técnica que es disciplinaria (centrada en el cuerpo produce efectos individuales) y otra
tecnología que se centra en la vida, que procura controlar la serie de acontecimientos
riesgosos, que procura controlar su probabilidad y a lo sumo compensar sus efectos. Una
tecnología que aspira, no por medio del adiestramiento individual, sino del equilibrio global, la
seguridad del conjunto respecto a sus peligros internos.